Caramelo (Argumento)

Caramelo
Caramelo, Juguete cómico-lírico en un acto y cinco cuadros se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid, el día 19 de Octubre de 1884. Su libretista, Javier de Burgos. Música de Federico Chueca y Joaquín Valverde.

La acción tiene lugar en Andalucía en época contemporánea al estreno.

Acto I

Cuadro primero. Juana y varias vecinas se disponen para ir a la corrida en la que tomará la alternativa Antonio, joven torero enamorado de Rosario, que se queda rezando en casa. Se oyen cencerros que anuncian la llegada del Señó Juan, padre de la joven, que había salido temprano a buscar un toro, llamado Caramelo, que se había desmandado. Rosario decide no contarle que ha estado allí el tío Lagarto, gitano intrigante. Juan se muestra seguro del triunfo de su ahijado Antoñito en la corrida de toros de la tarde. Llega Antonio, vestido de torero en plaza, con capote de lujo, para saludar a su novia, declarándose ambos su amor. Todos se van a la plaza, salvo Rosario, que reza una plegaria a la Virgen.
Cuadro segundo. En una calle, el tío Lagarto convence a Miguelito de que Rosario, sola en su casa, estará dispuesta a acceder a lo que él desee, aunque deberá insistir un poco. Miguel promete al gitano darle otras quinientas pesetas más si consigue seducirla. 
Cuadro tercero. La acción se traslada al patio de la casa de Rosario, al fondo del cual se ve un corral con una gran puerta. Rosario oye llegar gente y, preocupada por lo que pudiera haber pasado en la plaza, acude corriendo, encontrándose con el tío Lagarto, que le propone que haga caso a Miguelito, que se entusiasma al ver a la joven; ésta se enfada al ver que ambos dudan de su honor, y se propone vengarse, para lo que pide a ambos que metan una mesa dentro del corral, encerrando a ambos donde se encontraba el toro Caramelo.
Cuadro cuarto. En una calle, tres borrachos y después Antonio y un grupo de hombres dan cuenta del éxito de la corrida, cantando Antonio uno de los números de mayor éxito de la obra.
Cuadro quinto. La acción se traslada de nuevo al patio de la casa, donde tiene lugar una fiesta para celebrar el éxito del nuevo torero; al llegar éste, pregunta a Rosario que es lo que ha pasado en la casa, pues ha oído rumores, y Rosario dice que los truhanes están encerrados en el corral, dejándolos salir magullados, humillados y en ridículo.  

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