El campamento
La acción se sitúa en los Pirineos al concluir la guerra de la Independencia, en un campamento militar.
Acto I
Los soldados españoles custodian en una iglesia cercana a la prisionera Julia, joven hija de un general francés, que ha sido capturada. El campamento está situado al lado de una cantina que gobierna Luisa, huérfana de un militar que pereció en un combate; allí los soldados entretienen el tiempo cantando, bebiendo y jugando. La cantinera está bajo la protección del sargento Gaspar, hermano de armas del padre de Luisa, la cual se ha enamorado de un fingido hortelano, de nombre Andrés, que la trae todos los días frutas para el campamento, pero que en realidad es un oficial francés, prometido de Julia a la que espera libertar mediante el disfraz adoptado, y que finge amar a la cantinera para poder moverse con libertad por el campamento. Gaspar, que está enamorado de su protegida, se le declara, comunicándole que ahora que la guerra está próxima a concluir, pueden casarse al día siguiente en la parroquia inmediata, ya que ha obtenido un salvoconducto para ambos, al estar prohibido salir del campamento. Luisa, aterrada por lo que Gaspar de dice, proyecta a su vez fugarse con Andrés, y se lo dice a éste cuando, como de costumbre, llega con su cesta de frutas. Pero Andrés, que ha conseguido la llave de la puerta de la iglesia, y buscaba la ocasión de entregársela a su amada, con quien se comunicaba por medio de canciones, no sabe como disculparse, cuando por fortuna llega el sargento Gaspar, y con el pretexto de mostrar a sus amigos a su futura esposa, se va con ella, permitiendo así que Andrés pueda dar la llave a la prisionera. Pero al bajar de la pared de una cerca a la que se había subido, es herido de un tiro en un brazo por los soldados que vigilaban la iglesia. Llega Luisa, ve a Andrés, que había logrado esconderse y estaba muy débil por la pérdida de sangre de su herida, éste le cuanta todo y le ruega que salve a su amada, que va a bajar de su encierro. Luisa, tras un momento de duda, al fin, dominada por sus buenos sentimientos, entra en la iglesia con Andrés, da sus vestidos a la joven francesa y les entrega el salvoconducto que había tomado de manos de quien se lo había traído a Gaspar. Al aparecer éste, furioso porque han huido la prisionera y su amante, Luisa le dice que fue ella quien amparó su fuga, pero al mismo tiempo le declara que se casará con él. Gaspar se asusta ante el peligro que puede correr Luisa, pero al ojear una orden del General que poco antes le habían entregado, ve que la orden es poner en libertad a la prisionera y entregarle a su familia. Con la orden de levantar el campamento concluye la obra, con el estruendo marcial con que había comenzado.
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