La bruja (Argumento)



La bruja

La bruja, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 10 de Diciembre de 1887. Su libretista, Miguel Ramos Carrión. Música de Ruperto Chapí.

La acción se sitúa en los tres últimos años del siglo XVII, coincidiendo con el fin del reinado de Carlos II, "El Hechizado".

Acto I

En una casa del valle del Roncal, propiedad del cazador Leonardo, éste vive con su madrastra Magdalena y Rosalía, hermanastra del joven. El mozo Tomillo comenta en la cocina de la casa ante un auditorio de mozos y mozas que esa misma noche ha visto una bruja, de la que ya se hablaba en el pueblo desde hacía tiempo. Tomillo da detalles y cuenta que le ayudó a vadear una charca por lo que la bruja le recompensó con un doblón. Tomillo está enamorado de Rosalía y ésta le corresponde aunque su madre se opone a las relaciones porque cree que él no tiene dinero. La desesperación de éste es paralela a su exaltado odio a la madre de Rosalía. Cuando llega Leonardo, Tomillo le comenta sus penas. Pero también le relata lo que ocurrió con la bruja y le confiesa que es una mujer agradable, aunque imprima mucho respeto. Leonardo, curiosamente, también conoce a la bruja desde hace tiempo. En cierta medida ella le protege. El joven está triste porque se ha enamorado de una bella mujer a la que únicamente vio una vez bañándose en las aguas del río junto al bosque. Intentó perseguirla pero la perdió. Aunque la busca todos días, no lo ha encontrado, a pesar de que la bruja le instó a que tuviera paciencia y no perdiera la esperanza y le aseguró que esa mujer llegará a ser su esposa. Tomillo sigue sin encontrar una solución a sus problemas, aunque Magdalena le ha señalado que si llega reunir cien doblones, podría casarse con su hija. Siguiendo el método de Leonardo, toma el cuerno de caza y llama a la bruja, que le entrega una bolsa con dinero. Encantados Tomillo y Rosalía le dan las gracias. Al quedar solos, la bruja le comenta a Leonardo que es ella misma a quien vio bañándose. Le cuenta su historia, que era una mujer bella, que nunca había querido a ninguno de sus numerosos admiradores. Estos se unieron contra ella, solicitaron la colaboración de un hechicero, consiguiendo que la convirtiera en una vieja horrible. La única forma de que pueda volver a su aspecto original es encontrar a un hombre capaz de los mayores sacrificios para conseguir honores y riquezas, unido a un cariño noble. Leonardo le promete que cumplirá lo exigido. Al día siguiente, parte para Italia a luchar en los Tercios españoles, en busca de fama y gloria.

Acto II

Han pasado los años. De Leonardo no se ha vuelto a hablar en el pueblo al darlo por muerto. Rosalía y Tomillo, casados, ya tienen tres hijos y la abuela Magdalena es feliz con ellos. Como el hombre ha prosperado, se ha comprado un molino. Durante las fiestas del pueblo, tienen lugar los inevitables partidos de pelota. De repente aparece Leonardo que ha vuelto glorioso, convertido en capitán de los Tercios para ofrecer a la bruja sus éxitos. Se encuentra con Tomillo y Rosalía que no se creen lo que ven. Ruega que no publiquen su presencia, ya que quiere reunirse con la bruja para que recobre su personalidad. Corre hacia el castillo donde vive. Sin embargo unos momentos más tarde llegan el Inquisidor y sus guardias, con la misión de apresar a la bruja, de quien tanto se habla. Todos habitantes, incluido el cura, señalan su temor por la mujer ya que conocen sus hábitos caritativos. El Inquisidor reclama que algunos mozos le acompañen. Todos obedecen sus órdenes, asustados. Mientras, Leonardo tiene tiempo para de llegar al castillo. Tras el toque de cuerno de aviso, aparece la bruja que se emociona ante los éxitos del joven. De repente Tomillo y Rosalía llegan para avisarles y dispuestos a prevenirles de la llegada del Inquisidor. Cuando Leonardo se dispone a defenderla, ella señala su capacidad de defenderse por sí misma. Se mete en el castillo, cerrando las puertas, mientras que Leonardo, Rosalía y Tomillo se esconden. Cuando llega el Inquisidor y sus hombres, se encuentran sin respuesta hasta que las puertas se abren y aparece la misma bella joven que viera Leonardo. Ante el Inquisidor y los presentes, la mujer se da a conocer como Blanca de Acevedo, hija del dueño del castillo, cuyo padre había muerto en el destierro, quedando ella huérfana. Creó el misterio a su alrededor intentando quedar al margen de la vida cotidiana, aunque pendiente de hacer el bien. Está dispuesta a seguir al Santo Oficio. Se entrega y parten hacia donde han de juzgarla por hechicería. Leonardo sufre la separación aunque vuelve a él la esperanza porque sabe que Blanca le espera.


Acto III

Ha pasado algún tiempo. El Rey Carlos II ha muerto y Felipe V empieza su reinado. Blanca, juzgada y condenada, está interna en un convento en Pamplona, muy cerca del cuartel de Leonardo. Este quiere rescatarla. Con la ayuda de Tomillo y Rosalía y valiéndose del fanatismo que hay dentro, donde no ven más que brujas desde la llegada de Blanca, Leonardo logra sacarla de allí, haciéndoles creer a las monjas que las propias brujas le habían llevado. La superiora del convento da las gracias al capitán cuando éste le comunica que nunca más volverán las brujas al convento.

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