VIENTO ES LA DICHA DE AMOR
Zarzuela
en dos actos.
Libreto:
Antonio Zamora.
Música:
José de Nebra.
Estrenada
el 28 de noviembre de 1743 en el teatro de la Cruz de Madrid.
ARGUMENTO
Jornada I.
Zéfiro
-hijo del Viento-, ayudado por los zagales ha incendiado el templo de Amor,
quien se lamenta al ver destruir su templo y anuncia su venganza. Amor se disfraza
para ayudar a Liríope -ninfa dedicada al culto a Amor y a quien quiere conquistar
Zéfiro-, que huye despavorida. Tiresias -sabio astrólogo que es vecino del templo
de Amor-, Fedra -que vive con Tiresias- y las ninfas descubren a Liríope, que canta
lo sucedido. Tiresias se ofrece a acoger a Liríope. Aparecen discutiendo los zagales
y Antenor -príncipe extranjero enamorado de un retrato de Fedra, que acude al templo
en su búsqueda-. Tiresias pide que dejen de discutir e interroga a Antenor
sobre lo que ha pasado, y Tiresias le ofrece hospitalidad. Cerca de esa casa,
Zéfiro acecha esperando la oportunidad de ver a Liríope, mientras canta su amor
a ella. Aparece Marsias persiguiendo a Delfa, y Zéfiro les aborda pidiendo
explicaciones. Marsias -criado de Antenor- y Delfa se pelean. Marsias tiene
interés en el vino, la comida y las mujeres y se pelea constantemente con Delfa
mientras busca sus favores. Zéfiro tiene la intención de sobornar a Delfa para
conseguir la información que le permita la entrada en la quinta de Tiresias
donde se refugia Liríope.
Liríope
y sus ninfas, ayudadas por Fedra y los zagales, componen un pabellón en homenaje
y desagravio a Amor. Mientras, Amor, disfrazado de zagal, presencia la escena.
Queda Fedra de guardia en el templo. Antenor y su criado Marsias, al que creía muerto
en el naufragio, se acercan a saludar a las ninfas, cuando sorprenden una
escena de celos entre Fedra y Zéfiro. Antenor ofrece su ayuda a Fedra y
descubre que se trata de la mujer de la que está enamorado. Zéfiro, que entró
en el pabellón sobornando a Delfa, aborda a Liríope que intenta huir. A los
requerimientos de Liríope responde Zéfiro, le declara su amor y ella le
recrimina sus mentiras. Amor disfrazado de peregrino se interpone entre ellos
ayudando a Liríope y regañando a Zéfiro. Llegan todos atraídos por la
discusión, y Liríope quiere ceder a los requerimientos de Zéfiro, pero Amor,
ahora sin disfraz, se lo impide.
Jornada II.
Fedra,
Delfa y las ninfas descansan en la estancia de Fedra. Antenor, que se siente
celoso desea abordar a Fedra. Amor, disfrazado, espera el momento de su venganza.
Tiresias consulta a los astros y las cartas el destino de Liríope, quien le sorprende
y quiere saber lo que le depara el futuro. Mientras, Amor ha entrado sin ser visto
y permanece a la espera de lo que sucede en los jardines cercanos. Tersias se resiste
a hablar, pero finalmente confirma las intuiciones de Liríope: el Fuego,
violencia del deseo, y el Viento, la acechan. Tiresias predice el nacimiento de
Narciso, hijo de Zéfiro y Liríope, que morirá desgraciado por causa de la ninfa
Eco. Liríope se desespera y se marcha para suicidarse y burlarse así de lo
predestinado. Todos van en su busca y ayuda. Aprovechando la situación Delfa y
Marsias siguen en sus peleas amorosas. En el río, Zéfiro busca desesperado a
Liríope. Canta su amor cuando es sorprendido por Fedra y Antenor, y se produce
una escena de amor y celos. Liríope, en otro lugar del río se interna en el
agua para poner fin a su vida, pero Zéfiro se lo impide. Liríope se deja ayudar
y, aunque se muestra preocupada ante la predicción, Zéfiro ahuyenta sus temores
y va entregándose al amor, pero finalmente pide ayuda sobreponiéndose al amor
que siente, y Zéfiro huye. Las ninfas ayudan a Liríope y los zagales persiguen
a Zéfiro.
Mientras,
Delfa y Marsias siguen entre cariños y discusiones.
Tiresias,
en una rotonda de los jardines de su quinta, reflexiona sobre lo ocurrido. En
el jardín las ninfas y Fedra tratan de consolar a Liríope y con ese propósito
van a recoger flores para hacer una guirnalda para el escudo de Amor. Al traer
los presentes, ajenos al
problema,
mencionan a Narciso y Eco, desatando la furia de Liríope. Delfa intenta calmarla
y canta mientras las ninfas danzan. Aparece Zéfiro dispuesto a todo para llevarse
a Liríope. El Viento comienza a desatarse, y Liríope le pide que cese, pero Zéfiro
acalla su voz cantando. Liríope cree que las voces son de su imaginación y
Zéfiro entonces hace volar las flores del ramo de Liríope. Esta tiene sospechas
pero no quiere admitirlo. Liríope intenta impedir su rapto pidiendo ayuda a las
ninfas, pero nuevamente Zéfiro acalla su voz con el Viento y finalmente logra
raptar a Liríope, llevándosela a su elemento, el Aire. Amor se presenta
enfurecido, y Tiresias le intenta aplacar en vano, siente rabia por no haber
podido evitar que Zéfiro se llevase a Liríope. Reaparecen Zéfiro y Liríope que
se ha dejado llevar por el Amor venciendo su miedo al destino, y cantan felices
el triunfo del Amor.
______________
Personajes:
Liríope:
Ninfa dedicada al culto del Amor, es requerida de amores por Zéfiro. Ella,
aunque le quiere, se opone a ese amor porque pretende evitar la consecuencia
desgraciada del nacimiento de Narciso y de la tragedia de Eco.
Zéfiro:
Hijo del Viento., utilizará toda clase de artimañas para conseguir el amor de Liríope.
Aliado con el Fuego, provocará el incendio del Templo de Amor que desencadena
la farsa. Como enamorado, muestra lánguida y hasta bucólicamente sus afectos,
pero no duda en agitarse al ser desdeñado, y desencadenar así las acciones de
la farsa.
Amor:
A cuya honra está dedicado el templo de las ninfas, descenderá del Olimpo para tomar
venganza. Se muestra en la farsa en dos maneras: disfrazado de zagal,
intervendrá a lo largo de la comedia para conseguir sus fines. Y, como dios
furioso, mostrará su indignación, pero al fin cederá ante la dicha de los
amantes.
Marsias:
Criado de Antenor, y naufragará con él en la barca ante el templo de Amor. Su
interés por el vino, la comida y las mujeres le lleva a pelear continuamente
con Delfa para conseguir sus favores. Fiel a su amo, pero apegado a tierra,
representa junto a Delfa el contrapunto humano - en ocasiones irónico- a la más
que elevada expresión de sentimientos que caracteriza a los personajes heroicos
de la farsa.
Delfa:
Voluble y coqueta, acompaña a las ninfas en su peregrinar tras el incendio. Su curiosidad
es pareja a su coquetería, pero cederá ante los requerimientos de Marsias, no sin
mostrar en todo momento su bien marcado carácter. En nuestra versión, Delfa entretiene
en todo momento a las ninfas, y tiene ocasión de mostrar brillantemente su carácter
ligero en el aria de la segunda jornada.
Tiresias:
Sabio y astrólogo (parte hablada), vive retirado en su quinta en compañía de su
hija Fedra, que tiene como criada a Delfa; son vecinos del templo de Amor.
Fedra está enamorada de Ufiro y anteriormente fue correspondida por él.
Antenor:
Es un príncipe extranjero (parte hablada) que, enamorado a través de un retrato
de Fedra y sin saber quién es, viene a visitar el templo de Amor en compañía de
su criado Marsias. Su confusión entre Liriope y Fedra provocará escenas de
celos entre las dos parejas.
_______________
ACTO 1
Al
alba del día, se ha declarado un incendio en el templo de Amor. Los elementos contribuyen
a avivar el Juego, el viento huracanado hunde las embarcaciones que navegan por
el río cercano.
CORO
¡Fuego,
fuego!, que en su templo al incendio de Amor abrasa otro incendio.
¡Fuego,
fuego!
Las
ninfas corren asustadas por el bosque; Tiresias y su hija Fedra acuden en
auxilio de Liríope y sus acompañantes.
El
incendio ha sido provocado por Zéfiro, ayudado por los zagales a los que ha sobornado,
y con los que intenta después borrar las huellas de su acción.
Amor
aparece, mostrando su indignación
(Recitativo)
AMOR
¿Qué
es esto, vengativa ardiente saña?
Mi
Templo, que fue honor de la campaña,
es
caduco escarmiento
de
la llama voraz de ese elemento.
Mi
estatua venerada
de
sus aras se mira despojada,
Y
con desprecio sumo
su
sacrílega tez la imprime el humo.
Zéfiro
fue el infiel, el atrevido
que
al Amor por amor traidor ha sido;
pues
en él mi venganza al orbe asombre,
o
pierda mi poder su sacro nombre
(Aria)
Teme,
aleve, fementido,
en
tu amor dos veces ciego,
que
en las iras de mi fuego
labro
astuto un nuevo arpón.
Hoy
tu amor será escarmiento
de
tu bárbara osadía,
pues
por lauro y gloria mía
aun
herir sabrá en el viento
mi
poder y mi razón.
Amor
se disfraza para ayudar a Liríope que llega huyendo despavorida. Al fin
Tiresias, Fedra y el séquito de ninfas descubren a Liríope, que canta lo
sucedido.
(Recitativo)
LIRIOPE
Esto
es que al ver que el templo se abrasaba
y
el bajel de sus llamas zozobraba,
entre
el sulfúreo enojo
a
liberar el ídolo me arrojo.
Salgo
por el jardín y llego al prado
en
donde mi cuidado
halla
un gallardo joven, cuyo intento
procuró
restaurar mi desaliento.
Crece
la pena al pronunciar mi agravio
y
un desmayo me embarga voz y labio
a
mi amparo llegáis y mis enojos
fuego
exhalan en llanto por los ojos.
(Aria)
No
siento, no, el estrago
del
dórico edificio
en
donde desperdicio
se
mira ya en el viento;
sólo
a la imagen siento
que
falte digno altar
Mis
ninfas fugitivas
van
de la selva al prado
y
viendo su cuidado,
a
impulsos de la ira
el
alma no respira
sin
susto y sin pesar.
Tiresias
ofrece a Liríope albergue en su quinta. Voces cercanas avisan de una pelea que
provoca el temor de las ninfas y su marcha hacia el refugio prometido,
conducidas por Fedra. Entran zagales y Antenor peleando.
CORO
Zagales
de la selva,
barqueros
de la playa,
venid,
si Amor os guía,
pues
el Amor os llama.
¡Ah,
del valle, ah, del risco,
ah,
de la falda!
Tiresias
ordena el término de la refriega e interroga al extranjero. Una vez oídas sus desventuras,
le ofrece hospitalidad y le conduce a su quinta.
En
la tapia que cerca la quinta de Tiresias, Zéfiro acecha, esperando la
oportunidad de ver a Liríope.
(Recitativo)
ZEFIRO
¿Dónde
me lleva, amor, mi dulce acento?
Mas,
siendo viento amor, me lleva el viento.
Todo
remedio es tibio
que
a mi dolor procure algún alivio.
Al
templo puse fuego
por
si a Liríope ver pudiese ciego.
De
Tiresias cortésmente hospedada,
a
mi amor dificulta más la entrada.
¿Pues
qué he de hacer si el bien tanto se aleja?
Aspirar
al alivio de la queja.
(Aria)
Tórtola
que carece
del
fiel amado dueño,
su
dulce voz le ofrece
alivio
no pequeño
para
poderle hallar.
Y
a mí que me maltrata
la
ausencia de una ingrata,
no
encuentra mi quebranto
ni
halagos en el llanto
ni
alivio en el pesar
Marsias
aparece en persona de Delfa, y Zéfiro les aborda pidiendo explicaciones.
Marsias,
-burlándose siempre de cualquier situación-. y la coqueta e indignada Delfa, se
pelean.
(Recitativo)
MARSIAS
¿Hay
hombre tan
ariscamente
zaino?
(Aria)
Confuso,
turbado
amante,
rendido,
ni
encuentro el olvido
ni
acierto el amor.
Me
hielo en tu riesgo,
al
verte me inflamo;
si
sirvo no te amo,
si
te amo es rigor
Zéfiro
decide entonces sobornar a Delfa para conseguir la información que le permita la
entrada en la quinta Liríope y sus ninfas, ayudadas por Fedra y los zagales,
componen un pabellón en homenaje y desagravio a Amor. Mientras, el mismo Amor
–disfrazado de zagal- atisba la escena
CORO
Para
proseguir los cultos
del
ciego rapaz vendado,
si
abrasó el estío un templo,
florezca
un jardín el mayo.
(Dúo)
LIRIOPE
Zagales
de la Arcadia,
cuyo
afecto postrado,
cuanto
respira alientos
sacrifica
en holocaustos
AMOR
Felices
moradores
de
aquel dichoso espacio,
donde
es vivir de atentos,
morir
de enamorados
DUO
y CORO
Oíd
mis ecos blandos
pues
ya ha trocado el susto
en
armonía el llanto.
Las
ninfas, danzando, se alejan con Liríope. Fedra queda en guardia del templo.
CORO
Sólo
el Amor es deidad,
pues
logra su sinrazón
halagar
la inclinación,
hiriendo
la voluntad.
Antenor
y su criado Marsias, al que daba por muerta en el naufragio, se acercan a saludar
a las ninfas, cuando sorprenden una escena de celos entre Fedra y Zéfiro; Antenor
se ofrece en ayuda de Fedra y descubre asombrada que se trata de la mujer pintada
en la miniatura y de la que está enamorado.
Zéfiro,
que entró en el pabellón sobornando a Delfa, aborda a Liríope que intenta huir,
A los requerimientos de la ninfa conminándole a irse, responde Zéfiro.
(Seguidillas)
ZEFIRO
No,
que quiere mi pena,
ya
que te encuentro,
respirar
entre quejas
los
desalientos.
LIRIOPE
Si
tu pena me agravia,
¿cómo
pretendes
apadrinar
lo fino
con
lo rebelde?
No
me detengas.
ZEFIRO
No
te me ausentes.
LIRIOPE
¡Ay
de tu mal, si tu mal no te acaba!
ZEFIRO
¡Ay
de mi amor, si mi amor no te vence!
LIRIOPE
¿Cómo
quieres que crea
tus
falsedades,
si
lo engañoso es sombra
de
lo constante?
ZEFIRO
¿Cómo
por ti en la Arcadia
viviendo
muero,
sin
hallar más alivio
que
el del desprecio?
¿Qué
respondes?
LIRIOPE
Que
afable,
mas
labio mientes,
que
no caben piedades
donde
hay desdenes,
ZEFIRO
¡Qué
ingrata vives!
LIRIOPE
¡Qué
osado eres!
¡Ay
de tu mal, si tu mal no te acaba!
ZEFIRO
¡Ay
de mi amor, si mi amor no te vence!
¿Una
voz, por consuelo,
no
me permites?
LIRIOPE
¿Qué
quieres que te diga,
si
ya te dije?
Amor,
disfrazado de peregrino, se interpone entre la pareja, ayudando a Liríope y amonestando
a Zéfiro.
AMOR
Que
piedad no merecen
quejas
impías
cuando
al Amor ofenden
con
lo que obligan.
LIRIOPE
De
la estatua en el bronce
mi
voz se forma.
ZEFIRO
Es
el bronce materia
de
las hermosas.
Oye
mi llanto.
LIRIOPE
¿Qué
aguardas? Vete.
¡Ay
de tu mal. si tu mal no te acaba!
ZEFIRO
¡Ay
de mi amor, si mi amor no te vence!
LIRIOPE
¿Qué
haré. Cielos?
AMOR
Vencerte,
pues
por vengarse.
Deidad
que influye amando
manda
que no ames.
LIRIOPE
Ya
mi respuesta oíste.
ZEFIRO
Sí,
pero falta
que
se vuelvan finezas
tus
amenazas.
Atraídos
por la contienda llegan todos. A los requerimientos de Zéfiro, Liríope quiere responder
cediendo, pero se lo impide Amor, mostrándose sin disfraz.
(Recitativo)
LIRIOPE
En
que mi amor…mas. Cielos. ¿quién al labio
al
dictar un favor, dicta un agravio?
AMOR
El
mismo Amor, que su venganza empieza
a
frustrar de un indigno la fineza
ZEFIRO
Idolatrado
bien...
LIRIOPE
¡No,
no he de oírte!
ZEFIRO
¿Que
no has de amar?
LIRIOPE
No
tengo de admitirte.
ZEFIRO
Pues
mi amor…
LIRIOPE
mi
desdén...
AMOR
y
mi venganza...
LOS
TRES
Quitarán
a tu afecto la esperanza.
(ZEFIRO)
No
quitará a mi afecto la esperanza.
(Aria)
ZEFIRO
Oyeme
LIRIOPE
No
haré tal.
AMOR
Húyele.
LIRIOPE
Sí,
lo haré
ZEFIRO
¡Ay,
desdichada fe!
AMOR
y LIRIOPE
Se
ofende una deidad.
ZEFIRO
Pues
Dioses...
AMOR
y LIRIOPE
No
hay piedad,
LOS
TRES
...que
contra tí / que contra mí se emplean
la
rabia y el furor
ZEFIRO
Constante
te he de amar.
AMOR
Serás
despojo mío.
LIRIOPE
En
mí sólo hay desvío.
LOS
TRES
Pues
digan mis anhelos:
¡Al
arma, al arma, cielos,
contra
desdén y amor!
_________________
ACTO II
Fedra,
su criada Delfa, y las ninfas se solazan en la estancia de Fedra. Antenor,
muerto de celos, desea abordar a Fedra. Amor, de nuevo disfrazado, vigila y
espera el momento de su venganza.
Tiresias
consulta a los astros y las cartas el destino de Liríope. Liríope le sorprende en sus
conjeturas y le ruega le exprese lo que está descubriendo sobre su futuro.
Mientras,
Amor ha entrado sin ser visto y permanece a la espera de los sucesos en los jardines
cercanos.
Tiresias
se resiste a hablar, pero al fin predice lo que ella intuía. El Fuego,
violencia del deseo, y el Viento, la acechan.
AMOR
Mal
del Zéfiro aleve
tus
ansias fías,
si
es el aura que halaga
cierzo
que arruina.
AMOR
y DELFA
¡Ay,
pasión ciega!
¡Ay,
dulce engaño!
¡Ay,
vida mía!
Si
aún se labran peligros
de
las caricias.
¡Ay,
falso halago!
¡Ay,
vida mía!
Tiresias
predice el nacimiento de Narciso, hijo de Zéfiro y Liríope, que morirá desgraciado
por causa de la ninfa Eco.
AMOR
El
Narciso y el Eco
quejas
duplican,
mas
ni se desvanecen
ni
se marchitan.
AMOR
y DELFA
¡Ay,
flor ingrata!
¡Ay,
voz amante!
¡Ay,
vida mía!
Que
duráis a las penas
y
no a las dichas.
¡Ay,
voz amante!
¡Ay,
vida mía!
Liríope,
descubriendo lo irresistible del destino, se desespera y abandona la estancia con
el propósito de suicidarse y así burlar lo predestinado. Todos salen en su
busca y socorro, y, aprovechando la situación, Delfa y Marsias se requiebran ya
de amores.
Un
Jugar en el río; Zéfiro, desesperado, busca a Liríope.
(Recitativo)
ZEFIRO
¡Oh
tu, selva, si ufana y floreciente
tu
pompa se acredita,
y
si después enero la marchita
de
un soplo, y otro el huracán ardiente.
Olmo
galán, si tu verdor desnuda
del
invierno la cólera sañuda.
Parlera
fuente, humor de aquella peña,
si
el hielo te enmudece de risueña,
Rosa
fragante que brotó la aurora,
si
apaga tu esplendor noche traidora,
por
mi bien le decid al dueño mío,
que
todo falta menos su desvío
(Aria)
Selva
florida,
tronco
frondoso,
cristal
undoso,
cándida
flor,
decidle
a mi bien
que
muero de amor.
Decidle
que mude
su
fiero desdén,
que
amando yo bien,
merezco
el favor
Es
entonces sorprendido por Fedra y Antenor, y se produce una embarazosa escena de
amor y celos.
En
otro lugar del río Liríope se interna en el agua para poner fin a su vida; se
lo impide Zéfiro conduciéndola hasta un ribazo. Dudas y temor en Liríope que
demuestra estar enamorada sin remisión del persistente y embaucador Zéfiro.
(Recitativo)
ZEFIRO
¿Dónde,
precipitada ninfa bella
te
conduce el furor de tu hermosura?
LIRIOPE
Donde
dando escarmiento a tu locura
burle
el influjo de maligna estrella.
ZEFIRO
De
ese río al caudal te precipitas,
sin
mirar que, si quitas
a
tu esplendor la luz porque yo ciegue,
haces
que a media tarde el sol se anegue.
LIRIOPE
Calla
el acento, falso, lisonjero.
ZEFIRO
Yo
callaré como sepas que te quiero.
LIRIOPE
Huiré
tu voz.
ZEFIRO
Sabré
yo detenerte.
LIRIOPE
Sabré
matarme sólo por no verte.
(Aria)
LIRIOPE
Seré
precipitada
violencia
del Alfeo,
que
al ver tu falso halago
la
mina de mi estrago
me
evita otra mayor
Tu
amor tal vez me inclina,
el
hado me amenaza.
¡Oh
dioses celestiales)!
¿cuándo
hallarán mis males
seguro
algún amor?
(Recitativo)
ZEFIRO
Aunque
contrario se me muestre el cielo,
más
temo a tu rigor que a tu recelo.
LIRIOPE
No
mi rigor de ingratitud se advierte,
si
he de temer el hado de mi suerte.
En
un hijo del viento está mi estrago
y
del viento sois hijos tú, y tu halago.
Olvídame
siquiera de piadoso,
obedece
de amante o generoso.
(Aria)
ZEFIRO
Si
yo te obedezco,
me
expongo a olvidarte.
Si
quiero dejarte, las iras merezco
de
serle traidor.
Quién,
Cielos, ha oído
tan
nueva batalla,
que
igual riesgo halla
en
ella el vencido
que
el que es vencedor?
(Recitativo)
LIRIOPE
¿Qué
resuelves?
ZEFIRO
Amar
tus luces bellas.
LIRIOPE
¿Y
las estrellas?
ZEFIRO
Sólo
son estrellas
las
de tus ojos, cuyo ardor no evito.
¿Qué
temes de mi amor?
LIRIOPE
Temo
un delito
ZEFIRO
¿Quién
le ha de hacer?
LIRIOPE
La
suerte
ZEFIRO
Vencerála
mí amor.
LIRIOPE
Me
asusta el verte.
ZEFIRO
¿Quién
te amaga?
LIRIOPE
La
esfera en su hado injusto.
ZEFIRO
Mienten
suerte, delito, esfera, y susto.
(Aria)
ZEFIRO
Idolo
amado mío,
pierde
el fatal recelo.
LIRIOPE
No
puedo, que es el cielo
quien
manda mí desvío.
ZEFIRO
Mi
bien.
LIRIOPE
Injusto
hado,
calla.
ZEFIRO
Rigor
impío.
LOS
DOS
¡Oh,
cuándo habrán cesado
la
suerte y el rigor!
ZEFIRO
Si
ultrajas mi constancia,
mi
industria ha de robarte.
LIRIOPE
Será
mi vigilancia
quien
lidie de mi parte
LOS
DOS
Dioses,
cielos, astros, luces
vengadme
de su amor.
Rebelándose
ante su propio amor, Liríope pide ayuda provocando la huída de Zéfiro.
Las
ninfas ayudan a Liríope y los zagales persiguen a Zéfiro. Nueva escena entre
Delfa y Marsias, que prosiguen su estrategia del “golpe” amatorio.
(Recitativo)
MARSIAS
Buenos
días, señora mi zagala.
DELFA
Váyase
el verderón muy noramala.
MARSIAS
Pues
escúchame sólo dos razones.
DELFA
Váyase
al rey, que paga los bufones.
MARSIAS
¿Tanto
rigor, señora Perinola?
DELFA
Pues
si me enfada, yo solita sola
he
de hacer, con la rabia en que me cebo,
que
en aceite le frían.
MARSIAS
¿Soy
yo huevo?
DELFA
Es
un bufón.
MARSIAS
Pues
oye mis quebrantos.
DELFA
Si
prosigue le doy un sepancuantos.
(Aria)
MARSIAS
Quiéreme
picarita!
DELFA
No
se me acerque más!
MARSIAS
Oyeme.
DELFA
¿No?
Pues ¡zas!
MARSIAS
¡Ay,
que con su manita
sin
dientes ya me deja!
DELFA
¿Porqué
un bribón se queja,
si
sangre no salió?
MARSIAS
Déme
un abrazo!
DELFA
¡Só!
MARSIAS
Pues
¡toma!
DELFA
¡Ay,
bribonazo!
¡Ay,
de mi pobre brazo!
LOS
DOS
Y
estemos cepos quedos.
Si
acaso me has de amar. / Sin que te llegue a amar.
MARSIAS
Eres
dos veces fiera,
por
fiera y por ingrata.
DELFA
¡A
un verderón, quién trata
jamás
de otra manera!
MARSIAS
Pues
eres Perinola!
DELFA
y
tú, alemán de Angola!
LOS
DOS
Pues
váyase a escardar. / Pues váyase a fregar.
En
una rotonda en los jardines de su quinta, Tiresias reflexiona.
CORO
En
los jardines de Amor,
Liríope
la infeliz,
cansada
ya de llorar
se
consuela con decir:
¡Ay
de mí! ¡Ay de mí!
Que
el morir no es estorbo
para
no morir
En
el jardín, las ninfas y Fedra tratan de consolar a Liríope y con ese propósito
van a recoger flores para que teja una guirnalda con que adornar el escudo de
Amor. Al traer las presentes, ajenas al problema, mencionan a Narciso y Eco,
desatando el furor de Liríope. Delfa intenta calmarla, y canta mientras las
ninfas danzan.
(Aria)
DELFA
Rosa,
tronco, risco y fuente,
pues
adoro un bien ausente
y
escucháis que le idolatro,
dibujadme
su retrato
mas
pintándole mi amor.
Aparece
Zéfiro sin ser visto par Liríope y dispuesto a raptarla si es necesario. El viento
comienza a desatarse.
CORO
Viento
es la dicha de amor
Liríope
pide al viento que cese sus acentos, pero Zéfiro acalla una y otra vez su voz
cantando.
(Coplas)
ZEFIRO
Ahora
verás, cruel perfección,
que,
porque consiga la dicha mayor,
a
la esquivez, burlará la traición.
Liríope
piensa que la voz es un error de su imaginación, y Zéfiro hace entonces volar las
flores del ramo de Liríope.
ZEFIRO
No
es error, que si mi queja es mi dicha
viento
es la dicha de amor.
En
estas flores podrás ver que son
despojo
del aire, que, amante, inspiró
fragante
desdén y sensible verdor.
Liríope
sospecha ya, pero se niega a admitirlo.
ZEFIRO
No
es ilusión
que,
aunque el amor es incendio,
viento
es la dicha de amor
LIRIOPE
Sombra
que, infiel, mi susto abultó,
díme
quién eres, antes que en mi ardor
te
abrase el incendio de mi indignación
ZEFIRO
Ninfa
divina, yo soy y no soy
quien
quiere contigo, volando veloz
dar,
si es cielo el aire, a su cielo tu sol.
LIRIOPE
Esa
es traición.
ZEFIRO
No
es traición,
sino
mostrar que fácil...
CORO
Viento
es la dicha de amor
LIRIOPE
Huiré
yo de tí
ZEFIRO
Siguiéndote
voy
LIRIOPE
No,
osado, me embargues el paso y la acción.
ZEFIRO
Ahora
verás que no vale el rigor.
Liríope
intenta impedir el rapto llamando a las ninfas. Zéfiro acalla su voz con el viento.
(Coplas en eco)
ZEFIRO
y CORO
Que
en vano intenta el rigor
frustrar
de amor el intento,
pues
para adular el viento
Viento
es la dicha de amor.
Al
fin. Zéfiro rapta a la esquiva Liríope. llevándosela a su elemento. el Aire.
Amor
se presenta enfurecido, y ni siquiera Tiresias puede evitar una aria irritada
que intimida a todos.
(Recitativo)
AMOR
Es
una injusta trágica violencia
que,
a pesar del favor de mi influencia,
y
no bastando el ruego,
consigue
el Aire, disfrazado en Fuego.
Zéfiro
aleve, con traidora saña,
lleva
a Liríope por la azul campaña.
y
pues yo no basté a estorbarle, ciego,
arda
en cólera, en ira, en rabia y en fuego
(Aria)
Guerra
publique, guerra,
el
orbe de la tierra,
la
rabia y el furor,
siendo
de su confín
mi
cólera el clarín,
los
truenos y el tambor.
Temed,
temed, mortales,
el
hado que os alcanza,
pues
para vuestros males
tomar
sabrá venganza
un
desairado Amor
Parece
que no hay medio de calmar a Amor cuando de nuevo aparecen los protagonistas,
pero esta vez reconciliados, pues en Liríope ha podido más el amor que el temor
al destino y sus consecuencias Suspendidos en el aire, cantan.
(Coplas a dos)
LIRIOPE
y ZEFIRO
Albricias,
Arcadia,
Albricias,
pues hoy
es
lisonja de Amor por mi dicha,
amor
que juzgaba
en
ofensa de Amor.
Todos
celebran el final feliz y los enamorados forman las preceptivas parejas para el
final de la Fiesta.
CORO
Que
en vano intenta el rigor
frustrar
de amor el intento,
pues
para adular al viento
Viento
es la dicha de Amor.
FIN
Información
obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario