Margarita la tornera (Argumento)

Margarita la tornera
Margarita la tornera, Leyenda lírica en tres actos se estrenó en el Teatro Real de Madrid, el día 24 de Febrero de 1909. Su libretista, Carlos Fernández Shaw. Música de Ruperto Chapí.

Acto I

Cuadro primero. Nos encontramos en una plaza de Palencia al atardecer. Cuando se levanta el telón aparece el criado Gavilán, al que han dado de palos en una de las correrías galantes de su amo, Don Juan de Alarcón. Se queja de la mala vida que lleva por culpa de la carrera licenciosa de su amo, al que sin embargo profesa afecto y fidelidad. Llega Don Juan feliz y orgulloso, alardeando de su fortuna con las mujeres. Su última conquista ya ha pasado a la historia y ahora busca algo más difícil: seducir a una monja, la hermosa Margarita, que es tornera del convento que está en esa plaza. Don Juan le cuenta a su criado cómo enamorar a la joven y le participa su propósito de huir con ella esa misma noche. Gavilán se espanta de tal hecho, que considera sacrílego, pero Don Juan se burla de él. Llegan los labradores de las faenas del campo. Las campanas del convento tocan al Ángelus y todos se santiguan. Luego los labradores se van. Aparece ahora un grupo de colonos que han ido a interesarse por la salud de su patrón, Don Gil, el padre de Don Juan. Se entabla una discusión entre éste y los colonos y ellos le hacen saber la tristeza y postración en que se encuentra su padre debido a los disgustos que le da su hijo. Conmovido por estas noticias Don Juan se dirige a casa de su padre. 
Cuadro segundo. De noche en el exterior del convento. A pesar de las advertencias de Gavilán, Don Juan está dispuesto a llevar a cabo su propósito. Todo está preparado. Se acerca a una reja del convento y llama a Margarita con dulces palabras y ella le contesta desde el interior, entablándose un apasionado dúo. Ambos convienen en que la huida será esa noche a las dos. Gavilán advierte que podrían caerles diez años de cárcel, pero su amo sólo piensa en tener a Margarita entre sus brazos. 
Cuadro tercero. La misma noche, en el claustro del convento. Se aproxima una tormenta. Suenan el viento y la lluvia. Aparece Margarita en estado de agitación. Tiene presentimientos de desgracias y peligros, pero se da valor diciéndose que Don Juan la librará de todos los males, la tornera, que es muy devota de la Virgen, se arrodilla ante su imagen y le pide que la proteja. Se oye el rezo de las monjas, ajenas al conflicto en el que se encuentra Margarita. Venciendo sus escrúpulos y llamada por el amor, la monja decide huir esa noche con Don Juan. Sin embargo, todavía lucha entre el amor divino y el amor humano. Arrecia la tormenta y dan las dos de la madrugada en el reloj de la torre. Margarita enciende una vela a la Virgen, pone unas flores a sus pies y deposita las llaves de la puerta del convento ante la imagen venerada, encomendándose a ella. Se escucha la voz de Don Juan llamando a Margarita. El amor es más fuerte y la joven trepa por una escala para saltar la tapia del sagrado recinto y huir con su seductor.

Acto II

Cuadro primero. Estamos en Madrid en el interior del Corral de la Pacheca. Un animado bullicio de gente de toda clase y condición llena el festivo ambiente del corral. Caballeros, estudiantes, mosqueteros y bailarinas aparecen en escena. Llega Don Juan y su oponente, Don Lope, ambos por distintos lados. Los dos van buscando a Sirena, una célebre bailarina. Se entonan unas coplas y se danza una zarabanda. Al terminar aparece toda radiante la hermosa Sirena, que es saludada por todos con entusiasmo. Don Lope se dirige a ella y proclama ante todos que Sirena dejará el teatro por su amor. Ambos parecen muy felices. Don Juan, que ya había tenido relaciones con Sirena, se siente celoso. Gavilán sirve ahora a Don Lope por indicación del propio Don Juan a modo de espía para que le ponga al corriente de todos los planes de su enemigo. Vuelve el baile al corral con otra zarabanda. Aprovechando un momento en que Sirena se queda sola Don Juan se acerca a ella y le recuerda su pasada felicidad. Ella le dice que él tiene ahora otra mujer, a lo cual Don Juan le replica que la abandonará si ella se aviene a volver con él. Es el momento de salir a escena de la hermosa bailarina, que es reclamada por el público. Sirena baila en medio de la admiración de todos los presentes. 
Cuadro segundo. De noche, en una calle de Madrid, Margarita, que ha visto lo ocurrido en el Corral, se lamenta amargamente del trato que recibe de Don Juan, de sus promesas incumplidas y de su carácter voluble. Es tanto su dolor que llega a imaginar que esa situación no es real y que Don Juan sólo la quiere a ella. La gente empieza a salir del Corral y Margarita se esconde entre las sombras para no ser observada. Salen Sirena y Don Lope en amoroso coloquio y poco después el propio Don Juan, que sigue a la pareja con notorio enfado. Don Lope dice a Sirena que ha preparado una gran fiesta para ella en su palacio y Don Juan, que lo ha oído se dispone él también a asistir pese a no haber sido invitado. Margarita, que ha sido testigo de toda la escena, trastornada por el dolor, decide que ella también asistirá a la fiesta. 
Cuadro tercero. Se desarrolla en un salón del Casón de los Duendes. Los criados de Don Lope, entre ellos Gavilán, preparan la fiesta. Gavilán cuenta la misteriosa historia del palacio llamado el Casón de los Duendes. Llegan Don Lope y los invitados. Comienza la fiesta. Son las dos de la madrugada, la hora de los duendes, pero Sirena se ríe de esta superstición y canta y baila una zarabanda ante el regocijo de todos los presentes. De pronto se oye una algarabía y aparece Don Juan, quien, de modo altanero, le dice a Don Lope que viene a reclamar lo que es suyo. Sirena le pertenece y viene a por ella. Cuando ambos caballeros van a llegar a las manos aparece Margarita proclamando ante todos que Don Juan es suyo y que no saldrá de allí sin él. Todos se ríen de ella, pues conocen bien a Don Juan pero éste, en un arranque de hidalguía, defiende a la joven. Ambos rivales se provocan y el duelo parece inevitable. En efecto, los dos caballeros desenvainan sus espadas y empiezan a luchar. Los criados anuncian que la ronda de alguaciles ha entrado en el palacio debido al tumulto ocasionado. En el momento en que entran los guardias Don Juan hiere en el pecho a su rival. Viendo que su señor está en peligro de caer preso, Gavilán abre una puerta secreta y por ella escapa su amo. Cuando la ronda va tras él, Margarita se interpone cubriendo con su cuerpo la puerta por donde ha huido su amante.

Acto III

Cuadro primero. Se sitúa de nuevo en Palencia, es de noche en la Plaza de la Iglesia del Convento. Han pasado dos años desde que Margarita abandonó el convento. Los fieles salen de la iglesia. Don Gil, el padre de Don Juan, ha muerto. Gavilán se lamenta de todo lo ocurrido. Aparece Don Juan pobremente vestido. Su antiguo criado le comunica la muerte de su padre y el calavera siente remordimientos. Durante los últimos tiempos ha pensado en cambiar de vida para convertirse en un hombre bueno y cabal, pero quizá sea demasiado tarde. Gavilán le pone al tanto de los acontecimientos. Don Lope curó de su herida. Sirena le abandonó y Margarita, después de presa y libertada, huyó de Madrid: no se ha vuelto a saber de ella. Sin embargo en Palencia todos afirman que la tornera jamás abandonó el convento y que todos los días, sin faltar uno, estuvo allí. Don Juan no cree nada de eso, pese a que Gavilán afirma que él mismo la ha visto en el convento. De pronto aparece Margarita, que sin reparar en nada de lo que tiene alrededor se dirige al convento como atraída por una misteriosa fuerza. Al llegar a la puerta la descarriada implora el favor de la Virgen y su perdón. Del interior del templo surge una dulce voz que dice "Si", y las puertas se abren de par en par. Don Juan, que ha observado todo esto, se dirige hacia Margarita confesándole que ha estado buscándola, que la ama de verdad. Ella le rechaza, él insiste, Margarita vacila, se escuchan cantos celestiales que reclaman a la joven. Don Juan intenta atraer de nuevo a Margarita, pero ella lo rechaza definitivamente y entra en la Iglesia. El seductor la sigue, pero es fulminado al intentar traspasar el sagrado recinto. 
Cuadro segundo. Tiene lugar en el interior de la Iglesia del Convento. Aparece Margarita con el mismo traje de monja del primer acto. Guiada por una blanquísima luz lunar, camina hacia el claustro del convento. Al llegar al altar mayor ve su propia imagen rodeada de una aureola blanca. Margarita le pregunta quién es y la imagen le responde que es Margarita la tornera y que lleva en su puesto dos años. La aparición se transforma en la imagen de la Virgen tal y como estaba en el primer acto. Margarita comprende al fin el milagro y se postra extasiada con los brazos abiertos mientras la imagen de la Virgen se eleva hacia el cielo en medio de una deslumbrante transfiguración y de voces angelicales que llenan el templo.

4 comentarios:

  1. Bonita, rara y desconocida leyenda de mi ciudad natal.
    Muchas gracias por compartirla.
    Pepe.

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    1. Ya sabes que esta opera puedes encontrar tanto el vídeo como el audio en éste blog.

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  2. Gracias por el relato.
    Cuando visite al Cristo Naciente ignoraba que Zorrilla había situado su historia de Margarita la Tornera en este misterio.

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    1. Muchas gracias Riselo por tu comentario.

      Un saludo
      Fernando

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