Carlos Fernández Shaw


Carlos Fernández Shaw nació en Cádiz el día 23 de Septiembre de 1865, y falleció en Madrid el día 7 de Junio de 1911 (45 años). Libretista. 


BIOGRAFIA. Comenzó a escribir versos estando en el colegio de su ciudad natal. Su familia se trasladó a Madrid en 1878, a consecuencia de la ruina sufrida por las posesiones familiares en Cuba. Estudió Derecho entre 1880 y 1885, licenciándose este último año, y pasando a formar parte de la Academia Jurídico Literaria de Madrid. Se trasladó a Nueva York, protegido por Juan Valera, pero enseguida regresó a Madrid sin haber triunfado en el mercado americano. Colaborador asiduo del Ateneo de Madrid ocupó el puesto de Secretario. Fue un ilustre periodista que mostró su talento en numerosas publicaciones en boga en toda la segunda mitad del siglo XIX, así fue redactor de Epoca, ejerciendo en ella la crítica teatral; colaboró también con La Ilustración, El Correo, El Liberal, La Ilustración Española y Americana y Blanco y Negro, entre otras. Su característica esencial era el talento poético, que le inspiró numerosos libros.
En la tertulia de La Epoca conoció a Antonio Peña y Goñi que le puso en contacto con Ruperto Chapí y por ende con el género lírico, al que aportó algunos títulos esenciales como La revoltosa. En la tertulia del teatro Apolo, en la que le introdujo Chapí, conoció a Federico Chueca, Javier de Burgos, Ricardo de la Vega, los actores Emilio Carreras y Manolo Rodríguez y sobre todo trabó conocimiento con el poeta de los barrios bajos de Madrid, José López Silva, con el que estableció una fructífera colaboración, tanto más sorprendente cuanto el carácter de ambos escritores era totalmente opuesto.
En la tertulia del Apolo conoció también a otro autor que fue también asiduo colaborador suyo: Carlos Arniches, ya consagrado como sainetero costumbrista.
Los años que rodeaban el cambio de siglo fueron de dura lucha para Fernández Shaw enzarzado en las ansias liberadoras de los autores que protagonizaron Chapí y Sinesio Delgado. Como ellos, varios de sus estrenos eran reventados en campañas organizadas por los editores. Fue de los primeros en confiar la administración de sus obras a la aún balbuceante Sociedad de Autores Españoles, junto a Vital Aza, Ramos Carrión, Arniches y los Quintero. A pesar del acoso de los editores, hubo algún triunfo importante como el estreno en Apolo de La venta de Don Quijote, con música de Ruperto Chapí.
El interés de Fernández Shaw por el género lírico, le hizo participar en los intentos de lograr una ópera española, así la obra póstuma de Ruperto Chapí Margarita la tornera, que costó un disgusto al compositor y al dramaturgo, solucionado poco antes del estreno y del fallecimiento de Ruperto Chapí. Otro libreto de ópera fue La maja de rumbo, con música de Emilio Serrano.
En general algunas de sus obras fueron escritas en solitario, pero sostuvo importantes colaboraciones, como queda reflejado. Su ingenio andaluz, chispeante, se avino perfectamente con el de sus colaboradores, pero en él hay que destacar siempre su finura poética, su facilidad de versificador, serio o festivo, y su habilidad teatral. Sus últimos años fueron amargos a causa de su enfermedad nerviosa.
  
 Obras: 

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