María Sol (Argumento)

María Sol
María Sol, Zarzuela en dos actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 29 de Septiembre de 1925. Su libretista, José Ramos Carrión. Música de Jacinto Guerrero.

Acto I y II

Doña María Sol hermosa dama española que estando casada mantuvo amores con Don Hernando y a la que este le juro palabra de casamiento es abandonada por este sin cumplir sus promesas. 
Don Hernando, al que parece interesar le más el a mor cuando la situación para conseguirlo es difícil, al morir el esposo de Doña María Sol y allanarse el camino para casarse con ella, pierde todo interés y la abandona sin cumplir su palabra, partiendo para Flandes con una misión Real. 
Doña María Sol, que sigue enamora de Don Hernando sigue a este hasta Brujas (Flandes), donde le encuentra otra vez inmerso en una situación amorosa dificultosa, ya que se ha enamorado de Doña Catalina, hija de un noble flamenco, Don Humberto, que supuestamente se opone a esa relación porque pretende casar a Doña Catalina con su sobrino Don Martín, el cual esta enamorado de Doña Catalina, sin que esta le corresponda. 
En Brujas Doña María Sol, trata de saber de las andanzas de Don Hernando interrogando al dueño de la Hospedería donde este se aloja, confirmándose todo lo que ella sabía hasta ese momento. 
Mientras intenta tener una entrevista con su amado, se encuentra con Don Enrique, amigo de Don Hernando y de ella, y que es conocedor de los amores que hubo entre ambos, que se sorprende de encontrarla allí. Entablan un dialogo en el cual Doña María Sol le confiesa que viene en busca de Don Hernando y este le dice que se sorprendió cuando salio de España sin casarse con ella, pues conocía el amor que a ella le profesaba Don Hernando, considerando su actitud como muy extraña. Don Enrique le indica que el amor que tiene ahora por Doña Catalina no le conviene porque le puede traer problemas. Se ofrece para ayudar a Doña María Sol y le pide que espere a que hable con Don Hernando y le cuente como va todo. 
Por su parte Don Hernando sigue empeñado en casarse con Doña Catalina y para conseguir sus fines escribe dos cartas, una para su amada, ofreciéndole nuevas promesas y juramentos de amor y otra a Don Martín, su rival para desafiarle a un duelo, y piensa en la posibilidad de raptar, si es preciso a Doña Catalina para casarse después con ella. 
Por su parte Don Huberto, padre de Doña Catalina, Don Martín, su sobrino y Doña Catalina hablan abiertamente de sus verdaderos planes, que son muy diferentes de los que todos creen. 
Don Huberto, que se encuentra arruinado, con la ayuda de Doña Catalina y de Don Martín ha planeado sanear su patrimonio a costa de la riqueza de Don Hernando, ofreciendo a Don Martín una importante cantidad de dinero por su colaboración. 
Conociendo el interés de Don Hernando por los amores difíciles idean un plan para conseguir sus fines, valiéndose para ello de la belleza de Doña Catalina. Hacen creer a Don Hernando que Doña Catalina esta enamorada de él, y que su padre se opone a esa relación y que quiere casarla con otra persona: Don Martín. Y han reparado este plan para que Don Hernando, ante tantas dificultades ponga mas empeño en casarse son ella y si es preciso, la rapte para casarse después con ella para reparar su honor, facilitándole estos planes para que Don Hernando haga lo que se pretende. 
Por su parte Doña María Sol tiene un encuentro con Don Hernando, en el cual le recuerda su amor y sus juramentos y este, incomodo ante este encuentro y porque le recuerde que ha faltado a su palabra, le contesta diciéndole que su amor es muy inconstante y que ya no esta enamorado de ella, despreciándola, con gran dolor por parte de María Sol, que promete que se vengará, haciéndole ver que Doña Catalina no le ama. 
Doña María Sol llega a conocer toda la trama planeada por Don Huberto, Doña Catalina y Don Martín, gracias a las indagaciones suyas y de Don Enrique, y con ayuda de varios personajes y el mismo día en que esta previsto el secuestro habla con Don Hernando de nuevo, haciéndole ver que le habla como una amiga para que él pueda confiar en sus palabras y pueda ver por sus propios ojos el engaño de Doña Catalina.
Así, le hace pasarse por Don Martín, en una cita que tenía este con Doña Catalina antes del secuestro, y vistiendo las ropas de este y embozado para no ser reconocido, se hace pasar por él ante la ventana de Doña Catalina. Esta nada mas verle le dice que se vaya pronto para poder seguir con el plan previsto. Y por ella y Don Huberto que también participa en la conversación, llega a saber todo el plan que habían preparado, y la falta de amor por parte de Doña Catalina hacia él. 
Desengañado por todo lo que ha sabido, decide vengarse de ellos. Para ello, finge un duelo con Don Martín y finge haber sido herido de gravedad. Si bien en un principio tanto Doña Catalina como Don Martín y Don Huberto no querían auxiliarle, pensando que iba a morir, finalmente, Don Huberto piensa que tal vez podría celebrarse una boda “in articulo mortis” con su hija y esta pasaría a heredar los bienes de Don Hernando, así es que deciden auxiliarle llevándole a su casa. 
Los amigos de Don Hernando hacen todo lo posible porque ni Doña Catalina ni Don Huberto sepan que esta fingiendo y este sigue con su plan, y solicita a Don Huberto casarse cuanto antes con Doña Catalina a la que dice le gustaría dejar muchas joyas, hacienda y dinero pero... que nada de eso tiene, que solo tiene deudas y que ha vivido bien gracias a la soldada que le paga el Rey. 
Al oír esto, Don Huberto, y la propia Doña Catalina se apartan de él sin consideración alguna, y es ahí cuando Don Hernando, al ver la verdadera actitud de ellos hacia él, confiesa que todo ha sido fingido para desenmascararlos: falso el duelo con Don Martín, falsa la herida, y falsa la hacienda y que lo único que era real y verdadero en toda esta historia, era el amor que por él siente Doña María Sol, a lo que esta contesta que de eso puede estar bien seguro. Don Hernando, acaba diciendo que realmente lo de su riqueza si es cierto, pero que ya no podrán disfrutar de ella, ni Doña Catalina ni Don Huberto, quedando ambos apenados por no haber conseguido sus planes, mientras Don Martín se alegra del fracaso de los mismos. Y así, acaba la obra.

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