La rosa del azafrán (Argumento)



La rosa del azafrán

La rosa del azafrán, Zarzuela en dos actos se estrenó en el Teatro Calderón de Madrid, el día 14 de Marzo de 1930. Sus libretistas, Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Música de Jacinto Guerrero.

La acción se sitúa en un pueblo de La Mancha -quizás Manzanares-, en un año impreciso de la década de 1860.

Acto I

Primer cuadro. En la casa de unos acomodados labriegos, se celebra el santo del amo. Entre los mozos, criados y pastores que lo están festejando se encuentra Juan Pedro, joven formal que corteja a Catalina; ésta también sufre las "atenciones" del santero Moniquito, muchacho que ha llegado paseando una imagen de San Roque, y que pronto es rechazado por Catalina. También acude a la fiesta el anciano Don Generoso, antiguo dueño de la casa que perdió la razón cuando murió su hijo y ahora se pasea con su "ejército carlista", integrado por mozalvetes que medio juegan a soldados y medio se ríen del pobre viejo loco, para derrotar a Espartero. El ama Sagrario defiende al anciano demente de las crueles burlas, Catalina cuenta al ama que Juan Pedro -joven gañán forastero que ha llegado para trabajar en la venta y que dice no haber conocido a su padre- le ha pedido una cita. Sagrario aprueba la relación ya que tiene una buena opinión del joven- y se siente atraída por él- pero, al no considerar adecuado que los novios duerman bajo el mismo techo antes de sus esponsales, exige a Juan Pedro que no duerma más en la casa. Sagrario llama a Juan Pedro y le pregunta cómo explican los hombres el amor, pues ella no ha tenido nunca un amante, por su talante más bien orgulloso; en el diálogo el ama lanza una indirecta al joven que éste no entiende, pero Catalina sí, y comprendiendo los sentimientos del ama, decide rechazarla. Ya no haría falta que durmiera fuera de la finca, pero el ama insiste en que se vaya.
Segundo cuadro. Juan Pedro y el resto de los mozos salen de noche a rondar a las mozas. En la casa están mondando la rosa del azafrán, labor en que cada moza trabaja con su amado. Sagrario, que, como de costumbre, trabaja sola, confiesa a Custodia su amor por Juan Pedro a la vez que le confirma que es hijo de la inclusa. Llega Juan Pedro y, cuando todos esperan que dirija una copla a Catalina, canta al ama Sagrario. Al oír la copla ésta cree que se trata de una burla y ordena suspender el trabajo.

Acto II

Cuadro primero. Han pasado diez meses; Juan Pedro, que ha partido de la finca, regresa para dar el pésame a Carracuca -cuya mujer ha fallecido de "histérico"-, y dispuesto a encontrar una novia para casarse. Catalina ha decidido, entre tanto, casarse con Moniquito aunque tenga que vivir de las escasas limosnas que entrega la gente a San Roque. Juan Pedro confiesa a Custodia que está enamorado del ama Sagrario y que sabe que es un amor imposible por la diferencia social; sólo aspira ya a casarse con una joven de su clase. Llega Sagrario, quien convencida de que el joven todavía ama a Catalina, le despide; Juan Pedro, aunque le declara su amor, comprende que es imposible. Cuando el mozo decide partir se encuentre de nuevo con Custodia que lo propone como solución que se haga pasar por el hijo fallecido de Don Generoso pudiendo así casarse con el ama.
Cuadro segundo. El joven regresa convertido en el hijo de Don Generoso, que, emocionado al creer que vuelve a abrazar a su verdadero hijo, recupera la razón.
Cuadro tercero. Se celebra una fiesta por la unión de Catalina y Carracuca, ante la desesperación de Moniquito. Juan Pedro decide contar a Sagrario la verdad que ella ya conoce; su orgullo ha cedido por amor, celebrando los dos la alegría de la felicidad en común.

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