La dolorosa (Argumento)



La dolorosa

La dolorosa, Zarzuela de costumbres aragonesas en dos actos se estrenó en el Teatro Apolo de Valencia, el día 23 de Mayo de 1930. Su libretista, Juan José Lorente. Música de José Serrano.

Acto I

Es primavera. En un convento de cartujos el hermano Rafael está pintando un cuadro que trata el tema de la dolorosa. Le ayuda en lo más elemental el joven Perico, un sencillo huertano. Se acerca el padre Lucas, muy receloso con la espiritualidad del pintor, y el prior, mucho más comprensivo. Rafael intenta explicarles lo que pretende reflejar en su cuadro que a la vista de los monjes resulta demasiado carnal, porque quizá intuyan que detrás de la imagen divina se oculta la inspiración de una mujer concreta. Más adelante, Rafael abandona la escena para buscar utensilios con los que comenzar a enseñar su arte a Perico y éste se queda a solas con Nicasia, quién no sólo se le insinúa, sino que llega a imaginar como será el día de su boda con el mozo, juego en el que éste va entrando cada vez más convencido. Cuando están abrazados son sorprendidos por sus padres, con lo que la boda pasa a ser más real que ficticia: el compromiso se hace oficial. De pronto llega la noticia de que una mujer con un niño ha acudido desfallecida al convento en busca de auxilio. Es acogida por José y Juana, padres de Perico. El joven reconoce en ella a la virgen que está pintando Rafael. Este, por su parte, se encuentra con la mujer a quién, efectivamente, conoce y de la que estuvo enamorado: ella es Dolores y dice haber sido despreciada por el hombre que la ha hecho madre. Dolores le canta al niño una nana y el acto se cierra con un breve recuerdo de la romanza inicial de Rafael

Acto II

Se recogen flores para la fiesta de la Virgen. Perico y Nicasia piensan que en el supuesto caso de que el hijo de Dolores fuera llevado al hospicio, ellos lo adoptarían. Mientras, Rafael y Dolores se encuentran y expresan sus sufrimientos y sus anhelos. En el interior del convento el prior canta su preocupación por el hermano pintor, pues le sabe torturado por el amor. Los ecos de la fiesta llegan hasta el convento haciendo vacilar a Rafael a la hora de cumplir con sus obligaciones religiosas. Cuando el prior le pide explicaciones, el pintor confiesa su piedad y su amor hacia Dolores. Indulgente, el superior le recomienda que abandone su noviciado a la mañana siguiente. 
Exterior del convento, la vega en fiestas. Perico y Nicasia discuten y coquetean. Ellos y sus padres van a ir a la ermita, mientras que Dolores prefiere quedarse en casa. Por su parte, Rafael, con atuendo de seglar, sale del convento. Por fin ambos se juntan, pero más que amor lo que parece prevalecer es sumisión y agradecimiento en Dolores porque Rafael se hace cargo de la situación, y sensación de deber cumplido en el pintor, aunque la música parece insinuar algo más profundo.

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