El duende (Argumento)

El duende
El duende, Zarzuela original en dos actos se estrenó en el Teatro de Variedades de Madrid, el día 6 de Junio de 1849. Su libretista, Luis de Olona. Música de Rafael Hernando.

La acción se sitúa en 1849; empieza al anochecer y concluye al amanecer del día siguiente. 

Acto I

Juana, criada de Doña Sabina, se encuentra con su ama en una quinta en el campo, a las afueras de Madrid. Antonio, su novio, llega a la quinta con la fatal noticia de que, siguiendo a su amo, Don Carlos, deben partir de España; todo estaba dispuesto para que Don Carlos contrajese matrimonio con una prima suya sevillana, Inés, y si se negaba a ello sería desheredado por su tío Don Calixto. Cuando la llamada a quintas le había llevado a ceder a esta petición, conoció a una hermosa dama ataviada en las máscaras con un dominó naranja de quien se enamoró, rechazando de nuevo la posibilidad de matrimonio y huyendo de Madrid. Así, han venido a dar a la quinta de Doña Sabina siguiendo a su tío Don Calixto -que trata de casarse con la rica viuda Sabina-, en busca de clemencia y perdón. Por su parte. Inés -el duende con dominó naranja que le ha enamorado- desea que Don Carlos se case con ella por amor, y por ello traza un plan, acudiendo a la quinta a prevenir a Don Calixto de que su sobrino ama a otra a quien dirige cartas secretas; por esto, ella rechaza toda posibilidad de contraer matrimonio con él. Al llegar el prófugo sobrino, Don Calixto condena su actitud despidiéndole, pero ante la presencia de Doña Sabina se presenta como un amigo Don Calixto y ésta, coqueteando con el joven, le invita a permanecer en la quinta, a lo que Don Carlos acepta ante la sorpresa e indignación de su tío. Por su parte Inés -que se había escondido al llegar Don Carlos- es sorprendida por la llegada de Don Diego, capitán que la quiere y la ha seguido hasta allí. Cuando Don Calixto la ve, la insta a detener a su sobrino prófugo y al capitán, entendiendo que así se deshará del rival en los amores de Inés, se dispone a prenderlo. Mientras, Don Carlos, Viéndose abandonado por su tío e incapaz de dar con su amada enmascarada decide casarse con la rica viuda Sabina, haciéndole la corte en una cómica escena. Cuando Carlos se queda solo y a oscuras en escena, Inés se dirige a él, revelándole ser su duende amado y avisándole de un cercano peligro. En un confuso final, Antonio se lleva raptada a Sabina, creyéndola Inés que ha huido, y Don Diego captura al prófugo, ante la sorpresa de Don Calixto y Juana.

Acto II

En la posada del Tío Emeterio se encuentran Con Calixto, el Capitán Don Diego y los quintos -entre ellos Carlos-. Allí se aloja también Antonio y Doña Sabina, que solo desea casarse con Carlos y no entiende por qué su amado no llega. Don Calixto está turbado por el rapto de la viuda y no entiende la razón de tal. Inés, que en secreto se aloja también en la posada, se dirige a Don Carlos con la misma melodía que en el primer acto, creyendo el joven volverse loco de amor, pero cuando trata de presentarse ante él, Don Carlos, creyéndola Doña Sabina, la rechaza revelándole que no la ama y que sólo pretendía hacerse con su fortuna, complicando aún más la situación. Al llegar Doña Sabina, Don Carlos se da cuenta de su error, y en una confusa escena aparecen Don Calixto que reconoce a Sabina, y Don Diego que ha visto a Inés, generando un cómico terceto en el que ambos interrogan a Antonio pidiéndole la verdad, Por su parte, Don Carlos viéndose perdido de nuevo y presto a ser trasladado con los reclutas a Guadalajara, decide como tabla de salvación, retornar a su plan de contraer matrimonio con Doña Sabina. Inés, que le ha escuchado una vez más, reniega de su ingratitud, ya que ella ha conseguido, gracias al procurador Don Venancio, un sustituto que acuda por él a la llamada militar. El cabo Correa reúne a todos los jóvenes que deben formar, entre ellos Don Carlos y Doña Sabina, a quien gracias a un disfraz que lleva para huir, la ha confundido con un joven quinto. Inés se presenta en escena y finge estar comprometida para casarse con Don Calixto. La llegada del procurador ayuda a solucionar el enredo, concluyendo la obra con la feliz unión de Carlos e Inés.

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