Maruxa (Argumento)



Maruxa

Maruxa, Egloga en dos actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 28 de Mayo de 1914. Su libretista, Luis Pascual Frutos. Música de Amadeo Vives.

Acto I

En un prado gallego, la joven pastora Maruxa peina a su oveja Linda cuando escucha una gaita a lo lejos que le hace saltar de alegría. Se trata del también pastor Pablo, que se acerca en busca de su amada. Juntos se emocionan cantando su amor mutuo. El capataz Rufo les ha sorprendido y los pastores escapan corriendo al verle. Los tutores han encargado a Rufo que cuide y proteja los amores de los primos Rosa y Antonio, pero Rufo piensa que a sus años es un papel impertinente. Con muy malhumor y con el propósito de que los primos no se salgan con la suya, el capataz decide marcharse, pero cambia de opinión al ver a Rosa y a su primo, que llegan en plena disputa. Antonio acusa a su prima de su excesivo desdén que acabará obligándole a buscar el amor en otra mujer. El capataz, mientras, interrumpe la discusión alegando que acaba de llegar. Aunque Rosa no le cree, celebra la llegada de Rufo porque le libra de los acosos de su primo, a quien no ama. Antonio, por su parte, se siente contrariado. Comienza a pensar en dar celos a Rosa intentando conquistar a Maruxa. Rosa y Rufo han quedado solos, lo que ella aprovecha para ordenar al capataz que busque a Pablo, al que desea ver inmediatamente porque le ama. Rufo le recuerda que su novio es Antonio y que, de seguir pensando en el pastor, habrá un escándalo. Así que se niega a obedecer. Rosa dice que ella es la que manda, cosa que admite Rufo, aunque se niega a proteger la locura de ésta. De repente Pablo viene cantando, pero interrumpe su canción al verla. Esta le invita a sentarse a su lado y, como en un sueño, le dice que será Maruxa. Pablo entra en el equívoco transportado por la imagen de su Maruxa y entre ambos se desarrolla una escena pasional en la que los deseos de ella van hacia Pablo, pero los de él a la imaginada Maruxa. En el momento que Rosa besa al pastor, aparece Rufo. Avergonzado Pablo, escapa, mientras Rosa maldice al capataz. Maruxa, mientras, ha perdido a su ovejita Linda y la busca. Viéndola en esa situación, Antonio y Rosa se ofrecen a ayudarla. Triste, porque la oveja era un regalo de Pablo, Maruxa acepta con dolor el ofrecimiento que le hace Rosa para entrar a su servicio, cosa que la señora hace con intenciones ocultas. Cuando llega Pablo, Rufo le comenta que se la han llevado porque la señora necesita una doncella.

Acto II

Se desarrolla en la entrada de la casa de Rosa, en la montaña. Rufo ha dado a Maruxa en presencia de Antonio y de Rosa, una carta de Pablo. Como no sabe leer, Antonio propone que se la lea su prima, pero Rosa dice que la lea Rufo, quien astutamente también se niega, alegando que él no está capacitado. Al final es Antonio el obligado a leerla. En ella Pablo muestra su tristeza por la ausencia de su amada. Maruxa quiere contestar, pero como no sabe escribir, lo hará Rosa. Requieren que Rufo la lleve inmediatamente, aunque éste protesta. La pastora se pregunta qué escribir a Pablo, y Antonio le sugiere que le diga que vaya a verla aquella noche. La señorita escribe la carta en términos tan apasionados que sorprende a Maruxa. Con todo, Rosa prosigue su carta, en la que recuerda su encuentro y ruega que vaya Pablo a verla para devolverle el beso que le dio. Maruxa no entiende el significado de la carta y reclama de la señora que no prosiga. Rosa es consciente de que se ha traicionado. Cuando quiere romper la carta, Maruxa le pide, a pesar de todo, que Pablo la reciba para que sepa que ella le espera aquella noche. Se firma la carta con el nombre de Maruxa y Rosa la entrega a Rufo para que la lleve a su destino. Regresa Antonio y pide a Rufo que le entregue la carta. Cambia la hora de la cita con el propósito de que cuando llegue Pablo, él se haya llevado a Maruxa. Llegan Rufo y Pablo, que ya recibió la carta. El pastor está impaciente por ver a Maruxa, pero Rufo le calma diciéndole que no se preocupe que podrá marcharse con su pastora. Esa noche cuando Pablo espera que llegue el momento, canta, Rufo le ve y está decidido a que los primos no se salgan con la suya para favorecer los amores de los pastores. Avisa a Maruxa y la conduce sigilosamente donde está Pablo esperándola. Con ello, el capataz intenta burlarse de los señoritos. Los pastores se abrazan amorosamente y Pablo le devuelve la oveja Linda que es acariciada con emoción por Maruxa. El zagal le pide a ésta que se vaya con él a los prados, a lo que ella accede con entusiasmo. Mientras, Antonio se ha disfrazado de pastor y acude a la hora de la cita, haciendo sonar una esquila, con el propósito de que Maruxa crea el engaño y piense que es Pablo. Pero es Rosa, también vestida de pastora, la que acude al reclamo pensando que va a encontrar a su pastor. En la oscuridad no se reconocen y los dos primos se abrazan apasionadamente, creyendo cada uno por su parte que está con su pastora o pastor. Sólo se darán cuenta de su error cuando escuchen las voces de Maruxa y Pablo, que cantan sus amores.

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