El maestro Campanone (Argumento)



El maestro Campanone

El maestro Campanone, Reducción en un acto de la Zarzuela en tres Campanone se estrenó en el Teatro Cómico de Madrid, el día 13 de Octubre de 1905. Sus libretistas, Di Franco, Frontaura y Rivera. Música de Giuseppe Mazza. Adaptación Vicente Lleó.

La acción se sitúa en Lisboa a finales del siglo XVIII. 

Acto I

En el escenario de un teatro se está ensayando una ópera, cuyos fragmentos corales está dirigiendo el maestro Don Sandalio, quien se desespera por las incorrecciones que cometen los coristas. El trabajo se ve interrumpido por la llegada de Don Pánfilo, el poeta autor de la ópera, que lee unos nuevos versos que acaba de escribir. Alaba al maestro con poesías, pero dice que la música podría ser mejor. El entiende de esto, como de muchas otras cosas, pues ha sido músico, sastre, pintor, peluquero y, por fin poeta. Con este nuevo oficio dice que cree haber hallado su suerte, que hasta el momento no ha sido muy generosa para ayudarle a mantener una mujer que le ha dado "siete ediciones de mi estampa". Don Sandalio, el maestro del coro, también confía que la ópera se estrenará en breve, aunque bien es verdad que hasta el momento no tienen director de orquesta, entre otros problemas nada favorables al estreno: la primadonna lo hace todo, menos estudiar; el tenor se ocupa más de la primadonna que de la ópera; el bajo está con tercianas; el maestro Campanone no hace más que corregir su música, y el empresario tiene muchas ilusiones, pero poco dinero. Claro que Don Pánfilo tiene todavía menos, y sólo a cuenta del estreno de su ópera le fían en la hostería.
Llega Corila, la primera triple de la compañía. Pregunta, celosa, por el tenor, que no ha llegado todavía. Ensaya su romanza y al término aparece Alberto, el tenor. Se confiesan su mutuo amor, no sin que aparezcan de nuevo los celos de Corila, a quien el tenor quiere convencer de que un artista debe estar a bien con las damas y los caballeros. Llegan Don Fastidio, el empresario, Don Pánfilo y Don Sandalio. No encuentran un violín que les falta para la orquesta, pero si es preciso lo tocará el propio empresario.
La aparición del maestro Campanone, saludando optimista y enfático respecto a su música, señala el principio del ensayo. No han llegado el bajo ni la segunda soprano, pero no importa. Don Pánfilo y Campanone se reparten estos papeles. El ensayo es un auténtico embrollo complicado además por los celos que la tiple siente de la comprimaria.
La prueba se interrumpe, con la llegada de los autores, que ven muy mal el estreno de su ópera. Han llegado los trajes. ¡Otra complicación!
Nadie está conforme con el que le toca para su personaje, y la tiple no quiere salir despeinada, según exige el argumento. Don Pánfilo afirma que son artistas de pega, pero el empresario lo arreglará todo a gusto de todos. El caso es estrenar. Otro ataque de celos de la tiple, porque el tenor no está en escena con ella, complica más las cosas. El director de orquesta no llega y se decide que dirigirá el propio compositor, Campanone. El ensayo de la sinfonía acaba con los nervios del maestro, incapaz de hacer tocar correctamente a la orquesta. El empresario se lamenta de su mala suerte y, todos, de la angustiosa situación económica que ha de salvar el estreno de la ópera. Al fon, dos cartas oficiales traen la esperada solución. La obra se estrenará pronto en las mejores condiciones y con asistencia del Rey.

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