La condesa de la aguja y el dedal (Argumento)



La condesa de la aguja y el dedal

La condesa de la aguja y el dedal, Zarzuela en dos actos se estrenó en el Teatro Madrid de Madrid, el día 8 de Abril de 1950. Sus libretistas, Jesús María Arozamena y Adolfo Torrado. Música de Jesús Guridi.

Acto I

La acción transcurre en el mes de junio de 1872 en el Madrid de Amadeo de Saboya. Castelara, joven agraciada y sabihonda; Catalina, feucha y mayorcita; Raquel y Emilia son oficialas del taller de costura "Isabel Jiménez, modas y disfraces". Entra Guillermo, hijo de la maestra, desaparecido tras días de juerga, preguntando por su madre. Aparece Gloria con un vistosísimo traje blanco, es muy bonita y va a cumplir veinte años; hija de unos parientes pobres de Isabel, la maestra la recogió en su casa cuando apenas tenía un año, Guillermo está enamorado de ella. Isabel Jiménez, la maestra, se ha enriquecido con el próspero negocio pero ella no pierde el aire limpio y popular de la humildísima cuna. Gloria se prueba el traje que se está preparando para la condesa de Siete Picos para un baile de disfraces que organiza la duquesa de Durangal; radiante de belleza embelesa a todos y la Castelara le dice que es la condesa de la Aguja y el Dedal. Entran Gonzalo, teniente, y Luís, alférez, a quienes ha correspondido resolver sobre una pedrada que Ricardo, amigo de Guillermo, ha lanzado al Rey en un atentado y buscan al autor. Al ver a Gloria quedan prendados de su belleza y la toman por la condesa de Siete Picos, quedando citados para el baile. Gloria tiene que salir corriendo al ver por la ventana llegar al conde de Siete Picos, setenta años y miope; con los nervios ocurre un accidente: el vestido de la condesa sufre una enorme quemadura y la señal de la plancha queda marcada en el delantero. Llega Leocadia, condesa de Siete Picos; los colores de su vestido y de su sombrilla son detonantes, el sombrero es un verdadero frutero, sus modales ordinarios, coqueta y poco agraciada. Al llegar, Isabel le enseña, sin saber nada, el vestido a la condesa, que, al ver la quemadura, se desmaya; tiene lugar una fuerte discusión entre ambas y la condesa se marcha sin el vestido. Gloria comenta el episodio con Gonzalo e Isabel y esta se da cuenta de que el tal Gonzalo es el hijo de su antiguo novio que la abandonó, por lo que en vez de regañar a Gloria, decide ayudarla para que acuda al baile suplantando a la condesa de Siete Picos y así vengarla enamorando al joven húsar. 

Acto II

Cuadro primero: Noche calurosa de verano. Un portero pomposo va recibiendo a los invitados al baile de disfraces ante el palacio de la duquesa viuda de Durangal. Van llegando los invitados; el conde de Siete Picos con antifaz y tratando de pasar de incógnito, pues ha mentido a su mujer diciendo que iba a un velatorio; Isabel y Gloria, ésta con el traje quemado al que se ha puesto una rosa negra tapando el agujero; y los militares Luís y Gonzalo. Mas tarde lo hace el general Madrigal, padre de Gonzalo, cincuenta años magníficamente llevados, viudo y antiguo pretendiente de Isabel.
Cuadro segundo: Jardín del palacio, estatuas y farolillos, al fondo en el salón bailan las parejas. El general Madrigal charla con Montaño, torero de moda. Llega la condesa de Siete Picos que, al final, ha decidido ir en tranvía sola al baile. Durante el baile Gonzalo le pide a Isabel que interceda por él ante Gloria y esta le arregla una cita con ella en la reja de su taller. Guillermo, celoso, acude a la fiesta y se enfrenta a Gonzalo por Gloria, lo desafía y se retan a duelo en la verbena de San Antonio, Isabel, aterrada, aborda al general Madrigal y le confiesa que Guillermo es hijo suyo también, por lo que debe impedir el duelo.
Cuadro tercero: Amanece en Madrid. Verbena de San Antonio en La Florida, a la que acuden los que quieren buscar pretendiente. Van llegando algunos invitados a la fiesta.
Cuadro cuarto: Puestos y carruseles en la romería. Mientras bailan, un hombre lee un bando firmado por el general Madrigal que anuncia una revuelta republicana y cita a todos los militares, Gonzalo llega vestido de calle. En la ermita se enfrentan Guillermo y Gonzalo con navajas; Isabel se interpone entre ellos y el general Madrigal desvela ante todos el secreto de que son hermanos, con lo que se impide el duelo. Ante ello Gonzalo abraza a Guillermo y se ofrece como padrino de boda a Guillermo y Gloria.

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