Molinos de viento (Argumento)



Molinos de viento

Molinos de viento, Opereta en un acto se estrenó en el Teatro Cervantes de Sevilla, el día 2 de Diciembre de 1910. Su libretista, Luis Pascual Frutos. Música de Pablo Luna.

Acto I

En una aldea holandesa la estancia de unos marineros ingleses provoca la discusión entre los mozos y las mozas, ya que éstos sienten celos por las atenciones de los apuestos visitantes, que ellas aceptan con agrado. El cabo Stock les cuenta que llevan cuatro años vagando de puerto en puerto en viaje de instrucción a las órdenes del capitán Alberto, príncipe heredero de una corona real. La nueva noticia provoca el alborozo de ellas y desencadena aún más los celos de ellos, El ingenuo Romo se muestra desconsolado porque ama a la hermosa Margarita, aunque no se atreve a declararle sus sentimientos. Los chicos del pueblo deciden mostrar indiferencia para ver cómo reaccionan, no dirigiéndoles la palabra, aunque ellas -encabezadas por Margarita- comentan que sólo pretenden darles celos. Una vez que se han retirado todos, al son de una marcha entran unos oficiales ingleses leyendo las cartas de las enamoradas que han dejado en otros lugares. Sabina, una vieja del pueblo, persigue al cabo Stock, ante su desesperación pues no sabe cómo librarse de ella. El capitán Alberto le recrimina su innoble actitud y obliga a su subordinado a que mantenga su promesa, aunque cuando Sabina se marcha todos se ríen de la escena. El capitán se encuentra a solas con Romo, ofreciéndole su ayuda agradecido por haberle salvado del naufragio. El mozo le cuenta que quiere casarse con Margarita, pero no sabe cómo pedírselo. La noticia sorprende al capitán, ya que se siente también atraído por la hermosa moza. Sin embargo, manteniendo su promesa, el capitán le dice que pruebe cantándole una copla al pie de la ventana. Romo lo intenta con no muy buen resultado y el capitán le muestra cómo se hace, entonando una hermosa y lírica serenata. Romo piensa que será mejor mediante una carta y le pide al capitán que se la escriba. Una vez más, se ve pasar a las mozas coqueteando con los marineros ingleses, ante los celos de los mozos del pueblo. Margarita, mientras lamenta que es la única que no tiene novio, casualmente ve cómo escribe la carta el capitán y se la entrega a Romo. Tímidamente Romo se la da a Margarita quien la lee con pasión, pensando que es el propio capitán quien se le declara. Los mozos les sorprenden y reprochan a Romo haber roto su palabra de no hablar a las mujeres. Cómo disculpa Romo, pensando que miente, dice que la carta es del capitán. Los mozos atacan entonces a Margarita por dejarse cortejar por el capitán forastero y cuando la situación llega a su máxima tensión, sale el capitán defendiéndola. En medio de la discusión, descubre que la carta la escribió a petición de Romo, ante el desconsuelo de Margarita. De noche, los mozos y mozas parecen reconciliarse al dirigirse a la fiesta de despedida de los marineros. Alberto se acerca a Margarita para consolarla y le cuenta que escribió la carta por una promesa con Romo, pero que realmente la ama. En medio de su pasión, Romo les ve abrazándose. Es noche cerrada y el cabo Stock se acerca para despertar al capitán comunicándole que la tripulación está lista para marcharse. El capitán se aleja con tristeza por dejar a Margarita, entonando el tema de la serenata. Cuando se va, sale Margarita y Romo le informa que ha huido, y ambos quedan destrozados por no ver consumado su amor. A lo lejos se escucha nostálgicamente una vez más el tema de la serenata en la voz del capitán.

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