Los magyares
La acción tiene lugar en Hungría en 1742.
Acto I
La Emperatriz María Teresa de Austria, al ver invadido su reino por los franceses y su aliado Federico de Prusia, se refugia con su hijo, de un año de edad, en una aldea de Hungría. En ella habita Alberto, joven montañés y uno de los jefes de la conspiración que ha de salvar a la Emperatriz, y su novia Marta, que no conoce la conspiración y siente celos de su novio, por creer que está enamorado de otra, cuando en realidad acude a visitar a la Emperatriz y a su hijo. El gobernador de Buda, el conde Roberto, es el traidor, y quiere entregar Hungría al Rey de Prusia. Fray José, lego de un convento, ayudará a los conspiradores. El conde Roberto y su ayudante Enrico se enteran de la presencia de la Emperatriz en la aldea en la aldea y urden un plan para detenerla. Aparece Georgey, viejo magyar exiliado, que desea vengar a su hijo, asesinado por orden de alguien cuya letra ha encontrado en un documento y que él cree que es la Emperatriz. En conde Roberto se finge su amigo y le utiliza para descubrir la conspiración, aprovechando los celos de Marta, que describe a una supuesta labradora que es en realidad la Emperatriz, y que roba a Alberto una carta en la que se indica que la sublevación está prevista para esa misma noche.
Acto II
En una cabaña del monte, Alberto protege al hijo de la Emperatriz, mientras los jefes de las aldeas y Beltrán concretan la señal para sublevarse. El Conde y Enrico, ocultos, se enteran de la hora prevista para la señal -El toque de ánimas- y echan de allí a fray José. Marta, engañada por Georgey, acude a la cabaña de Alberto, que intenta que se vaya de allí; al oírse el toque de ánimas, Marta revela a su novio que le ha quitado la carta, entregándosela a Georgey, y Alberto echa a correr por la montaña. Georgey entra en la cabaña, y ve al niño; fray José, que sospecha algo, entra también y se sienta en la cabaña con el magyar y la joven; Marta comprende su error, y asesorada por fray José, decide echar el narcótico que Georgey le había dado, para que durmiera a su novio en una copa de vino, forzando fray José al magyar a beberla. Fray José sale, y después Marta, tras haberse dado cuenta de su traición. Georgey oye a Enrico que va a matar al niño y, apiadado, decide protegerle, pero se duerme. Finalmente, el niño es salvado por fray José, que escapa en su mula.
Acto III
En el monasterio de San Esteban, donde está encerrada la Emperatriz con su hijo. El conde ha conseguido, tres noches antes, la victoria sobre los conjurados, pero aún quedan rebeldes. El conde, que sospecha de fray José, le ha puesto un espía que le sigue a todas partes. Marta, para reparar el mal que ha hecho, penetra en el convento fingiéndose ciega, es retenida por el conde, que duda de su ceguera y hace que pase junto a ella Alberto, allí detenido, teniendo que simular la joven que no lo ve. El conde exige a María Teresa su abdicación a favor del Rey de Prusia, amenazándola con separarla de su hijo, pero ésta se niega, rompiendo el documento que le presenta Roberto. Marta logra hablar con Kelsen, coronel fiel a María Teresa, y hala una salida secreta, de la cual tenía ya noticia, que sirve para huir ella en compañía de Georgey, que al ver la letra del conde en una carta que le entrega para que pueda entrar en la fortaleza de Buda, se ha dado cuenta que su enemigo es el conde Roberto. La Emperatriz es conducida por el conde a Buda, para forzar allí su abdicación.
Acto IV
En la feria de Buda. Al mandar el conde suspender la feria, los mercaderes y aldeanos se alborotan, y se unen a los montañeses que había traído Alberto, liberado por los campesinos. La Emperatriz va a ser obligada a abdicar en la catedral de Buda, pero Georgey, que dispone aún del documento firmado por el conde, penetra en la fortaleza y consigue salvar al niño, dando fray José la señal para la sublevación del pueblo, que vence a las pocas tropas del traidor y proclama Rey de Hungría al hijo de María Teresa.
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