El gorro frigio (Argumento)

El gorro frigio
El gorro frigio, Sainete lírico en un acto se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid, el día 17 de Octubre de 1888. Sus libretistas, Félix Limendoux y Celso Lucio. Música de Miguel Nieto.

Acto I

El director del periódico republicano El Gorro Frigio, Evaristo Canales, ha desaparecido debido a un artículo fulminante, por lo que dos de sus redactores, Antúnez y Martínez salen en su búsqueda y dejan a cargo del periódico a un tal García, desocupado contertulio de la redacción. Una vez que se han ido comienzan a llegar a la redacción personas que vienen con diferentes reclamaciones sobre artículos o gacetillas del diario. El primero es un conspirador que cree haber comprendido en un artículo que se hacía un llamamiento a la revolución y viene a ofrecer hombres y armas. A continuación una bailarina que chapurreaba italiano, cantaba un aire "veneciano" y acaba siendo de Madrid, aunque había estado en Cuba y por ello cantaba la célebre habanera interpretada por varias generaciones, "Paseando una mañana"; agradece a García su buena crítica. Más adelante García se ve involucrado en un duelo que le proponen los amigos de un diputado que ha resultado agraviado; un autor se siente muy enfadado por la crítica a su estreno y pedía una rectificación; García lo confunde con un perseguidor de la bailarina y le ofrece esta solución: decir que su obra no ha gustado porque hicieron la crítica con lápiz. Llega un soldado andaluz borracho y que aparecía en un cantable y exigía una rectificación del nombre de su coronel, que llamándose Terrón de Gerona, había aparecido como Turrón de Jijona. Una madre, viuda de tres maridos, y una hija medio boba, vienen a anunciar habitaciones libres; terminan bebiendo el jerez que tenía García y pidiendo un vale para el teatro. Posteriormente se interpreta un cuarteto muy gracioso entre García y tres visitantes: una buñolera guapa, de rompe y rasga, Pura, y dos chulos, Manitas y el Orejas; los tres pedían que se rectificase la noticia de que en la buñolería había nacido una bronca. García lo va solucionando todo del mejor modo que puede hasta que llega el Comisario y se lo lleva preso, enojado por ciertas insinuaciones en la editorial del periódico. Finaliza el sainete con la puesta en libertad de García después de aclararlo todo y de haber sido llamados a declarar los redactores ausentes. Mientras el director se fugaba y el periódico se suspendía.

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