Monte Carmelo (Argumento)



Monte Carmelo

Monte Carmelo, Comedia lírica en tres actos se estrenó en el Teatro Calderón de Madrid, el día 17 de Octubre de 1939. Sus libretistas, Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Música de Federico Moreno Torroba.

Los hechos tienen lugar en Granada a mediados del siglo XIX.

Acto I, II y III

Tienen como protagonista a una familia de la nobleza integrada por Mamá Dolores (la abuela), don Sancho, Marqués del Avellano (el padre), Esperanza y Rafaela (las hijas). La afición a las juergas de don Sancho le ha llevado a contraer numerosas deudas que han situado a la familia en estado de quiebra. Mamá Dolores anuncia la llegada a Granada de su sobrino Manrique, conde de Monte Carmelo, con el que pretende casar a una de sus dos nietas (primas, pues, de Manrique). Esperanza ya tiene un amor, aunque es de los imposibles, ya que se trata de un cura: Juan María, que es secretario del arzobispo. Pero la abuela no lo sabe y, metida a casamentera, ha invitado a tomar chocolate al bueno de Manrique y a otros personajes, entre los que figura don Lope, capitán general, y su ayudante, el oficial de caballería Luis Doncel. Don Lope advierte a don Sancho que si no liquida pronto sus deudas será despojado de sus posesiones. Mientras tanto, alguien encuentra por ahí una liga de mujer, lo que desencadena cierto revuelo entre los hombres, que hacen apuestas sobre cuál de las féminas presentes en el sarao podría ser su dueña. Luis Doncel, que cree que pertenece a Rafaela, proclama su amor por ella, y se entabla un equívoco diálogo entre los dos, de resultas del cual Rafaela, para provocar los celos del oficial, se cita con Manrique para pelar la pava en la reja. La otra joven, Esperanza, perdida toda ídem de progresar en su relación con Juan María, se ofrece a Manrique, desesperada, para casarse con él. Sin embargo, acaba pensándolo mejor y decide hacerse monja. Por su parte, Rafaela y Luis Doncel se comprometen formalmente. En vista de ello, Manrique les ofrece como regalo de bodas los pagarés de don Sancho, una vez saldadas las deudas, y además le da la liga a Luis diciéndole que le pertenece, pero al verlo Mamá Dolores, se la quita de las manos, pues era ella quien la había perdido.

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