El anillo de hierro (Argumento)



El anillo de hierro

El anillo de hierro, Drama lírico en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 7 de Noviembre de 1878. Su libretista, Marcos Zapata. Música de Pedro Miguel Marqués.

La acción se sitúa en las costas de Noruega a finales del siglo XVIII.

Acto I

El Conde William Belfort tiene una hija, Margarita, confiada al cuidado de una dueña llamada Ledia. Margarita ama a Rodolfo, un pescador. Ambos jóvenes ocultan su amor, pero el Conde lo descubre al encontrar en la orilla del mar una carta del pescador dirigida a Margarita. Rutelio, Barón de San Marcial, hombre poderos, influyente y de instintos perversos, pide al Conde la mano de su hija; éste se la niega, pero el Barón le obliga a otorgársela, amenazándole con entregar un documento que guarda, que compromete al Conde. Este documento revela una conspiración de regicidio, fraguada por el Conde años antes de empezar la acción del drama, por vengarse de su soberano que le había afrentado en público. El pescador, al saber que el Conde ha concedido a Rutelio la mano de Margarita, propone a ésta que huya con él a lejanos países. Margarita se niega, asegurándole que su resistencia quebrantará la voluntad de su padre. Llega el Conde acompañado de Rutelio, y al ver a su hija con el pescador, quiere matarle. El pescador no se defiende, y cuando el Conde va a atravesarle con la espada, se presenta el Monje negro, como es llamado en la comarca, ermitaño que defiende al pescador, y amenaza al Conde con revelar la conspiración de regicidio si le ofende.

Acto II

Margarita se niega a aceptar la mano de Rutelio; el Conde se admira ante la negativa de su hija, pero Rutelio no desiste y cada vez es más angustiosa la situación del Conde. Margarita oye desde detrás de una cortina el secreto de su padre, se presenta en escena y dice a Rutelio que disponga de su mano. Este, que tiene ya preparado todo lo necesario, hace entrar al notario y testigos para firmar las capitulaciones matrimoniales. Cuando Margarita va a firmar, se oye la voz del pescador que canta en la playa; Margarita al oírlo cae desmayada; vuelta en sí se niega a firmar, pero Rutelio la obliga, amenazándola con entregar a su padre al verdugo. Margarita firma convulsamente, y en este instante se presenta el pescador, volviendo a repetirse la escena del primer acto, pues al lanzarse sobre él Rutelio se presenta el Monje negro y le amenaza con revelar un secreto que le compromete grandemente, si intenta algo contra el pescador.

Acto III

Margarita, resignada, cuenta a su padre sus inocentes amores con el pescador; el Conde enternecido, coge la mano de su hija, y al hacerlo descubre un anillo de hierro y pregunta a su hija cómo ha llegado a sus manos. Margarita le dice que se lo entregó Rodolfo en prueba de su amor. El Conde sale precipitadamente en busca de Rodolfo para averiguar como llegó a sus manos el anillo. Margarita se queda sola en la escena cuando se abre una ventana y salta por ella Rodolfo con un puñal, dispuesto a matar a la joven, al suponer que no ha sido fiel a su amor. Se escucha la tempestad, a cada instante penetra por la ventana un relámpago, inundando de luz la habitación que ha quedado a oscuras. Rodolfo encuentra a Margarita, y cuando se dispone a atravesar su corazón con el puñal, otro relámpago ilumina a Margarita que, de rodillas, le pide la muerte. Rodolfo deja caer el puñal y dice, como dirigiéndose al relámpago: "Vivo destello fugaz / de su hermosura galana / limpio reflejo de paz / ¿entraste por la ventana / o brotaste de su faz?". Entra el Conde y Rutelio y todos se sorprenden al hallar a Rodolfo junto a Margarita. El Conde, antes de castigar el atrevimiento de Rodolfo, le pregunta cómo llegó a sus manos el anillo que regaló a su hija. Rodolfo le contesta que su padre se lo entregó. El Monje negro, que ha entrado en la escena, explica que Rodolfo es hijo del noble Ramiro, amigo del Conde, ligados ambos con tan estrecha amistad que concertaron las bodas de sus hijos cuando éstos eran niños, y para sellar el pacto el Conde puso en manos del hijo de Ramiro el anillo que había encontrado en manos de su hija Margarita. El Conde, al reconocer al hijo de su amigo, le abraza con entusiasmo, pues le suponía muerto en el naufragio de un buque. El Monje negro manifiesta que Ramiro fue asesinado en el buque por un criado llamado Gaspar, para apoderarse de su riqueza, y después arrojó al hijo de su amo al mar, cuando él, que era el contramaestre de aquel buque, se lanzó en pos del niño, salvándole gracias a un milagro, y gracias a ese milagro había decidido dedicar su vida a Dios. Añade que aquel criado, con la riqueza de su dueño, se había abierto paso en el mundo y que en la actualidad se hacía llamar Rutelio, Conde de San Marcial. Rutelio, aprovechando el instante en que el Conde y Margarita abrazan a Rodolfo, baja por la escala por donde éste había subido, que se rompe bajo el peso de su crimen, estrellándose contra las peñas.

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