La tempestad (Argumento)



La tempestad

La tempestad, Melodrama en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 11 de Marzo de 1882. Su libretista, Miguel Ramos Carrión. Música de Ruperto Chapí.

La acción tiene lugar en un pueblo de Bretaña a principios del siglo XIX.

Acto I

Sucede en la sala baja de la hostería de Simón, frente al mar, y se inicia en plena tempestad, mientras los marineros luchan por salvar sus barcos y las mujeres rezan a una imagen de la Virgen. Pasada la tormenta, los marineros entran en la hostería y beben con alegría, a la par que comentan las incidencias del salvamento de un bergantín, en cuyas labores ha destacado Roberto, hijo de marineros y al que todos elogian por su conducta en el naufragio. Roberto está enamorado de Angela, hija de un comerciante que fue asesinado hace años, y robado, durante una tempestad, cuando esperaba a que reinara la calma, tras la galerna, para embarcar. Entonces no pudo encontrarse al asesino, y Angela pequeñita y huérfana, fue prohijada por el señor Simón con quien vive. Tras el coloquio en el que Roberto cuenta el origen de su vida, sale a escena Simón donde, en su romanza refleja sus temores. Prosigue el encuentro entre Roberto y Angela, donde se declaran su amor mutuo. Posteriormente, Roberto entona su célebre romanza, en la que reconoce y valora sus raíces. Queda definitivamente convenido el matrimonio de los jóvenes, a pesar de la falta de convencimiento de Simón.

Acto II

Se inicia con dos escenas de conjunto donde se canta la boda de los jóvenes, a la que sigue una serenata de carácter cómico y en la que se hace una exaltación de la fortuna que se le supone a Beltrán. Cuando todo es alegría y júbilo, aparece la justicia que quiere detener a Beltrán. Simón, rencoroso de la felicidad ajena, ha acusado a éste de ser el asesino del padre de Angela. El juez afirma que debería expiar su crimen, ante el asombro de todos.

Acto III

Comienza con una escena de conjunto donde se señala la tristeza del desdichado. Sigue un número de voces cómicas. A pesar de que el tribunal a condenado a Beltrán, Angela apuesta por su inocencia. De hecho, nadie en el pueblo cree en su culpabilidad. Beltrán permanece preso en la casa de Simón y Roberto y Mateo barajan su fuga. Mateo, sin embargo, que vigila desconfiado a Simón, sorprende su sueño y en la agitación del mismo oye cómo, entre pesadillas, aquel reconoce su crimen y ve cómo esa confesión la tiene escrita en un papel que guarda en el pecho. Mateo, entonces, le quita el papel y lo lleva al juez, quien se presenta a detener a Simón, que ha intentado, mientras, asesinar también a Beltrán, a quien supone autor del hurto de su confesión escrita. Beltrán es liberado definitivamente de la cárcel y los enamorados celebran el final de sus múltiples padecimientos.

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