MARGARITA LA TORNERA
Leyenda lírica en tres actos
y ocho cuadros.
Libreto: Carlos Fernández
Shaw, basado en la leyenda homónima de José Zorrilla.
Música: Ruperto Chapí.
La acción de la obra
transcurre, en el primer y tercer acto, en Plasencia, la del segundo, en
Madrid. Siglo XVII.
ARGUMENTO
ACTO I
CUADRO I
UNA
PLAZA DE PALENCIA AL ATARDECER
Cuando
se levanta el telón aparece el criado Gavilán, al que han dado de palos en una
de las correrías galantes de su amo, Don Juan de Alarcón. Se queja de la mala
vida que lleva por culpa de la carrera licenciosa de su amo, al que sin embargo
profesa afecto y fidelidad. Llega Don Juan. feliz y orgulloso, alardeando de su
fortuna con las mujeres.
Su
última conquista ya ha pasado a la historia y ahora busca algo más difícil:
seducir a una monja, la hermosa Margarita, que es tornera del convento que está
en esa plaza.
Don
Juan le cuenta a su criado cómo enamorar a la joven y le participa su propósito
de huir con ella esa misma noche. Gavilán se espanta de tal hecho, que
considera sacrílego, pero Don Juan se burla de él. Llegan los labradores de las
faenas del campo. Las campanas del convento tocan al Ángelus y todos se
santiguan. Luego los labradores se van. Aparece ahora un grupo de colonos que
han ido a interesarse por la salud de su patrón, Don Gil, el padre de Don Juan.
Se entabla una discusión entre éste y los colonos y ellos le hacen saber la
tristeza y postración en que se encuentra su padre debido a los disgustos que
le da su hijo. Conmovido por estas noticias Don Juan se dirige a casa de su
padre.
CUADRO II
EXTERIOR
DEL CONVENTO. ES DE NOCHE
A
pesar de las advertencias de Gavilán, Don Juan está dispuesto a llevar a cabo
su propósito. Todo está preparado. Se acerca a una reja del convento y llama a
Margarita con dulces palabras y ella le contesta desde el interior,
entablándose un apasionado dúo.
Ambos
convienen en que la huida será esa noche a las dos. Gavilán advierte que
podrían caerles diez años de cárcel, pero su amo sólo piensa en tener a
Margarita entre sus brazos.
CUADRO III
CLAUSTRO
DEL CONVENTO. LA MISMA NOCHE
Se
aproxima una tormenta. Suenan el viento y la lluvia. Aparece Margarita en
estado de agitación. Tiene presentimientos de desgracias y peligros, pero se da
valor diciéndose que Don Juan la librará de todos los males, la tornera, que es
muy devota de la Virgen, se arrodilla ante su imagen y le pide que la proteja.
Se oye el rezo de las monjas, ajenas al conflicto en el que se encuentra
Margarita. Venciendo sus escrúpulos y llamada por el amor, la monja decide huir
esa noche con Don Juan. Sin embargo, todavía lucha entre el amor divino y el
amor humano. Arrecia la tormenta y dan las dos de la madrugada en el reloj de la torre. Margarita enciende una
vela a la Virgen, pone unas flores a sus pies y deposita las llaves de la
puerta del convento ante la imagen venerada, encomendándose a ella. Se escucha
la voz de Don Juan llamando a Margarita. El amor es más fuerte y la joven trepa
por una escala para saltar la tapia del sagrado recinto y huir con su seductor.
ACTO II
CUADRO I
INTERIOR
DEL CORRAL DE LA PACHECA. MADRID
Un
animado bullicio de gente de toda clase y condición llena el festivo ambiente
del corral. Caballeros, estudiantes, mosqueteros, bailarinas, etc... aparecen
en escena. Llega Don Juan y su oponente, Don Lope, ambos por distintos lados.
Los dos van buscando a Sirena, una célebre bailarina. Se entonan unas coplas y
se danza una zarabanda. Al terminar aparece toda radiante la hermosa Sirena,
que es saludada por todos con entusiasmo. Don Lope se dirige a ella y proclama
ante todos que Sirena dejará el teatro por su amor. Ambos parecen muy felices.
Don Juan, que ya había tenido relaciones con Sirena, se siente celoso. Gavilán
sirve ahora a Don Lope por indicación del propio Don Juan a modo de espía para
que le ponga al corriente de todos los planes de su enemigo.
Vuelve
el baile al corral con otra zarabanda. Aprovechando un momento en que Sirena se
queda sola Don Juan se acerca a ella y le recuerda su pasada felicidad. Ella le
dice que él tiene ahora otra mujer, a lo cual Don Juan le replica que la
abandonará si ella se aviene a volver con él. Es el momento de salir a escena
de la hermosa bailarina, que es reclamada por el público. Sirena baila en medio
de la admiración de todos los presentes.
CUADRO II
UNA
CALLE DE MADRID. ES DE NOCHE.
Margarita,
que ha visto lo ocurrido en el Corral, se lamenta amargamente del trato que recibe
de Don Juan. de sus promesas incumplidas y de su carácter voluble. Es tanto su dolor
que llega a imaginar que esa situación no es real y que Don Juan sólo la quiere
a ella. La gente empieza a salir del Corral y Margarita se esconde entre las
sombras para no ser observada. Salen Sirena y Don Lope en amoroso coloquio y
poco después el propio Don Juan, que sigue a la pareja con notorio enfado. Don
Lope dice a Sirena que ha preparado una gran fiesta para ella en su palacio y
Don Juan, que lo ha oído se dispone él también a asistir pese a no haber sido
invitado. Margarita, que ha sido testigo de toda la escena, trastornada por el
dolor, decide que ella también asistirá a la fiesta.
CUADRO III
SALON
EN EL CASON DE LOS DUENDES
Los
criados de Don Lope, entre ellos Gavilán, preparan la fiesta. Gavilán cuenta la
misteriosa historia del palacio llamado el Casón de los Duendes. Llegan Don
Lope y los invitados. Comienza la fiesta. Son las dos de la madrugada, la hora
de los duendes, pero Sirena se ríe de esta superstición y canta y baila una
zarabanda ante el regocijo de todos los presentes. De pronto se oye una
algarabía y aparece Don Juan, quien, de modo altanero, le dice a Don Lope que
viene a reclamar lo que es suyo. Sirena le pertenece y viene a por ella. Cuando
ambos caballeros van a llegar a las manos aparece Margarita proclamando ante
todos que Don Juan es suyo y que no saldrá de allí sin él. Todos se ríen de
ella, pues conocen bien a Don Juan pero éste, en un arranque de hidalguía, defiende a la joven. Ambos rivales se
provocan y el duelo parece inevitable. En efecto, los dos caballeros
desenvainan sus espadas y empiezan a luchar. Los criados anuncian que la ronda
de alguaciles ha entrado en el palacio debido al tumulto ocasionado. En el momento
en que entran los guardias Don Juan hiere en el pecho a su rival. Viendo que su
señor está en peligro de caer preso, Gavilán abre una puerta secreta y por ella
escapa su amo. Cuando la ronda va tras él, Margarita se interpone cubriendo con
su cuerpo la puerta por donde ha huido su amante.
ACTO III
CUADRO I
PALENCIA.
PLAZA DE LA IGLESIA DEL CONVENTO. DE NOCHE.
Han
pasado dos años desde que Margarita abandonó el convento. Los fieles salen de
la iglesia. Don Gil, el padre de Don Juan, ha muerto. Gavilán se lamenta de
todo lo ocurrido. Aparece Don Juan pobremente vestido. Su antiguo criado le
comunica la muerte de su padre y el calavera siente remordimientos. Durante los
últimos tiempos ha pensado en cambiar de vida para convertirse en un hombre
bueno y cabal, pero quizá sea demasiado tarde. Gavilán le pone al tanto de los
acontecimientos. Don Lope curó de su herida. Sirena le abandonó y Margarita,
después de presa y libertada, huyó de Madrid: no se ha vuelto a saber de ella.
Sin embargo en Palencia todos afirman que la tornera jamás abandonó el convento
y que todos los días, sin faltar uno, estuvo allí. Don Juan no cree nada de eso,
pese a que Gavilán afirma que él mismo la ha visto en el convento. De pronto
aparece Margarita, que sin reparar en nada de lo que tiene alrededor se dirige
al convento como atraída por una misteriosa fuerza. Al llegar a la puerta la
descarriada implora el favor de la Virgen y su perdón. Del interior del templo surge
una dulce voz que dice "Si", y las puertas se abren de par en par.
Don Juan, que ha observado todo esto, se dirige hacia Margarita confesándole
que ha estado buscándola, que la ama de verdad. Ella le rechaza, él insiste,
Margarita vacila, se escuchan cantos celestiales que reclaman a la joven. Don
Juan intenta atraer de nuevo a Margarita, pero ella lo rechaza definitivamente
y entra en la Iglesia. El seductor la sigue, pero es fulminado al intentar
traspasar el sagrado recinto.
CUADRO II
INTERIOR
DE LA IGLESIA DEL CONVENTO.
Aparece
Margarita con el mismo traje de monja del primer acto. Guiada por una blanquísima
luz lunar, camina hacia el claustro del convento. Al llegar al altar mayor ve su
propia imagen rodeada de una aureola blanca. Margarita le pregunta quién es y
la imagen le responde que es Margarita la tornera y que lleva en su puesto dos
años. La aparición se transforma en la imagen de la Virgen tal y como estaba en
el primer acto.
Margarita
comprende al fin el milagro y se postra extasiada con los brazos abiertos mientras
la imagen de la Virgen se eleva hacia el cielo en medio de una deslumbrante transfiguración
y de voces angelicales que llenan el templo.
_____________
Personajes:
Margarita: Monja tornera que
se fuga con Don Juan.
Sirena: Mujer ligera, amorío de Don Juan y Don Lope.
La tornera: La Virgen que suplanta a Margarita hasta su vuelta.
Don Juan de Alarcón: Precedente del Tenorio enamorado de Margarita.
Gavilán: Criado de Don Juan.
Don Lope de Aguilera: Rival de Don Juan.
______________
Números musicales:
Coro “Bribón, bribón”: (Gavilán)
Gavilán “¡Dios mío, allí viene!: (Don Juan, Gavilán)
Don Juan “¡Toda España!”: (Labradores, Labradoras, Don Juan, Gavilán)
Gavilán “Por Dios señor os lo ruego”: (Don Juan, Gavilán)
Don Juan “Ven aquí. Sígueme”: (Don Juan, Margarita)
Don Juan ¿Lo ves? ¿Lo ves?: ( Don Juan, Gavilán)
Margarita “¡Qué cielo tan triste!: (Margarita)
Monjas “¡Erige me de inimicis meis Deus
meus!: (Monjas)
Margarita “De nada sospechan”: (Margarita)
Margarita y Don Juan “Parece que el
viento”: (Margarita, Don Juan)
Coro “¡Las bailarinas! Abridles paso”: (Coro de Hombres, Coro de Mujeres)
Coro “¡Las bailarinas! Abridles paso”: (Coro de Hombres, Coro de Mujeres)
Coro “Andalo, Zarabanda ”: (Mujeres, Don Lope, Don Juan, Hombres)
Sirena, Don Lope, Don Juan y Gavilán
“Allí Don Lope”: (Gavilán, Sirena,
Don Lope, Don Juan)
Coro, Don Lope, Don Juan y Gavilán
“Viva, viva”: (Don Lope, Don Juan,
Gavilán)
Margarita “Esas voces me espantan”: (Margarita)
Coro “¡Esta sí que ha sido toda una función!:
(Hombres, Mujeres, Margarita)
Sirena, Don Lope, Margarita “Voy
contigo, de tu brazo”: (Sirena, Don
Lope, Margarita, Don Juan)
Margarita “Qué temible desvío”: (Margarita)
Gavilán y Pajes “¡Más aprisa, más
aprisa!”: (Gavilán, Pajes)
Sirena, Don Lope y Gavilán “No sigamos
ya más”: (Sirena, Don Lope, Gavilán)
Don Juan, Don Lope, Sirena y Gavilán
“Soy quien soy”: (Don Juan, Sirena,
Don Lope, Gavilán, Margarita)
Margarita, Don Juan, Don Lope y Gavilán
“¡Margarita! ¡Vive Dios!”: (Don Juan,
Margarita, Gavilán, Don Lope, Sirena)
Sirena y Margarita “¡Alto a la ronda!”: Gavilán, Don Juan, Don Lope, Margarita, Sirena)
Sirena y Margarita “¡Se escapa!”: (Sirena, Margarita)
Sirena y Margarita “¡Se escapa!”: (Sirena, Margarita)
Gavilán y Coro “¡Qué terrible suplicio!”:
(Gavilán)
Gavilán “¡Pensar que en un año!”: (Gavilán)
Don Juan y Gavilán “¡Es él! ¡Es él!”: (Gavilán, Don Juan)
Margarita “¡Por fin! ¡Mi convento!”: (Margarita, Don Juan)
Margarita “¡Qué espléndida luna!”: (Margarita)
¿Qué
he visto, Virgen Santa?
________________
ACTO I
CUADRO I
Plaza
espaciosa en Palencia, con soportales.- A la derecha, fachada principal de la
casa de Don Gil de Alarcón, padre de Don Juan, con amplio portal practicable.
Detrás
de la casa, el tejado y el campanario de una Iglesia. A alguna distancia. Bocacalles
practicables en el fondo y a uno y otro lado, en la forma más conveniente para
servir la acción del cuadro. Es de día.- al finalizar aquel va cayendo la tarde.
ESCENA I
Al
levantarse el telón óyese por la izquierda por la izquierda ruido de palos y
voces. A poco, y por el mismo lado, sale apresuradamente Gavilán con el espanto
pintado en el rostro. Deteniéndose en medio de la plaza.
Coro “Bribón, bribón”: (Gavilán)
GAVILAN
¡Ay!
(Mirando
hacia la derecha)
¡Ya
no me siguen!
¡Virgen
Santísima!
¡Cómo
me han puesto
de
la paliza!
Todo
me duele.
No
me han dejado
los
muy cobardes
ni
un hueso sano.
(Llevándose
una mano a un hombro, y quejándose enseguida)
¡Ay!
no me puedo
tentar
siquiera.
(Volviendo
a mirar)
¡Ay,
que ya vuelven!
¡Ay,
que no vengan!
(Hablando
consigo mismo)
Estas
son las ventajas
de
servir a don Juan.
¿Se
va usía enterando,
mi
señor Gavilán?
Lleve
las cartitas,
traiga
los mensajes,
luche
con las dueñas,
riña
con los pajes;
juegue
con casadas,
que
es jugar con fuego;
burle
a los maridos
que
despiertan luego,
y...
luego, entre tanto
que
vence don Juan,
aguante
los palos
que
pueda aguantar.
¡Ay!
¡Estos han sido
para
no contarlos¡
¡Cristo!
¡Qué manera
de
soltarme palos!
¡Cintarazo
por acá!
¡Zas!
¡Cintarazo
por allá! ¡Zas!
“¡Bribón!”
¡Bribón!
La
pagarás!»
“¡Por
compasión!
¡No
puedo más!”
¡Ah!
¡Ah!
No
hay nadie que pueda
con
este don Juan;
no
existe en el mundo
valiente
más noble,
más
noble galán.
Ni
hay nada que pueda
sus
mañas torcer;
ni
aun ver a su padre,
que
sufre y que muere
de
pena por él.
¡Pobre
Gavilán!
Te
van a matar...
¡y
a pelar!
¡¡y
a mondar!!
¡Si,
señor!
¡Por
servir a don Juan!
Mas
¿qué puedo hacer yo,
ni
qué voy a inventar,
si
no puedo vivir
sin
servir a don Juan?
(Con
orgullo)
¡Qué
don Juan,
Gavilán!
¡Qué
don Juan!
(Volviéndose
espantado, rápidamente)
¡Ay,
Jesús!
¡Ya
veía en los aires
otra
lluvia de golpes
descargar
sobre mí!
¡Por
aquí!
¡Por
allí!
(Tranquilizándose)
¡No!
¡No!
¡No!
¡Qué
temblor, Santo Dios!
Pero
no hay que fiarse,
que
de fijo vendrán
en
saliendo de nuevo a
campaña
don Juan.
Y
ya sé para entonces
lo
que puedo esperar...
(Como
antes)
¡Cintarazo
por acá!
¡Zas!
¡Cintarazo
por allá!
¡Zas!
“¡Bribón!
¡Bribón!
¡La
pagarás! ¡Por compasión!
¡No
puedo más!”
¡Ah!
¡Ah!
Este
será el fin
de
tu situación,
pobre
Gavilán de mi corazón.
¡Por
acá!
Zas!
¡Por
allá!
¡Zas!
¡Zas!
¡Zas!
(Mirando
hacia el fondo)
¡Dios
mío! ¡Allí viene!
¡Con
cara de fiesta!
¡Ya
estamos en danza!
¡¡Como
si lo viera!!
______________
ESCENA II
Gavilán “¡Dios mío, allí viene!: (Don Juan, Gavilán)
Gavilán
y Don Juan. Sale éste por el fondo, con grandes muestras de alegría.
DON
JUAN
¡Esta
es mi loca suerte,
que
morirá conmigo!
¡No
hay fuerzas en el mundo que puedan con mis bríos!
GAVILAN
¡Señor!
DON
JUAN
¡Dame
un abrazo,
malísimo
escudero,
vejete
deslucido,
bergante
del infierno!
Mas...
¡vive Dios! ¿qué ocurre
que
sales a mi encuentro
con
la color torcida
y
avinagrado el gesto?
GAVILAN
¡Otra,
señor, me han dado!
DON
JUAN
¡Y
así te dieran ciento!
GAVILAN
¡Por
vos, señor, ha sido!
DON
JUAN
¿Por
mí? ¡Cuánto me alegro!
GAVILAN
¡Ya
de coraje rabio!
DON
JUAN
¡Yo
de ventura muero!
¡Ah!
¡qué bella es la vida!
¡qué
alegre el buen humor!
¡qué
hermosas las mujeres!
(Volviéndose
y como dirigiéndose a un ser imaginario)
Y
tú, mujer amada,
quien
fueres, como fueres,
¡mujer
toda poesía!
¡encarnación
soñada
de
la pasión de un día!..
¡qué
hermoso es el amor!
GAVILAN
Pare,
señor, el vuelo
y
desde el quinto cielo
descienda
al bajo suelo...
DON
JUAN
(Con
una reverencia)
¡En
tierra estoy, señor!
¿Qué
es lo que ocurre?
GAVILAN
La
casadita
de
los lunares...
DON
JUAN
¡Déjame
ya!
GAVILAN
Es
que por poco me desbaratan
esos
lacayos
de
su marido...
DON
JUAN
(Muy
alegre)
¡Ya
hubiera sido
desbaratar!
GAVILAN
La
de la plaza...
DON
JUAN
¡Calla,
ignorante!
GAVILAN
La
malagueña...
DON
JUAN
¡Calla,
menguado!
Esas
historias ya son historias
de
un tiempo viejo que terminó.
(Cogiéndole
de un brazo y bajando la voz)
Yo
ya no quiero más aventura
que
la aventura de la Tornera...
GAVILAN
¡Jesús!
DON
JUAN
¡Silencio!
GAVILAN
¡Don
Juan, por Dios,
que
soy un pobre cristiano viejo!
DON
JUAN
¡Por
eso mismo! ¡Mucho mejor!
¡Toda
España!
¡Medio
mundo lo sabrá!
¡Esta
si que es una hazaña
de
Don Juan!
Algo
tú sabes, e ignoras algo.
Sábelo
todo, qué importa ya.
GAVILAN
¡Señor!
¡Qué espanto!
DON
JUAN
Calma
primero,
que
tiempo queda para volar.
Nació,
sin duda, para mi. ¡Qué hermosa!
¡Cuán
dulce! ¡Qué gentil! Adivinada
al
través de la espesa celosía,
tiene
la vaguedad encantadora
de
esos jirones pálidos de bruma
que
entre los altos árboles se enredan!
Vista,
es un ángel que tomó de pronto
figura
de mujer. Sus claros ojos,
grandes
y transparentes, han guardado
reflejos
de la gloria. Cuando cruza
por
los húmedos claustros del convento
deja
tras si gratísimo perfume. ¡Es una flor que pasa!
Tú
no ignoras
que
la hazaña empezó con una frase
que
por la reja deslicé del coro.
Después,
la historia prosiguió ligera,
pródiga
en sustos y fecunda en lances.
Con
el socorro de mi sabia astucia
hacia
sus manos dirigí mis cartas.
Y
por el torno hablamos... Y nos vemos
de
noche, muy de noche; yo, sumido
en
las tinieblas de la angosta calle...
¡y
tras los hierros de su cárcel, ella!
GAVILAN
¡No
es posible!
DON
JUAN
¿Que
no? Vendrás á verlo.
Piensa
la pobre que en el mundo ocurren
sucesos
espantosos, fieros males,
horrendas
obras de infernales seres
que
ni la casa del Señor respetan.
Historias
son que a mi placer invento
y
que la incauta Margarita acoge
con
ciega candidez.
¡Cuánta
inocencia!
Sabe,
de ayer, que los secuaces viles
del
propio Lucifer, rey del averno,
acercándose
están; que yo tan sólo
podré
librarla del peligro horrible...
¡y
de Palencia escapará conmigo!
GAVILAN
¡Piedad
de mí, señor! ¡Dejadme solo!
DON
JUAN
Nada
sabe del mundo. No conoce
más
que la vida del convento triste.
Al
hablarle mi voz de los encantos
que
ofrece el mundo a la mujer que es bella,
suspira
y palidece. Margarita
viene
a mi deslumbrada, fascinada,
como
llega a la luz la mariposa.
La
decide el temor; sí, la decide;
pero
la fuerza del amor la arrastra
sin
que ella misma comprenderlo pueda,
y
aunque caiga en mis brazos temblorosa
de
miedo solamente, de terror,
¡entre
mis brazos temblará muy pronto
como
una llama, con inmenso amor!
GAVILAN
¡Por
Dios, señor; os lo ruego.
No
os acordéis mas de mí!
DON
JUAN
¡No
sabes tú lo que gozo
de
verte temblar así!
(Animándose
por momentos)
¡Tiembla!
¡Tiembla! Esta noche,
cuando
en el propio reloj
de
la torre del convento
den
las dos,
del
convento escapará
y
por la tapia del huerto
hasta
mis brazos vendrá.
GAVILAN
¿Y
en el convento...?
DON
JUAN
(Sintiendo
ruido dentro)
¡Basta!
GAVILAN
¿Y
vuestro padre...?
DON
JUAN
¡Calla!
________________
ESCENA III
Don Juan “¡Toda España!”: (Labradores, Labradoras, Don Juan, Gavilán)
Dichos.
Labradores y Labradoras. Colonos de Don Gil de Alarcón, padre de Don Juan, y
sus mujeres.
LABRADORES
(Dentro)
La
tarde serena declina.
La
noche acercándose va.
Feliz
quien tranquilo camina
después
del trabajo, de vuelta a su hogar.
(Va
saliendo el coro. Campanas que dejan oír el toque del Angelus)
DON
JUAN
Ya
las campanas de las monjitas
lanzan
el toque del Ángelus.
GAVILAN
y CORO
(Persignándose
todos)
En
el nombre del Padre, del Hijo
y
del Espíritu Santo.
DON
JUAN
Ya
labradores y labradoras
volviendo
van del trabajo.
GAVILAN
y CORO
(Como
antes)
En
el nombre del Padre, del Hijo
y
del Espíritu Santo.
(Pasa
el Coro que salió primeramente. Van saliendo de casa de Don Gil los Colonos y
sus mujeres con actitud de recogimiento y de pena, y avanzan medrosamente hacia
Don Juan)
DON
JUAN
(A
Gavilán)
Gente
sale de casa.
GAVILAN
Colonos
que vinieron
para
alegrar un tanto
la
soledad del viejo.
DON
JUAN
(Contrariado)
(Le
ha dado a mi buen padre
por
presumir de enfermo)
COLONOS
y SUS MUJERES
Señor..,
os saludamos.
Señor...
¡que os guarde el cielo!
DON
JUAN
Gracias.
Seguid.
COLONOS
y SUS MUJERES
(Entre
ellos)
¡Da
pena verle!
¡Pobre
don Gil!
DON
JUAN
¿Qué
vais hablando?
¡Pronto!
¡Decid!
COLONOS
y SUS MUJERES
(Con
humildad)
¡Señor...
Señor...
sufre,
suspira,
clama
por vos!
DON
JUAN
(¡Qué
inoportuna
reconvención!
¡Cuando
las notas
de
esa campana,
que
es de las suyas,
me
están trayendo
voces
de amor!)
COLONOS
y SUS MUJERES
¡Sufre...
suspira...
Perdón...
Señor!
DON
JUAN
(A
Gavilán)
Voy
con mi padre.
(A
los otros)
¡Seguid
con Dios!
GAVILAN
(¡Han
encontrado
su
corazón!)
COLONOS
y SUS MUJERES
Con
Dios quedad.
DON
JUAN
Seguid
con Dios.
COLONOS
y SUS MUJERES
¡Adiós!
DON
JUAN y GAVILAN
¡Adiós!
(Hacen
mutis los Colonos y sus Mujeres. Salen nuevos grupos de Labradores y
Labradoras. Don Juan ha entrado en su casa. Siguen las campanas)
CORO
Ya
las campanas de las monjitas
lanzan
el toque del Ángelus.
GAVILAN
y CORO
(Persignándose)
¡En
el nombre del Padre, del Hijo
y
del Espíritu Santo!
GAVILAN
¡Con
Dios marchad!
CORO
¡Quedad
con Dios!
GAVILAN
¡Adiós!
CORO
¡Adiós!
(Mutación)
______________
CUADRO II
Telón
corto de calle. Fachada lateral del Convento, con dos o tres ventanas, bajas y
grandes, de reja aguzada y espesa celosía. Es de noche.
ESCENA IV
Gavilán “Por Dios señor os lo ruego”: (Don Juan, Gavilán)
Gavilán
y Don Juan. Aparece aquel traído por Don Juan.
DON
JUAN
Sígueme.
Ni mi padre
con
tanto suspirar,
ni
tú con tus melindres
de
vieja mojigata,
me
detendréis ya más.
GAVILAN
Por
Dios, señor, os lo ruego.
No
os acordéis más de mí.
DON
JUAN
(Burlonamente)
En
aventura tan grande,
¿cómo
renunciar a ti?
Sigue.
GAVILAN
Señor...
imagino
que
exageráis, que mentís,
porque
yo tiemblo de espanto
y
con ello os divertís.
DON
JUAN
¡Hipocritón
del demonio,
por
fuerza me has de seguir!
¡Aguza
ya los sentidos!
¡Vas
a ver... y vas a oír!
¡Todo,
dispuesto! La escala
de
la tapia cuelga ya.
Los
vestidos ya la esperan
que
en el mundo llevará.
Los
caballos prevenidos
impacientes
estarán.
¡Qué
aventura tan famosa
la
aventura de Don Juan!
¡Vete
allá!
¡Mira
bien!
¡Oye
bien!
¡Vas
a oír!
¡Vas
a ver!
(Gavilán,
obedeciendo, se recata en la sombra. Don Juan acercándose a una de las rejas)
______________
ESCENA V
Don Juan “Ven aquí. Sígueme”: (Don Juan, Margarita)
Dichos
y Margarita.
DON
JUAN
¡Margarita!
Margarita
misteriosa;
mariposa
que
la luz buscando vas;
soy
el eco
de
la voz que te reclama;
soy
la llama
que
te atrae; ¡soy don Juan!
MARGARITA
(Dentro.
Detrás de la celosía a la que se acerca Don Juan)
¡Don
Juan! ¡Don Juan!
DON
JUAN
¡Margarita!
¡No
desoigas mi reclamo!
¡Yo
te amo,
yo
te imploro con afán!
Soy
el mundo
que
codicia tu hermosura;
¡la
ventura
de
tu vida! ¡Soy don Juan!
MARGARITA
(Dentro)
¡Don
Juan! ¡Don Juan!
¿Por
qué tan dulce
suena
tu voz?
DON
JUAN
¡Porque
la escucha
tu
corazón!
GAVILAN
(¡Era
verdad!
¡Válgame
Dios!)
MARGARITA
¡Libradme
pronto
de
tanto horror!
DON
JUAN
(¡La
pobrecilla,
cómo
cayó!)
GAVILAN
(¡Dios
de Israel!
¡Libera
nos!)
MARGARITA
¡Cómo
palpita
mi
corazón!
DON
JUAN
¡Ya
lo sabéis!
¡Hasta
las dos!
GAVILAN
(¡Voy
a morir!
¡San
se acabó!)
DON
JUAN
¡Hasta
las dos!
MARGARITA
¡Hasta
las dos!
GAVILAN
¡Válgame
Dios!
______________
ESCENA VI
Don Juan ¿Lo ves? ¿Lo ves?: ( Don Juan, Gavilán)
Don
Juan y Gavilán.
DON
JUAN.
¿Lo
ves? ¿Lo ves?
GAVILAN
¡Era
verdad!
DON
JUAN
Disponte,
pues,
para
escapar.
GAVILAN
¿Los
dos?
DON
JUAN
¡Los
tres!
GAVILAN
Y
en lance tal,
¿qué
voy yo a hacer?
DON
JUAN
Diestramente
preparada
tengo
la combinación;
¿que
marchamos viento en popa?
¡aquí
estamos ella y yo!
¿Que
fracasan mis intentos
y
al correr tan loco albur
nos
persiguen y acuchillan?
¡pues
entonces sales tú!
¿Te
parece mal
mi
resolución?
GAVILAN
¡Me
voy a lucir
con
mi intervención!
DON
JUAN
¿Que
sus éxtasis dulcísimos
nos
ofrece la pasión,
y
sus dichas tentadoras?
¡Aquí
estamos ella y yo!
¿Que
se quiebra nuestro juego,
por
maldad o por virtud,
y
que vienen ya mal dadas?
¡Pues
entonces sales tú!
¿Te
parece mal
mi
resolución?
GAVILAN
¡Me
voy a lucir
con
mi intervención!
DON
JUAN
¡Valor
en los ánimos
y
audacia requiero...!
GAVILAN
¡Si
quiebran sus cábalas
nos
parten por medio!
DON
JUAN
¡Doblones
simpáticos
en
número inmenso!
GAVILAN
¡Metióme
de súbito
en
bárbaro enredo!
DON
JUAN
¡Dos
potros más rápidos
que
el rápido viento!...
GAVILAN
¡Diez
años de cárceles
nos
cuesta lo menos!
¡A
los tres! ¡A los tres!
DON
JUAN
¿A
las tres?
¡No,
señor!
¡A
las dos!
GAVILAN
¡Sí,
señor,
a
los tres!
DON
JUAN
¡A
las dos!
GAVILAN
¡A
los tres!
DON
JUAN
¡Vamos,
pues!
GAVILAN
¡¡Vamos,
pues!!
(Salen
apresuradamente)
______________
CUADRO III
Claustro
bajo del Convento. En una esquina una imagen de la Virgen. Sobre un sencillo
altar, en el que habrá varios cirios, unos encendidos y otros no. Al pie de la
imagen un ramo de flores.
Entre
los arcos del Claustro se distinguen los árboles del huerto. Extendiéndose en
masa sombra hacia el fondo.
Es
de noche llueve y silba el viento. Y hacia el final del acto, como lo indican
las frases de Margarita, desencadénase el huracán.
ESCENA VII
Margarita “¡Qué cielo tan triste!: (Margarita)
MARGARITA
(Que
llega por el fondo del Claustro)
¡Qué
cielo tan triste!
¡Qué
noche tan larga!
Palencia
reposa
y
el Mal la amenaza
con
nube de crímenes
incendios
y plagas,
¡Y
aún nadie sospecha
de
cólera tanta!
¡Dios
mío! ¿Qué escucho?
¿Qué
golpes sonaban?
No.
Sólo es la lluvia
que
sacude y azota las ramas.
El
mundo se extiende
detrás
de esas tapias.
¡Quién
sabe las dichas
que
el mundo me guarda!
Tremendo
peligro
mi
vida amenaza.
Don
Juan, desde el mundo
lo
sabe, y me salva.
¿Qué
escucho, Dios mío?
¿Qué
voces clamaban?
No.
¡Sólo es el viento
que
sacude y azota las ramas!
¡Son
rayos que ciegan
sus
fijas miradas!
¡Qué
encanto difunden
sus
tiernas palabras!
Dijera,
al oírlas,
que,
trémula y blanca,
la
luz de los cielos
desciende
a mi alma.
¿Qué
miro, Dios santo?
¡Qué
horribles fantasmas!
¡Ah!
¡No! ¡Son las sombras,
cuando
el viento sacude las ramas!
¡Las
dudas
que
me asaltan, mi pecho
desgarran!
¡Acoge,
Virgen
Santa,
mis
últimas
plegarias!
______________
ESCENA VIII
Margarita
y las Monjas, Postérnase Margarita a los pies de la Virgen. Escondiendo el rostro
entre las manos. Uyese el rezo de la Comunidad, que pasa por el Claustro.
Monjas “¡Erige me de inimicis meis Deus
meus!: (Monjas)
LAS
MONJAS
(Desfilan
lentamente cantando)
Erige
me de inimicis meis Deus meus:
Et
ab insurgentibus in me libera me.
Erige
me de operantibus iniquitatem:
et
de viris sanguinum salva me.
(Desaparecen
Las Monjas y déjanse de oír poco a poco sus pasos)
________________
ESCENA IX
Margarita “De nada sospechan”: (Margarita)
MARGARITA
(Levantándose)
De
nada sospechan
mis
pobres hermanas...
Sus
voces se extinguen...
Sus
rezos acaban...
No
sé qué influjo mágico
mi
voluntad agita;
no
sé qué vagas notas
inundan
de alegría
mi
pobre corazón;
fascínanme
de pronto
brillantes
perspectivas,
y
cánticos dulcísimos
y
tentadoras risas...
¡y
siento al fin valor!
Templo
que me acogiste,
refugio
de mi celda,
claustro
en que tantas veces,
pacífica
y serena,
mi
vida transcurrió;
flores
de mis jardines,
árboles
de mi huerta,
encanto
de mis ojos
y
amigos de mis penas,
¡adiós!
¡adiós! ¡adiós!
Y
tú, Virgen mía, celeste Señora,
¿qué
imagen ahora
podrá,
como tú, recoger mi oración?
Mis
llaves te dejo de hermana tornera,
que
nadie pudiera
guardarlas
mejor.
(Acompañando
las palabras con la correspondiente acción)
Ojalá
que esta luz que te enciendo
siguiera,
perenne, brillando y ardiendo
mientras
falte a tu culto mi amor.
Ojalá
que este ramo de flores
conservara
frescura y colores
mientras
vuelvo a cambiártelo yo..
Virgen
de mis amores,
ya
ves, te dejo al fin.
Sigue
mis pasos siempre
y
acuérdate de mí.
Nadie
jamás te quiso
cual
yo te quiero, aquí.
¡Nunca
podré olvidarte!
¡Acuérdate
de mí!
Dios
haga que muy pronto.
gozosa
vuelva a ti.
¡No
me abandones nunca!
¡Acuérdate
de mí!
¡Dios
mío! ¡Dios mío!
¡Qué
horrible tempestad!
Arrecian
la lluvia
y
el ronco huracán.
_______________
ESCENA X
Margarita y Don Juan “Parece que el
viento”: (Margarita, Don Juan)
Margarita
y Don Juan, dentro.
MARGARITA
Parece
que el viento
sus
voces imita.
(Campana
de reloj)
¡Las
dos! ¡Cielo santo!
¡Jesús!
DON
JUAN
(Dentro)
¡Margarita!
MARGARITA
¡Jesús!
¡El momento
llegó
de la cita!
¡Ah!
¡Sí! ¡Me ha llamado
su
voz!
DON
JUAN
(Dentro)
¡¡Margarita!!
MARGARITA
¡Por
Dios, no me dejes,
oh
Virgen bendita!
¡Me
llama, y aún dudo!
¡Por
Dios!
DON
JUAN
(Dentro)
¡¡¡Margarita!!!
(Con
sus actitudes, y con la expresión de rostro también, Margarita demuestra la
tremenda lucha que se riñe en su alma. Ya se acerca a los árboles, como, disponiéndose
a huir. Ya se vuelve a la Virgen. Implorando su perdón)
(Arrecia
la tormenta)
MARGARITA
¡Cegada
voy tras él!
¡Virgen,
adiós!
DON
JUAN
(Dentro)
¡Ven!
¡Ven!
MARGARITA
¡No
puedo resistir!
(A
La Virgen)
¡Acuérdate
de mi!
DON
JUAN
(Dentro)
¡Ven!
MARGARITA
¡Sí!
DON
JUAN
(Dentro)
¡Ven!
MARGARITA
¡Sí!
(Decídese
al fin a internarse entre los árboles precipitadamente, desapareciendo a la
vista del público)
DON
JUAN
(Dentro)
¡Por
fin!
TELÓN
RÁPIDO
Información
obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario