Trafalgar (Argumento)

Trafalgar
Trafalgar, Episodio nacional lírico-dramático en dos actos se estrenó en el Teatro Principal de Barcelona, el día 20 de Diciembre de 1890. Su libretista, Javier de Burgos. Música de Gerónimo Giménez.

La acción se desarrolla en La Carraca, isla de León, en Cádiz.

Acto I

Primer cuadro. Cuando se levanta el telón, se oye a lo lejos un coro de marineros a bordo de un buque que leva ancla del puerto de Cádiz. Aparece en escena la gitanilla Gaviota, a la entrada del puente, donde llora la ausencia de su amado, del que desconoce donde está. Sale el Tío Golondrino de la cantina al que se le junta el sargento Berruga que está llevando a cabo la leva para llevarse a los voluntarios a los barcos. Todos comentan el gran movimiento de navíos que se da en el puerto y que ello sólo puede ser fruto de que algo se prepara. Cuando se marchan, llega el oficial de marina Federico, molesto con las disparatadas directrices del general Villeneuve, responsable de la flota conjunta hispano-francesa. Cuando Dionisio, también oficial, le comenta que inmediatamente van a salir al mar, se enfada porque sabe que partirán en busca de la flota inglesa, lo que ha sido desaconsejado por Gravina, Galiano y Churruca que conocen mejor la mentalidad de Nelson, comandante de la flota británica. Dionisio enfurruñado va a ver corriendo a su novia, a la que quiere mucho, por si no vuelve de la batalla. Ambos se declaran amor eterno. Ven a Gaviota, una mujer por la que Federico siente profunda debilidad. Federico le declara su amor y le confiesa que esta noche se embarcará. Gaviota, que ha oído rumores, ve confirmar sus sospechas con las palabras de Federico y tiembla de perderlo. Peneque, hermano de ella, les sorprende en actitud cariñosa, lo que genera el inevitable mosqueo. Federico, que tiene que marcharse, pide poder verla esa noche, a lo que la gitana consiente. Cuando se quedan solos, Peneque le recrimina su actitud, que ella justifica porque, en su día, Federico le salvó la vida. Peneque se muestra más tranquilo ya que había temido por la honra de su hermana. Esta le expone que está enamorada del oficial pero está triste porque ha soñado con cañones y sangre y como que van a partir, tiembla por él. De repente aparece Aguamala, un pescador obsesionado por Gaviota a quien odia Peneque. Aguamala le obliga a quedarse mientras ella se va, murmura que, como ella no le haga caso, un gran mal le espera. Llegan los pescadores, junto a vagabundos y desarrapados. Están cantando cuando aparecen el sargento Berruga y los soldados que, con los fusiles en la cara, les apuntan y se los llevan como reclutas obligados.
Cuadro segundo. Tiene lugar en una callejuela en el extremo de la isla. Gaviota está preocupada porque su hermano no acaba de venir, pero si llega Federico. Gaviota le comenta que, sin estar su hermano presente, no puede permitir que otro hombre entre en su casa. Sin embargo, le entrega su escapulario para que le proteja a pesar de las dudas de Federico. Cuando le está dando un beso, Aguamala, que lo ha visto está dispuesto a hacer una barbaridad por celos, que sólo frustra la aparición del sargento Berruga y los soldados. Al irse Federico con éstos, afirma con despecho, pensando en Gaviota: "¡Tú quedas entre mis uñas, o eres mía, o morirás!".
Cuadro tercero. Tiene lugar en la Alameda de Cádiz, con la muralla de fondo. Al levantarse el telón, la escena está llena de gente que se prepara para la salida de la flota. Junto a Ifigenia y sus hijas, está Doña Irene, muy disgustada por la desaparición de su perrito. Irene está exaltada y piensa que la flota española va a derrotar a los ingleses. Afligida llega Gaviota que se ha enterado que han reclutado a su hermano, por lo que tiene miedo de quedarse sola en el mundo. Por su parte, trae el perrito de Irene. Ambos coquetean de forma frívola cuando se da la señal de la partida de la flota, que todos celebran, cantando un himno.


Acto II

Cuadro cuarto. Tiene lugar en una azotea de Cádiz, donde Doña Irene y Doña Pepita, coquetean con dos petimetres, Fernando y Carlos. La llegada de Don Justo anuncia que el combate va a tener lugar de modo inminente. Cuando todos se van, Don Justo se duele de la actitud de los petimetres, a los que desprecia por su frivolidad.
Cuadro quinto. Es una descripción sinfónica del mar agitado, en plena oscuridad.
Cuadro sexto. Denominado "¡Homenaje al heroísmo!", se ubica en la cubierta del navío español San Juan de Nepomuceno donde se describe musicalmente la muerte de Churruca.
Cuadro séptimo. Se ambienta en la noche de la batalla de Trafalgar. En la playa de Santa María, al sur de Cádiz, se agolpan los restos de las embarcaciones destrozadas. Gaviota se lamenta de las angustias que ha pasado esa noche mientras Aguamala le sigue vengativo.
Cuadro octavo. Tiene lugar en la cubierta del navío español Santa Ana, apresado por los ingleses. En él se encuentra Peneque que cuenta a los otros compañeros sus vivencias en la batalla, donde vió morir a Alcalá Galiano y al hijo de Don Justo. Con agresividad y valentía, Federico dice que está dispuesto a jugárselo todo antes de que lo lleven a la prisión de Gibraltar. Preparan un ataque sorpresa a los ingleses y se hacen con el control del barco.
Cuadro noveno. Tiene lugar en el antedespacho del jefe de marina de la capitanía de Cádiz. Un oficial le explica a Don Justo el desastre  mientras que les informan de la llegada de un barco con bandera española. Cuando se van, llega Gaviota a preguntar por su hermano. Se tropieza con Aguamala. Mientras éste le declara su amor, ella le desprecia y repudia.. Enfurecido, está a punto de acuchillarla, cosa que evita Federico y Peneque junto a unos marineros que lo detienen. Se desplazan todos al muelle.
Cuadro décimo. Tiene lugar en ese lugar. Don Justo ve aparecer a su hijo, Dionisio, al que daba por muerto, con gran alegría.
Cuadro undécimo. Es un coro que celebra el arrojo y la valentía de los que lucharon por defender la patria.

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