El pájaro azul (Cantables)



EL PAJARO AZUL



Zarzuela en dos actos, el segundo dividido en tres cuadros, en prosa y verso.

Libreto: Antonio López Monís.

Música: Rafael Millán.

Estrenada en el Teatro Tívoli de Barcelona el 5 de Marzo de 1.921.

La acción en Portugal en 1580.


ARGUMENTO


La acción se inicia en el interior de un mesón en Lisboa, donde se hallan reunidos conspiradores y estudiantes. Unos se hallan jugando al dominó y otros están de pie alrededor de las mesas. Se origina una pelea porque un estudiante le dice a otro que ha hecho trampas en el juego. Antón dependiente del mesón intenta poner paz, ya que tiene un miedo atroz a que venga la ronda, que no deja de recorrer sitios sospechosos en busca de conspiradores.
Esa tarde, en una reunión de las Cortes, Alves Ferreira, diputado del pueblo y dueño del
mesón, será el único que se oponga a los deseos del rey, de entregar Portugal a Felipe II.
Si no lo votan las Cortes estallará la revolución.
Antón está contando que ha enamorado a Pilar, doncella del Duque de Osuna, y así se está enterando de todos los planes del embajador español. Mientras esta hablando se oye a lo lejos la trompetilla de la ronda, todos los estudiantes se esconden dentro de los toneles de vino vacíos. Entran los guardias y al ver que no hay nada sospechoso se marchan.
Lucinda, hija de Alves, confiesa a Antón que esta enamorada de Esteban, al que llaman “El Pájaro Azul”, y le pide ayuda para lograr que Esteban se declare. En estos momentos entra Esteban, que en realidad esta enamorado de Lucinda, pero no se atreve a decirlo por miedo a una negativa.
Cuando Esteban esta a punto de declararle todo su amor a Lucinda aparece Antón, sobresaltado diciendo que al pasar por la venta de la Magdalena entró a beberse un vaso de vino y oyó como decían que habían arrestado a Alves Ferreira. Lucinda le pide a Esteban que vaya a enterarse de toda la verdad. En esos momentos aparece Pilar buscando a Antón, que en la realidad es ella quien logra sacar a Antón todos los planes políticos. El se cree que ha encontrado un confidente y el confidente es él.
Llega al mesón Juan Alonso, capitán español que al ver a Lucinda la galantea, incomodándola. Se oyen gritos en la calle vitoreando a Alves Ferreira pues ha sido el único que se ha opuesto a la anexión de Portugal.
Juan Alonso le dice a Lucinda, que ya que Portugal se ha entregado a España, haga ella lo mismo, y la coge violentamente dándola un beso. Esteban quita la espada a un estudiante y se dispone a matar a Juan Alonso, pero Alves hace que le dejen libre y salga de la casa.
Días después, en las minas de un castillo están, Antón de centinela, la vieja Ercilia que acompaña a Lucinda, que está esperando a su padre y a Esteban. Como Antón esta muerto de miedo, y seria capaz de disparar sobre cualquiera de los suyos, Lucinda se dispone a ocupar su lugar, cuando aparece de nuevo Juan Alonso que se ha perdido y busca refugio. Al reconocerla empieza a asediarla de nuevo, por lo que Lucinda llama a la vieja Ercilia, la cual reconoce a Juan Alonso, pues antes le había servido a él. Ercilla pide hablar a solas con el militar para convencerle de que se vaya, pero lo que hace es que a cambio de dinero, intentará convencer a Lucinda. Regresan Alves y Esteban preocupados por la situación. Mientras todos se van a descansar, Esteban y Lucinda velan declarándose de nuevo su amor.
En la calle de la Magdalena, en la que han quedado en verse Ercilia y Juan Alonso. En ella se encuentra también Antón, que ha descubierto que Pilar le ha estado engañando y quiere vengarse. Al encontrarse Ercilia con Antón, ésta le dice que ha engañado a un Español, ya que le ha dicho a Juan Alonso que no ha podido convencer a Lucinda, a lo cual responde Antón que así también ha vengado el engaño que le han hecho a él.
En casa de Alves se encuentran Esteban y Lucinda abatidos, pues los españoles han vencido a los portugueses. Un grupo de soldados capitaneados por Juan Alonso llama a la puerta para apresar a los rebeldes. Al comprobar que Lucinda es uno de ellos, el capitán les perdona la vida.


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Personajes:

Lucinda: Hija de Alves, enamorada del Pájaro Azul.

Pilar: Novia de Antón.

Ercilla: Vieja algo “celestina” conocida de Lucinda.

Pastorcillo: Que adorna, con su voz al fondo, otras intervenciones.

Esteban: El Pájaro Azul, cantor popular e independentista romántico. Enamorado de Lucinda.

Juan: Capitán español. Pretendiente sin éxito de Lucinda.

Alves: Diputado opuesto a la unión de Portugal a España y dueño del Mesón.

Antón: Mozo del mesón, novio de Pilar pero encandilado con Lucinda.


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Números musicales:

Coro de pescadores “Abundante pesca que sale ahora”: (Pescadores, Antón, Estudiantes)
Coro de guardias “A nuestra ronda hay que abrir”: (Guardia, Estudiantes, Antón)
Fado “Cual ruiseñor canta en libertad….Nao se vencer a tentaçao”: (Esteban)
Dúo de Lucinda y Esteban “¿Sabes tú qué es amar?”: (Lucinda, Esteban)
Dúo cómico “Ay que guapo estás, Antón”: (Pilar, Antón)
Romanza de Juan “Yo soy un hidalgo español”: (Juan)
Concertante “Yo fui el que la besó….Por ti mujer llego a saber…..Alma que nos lleva a luchar”: (Juan, Esteban, Lucinda, Alves)
Romanza de Lucinda “La luz de la tarde se va”: (Pastor, Lucinda)
Dúo de Lucinda y Juan “Desierto está el bosque…. ¡Ah mujer al fin te vuelvo a ver!”: (Juan, Lucinda)
Concertante “Al fin de verle llegó el día” y romanza de Esteban “En la triste soledad el pobre Pájaro Azul”…. Cantando las penas de mi vida”: (Lucinda, Alves, Esteban)
Dúo de Lucinda y Esteban “La luz de la luna” y serenata “En la noche clara… Del tierno amor que te profeso, el portador será este beso”: (Esteban, Lucinda, Pastor)
Pasacalle “Dos leguas a la redonda”: (Coro, Pilar)
Final “Vencido en la brecha”: (Esteban, Alves, Juan, Lucinda, Soldados)


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Coro de pescadores “Abundante pesca que sale ahora”: (Pescadores, Antón, Estudiantes)

CORO
Ohé, ohé, la, la, la.
Ohé, ohé, la, la, la.
Abundante pesca que sale ahora,
hoy es la más fresca
que lleva la pescadora.
Siempre mi riqueza es el pescado,
y hoy llevamos a vender
el mejor en el mercado.
Siempre mi riqueza es el pescado,
y hoy llevamos a vender
el mejor en el mercado.
Abundante pesca que sale ahora,
hoy es la más fresca
que lleva la pescadora.

ELLAS
Ven tú, si me quieres ver
al amanecer.

ELLOS
Tra la, la, la, la.

ELLAS
En la redes del amor
déjate coger.

ELLOS
Tra la, la, la, la.

ELLAS
Si sales a la mar
podrás mi amor pescar.

ELLOS
Tra la, la, la, la.

ELLAS
Amor.

ELLOS
Tra la, la.

(Cruzan la escena por el foro las pescadoras graciosamente al compás de la música)

ELLAS
Pescar amor.

ELLOS
Tra la, la, la, la.
El pescador a las hembras
pretende engañar.

ELLAS
Ohé.

ELLOS
Y a lo mejor en sus redes se dejan pescar.

ELLAS
Ohé.
Abundante pesca que sale ahora.

TODOS
Hoy es la más fresca,
que lleva la pescadora.

ANTON
(Saliendo de detrás del mostrador y aproximándose a la mesa en que los estudiantes juegan al dominó)
Ya estoy aquí; a ver, señores,
si hacemos algún gasto;
ya pueden ir diciendo
lo que les traigo yo.

ESTUDIANTE 1º
El seis doble.

ESTUDIANTE 2.º
Dominó.

ESTUDIANTE 1º
Con trampas me has ganado
y ahora yo no he de pagar.

ESTUDIANTE 2º
Tú sí que malas artes
querías emplear.

ESTUDIANTE 1º
Mentira, malandrín.

ESTUDIANTE 2º
Paga, y calla, ruin.

ESTUDIANTE 1º
Pues así vas a cobrar.

(Los demás le sujetan)

ESTUDIANTE 2º
No te vale la amenaza.

ANTON
Señores, por favor,
jugad mejor.

ESTUDIANTE 1º
Mentiste, ¡vive Dios!

ESTUDIANTE 2º
Pues peguémonos los dos.

ESTUDIANTE 1º
No me vuelvas a ofender.

ESTUDIANTE 2º
A la calle sal a ver.

ANTON
¡Por Dios!, déjense ya de esta cuestión,
si no se pegan yo los convido,
y a todos pido de corazón
que esta pendencia
pronto dejéis,
que luego la ronda,
si llega al mesón,
¡ay!, sí, es de cajón.
¡ay!, sí, nos da un capón.

ESTUDIANTES
Tiene razón, vuelve a jugar.

CORO
Ohé, ohé, la, la, la.
Ohé, ohé, la, la, la.

(Antón vuelve a colocarse detrás del mostrador)


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Coro de guardias “A nuestra ronda hay que abrir”: (Guardias, Estudiantes, Antón)

GUARDIAS
A nuestra ronda hay que abrir;
abrid ligero,
que aquí es forzoso cumplir
deber austero;
y si lo quiere impedir,
señor ventero,
sin contemplación,
a mi empujón,
caerá  el portón,
y preso irás,
ya lo verás,
verás.

(Golpea la puerta, la cual abre Antón)

Un olor me ha dado en la nariz
que aquí he de hallar algún desliz,
la feroz conspiración
aquí se fragua, en el mesón.
Esta casa habéis de registrar
despejar la situación,
con más olfato que un pachón.
Por allá.

ESTUDIANTE 1º
¡Ay qué risa que me da!

GUARDIAS
No se ve.

ESTUDIANTE 2º
Con mi astucia me salvé.

GUARDIAS
Por aquí.

ESTUDIANTE. 3.º
Eres poco para mí.

GUARDIAS
Anda tú.

ESTUDIANTE 1º
No hallaréis, ¡por Belcebú!

GUARDIAS
Busca más.

ESTUDIANTES
Busca bien y encontrarás.

GUARDIAS
Otra vez.

ESTUDIANTES
Es ya mucha estupidez.

GUARDIAS
Precaución.

ESTUDIANTES
Es muy torpe el pelotón.

GUARDIAS
Nos ha traicionado la nariz,
que aquí no hay ningún desliz;
la feroz conspiración
no se ha fraguado en el mesón.
Puede la puerta cerrar,
señor ventero.

ESTUDIANTES
Ta, ta, ra, ta, ra, ta.

GUARDIAS
De aquí es preciso marchar.
Paso ligero.

ESTUDIANTES
Ta, ta, ra, ta, ra, ta.

GUARDIAS
Vámonos de aquí,
que aquí no hay na.
Quedad con Dios.

ANTON
Andad con Dios.

ESTUDIANTES
Adiós.

(Con el último acorde, los cuatro estudiantes que han salido de los toneles dan un golpe en la mesa con las fichas y continúan jugando.


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Fado “Cual ruiseñor canta en libertad….Nao se vencer a tentaçao”: (Esteban)

ESTEBAN
La, la, la, tra, la, la, la, la, la, la, la,
la, la, la, la, la, la, la, la. ¡Ah, la, la, tra,
la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la,
cual ruiseñor canta en libertad
tu alegre son, ella escuchará!

(Saliendo)

La, la, la, tra, la, la, la, la, la, la, la, la, la, la,
la, la, la, la, la, la, la, la, tra, la, la, la, la, la,
la, la, la, la, la, la, la, la, la, la.
¡Ah! (Grito)

Va en la canción
del alma mía,
la poesía
que llena el corazón;
con ella va
la melodía
del triste fado
de un pecho amante.
¡La firuli lurilu la!
que enamorado,
solo y errante,
cantará amor y libertad.
Es mi ilusión
cantar o meu fadinho,
que a orillas del Miño
de niño aprendí
así:
Nao se vencer
a tentaçao
vinho falarte
da minha illusao.
Ouve ao luar
rir e chorar.
Saudades e lembranças
quero cantar.
Linda mulher,
serás rainha
de meu coraçao,
rasgando o ar
o meu cantar,
os teus brillhantes olhos
quero trovar.
Linda rapariga,
eu querote beijar:
con los cantares
que entona el trovador popular,
puedo algún día
tus besos alcanzar.
Linda rapariga
eu querote beijar:
con los cantares
que entona el trovador popular,
puedo algún día
tus besos alcanzar.
Niña hechicera,
en este fado va mi pasión,
y aquí te espera
mi ardiente corazón.
Ouve ao luar
rir e chorar
saudades e lembranças
quero cantar.
Linda mulher,
minha paixao,
serás rainha
de meu coraçao,
rasgando o ar
o meu cantar,
os teus brillhantes olhos
quero trovar.


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Dúo de Lucinda y Esteban “¿Sabes tú qué es amar?”: (Lucinda, Esteban)

LUCINDA
¿Sabes tú qué es amar?

ESTEBAN
No sé qué decir,
extraña emoción.

LUCINDA
Pronta estoy a escuchar.

ESTEBAN
No sé si sabré hallar la explicación.

LUCINDA
Si su cariño me confesara
me haría enloquecer.

ESTEBAN
¡Si no he sabido nunca yo, no,
enamorar a una mujer!

LUCINDA
Su dulce acento vibrar yo siento
muy dentro de mi ser.

ESTEBAN
¡Si no he amado nunca yo, no,
ni sé lo que es querer!
¡Ah!
La vida consagrar
buscando una ilusión,
a ella dedicar
alma y corazón,
es saber amar.

LUCINDA
¡Ah!
Hallar un hombre fiel
y darle el corazón, y con él
gozar de su pasión.

ESTEBAN
Ser galante y soñador,
y dar a una mujer
toda una vida;
que en ello anida
la dicha del querer.

LUCINDA y ESTEBAN
Tan sólo así yo entiendo el amor,
y así el amor tú entiendes también,
viviendo de los besos al calor,
haciendo de la vida nuestro edén:
así el amor yo quiero gozar,
así el amor será embriagador,
sintiendo a nuestro lado aletear
el beso del amor.
Así el amor yo quiero gozar,
así el amor será embriagador,
sintiendo a nuestro lado aletear
el beso del amor.

LUCINDA
Así mi alma sintió el cariño
que siempre ambicioné.

ESTEBAN
Así en el alma yo sentí, sí,
el dulce amor con qué soñé.

LUCINDA
El alma mía
sintió alegría
oyendo tu cantar.

ESTEBAN
¡Si esta mujer de fijo sé que
jamás me habrá de amar!
Mi amor le confesé,
le dije mi pasión,
y ahora yo no sé
si acallar sabré
este corazón.

LUCINDA
¡Ah!
Ante esta confesión,
que quiere, ya lo vi,
¡ay de mí,
qué dulce es mi emoción!

ESTEBAN
Ser galante y soñador
y dar a una mujer
toda una vida,
que en ello anida
la dicha del querer.

LUCINDA y ESTEBAN
Tan sólo así yo entiendo el amor,
y así el amor tú entiendes también,
viviendo de los besos al calor,
haciendo de la vida nuestro edén:
así el amor yo quiero gozar,
así el amor será embriagador,
sintiendo a nuestro lado aletear
el beso del amor.


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Dúo cómico “Ay que guapo estás, Antón”: (Pilar, Antón)

PILAR
¡Ay, qué guapo estás, Antón!
¡Cómo me gustas, ladrón!
Mírame y abrázame
y de gusto me moriré.

ANTON
No me provoques, Pilar,
que aunque te quiera abrazar,
con lo que,
¡ay!, se te ve,
yo no sé
si me atreveré.

PILAR
Al sentir tu cara cerquita
me vuelves loquita;
¡ay!, no aprietes de esa manera;
¡si alguno me viera!

ANTON
Yo no sé qué cosa tan rara
me sube a la cara;
el calor que seca mi boca
se me quita con el balancé.

PILAR
Tu nena te quiere,
de amores se muere;
al verte mi alma
la calma perdí.

PILAR y ANTON
Boca de turrón,
boca de piñón;
no te pongas tan dulce,
por compasión.
Para poderte abrazar,
si quieres disimular,
cógete
y márcate
y bailamos el balancé.
Basta ya, ¡por compasión!,
que va a darme una congestión.


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Romanza de Juan “Yo soy un hidalgo español”: (Juan)

JUAN
Yo soy un hidalgo español,
tenorio, guerrero y truhán,
y lleva en su entraña
la sangre de España
el bravo capitán.
Rebosa en mi pecho el valor
violento como un huracán,
y quiero con ciego furor
vencer en las lides de amor;
del vino y las mujeres
yo gusto los placeres
en loca bacanal;
tirano soy en Portugal.
A veces dulce cantos,
recuerdo de mi patria,
que despiertan los encantos
de la España de mi amor:
y con las notas de un triste cantar
yo sé sentir y sé llorar.
Cantar,
que de mi patria me recuerda sin cesar
¡Ay, si! los amores.
Llorar
hace a mis ojos la cadencia singular
¡Ay, si! de un cantar.
España, la sin par,
tierra del sol,
no te puedo olvidar
todo buen español,
tenorio, guerrero y truhán,
y lleva en su entraña
la sangre de España
el bravo capitán.
Rebosa en mi pecho el valor
violento como un huracán,
y quiero con ciego furor
vencer en las lides de amor.


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Concertante “Yo fui el que la besó….Por ti mujer llego a saber…..Alma que nos lleva a luchar”: (Juan, Esteban, Lucinda, Alves)

JUAN
Yo fui el que la besó,
yo fui, me puedes matar,
si la espada no te tiembla
viendo enfrente un militar.

ESTEBAN
Sentí tan indigna acción
por ti, mi sola ilusión;
libertarme, que yo pueda
destrozar su corazón.

LUCINDA
Rubor con su beso sentí.

JUAN
Con mi espada sostengo mi acción.

LUCINDA
Valor ten, Esteban, por Dios.

ESTEBAN
Su vil acción pagará.

CORO
Busca el español, sin duda,
que haya lucha en el mesón,
y es preciso aquí dentro callar
aunque humille la provocación.

ESTEBAN
Después, si pronto estás,
de tal acción responderás.

ALVES
(Entrando)
Sabed, señores,
que nuestra patria se entregó;
lo votaron los traidores.
¿Qué tu actitud pregona,
cantor, con la espada?
Aquí su persona
habrá de ser sagrada.
Borracho y solo está.
El arma entrega
y de aquí saldrá;
abrid esa puerta.
Libre el paso dejadle ya,
y de mi casa sin ningún temor
sin daño saldréis;
pronto, señor.

JUAN
Es muy graciosa,
tu actitud tan generosa,
y vos aquí
respeto me debéis a mí.
Si estáis vencido,
vuestro gesto es divertido.

ESTEBAN
Su actitud he de vengar.

ALVES
Por eso aquí puede
reír, cantar victoria
un militar.

CORO
La voz del jefe nos hace callar,
por ella de aquí podrás marchar.

LUCINDA
Tu dulce amor me llena de alegría
y sabrás vengar mi afrenta sin temor.

ESTEBAN
Por ti mujer,
llegué a saber
lo que es amar,
y por tu amor,
alentador,
sabré matar.

LUCINDA
Latió a compás
de mi pasión
su corazón;
la dicha me enajena
siendo yo tu solo ilusión.

TODOS
Por ti, mujer,
llegó a saber
lo que es amar,
y por tu amor,
alentador,
sabrá luchar.
Latió a compás
de la pasión
su corazón.

ALVES
Al punto, militar,
de aquí debéis marchar;
si un hombre sois de honor,
salir será mejor.

ESTEBAN
Cantor yo soy errante,
y yo conseguiré
que al escuchar mi voz
el pueblo se levante.

LUCINDA
Sabrás, cantor de nuestra patria,
con tu cantar el eco despertar.

JUAN
La jota es el canto valiente.

ESTEBAN
Ya Portugal.

CORO
Surgió marcial.

JUAN
Guerra y amor se cante la jota.

ESTEBAN
Y su valer.

CORO
Sabrá imponer.

JUAN
Para luchar ninguno es prudente.

ESTEBAN
Sabrá morir.

CORO
Y resistir.

JUAN
Con la mujer,
querer y vencer.

(Mutis arrogante y retador)

CORO
Cantar, que la redención
saldrá del pobre mesón.

ESTEBAN
Si sois enemigos
del Rey de Castilla,
guerra
contra su nación:
si el Rey nos humilla
es la resistencia
nuestra salvación.

CORO
Si sois enemigos
del Rey de Castilla,
luchad.

ESTEBAN
Alma que nos lleva a luchar,
valor demostraré con decisión;
nuestra pena debemos cantar
cuando ha entregado
nuestra patria una traición.
Libre quiere ser Portugal
y libre por nosotros ha de ser,
nuestro canto de guerra marcial
en nuestros pechos el valor
ha de encender.
Demostraremos tesón y resistencia,
arriesgaremos por ella la existencia;
luchar debemos
por nuestra independencia.
A nuestra patria en el cantar enaltecemos;
luchar debemos
por nuestra independencia.

TODOS
Demostraremos tesón y resistencia,
arriesgaremos por ella la existencia;
luchar debemos
por nuestra independencia.
A nuestra patria en el cantar enaltecemos;
luchar debemos
por nuestra independencia.
Libre quiere ser Portugal
y libre por nosotros ha de ser,
nuestro canto de guerra marcial
en nuestros pechos el valor ha de encender.
A morir,
a luchar contra la traición;
a luchar con ciega pasión,
a morir, a luchar contra la traición;
a luchar con ciega pasión;
a morir, a luchar, a morir, a luchar
contra la traición, a luchar.


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Romanza de Lucinda “La luz de la tarde se va”: (Pastor, Lucinda)

PASTOR
Ya de oraciones el toque sonó,
tras de los montes el sol se ocultó,
y en el silencio de tarde tranquila
suena sin cesar
mientras llevo el rebaño a encerrar,
y me invita a cantar,
y me invita a cantar
la, la, la, la, la, la.

LUCINDA
La luz de la tarde se va,
mi Esteban aquí
tampoco vendrá;
zozobra que hiere cruel
matándome está
dulce y suave suena la esquila
cuando pienso yo en él;
aviva mi triste dolor
el canto escuchar
que dice el pastor,
y oyendo al eco del cantar
lo mismo quiero yo soñar amor.
Si en mí pensó,
el dulce gorjear
del lindo ruiseñor,
ha de llevar
al dueño de mi amor
el sentir que pongo en mi cantar,
la, la, la, la, la, la.
Dueño mío, quiéreme;
prisionero, piensa en mi,
que yo jamás te olvidaré
y noche y día pienso en ti.
Vuelve pronto, mi cantor,
que me muero de dolor
y a ti con mis suspiros va
el eco de mi amor.
En este triste anochecer
tan sólo espero ya volverte a ver.


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Dúo de Lucinda y Juan “Desierto está el bosque…. ¡Ah mujer al fin te vuelvo a ver!”: (Juan, Lucinda)

JUAN
Desierto está el bosque,
en él me he perdido;
gentil doncella,
albergue os pido.

LUCINDA
Noble señor, que perdido estás,
un seguro albergue aquí hallarás.

JUAN
¿No me recuerdas?

LUCINDA
(¡Es él!) ¿Qué buscáis aquí?

JUAN
¡Ah, mujer,
al fin te vuelvo a ver!
Linda flor,
que inspiras dulce amor.
Belleza sin igual,
un día en un mesón,
tu rostro angelical
hirió mi corazón.
Y al mirar
que cerca estás de mí,
te he de amar
con loco frenesí.

LUCINDA
No me habléis así
y no queráis turbar mi sueño,
porque mi alma
ya tiene dueño.

JUAN
¡No! Serás mi amor;
he de triunfar en este empeño.

LUCINDA
Es desleal su proceder,
si albergue le ofrecí
requebrarme de amor;
debéis, señor
marchar de aquí.

Olvidad
a la infeliz mujer;
es mejor
que no me habléis de amor.
Marchaos, oficial,
que un día en un mesón
una inquietud mortal
dejó en mi corazón.
Si el azar
le trae de nuevo aquí,
¿no he de hallar
olvido para mí?

JUAN
¡Ah! ¡Oh, mujer!
Linda flor,
que inspiras dulce amor.
Belleza sin igual,
un día en un mesón
tu rostro angelical
hirió mi corazón.
Y al mirar
qué cerca estás de mí,
te he de amar con loco frenesí;
por ti se aviva
mi pasión portuguesiña.

LUCINDA
¡Callad, por favor!
¡Cala, oh pobinha,
tu pasión de amor!

JUAN
Escucha niña, mi pasión de amor.


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Concertante “Al fin de verle llegó el día” y romanza de Esteban “En la triste soledad el pobre Pájaro Azul”…. Cantando las penas de mi vida”: (Lucinda, Alves, Esteban)

LUCINDA
Al fin, de verle llegó el día.

ALVES
Ya vuelve.

LUCINDA
Recé por su regreso yo.

ALVES
La Virgen te oyó.

LUCINDA
Te doy las gracias, Madre mía.

ALVES
Al cabo se vio en libertad.

LUCINDA
Me embarga la felicidad.

CORO
La alegría ha de traer
el regreso del cantor;
él nos sabe enardecer,
su voz nos da fuerza y valor.
Al fin, Esteban ya regresa.

ALVES
Ya vuelve.

CORO
Por su regreso suspiró.

ALVES
La Virgen la oyó.

CORO
Al cielo demos gracias todos,
al fin Esteban ya llegó.

ESTEBAN
Rendido y ya sin fuerzas
vuelvo junto a ti,
tu recuerdo solamente
hoy me trajo aquí.
Lucinda, en ti pensaba
en mi soledad,
cuando preso suspiraba
por la libertad.

LUCINDA
¡Ah! Este dulce instante
cuánto ambicioné,
por ti no viví
y sólo en ti pensé.
Realidad es mi esperanza,
y mi amor su dicha alcanza.
¡Oh, dulce esperanza!
Mi amor por ti rezó,
la Virgen me escuchó;
realidad es mi esperanza,
y mi amor la dicha alcanza.
mi Esteban volvió.

CORO
Al regresar su amor halló,
que por su vuelta suspiró.

ESTEBAN
En la triste soledad,
el pobre Pájaro Azul
al perder la libertad,
llorando en la esclavitud,
así cantaba en la prisión
del prisionero la canción.
Cantando las penas de mi vida,
la libertad perdida,
tan sólo en salir pensé;
llorando cantaba noche y día
y un canto de agonía
mil veces entoné.
Quemé mis ojos con las lágrimas
pensando no verte,
y con acento melancólico
llamaba la muerte.
Hoy al volver
al lado de mi amor
hallé contigo la felicidad,
pues ya te ha visto el infeliz cantor.
Huyó de mí la triste soledad;
para cantar igual que el pájaro,
precisa es la libertad.
Llamaba la muerte
pensando no verte.
Llorando con llanto de alegría,
yo quiero noche y día
cantar mi amor así,
pues ya dichoso soy, vida mía,
estando con mi amor aquí.


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Dúo de Lucinda y Esteban “La luz de la luna” y serenata “En la noche clara… Del tierno amor que te profeso, el portador será este beso”: (Esteban, Lucinda, Pastor)

ESTEBAN
La luz de la luna
nos manda su resplandor,
ya todos reposan
y vela el amor.

LUCINDA
De amor
la flor
de ti nació el calor.

ESTEBAN
Ven a mí.

LUCINDA
¡Qué emoción!

ESTEBAN
Te diré mi amor.
En la noche clara,
al mirar las rosas de tu cara,
siento aquí el ardor
de un cariño abrasador,
mientras que la luna
mira sonriente mi fortuna.
Esta es la ocasión
de poder jurar
lleno de emoción,
musa de mi cantar,
que por tu pasión
siento palpitar
este corazón.

LUCINDA
Esteban, mi dueño,
tú fuiste cantor,
el mágico sueño
de mi amor;
tú quiéreme
que tu cariño es mi esperanza.
Noche silenciosa,
que el amor enciendes misteriosa,

LUCINDA y ESTEBAN
Eres tú mi ilusión,
y con mi pasión
siento palpitar
este corazón.

LUCINDA
¡Esteban mío! Tú eres mi ansiedad.

ESTEBAN
Por ti, bien mío,
gozo junto a ti
de la felicidad
del amor.

LUCINDA
Por ti sentí,
arder en mi corazón
la llama de mi ilusión,
la llama de mi ilusión.

PASTOR
(Dentro)
Ya del reposo el momento llegó.

ESTEBAN
Noche de sueños fascinadores.

PASTOR
Tras de los montes la luna alumbró
y en el silencio de noche serena,
con el misterio que el bosque llena,
sólo resonó
el cantar que el pastor entonó
y la luna salió,
y el descanso llegó,
la, la, la, la, la, la, la, la.

LUCINDA
Ya cantan los pastores.

ESTEBAN
Amor dice el lugar,
amor la ocasión,
incita todo a amar,
amor que es mi ilusión;
loco de pasión
te quiero besar
con dulce emoción.
Del tierno amor que te profeso,
el portador será este beso,
beso embriagador
es placer sin par
poder tu boca besar.

LUCINDA
Con mi rubor mi afán expreso,
no sé, cantor, negarte un beso,
prueba de mi amor.

PRISCILA y ESTEBAN
¡Oh, placer sin par
de amor el beso gustar!

ESTEBAN
Para el combate
de afán mi pecho late;
me da valor
el beso del amor.

PASTOR
La, la, la, la, la, la, la, la, la, la.


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Pasacalle “Dos leguas a la redonda”: (Coro, Pilar)

TODAS
Dos leguas a la redonda
los mozos no aman ya
ni van de ronda;
te olvidas de tu cariño,
pues conspirando estás,
portuguesinho.
Tri qui tri qui tri,
en su lugar
tri qui tri qui trá,
sabré cantar,
con las mandolinas
salvaré con decisión la tradición.
Tri qui tri qui tri,
y mi cantar
tri qui tri qui trá,
eu te quero dedicar.

PILAR
Oyeme, menino encantador,
en un cantar mi tierno amor.

TODAS
No te pongas triste y asómate ya,
que tras esa reja mi ventura está,
al ver tu cara el arrebol,
tras esa ventana sale el sol.
¡Ay!

PILAR
Mírame boquita de rubí
que tú serás mi dulce hurí.

TODAS
Tírame un besito, no me hagas penar,
que tú fresca boca quiero yo besar,
y si de tu boca escucho un no,
de pesar aquí me muero yo.
Menino de faz divina,
mi amor diciendo va
la mandolina,
que suena como un lamento,
y que esperando está
mi pensamiento.
Tri qui tri qui tri,
al despertar,
tri qui tri qui tri,
con mi cantar,
dulces esperanzas,
no dirás jamás que no,
como hago yo.
Tri qui tri qui tri,
tri qui tri qui tri.


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Final “Vencido en la brecha”: (Esteban, Alves, Juan, Lucinda, Soldados)

ESTEBAN
Vencido en la brecha
mi patria ya se entregó.

ALVES
La tropa deshecha,
sin lucha allá se rindió.

ESTEBAN
El Duque de Alba
nuestra nación conquistó.

ALVES
Triste es confesar
nuestra ineptitud
y tengamos desde ahora
del martirio la virtud,
a llorar a sufrir la esclavitud.

ESTEBAN
Por ti, mujer,
llegué a saber
lo que es amor,
y por tu amor
no he de sufrir
el deshonor.
Del Puente de Alcántara,
por suerte fatídica,
adversa una ráfaga
mi gente barrió.
España, cruel, venció
de los portugueses,
y el sol los arneses
de España alumbró;
del guerrear los reveses,
llorad, portugueses:
la suerte fatal
oprime a Portugal.
¡Maldita la ráfaga
que adversa sopló
y al pueblo oprimió
y fe y libertad de aquí se llevó!
Del Puente de Alcántara,
por suerte fatídica,
adversa una ráfaga
mi gente barrió.
A mi patria yo
no he de abandonar,
patria de mis amores,
yo sabré vengarte.
A mi patria yo
no he de abandonar,
yo sabré librarte
del poder de traidores;
tengo esperanza
de saber en tu honor matar.
¡Venganza!
Sabré por ti llorar.

(Mutis por la casa)

JUAN
(Saliendo seguido de ocho soldados)
Aquí esta grey
se refugió
para conspirar.
Por nuestro Rey,
os mando yo
a los rebeldes apresar.
Llamad en esa casa,
que aquí escondidos estarán,
y por su traición
todos morirán;
si no quieren responder,
de un golpe ese portón
al suelo haréis caer;
lo exige mi nación.

ESTEBAN
(Saliendo seguido de Alves y Lucinda)
No hace falta la violencia
con nosotros; aquí estamos.

JUAN
¡Lucinda! ¡Sabéis que tengo
orden de arcabucearos!

ALVES
Qué nos importa la vida
para vivir deshonrados.
A los que fuimos leales,
a los que no claudicamos,
nos han vencido tus tropas
en Alcántara; un extraño
gobernará Portugal,
que eso las Cortes votaron.
¡Qué vale ya nuestra vida!
Tira al corazón, soldado.

ESTEBAN
Ofensa grave me hiciste
en aquel mesón, borracho:
no puedo vengarla ahora
que eres, español, el amo;
ni he de sufrir esta afrenta
de vivir como un esclavo;
mátate, yo te perdono
por favor tan señalado.

LUCINDA
Español, ya los oíste:
si eres noble y eres bravo,
oye también esta súplica
de mi pecho enamorado.
Déjeme morir con ellos,
que los tres juntos muramos,
que no separe la muerte
lo que el amor ha juntado.

JUAN
No puedo aceptar, Lucinda,
tu sacrificio magnánimo,
y como a un español nadie
le aventaja a ser hidalgo,
libres sois, podéis marchar.

ALVES
Perdón, no.

ESTEBAN
Cobarde, mátanos.

JUAN
A esta mujer cierto día
la inferí mortal agravio;
tengo con ella una deuda
y con mi perdón la pago.
Por el amor que te tengo,
hora es ya de confesarlo.
Por ti Lucinda adorada,
libres sois los tres. Marchaos.

ESTEBAN
Con tu perdón nos humillas.

JUAN
Yo no sé si esto que hago
será valiente o cobarde,
será bueno o será malo:
así lo dicta mi noble
corazón de enamorado.
Los tres debéis ser felices;
yo aquí quedaré llorando
por tu ausencia. ¡Viva España!

SOLDADOS
¡Viva!...

JUAN
En marcha ya, soldados.
Tarde comprendí el amor
que esta mujer me ha inspirado.

TODOS
¡Lejos de la patria
qué triste es el amor!

JUAN
El perdón he dado,
con él se va mi amor.

ESTEBAN
Patria escarnecida, hoy te veo vencida
por verte libertar siempre he de luchar.

TODOS
El amor se ausenta llorando su dolor;
cantar, cantar con canto de dolor
al recordar amor.





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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