El chico del cafetín (Argumento)

El chico del cafetín
El chico del cafetín, Sainete lírico en u acto y tres cuadros se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el día 15 de Abril de 1911. Sus libretistas, Angel Torres del Alamo y Antonio Asenjo. Música de Rafael Calleja.

Acto I

Cuadro primero. Al levantarse el telón aparece un cafetín popular de los barrios bajos. El señor Indalecio está despachando detrás del mostrador. Le ayuda un niño de quince años. Niceto vigila para que la parroquia no se vaya sin pagar y sirve a los parroquianos. En una mesa a la derecha, El Peque y El Pinchapeces se distribuyen las colillas que han recogido durante el día. En la mesa segunda de la izquierda hay un parroquiano que está terminando de tomarse un café después de haberse comido un churro. En la primera mesa de la derecha El que no tiene donde pasar la noche. Se produce una escena habitual entre los parroquianos y los que les sirven. Entra el sereno muerto de frío y le pregunta al señor Indalecio por su hijo y este le responde que debe de estar con La Galocha que le tiene sorbido el seso. El señor Indalecio no aprueba los amores de su hijo con Encarna, la hija del prendero del barrio, porque sospecha que ella y su familia únicamente están interesados por el dinero.
En la taberna se producen los sucesos habituales, entran dos guardias a los que el tabernero invita a aguardiente con la protesta del parroquiano borracho Sr. Damián, El Sereno, El Tortuga, mendigo del vecindario, dos hermanas, un autor de teatro, El Garnacha que viene a tomar su última copa; finalmente aparece Antonio, hijo del tabernero que discute con su padre que le recuerda que al día siguiente es Nochebuena y quiere que cene en casa. El hijo accede no sin antes exponer que piensa salir después con sus amigos; el padre se irrita y le quiere pegar, los parroquianos lo impiden.
Cuadro segundo. Aparece la familia de Encarna, la novia de Antonio, en una estancia muy pobre y tratando de romper un turrón tan duro como una piedra, entra Antonio que le quiere dar a los niños, los hermanos de su novia, un aguinaldo, pero el padre, señor Anastasio, no lo consiente por dignidad y por si acaso se entera el señor Indalecio. Antonio comenta que ha discutido con su padre, que llega en ese momento pidiendo hablar con el señor Anastasio, al que pide un préstamo de quinientas pesetas, dejándolo perplejo y ofendido.
Cuadro tercero. Se ve el Rastro, donde los padres de Encarna tiene un puesto, atendido por Engracia y Encarna. Pasan varios personajes populares: El Trapero, El Caramelero, Una ciega. Madre e hija están esperando que regrese Anastasio que ha ido a empeñar el mantón de Manila de Encarna para poder darle las quinientas pesetas al tabernero. Anastasio ya ha hecho entrega del dinero y llega indignado por la respuesta del señor Indalecio que le ha respondido "hasta que nos volvamos a ver". Cuando aparece éste comenta que todo había sido un truco para ponerlos a prueba y ver si sus intenciones eran honestas y conmovido acepta la relación de hijo con Encarna, lo que comunica a Antonio y todo termina en paz y concordia.

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