La Guerra Santa (Argumento)

La Guerra Santa
La Guerra Santa, Zarzuela de grande espectáculo en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 15 de Marzo de 1879. Sus libretistas, Luis Mariano de Larra y Enrique Pérez Escrich. Música de Emilio Arrieta.

La acción de la obra se sitúa en Rusia y Siberia, en época contemporánea al estreno.

Acto I

Cuadro primero. En un baile palaciego, en el gran salón, en el palacio nuevo de Moscow, Carranza, corresponsal madrileño de La Correspondencia y Canard, colega de Le Journal de Nimmes, tratan de enterarse de los últimos acontecimientos mientras esperan la llegada del Czar. Parece que el desterrado coronel Agoreff se ha sublevado, uniéndose a las tropas de los tártaros, levantando a tosa Siberia contra el poder del Czar y cercando a su hermano, el Gran Duque de Rusia. Por ello es necesario encontrar un emisario valiente que atraviese las líneas enemigas para llevar un mensaje a las tropas leales, cercadas por los rebeldes. El dramatismo de la situación es aligerado por la comicidad de Canard y carranza que, mientras recogen impresiones de lo que sucede, emiten juicios burlones sobre la aristocracia presente en el baile, aludiendo a personajes reales de la sociedad madrileña coetánea. Con la llega del Czar da comienzo el banquete, concluyendo éste primer cuadro.
Cuadro segundo. En el despacho del general Kissoff se organiza una trama para localizar al insurrecto Agoreff ante el terror de que los tártaros, enarbolando el símbolo de la guerra santa, penetren en la Rusia europea. Kissoff ha encontrado al hombre leal y valiente que deberá atravesar las líneas enemigas: Miguel Strogoff. Este informará al Gran Duque de que si logra unirse a los cosacos le lago Baikal conseguirá derrotar a los insurrectos. El general y el Czar se reunen con Miguel para comunicarle su destino. En la estación del ferrocarril de Moscow a Nowgorod se encuentra Agoreff, disfrazado de egipcio, acompañado por su hermana Sara -que ama en secreto a Miguel aunque él no la corresponda- y un grupo de hermosas mujeres. llega también a la estación Miguel Strogoff, disfrazado de mercader y aunque Sara lo reconoce, él no la identifica bajo el disfraz de egipcia. Aparece también María, joven que conoce a Miguel Strogoff desde niño y le ama en silencio; ahora huérfana de madre, se dirige a Siberia para atender a su padre. Miguel ruega a María que no revele su nombre y decide acompañarla en el tren hasta la feria de Nowgorod. La tensión de la escena es interrumpida por la aparición de Canard y Carranza que, a la caza de la noticia, se disponen a tomar el mismo tren. Tras la tercera campanada, el tren se pone en marcha, mientras, para sorpresa de todos, la policía se lleva arrastrando a Canard.

Acto II

Cuadro tercero. Sara y Agoreff han llegado al final del territorio ruso; para continuar cuentan con un salvo conducto firmado por el emperador igual al de Miguel Strogoff. Este ofrece a María su protección para que le permitan cruzar la frontera rumbo a Siberia. Carranza ha llegado también a la frontera. La policía de Moscow, tras percatarse de su inocencia ha liberado a Canard, que ha llegado también a los Urales y decide continuar viaje rumbo a Siberia compartiendo con su colega Carranza el único carruaje que le queda al maestro de postas.
Cuadro cuarto. En un poblado de pastores de los Urales, de noche, se ven mujeres y niños huir del fragor de la batalla con los tártaros. Se oyen a lo lejos clarines de guerra; los tártaros llegan por todas las partes portando lanzas y antorchas para llevar a cabo su guerra santa contra los leales al Czar. Las tropas tártaras, enardecidas por su caudillo Agoreff que ya les ha unido, y su hermana Sara, interpretan un canto guerrero. María y Miguel han llegado a la frontera de Siberia donde deben separarse, pero antes se declaran su amor, jurándose eterna fidelidad. Cuando Miguel se dispone a continuar su camino. Sara sale a su encuentro confesándole que su hermano pretende matarle. Mientras, los reporteros Canard y Carranza continúan su marcha hacia los Urales, pero los rebeldes tártaros les dan alcance. En la plaza principal de la ciudad de Omsk, patria de Strogoff, se asiste a la solemne comitiva del emir, acompañado por Agoreff y Sara, y el desfile de las tropas tártaras por la plaza de la catedral. Al final de la misma, aparecen algunos prisioneros rusos y después, entre los soldados, Carranza y Canard, María y Miguel, momento en el que aparece en escena Olga, madre del correo del Czar, y Agoreff decide torturarla. Ante el horror de la situación, el protagonista reacciona, presentándose como Miguel Strogoff. Los tártaros le rodean, le registran, sacan el pliego que le dio el Czar y se lo entregan a Agoreff. Los rebeldes se llevan casi arrastrando a los prisioneros, concluyendo el segundo acto sin ninguna esperanza de victoria para las tropas del Czar.

Acto III

Cuadro quinto. En Vivak, poblado tártaro en las cercanías de Omsk, Sara se atreve a reconocer su amor por Miguel, siendo repudiada por su hermano que la desengaña, revelándole que Miguel está enamorado de María. Sara ruega a su hermano le deje hablar con María y, tras ceder Agoreff, trata de convencer inútilmente a la joven de que abandone a Miguel; ante su negativa, empuja a María de nuevo al interior de la tienda y amenaza con matarla. La tártara, entonces trata de demostrar su amor a Miguel, ofreciéndole un plan para que huya y pueda así llegar a tiempo de avisar al Gran Duque. Cuando Agoreff decide condenar a los prisioneros a muerte, Sara le convence para que perdone la vida de María -a la que entrega un talismán- y la condene a morir a ver morir a Miguel enterrado vivo. Cuando Sara y Agoreff -disfrazado de correo del Czar- abandonan el campamento para ir en busca del Gran Duque, María entrega el talismán a los tártaros, que dejan libre a Miguel y éste huye para salvar a Rusia. Carranza ha sido también enviado por Miguel a avisar al Gran Duque, pero cuando logra llegar al castillo, es descubierto por Agoreff y Sara, que le hacen prisionero, enviándole a la poterna. El reportero es sorprendido en su encierro por la llegada de Miguel que ya ha avisado a los cosacos del lago Baikal para que acudan a socorrer al Gran Duque. Sara acude también en auxilio de su amado pero cuando desciende la escalera hasta la poterna acompañada de su hermano, Miguel le ataca, dejándolo herido de muerte. Mientras el caudillo tártaro agoniza, se escucha a lo lejos el canto de los leales cosacos vencedores. Todo el lago Baikal aparece lleno de lanchas con el ejército cosaco portando antorchas. Los rusos han inflingido una triunfal derrota a los rebeldes. Miguel y María celebran su amor, mientras Sara se aleja en una balsa al haber sido desterrada por los suyos a causa de su traición.

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