La rosa del azafrán (Cantables)



LA ROSA DEL AZAFRAN




Zarzuela en dos actos, y seis cuadros.

Libreto: Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw.

Música: Jacinto Guerrero.

Estrenada en el Teatro Calderón de Madrid el 14 de marzo de 1930.


ARGUMENTO

Primer cuadro

La acción se desarrolla en una casa de labradores acomodados. Criados, gañanes y pastores están celebrando la fiesta onomástica del amo. Cantos y bailes animan el cuadro. Juan Pedro, gañán distinguido por su laboriosidad y honradez, entona una copla que la intención enamoradiza orienta hacia Catalina, una criada de la casa. Pero a Catalina también la pretende Moniquito, un joven santero de la ermita, que entra en escena con una urna que protege a un San Roque. Ni el santo le vale a Moniquito en sus galanteos con la criada, que una vez más le rechaza.
El tema de conversación de la tertulia es ahora con Generoso, loco porque perdió su hijo, patriota y dadivoso que aparece al frente de su "ejercito carlista", cuyas filas integran todos los críos del pueblo. Sagrario, ama de la casa, defiende al pobre viejo de las cuchufletas de la reunión. Juan Pedro está alegre porque mañana empiezan los trabajos de siembra. Su canción bien clara deja la idea: "Cuando siembro voy cantando porque pienso que al cantar, con el trigo voy sembrando mis amores al azar."
Sagrario se entera por Catalina de que Juan Pedro la ha requerido para platicar: "Con Juan Pedro mejor que con otro, que es un hombre formal, hacendoso, despierto, leal, fino en la palabra... y guapo de verdad". aprueba el ama; pero ordena que Juan Pedro salga aquel mismo día de la casa porque "no está bien mirao en el pueblo que dos novios duerman en la misma casa".
Comunica al gañán la decisión de que se marche, pero no sin antes preguntarle cómo explican los hombres el amor. El ama no ha sido nunca novia.
Tiene fama de orgullosa y ningún hombre se le acerco nunca para decirle una palabra de cariño. Juan Pedro empieza a explicarse, y pronto Sagrario une su contenida pasión a la de él: "No sé qué penas me están matando. ¡Parecen fogaradas de celos!" El ama pronto descubrió sus sentimientos. Pero Juan Pedro no ha comprendido que las palabras amorosas de Sagrario iban dirigidas a el, y en un encuentro con Catalina le pide una respuesta afirmativa a su amor. La criada ha escuchado el dúo de Sagrario y Juan Pedro, y su intuición de mujer le ha hecho comprender más de lo que el gañán ha entendido en el impulso del ama. Contesta a Juan Pedro con una negativa que decepciona al mozo. Como no habrá noviazgo, no hay y a necesidad de que el gañán se marche de la casa y cuando todos esperan que Sagrario pida a Juan Pedro que se quede, el ama insiste en que se vaya.

Segundo cuadro

Juan Pedro y un grupo de mozos salen de noche a rondar a las mozas. Todos creen que Juan Pedro va a cantar a Catalina, pero el gañán dice que es al ama Sagrario a quien quiere dedicar la copla. Llegan los rondadores a la casa del ama, donde se están realizando las tareas de mondar la rosa del azafrán, a las que cada hombre ayuda a la mujer que pretende. El ama Sagrario trabaja sin ayudador, y Juan Pedro, con intención, canta su copla: "Pero si una mocita no tiene amante, natural es que alguno venga a ayudarle." Sagrario se ofende y el mozo se cree despreciado por su humilde procedencia: "Que culpa tiene el tomillo de haber nacido tan bajo."
Juan Pedro se ya, y Sagrario, presa de nerviosismo, suspende las faenas.

Segundo acto.

Juan Pedro sale del pueblo, pero vuelve a dar el pésame a Carracuca que enviudó. Confía a Custodia, mujer del pueblo, componedora, que siente añoranza del lugar, y que ha comprendido lo imposible de su intención con el ama. Pero él quiere establecerse y casarse con una mujer del pueblo. Aparece Catalina, y Juan Pedro vuelve a declararle su amor pero súbitamente sale el ama. Respetuoso el gañan, la saluda ceremoniosamente, pero Sagrario le dice que la llame por su nombre porque ya no es su ama.
A preguntas de ella Juan Pedro le descubre los sentimientos de amor que hacia ella abrigaba. Sagrario no puede ya mas contener sus impulsos y le dice que ella también le quiere, pero las diferencias de clase les separan. Con rabia le ruega que se vuelva a marchar. "Cásate con otra, si quieres: pero que no la vea yo... porque me da una pena de morirme."
Juan Pedro ha decidido definitivamente alejarse del pueblo, pero ahí esta Custodia que le propone un plan que para posible el casamiento del ama y el gañan. Solo es necesario que finja ser el hijo perdido de don Generoso. Juan Pedro se muestra reacio ante lo que el cree deshonroso, pero Custodia le hace ver que en la componenda no hay nada malo y que servirá para hacer la felicidad de el, de Sagrario y de don Generoso.
Efectivamente, el viejo loco recibe a Juan Pedro con los brazos abiertos, y Sagrario que conoce la verdad, dice que a su "orgullo le basta que los demás se lo crean". Bienvenida sea la estratagema si ella permite al fin, la boda del ama y el gañán.


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Personajes:

Sagrario: Rica labradora, enamorada de Juan Pedro.

Juan Pedro: Gañán en la finca de Sagrario a quien confiesa su amor.

Catalina: Criada de Sagrario a la que pretendió Juan Pedro.

Moniquito: Se queda compuesto y sin novia por buscársela a Carracuca.

Carracuca: Viudo en busca de la reincidencia.


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Números musicales:

Escena “Aunque soy de La Mancha”: (Catalina)
Canción del sembrador “Cuando siembro voy cantando”: (Juan Pedro)
Dúo de Sagrario y Juan Pedro “Ama, lo que usted me pide….Manchega, flor y gala de la llanura”: (Juan Pedro, Sagrario)
Nocturno “Como soy nena mía pastor de ovejas” y serenata “Hoy es sábado y no quiero dormir en la quintería”: (Un Pastor, Juan Pedro)
Pasacalle de las escaleras “Dos por dos son cuatro”: (Moniquito)
La monda de la rosa “De mondar mucha rosa yo no me alabo…La rosa del azafrán es una flor arrogante….Me casé con un sastre”: (Mozas, Sagrario, Catalina, Mozos)
Final del acto I “Si quieres que te lo diga…Que culpa tiene el tomillo…..Perdone el ama Sagrario, perdone mi atrevimiento”: (Mozas, Mozos, Juan Pedro, Sagrario, Custodia)
Dúo cómico “Pero ven acá”: (Moniquito, Catalina)
La caza del viudo “Y agora ¿qué vas a hacer?......La Juliana de casarse contigo tie gana”: (Mozas, Carracuca, Moniquito)
Romanza de Sagrario “No me duele que se vaya”: (Sagrario)
Las espigadoras “Esta mañana mu tempranito…..¡Ay ay ay ay, que trabajo nos manda el Señor!”: (Espigadoras, Catalina)
Jota castellana “Bisturí, bisturí…..Manzanares Manzanares ya no es tierra de manzanos….Quisiera ser tu pañuelo”: (Juan Pedro, Sagrario, Custodia)
Dúo final de Sagrario y Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte….Lo que tu quieres decirme”: (Juan Pedro, Sagrario)


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ACTO PRIMERO

Cuadro primero

La acción se desarrolla en un lugar de La Mancha, en un año impreciso de la década de los sesenta del siglo XIX. En el patio exterior de una casa de labradores acomodados se reúnen los criados, gañanes y pastores celebrando la onomástica del amo. Todos comen melones, sandias, garbanzos tostados, anises, mantecados de la tierra, pan y beben “zurra” (vino blanco con agua y limón) mientras dos parejas bailan seguidillas. Catalina, una criada, entona la primera.

Escena “Aunque soy de La Mancha”: (Catalina)

CATALINA
Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie;
más de cuatro quisieran
tener mi sangre.
Y al estribillo,
y al estribillo:
que no hay chocolatera
sin molinillo.

TODOS
Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie;
más de cuatro quisieran
tener mi sangre.
Y al estribillo,
y al estribillo:
que no hay chocolatera
sin molinillo.

JUAN PEDRO
(Dentro por el fondo)
Aunque soy forastero,
rondo en la villa.
No me digas morena,
que es culpa mía.
¡Que culpa tengo
de que me hayan herío
tus ojos negros,
tus ojos negros
que culpa tengo!
No le digas a nadie
que nos queremos,
porque todos se vuelven
chismes y cuentos.
Tú no lo dices,
tú no lo dices,
y el que quiera saberlo
que lo adivine.

CATALINA
De qué me vale, amigo,
que yo me calle,
si tú lo vas diciendo
por toas partes.
Y aunque callaras,
y aunque callaras,
te lo conocerían
en la mirada.

TODOS
Desde Manzanaritos
a La Solana
hay una leguecita
de tierra llana.
No hay una yegua,
no hay una yegua,
que en menos de dos horas
se ande esa legua.
Olé, olé, olé.
Olé.


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Aparece Carracuca, gañán vestido con abarcas y montera de piel, preguntando por Custodia, mujer de unos cincuenta años, a la que solicita ayuda para salvar a su mujer, Gertrudis a la que ha vuelto a dar el “histérico”, que Moniquito el joven santero de la ermita de San Roque, ha sido incapaz de curar. Moniquito queda en el patio tratando de enamorar a Catalina. En ese momento se escuchan los pasos de Don Generoso, hombre de unos sesenta años, antiguo dueño de la casa, ahora pobre por sus empeños en levantar partidas, quien creyéndose jefe del ejercito carlista instruye a un grupo de zagales en la lucha contra Espartero, estigma de La Mancha. Poco después aparecen un grupo de labradores, dispuestos a principiar la simienza, entre los que se encuentra Juan Pedro, forastero, gañan, quien dice no conocer a su padre.

Canción del sembrador “Cuando siembro voy cantando”: (Juan Pedro)

JUAN PEDRO
Cuando siembro voy cantando,
porque pienso que al cantar,
con el trigo voy sembrando
mis amores al azar.
No hay empresa más gallarda
que el afán del sembrador.
¡Por sembrar en tierra parda
soy a gusto labrador!
Pisan mis abarcas la llanura,
raya el firmamento mi montera,
porque al sembrador se le figura
que es el creador de la panera.
Y el grano arrojo
con tanto brío,
que me parece
que el mundo es mío…
¡Ah!
Sembrador
que has puesto en la besana
tu amor:
la espiga de mañana
será tu recompensa
mejor.
Dale al viento
el trigo y el acento
de tu primer lamento
de amor…
Y aguarda el porvenir,
sembrador.

TODOS
No hay empresa más gallarda
que el afán del sembrador.
Por sembrar en tierra parda
¡quién no fuera labrador!

JUAN PEDRO
Vuela la simiente de mi puño,
cae sobre la tierra removida,
siente la caricia del terruño
y abre sus entrañas a la vida.
Y al sol de mayo,
que es un tesoro,
millares brillan
de lanzas de oro.
¡Ah!
Sembrador
que has puesto en la besana
tu amor:
la espiga de mañana
será tu recompensa
mejor.
Dale al viento
el trigo y el acento
de tu primer lamento
de amor…
¡Y aguarda el porvenir,
sembrador!
¡Sembrador!


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Emocionada por la pasión del canto de Juan Pedro, Catalina pide a Sagrario permiso para platicar con él, a lo cual el ama accede con una condición: que esa tarde Juan Pedro abandone la casa, pues en el pueblo no está bien mirado que dos novios duerman en la misma casa. Sagrario, que nunca ha sido novia, también se siente atraída por Juan Pedro y  a la vez que le dice que ha de abandonar la casa, le pide que le cuente cómo los hombres explican el cariño.

Dúo de Sagrario y Juan Pedro “Ama, lo que usted me pide….Manchega, flor y gala de la llanura”: (Juan Pedro, Sagrario)


JUAN PEDRO
Ama,
lo que usté me pide
es muy fácil de sentir
y es difícil de explicar.

SAGRARIO
Creo
que sentir amores
es lo mismo que aprender
nuevos modos de cantar.

JUAN PEDRO
Mejor lo explica el ama
de lo que yo sabría

SAGRARIO
Oírlo de tus labios
quisiera todavía.

JUAN PEDRO
Reírse quiere el ama
del rústico gañán.

SAGRARIO
(Aparte)
¡Quien sabe si al oírte
mis ojos llorarán!

(A Juan Pedro)

Dime,
dime qué palabras
canta el hombre a la mujer
cuando le habla con amor.

JUAN PEDRO
Temo
que la desengañen…

SAGRARIO
Si tú quieres de verdad,
has de ser buen cantador.

JUAN PEDRO
Manchega, flor y gala
de la llanura
manchega:
te quiero por tus ojos
y por tu boca
te quiero.
Tus ojos son alegres
como cantares
de siega.
Tus labios son tan dulces
como la miel
del romero.

SAGRARIO
(Aparte)
Bien dicen del cariño
que todo lo hermosea
y que la hermosa envidia,
la suerte de la fea.

(A Juan Pedro)

Comprendo al escucharte
que quieres de verdá…
y que ella esté orgullosa
de su felicidá.
¿Me lo quieres repetir?

JUAN PEDRO
La de usté es mi voluntá.
“Manchega, flor y gala
de la llanura
manchega…”

SAGRARIO
“Te quiero por tus ojos
y por tu boca
te quiero…”

JUAN PEDRO
¡Bien se lo ha aprendió!

SAGRARIO
“Tus ojos son alegres
como cantares
de siega…”

JUAN PEDRO
(Cogiéndole la mano)
“¡Tus labios son tan dulces
como la miel
del romero!”

(Sagrario se aparta)

SAGRARIO
No sé que penas
me están matando,
no sé que duelos…
¡Parecen fogaradas de celo!
Bésame, niña,
con esos labios
dulces y rojos
mientras que están mirando tus ojos.

Sagrario aparece seguida de Juan Pedro, quien detiene su marcha ante la llamada de Catalina, que celosa de la escena anterior le niega su amor. Mientras Moniquito y Custodia hablan de Don Generoso y esta le cuenta que su locura fue causada por la muerte de un hijo que tuvo con una moza, y que una vez pobre quiso recuperar de la casa cuna de Ciudad Real. El cuadro concluye con la despedida de Juan Pedro, quien, para sorpresa de Moniquito, abandona la casa como supuesto novio de Catalina.


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Cuadro segundo

Es de noche en una plazuela del pueblo. Se escucha una ronda que inicia un pastor y continua Juan Pedro.

Nocturno “Como soy nena mía pastor de ovejas” y serenata “Hoy es sábado y no quiero dormir en la quintería”: (Un Pastor, Juan Pedro)

UN PASTOR
Como soy, nena mía,
pastor de ovejas,
por las noches platico
con las estrellas.
y aquella blanca,
¡cuantas noches me dice
que tú me aguardas,
que tú me aguardas!

JUAN PEDRO
(Dentro)
Hoy es sábado y no quiero
dormir en la quintería,
porque rondan los gañanes,
y yo me muero de envidia
si me entero
de que rondan
las esquinas
de mi novia.
Tralalalalá…

TODOS
Hoy es sábado y no quiero
dormir en la quintería,
porque rondan los gañanes,
y yo me muero de envidia
si me entero
de que rondan
las esquinas
de mi novia.

JUAN PEDRO
Tralalalalá…

TODOS
Tralalalalá…

JUAN PEDRO
Tralalalalá…


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Unos gañanes, entre los que se encuentra Moniquito se unen a su manera a la ronda nocturna.

Pasacalle de las escaleras “Dos por dos son cuatro”: (Moniquito)

TODOS
Dos por dos son cuatro;
tres por dos son seis;
tres por  cuatro doce;
dos por cinco diez.
Ya me sé la tabla
de multiplicar,
y antes del invierno
me podré casar.

MONIQUITO
Si me adviertes al pedirte
que no ties ventana baja,
no es el hijo de mi madre
el que sube a tu ventana.

TODOS
¡Aaay!...
¡Ay, ay, ay, aay!
Ya verás mujer, la que te espera.
¡Aaay!...
¡Ay, ay, ay, aay!
Cuando suba yo por la escalera.

MONIQUITO
Cuando llegue arri-,
aunque tu no quie-,
si no está tu ma-,
voy a darte un be-.

LOS DEMAS
Quiere leerte un be-,
pero se equivo-,
porque está tu ma-,
¡y van a ser po-¡

(Moniquito coloca en el suelo la escalera que le sujetan Carmelo y Quilino, y se sube a ella)

MONIQUITO
Aquí estoy porque he subío,
y no me bajo sin darte
un abrazo de los fuertes
¡y recuerdos pa tu madre!

(Baja de la escalera)

TODOS
¡Aaay!...
¡Ay, ay, ay, aay!...

MONIQUITO
Si al ir a casarte no reculas.
¡aaay!...
¡Ay, ay, ay, aay!...
…tengo ya mujer y un par de mulas.
Pero si me enga-
con un archidú-,
¡apañao me que-
con un par de mu-¡

LOS DEMAS
Con un par de mu-
apañao se que-,
porque si una es co-,
¡la otra es burricie-¡
Dos por dos son cuatro;
tres por dos son seis;
tres por cuatro, doce;
dos por cinco, diez.
ya se me la tabla
de multiplicar,
y antes del invierno
me podré casar.

(Hacen mutis)


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Cuadro tercero

Ya de día y en el patio de la casa de Sagrario, las mozas, presididas por el ama, se dedican a la monda de la rosa.

La monda de la rosa “De mondar mucha rosa yo no me alabo…La rosa del azafrán es una flor arrogante….Me casé con un sastre”: (Mozas, Sagrario, Catalina, Mozos)

MOZAS
De mondar mucha rosa
yo no me alabo
yo no me alabo,
porque no tengo novio
que tire el clavo.

SAGRARIO
La rosa del azafrán
es como la maravilla,
que un día la ve nacer
y la mata el mismo día.

CATALINA
Me casé con un sastre
por no estar mala,
y el aire de la aguja
me resfriaba.

MOZAS
La, la, la, laralala
La, la, la, la, la, la.
La, la, la, laralala
La, la, la, la, la, la

MOZOS
Aroma de tomillo de abril
se escapa de tus labios en flor.

MOZAS
Por Dios, no te me arrimes, galán
no vaya a marearte el olor.

MOZOS
Si no me quieres cerca, ¿por qué
me miras con tus ojos de imán?

MOZAS
Pues pídele al alcalde un cartel
que diga:” Se prohíbe mirar”.

SAGRARIO
La rosa del azafrán
es una flor arrogante
que brota al salir el sol
y muere al caer la tarde.

MOZOS
Tan frágil es el amor
como esta flor peregrina.
se quiere al atardecer
y a media noche se olvida.
No quieras olvidarme después
Que tengo ya encargao el ajuar.

MOZAS
Tendiendo ya el ajuar encargao
alguna se lo puede encontrar.

MOZOS
Si alguna se lo encuentra también
te digo que le puede pesar.

MOZAS
Con esas indirectas pa mí
que no voy otro novio a encontrar.

SAGRARIO y TODOS
La rosa del azafrán
vestida está de morado
y tiene el tallo pajizo
y el corazón encarnado.

TODOS
La, la, la, la, la, la…


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Mientras Sagrario confiesa a Custodia su amor por Juan Pedro a la vez que se entera que es hijo de la inclusa, licenciándose en el hospicio a los quince años.
La conversación concluye con una nueva llamada al trabajo que inician mozos y mozas. Mientras mondan la rosa, llega Juan Pedro.

Final del acto I “Si quieres que te lo diga…Que culpa tiene el tomillo…..Perdone el ama Sagrario, perdone mi atrevimiento”: (Mozas, Mozos, Juan Pedro, Sagrario, Custodia)


MOZAS
Si quieres que te lo diga,
cantando te lo diré:
el amor que te tenía
por donde vino se fue.

MOZOS
El amor que te tuve
fue de bayeta;

MOZAS
Se le ha caído el pelo,
ya no calienta.

JUAN PEDRO
Buenas tardes tengan todos.

TODOS
Buenas tardes nos dé Dios.

SAGRARIO
(Aparte)
¿A qué viene, madre mía?

CUSTODIA
(Aparte)
¿Qué querrá el ayudaor?

JUAN PEDRO
Aunque soy forastero,
sé la costumbre,
y a ayudaros venimos
como nos cumple.

SAGRARIO
La costumbre es que el novio
junto a la novia,
la partija le aumente
que a ella le toca,
que a ella le toca.

JUAN PEDRO
Pero si una mocita
no tiene amante,
natural es que alguno
venga a ayudarle.

SAGRARIO
Si alguno viene,
sin palabras le dice
que la pretende,
que la pretende,
que la pretende.

MOZAS
¡Bien lo explica la Sagrario!
¡El a quien ayudará!

MOZOS
No te metas en dibujos.
Lo que sea sonará.

Juan Pedro se pone junto a Sagrario, tomando una flor de la mesa para extraerle los estigmas. Los otros mozos se unen a las mozas que no tienen pareja.

JUAN PEDRO
Ama,
con su licencia,
quiero ayudarla,
pues siento pena viendo
que a usted los mozos
no se le acercan.

SAGRARIO
(Poniéndose en pie)
Mira
que me abochorna
lo que pretendes.
¡Corre
por tus caminos
sin ofenderme!

JUAN PEDRO
¡Que culpa tiene el tomillo
de haber nacío tan bajo!
¡Que culpa tiene el querer
de andar arriba y abajo!

TODOS
El pobre es pobre en su tierra.
El rico es rico en su casa.

SAGRARIO
Y la mujer, rica o pobre,
nunca sabe donde manda.

JUAN PEDRO
Perdone el ama Sagrario,
perdone mi atrevimiento.
¡Que culpa tienen mis ojos
de haber mirao pal el cielo!

SAGRARIO
Vete presto.
Vete ya.
Irse todos
por favor.

TODOS
Vamos ya.

SAGRARIO
La faena
se acabó.

Mozas y mozos después de un angustioso silencio, desfilan, mientras Juan Pedro, avergonzado, se repliega al primer término del otro lado.

JUAN PEDRO
(Tomando en sus manos una rosa)
Tan frágil es el amor
como esta flor peregrina:
se quiere al atardecer
¡y a media noche se olvida!


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ACTO SEGUNDO

Cuadro cuarto

Han pasado diez meses. De nuevo en la plazuela del pueblo, ahora de día, Catalina y Custodia comentan las últimas novedades, cuando aparece Juan Pedro dispuesto a encontrar en el pueblo una novia con la que casarse.
Catalina no le hace aprecio pues está decidida a casarse con Moniquito, aunque este solo tenga como ingreso la capilla de San Roque. Cuando ya han abandonado la escena Custodia y Juan Pedro llega Moniquito, vestido con un capote de paño pardo en pleno mes de agosto, procedente del entierro de Gertrudis quien ha muerto de un nuevo ataque “histérico”.

Dúo cómico “Pero ven acá”: (Moniquito, Catalina)

MONIQUITO
Pero ven acá.

CATALINA
No me vengas con lisonjas.
¡No me digas ná!

MONIQUITO
Ya verás como te esponjas.

CATALINA
No te quiero oír.

MONIQUITO
Pues te lo diré por señas.

CATALINA
Lo pues escribir.

MONIQUITO
Te lo escribo si te empeñas.

CATALINA
Pero es inútil
lo que me digas.

MONIQUITO
Eres más terca
que un jabalí.

CATALINA
Tú eres más suave
que las ortigas.

MONIQUITO
¡Pa mi que mucho!

CATALINA
¡Pa mí que sí!

MONIQUITO
Yo soy la luna
y tú eres el espejo
de la laguna
donde la rueda brilla
de mí fortuna,
de mi fortuna.

CATALINA
Si soy espejo,
no caso con un hombre
que es un pellejo.
Por eso Moniquito,
me desparejo,
me desparejo.

MONIQUITO
Tú no me quieres
porque prefieres
un hombre de esos
que nunca se echan
y que aprovechan
hasta los huesos,
hasta los huesos.

CATALINA
Yo te abomino,
porque el camino
que tú has tomao
es el de estarte
siempre tumbao,
sin levantarte
más que pa echarte
del otro lao.

MONIQUITO
¡Hasta ahora sí que
no me has matao!

CATALINA
Yo necesito
que el hombre que me quiera
sea bonito;
pero, además, que sude
como un bendito,
como un bendito.

MONIQUITO
¡Mira qué guapa!
Lo que tú te propones
no me se  escapa:
¡que vaya to el verano
con esta capa,
con esta capa!

CATALINA
Que te aplicases
y te agarrases
a algún oficio,
a algún oficio.

MONIQUITO
Al de escribano
que es el más sano
y alimenticio.

CATALINA
Yo te aseguro
Porque lo juro,
que se ha acabao.

MONIQUITO
Por lo que veo,
te has atufao.

CATALINA
Porque no veo,
que exista un feo
más desahogao.

MONIQUITO
¡Se ha guelto loca!

CATALINA
¡Se ha rematao!

(Desde la puerta del fondo)

¡Miau!

(Mutis)

MONIQUITO
(Desde la esquina primera de la izquierda)
¡Guau!


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Mientras un grupo de hombres le dan el pésame a Carracuca.

La caza del viudo “Y agora ¿qué vas a hacer?......La Juliana de casarse contigo tie gana”: (Mozas, Carracuca, Moniquito)

MOZOS
¡Conformidá!

CARRACUCA
¡Que voy a hacer!

MOZOS
¡Resinación!

CARRACUCA
¡Como ha de ser!

(Recitado)

MONIQUITO
¡Peor fuá no verlo!

Mientras los hombres se van despidiendo, marchándose por la primera calle a la derecha, Carracuca lanza suspiros entrecortados y Moniquito le ayuda. Detrás de los hombres ha aparecido un grupo de mujeres con medios mantos a la cabeza.

MOZAS
Y agora ¿qué vas a hacer?
¡Lo tienes que cavilar!
Si te has quedao sin mujer,
¡así no puedes estar!

CARRACUCA
Yo mesmo me he calculao
que en algo debo pensar.

MONIQUITO
El pobre está apabullao.

MOZAS
¡Se va a tener que casar!

CARRACUCA
Ya comprendo que yo solo
con las cinco criaturas
voy a verme en un apuro
pa sentarles las costuras.

MONIQUITO
¡Quien les cose?¿Quien les plancha?
¿Quién les barre? ¿Quién les guisa?
¿Quién les suena las narices?
¿Quién les lava la camisa?

CARRACUCA
¡Son tan chicos!

MONIQUITO
¡Son tan guarros!

CARRACUCA
¡Tan corticos!

MONIQUITO
¡Tan cerraos!

CARRACUCA
Sin su madre están perdios.

MONIQUITO
¡Sí que están extraviaos!

(Cuatro mujeres apartan a Carracuca rodeándole)

GRUPO 1º
La Juliana
de casarse contigo tie gana;
pues ya sabes que es medio tontiza,
y es sana y rolliza
como una manzana…

MONIQUITO
(Cogiendo a Carracuca y llevándoselo a un lado)
¡No me gusta pa ti la Juliana!

(Otro grupo de mujeres se apodera de Carracuca rodeándole)

GRUPO 2º
La Clementa
va a cumplir este mes los cuarenta,
y es tan guapa y graciosa entavia
que nadie diría
los años que cuenta…

MONIQUITO
(Repitiendo el juego)
¡Pues tampoco me va la Clementa!

GRUPO 1º
¿Y a ti que te importa?

GRUPO 2º
¿Y a ti que te va?

CARRACUCA
Cuando lo hace será conveniente.

MOZAS
¡Cuando el lo consiente
por algo será!

MONIQUITO
La Juliana no me gusta
porque tiene un ojo tuno,
Y no digo ná del otro
Porque no tie más que uno.
Y tocante a la Clementa,
¡Cuantas cosas te diría!

CARRACUCA
Pues ahorrarte el inventario
Porque fue mi ama de cría!

GRUPO 1º
Ten en cuenta que eres viudo.

GRUPO 2º
Que no hay tantas pa escoger.

MONIQUITO
Pero al menos que en visita
no la tenga que esconder.

Un tercer grupo de cuatro aparta a Moniquito, rodeándole.

GRUPO 3º
La Calixta,
si la hubias encargao a un artista,
no le sale tan mona y tan maja,
porque es una alhaja
de hermosa y de lista.

CARRACUCA
(Apartando a Moniquito)
¡Es muy poco pa mí la Calixta!

Un cuarto grupo rodea a Moniquito

GRUPO 4º
La Jacoba
¡hay que verla moviendo la escoba
o guisando en las ollas de barro!
¡Y el lomo de guarro
lo bien que lo adoba!

CARRACUCA
(Despreciativo)
¡Que se vaya a fregar La Jacoba!

MONIQUITO
¡A fregar!

CARRACUCA
¡A fregar!

GRUPO 4º
¡Pues sí que eres tonto!

GRUPO 3º
¡Pues no pides ná!

GRUPO 2º
¡Querrá una princesa!

GRUPO 1º
¡La reina querrá!

Conforme dicen su frase se van a una esquina cada grupo.

MOZAS
(Con coquetería)
Sí tú quieres, Carracuca,
yo no tengo inconveniente.

MONIQUITO
Si es que el medico le ha dicho
que no tome ná caliente.

Después de mirar picarescamente a Carracuca  y de mostrarle cada una un poco de pantorrilla, hacen mutis simultáneamente.


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Juan Pedro que se ha llegado al pueblo con la intención de dar el pésame a Carracuca, se encuentra con Sagrario, quien convencida de que este todavía conserva su amor hacia Catalina, le despide. Juan Pedro aunque le declara su amor comprende que es imposible por la diferencia social.

Romanza de Sagrario “No me duele que se vaya”: (Sagrario)

SAGRARIO
No me duele que se vaya,
no me importa que me olvide;
lo que siento es que sus ojos
en otra mujer se fijen
y mirarlo con los míos
y no poderle decir:
Muchacha, no te ilusiones,
porque ese mozo es pá mí.
Quisiera que se marchara volando,
que hubiese cuarenta leguas por medio,
que nadie me lo mentara siquiera…
Y luego querría verle de lejos.
¡Ay! ¡Que me pasa!
¡Que es lo que tengo!
Con él ¡quien piensa!
Sin él… me muero.
Sin él… me muero.
La mujer que se hace esclava
de un querer que es imposible,
ni descansa, ni sosiega,
ni es digna de que la miren,
porque nadie se conduele
del mal que la hace sufrir.
¡Mal hayan las conveniencias
que me separan de ti!
Aléjate de mi lado pa siempre.
Aléjate y no te olvides de mí.
¡Ay! ¡Qué en mal hora te di mi fe!
¡Adiós… Juan Pedro, adiós mi bien!...
¡Adiós… Juan Pedro, adiós mi bien!

Cuando Juan Pedro se marcha se encuentra con Custodia que dispuesta a solucionar el enredo hará pasar a Juan Pedro como el hijo ilegitimo de Don Generoso. También Catalina encuentra a Custodia y le cuenta sus penas de amores con Moniquito. Al encuentro sale Carracuca, y entabla conversación con Catalina. La aparición de Moniquito, sorprende a los dos que huyen perseguidos por este.


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Cuadro quinto

Paisaje de agosto a pleno sol. Campos de mies, rastrojos y viñedos con molinos al fondo.

Las espigadoras “Esta mañana mu tempranito…..¡Ay ay ay ay, que trabajo nos manda el Señor!”: (Espigadoras, Catalina)

ESPIGADORAS
(Dentro)
Acudid, acudid muchachas,
a la rastrojera,
que los se, que los segadores
ya se van de vuelta.

(Salen las espigadoras y, al frente de ellas, Catalina. Todas llevan haces de espigas bajo el brazo y en la cabeza sombreros de palma)

Acudid, muchachas,
a la rastrojera,
que los segadores
ya se van de vuelta.

CATALINA
Esta mañana,
mu tempranico,
salí del pueblo
con el hatico.
Y como entonces la aurora venía
yo la recibía
cantando como un pajarito.

ESPIGADORAS
Esta mañana,
mu tempranico.

CATALINA
Por los carriles
de los rastrojos,
soy la hormiguita
de los despojos.

ESPIGADORAS
Y como tiene muy buenos ojos,
espiga a veces de los manojos.

CATALINA
¡Ay, ay, ay, ay!...
¡Que trabajo nos manda el Señor!
Levantarse y volverse a agachar,
todo el día a los aires y al sol.

ESPIGADORAS
¡Ay, ay, ay, ay!...
Ten memoria de mí segador;
no arrebañes los campos de mies,
que detrás de las hoces voy yo.

CATALINA
La espigadora con su esportilla
paece la sombra de la cuadrilla.
Sufre, espigando tras los segadores,
los mismos sudores
que el hombre que siega y que trilla.

ESPIGADORAS
La espigadora
con su esportilla.

CATALINA
En cuanto suenan
las caracolas,
por esos trigos
van ellas solas.

ESPIGADORAS
Y se engalanan
con amapolas,
sin abalorios
ni angaripolas.

ESPIGADORAS
¡Ay, ay, ay, ay,!...
¡Que trabajo nos manda el Señor
Levantarse y volverse a agachar,
todo el día a los aires y al sol.

CATALINA
¡Ay, ay, ay, ay,!...
Ten memoria de mí, segador;
no arrebañes los campos de mies,
que detrás de las hoces voy yo.

ESPIGADORES
(Dentro)
¡Ay, ay, ay, ay!...
No arrebaño los campos de mies,
porque aguardo que vengas tú aquí
pa escuchar lo que vale un querer…

CATALINA y ESPIGADORAS
(Haciendo mutis)
¡Ay, ay, ay, ay!...
Si a tu lado me aguarda un querer,
no me importan los aires y el sol,
ni que arranques de cuajo la mies.

Por tercera vez Juan Pedro regresa al pueblo, ahora como hijo de Don Generoso. Allí es recibido con algarabía por las gentes, que celebran que el hecho también haya servido para que Don Generoso recupere la cabeza.


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Cuadro sexto

En el patio principal de la casa de Sagrario se celebra una fiesta a la que asisten todos. Cuatro parejas bailan la jota, se comen mantecados y se bebe vino.

Jota castellana “Bisturí, bisturí…..Manzanares Manzanares ya no es tierra de manzanos….Quisiera ser tu pañuelo”: (Juan Pedro, Sagrario, Custodia)

JUAN PEDRO
Bisturí, Bisturí
se quería casar,
y quería vivir
a la orilla del mar,
y gastaba levita,
pantalón y fusil.
y por eso le llaman
Bisturí, Bisturí.

(Recitado)

¡Venga el cantar del ama!

TODOS
¡Eso! ¡Bien! ¡Venga!...

(Cantado)

SAGRARIO
Manzanares, Manzanares
Ya no es tierra de manzanos;
Pero en mujeres bonitas
no hay quien les gane la mano.
Son esbeltas y bizarras,
son graciosas y arrogantes.
¡Pa gustarle al que me gusta
quién fuera de Manzanares!

TODOS
A la Mancha, manchegos,
que hay mucho vino,
mucho pan, mucha carne,
mucho tocino.
Y aunque veas un Sancho
no te alborotes,
porque quedan hogaño
muchos Quijotes.

(Hablado)

CUSTODIA
¡Y ahora… Juan Pedro!

TODOS
¡Venga! ¡Digo! ¡Ole!...

(Cantado)

JUAN PEDRO
Quisiera ser tu pañuelo,
quisiera ser tu pañuelo
y quisiera ser el aire;
lo primero, pa envolverte;
lo segundo, pa besarte.

(Vuelve el baile hasta el final del número)

TODOS
Bisturí, Bisturí
se quería casar,
y quería vivir
a la orilla del mar,
y gastaba levita,
pantalón y fusil.
y por eso le llaman
Bisturí, Bisturí.


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Ahora Moniquito llora por la unión entre Carracuca y Catalina, mientras Juan Pedro decide contar a Sagrario la verdad de la trama, que ya conoce. Los dos cantan la alegría de la felicidad en común.

Dúo final de Sagrario y Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte….Lo que tu quieres decirme”: (Juan Pedro, Sagrario)

JUAN PEDRO
Tengo una angustia de muerte,
siento un afán interior,
que de vergüenza me muero
como si fuera un ladrón.
Aunque me cueste la vida
le he de decir la verdá,
porque el amor de mi pecho
no puede ser desleal.

(Aparece Sagrario y se acerca a Juan Pedro, que está sentado y caviloso)

SAGRARIO
¿Qué tienes, amor mío?
Cariño, ¿qué te pasa?
Ven a que yo te alivie
las penas de tu alma.

JUAN PEDRO
(De pie, respetuoso y grave)
La pena que yo tengo
me está martirizando.
Perdona que me calle…
y olvídame, Sagrario.

SAGRARIO
Si quieres que te olvide,
me obligas a morir.

JUAN PEDRO
Escúchame Sagrario…

SAGRARIO
Escúchame tú a mí.
Lo que tú quieres decirme
ya me lo sé de memoria:
que tu prosapia de hidalgo
es fingida y engañosa.
Lo que tú quieres decirme
ya me lo sé de memoria.

JUAN PEDRO
¿No me maldice tu orgullo
si dejo de ser lo que era?

SAGRARIO
Es que a mi orgullo le basta
que los demás se lo crean.

JUAN PEDRO
¡Qué se lo crean!

SAGRARIO
¡Qué se lo crean!

JUAN PEDRO
¡Manchega! Tu cariño
me da la vida.

SAGRARIO
¡Te quiero!

JUAN PEDRO
Cariño tan callado
como seguro…

ROSARIO
¡Tan bueno!
Tus labios siempre callen
Lo que nosotros
Sabemos.

ROSARIO y JUAN PEDRO
¡Que hermosa la alegría
de compartir
el secreto!
Ven a mis brazos,
que muy cerquita
quiero mirarte…
¡Y nada nos importe
de nadie!

La obra concluye con la alegría general.





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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