La chula de Pontevedra (Argumento)



La chula de Pontevedra

La chula de Pontevedra, Sainete en dos actos se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el día 27 de Febrero de 1928. Sus libretistas, Emilio Paradas y Joaquín Jiménez. Música de Pablo Luna y Enrique Bru.

Acto I

En un pobre rincón en la carretera de Extremadura, Eloy, un viejo trapero que tira de su borrica ayudado por su hija Lucía, sale con el alba hacia el trabajo. Salmonete, mozo de pescadería, les desea buena jornada y saluda a Gervasio, un sereno que va de retirada, que se encuentra con que Rita, su mujer se ha marchado. Al parecer ésta, que estaba en casa de una vecina Restituta, se enfada por los comentarios de Gervasio y discuten con la mediación de los vecinos. Procedente de una aldea gallega llegan Rosiña, sobrina de Gervasio y el padre Negreira, que acompaña a la chica para que encuentre trabajo en la capital. El cura recrimina a Gervasio que viva con Rita sin casarse y le da dinero para que solucione esa pecaminosa situación. Rosiña -cantando aires gallegos- se coloca en la pescadería donde trabaja Salmonete, aunque rechaza las insinuaciones del mozo y de militar gallego llamado Piñeiro. Mariano Porriño, el dueño de la tienda, está ausente la mayor parte del día, acompañando al padre Negreira en sus visitas por Madrid. Mientras, el encargado Manolo está enamorado de Carmen, la mujer del dueño, quien molesta intenta evitarle para no crearle falsas expectativas. Rosiña le sorprende en su acoso y al amenazarle con contar la situación comienzan a pelear. En medio de la pelea son sorprendidos por Mariano, aunque Rosiña por no comprometer a Carmen cuenta que fue ella a quien intentó abrazar.

Acto II

En la pescadería, Rosiña le dicta a Salmonete, una carta para su madre quien insiste en sus cortejos. Manolo sigue presionando a Carmen, mientras Gervasio y Rita insisten en pedir dinero por su boda al padre Negreira. La chica gallega se ha convertido en toda una chula madrileña e incluso canta cuplés chulescos con mucha gracia. Carmen se decide a huir con Manolo, pero Rosiña la convence para que desista en su locura. La moza gallega es sorprendida por Mariano con el equipaje de su dueña, que piensa que estaba robando y por no delatar a Carmen admite su culpa, siendo expulsada de la pescadería. En el siguiente cuadro es noche cerrada y de una taberna gallega en la calle Segovia sale Gervasio sujetando a su amigo Farruco, que tiene una borrachera llorona. Dos guardias de seguridad, Teodomiro y Casiano, comentan a Gervasio los rumores de que el sereno se encuentra todas las noches con una joven. Gervasio contesta que se limita a alumbrarla por el hueco de la escalera y que prepara para pasado mañana su boda con Rita. Cuando se retiran todos llega Rosiña, que canta siguiendo el compás de una gaita que sueña desde la taberna; luego le cuenta a su tío que la han echado de la pescadería por robar. También Salmonete, que aparece buscando a Rosiña, ha sido expulsado acusado de cómplice. Todos se quedan esperando a que amanezca para buscar una solución. Dos días después, se celebra la boda de Gervasio y Rita en el patio de su casa, a ritmo de jazz.band. En medio de la fiesta llega Mariano con una carta en la que Manolo, que ha desaparecido, se culpa del robo, descubriendo la inocencia de Rosiña que es readmitida en la pescadería como una hija, junto a Salmonete. Todos celebran el feliz desenlace.

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