La Duquesa del Candil (Argumento)



La Duquesa del Candil

La Duquesa del Candil, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro Madrid de Madrid, el día 17 de Marzo de 1949. Sus libretistas, Guillermo Fernández-Shaw y Rafael Fernández-Shaw. Música de Jesús García Leoz.

Acto I

En los jardines de La Granja, la corte se divierte durante el reinado de Felipe V. Unas parejas nobles bailan una ceremoniosa danza. Antonia, Duquesita del Lirio Blanco, comenta con Gonzalo, el Marquesito del Aire Bueno, recién llegado de la corte de Versalles, las características de los bailes de allí que se han importado a España y la primera celebra la buena elección del segundo en lo que a la selección se refiere. El Marqués, su padre, se hace eco insistente de la realidad parisina. Llega el Duque, un aragonés recio, a la antigua, padre de la Duquesita, que con gran enfado le reprocha al Marqués su actitud aduladora con los favoritos de Felipe V, afeándole una sensibilidad que "ofende las costumbres heredadas". Como justificación, el Marqués le cuenta lo que ha visto en Versalles y toca el punto flaco del Duque cuando le habla de la calidad de sus vinos. Se marchan después de la discusión cuando llega Paca que viene huyendo del bosque. Se esconde mientras el Marqués se dirige a varios nobles para explicarles una farsa mitológica que van a ver, bajo una pantomima que se representa en escenario. La concurrencia celebra la representación. La Duquesita, mientras, parece mostrar una actitud celosa hacia el Marquesito cuando, de repente, aparece la Paca forcejeando con los guardias que la traen sujeta. Le preguntan quién es y ella responde que es una lugareña que cuando iba a beber agua, perdida ya en La Granja, fue acosada por los guardias. El Marqués despacha a la guardia ya que la joven ha despertado su interés. Para presentarse canta una serrana donde convence a todos de sus buenas intenciones. Sin embargo, la llegada de Colás, un lugareño que va detrás de ella, sirve para desvelar que la joven no es segoviana sino la maja más madrileña del Candil y le reprocha su interés por el Marquesito con gran enfado mutuo y despiste de los cortesanos. Aparecen Gonzalo, El Marquesito, y la Duquesita. El primero se sorprende al ver a Paca quién también da a conocer que Colás es sólo el guitarrista del baile y tiene un gran interés por la Duquesita. Gonzalo, para quitarse de en medio a Paca, le dice que va a ir al baile el martes y le entrega en prenda una bolsa con dinero. La duda surge en los sentimientos de la Duquesita que, en realidad, también se muestra muy atraída por Colás. La confusión de adueña de los personajes dando paso al final del acto.

Acto II

Tiene lugar en el patio de un Baile de Candil madrileño, una especie de viejo y anchuroso sótano. Cuando se alza el telón se ve cómo bailan dos majas un bolero. Se suscita una discusión muy fuerte entre la Desgarrona, madre de la Paca, y la Huesuda, madre de Colás, ambas alcahuetas. Los respectivos hijos ponen paz cuando llega el Duque que reclama a la Huesuda la presencia de alguna de sus "chicas" a lo que ésta afirma que esta noche no han llegado aunque, ante los ofrecimientos económicos del Duque, le permite llevarse a un reservado a dos boleras. Aparece, de repente, el Marqués que también reclama a sus "niñas". Cuando va a salir con ellas vuelve de improviso el Duque, en busca de algún músico que amenice su estancia, cuando se tropieza con el Marqués. Ambos se echan en cara mutuamente su presencia allí. Al final optan, sin embargo, por juntar ambas fiestas en un reservado. La sorpresa se adueña de todos cuando ven aparecer a la Duquesita con gran regocijo de Colás. Este, dando un respingo, celebra su llegada y refleja su pasión por la Duquesita que demuestra idéntico interés por él. Después de un baile, la coronan como Duquesa del Candil en una especie de homenaje popular. Cuando, en plena fiesta, se unen el Marqués y el Duque, éste es reconocido por su hija que se desmaya por el susto. Buscando una excusa, dice que ha venido a buscarle porque sabía de su presencia en este tipo de bailes. En plena crisis, aparece el Marquesito. Todos se asombran cuando se ven. Tras la inevitable confusión, se entregan la Duquesita a Colás, y el Marquesito a la Paca que cantan un doble dúo donde expresan sus sentimientos paralelos. A requerimiento de sus padres se ven obligados a guardar algunas apariencias aunque acaban aceptando la relación y señalando la inminente boda. Todo se quiebra cuando aparece el alguacil. El Marqués y el Duque se esconden, mientras otros nobles se escapan. Cuando Gonzalo se encara con el alguacil, éste opta por detener a todos los presentes. Al abandonar el local, El Marqués y el Duque abandonan sus escondites, avergonzados de la situación, dando fin al segundo acto. 

Acto III

Tiene lugar en la Puerta del Sol, al mediodía, en pleno trasiego de vendedores y gentío. Después de una escena popular, dos caballeros, Don Juan y Don Gil, comentan el escándalo que supone la relación de los hijos de sendos nobles con miembros de la baja sociedad. A pesar de todo, y ante la manifiesta curiosidad general, esperan la llegada de los novios que se van a casar en la iglesia del Buen Suceso. Previamente comenta el Duque con Colás su nueva realidad. Confundida, Antonia canta una romanza en la que expresa sus dudas ante su inminente boda. También en la pareja que forman Paca y el Marquesito ha surgido la polémica. El marqués se muestra muy agresivo con la madre de Paca, a la que desprecia, lo que genera una algarabía general. Ello sirve de base para que todos se den cuenta de que se han equivocado en sus respectivas parejas y en sus sentimientos. Al final se produce la boda, pero de Antonia con Gonzalo y de Colás con Paca, que reciben el aplauso general.

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