LOS SOBRINOS DEL CAPITAN GRANT
Novela cómico-lírico-dramática
en cuatro actos, y dieciocho cuadros.
Libreto de Miguel Ramos Carrión, basado en una novela de Julio Verne.
Música de Manuel Fernández
Caballero.
Estrenada el 25 de agosto de
1877 en el Teatro Príncipe Alfonso de Madrid.
REPARTO (Estreno)
Soledad
– Sra. Sarló.
Ketty
– Elisa Raguer.
Portera
– María Bardán.
Vecina
1ª – Sra. Gómez.
Vecina
2ª – Sra. Zámpela.
Una
Mujer – M. Acevedo.
Mochila
– Ramón Rosell.
Escolástico
– Juan Orejón.
Doctor
Mirabel – Francisco Arderius.
Jaime
– Joaquín Manini.
Sir
Clyron – José Escríu.
Capitán
Grant – Ramón Cubero.
General
– José Rochel.
Patagón
– P. Jiménez.
Comandante
– J. Jiménez.
Posadero
– Zacarías Arverás.
Soldado
– Sr. Romero.
Empleado
de ferrocarril – Sr. Toscano.
Bandido
1º - Sr. Barragán.
Bandido
2º - Sr. Taberno.
El
Capitán del Escocia – Sr. Cancela.
Mozo
del molino – Sr. López.
Un
Pescador de coral – Sr. Rodríguez.
Intérprete
– Sr. Prieto.
Marinero
1º - Sr. Echapuy.
Marinero
2º - Sr. Polín.
Vecinos
y vecinas, murguistas, marineros y grumetes, chilenos y chilenas, fumadoras, bailadoras,
soldados, bandidos, viajeros, empleados del ferrocarril, soldados maoríes,
sacerdotes, gauchos, guerreros, caribes, monos, caimanes, etc. Coro general,
cuerpo coreográfico, banda, acompañamiento y niños.
ACTO PRIMERO
CUADRO PRIMERO
EL CANUTO
Patio
de una casa de vecindad. Puerta grande al foro. Varias puertas numeradas en el
patio y en la galería.
ESCENA PRIMERA
Cuatro
murguistas que entran de la calle empiezan a tocar con estrépito. Bajan las Vecinas.
(Música)
CORO
Ya
llegó la murga,
vamos
a bailar,
aprovecharemos
la
oportunidad.
Todas
las mañanas
vienen
a tocar
hace
quince días
con
puntualidad.
Ellos
nunca piden,
tocan
y se van,
esto
es muy chocante;
¿quién
los pagará?
(Bailando
unos con otros)
Tralaralará,
tralaralará,
tralaralará,
tralaralará.
No
hay una persona
de
la vecindad
a
quien nadie tenga
que
felicitar.
Y
ellos, sin embargo,
con
asiduidad,
todas
las mañanas
vienen
a tocar.
Si
se les pregunta
quién
los manda acá,
no
responden nada,
tocan
y se van.
Esto
es una cosa
muy
particular,
y
ya va picando
mi
curiosidad.
(Bailan)
Tralaralará, tralaralará,
tralaralará,
tralaralará.
ESCENA II
Dichos,
el Alférez Mochila, que asoma por la puerta de su cuarto, dispara una pistola y
se retira.
(Hablado)
TODOS
¡Ay!
(Los
Murguistas salen huyendo. La Portera entra en el patio desde la portería. Las
Vecinas escapan asustadas a sus respectivas habitaciones. Las Vecinas 1ª y 2ª
se asoman a la galería)
PORTERA
¿Qué
ha sido eso?
VECINA
1ª
Un
tiro.
PORTERA
¿Y
quién ha sido capaz?...
VECINA
1ª
El
retirao del catorce,
que
es de lo más animal...
PORTERA
Ya
le compondré yo luego;
encima
de no pagar...
¡Pues
hombre! Ha puesto en alarma
a
toda la vecindad.
VECINA
1ª
Y
en parte tiene razón;
es
ya mucho fastidiar.
Miusté
que todos los días
está
dale que le das...
¡El
demonio de la murga
es
una calamidad!
VECINA
2ª
Y
sin saber quién la manda
ni
a quién vienen a tocar.
VECINA
1ª
Dicen
que a la bailarina.
VECINA
2ª
Se
hace la disimulá,
pero
yo creo lo mismo.
PORTERA
Mañana
no tocarán
ni
a esa ni a nadie, pues yo
no
los premitiré entrar. (Entra en la portería)
VECINA
1ª
Hará
usted bien.
ESCENA
III
Dichos,
Soledad, que sale de su cuarto a la galería, donde cuelga unas mallas de color
de carne.
SOLEDAD
Buenos
días.
VECINA
1ª y VECINA 2ª
Buenos
días.
SOLEDADO
Oí
sonar
un
tiro: ¿qué ha sido eso?
VECINA
1ª
Pues
ha sido... un tiro.
SOLEDAD
¡Ya!
Pero
pregunto que quién
lo
ha tirao.
VECINA
1ª
El
melitar
que
vive ahí en el catorce.
SOLEDAD
¡No
es mala barbaridad!
VECINA
2ª
Le
diré a usté; no le falta
razón
pa eso y mucho más.
Se
lo ha tirao a los músicos
que
nos vienen a atronar
tóos
los días.
SOLEDAD
¡Pobrecillos!
Ellos
qué culpa tendrán…
VECINA
1ª
Ahora
dicen que es a usté
a
quien tocan.
SOLEDAD
¿Sí?
VECINA
1ª
Cabal.
SOLEDAD
Mirusté,
pues no tendría
nada
de particular.
Me
gusta a mí despertarme
con
música.
VECINA
1ª
Es
natural.
Como
usté vive con ella,
pa
no perder el compás...
SOLEDAD
Yo
al son que me tocan bailo,
¿sabe
usted?
VECINA
1ª
Pues
claro está,
VECINA
2ª
¿Y
en donde baila usté ahora?
SOLEDAD
¿Pues
en dónde he de bailar?
Donde
siempre, en La Infantil.
VECINA
1ª
Yo
pensaba que en el Rial.
SOLEDAD
El
año que viene, puede.
Creo
que me ajustarán.
VECINA
1ª y 2ª
¡Puede!
SOLEDAD
Vaya,
divertirse
y
que no haiga novedad. (Entra en su cuarto)
ESCENA IV
Vecinas
1ª y 2ª.
VECINA
1ª
¿A
usté la parece bien
que
se premita colgar
al
público esos calzones
tan
indecentes y tan... (Señalando las mallas)
VECINA
2ª
Eso
es una desvergüenza.
VECINA
1ª
Así
ve la vecindad
si
tiene las piernas gordas
ú
flacas... y lo demás.
VECINA
2ª
Por
supuesto, sabe Dios
con
qué los rellenará,
que
esta gente de treato
no
sabe más que engañar.
Vaya,
hasta luego, vecina.
VECINA
1ª
Agur,
señá Trinidá.
(Entra
cada una en su cuarto)
ESCENA V
Escolástico,
que viene de la calle y se detiene mirando las mallas. Después la Portera.
ESCOLASTICO
Ya
tiene puestos a secar los pantalones. Hermosa malla que ciñes sus bellísimas
formas, ¡yo te envidio! ¡Portera! ¡Portera!
PORTERA
¿Quién
me llama?
ESCOLASTICO
Un
servidor. — Tome usted una peseta. (Dándosela)
PORTERA
Gracias.
¿Qué deseaba usted?
ESCOLASTICO
Que
me escuche.
PORTERA
Ya
le oigo a usted.
ESCOLASTICO
Estoy
enamorado de Soledad, de la bailarina.
PORTERA
¡Ya!
ESCOLASTICO
Y
deseo que usted me sirva de mediadora.
PORTERA
¿Yo?
ESCOLASTICO
Tome
usted otra peseta.
PORTERA
Muchas
gracias.
ESCOLASTICO
Y
escúcheme usted, porque necesito desahogarme.
PORTERA
Desahóguese
usted.
ESCOLASTICO
Seis
meses hace estaba yo estudiando en el seminario de Vergara. De repente me entró
una tristeza horrible. No hacía más que llorar, llorar a todas horas. ¿Lo ve
usted? ¡Solo al recordarlo se me saltan las lágrimas! Mi familia, es decir, mis
tíos, porque toda mi familia se compone de tíos, sabiendo que mi tristeza iba
en aumento, decidieron sacarme del seminario y traerme a Madrid con mi tía
Transverberación. Consultamos con un médico y dijo que padecía de hipocondría, y
que si seguía con la teología me moría. Y entonces mi tía...
PORTERA
¿Se
desconsolaría?
ESCOLASTICO
Sí,
señora, pero tuve una idea feliz. Me dijo: es necesario que te animes, que te
diviertas, porque si continúas así no podrás seguir estudiando. Anda, vete por
ahí a ver si te distraes; toma, gasta todo lo que quieras... y me dio dos
reales. Salgo a la calle y reparo en una casa donde entraba mucha gente. Miro y
veo un letrero que dice: Teatro de la Infantil. Yo había oído decir a mis tíos
que los teatros son centros de perversión y dudé si entrar; pero al ver el
nombre del teatro, dije: vaya, este será un espectáculo propio para los niños;
no habrá peligro en verlo, será alguna función de muñequitos. ¡No eran malos
muñequitos! Vi primero una comedia con unos chistes tan graciosos que yo me
moría de risa. Después había baile... y qué
baile! ¡El ole! Un baile español de pura sangre. La primera bailarina era ella.
¡Ella! Verla y quedarme con la boca abierta fue todo uno. Se acabó el baile y
continué en el asiento hasta que me echó a la calle un acomodador. Aquella
noche soñé con un batallón de pantorrillas de color de rosa y unos zapatitos
blancos que bailaban el ole sobre mis narices. Volví todas las noches al
teatro, y al poco tiempo llegué a ponerme más alegre que unas castañuelas. Mi
tía al ver esto, dijo: Vaya, ya está curado el niño, al seminario con él. Y yo
entonces, con una peseta que tenía, dije: ¿pies, para qué os quiero? y me
escapé. Porque yo soy así, atroz.
PORTERA
¡Con
una peseta!
ESCOLASTICO
Cuatro
reales justos. De los cuales gasté la mitad en dos funciones de la Infantil y
la otra mitad en un billete del Pardo que salió premiado ¡con diez mil reales!
PORTERA
¡Qué
fortuna! Yo juego siempre y no me ha tocado más que el muslo de un pavo en la rifa
de Navidad.
ESCOLASTICO
¿El
muslo de un pavo?
PORTERA
Tomamos
el billete entre varios vecinos.
ESCOLASTICO
Pues
bien, cobré los diez mil reales, escribí a mi tía diciéndole que no quería ser
cura y que me declaraba independiente, y me dediqué a pasar las noches viéndola
bailar.
PORTERA
¿A
su tía de usted?
ESCOLASTICO
No,
a Soledad. Todos los días le envío al teatro un regalo que tiene la bondad de
admitir.
PORTERA
¡Ya
lo creo!
ESCOLASTICO
Y
todas las mañanas mando aquí una murga para que la divierta.
PORTERA
Ya
pareció aquello. ¿Conque era usted?
ESCOLASTICO
Yo
mismo. Pero sin descubrirme; ella ignora que soy yo quien la obsequia. He
querido preparar el terreno, y en prepararlo y vivir de ocultis para que no me
descubran mis tíos, me he gastado los diez mil reales.
PORTERA
(¡Qué
lila!) ¿Y ahora?
ESCOLASTICO
Ahora,
no sé lo que voy a hacer. La he escrito esta carta declarándola mi amor, y contándole
mi historia. ¿Quiere usted entregársela?
PORTERA
No
tengo inconveniente.
ESCOLASTICO
¿Quiere
usted observar al mismo tiempo el efecto que le hace mi retrato?
PORTERA
Así
lo haré.
ESCOLASTICO
Tome
usted otra peseta.
PORTERA
Gracias.
(Lástima que se haya gastado los diez mil reales) Voy ahora mismo.
ESCOLASTICO
Volveré
dentro de media hora, y si me dice que no, ¡cataplum! de cabeza por el
viaducto.
PORTERA
¡Qué
barbaridad!
ESCOLASTICO
Yo
soy así. Hasta luego.
PORTERA
Vaya
usted con Dios. (Vase Escolástico por el foro y la Portera por la izquierda,
viéndosela luego llamar a la puerta del cuarto de Soledad, en el cual entra)
ESCENA VI
Mochila,
con uniforme antiguo de infantería.
(Música)
MOCHILA
Soy
un hombre que está desesperado,
soy
un hombre que traga mucha hiel,
y
si yo no me hubiera retirado
ya
sería lo menos coronel.
¡No
se por qué
me
retiré!
¿Por
qué? ¿Por qué
me
retiré?
Aun
tengo fuerzas
para
luchar,
aun
tengo bríos
de
militar.
Y
cuando a veces
oigo
un tambor,
revelose
mi instinto
batallador.
(Como
si mandara tropa)
¡Flanco
derecha!
¡Al
hombro! ¡Mar!
¡Apunten!
¡Fuego!
¡Pim!
¡Pam! ¡Pim! ¡Pam!
Tengo
más que motivo suficiente
para
darme al demonio y renegar,
que
encontrarse a mi edad de subteniente
no
se puede con calma tolerar.
¡No
se por qué
me
retiré!
¿Por
qué? ¿Por qué
me
retiré?
Con
nueve duros
de
paga al mes,
apenas
puedo
ni
mal comer.
Y
al ver tan triste
mi
situación,
se
aumenta mi continua
excitación.
¡Flanco
derecha!
¡Al
hombro! ¡Marr!
¡Apunten!
¡Fuego!
¡Pim!
¡Pana! ¡Pim! ¡Pam!
(Se
dirige a la puerta del foro)
ESCENA VII
Dichos
y la Portera.
(Hablado)
PORTERA
¡Señor
de Mochila!
MOCHILA
¿Qué
hay?
PORTERA
Aquí
ha estado el casero.
MOCHILA
Basta;
no me diga usté más.
PORTERA
Sí,
señor, tengo que decirle a usted que si mañana no deja desocupado el cuarto, se
le pondrán los trastos en la calle.
MOCHILA
¡Ya
se librará muy bien! Antes mataré al casero, a usted y a los vecinos.
PORTERA
¡Pero
hombre! Yo cumplo con decirle lo que me mandan.
MOCHILA
¡Pues
no faltaba más! ¡Caseritos a mí! Precisamente tengo ganas de matar a uno.
PORTERA
Comprenda
usted que no ha pagado hace dos meses...
MOCHILA
¿Y
qué? Ya pagaré cuando pueda. A una persona decente no se le arroja de ninguna parte.
PORTERA
Sí,
sí, usted es muy decente, pero no paga.
MOCHILA
¿Cómo
he de pagar sin dinero?
PORTERA
¿Y
qué me cuenta usted a mí? Yo no puedo hacer más que estar despidiendo todos los
días a los ingleses que vienen buscándole.
MOCHILA
Y
hace usted muy bien, porque si no los despediría yo a tiros. Como deje usted
pasar a uno, hay aquí una desgracia.
PORTERA
(¡Es
muy capaz! ¡Qué bruto!)
MOCHILA
Si
yo tuviera dos mil duros, ya vería usted cómo no me tosía a mí nadie.
PORTERA
Pero
como no tiene usted un cuarto...
MOCHILA
Ni
uno. Ni ese, que me lo quita el casero.
PORTERA
En
fin, yo he cumplido, ya lo sabe usted. Tengo orden de no dejarle a usted vivir...
MOCHILA
¡Ya
lo veo!
PORTERA
En
ese cuarto más que hasta mañana.
SOLEDAD
(Saliendo
a la galería) ¡Portera!
PORTERA
¿Qué
hay?
SOLEDAD
Ese
joven, ¿era rubio ó moreno?
PORTERA
Moreno.
SOLEDAD
Me
alegro, es mi tipo, gracias. (Vuelve a entrar en su cuarto)
MOCHILA
(Volviéndose
de pronto hacia la portera) ¡Con que es decir, que mañana a la calle!
PORTERA
Esa
orden tengo.
MOCHILA
¿Sí?
¡Pues no será — Ya que solo no puedo realizar mi proyecto, llamaré al mundo
entero para que me ayude. ¡Medio duro por personal ¡No hay otro recurso! ¡A
ello! ¡Vecinos! ¡Vecinos! (Gritando)
PORTERA
Pero,
hombre, ¿qué hace usted, se ha vuelto loco?
MOCHILA
¡Vecinos!
¡Vecinos!
ESCENA VIII
Dichos,
Vecinos y Vecinas que bajan precipitadamente. Entre ellas Soledad.
(Música)
MOCHILA
¡Vecinos!
¡Vecinos,
al
patio bajad!
PORTERA
¿Se
ha vuelto usted loco?
MOCHILA
Déjeme
usté en paz.
Veremos
si logro
que
entiendan mi plan.
¡Vecinos!
¡Vecinos,
vecinos,
bajad!
CORO
¿Qué
pasa? ¿Qué ocurre?
¿Qué
es ello? ¿Qué hay?
¿Por
qué así alborota
a
la vecindad?
MUJERES
¡Corramos,
Dios mío!
¿Qué
sucederá?
¿Qué
es ello? ¿Qué pasa?
¿Qué
ocurre? ¿Qué hay?
PORTERA
Cuidado,
vecinos,
tened
precaución,
pues
creo que este hombre
perdió
la razón.
CORO
¡Loco!
¡Pobrecillo!
¿Y
por qué le da?
Oigamos
qué dice
por
curiosidad.
(El
Coro rodea a Mochila mirándole con atención)
MOCHILA
(Con
solemnidad)
¿Queréis
ser ricos?
CORO
Claro
que sí.
MOCHILA
Pues
es muy fácil
de
conseguir.
CORO
(¡Que
es fácil dice!
No
hay duda, no,
se
ha vuelto loco
el
buen señor)
MOCHILA
Oiganme
todos
con
atención
una
importante
revelación.
CORO
Oigamos
todos
con
atención
esa
importante
revelación.
MOCHILA
Soy
militar retirado
con
nueve duros
de
paga al mes.
CORO
Bien
poco es.
MOCHILA
Y
decir creo excusado
los
mil apuros
que
pasaré
CORO
¡Pues
ya se ve!
MOCHILA
Mas
tengo en planta un negocio
que
con millones
me
podré hacer.
CORO
Bien
puede ser.
MOCHILA
Y
al que ser quiera mi socio
las
condiciones
le
haré saber.
CORO
Vamos
a ver.
MOCHILA
Es
un negocio seguro
que
puede hacerse
en
general.
CORO
No
está eso mal.
MOCHILA
Sólo
con dar medio duro
podrá
obtenerse
un
capital.
CORO
¡Un
capital!
SOLEDAD
Si
usted no se explica
con
más claridad
no
es fácil que nadie
le
quiera ayudar.
MOCHILA
Pues
voy a explicarme
con
gran claridad,
y
todos ustedes
me
comprenderán.
¡Oigan
una historia
muy
original,
que
parece cuento
pero
que es verdad!
CORO
Oigamos
la historia
tan
original,
que
parece cuento
pero
que es verdad.
MOCHILA
Por
no hallar compañero
para
mi cena,
triste
estaba yo el día
de
Nochebuena.
Mas
hallé casualmente
a
cierto amigo,
que
aceptó muy gustoso
cenar
conmigo.
Y
a la plaza me fui
y
un besugo compré;
¡un
besugo hasta allí!
El
mayor que encontré.
Ya
dispuesto a guisarle
le
rasgo el vientre,
mas
tropiezo con cierto
inconveniente.
En
su tripa metido
¡sorpresa
grata!
me
encontré este canuto
de
hoja de lata. (Enseñando uno)
Admirado
quedé:
pero
luego lo abrí
y
encerrado encontré
un
papel que está aquí.
(Sacando
varios papeles del bolsillo y dándoselos a los vecinos)
Hay
varias copias;
leed,
leed
el
documento
que
me encontré.
Creo
que no
lo
entenderéis,
mas
luego yo
lo
explicaré.
CORO
(Leyendo
los papeles como si deletreara)
Sin—esp—arroj—
est
—doc—al má
3-7-y
11—min—lat.
El
7 'un—
gantín
veló—
Sant—zozo—en—
cost—de
la—gon
El
hemisfe—
tral—3
mari—
Capitán
G—
abord—con
ti—
Donde—celand—
ser
pri—de los
cruel
indi—
si
no—ge—os.
Qui—mos—hallá—
un
tes—mensó
repart—
con el—
que
ven— sal nos.
(Hablado)
MOCHILA
¿No
lo han comprendido ustedes?
VECINA
1ª
Ni
jota.
VECINA
2ª
Ni
una palabra.
MOCHILA
Pues
bien, repito lo dicho: al que por medio duro quiera ser accionista de mi
negocio, le explicaré el contenido de ese misterioso documento.
VECINA
1ª
¿Medio
duro, eh?
VECINA
2ª
¿Nada
más que medio duro?
VECINA
1ª
El
será loco, pero tonto no es.
VECINA
2ª
Bonita
manera de sacar diez reales a cada quisque.
VECINA
1ª
¡El
demonio del loco!
MOCHILA
¿Quién
ha dicho que estoy loco? Al que lo piense siquiera le pego un sablazo. (Sacando
la espada)
MUJERES
¡Ay!
(Echan a correr)
VECINA
1ª
¡Se
pone furioso! Lo mejor es dejarle. (Los hombres se retiran también)
PORTERA
¡Cuando
yo decía que estaba chiflao! (Se mete en la portería)
ESCENA IX
Mochila
y Soledad, que se ha quedado atemorizada junto a la puerta de la izquierda.
SOLEDAD
¡Pobre
hombre!
MOCHILA
(Paseando
muy agitado) ¡Truenos y centellas! Toda lo gente cree que estoy loco. Esto es cosa
para volverse de remate.
SOLEDAD
(¡Me
da lástima! Voy a darle medio duro a ver si se calma un poco) ¡Caballero!
MOCHILA
¿Qué
hay?
SOLEDAD
Hágame
usted el favor de tomar estos diez reales; yo quiero ser accionista de ese
negocio.
MOCHILA
¡Usted!
SOLEDAD
Sí,
señor.
MOCHILA
Gracias
a Dios que encuentro una persona con sentido común.
SOLEDAD
Tome
usted.
MOCHILA
No,
señora; no los tomo. Yo no pienso coger el dinero hasta reunir el número
suficiente de accionistas. Dos mil nada más.
SOLEDAD
¡Es
una friolera!
MOCHILA
Pero
ya que usted se fía de mí, y no sospecha como esa gente que estoy loco, voy a explicarle
el caso en breves palabras.
SOLEDAD
Ya
le oigo a usted.
MOCHILA
Este
canuto encontrado por mí tan casualmente en el vientre del besugo...
SOLEDAD
(¡Pobrecito!)
MOCHILA
Fue
sin duda alguna arrojado al mar por unos náufragos, como se comprende por la traducción
del documento, que me ha costado cuatro meses de ímprobo trabajo.
SOLEDAD
¡Ya
lo creo!
MOCHILA
He
completado las palabras borradas en el papel por la humedad, y estoy segurísimo
de que el documento decía lo siguiente... Vaya usted completando las medias
palabras que he copiado en estos papeles. (Por el que Soledad tiene en la mano.
Soledad escucha con atención mirando el papel, como si completase las palabras)
«Sin esperanza arrojamos este documento al mar, a los treinta y siete grados y
once minutos de latitud. El siete de Junio, el bergantín Veloz de Santander
zozobró en las costas de la Patagonia, en el hemisferio austral.» — ¿Se va
usted enterando?
SOLEDAD
Sí
señor, sí.
MOCHILA
«Tres
marineros y el Capitán G... abordaron el continente donde recelan ser
prisioneros de los crueles indios, si no los protege Dios.» — ¡Me parece que
está bien claro!
SOLEDAD
¡Vaya
si lo está!
MOCHILA
Ahora
viene lo gordo. — «Aquí hemos hallado un tesoro inmenso, que repartiremos con el
que venga a salvarnos.»
SOLEDAD
¡Un
tesoro!
MOCHILA
Inmenso.
Y que no hay duda, fíjese usted bien. — Qui — mos halla, aquí hemos hallado, un
tes menso, un tesoro inmenso, repart — con — el, y repartiremos con él, que
ven, que venga, sal nos, a salvarnos. — ¿Eh? ¿Qué tal, estoy loco?
SOLEDAD
(Rematado
el pobrecito) ¡Cá! No señor.
MOCHILA
Pues
bien, así que tuve la seguridad de que la traducción del documento era exacta, averigüé
que en la matrícula de Santander había efectivamente un bergantín llamado Veloz,
que salió del Callao el treinta de Mayo último, y que ocho días después debió
perderse en las costas de la Patagonia, puesto que no se ha vuelto a tener
noticias suyas.
SOLEDAD
¡De
veras!
MOCHILA
Como
usted lo oye, supe el nombre de su capitán, el Capitán Grant.
SOLEDAD
¿El
Capitán Grant?
MOCHILA
El
mismo.
SOLEDAD
(¡Quería
decir el Gran Capitán! El infeliz trastorna las palabras)
MOCHILA
¿Le
conoce usted acaso?
SOLEDAD
¡Pues
ya lo creo! (¡Le seguiré la manía!)
MOCHILA
¡Es
posible! ¿Es acaso pariente de usted?
SOLEDAD
Tío.
MOCHILA
¡Tío!
¡Es usted su sobrina!
SOLEDAD
Naturalmente.
MOCHILA
¿E
ignoraba que había naufragado?
SOLEDAD
Sí,
señor.
MOCHILA
¿Y
los demás parientes dónde andan, quiénes son?
SOLEDAD
No
tengo ninguno.
MOCHILA
Ahora
comprendo por qué no se ha presentado nadie. ¿De modo que es usted sola en el
mundo?
SOLEDAD
Sola.
MOCHILA
¿Y
no tenía usted más amparo que su tío?
SOLEDAD
No
tenía otro amparo.
MOCHILA
Pues
bien, ya que, gracias a mí, sabemos su paradero, unamos nuestros esfuerzos para
ir en su busca.
SOLEDAD
¿A
dónde?
MOCHILA
¡A
la Patagonia!
SOLEDAD
(¡Uy!
¡Cómo se extravía!)
MOCHILA
Ahora
sepa usted los sacrificios que llevo hechos para salvar a esos desgraciados
náufragos. Yo me he empeñado más de lo que estaba, poniendo en todos los
periódicos este anuncio: (Sacando un periódico) «Las personas interesadas en
saber el paradero del bergantín Veloz, de Santander, mandado por el Capitán
Grant, pueden dirigirse a don Marcial Mochila, Tabernillas, setenta y cuatro, principal
interior, Madrid.»—A pesar de esto, no se ha presentado nadie.
SOLEDAD
(Lo
comprendo)
MOCHILA
En
vista de lo cual, dije: este hombre no tiene parientes; según el documento, es
dueño de un inmenso tesoro, que repartirá con el que vaya a buscarle... Pues yo
seré quien vaya.
SOLEDAD
Muy
bien pensado, debe usted ir.
ESCENA X
Dichos,
la Portera, que viene apresuradamente.
PORTERA
¡Señor
Mochila!
MOCHILA
¿Qué
hay?
PORTERA
Un
caballero que parece inglés, se empeña en verle a usted sin remedio.
MOCHILA
¡Un
inglés! ¡Si pasa lo divido!... (Sacando el sable)
PORTERA
Este
es inglés de Inglaterra.
MOCHILA
¡Ah!
(Allí no tengo ninguno)
PORTERA
Pero
como usted me dio esa orden para todos...
MOCHILA
Que
pase.
PORTERA
(Yendo
al foro) Caballero, pase usted. Aquí está el señor de Mochila.
ESCENA XI
Dichos,
Sir Clyron y Ketty.
Sir
Clyron, desde que entra en el patio, y durante toda la escena, olfatea de vez
en cuando marcadamente.
MOCHILA
¡Un
extranjero!
CLYRON
¡¡Mi
general!! (Saludándole)
MOCHILA
Gracias.
¿Qué deseaba usted?
CLYRON
¿Osté
sor la personamienta que dice este anuncio? (Presentándole el periódico)
MOCHILA
¡El
mío! Sí, señor.
SOLEDAD
(¿Qué
será esto?) (Deteniéndose cuando se va a marchar)
CLYRON
¡E
osted saber la paradera del Capitán Grant!
SOLEDAD
¿Eh?
MOCHILA
Sí,
señor, se su paradero a punto fijo. ¿Usted conoce al capitán?
CLYRON
Ser
moy amigo.
SOLEDAD
(¡Caramba!
¿Si no estará loco este hombre?)
MOCHILA
¡Muy
amigo!
CLYRON
Mí
deberle la vida. El salvarnos a mí e mi sobrina (Señalando a Ketty) en un
naufragio.
SOLEDAD
(¿Será
posible?...)
KETTY
¡Oh!
CLYRON
El
sacarnos del mar a costillas. ¿Dónde estar él ahora?
MOCHILA
Naufragó
el siete de Junio con su bergantín el Veloz en las costas de la Pata...
(Tapándose la boca) (Ya metí la pata. Si se lo digo pueden ir solos y quedarme
yo como estaba) — Sé dónde está, pero no lo digo mientras no se me asegure que
he de ser yo quien vaya a buscarle.
CLYRON
¡Oh,
filántropo! Vendrá conmigo. Mí ser sir Eduardo Clyron, e mí tener un buque de mi
propiedad para ir donde quiera, un gran buque, un yaket que se llama El
Escocia.
SOLEDAD
(¡Como
el bacalao!)
MOCHILA
¿Y
será usted capaz de llevarme?
CLYRON
Mí
llevar a todo quien se interese por el Capitán Grant. Sos amigos serlo míos,
también; mí querer boscarle, mí venir sólo a esto de Málaga.
MOCHILA
(Volviéndose
a Soledad) ¡Somos felices! — Esta señorita es sobrina del Capitán.
CLYRON
¡Oh!
Sobrina de nuestro salvador.
KETTY
¡Oh!
(Se acerca a ella y la besa en la frente)
SOLEDAD
(Pues
señor, ruede la bola)
CLYRON
Señorita
sobrina, osté disponer de todo lo mío. (Dándole la mano)
SOLEDAD
Muchas
gracias.
MOCHILA
(¡Está
hecho el gran negocio!) — Entremos, caballero, entremos en mi habitación y le explicaré
cómo he averiguado el paradero del Capitán.
CLYRON
Esperar
un instante. ¡Portera!
MOCHILA
¿Qué
quiere usted?
PORTERA
¿Quién
me llama?
CLYRON
¿Haber
por aquí una tabernamienta?
PORTERA
¿Una
taberna? Sí, señor, en esta misma casa.
CLYRON
¡Oh!
Mí no engañarme nunca. Desde mi llegada percibir el aroma de Valdepeñas. —
Osté
traerme dos botellas a la habitación de este caballero, con su permiso.
(Dándola una moneda)
MOCHILA
Lo
que usted quiera. (¡Estoy loco de alegría!)
CLYRON
Cuando
osté gostar. Señorita sobrina...
SOLEDAD
Entre
usted, que yo vuelvo al instante.
KETTY
Portera:
chis, chis.
PORTERA
Mande
usted.
KETTY
Traiga
también una botella del pardillo.
SOLEDAD
Ella
ha hablado poco, pero bueno. (Clyron, Ketty y Mochila entran en la habitación
de éste)
ESCENA XII
Soledad.
La Portera pasa luego a la habitación de Mochila llevando las botellas Pues, señor,
me he metido en un belén por seguirle la manía a ese buen señor. Y ahora resulta
que no está loco, que ese capitán existe... ¿Por qué no ha de ser verdad
también lo del tesoro? — Nada, yo no me vuelvo atrás; sigo siendo su sobrina, y
si me quieren llevar con ellos, me voy. Gano cuatro pesetas diarias por bailar
desesperada todas las noches... Mi porvenir es triste; y si un día doy un mal
paso y me tuerzo un pie, la bucólica está comprometida... Veamos si por otro
camino hago fortuna. Soy libre como el aire. ¡No tengo nadie que se interese
por mí! — Miento, ese joven amable que me ha escrito esta carta tan expresiva,
y que volverá por la contestación... ¡Ah! ya está ahí. (Viendo a Escolástico
que entra por el foro)
ESCENA XIII
Soledad
y Escolástico, Este se para al verla.
ESCOLASTICO
¡Ella!
Señorita...
SOLEDAD
Caballero...
ESCOLASTICO
Usted
dispensará mi atrevimiento.
SOLEDAD
No;
no hay de qué.
ESCOLASTICO
Vengo...
Vengo... Ya sabe usted a lo que vengo.
SOLEDAD
Sí,
señor, lo sé. Su carta de usted me ha conmovido.
ESCOLASTICO
¿De
veras? ¿Y qué contesta usted?
SOLEDAD
¿Qué
he de contestar? — ¡Yo soy muy franca, contesto que sí!
ESCOLASTICO
¡Soy
feliz! ¡Permítame usted que en prueba de amor deposite en su mano un ósculo!
SOLEDAD
¡Un
ósculo! (¡Será una sortija!) (Volviendo la cabeza se deja coger la mano que
besa Escolástico)
ESCOLASTICO
¡Ay!
SOLEDAD
¡Caballerito!
Usted va pasando a mayores.
ESCOLASTICO
¡A
mayores! ¡A esto lo llama mayores, inocente!
SOLEDAD
Hablemos
con toda franqueza.
ESCOLASTICO
Eso
quiero yo.
SOLEDAD
¿Usted
es un caballero completo?
ESCOLASTICO
Creo
que sí.
SOLEDAD
Enamorarse
de mí, ocultármelo y obsequiarme gastándose hasta el último céntimo...
ESCOLASTICO
Hasta
el último.
SOLEDAD
Y
decirme luego: te amo, y si no me correspondes me mato, eso es muy de
agradecer.
ESCOLASTICO
Bendita
sea esa boca.
SOLEDAD
¡Prudencia,
joven! Dice usted en su carta que no posee más que un corazón ardiente.
ESCOLASTICO
Nada
más, pero muy ardiente.
SOLEDAD
Y
que por mí está usted decidido a todo.
ESCOLASTICO
A
todo.
SOLEDAD
Pues
bien, se nos presenta la ocasión de ser felices, de hacer acaso un capital.
ESCOLASTICO
¡Un
capital!
SOLEDAD
Para
eso es necesario, primero: que me diga usted si está decidido a ser mi esposo.
ESCOLASTICO
Con
toda mi alma.
SOLEDAD
Segundo.
Si está usted dispuesto a seguirme hasta la Patagonia.
ESCOLASTICO
Hasta
el fin del mundo.
SOLEDAD
Y
tercero; si quiere usted pasar por sobrino del Capitán Grant.
ESCOLASTICO
Por
sobrino del demonio.
SOLEDAD
En
ese caso será usted primo mío por parte de padre.
ESCOLASTICO
Por
la parte que usted quiera.
SOLEDAD
¿Lo
jura usted?
ESCOLASTICO
Lo
juro.
SOLEDAD
Pues
acostumbrémonos desde este momento a tutearnos. A mí me dará vergüenza, pero en
fin, te tutearé.
ESCOLASTICO
Y
yo a tí, tí, tí.
SOLEDAD
Basta,
el tiempo urge. La fortuna nos aguarda detrás de aquella puerta. (Señalándole
la del cuarto de Mochila)
ESCOLASTICO
¿De
aquella?
SOLEDAD
¡Sí.
Entremos.
ESCOLASTICO
Entremos.
¿Pero quieres al menos explicarme?...
SOLEDAD
Ya
lo sabrás todo. Ven conmigo y di a todo que sí.
ESCOLASTICO
Andando,
y digo a todo que sí. (Entran)
ESCENA XIV
El
Doctor Mirabel, que sale con bata, sombrero de copa y bastón. Viene por el foro
DOCTOR
¿Qué
era lo primero que tenía yo que hacer? ¡Ah! sí, ya recuerdo, alquilar un coche
para las visitas de despedida. Eso es. Aquí tengo la lista de las personas de
quienes tengo que despedirme. Exactamente. Hoy creo que no se me ha olvidado
nada. Ea, voy a buscar un coche. ¿Toma, pues no me he venido al patio en lugar
de salir a la calle? ¡Qué cabeza la mía! ¡Ah! ¡Ya se me olvidaba hablar a la
Portera! ¡Portera!
PORTERA
¿Qué
quiere usted, señor Doctor? ¿A dónde va usted?
DOCTOR
A
hacer visitas.
PORTERA
¿Con
ese traje?
DOCTOR
¡Toma!
Pues es verdad que me he salido en bata. Tendré que volver a subir la escalera.
Soy un desdichado.
PORTERA
Yo
le bajaré a usted el gabán, y se mudará en la portería si no quiere molestarse.
DOCTOR
Tiene
usted razón.
PORTERA
Voy
por él.
DOCTOR
Espere
usted un momento. Yo tenía que decirle a usted no sé qué cosa. ¿Qué tenía yo
que decirla? ¿Usted no se acuerda?
PORTERA
¡Yo!
Como usted no me lo diga...
DOCTOR
Bueno,
cuando me baje usted la capa se lo diré.
PORTERA
¿La
Capa o el gabán? (Vase la Portera)
DOCTOR
El
gabán, eso es, el gabán.
ESCENA XV
Doctor,
solo.
DOCTOR
Estas
distracciones han de darme muchos disgustos. Y eso que ahora ya me he corregido
algo. Porgue antes... antes era horrible. Un día entero me pasé pensando si me
llamaba Benito ó Roque, y luego resultó queme llamaba Saturnino. Yo, doctor en
ciencias y hombre de gran entendimiento, según dicen por ahí, tengo la peor de
las memorias. Empecé mi carrera dedicándome a la medicina. Un día tuve que
cortar una pierna a un enfermo, me distraje y le corté la sana. Y lo más
extraño es que el enfermo se curó... pero yo no abandoné la medicina. El año
pasado me llevé un susto atroz. Llego una noche a mi casa, me abre el sereno la
puerta de la calle, abro la de mi habitación, y al entrar en ella me encuentro
con que no hay un sólo mueble, ni uno. ¡Hasta las alfombras se habían llevado!
¡Ladrones! Empiezo a gritar: ¡Socorro! Se arma el gran escándalo, se alborotan
los vecinos, sube la portera y me dice: — Pero, caballero, si se ha mudado
usted esta mañana a la calle de las Tabernillas; — y era verdad, se me había
olvidado la mudanza y entregar la llave del cuarto. Desde entonces vivo aquí en
este barrio extremo y tranquilo, entregado a la botánica, mi ciencia favorita.
PORTERA
¡Aquí
está el gabán! (Desde cerca de la portería)
DOCTOR
¿Qué
gabán? ¡Ah! ¡Sí! (Se quita la bata)
PORTERA
No
se desnude usted ahí, que va a coger una pulmonía. (Viniendo apresuradamente.
Le pone el gabán)
DOCTOR
No;
está esto muy abrigado. Traiga usted la bata. A mí me gusta dejar todas las
cosas
en
su sitio. (Hace como que la cuelga de un clavo y se cae la bata al suelo)
PORTERA
Se
la subiré a su cuarto. (Recogiéndola) ¿No ha recordado usted todavía lo que
tenía que decirme?
DOCTOR
¡Ah!
¡Sí! Si no me habla usted de ello, no le digo una palabra. Me marcho esta
noche.
PORTERA
¿Fuera
de Madrid?
DOCTOR
Sí.
PORTERA
¿A
dónde?
DOCTOR
¿A
dónde? ¡Ah! Sí, a Filipinas.
PORTERA
Es
una friolera.
DOCTOR
Voy
comisionado por la Academia de Ciencias Naturales para estudiar la flora y la fauna
de las regiones oceánicas.
PORTERA
¿Y
deja usted el cuarto?
DOCTOR
No,
usted cuidará de él en mi ausencia, y dejará visitar mi biblioteca y colección
de curiosidades científicas a cuantas personas traigan una tarjeta mía.
PORTERA
Está
bien. ¿Y se va usted esta noche?
DOCTOR
Sí;
voy a Málaga, donde me embarcaré. Vaya, hasta luego. (Da la mano a la Portera) Beso
a usted la mano, señora portera.
PORTERA
Este
señor acabará en Leganés. (Vase)
ESCENA XVI
Clyron,
Ketty, Mochila, Escolástico y Soledad.
CLYRON
No
hay que hablar más. La explicación del documento no inspirar la duda de menor tamaño.
MOCHILA
¿Y
dice usted que por su parte renuncia a lo que le pudiera tocar del tesoro?
CLYRON
Mí
ser inmensamente rico. Mí poseer un capital de veinte y cinco millones de
libras.
MOCHILA
(Este
inglés debe ser andaluz)
SOLEDAD
(A
Escolástico) (¿Cuánto son veinte y cinco millones de libras?)
ESCOLASTICO
(Un
millón de arrobas)
SOLEDAD
(¡Qué
barbaridad!)
CLYRON
E
mí tener toda la fortuna en brillantes. Ser un capricho especial Mí
aborrecerlas letras de cambio, é caminar por todo el mundo con una caja llena
de piedras preciosas. Necesitar dinero, vender una piedra. Eso tener valor en
todas partes.
MOCHILA
¡Ya
lo creo!
CLYRON
Mí
poseer varios brillantes gordos como castañas.
SOLEDAD
(¡Si
nos dará la castaña este caballero!)
MOCHILA
Pues
es capricho tener una fortuna empleada en piedras. Bien dicen, que los ingleses
son ustedes estrambóticos.
CLYRON
¡Oh,
caballero! Mí no ser inglés.
MOCHILA
¿No?
CLYRON
Mí
ser escocés.
MOCHILA
Me
alegro; aborrezco a los ingleses. Ya me es usted más simpático.
CLYRON
Por
supuesto, que ustedes no aceptarán viajar a mi costa sin pagarme de algún modo.
Ustedes son personas delicadas.
MOCHILA
(¡No
se me había ocurrido!)
ESCOLASTICO
(Ni
a mí)
SOLEDAD
(Ni
a mí)
CLYRON
Para
evitar estos escrúpulos naturales, mí pensar darles una ocupación propia.
ESCOLASTICO
Usted
dirá.
CLYRON
(A
Soledad) Osté ser desde hoy la compañera de mi sobrina.
SOLEDAD
Con
mucho gusto.
CLYRON
(A
Mochila) Osté ser mi secretario.
MOCHILA
¡Tanto
honor!
CLYRON
Mí
amar estos caracteres brutos...
MOCHILA
¿Cómo?
CLYRON
No
sé si me explico...
MOCHILA
Y
bien claro.
CLYRON
(A
Escolástico) E osté, joven aplicable y estudioso, enseñarle la lengua a mi
sobrina.
SOLEDAD
¿Eh?
CLYRON
Ella
amar la lengua española é tener gran facilidad para el aprendimiento de ella.
ESCOLASTICO
Aceptado.
CLYRON
Esta
tarde a las seis, mí esperar a ustedes en el hotel de Rusia para comer juntos.
Preparad los equipajes. Esta noche al ferrocarril, mañana en Málaga, é
inmediatamente a bordo sin más impedimento. ¿Estás conforme, Ketty?
KETTY
Yes.
SOLEDAD
Esta
señorita no se perderá por hablar mucho.
CLYRON
(A
Soledad) Señorita sobrina. Señorito sobrino... Señor. Hasta luego.
MOCHILA
Hasta
después, caballero.
SOLEDAD
Adiós,
milord. (Va a despedirle hasta la puerta del foro. Allí Mochila coge a Soledad
y Escolástico por las manos, y los tres hasta el proscenio)
ESCENA XVII
Dichos,
menos Clyron y Ketty.
(Música)
MOCHILA
Vuestro
tío se ha salvado
el
negocio está logrado,
nos
haremos poderosos,
no
tenemos más que hablar:
preparad
vuestro equipaje
y
emprendamos el viaje
esta
noche por la tierra
y
mañana por la mar.
ESCOLASTICO
Yo
me encuentro atortolado.
yo
no sé lo que ha pasado,
me
parece todo un sueño,
pero
un sueño singular;
mas
preparo el equipaje,
y
me lanzo a ese viaje,
pues
feliz seré contigo
por
la tierra y por el mar.
SOLEDAD
Ven
conmigo sin cuidado,
la
fortuna hemos logrado,
libres
somos como el viento
y
podemos escapar;
tú
prepara el equipaje,
porque
al fin de este viaje
no
podemos perder nada
y
es muy fácil el ganar.
MOCHILA
Para
ir luego a la fonda
en
busca del inglés,
en
este mismo sitio
citémonos
los tres.
SOLEDAD
¡Eso
es!
ESCOLASTICO
¡Eso
es!
MOCHILA
¡Hasta
después!
(Abrazándolo.
Entra en su cuarto)
SOLEDAD
y ESCOLASTICO
¡Hasta
después!
(Abrazándose)
(Vanse
Escolástico por el foro y Soledad a su habitación)
MUTACION
CUADRO SEGUNDO
A BORDO DE «EL ESCOCIA»
Sobre
cubierta. Unos acostados, apoyados otros sobre las bordas, están todos los
Marineros y Grumetes. La escena solamente alumbrada por los faroles del buque.
ESCENA XVIII
Una
ronda de Marineros da la vuelta sobre cubierta y baja por la escotilla. Marineros
y Grumetes tendidos junto a las bordas.
(Música)
CORO
Así
escuchando de la mar
el
melancólico rumor,
entre
la luz crepuscular
bogando
vamos sin temor.
No
hay mayor placer
que
el de navegar;
nunca
en tierra se gozó
este
dulce bienestar.
Del
horizonte el denso tul
muy
pronto el alba romperá;
del
ancho espacio el claro azul
color
de rosa toma ya.
Con
mi amado bien
quiero
navegar,
siendo
el agua mi sostén
nunca
temo vacilar.
(Los
Marineros y Grumetes se retiran al foro)
ESCENA XIX
Sir
Clyron, Soledad y Ketty, que salen por la escotilla; luego Escolástico y Mochila.
(Hablado)
SOLEDAD
¡Uf!
¡Yo necesito respirar el aire libre! ¡Qué demonio de barco!
CLYRON
¿Osté
no haber navegado nunca?
SOLEDAD
Sí
señor, he hecho varias veces la travesía del estanque del Retiro.
CLYRON
Mí
gozar mucho en la navegamienta. Venid a contemplar el levantamiento del sol. (Vase
hacia el foro)
ESCOLASTICO
(Apareciendo
por la escotilla; tras él Mochila) ¿Por dónde anda Soledad? Yo estoy cada vez
más atontado.
MOCHILA
¡Bombas
y rayos! ¡Qué mareo tan horrible!
ESCOLASTICO
Allí
creo que está. (Vase en busca de los otros a quienes se une con Mochila)
ESCENA XX
Marineros,
Doctor y Capitán. Se abre la puerta del camarote de la derecha y sale el
Doctor, que mira el reloj a la luz del farolillo.
DOCTOR
¡Las
cuatro! he dormido seis horas. Este es gran sistema para no marearse. Se mete uno
en el barco, se acuesta y se queda dormido. Ni siquiera sentí que echábamos a andar.
Ya debemos estar cerca de Alicante. — ¡Calle! ¿Qué faro es aquel que se divisa entre
la oscuridad? — ¡Eh! ¡Marinero! (A uno) ¿Qué es aquello que se ve allí?
MARINERO
1º
El
faro de Tarifa.
DOCTOR
¡Tarifa!
Este hombre está borracho. ¡Eh! (A otro) ¿Qué es aquello?
MARINERO
2º
El
faro de Tarifa.
DOCTOR
¡Caracoles!
¿Si será tan distraído como yo el Capitán de este barco, y en lugar de tirar a la
izquierda habrá tirado a la derecha? Es cosa de averiguar esto. ¿Dónde está el
capitán?
MARINERO
1°
¡Allí
está! ¡Mi Capitán!
CAPITAN
¿Qué
hay?
MARINERO
1°
Este
caballero pregunta por usted.
DOCTOR
Servidor.
Usted dispense que anoche no tuviera el gusto de saludarle; pero deseando evitar
el mareo me metí en el camarote y me acosté. Ahora me levanto y esta gente dice
que aquella luz es el faro de Tarifa.
CAPITAN
Y
lo es en efecto.
DOCTOR
¡Cómo!
¿Hemos pasado el Estrecho?
CAPITAN
Naturalmente.
DOCTOR
¡Entonces
este buque va por el Cabo! Esto es un engaño; a mí me dijeron que iba por el
Istmo y por eso tomé pasaje.
CAPITAN
¿Pasaje
para dónde?
DOCTOR
Para
Filipinas.
CAPITAN
Caballero,
este buque va a Chile.
DOCTOR
¡A
Chile!
CAPITAN
Es
propiedad de Sir Clyron y no sé con qué derecho se ha metido usted en él.
DOCTOR
¡Dios
mío! ¿Cómo se llama este buque?
CAPITAN
¡El
Escocia!
DOCTOR
¡Horror!
¡Yo debía ir en el Irlanda! He confundido las Islas británicas.
CAPITAN
El
Irlanda salió de Málaga antes que nosotros.
DOCTOR
¿Y
qué hago yo ahora, Capitán?
CAPITAN
Enteraré
a Sir Clyron de lo que sucede.
(Se
acerca al grupo que forman los otros con Sir Clyron)
DOCTOR
¡No
hay ser más desdichado que yo! ¡Encontrarme camino de América debiendo ir a
Oceanía! ¡Esto es horrible! ¡Qué dirá la Academia de Ciencias Naturales cuando
lo sepa! ¡Yo pierdo la cabeza! ¡Yo me pongo malo! (Cae desmayado. — Sir Clyron,
Mochila y Escolástico se ríen)
SOLEDAD
¡Tiene
mucha gracia!
CLYRON
(Acercándose
al Doctor) Caballero...
ESCOLASTICO
¡Se
ha puesto malo sin duda!
MOCHILA
La
cosa no es para menos. ¡Valiente chasco! ¡Y yo conozco la cara de este hombre! Sol,
Yo también. Es un señor que vivía en nuestra casa, en el principal exterior: el
Doctor Mirabel.
CLYRON
¡El
Doctor Mirabel! ¡El célebre naturalista! Es un sabio muy respetado en toda
Europa.
SOLEDAD
¡Un
sabio y no lo sabíamos!
MOCHILA
Eso
nos pasa siempre a los españoles.
CLYRON
Llevadle
al camarote. Avisad al médico. (Se llevan al Doctor dos Marineros)
CAPITAN
¡Gente
arriba! ¡Barco a proa! Es el Almirante de la escuadra inglesa.
CLYRON
¡Ya
sale el sol! Saludemos al pabellón de Inglaterra que ondea sobre el buque
Almirante.
(Suena
el pito del contramaestre)
(Música)
Los
Marineros y Grumetes trepan por los flechetes, coronando toda la parte que se
ve de la arboladura del buque.
CORO
La
enseña de Inglaterra,
que
enarbolada está
en
el buque Almirante,
debemos
saludar.
(Empavesan
el buque é izan la bandera inglesa, saludando todos los Marineros que suben a
la arboladura. Cañonazo)
TODOS
¡Hurra!
¡Hurra! ¡Hurra!
FIN DEL ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
CUADRO TERCERO
¡VIVA CHILE!
Una
plaza en Talcahuano (Chile). Hombres y mujeres del pueblo pasean en ella
vestidos con los trajes característicos del país.
ESCENA PRIMERA
(Música)
CORO
Hoy
celebra Chile
la
fiesta esplendente
que
al Santo Patrono
dedica
anualmente.
Todo
es regocijo
y
óyense doquier
gritos
de alegría,
cantos
de placer.
Hasta
las mujeres
lucen
sus encantos
que
recatan siempre
con
los negros mantos.
Todo
es regocijo
y
óyense doquier
gritos
de alegría,
cantos
de placer.
(Varias
mujeres fumando)
FUMADORAS
Si
es en el hombre un vicio
el
de fumar,
en
la mujer es gracia
particular,
y
con un cigarrito
¡válgame
Dios!
cada
mujer chilena
vale
por dos.
Cuando
a los aires
el
humo sube,
parece
hermosa
flotante
nube.
Y
si el tabaco
tiene
poder,
se
siente un mareíto
que
da placer.
Entre
dos que se quieren
¡qué
gusto da
un
cigarrito a medias
poder
fumar!
Mas
lo malo es que suele
a
lo mejor
consumirse
el cigarro
y
el fumador.
Cuando
cualquiera
mozo
bonito
con
su cigarro
me
da fueguito,
yo
tardo aposta
en
encender,
y
el dejarle sin lumbre
me
da placer.
CORO
Oigan
las guitarras,
vienen
hacia acá
tocando
el risueño
zamba
que le da.
(Entra
en escena la bailarina precedida de una gran banda de guitarras)
Vaya
una coplilla
de
la alegre cueca,
de
la sanguaraña
ó
la samacuaca.
¡Samba
que le da!
¡Samba
que le dá!
El
bonito baile
dé
principio ya.
(Una
joven baila la «samacuaca» con el paso del pañuelo, y en tanto el Coro canta la
copla y estribillo)
Mi
corazón a tus pies,
¡samba
que le da!
lo
ves y no lo levantas;
pobrecito
corazón
¡samba
que le da!
qué
de desprecios aguantas.
¿Qué
es esto de mama Chunga
que
viene con su matraca,
que
si ella me dice triqui
yo
le digo triqui-traca?
¡Tondoro,
ja, ja!
¡Tondoro,
ja, ja!
dale
aire a tu cuerpo,
y
acércate acá.
¡Samba
que le da!
¡Que
le da, que le da, que le da!
(Hablado)
UNO
¡Viva
Chile!
TODOS
¿Y
cómo no? ¿Y cómo no? ¿Y cómo no?
(Música)
CORO
Bulle
alegre el libre
pueblo
soberano;
en
amor y fiestas
arde
Talcahuano.
Todo
es regocijo
y
óyense doquier
gritos
de alegría,
cantos
de placer.
(Vanse)
ESCENA II
Sir
Clyron, Soledad y Escolástico; Ketty que sale con ellos, se queda copiando una
casa en el álbum que lleva siempre consigo.
(Hablado)
ESCOLASTICO
Esta
es la plaza donde debemos esperar a nuestros compañeros.
CLYRON
Mí
gostar mocho este país. Mojeres bonitas.
SOLEDAD
¡Y
que fuman como un cabo de gastadores! ¡Qué manera de echar humo! ¿Te gustan a ti
también, primo?
ESCOLASTICO
(Aparte)
¡A mí no me gusta nadie más que tú!
SOLEDAD
Y
la escocesa; ya te compondré yo.
ESCOLASTICO
¡Soledad!
SOLEDAD
(A
Clyron) ¿Y usted sabe a qué viene todo este jaleo y estos bailes?
CLYRON
Solemnizar
así la fiesta de su santo patrono este país, que pertenecer a España en otro
tiempo.
SOLEDAD
¿Sí?
CLYRON
Y
ellos declararse independientes.
SOLEDAD
¡Habráse
visto los muy... mamarrachos, por no decir otra cosa!
CLYRON
En
la penitencia llevar ellos el pecado. Ostedes no tener buenos gobiernes, pero
ellos tenerlos peores.
SOLEDAD
¡Peores!
¡Parece imposible! ¿Y Miss, dónde se ha quedado?
CLYRON
Allí
tomando apuntes en el álbum. Ella ser ante todo artista de corazón. Ketty, Ketty,
enséñanos lo que has dibujado. ¡Oh! Estar perfectamente. (Ketty se acerca a ellos)
SOLEDAD
Es
verdad. Mira, Escolástico, mira qué mono.
KETTY
No
es mono, es un perro.
SOLEDAD
Pero
es un perro muy mono.
CLYRON
Aquí
las casas tener las rejas como en Andalusía. En una como esta mí en Jerez con una
linda niña pelar el pavo.
SOLEDAD
¡Ay
qué pillín!
KETTY
Yo
estoy contentísima. Este país me encanta. (Sin expresión, con exageradísima
frialdad)
SOLEDAD
(Remedándola)
(Este país me encanta. Y lo dice como si dijera: ¡este país me revienta! ¡Ay!
Dios me dé personas que lo expresen toda con la cara y con los ojos como la
gente de mi tierra)
ESCENA III
Dichos,
Mochila.
MOCHILA
¡Bombas
y rayos!
ESCOLASTICO
Aquí
está el señor de Mochila.
CLYRON
¿Qué
hay? ¿qué noticias ha adquirido usted?
MOCHILA
Ninguna:
vengo desesperado. En toda la costa de Chile no se ha perdido un barco español desde
hace diez años.
CLYRON
¿Y
entonces?
MOCHILA
Que
no es aquí donde debemos buscar al Capitán Grant.
SOLEDAD
¡Pobre
tío! (A Escolástico) (¡Conmuévete, hombre!)
ESCOLASTICO
(¡Ah!
sí) ¡Pobre tío!
CLYRON
En
ese caso, usted debe haber traducido mal el documento, haber algún error.
MOCHILA
¡Error!
Imposible. Ya han oído ustedes como yo al doctor Mirabel, que es un sabio, que
mi traducción es la única posible. Lo cual prueba que yo soy otro sabio.
SOLEDAD
¿Y
qué hacemos?
ESCOLASTICO
Ahí
viene el Doctor, veremos lo que dice.
ESCENA IV
Dichos,
el Doctor.
MOCHILA
¿Qué
hay, Doctor?
DOCTOR
(Que
viene distraído y tropieza con Escolástico) ¡Ah! ¡son ustedes! nada. Que no
puedo embarcarme. No hay pasaje directo a Filipinas. ¡Me he divertido con
meterme en el barco de ustedes! ¡Y la Academia de Ciencias que me creerá a
estas horas camino del Archipiélago! ¿Cómo voy a justificarme escribiendo desde
la América del Sur?
MOCHILA
No
escriba usted.
DOCTOR
Eso
he decidido... ¿Y qué hay de investigaciones? ¿Se tiene alguna noticia de los
náufragos?
MOCHILA
Sabemos
positivamente que no fue en estas costas .donde se perdió el bergantín Veloz.
DOCTOR
(Dando
una patada en el suelo y pisando a Mochila) ¡Bien sospechaba yo!
MOCHILA
¡Bombas
y truenos!
DOCTOR
Usted
dispense. En la interpretación del documento hay un error.
MOCHILA
¿Cuál?
CLYRON
Mí
decirlo antes.
DOCTOR
(Sacando
el documento) Aquí donde dice serán prisioneros debe leerse son.
MOCHILA
¿Y
qué?
DOCTOR
Que
en ese caso el Capitán está en el interior de Chile y no en la costa.
MOCHILA
Pero
al interior no llega el mar y es imposible hayan arrojado a él el canuto donde
estaba el documento.
DOCTOR
Cierto
que el mar no llega allí; pero hay ríos que desembocan en el mar.
ESCOLASTICO
Es
verdad.
MOCHILA
Me
aplastó.
CLYRON
Luego
osté creer...
DOCTOR
Que
los náufragos están en el interior, en poder de los indios.
SOLEDAD
Que
acaso se los habrán comido. ¡Pobre tío! (Conmuévete) (Aparte a Escolástico)
ESCOLASTICO
¡Pobre
tío!
DOCTOR
No,
no son antropófagos y suelen ser hospitalarios.
MOCHILA
¡En
ese caso, a buscarlos al interior!
DOCTOR
Me
gusta este hombre por lo decidido. Justamente, a buscarlos, ¿no es verdad, Sir?
CLYRON
Claro
que a buscarlos.
DOCTOR
¿No
indica bien claro el documento el grado treinta y siete? Pues sigamos ese
paralelo hasta el punto en que hallemos el Atlántico. Atravesemos Chile,
pasemos la cordillera de los Andes; ¡qué sublime espectáculo! Crucemos las
Pampas, veremos el río Negro y el río Colorado...
MOCHILA
Los
ríos de todos los colores.
DOCTOR
Y
acaso en sus orillas encontremos vestigios que nos hagan dar con los náufragos.
MOCHILA
Y
con el tesoro.
CLYRON
Osté
pensar demasiado en el tesoro.
MOCHILA
Alguna
vez. (Siempre lo tengo aquí) (En la nariz)
ESCOLASTICO
¿Y
usted viene con nosotros, Doctor?
DOCTOR
¿Qué
voy a hacer? Me embarcaré en el Atlántico acompañando a ustedes forzosamente en
su filantrópica excursión. Además esta travesía ofrece atractivos poderosos
para un hombre de ciencia. Estudiaré la flora americana ya que por ahora no
puedo estudiar la filipina.
CLYRON
¡Hurra
por el Doctor! Ser providencial vuestro metimiento en El Escocia. Osté sernos preciso
con su sabiduría.
DOCTOR
Muchas
gracias, Milord.
CLYRON
Atravesaremos
Chile.
DOCTOR
En
ese caso El Escocia debe esperarnos en la costa Argentina.
CLYRON
Allí
esperará.
DOCTOR
Y
estas señoras nos aguardarán a bordo.
KETTY
¿A
bordo?
MOCHILA
Es
claro. Sería una locura exponerlas a los peligros de una travesía.
KETTY
Una
escocesa no retrocede ante los peligros.
SOLEDAD
Ni
una española tampoco. ¿Usted qué se ha figurado? Voy con ustedes, veremos las Pampas.
DOCTOR
Después
de todo no se trata sino de un viaje de trescientas leguas escasas.
ESCOLASTICO
Un
paseíto.
DOCTOR
Por
un país que conozco a palmos. He recorrido ese trayecto varias veces, y es
hermosísimo.
ESCOLASTICO
¡Ah!
¡conque usted había estado antes aquí!
DOCTOR
No,
lo he recorrido en el mapa.
ESCOLASTICO
¡Ya!
De ese modo ando yo todas las leguas que usted quiera.
CLYRON
Vamos
a bordo.
DOCTOR
Tendremos
que llevar provisiones.
MOCHILA
Eso
es, comestibles.
CLYRON
Y
bebestibles; no faltará nada a bordo, y esta noche se emprende la marcha.
DOCTOR
¡Cómo
vamos a gozar, señor Cartuchera!
MOCHILA
Mochila.
DOCTOR
Es
verdad, usted dispense; nunca recuerdo bien su apellido.
MOCHILA
Ni
nada. (Vanse todos)
(Música)
CUADRO CUARTO
VAMOS SUBIENDO
Desfiladero
al pie de los Andes.
ESCENA V
El
Patagón. Música en la orquesta. El Patagón sale con el fusil preparado mirando
a la altura.
PATAGON
Ya
se ocultó, ya no le veo. Vuela, vuela hasta el sol, que no por eso la bala de
mi fusil dejará de penetrar bajo tus alas. Cóndor, rey de los aires, si las
nubes te ocultan, el Patagón te acecha. (Oyese el ruido de campanillas de
caballerías que se acercan. Cesa la música) ¡Viajeros! Veamos si necesitan guía
para escalar los Andes.
MOCHILA
¡Alto!
pie a tierra, atad las caballerías y descansemos un rato.
ESCENA VI
El
Patagón, que se retira al ver llegar a Sir Clyron, Ketty, Escolástico y Mochila.
MOCHILA
Nuestros
compañeros vienen muy rezagados. Esperémosles aquí. ¡Bombas con mi caballería! ¡Tiene
un trote insufrible!
KETTY
Voy
a tomar la vista de este desfiladero.
CLYRON
Ketty,
tu aficionamiento al dibujo te obliga a abandonar el estudio de la lengua
española. Ostedes no dar lección hace tres días.
ESCOLASTICO
¡Ah,
señor! Esta señorita aventaja a su maestro, tiene facilidad portentosa para los
idiomas. De las cuatro partes de la Gramática sabe las tres primeras con toda
perfección.
CLYRON¿
Y
la otra?
ESCOLASTICO
La
otra es la Ortografía. Esa no ha logrado aprenderla ninguna mujer, y es inútil
enseñarla.
CLYRON
Haber
otra Gramática en España que ya desearía aprender.
ESCOLASTICO
¿Cuál?
CLYRON
La
gramática parda.
ESCOLASTICO
Para
esa no se necesita maestro.
PATAGON
(Presentándose
y hablando siempre con tono dramático) Señores viajeros.
MOCHILA
¿De
dónde sale este hombre?
PATAGON
Bajo
de la cumbre de las montañas. Yo soy la Providencia del caminante, yo le enseño
la senda oculta por las malezas, le guío entre las rocas, le aparto de los
abismos, busco claro manantial que apague su sed y lecho de blandas hojas para
que repose mientras lucen las estrellas.
MOCHILA
Vamos,
éste por lo visto es un guía.
CLYRON
¿Osté
dedicarse a guiar a los viajeros?
PATAGON
Ya
lo he dicho, soy su Providencia.
CLYRON
Es
muy modesto.
PATAGON
Yo
conozco los riscos de los Andes y los senderos de las Pampas. La bala de mi
fusil hiere al cóndor en su vuelo y al guanaco en su rápida carrera.
ESCOLASTICO
Este
guía parece una novela por entregas.
PATAGON
Si
así lo deseáis, mi planta guiará vuestros pasos por tres pesetas diarias.
ESCOLASTICO
¡Adiós,
poesía!
CLYRON
Está
bien; desde ahora quedar por nosotros: cuide nuestras cabalgamientas.
PATAGON
Así
lo haré, reposad tranquilos. (Vase)
MOCHILA
(Imitándole)
Vaya usted con Dios.
ESCENA VII
Dichos
menos el Patagón.
CLYRON
Debíamos
sacar los alforjos y disponer una merienda para cuando lleguen esa señorita y
el Doctor.
MOCHILA
Muy
bien pensado.
ESCOLASTICO
(Valiente
humor traerá la señorita. Lo menos creerá que me he adelantado por venir solo
con la escocesa)
MOCHILA
¿Disponemos
en este sitio la comida?
CLYRON
Mejor
será a la sombra de aquellos árboles. (A la izquierda) Cuidado con las
botellas, señor Mochila; romperse una sería una desgracia.
MOCHILA
No
hay cuidado.
CLYRON
Traigo
oculta una sorpresa compatriota de ustedes.
MOCHILA
¿Cómo?
CLYRON
Una
sorpresa de Chinchón. (Saca del bolsillo una botella)
MOCHILA
Aguardiente
Cuidado, no vaya usted a coger una pítima.
CLYRON
¿Y
qué ser eso de pítima?
ESCOLASTICO
Uno
de los varios nombres que tiene en nuestro país la borrachera.
CLYRON
¡Ah!
¡Tener varios nombres!
ESCOLASTICO
Sí,
señor, mona, chispa, turca, papalina.
CLYRON
(Yendo
hacia donde está Mochila) ¡Papalina! Hacerme gracia eso de la papalina. (Vase)
ESCOLASTICO
Ya
llegan Soledad y el Doctor.
CLYRON
Pues
andando, a la merienda. Ketty, vamos. (Ketty le sigue: óyese el ruido de las
campanillas que se acercan)
ESCENA VIII
Escolástico;
luego Soledad y el Doctor.
ESCOLASTICO
Dejad
ahí las caballerías, ese hombre las cuidará. ¿Cómo se han retrasado ustedes tanto?
SOLEDAD
Porque
mi borrico no quería andar. En cambio, el tuyo tenía mucha prisa.
ESCOLASTICO
(¡Ya
pareció aquello!)
DOCTOR
(Que
trae a cuestas un enorme haz de hierbas y en la mano un cucurucho de papel) A
mí me ha convenido la detención para herborizar un poco. ¡Qué país para un
naturalista! ¡Que diversidad de especies!
ESCOLASTICO
¿Y
qué lleva usted en ese cucurucho?
DOCTOR
Unos
coleópteros curiosísimos.
ESCOLASTICO
Pues
allí nos espera la gente para merendar.
DOCTOR
¡Santa
palabra! Vengo desfallecido.
ESCOLASTICO
¿Pero
va usted a almorzar con esto eso?
DOCTOR
Tiene
usted razón, lo dejaré allí. (Entra y sale al momento sin el haz y sin el
cucurucho)
ESCOLASTICO
¿Y
tú tienes apetito?
SOLEDAD
No
me hables.
ESCOLASTICO
Pero
mujer...
DOCTOR
¿Vamos?
SOLEDAD
Yo
no tengo ganas, me quedo aquí descansando.
DOCTOR
Entonces
vamos nosotros.
SOLEDAD
(Aparte
a Escolástico) No vayas.
ESCOLASTICO
No,
yo tampoco tengo apetito. (Bosteza)
DOCTOR
Pues
yo comeré por los dos.
ESCENA IX
Escolástico
y Soledad.
SOLEDAD
Tenemos
que hablar, señor don Escolástico.
ESCOLASTICO
Hablemos
cuanto quieras.
SOLEDAD
Te
advierto que he caído de mi burro.
ESCOLASTICO
¡Ay!
¿Te has hecho daño?
SOLEDAD
No
es eso, es otra clase de caída.
ESCOLASTICO
¡Ya!
SOLEDAD
Es
que me he convencido que tú no me quieres.
ESCOLASTICO
Soledad...
SOLEDAD
Y
de que quieres a la escocesa.
ESCOLASTICO
¡Qué
disparate!
SOLEDAD
Y
de que esas lecciones de Gramática van a acabar muy mal.
ESCOLASTICO
Pero
si hace ya tres días que no damos lección.
SOLEDAD
Y
no se la vuelves a dar, ó armo el gran escándalo.
ESCOLASTICO
Está
bien, no la enseñaré más.
SOLEDAD
Ya
sabe bastante.
ESCOLASTICO
Eso
le he dicho a su tío para que no te incomodes.
SOLEDAD
Me
alegro. Pues hombre, tú pareces tonto y te metes en casa.
ESCOLASTICO
Muchas
gracias.
SOLEDAD
Os
pasábais el día conjugando el verbo amar. Presente de indicativo, yo amo, tú amas,
él ama... Y yo me escamo Y ella, siempre que nombraba la tercera persona, me
miraba a mí.
ESCOLASTICO
Aprensiones.
SOLEDAD
Te
digo que esa señora, cada vez me carga más.
ESCOLASTICO
Calla,
que viene y puede oírte.
SOLEDAD
¿Viene?
Pues dame un abrazo para que lo vea y rabie.
ESCOLASTICO
Por
mí no hay inconveniente. (Le abraza, Miss Ketty se detiene al verlos)
ESCENA X
Dichos,
Ketty.
SOLEDAD
(Como
avergonzada) ¡Ay, usted dispense, miss Ketty ¿Se aman ustedes?
SOLEDAD
Con
toda el alma, ¿verdad, primo?
ESCOLASTICO
Sí
señora, con toda el alma. (Me voy a ver si ha quedado algo de merienda) (Vase)
SOLEDAD
Me
quiere mucho, muchísimo. ¿Lo ha oído usted?
KETTY
Ya
lo he oído. Los amantes españoles son muy expresivos.
SOLEDAD
No
lo sabe usted muy bien. Los escoceses no son así, ¿eh?
KETTY
Los
escoceses aman con mucha tranquilidad.
SOLEDAD
Por
eso no sirven para las españolas.
(Música)
DUETINO
KETTY
En
Inglaterra los amantes,
con
una calma sin igual,
en
dos palabras se declaran
y
ya no tienen más que hablar.
SOLEDAD
Pues
en España los amantes,
si
se lo pueden expresar,
para
decirse «yo te adoro»
no
encuentran hora de acabar.
KETTY
En
Inglaterra las mujeres
no
piensan nunca en el amor,
y
al novio ven de tarde en tarde
ó
no lo ven a lo mejor.
SOLEDAD
Pues
en España las mujeres
pasan
la vida en el balcón,
y
el novio quieto en una esquina
lo
mismo que un guarda-cantón.
Allí
los amantes,
nos
dicen así.
KETTY
Pues
así nos dicen
los
de mi país.
Yes you love mi
yes you love mi
very, very,
morning star,
my dear.
Yes I love you,
very, very,
my dear.
PRONUNCIACION
Yes
yu lof mi,
yes
yu lof mi
veré,
veré,
Moneng star,
mai diar.
Yes ai lof yu
veré, veré,
mai diar.
SOLEDAD
Viva
tu salero,
cuerpo
sandunguero,
alma
de mi alma,
cara
celestial.
Ven,
que yo te adoro,
tú
eres mi tesoro,
tú
eres mi alegría,
tú
eres mi pesar.
KETTY
En
mi país, cuando algún hombre
hace
el amor a una mujer,
se
acerca al punto a la familia
y
la visita muy cortés.
SOLEDAD
Pues
en España si le dicen
consulte
usted con mi mamá,
queda
en volver al otro día
y
no le vuelven a ver más.
KETTY
Si
se hallan lejos dos amantes
se
escriben cartas cada mes
para
decirse solamente:
yo
de salud me encuentro bien.
SOLEDAD
Pues
en España estando juntos
se
escriben tantas ella y él,
que
al devolvérselas, si riñen,
las
lleva un mozo de cordel.
¡Qué
cesas nos dicen
los
hombres allí!
KETTY
Pues
así nos dicen
los
de mi país.
Yes
yu lof mi, etc.
SOLEDAD
Viva
tu salero, etc.
ESCENA XI
Dichos,
Escolástico, Sir Clyron, Mochila y el Doctor.
(Hablado)
DOCTOR
Vamos,
que ya es muy tarde.
MOCHILA
A
montar, y en marcha.
CLYRON
Paréceme
que me he puesto un poco de papalina.
DOCTOR
¡Cielos,
las caballerías se han comido mi herbolario! (Entran y salen a poco. El Patagón
lleva la cuerda que une a los seis borricos en que van montados, por el orden
siguiente: Ketty, Soledad, Escolástico, Sir Clyron, Mochila y el Doctor. Los
borricos llevan colleras con muchas campanillas y alforjas y mantas de colores
muy vivos. El Doctor va montado al revés y leyendo un periódico)
MUTACION
CUADRO QUINTO
A 20.000 PIES DE ALTURA
La
cumbre de los Andes.
ESCENA XII
Aparecen
sucesivamente detrás del picacho todos los Viajeros y el Patagón; Ketty se
sienta y dibuja.
CLYRON
¡Mí
estar a veinte mil pies de altura! ¡Viva Escocia!
MOCHILA
(Subiendo
algo más que Sir Clyron) Yo estoy un poco más alto. ¡Viva España!
TODOS
¡Viva!
ESCOLASTICO
¡Ay,
qué frío! Estoy tiritando.
SOLEDAD
¿Sí?
Pues júntate conmigo.
ESCOLASTICO
Con
muchísimo gusto.
SOLEDAD
¡Alto,
caballerito!
ESCOLASTICO
Me
parece que más alto que a veinte mil pies...
SOLEDAD
Allí
tienes a la escocesa pintando la mona.
DOCTOR
Debemos
buscar un sitio en que refugiarnos para pasar la noche.
MOCHILA
(Empieza
a andar muy deprisa y pegándose puñetazos) Por aquí no veo ninguno.
SOLEDAD
¿Qué
hace usted?
MOCHILA
Entrar
en calor.
SOLEDAD
Este
hombre todo lo hace de golpe y porrazo.
MOCHILA
Vayamos
más arriba.
SOLEDAD
Yo
no subo más.
MOCHILA
(Al
guía y al Doctor) Subamos nosotros, y si hallamos lugar a propósito les
llamaremos.
DOCTOR
Andando.
Cuando vean ustedes brillar una hoguera, suban sin cuidado. (Van subiendo por la
izquierda)
SOLEDAD
¡Ay!
Nosotros, sentémonos. Yo estoy que no puedo más.
CLYRON
Cuidado
con dormirse.
SOLEDAD
¿Por
qué?
CLYRON
En
este país es fácil quedarse sorbete, y además, puede bajar un cóndor y
llevárselo a uno por los aires.
SOLEDAD
¿Y
qué bicho es ese?
CLYRON
Un
pajarito que se lleva en las garras una persona como un tordo un par de aceitunas.
SOLEDAD
¡Caramba
con el pajarito! Ya no me siento. (Ruido subterráneo)
CLYRON
Esto
ser grave.
(Música en la orquesta)
ESCOLASTICO
¡Ay!
parece que se mueve el suelo.
CLYRON
Moverse
efectivamente. Esto anunciar un terremoto.
SOLEDAD
¡Un
terremoto!
TODOS
¡Huyamos!
(Echan a correr por detrás del picacho y desaparecen. Inmediatamente después se
transforma la decoración a la vista del público. Gran estrépito; las montañas
se truncan perdiendo su forma primitiva, y de la izquierda se desprende la gran
roca con la cual se precipitan Mochila y el Patagón)
MUTACION
CUADRO SEXTO
EL CONDOR
.
Las
llanuras argentinas.
La
música va apianando poco a poco hasta terminar.
ESCENA. XIII
Sir
Clyron, Ketty, Soledad y Escolástico, yacen sin sentido en el suelo. Se ve caer
a Mochila y al Patagón, que quedan como aquellos.
ESCOLASTICO
¡Ay!
(Levantándose)
CLYRON
¡Ay!
ESCOLASTICO
Soledad.
SOLEDAD
Escolástico,
¿estamos vivos?
ESCOLASTICO
(Abrazándola)
¡Yo creo que sí!
SOLEDAD
¡Sí,
sí estás vivo, estás vivo!
CLYRON
Esta
bacada ser demasiado violenta.
KETTY
¡Deliciosa!
SOLEDADA
Esta
mujer todo le parece delicioso. ¡Ay! Mochila. (Reparando en él)
ESCOLASTICO
(Se
acerca a Mochila, que se levanta y le da un golpe) ¡Si estará muerto! ¡Ay!
MOCHILA
¡Rayos
y centellas! Debo haberme roto cincuenta y siete costillas.
PATAGON
Contemplad
las llanuras argentinas. Hemos descendido desde la cumbre al valle sin sentirlo.
MOCHILA
¡No,
lo que es eso de no sentirlo! ¡Ay!
ESCOLASTICO
¡Valiente
terremoto!
SOLEDAD
Ni
el de doña Martinica, que vi yo representar en el café del Sur.
MOCHILA
¿Y
el Doctor?
ESCOLASTICO
Es
verdad. ¿Dónde está el Doctor?
SOLEDAD
¡El
Doctor se ha perdido!
TODOS
¡Doctor!
¡Doctor! (Gritando)
KETTY
Lo
habrá aplastado alguna peña.
SOLEDAD
¡Y
con qué tranquilidad lo dice!
ESCOLASTICO
¡Si
nosotros estamos aquí de milagro!
CLYRON
Es
necesario buscarlo, no podemos irnos sin él.
MOCHILA
¡Pues
es claro, hombre, qué hemos de irnos!
ESCOLASTICO
Sepamos
al menos si efectivamente ha perecido en el descenso. Veamos por estos
alrededores.
TODOS
¡Doctor!
¡Doctor!
SOLEDAD
(Mirando
al cielo hacia la derecha) ¿Qué es aquello?
PATAGON
¡El
cóndor! ¡el que yo persigo hace tres días! (Se le ve cruzar por el aire)
MOCHILA
¡Ya
se ocultó detrás de las rocas!
SOLEDAD
Vuelve
a salir. ¿Qué es lo que lleva entre las garras? ¡Ah!
MOCHILA
¡El
cuerpo del Doctor!
SOLEDAD
¡Muerto
sin duda! (Aparece el cóndor a la vista del público llevando entre las garras
la contrafigura del Doctor. Aletea saliendo)
PATAGON
No
Se llevará la presa. (Monta el fusil, apunta y dispara. Música en la orquesta
hasta el fin del cuadro. El cóndor da vueltas, y sin soltar la presa, cae
detrás de los árboles)
TODOS
¡Ah!
MOCHILA
¡Veamos
dónde ha caído!
TODOS
¡Vamos!
SOLEDAD
Yo
no tengo valor para verlo. (Cuando van a salir aparece el Doctor)
DOCTOR
¡Compañeros!
MOCHILA
¡El!
TODOS
¡Vivo!
DOCTOR
¡Vivo
y sano! Las alas de ese pajarraco me han servido de paracaídas.
TODOS
¡Doctor!
¡Doctor! (Se abrazan con grandes muestras de cariño)
MUTACION
CUADRO SEPTIMO
¡CUATRO TIROS!
Exterior
de un fuerte militar.
ESCENA XIV
Suena
una corneta tocando llamada. Después un tambor; luego aparecen por la izquierda
los soldados con el Comandante al frente; cuatro tambores y un corneta de
órdenes. El Comandante, Coro de Soldados. Estos visten solamente una camisa
rayada sujeta por un cinturón de cuero, del cual pende un sable. Vienen armados
con fusiles
(Música)
CORO
Marchemos
de frente
con
aire marcial,
al
son de la caja
llevando
el compás.
Y
así, cuando llegue,
verá
el General,
que
todos sabemos
lo
más principal.
Con
brío y soltura
los
brazos moved,
mirando
de frente
con
noble altivez.
Marchemos
con fuerza
fijando
los pies,
que
nuestros zapatos
no
se han de romper.
(Hablado)
Después
de hacer algunos ejercicios a la voz de mando del Comandante con la menor
precisión posible, descansan armas con toda desigualdad.
COMANDANTE
(Vamos,
no ha salido tan mal como otras veces) Soldados; ya sabéis que nuestra amada
república se halla en guerra con el Paraguay, y esta es la causa de que os
instruya en el manejo de las armas con toda precipitación desde hace tres años,
por si fuera preciso defender este fuerte contra los enemigos. Hoy aguardamos
la visita del General, que viene a ponerse al frente del cuerpo de ejército a
que pertenecemos, y espero que en su presencia os luciréis como lo habéis hecho
en la mía. El General es muy bruto (Con perdón sea dicho y sin ofenderle) y
sería capaz de arrimar una paliza al que se descuidara en el cumplimiento de su
deber. Conque mucho ojo, y en cuanto aparezca gritad todos el viva que os he
enseñado. ¡Viva el General Archiparraguirreberrigorrigurrea! ¡Y vaya un viva
dificultoso!
ESCENA XV
Dichos,
un Soldado, luego Sir Clyron, Ketty, Escolástico, el Doctor y Soledad.
SOLDADO
¡Mi
Comandante!
COMANDANTE
¿Qué
ocurre?
SOLDADO
Los
centinelas avanzados acaban de sorprender á unos extranjeros que deben ser espías
de los paraguayos, porque estaban sacando los planos de las fortificaciones.
COMANDANTE
Que
me los traigan inmediatamente.
SOLDADO
Aquí
los conducen con todas las precauciones necesarias. (Entre dos soldados entran
con los ojos vendados los personajes indicados antes, cogidos unos a otros por
los faldones ó las faldas. El último el Doctor)
COMANDANTE
¡Alto!
(Se detienen. El Doctor suelta el faldón de Mochila a que viene agarrado. Todos
van a quitarse la venda) Al que se quite la venda le pego un tirito.
ESCOLASTICO
¿Qué
irán a hacer con nosotros?
SOLEDAD
Alguna
barbaridad.
MOCHILA
¡Esto
es un abuso; detener a unos viajeros pacíficos!...
COMANDANTE
¡Silencio!
(Suena una corneta) ¡El General se acerca! Conducidlos al fuerte y después se resolverá.
SOLDADO
¡Andando!
MOCHILA
¡Rayos
y centellas! Yo protesto contra esta detención. (Se los llevan. El Doctor se
agarra a las faldas del Comandante, que es quien tiene más cerca, y cuando éste
echa a andar va tras él)
COMANDANTE
¿Qué
es esto? ¡Suelte usted!
DOCTOR
¡Ay!
Usted dispense, creí que era otro.
COMANDANTE
¡Llevaros
este hombre! (Le coge un soldado)
DOCTOR
Pues
señor, basta con los ojos vendados he de cometer torpezas. (Vanse)
ESCENA XVI
Dichos,
a poco el General, que viste casaca azul con bordados y trae los faldones de la
camisa por fuera; faja, banda y sombrero de tres picos con plumas.
COMANDANTE
¡Batan
marcha! ¡Presenten armas!
(Música)
Aparece
el General.
CORO
Viva
el General Arcbiparraguirreberrigorrigurrea!
¡Viva!
¡Viva! ¡Viva!
¡Viva!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Bien
venido sea.
Viva
el General Archiparraguirre, etc.
GENERAL
Basta,
basta ya de vivas,
que
me voy cargando yo,
y
veamos cómo marcha
esta
gente en la instrucción.
COMANDANTE
(¡Dios
nos coja confesados!)
GENERAL
Que
maniobren a mi voz.
COMANDANTE
Va
a mandaros su excelencia;
mucho
oído y atención.
(Marcha
durante la cual los soldados, a la voz del General que manda lo que juzgue
oportuno el director de escena, ejecutan varios movimientos, siempre mal, y
acabando a la voz de descansen por descansar armas con la menor precisión
posible. El General se vuelve irritado hacia el Comandante)
Esta
vez les ha salido
un
poquito desigual.
GENERAL
¿Y
es usted quien los instruye?
(El
Comandante se queda cabizbajo)
¡Es
usted un animal!
De
los gauchos de mi escolta
pueden
éstos aprender;
los
soldados que yo instruyo
al
momento vais a ver.
(Vase
hacia el sitio por donde salió y grita)
¡Firmes!
De frente, paso redoblado, marchen.
(Música.
Gran marcha. Salen los gauchos y maniobran con la mayor precisión y exactitud.
Al último acorde descansan armas con toda precisión)
¡Al
hombro, flanco derecho! ¡Marchen!
(Los
gauchos salen de escena)
(Hablado)
GENERAL
Debíais
estar muertos de vergüenza. Ahí tenéis unos soldados, unos verdaderos soldados,
y no vosotros, adoquines. En castigo de vuestra torpeza os condeno a
veinticinco palos por barba.
COMANDANTE
Dad
las gracias al General porque se contenta con veinticinco.
TODOS
Muchas
gracias.
GENERAL
¿Me
tenéis preparado alojamiento en el fuerte?
COMANDANTE
Sí
señor.
GENERAL
Está
bien: lo ocuparé desde mañana; hoy tengo que marchar inmediatamente. ¿No ocurre
por aquí ninguna novedad?
COMANDANTE
Ninguna.
Digo, sí, una ocurre.
GENERAL
¿En
qué quedamos?
COMANDANTE
Dispense
vuecencia; quedamos en que hay una novedad.
GENERAL
¿Cuál?
COMANDANTE
Tengo
presos a seis extranjeros que sospecho sean espías de los paraguayos. Estaban copiando
el exterior del fuerte.
GENERAL
¿Y
no se les ha juzgado todavía?
COMANDANTE
Acababan
de ser cogidos cuando llegó su excelencia.
GENERAL
Que
se presenten al momento. A juzgarles en el acto. Que se constituya el consejo
de guerra; yo le presidiré. Que traigan a esos extranjeros. (Sale un cabo) A
ver, uno que sepa escribir para que haga de secretario: tres pasos al frente.
(Todos permanecen quietos) ¿Ninguno de vosotros sabe escribir?
TODOS
No,
señor.
GENERAL
Valientes
sinvergüenzas: en ese caso servirá usté de secretario, señor Comandante.
COMANDANTE
Mi
General...
GENERAL
¿Qué?
COMANDANTE
Que
no sé escribir tampoco.
GENERAL
¡Está
bien!
COMANDANTE
Yo
lo siento, porque tendrá que molestarse vuecencia.
GENERAL
¿Yo?
Pues si yo supiera escribir no molestaría a nadie. De todos modos usté es el
secretario y lo apuntará todo.
COMANDANTE
Está
bien, lo apuntaré. (¿Cómo lo apuntaré?)
ESCENA XVII
Dichos.
Sir Clyron, Ketty, Soledad, Doctor, Escolástico y Mochila, aún con las vendas y
conducidos por cuatro soldados.
SOLEDAD
Seguimos
jugando a la gallina ciega.
COMANDANTE
¡Alto!
GENERAL
Podéis
descubriros. (Se quitan la venda)
MOCHILA
¡Rayos
y truenos! Ya me iba yo cargando.
SOLEDAD
¡Ay,
qué soldados tan indecentes!
DOCTOR
¡Tendrá
que ver este ejército en un día de viento!
MOCHILA
Conste
que protestamos enérgicamente contra esta detención injustificada y que somos unos
viajeros pacíficos.
GENERAL
¡Silencio!
DOCTOR
Yo
suplico a ustedes que me devuelvan los instrumentos de que me han despojado sin
razón ni motivo.
GENERAL
Silencio,
repito. Estáis delante del consejo de guerra que va a juzgaros como espías enviados
por la república del Paraguay.
SOLEDAD
¡Jesús!
ESCOLASTICO
¡Qué
barbaridad!
MOCHILA
Hombre,
no sé cómo me contengo.
GENERAL
Os
mando, por tercera vez, que calléis.
SOLEDAD
Ya
nos apeó el tratamiento. ¡Qué francote es este tío!
COMANDANTE
¿Quiere
interrogarlos vuecencia ó lo hago yo?
GENERAL
Yo
les interrogaré.
COMANDANTE
Está
bien, mi General.
ESCOLASTICO
¡Es
un genera!.
SOLEDAD
(¡Ay,
qué general tan particular!)
GENERAL
Vosotros
sois espías de los paraguayos.
MOCHILA
¡No
es cierto!
GENERAL
¡Silencio!
Sois espías de los paraguayos enviados para sacar los planos de nuestras
fortificaciones. Y la prueba de ello es que estabais dibujando la vista de este
fuerte.
CLYRON
Esta
señorita lo copiaba para su álbum sin ninguna intención.
GENERAL
Mentira.
SOLEDAD
¡Qué
bien educados están aquí los generales!
GENERAL
¿De
dónde venís?
MOCHILA
De
Chile.
GENERAL
Presentad
vuestros pasaportes.
MOCHILA
Usted
los tiene, Doctor.
DOCTOR
¿Yo?
¡Ah! Sí... Pues... (¡Dios mío!) Señores, siento decirlo, pero me es imposible
presentarlos.
MOCHILA
¿Cómo?
ESCOLASTICO
¿Por
qué?
DOCTOR
Porque
no los tengo.
MOCHILA
¿Cómo
es eso?
DOCTOR
Anoche,
al encender la hoguera en el camino de Tandil, creyendo que eran papeles
inútiles, los quemé.
MOCHILA
Hombre,
es usted una calamidad.
DOCTOR
Una
distracción cualquiera la tiene.
MOCHILA
Pero
no cada cinco minutos.
GENERAL
Basta;
no tienen papeles, anotadlo. Empecemos a interrogar por las mujeres y vaya apuntando,
señor secretario. ¿Su nombre? (El Comandante apunta sobre la mano izquierda con
el dedo índice de la derecha)
SOLEDAD
Soledad
González.
MOCHILA
González
y Grant.
SOLEDAD
No,
González y López.
MOCHILA
¿Pero
no se apellida usted Grant?
SOLEDAD
¡Ah!
Sí, sí. (Ya no me acordaba) González y Grant y luego López.
GENERAL
Oculta
su apellido. Anote esta circunstancia agravante.
SOLEDAD
(Me
parece que lo he echado a perder)
MOCHILA
Se
ha lucido usted.
DOCTOR
(¿Pero
dónde demonios lo escribe el secretario?)
GENERAL
Vayan
todos diciendo sus nombres, apellidos y nacionalidades.
KETTY
Ketty
Clyron, escocesa.
CLYRON
Sir
Eduardo Clyron, escocés.
ESCOLASTICO
Escolástico
Bonnete.
SOLEDAD
Y Grant.
EESCOLASTICO
Y
Grant. Natural de Ciempozuelos, provincia de Madrid.
GENERAL
Basta:
a ver ese otro. (Al Doctor, que está distraído)
MOCHILA
Doctor,
a usted le preguntan.
DOCTOR
¡Eh!
¿A mí?
GENERAL
Su
nombre.
DOCTOR
Me
llamo... me llamo.
GENERAL
Duda
al contestar. . Apúntelo.
MOCHILA
¿Pero
hombre, es posible?...
DOCTOR
¡Ah,
sí! Saturnino Mirabel, español.
GENERAL
Ya
está. ¡El otro!
DOCTOR
A
usted le preguntan, señor Morral.
MOCHILA
¡Mochila!
DOCTOR
Es
verdad, hombre; usted dispense.
MOCHILA
Marcial
Mochila, español y subteniente retirado.
GENERAL
Espere,
espere un poco. El señor le ha llamado a usted Morral.
MOCHILA
¿Y
a usted qué le importa? Yo me llamo Mochila.
GENERAL
Anote
que todos ocultan su apellido.
COMANDANTE
Ya
está.
MOCHILA
Este
interrogatorio es nulo.
GENERAL
Silencio,
retirémonos a deliberar. (Se retiran el General, el Comandante y el Sargento a
un extremo de la escena)
MOCHILA
(Al
Doctor) Por culpa de ustedes vamos a tener un disgusto, nos van a tener presos
aquí sabe Dios cuánto tiempo.
CLYRON
Mí
reclamar al cónsul inglés.
ESCOLASTICO
Y
si no nos tratan mal, descansaremos de las fatigas del viaje, que bien lo
necesitamos.
SOLEDAD
¡Ya
lo creo!
KETTY
Yo
copiaré esta vista pintoresca.
SOLEDAD
¿Pero,
señora, después de lo que nos pasa todavía quiere usted meterse en dibujos?
GENERAL
Es
necesario hacer un escarmiento.
COMANDANTE
Son
extranjeros y habrá reclamaciones.
GENERAL
No
nos importa nada. En cuanto que yo me marche, usted cumpla con su deber.
COMANDANTE
Como
guste vuecencia.
GENERAL
El
Consejo de guerra, en vista de que estáis convictos y confesos de ser espías de
los paraguayos, os condena a ser inmediatamente pasados por las armas.
ESCOLASTICO
¡Qué
horror!
SOLEDAD
¡Dios
mío!
MOCHILA
¡Qué
barbaridad!
COMANDANTE
(A
Soledad en voz baja) No tengáis cuidado ninguno.
SOLEDAD
(A
Escolástico) Que no tengamos cuidado.
ESCOLASTICO
(A
Mochila) Que estemos sin cuidado.
MOCHILA
(A
Clyron) Que no hay cuidado.
CLYRON
(Al
Doctor) Que no haber cuidado.
DOCTOR
(Al
General que está a su lado) Que no hay cuidado.
GENERAL
¿Eh?
DOCTOR
Nada,
hombre, nada.
GENERAL
Señor
Comandante, que se cumpla la sentencia. Yo presenciaré la ejecución desde aquella
altura. (Saliendo afuera)
COMANDANTE
Así
será, mi General.
SOLEDAD
¡Virgen
de la Paloma!
MOCHILA
¡Pero
hombre! Esto no puede tolerarse.
CLYRON
Esto
es una barbaridad.
COMANDANTE
Presenten
armas. (Baten marcha. Vase el General)
ESCENA XVIII
Dichos
menos el General.
COMANDANTE
No
tengan ustedes cuidado, señores, su excelencia es un salvaje.
TODOS
¡Amigo
mío! (Todos van a dirigirse a él mostrándole reconocimiento. El los separa)
COMANDANTE
Alto,
que puede vernos. Yo, en cumplimiento de mi deber, y por precaución además, pues
él quiere presenciarlo, me encuentro en la dura necesidad de fusilarlos a ustedes.
ESCOLASTICO
¡Cómo!
SOLEDAD
¿Eh?
CLYRON
¿Qué
dice este hombre?
COMANDANTE
Pero
los fusilaré con pólvora sola.
TODOS
¡Ah!
MOCHILA
Usted
falta a su deber, señor Comandante, y a la ordenanza y a la disciplina; un superior
se lo ha mandado, y usté debía fusilarnos de veras.
COMANDANTE
Si
tiene usted gusto en ello...
ESCOLASTICO
¡No!
SOLEDAD
¡Por
Dios!
CLYRON
No
le haga usted caso.
DOCTOR
Pero,
hombre, ¿usted se ha vuelto loco?
MOCHILA
¡No
puedo tolerar que se falte a la disciplina!
COMANDANTE
(A
los soldados) A ver, cargad los fusiles con pólvora sola.
ESCOLASTICO
Tenga
usted cuidado, no vayan distraídos a meter una bala y nos diviertan.
COMANDANTE
No
hay cuidado. En cuanto oigan ustedes el disparo, a tierra todos.
SOLEDAD
Yo
no tendré que tirarme; me caeré del susto.
COMANDANTE
El
General nos está mirando.
SOLEDAD
¡Qué
bruto!
COMANDANTE
Señores,
colocaos ahí en enfrente. (Se colocan de pie y en fila a un extremo del
escenario. Los soldados al otro)
SOLEDAD
Diga
usté, ¿no sería mejor que apuntaran al otro lado por si acaso? (Se vuelven
todos de espaldas menos Mochila, que se abre la casaca presentando el pecho en
actitud bizarra)
COMANDANTE
Silencio,
ó los fusilo de veras. Preparen, apunten, fuego.
SOLEDAD
¡Ay!
(Disparan. Caen a tierra todos excepto el Doctor)
COMANDANTE
¡A
tierra! ¡A tierra! ¡A tierra!
DOCTOR
Es
verdad, ya no me acordaba. (Se echa en el suelo)
COMANDANTE
Quieto
todo el mundo. (Mira hacia donde se supone que está el General) El General se
pone en marcha. Ya desaparece detrás del cerro. Podéis levantaros y marchar
inmediatamente.
(Se
levantan)
Todos
¡Gracias!
DOCTOR
Mil
gracias, amigo mío.
COMANDANTE
Andando,
andando pronto y tomen ustedes el camino contrario al que lleva su excelencia.
DOCTOR
Precisamente
es el nuestro.
COMANDANTE
Oigan
ustedes. Si los vuelvo a ver por estos alrededores los fusilo.
ESCOLASTICO
Descuide
usted, que no volveremos.
MOCHILA
Muchas
gracias; pero conste que debía usted habernos fusilado. (Vanse)
COMANDANTE
(Al
Doctor que se va en dirección contraria) ¿A dónde va usted?
DOCTOR
¡Ah!
Sí, tiene usted razón.
MOCHILA
(Desde
dentro) Doctor.
DOCTOR
¡Allá
voy! Me había distraído, usted dispense. (Vase)
COMANDANTE
¡Flanco
izquierdo, paso regular, marchen!
(Música)
Marchemos
de frente
con
aire marcial, etc.
MUTACION
CUADRO OCTAVO
VIDA DE PAJAROS
País
inundado. Un ombú gigantesco en primer término. Todos los viajeros subidos en
las ramas.
ESCENA XI
Sir
Clyron, Ketty, Soledad, Escolástico, el Doctor y Mochila.
MOCHILA
Me
parece que el agua ha dejado de subir.
SOLEDAD
Dichosa
inundación; esto es el diluvio.
ESCOLASTICO
Sin
arca.
CLYRON
Y
sin Noé.
MOCHILA
Gracias
que nos ha sorprendido cerca de estos árboles.
ESCOLASTICO
¿Y
qué río será éste que ha salido de madre?
CLYRON
Este
haberse salido de toda la familia.
MOCHILA
Doctor,
¿qué río es éste?
DOCTOR
Déjenme
ustedes, déjenme ustedes, por Dios. (Está leyendo un papel)
MOCHILA
Este
hombre está muy preocupado.
ESCOLASTICO
¿Y
qué vamos a hacer si esto dura mucho?
MOCHILA
Esperar
a que baje el agua.
SOLEDAD
¡Sí,
pues ya baja!
ESCOLASTICO
No
te apures, haremos vida de pájaros.
SOLEDAD
¡No
estás tú mal pájaro!
ESCOLASTICO
Viviremos
en un nido.
SOLEDAD
Sí,
y nos moriremos de hambre.
CLYRON
Y
de sed.
SOLEDAD
Hombre,
eso no, lo que es por falta de agua...
CLYRON
Mí
morir por falta de vino.
DOCTOR
¡Señores!
¡Ay! (Bajando de la rama superior)
MOCHILA
¿Qué
es eso?
CLYRON
¿Qué
pasa?
DOCTOR
Por
poco me caigo al agua. Señores, tengo que decir a ustedes una cosa horrible.
SOLEDAD
¡Dios
mío!
MOCHILA
¿Qué
es ello? ¡Pronto!
DOCTOR
Que
todo nuestro viaje ha sido inútil, que el documento no está bien traducido.
MOCHILA
¡Rayos
con el hombre!
DOCTOR
El
Capitán Grant no está en las Pampas, y no estando aquí ni en la costa, no está
en América.
ESCOLASTICO
¡Es
posible!
DOCTOR
Y
el documento dice bien claro dónde está.
MOCHILA
¡Cómo!
DOCTOR
¡Lo
dice terminantemente y no lo hemos visto hasta ahora! ¡Austra!... ¡Australia!
MOCHILA
Puede
que tenga razón.
DOCTOR
Es
evidente.
MOCHILA
Iremos
a buscarle donde se halle. (Saltando a otra rama)
SOLEDAD
Me
parece que como no venga a buscarnos a nosotros...
CLYRON
Iremos.
(Trueno lejano) ¡Un trueno!
MOCHILA
Eso
me ha parecido a mí.
DOCTOR
Pues
si arrecia la tempestad, somos perdidos. Este es el árbol más alto, y aquí
vendrán a parar todos los rayos.
SOLEDAD
Valiente
consuelo. (Música)
MOCHILA
¡Rayos
y centellas!
SOLEDAD
No
nombre usted la soga en casa del ahorcado. (Trueno) ¡Santa Bárbara bendita!
MOCHILA
Nadie
se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena.
TODOS
¡Ah!
(Estampido. Se acurrucan en el centro del árbol, cae el rayo y empieza a arder
una rama del ombú)
KETTY
¡Fuego
en el árbol!
DOCTOR
Vamos
a morir abrasados.
ESCOLASTICO
¡No!
¡Al agua! (Se dispone a deslizarse, cuando aparecen los caimanes)
TODOS
¡Al
agua!
ESCOLASTICO
¡Los
caimanes! ¡Los caimanes!
TODOS
¡Ah!
(Los caimanes rodean el árbol, queriendo trepar por el tronco. Todos los
personajes, aterrados, se colocan agrupados en el centro. En este momento el
ombú vacila y se inclina hacia el agua. Telón rápido)
FIN DEL ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
CUADRO NOVENO
UN MOLINO EN AUSTRALIA
ESCENA PRIMERA
Jaime,
Tom, Frank y Coro de Bandidos.
(Música)
CORO
Aquí
nos tienes reunidos,
ordena
y manda sin temor,
que
estamos todos decididos
a
obedecerte con valor.
Si
el plan es nuevo y arriesgado
ninguno
atrás se volverá;
sepamos,
pues, lo que has pensado;
comienza
ya, comienza ya.
JAIME
Estando
a mi lado
no
teman jamás,
que
a golpe seguro
me
lanzo no más.
Ya
que ingrata la fortuna
su
favor nos ha negado,
del
destino despiadado
el
desdén hay que vengar;
si
la suerte le abandona
á
los que haya protegido,
sin
temor debe el bandido
de
sus dones despojar.
Y
oculto en la sombra,
cual
tigre en acecho,
al
hierro enemigo
no
muestre su pecho,
su
vida en peligro
no
ponga jamás,
y
a golpe seguro
se
lance no más.
CORO
Y
oculto en la sombra,
cual
tigre en acecho, etc.
JAIME
Las
entrañas tiene de oro
esta
tierra que pisamos,
pero
el oro no buscamos
donde
oculta su filón,
que
es mejor y más seguro
el
robárselo al minero
convertido
ya en dinero
y
doblón sobre doblón.
Estad
sin cuidado,
mi
plan es seguro,
aquí
nuestra mina
será
de oro puro.
Escarben
la tierra
los
otros allá
buscando
el tesoro
que
nuestro será.
CORO
Dejad
el cuidado,
su
plan es seguro,
aquí
nuestra mina
será
de oro puro.
Escarben
la tierra, etc.
(Hablado)
BANDIDO
1º
Pero
a todo esto no sabemos aún cuál es tu plan.
JAIME
Ahora
lo sabréis. Desde que tuve el honor de que me nombrarais vuestro capitán,
bullen en esta cabeza varios planes. Me he decidido por el más sencillo.
TODOS
¿Cuál
es?
JAIME
Paciencia.
Lo llaman el más sencillo, por ser de todos el que menos producto puede darnos;
solamente unos dos millones.
BANDIDO
2º
¡Dos
millones!
BANDIDO
1°
¿Y
eso es poco?
JAIME
Yo
no comprendo hacerse bandido sino para hacerse poderoso.
BANDIDO
2°
Tienes
razón.
JAIME
En
la Australia, en el país del oro, dos millones no significan nada. Pero este
negocio se presenta fácil, y por esa razón lo antepongo a los demás. Todo os lo
tengo preparado. Salís de aquí inmediatamente, los caballos están dispuestos, y
mañana por la tarde llegáis a Camden-Brige. El tren que para en aquella
estación a media noche conduce dos millones en oro. El guardavía habrá quitado
para esa hora media docena de tornillos del puente de hierro, y al llegar el tren...
BANDIDO
1º
Comprendido.
¡Viva el Capitán!
TODOS
¡Viva!
JAIME
Estáis
apostados, salís a prestar auxilio a los viajeros que hayan quedado vivos...
BANDIDO
1°
Y
cargamos con el botín.
JAIME
Exactamente.
Así que lo hayáis cogido, montáis de nuevo a caballo. Este (Señala a Tom) sabe
el itinerario que debéis seguir y dónde habéis de aguardarme.
BANDIDO
1°
Qué,
¿tú no vienes?
JAIME
Yendo
éste con vosotros estoy tranquilo.
BANDIDO
2°
¿Eh?
JAIME
No
os ofendáis; ya sé que todos vosotros sois unos caballeros, pero sería fácil
que os marcharais con los dos millones. Basta de conversación, y andando. Buena
suerte.
TODOS
Adiós.
JAIME
Adiós
ESCENA II
Jaime
y Frank.
JAIME
¡Brava
gente! Con esta compañía no tardaré en retirarme honradamente de los negocios.
Ya
van que vuelan. La fortuna les acompañe.
FRANK
¿Y
cómo tú no vas a dirigirles en esa operación?
JAIME
Estoy
mejor en este molino. El golpe ha de dar qué decir: ya han hablado mucho los periódicos
australianos del bandido español y conviene que por ahora no tome parte activa
en las operaciones. Las pesquisas de la policía se dirigen hacia mí; es preciso
desorientarla.
UN
MOZO
¿Mi
Capitán?
JAIME
¿Qué
hay?
UN
MOZO
Siete
viajeros acaban de desembarcar de un bote junto a la roca negra, y se dirigen hacia
acá. Son pasajeros del yatch con bandera inglesa que estaba a la vista y que ha
fondeado a una milla de la costa.
JAIME
¿Vienen
hacia acá? Déjalos venir. Y cuidado con llamarme Capitán. Soy un colono pacífico
que vivo aquí con mi familia. Mucho cuidado con lo que se habla.
FRANK
Aquí
están ya.
ESCENA III
Dichos,
Sir Clyron, Mochila, Escolástico, el Doctor y el Capitán, Tom, Soledad y Ketty.
MOCHILA
¿Se
puede entrar?
JAIME
¡Adelante!
(Son españoles) Adelante, compatriotas.
DOCTOR
¡Cómo!
¡Es usted español!
JAIME
Catalán.
DOCTOR
¡Un
catalán en la Australia!
JAIME
Hay
muchos. El oro atrae a las gentes de todos los países. Muchacho, trae cerveza.
MOCHILA
Muchas
gracias.
JAIME
¿Y
ustedes vienen también en busca de fortuna?
CLYRON
Nosotros
tenerla ya hecha.
SOLEDAD
Sí,
nosotros la tenemos ya hecha. (Traen una mesa con jarros de cerveza y ponen dos
bancos en los cuales se sientan todos. El Doctor en un extremo)
JAIME
¿Y
vienen directamente desde España?
ESCOLASTICO
No;
venimos de la América del Sur. Allí nos han ocurrido aventuras horribles. Hemos
estado a punto de perecer cincuenta veces, y la última, en medio de una
inundación espantosa, nos salvamos de milagro por haber arrastrado la corriente
el árbol a que nos acogimos, yendo a salir al mar en el punto donde nos
esperaba el buque.
JAIME
Milagroso
parece en efecto.
MOCHILA
Nos
embarcamos en él, y después de tres meses de navegación, hemos arribado felizmente
a la Australia. ¿Usted cuánto tiempo hace que habita este molino?
JAIME
¡Dos
años!
DOCTOR
En
ese caso, tal vez puede darnos alguna noticia que nos interesa. Hará ese tiempo
que debió perderse en esta costa un bergantín español.
JAIME
¡Español!
MOCHILA
¡Sí,
el Veloz!
JAIME
¡El
Veloz! (Levantándose agitado)
MOCHILA
¿Tiene
usted acaso noticia de sus náufragos?
JAIME
Ustedes
buscan...
DOCTOR
Al
Capitán Grant.
JAIME
¿Y
sólo para eso han hecho tan largo viaje?
CLYRON
Solamente
por eso. Mí ser dueño de un yatch, y venir en él para buscarle.
JAIME
(¡Oh,
qué idea!)
MOCHILA
¿Pero
usted tiene noticia del naufragio, ó no?
JAIME
Yo
sé dónde está, si vive, el Capitán Grant.
TODOS
¡Cómo!
¿Eh? (Se levantan todos del banco menos el Doctor, que cae al suelo al
levantarse los otros)
DOCTOR
¡Es
posible!
SOLEDAD
(A
Escolástico) ¡Ya pareció nuestro tío!
MOCHILA
Hombre,
explíquese usted.
JAIME
¡Soy
el contramaestre del Veloz!
TODOS
¡El
contramaestre!
JAIME
Naufragamos
en esta costa; el Capitán fue hecho prisionero por los indígenas, y yo tuve la
fortuna de salvarme. Me he dedicado a la agricultura, y tengo este molino.
DOCTOR
¡Qué
felicísima casualidad!
EESCOLASTICO
Providencial
parece.
SOLEDAD
Pero,
señora, ¿no se asombra usted? (A Ketty)
KETTY
Yo
no me asombro de nada.
JAIME
¿Y
cómo ha llegado a noticia de ustedes el naufragio del Veloz?
DOCTOR
Por
un documento del Capitán anejado al mar, en el cual pide socorro.
JAIME
Pues
si vive, repito, seguramente se halla en el centro de la Australia. Los
indígenas, con la esperanza de un buen rescate, no matan a sus prisioneros.
MOCHILA
(Sospecho
que este hombre nos está engañando)
DOCTOR
Es
decir; ¿que para encontrarle sería preciso internarnos mucho?
JAIME
Acaso
atravesar todo el país. Yo, por carecer de medios, no he intentado buscar al
Capitán; pero con dinero se logra todo.
CLYRON
¡Oh!
Por dinero no abandonar nada. En esta caja llevo brillantes por valor de
algunos millones.
JAIME
(Bueno
es saberlo)
DOCTOR
En
ese caso, lo mejor es cruzar la Australia como atravesamos la América del Sur,
lo cual no nos será tan penoso. Este país está lleno de poblaciones inglesas y
cruzado por ferrocarriles importantísimos.
JAIME
Es
verdad.
DOCTOR
El
viaje puede hacerse cómodamente, y estas señoras no sufrirán tanto como en el otro,
si quieren acompañarnos.
SOLEDAD
¡Pues
ya lo creo!
KETTY
Siempre.
MOCHILA
¿Y
El Escocia?
DOCTOR
Nos
esperará en el Océano Pacífico, como antes nos esperó en el Atlántico.
CLYRON
Entonces
podemos emprender desde aquí la marcha por tierra.
JAIME
Es
lo mejor.
CLYRON
Para
eso necesitar bastante dinero, y ya que el buque ha de ir a Melbourne a reparar
sus averías, vaya cualquiera de nosotros con él, venda un brillante, y por el
ferrocarril puede ir a punto determinado a unirse con nosotros.
JAIME
A
Santhurs, por ejemplo, es donde deben ustedes dirigirse, y saliendo de
Melbourne en el tren de la tarde, puede encontrar a ustedes en aquella estación
mañana a las doce de la noche.
DOCTOR
No
está mal pensado. De esa manera averiguamos si en el trayecto que media de aquí
á ese punto se tiene alguna noticia de los náufragos.
JAIME
Fácil
será.
CLYRON
¿Y
quién va a Melbourne?
MOCHILA
¡Yo!
JAIME
(Uno
menos)
DOCTOR
Nosotros
emprendemos la marcha esta misma tarde.
MOCHILA
Pero
dejando a bordo esa caja.
CLYRON
¿Por
qué?
MOCHILA
En
este país abundan los ladrones.
JAIME
Ahora
no.
MOCHILA
Sin
embargo, no conviene llevar con nosotros un peligro como ese.
CLYRON
Tiene
razón. Capitán, tomadla. El señor Mochila cogerá de ella lo que calcule
necesario.
MOCHILA
Así
lo haré.
DOCTOR
Ahora
sólo nos falta para el viaje un guía inteligente que conozca bien el país.
JAIME
Tratándose
del Capitán Grant, sería yo un ingrato si no ayudase a los que vienen a buscarle.
Yo seré vuestro guía.
CLYRON
Ese
rasgo le honra. (Dándole la mano)
MOCHILA
(Cada
vez me gusta menos este hombre)
DOCTOR
Vamos
a dejar a estos señores a bordo, y volvamos luego para ponernos en camino.
JAIME
Tengo
buenos caballos para todos. Mientras vuelven, los dispondré.
CLYRON
Hasta
después.
JAIME
Hasta
luego. (Vanse. Así que han salido, Jaime lleva a Frank hasta la salida, y
señalando hacia fuera dice:) ¿Ves aquel barco?
FRANK
Sí.
JAIME
¡Será
mío!
(Música)
MUTACION
CUADRO DECIMO
EL TREN DE LAS DOCE
Paisaje
montañoso. Al fondo el puente del ferrocarril. A la derecha la estación. Es de
noche
ESCENA IV
Sale
un mozo, toca la campana y llama a los viajeros. Viajeros que salen de la
estación al toque de campana. Entre ellos Sir Clyron, Ketty, Soledad, Escolástico,
el Doctor y Jaime. Música en la orquesta todo el cuadro.
MOZO
Viajeros
de la línea de Santhurs... (Se oye un silbido de la locomotora)
VIAJERO
Ya
llega el tren
JAIME
Estoy
tranquilo. (Aparece el tren en el puente: al llegar a la mitad se hunde. Grito general
de espanto. Por la ventanilla del único vagón que no se hunde, asoma Mochila
agitando un pañuelo)
MOCHILA
¡Compañeros!...
DOCTOR
¡Mochila!
TODOS
Sí.
SOLEDAD
¡El
es! ¡Se ha salvado!
JAIME
(¡Bah!
¡Importa poco!)
MUTACION
CUADRO UNDECIMO
LA SORPRESA
Interior
de una posada. Noche: un farolillo ilumina la escena.
ESCENA V
Coro
dentro, Jaime y el Posadero.
(Música dentro)
CORO
En
tanto que con gozo
repártese
el botín,
bebamos
y brindemos,
la
vida es un festín.
Al
choque de las copas
se
alegra el corazón,
bebamos
sin descanso
brandy,
ginebra y ron.
(Mientras
cantan el coro anterior, Jaime habla con el Posadero en voz baja. Este entra
después por la derecha y sale acompañando a Tom)
TOM
¡Jaime!
JAIME
Llego
en este momento. ¿Qué hay?
TOM
Se
hizo el negocio redondo, sólo esperábamos la llegada para repartir el dinero.
Voy a avisarles.
JAIME
Déjalos.
Se nos presenta la ocasión de hacernos ricos y hay que aprovecharla. Vengo guiando
a unos viajeros que llegarán dentro de pocos momentos. Me he adelantado con pretexto
de prepararles hospedaje en esta posada. Sacad todos los caballos
inmediatamente y tenedlos preparados para marchar, en sitio donde no puedan
verse desde aquí.
TOM
Está
bien.
JAIME
¿Sabes
cuanta gente hay en la posada?
TOM
El
dueño, que es ese, y dos mozos.
JAIME
¿Nada
más?
TOM
Creo
que no.
JAIME
¡Posadero!
POSADERO
¿Qué
me mandan?
JAIME
Están
al llegar los viajeros para quienes te he pedido habitaciones.
POSADERO
Ya
las tienen dispuestas.
JAIME
Te
pedirán caballos, cuesten lo que cuesten.
POSADERO
Y
yo se los venderé. Tengo cuatro.
JAIME
No
se los venderás.
POSADERO
¿Cómo?
JAIME
Aunque
te los paguen a peso de oro. Quedan comprados por mí desde ahora.
POSADERO
Lo
mismo me da.
JAIME
Cuando
te pregunten si podrán encontrar otros por estas inmediaciones, les dirás que no.
POSADERO
Bueno.
JAIME
(A
Tom) Llevaos los caballos a la orilla del arroyo que hay a la izquierda de esta
casa. Sacadlos por la puerta del corral. Y di a esos que no armen ruido y que
estén dispuestos por sí los necesito.
TOM
¿Quieres
más?
JAIME
Nada
más. (Vase)
POSADERO
(¿Qué
gente será esta?)
JAIME
Tú
harás cuanto yo te mande. Tengo ahí treinta hombres míos; si por ti sospechan algo
los viajeros que van a llegar, te levanto la tapa de los sesos y prendo fuego a
la posada.
POSADERO
Yo...
JAIME
Lo
dicho.
POSADERO
(¡Valiente
huésped se me ha metido en casa!)
JAIME
¿Eh?
POSADERO
Nada,
que estoy conforme.
JAIME
¿Cuántos
criados tienes?
POSADERO
Dos.
JAIME
Hazles
saber lo que te he dicho. (Suenan dos aldabonazos) Jaime mira por la ventana
del foro) Abre la puerta, que son mis viajeros. Pronto. (Vase el posadero)
ESCENA VI
Jaime,
luego Sir Clyron, Ketty, Soledad, Escolástico y el Doctor.
JAIME
Adelante,
señores, ya tienen preparados los cuartos y pueden descansar, que bien lo
necesitan.
DOCTOR
¡Ya
lo creo!
CLYRON
¡Mí
no poder más!
SOLEDAD
Estoy
hecha pedazos.
ESCOLASTICO
Y
yo me muero por ellos, a pesar del cansancio.
KETTY
Yo
estoy perfectamente.
SOLEDAD
Cuándo
no es pascua. (Esta mujer es de corcho)
DOCTOR
¿Y
aquí, hay caballos?
JAIME
Desgraciadamente
ninguno, ¿verdad, posadero?
POSADERO
Ninguno.
CLYRON
¿Pero
no se encontrarán a cualquier precio por aquí cerca?
POSADERO
No
señor. (Dominado por la mirada de Jaime)
DOCTOR
¿Y
qué vámos a hacer?
SOLEDAD
Hoy
por de pronto descansar; me parece lo más oportuno.
DOCTOR
Tiene
razón, que duerman tranquilas esta noche y mañana en cuanto amanezca,
decidiremos lo qué ha de hacerse.
JAIME
Es
verdad, condúcelas a su habitación. (Al Posadero)
POSADERO
Vengan
conmigo.
SOLEDAD
Buenas
noches y descansar. Adiós, primo.
KETTY
Buenas
noches. (Vanse Ketty, Soledad y Posadero)
ESCENA VII
Jaime,
Sir Clyron, Escolástico y el Doctor.
JAIME
Nosotros
refrescaremos. Mozo, ¡un jarro de brandy!
CLYRON
Un
jarro no; dos.
DOCTOR
Cuanto
más lo pienso más extraña me parece la muerte de nuestros caballos. (Beben sentados)
CLYRON
Efectivamente,
no parece cosa natural.
ESCOLASTICO
Uno
tras otro haber muerto los seis, y todos de repente.
JAIME
Es
muy común en este país.
DOCTOR
Las
aventuras que nos están pasando son dignas de una novela.
ESCOLASTICO
Y
a todo esto sin parecer mi tío.
CLYRON
Eso
es lo peor.
ESCOLASTICO
(A
fuerza de repetirlo he llegado a creer que es mi tío de veras)
DOCTOR
Y
usted que conoce bien el país, ¿qué cree que debemos hacer?
JAIME
No
encuentro más que un medio para salir de este apuro.
DOCTOR
Sepamos
cuál es.
JAIME
Ante
todo es preciso que comprendan bien lo angustioso de la situación.
ESCOLASTICO
De
eso ya estamos convencidos.
JAIME
No
podemos retroceder en busca del ferrocarril más próximo, que está a doscientas millas,
porque el puente de tablas que hemos atravesado, con la crecida del río no existirá
ya probablemente. El vado es impracticable. Para llegar al punto de la costa donde
el buque nos espera hay que cruzar la provincia de Victoria, un desierto donde se
carece de todo. Atravesarlo sin caballo es imposible.
DOCTOR
Tiene
razón.
JAIME
Detenernos
aquí, si el río no vuelve a su cauce, lo cual es difícil después de la lluvia
de estos días nos pone en incomunicación completa, que durará Dios sabe cuánto.
DOCTOR
Bien,
pero todo eso no es sino decirnos lo que ya sabemos desgraciadamente. Se trata de
encontrar el remedio.
JAIME
No
hay más que uno sencillísimo.
ESCOLASTICO
¿Cuál?
JAIME
Ir
una persona hasta el punto donde espera el Escocia, coger a bordo lo necesario
para proporcionarnos caballos en la costa y venir con ellos y unes cuantos
hombres de la tripulación, que allí, anclado el buque, son inútiles y que a
nosotros nos servirán de mucho.
DOCTOR
¡Es
verdad!
CLYRON
Tiene
razón.
ESCOLASTICO
¿Pero
quién va a llegar a la costa sin disponer de un caballo?
JAIME
Es
cierto. (¡Torpe de mí!)
ESCOLASTICO
¿No
debe llegar aquí el señor de Mochila a reunirse con nosotros?
CLYRON
Esta
misma noche.
DOCTOR
Sabe
Dios si podrá. Detenido para las averiguaciones del hecho que ocasionó la
catástrofe del ferrocarril, puede no llegar en dos ó tres días.
CLYRON
De
todas maneras aquí tener que esperarle.
ESCOLASTICO
Y
él traerá caballo.
DOCTOR
Si
no se le ha muerto también.
JAIME
Se
me ocurre otra idea. Encontrar seis caballos es imposible. Uno puede ser fácil.
Hablaré con el posadero, le ofreceré una gruesa suma y tal vez nos lo
proporcione.
CLYRON
Darle
todo lo que pida.
JAIME
De
esa manera no esperaremos a ese caballero y puedo marchar esta misma noche con
la orden para que el capitán del Escocia entregue lo necesario.
DOCTOR
¿Pero
es usted quien va?
JAIME
No
tengo empeño en ser yo. Pero una persona que no conozca el país es difícil que vaya
y vuelva en poco tiempo; mejor dicho: es fácil que no vuelva.
CLYRON
El
señor decir perfectamente.
JAIME
Escriba
la orden mientras veo si me proporciono un bagaje cualquiera. Haré que traigan recado
de escribir. (Vase)
ESCENA VIII
Dichos
menos Jaime. Luego Posadero y Dos Mozos.
DOCTOR
Sin
saber por qué este hombre me tiene muy escamado.
ESCOLASTICO
Y
a mí.
CLYRON
No
haber razonamiento ninguno para desconfiar. El ser un hombre complaciente que se
presta a todo.
DOCTOR
Sí,
demasiado.
POSADERO
(Que
trae papel, pasando rápidamente) Mucho ojo. (Pone el papel sobre la mesa)
MOZO
1°
(Con
tintero. Lo mismo. ) Mucho oído.
MOZO
2°
(Con
carpeta. Lo mismo) Mucho olfato.
CLYRON,
DOCTOR y ESCOLASTICO
¿Eh?
LOS
TRES
(Posadero,
Mozo 1° y 2° desde la puerta con misterio) ¡Chis!
DOCTOR
¿Qué
quiere decir todo esto?
ESCOLASTICO
¿Oyen
ustedes?
CLYRON
¿Qué?
ESCOLASTICO
El
trote de un caballo que se acerca.
DOCTOR
Es
cierto.
CLYRON
Acaso
será Mochila. (Aldabonazo)
ESCOLASTICO
Tal
vez. No se ve bien.
MOCHILA
(Dentro)
¡Abrid, voto a cien mil infiernos!
DOCTOR
¡El
es! (Vanse Clyron y Escolástico que entran luego con Mochila)
ESCOLASTICO
Por
aquí, por aquí.
ESCENA IX
Dichos,
Mochila que entra cubierto con un capotón. Trae a la espalda un saco, dentro
del cual hay un objeto que abulta bastante.
DOCTOR
¡Bien
venido, señor Canana!
MOCHILA
¡Señor
demonio! Bonito humor traigo yo para que me pongan motes.
DOCTOR
Usted
dispense, amigo mío.
MOCHILA
¡Valiente
viaje! He tenido que vadear un río; ¡por poco me ahogo! ¡Achís! (Estornuda)
DOCTOR
Ya
me Constipé. (Se suena. Sale Jaime y se detiene escuchando)
ESCOLASTICO
¿Y
se ha averiguado si la catástrofe del tren fue casual?
MOCHILA
¡Qué
había de ser casual! Una partida de bandoleros que ha robado el último vagón, debió
de ser la que quitó los travesaños del puente. Ya han enviado numerosos
destacamentos de gendarmería en su persecución.
JAIME
Estaremos
prevenidos. (Deja las armas donde estaban antes)
MOCHILA
Aquí
traigo un periódico de Melbourne que, según me han dicho, da detalles del caso.
(Sacando un periódico)
DOCTOR
¡Un
periódico australiano! Lo leeré y lo conservaré. La Gaceta de Australia y Nueva
Zelanda.
ESCOLASTICO
¿Qué
lleva usted ahí metido? (Por el saco que deja Mochila)
DOCTOR
En
efecto, ¿qué es eso?
MOCHILA
Esto
es... (Reparando en Jaime que se acerca) Esto es una cosa que he comprado en el
camino y que puede sernos muy útil.
DOCTOR
¡A
ver!
MOCHILA
No
puede verse. (Bruscamente)
DOCTOR
Basta,
hombre, basta. Veamos lo que dice La Gaceta de Australia. (Se sienta junto a la
mesa y lee. Cuando lo indica el diálogo, en lugar del vaso de Brandy toma el
tintero y bebe)
JAIME
(A
Clyron) No creo que debe perderse el tiempo. Ya que tenemos el caballo de este
señor, puedo partir inmediatamente si usté me da esa orden escrita.
MOCHILA
¿Qué
orden es esa?
ESCOLASTICO
Usted
no sabe lo que nos ha pasado. En el viaje se nos han muerto todos los caballos;
no podemos movernos de aquí; y Jaime, aprovechándose del de usted, va a ir
hasta la costa para que del Escocia nos envíen auxilio.
MOCHILA
¡Muertos
los caballos!
ESCOLASTICO
Todos,
de repente, como heridos por un rayo. ¿Verdad que es extraño eso?
MOCHILA
¡Y
tan extraño! (Va a salir cierto lo que yo sospechaba) A ver, ¿tengo yo
habitación preparada?
JAIME
Sí,
señor, en el piso de arriba. ¡Posadero! (Sale el Posadero) Conduce a este
caballero a su cuarto.
MOCHILA
Bajaré
luego.
ESCOLASTICO
Voy
con usted, le diré lo que sospecho. (Vanse Mochila, Escolástico y el Posadero)
DOCTOR
¿Qué
es esto? ¡Si estoy bebiendo tinta!
ESCENA X
Jaime,
Sir Clyron y el Doctor.
JAIME
Vamos,
decida usté pronto si me da la orden. El tiempo apremia y el caballo está dispuesto.
CLYRON
No
haber otro remedio. Voy a escribirla.
DOCTOR
Esto
es horrible. (Sigue leyendo)
CLYRON
(Escribiendo)
«Capitán John: el dador de esta, nuestro guía, a quien usted ya conoce, le explicará
nuestra angustiosa situación. Facilítele cuanto sea necesario, así de hombres como
de dinero.» Creo que esto será bastante.
JAIME
Sí;
no estará de más que añada algunas palabras, diciéndole que soy persona de toda
su confianza.
CLYRON
Se
lo diré así.
DOCTOR
(Leyendo
y levantándose poco a poco) «Se tiene la seguridad de que la partida de
malhechores que hizo derrumbarse el tren de Melbourne está compuesta de
desertores de presidio y capitaneada desde hace poco por el contramaestre de un
bergantín español, que, habiéndose insubordinado dos años hace, fue abandonado
por su capitán en la costa Norte de Australia.» (Es él, no hay duda, nos ha
engañado) (Vase hacia el sitio donde están las armas y coge una carabina)
CLYRON
(Cerrando
la carta) ¡Ya está, en marcha pronto! (Jaime se apodera rápidamente de la orden)
DOCTOR
¡Suelta
ese papel ó te mato! (Le apunta)
CLYRON
¡Eh!
(Levantándose)
JAIME
He
tenido la precaución de descargarla.
DOCTOR
¡Ah!
(Silbido. Entran en escena cuatro bandidos)
JAIME
Somos
dueños del buque. (En este momento se oye fuera un toque de tambor y corneta
que se acerca) ¡La gendarmería! ¡Huyamos! ¡A caballo todos! (Salen escapados.
Algunos saltan por la ventana. Aparecen por la izquierda Mochila tocando la corneta
y Soledad el tambor)
MOCHILA
Mi
compra ha hecho su efecto Les hemos hecho huir.
DOCTOR
Sí;
pero se han llevado la orden.
MOCHILA
¡La
orden! ¡Nos hemos perdido! ¡Basta de redoble!
MUTACION
CUADRO DUODECIMO
¡AL AGUA!
Una
cabaña de pescadores de coral.
ESCENA XI
Pescador
y su Mujer, contando dinero sentados en el suelo. Después Mochila y el Doctor.
MUJER
¡Doscientos
francos!
PESCADOR
Con
un par de negocios así hacemos nuestra suerte, mujer.
MUJER
Y
dejamos de pescar corales.
PECADOR
Ya
lo creo.
MOCHILA
Buenas
noches.
PESCADOR
Buenas
las tengan. ¿Qué se ofrece?
MOCHILA
¿Habéis
visto en estos últimos días bordear por esa costa un yatch con bandera inglesa?
PESCADOR
Sí,
señor, junto al arrecife le vimos hasta ayer por la mañana. ¿No se llamaba el
Escocia?
DOCTOR
Sí;
¿sabéis qué rumbo tomó?
PESCADOR
El
peor de todos.
MOCHILA
¿Cómo?
PESCADOR
¡Se
fue a pique!
DOCTOR
¡Dios
mío!
MOCHILA
¿Cómo
ha sido eso?
PESCADOR
En
la madrugada de ayer llegaron aquí veintitantos hombres. Hicieron señales desde
la playa y el buque envió un bote en el cual se fueron a bordo. No quedó en
tierra más que uno. Al poco tiempo sonaron algunos tiros, después una explosión
horrible, y el barco se hundió por completo en el mar.
MOCHILA
¡Han
volado el yatch! ¡Rayos y truenos!
DOCTOR
Siga,
buen hombre, siga.
PESCADOR
El
que quedó en tierra se puso desesperado. Le hicimos algunas preguntas y no nos
contestó. Hasta hace poco ha estado aquí con nosotros sin hablar palabra. Hará
cosa de una hora me dio un bolsillo con dinero, me pidió una escafandra y se la
puso.
DOCTOR
¡Ah!
PESCADOR
Le
pregunté si quería que le acompañase, comprendiendo que quería bajar al fondo del
mar. Ese es mi oficio, soy pescador de coral y creí que podría serle útil; pero
él se negó bruscamente y salió de aquí sin que hayamos vuelto a verle.
MOCHILA
¿Qué
señas tiene ese hombre?
PESCADOR
Moreno;
una gran cicatriz en la frente...
DOCTOR
¡El
es! ¡Ha bajado en busca de la caja!
MOCHILA
Yo
también bajaré.
DOCTOR
¡Cómo!
MOCHILA
Necesito
una escafandra, ahora mismo, vamos, toma todo el dinero que me queda. Ponte
otra y acompáñame.
PESCADOR
No
hay inconveniente.
DOCTOR
Pero,
hombre reflexione usted... ¡Mil truenos! Basta de observaciones. Este hombre es
práctico, con él voy seguro. Y si no vuelvo requiescant in pace, se lo avisa
usted a nuestros compañero3 y se acabó la función. ¡Hombre Valeroso!
(Abrazándole) No hay más remedio; en. esa caja está toda la fortuna de Sir
Clyron. Si puedo evitar que se la lleve el bandido, lo evitaré. (Desde la
salida derecha) Ya están las escafandras. Andando. Se me ocurre una idea. Yo
esperaré en la playa, y si el bandido sale del mar antes que ustedes le vean,
pum, le pego un tiro. No, que con los trajes de buzo no se ve la cara y puede
usted confundirme con él. Es verdad. Renuncio a ese rasgo de valor. (Vanse)
MUTACION
CUADRO DECIMOTERCERO
UN DRAMA EN EL FONDO DEL MAR
(Música descriptiva)
El
mar agitado. Lejos se ven dos barcas. En una Mochila y el Pescador con trajes
de buzo, atando a un costado una escala. Otra barca sola. El mar empieza a
subir, serenándose a medida que se ve mayor profundidad. Espacio inmenso de
agua clara. En el centro pende la escala, por la cual baja poco a poco Jaime,
que lleva a la espalda un hacha de combate. Algas marinas. A la vista del
espectador van pasando las distintas capas de agua, con alguna vegetación marina,
peces, corales, etc. El hombre continúa bajando. — El fondo del mar. Un lecho
de arena sobre la cual descansan los restos del «yatch» «El Escocia». Mástiles
rotos, la máquina, pedazos de la cubierta, etc. El cadáver del Capitán John
sobre un resto de la toldilla. Tiene entre los brazos crispados la caja de Sir
Clyron, dos Marineros muertos y uno de los bandidos. Un pulpo enorme reposa
inmóvil en segundo término. Jaime llega por fin a la arena, se orienta y se
dirige hacia donde se halla el Capitán John, apoderándose de la caja. Apenas la
ha cogido, aparecen por la izquierda el Pescador y Mochila con las escafandras,
y hacha en mano se acercan a Jaime cuando éste se dispone a trepar por la
escala. Le atacan a hachazos, él se defiende retrocediendo. De pronto el pulpo avanza
uno de sus tentáculos y ciñe con él el cuerpo de Jaime. Retuércese éste
violentamente, y suelta la caja que cae sobre la arena. La coge Mochila, y con
el Pescador empieza a subir por la escala. El pulpo arrastra a Jaime haciéndole
desaparecer a la vista del público.
FIN DEL ACTO TERCERO
ACTO CUARTO
CUADRO DECIMOCUARTO
PRISIONEROS
Una
cabaña maorí.
ESCENA PRIMERA
Sir
Clyron, Soledad, Escolástico y Mochila dormidos en el suelo. Varios maoríes
armados de lanzas pasan sigilosamente mirándolos.
(Música)
CORO
Los
prisioneros duermen,
¡duerman
en paz!
Es
el ultimo sueño
que
gozarán.
(Vanse,
quedando dos que guardan la entrada)
(Hablado)
ESCOLASTICO
(Entre
sueños) ¡Que me ahogo! ¡Socorro! (Agarrándose con fuerza a Mochila, que se
despierta)
MOCHILA
¡Mil
rayos! ¿Qué es esto? ¡Suelte usted, hombre!
ESCOLASTICO
¡Ay!
estaba soñando. ¡Qué pesadilla!
MOCHILA
¡Por
mala que fuera es peor la realidad!
ESCOLASTICO
Tiene
usté razón.
MOCHILA
(Mirando
a los otros) ¡Qué tranquilos duermen! Y acaso dentro de algunos horas...
ESCOLASTICO
¿Pero
usté cree que estamos en peligro próximo?
MOCHILA
¡Y
tan próximo! Ya recordará usté lo que dijo el Doctor; si nos cogen los maoríes
no hay remedio, nos comen. Son los antropófagos más terribles del globo. Ahora
están en guerra con los ingleses, y en cuanto cogen algún europeo, para ellos
siempre es inglés... ¡Ham! y se lo zampan.
ESCOLASTICO
¡Qué
barbaridad!
MOCHILA
¡Y
para acabar en la barriga de un salvaje hemos sufrido tanto! ¡Truenos y
centellas! ¡Más nos valiera haber perecido en el naufragio! ¡De valiente cosa
han servido nuestros sacrificios! Bajo al fondo del mar, salvo la fortuna de
ese buen hombre, fletamos un barco para seguir buscando al Capitán Grant, y el
Capitán no parece y el barco se lo llevan los demonios y venimos a dar a la Nueva
Zelanda, al país más inhospitalario del mundo.
ESCOLASTICO
Nosotros,
después de todo, nada hemos perdido, pero el pobre Sir, que se ha arruinado por
filántropo...
MOCHILA
Para
lo que le espera, lo mismo le da ser rico que pobre.
ESCOLASTICO
¡Eso
es cierto! ¿Y que habrá sido del Doctor?
MOCHILA
Peor
que nosotros no ha de estar. Una víctima menos.
ESCOLASTICO
Si
no le han cogido después.
MOCHILA
Lo
cual es probable.
CLYRON
Traer
el chocolate. (Dormido)
MOCHILA
Sí,
no es mal chocolate el que te van a dar. (Empieza a oírse, cada vez más
cercana, la banda que toca dentro una marcha fúnebre característica)
ESCOLASTICO
¿Oye
usté? ¡Qué será eso!
MOCHILA
Que
nos matarán con música para dar más importancia al asunto.
CLYRON
(Despertando)
¡Música! (Se levanta)
SOLEDAD
¡Dios
mío! ¡Soñaba que estaba bailando en la Infantil!
ESCOLASTICO
¡Ay,
Soledad! ¡Me parece que ya echaste el último baile!
SOLEDAD
Eso
es una marcha fúnebre.
CLYRON
Ahora
todo parecemos fúnebre a nosotros.
KETTY
¡Qué
melodía tan extraña!
SOLEDAD
Para
pensar en melodías estamos ahora.
MOCHILA
(A
uno de los maoríes) ¡Eh! ¡Salvaje! ¿Qué pasa por ahí fuera?
MAORI
Maori
¡Malaku, malakif
MOCHILA
¡Quedamos
enterados! (Cesa la marcha)
SOLEDAD
Diga
usted, señor Mochila, ¿será verdad que esta gente se come los prisioneros?
MOCHILA
No
tardaremos en salir de la duda. Yo me temo mucho que mañana un maorí almorzará chuletas
de subteniente retirado, que deben ser más duras que un demonio.
SOLEDAD
O
unos desperdicios de bailarina retirada.
ESCOLASTICO
¡No,
eso no, que tú no tienes desperdicio!
ESCENA II
Dichos,
Coro de Maoríes que rodean a los prisioneros.
(Música)
CORO
Karateté
Ratarabaka
were-Atuá
tukarabú
duruganey
paparanaka
taupocatí
mauganamú.
Salabaka,
Salabaka
kuribigin,
kuribiki,
mataraba,
mataraba,
degolliquí,
degolliquí. (Vanse)
ESCENA III
Dichos
menos los Maoríes.
(Hablado)
MOCHILA
¿Y
qué querrá decir todo esto?
INTERPRETE
Yo
soy el intérprete que entiende las lenguas europeas, y os diré lo que han
cantado. Nuestro jefe ha muerto en la batalla, su cuerpo ha sido llevado a la
montaña sagrada, donde ningún vivo puede pisar desde ahora; y vosotros seréis
por su muerte sacrificados
hoy
mismo.
SOLEDAD
¡Pobre
de mí!
MOCHILA
Más
valía que no nos lo hubiese usted traducido.
INTERPRETE
Cumplo
con mi deber.
SOLEDAD
Nos
comen, nos comen.
KETTY
A
mí me es indiferente.
SOLEDAD
¡Ya
lo creo! ¡Como a usted no la han de comer!
KETTY
¿Por
qué?
SOLEDAD
Por
sosa.
INTERPRETE
¿Deseáis
algo? ¿Tenéis alguna cosa que pedir?
ESCOLASTICO
La
verdad es que yo estoy muerto de debilidad. Tantas horas sin probar bocado...
INTERPRETE
Os
traerán comida de la que hay preparada para el nuevo jefe. ¡Tenemos un alemán
en salsa!
ESCOLASTICO
No,
que no la traigan, nos moriremos de hambre.
SOLEDAD
Mejor
es.
INTERPRETE
¿No
queréis nada?
TODOS
Nada,
nada.
INTERPRETE
(A
Soledad) ¡Qué pié tan bonito!
SOLEDAD
¡Pues
no se atreve a echarme flores este salvaje!
INTERPRETE
¡Me
lo comeré. (Vase)
ESCENA IV
Dichos
menos el Intérprete.
SOLEDAD
¡Esto
es horrible!
CLYRON
¡Espantoso!
ESCOLASTICO
¡Feroz!
(Se sienta en el suelo)
MOCHILA
¡De
esta no escapamos! ¡Mil rayos en la muerte!
ESCOLASTICO
(Que
ha levantado un poco la trampa que hay en el suelo) ¡Dios mío! (Vuelve a
dejarla caer; mira si observan los centinelas. Mochila, Soledad, Ketty y Sir Clyron
están de espaldas; Escolástico se levanta, une á todos y con gran misterio les
dice:) ¿Qué dirían ustedes, si yo les dijera que tengo una trampa?
MOCHILA
Que
no la pagase usted.
ESCOLASTICO
¡No
es eso! Es que he descubierto en el suelo una trampa.
TODOS
¿Eh?
ESCOLASTICO
¡Allí!
¡Véala usted! (Mochila va al sitio, loa otros observan si alguien los mira)
MOCHILA
¡Es
cierto! (Yendo a ellos, y en voz baja) Señores, el fondo es muy oscuro, pero a
sitio más peligroso que éste no hemos de ir: las ocasiones y las trampas son
para aprovecharlas. Bajemos por ahí, y sea lo que Dios quiera.
SOLEDAD
El
centinela está hablando con otro. Vamos.
(Música
hasta el final del cuadro. Abren la trampa, y con gran precaución van deslizándose
todos. Soledad se santigua antes de bajar. Apenas ha desaparecida el último, el
centinela entra en la cabaña; corre hacia la trampa; mira, da un grito salvaje
y acuden los maoríes, que gritando bajan en persecución de los fugitivos)
MUTACION
CUADRO DECIMOQUINTO
LA MONTAÑA SAGRADA
La
montaña de Maunganamú. En el centro una peña enorme cubre el cráter del volcán.
Continúa la música hasta el fin del cuadro.
ESCENA V
Sir
Clyron, Mochila, Ketty, Soledad y Escolástico.
MOCHILA
¡Animo!
arriba, que nos persiguen.
ESCOLASTICO
Se
han detenido.
CLYRON
¡Oh!
Esta ser la montaña sagrada donde enterrar a su jefe. Este ser el sepulcro,
aquí no poder pisar ellos.
SOLEDAD
De
manera que estamos en sagrado.
MOCHILA
Y
seguros.
ESCOLASTICO
Sí,
seguros de morirnos de hambre, porque ellos no se mueven de ahí, se relevarán y
nos cazarán al cabo.
CLYRON
Si
nosotros desprender ese peñón que parece estarse cayendo, matar alguno de los
que hay abajo y acaso huir los otros.
MOCHILA
De
perdidos no pasamos. Probemos. (Se dirigen a la peña, hacen esfuerzos para
arrancarla de su base apalancando con estacas que arrancan de la cerca del
sepulcro)
CLYRON
Apretar
fuerte.
MOCHILA
¡Ya
Cede! ¡Otro poco más! (El peñón se desprende y rueda. El cráter queda
descubierto y empieza a salir humo. Los personajes retroceden aterrados. De pronto
se desarrolla la erupción y brotan llamas y piedras incandescentes. La lava
inunda la escena) ¡Un volcán! (Huyen despavoridos)
MUTACION
CUADRO DECIMOXESTO
EL JEFE MAORI
Una
gruta en la orilla del mar.
ESCENA VI
El
Doctor, vestido de jefe maorí con gran lujo de plumas, entra en la gruta, se
echa y se duerme. Preludio en la orquesta. Aparecen luego en una piragua Sir
Clyron, Mochila, Ketty, Soledad y Escolástico. Cesa la música.
MOCHILA
Basta,
descansemos en esta gruta.
ESCOLASTICO
Es
lo mejor. (Saltan a tierra) Yo estoy muerto de hambre.
CLYRON
¡Y
yo!
SOLEDAD
¡Y
yo!
KETTY
¡Y
yo!
ESCOLASTICO
Si
pudiéramos pescar algo para comer...
MOCHILA
¡Valiente
país de pesca es este!
CLYRON
En
esas peñas haber seguramente mariscos.
ESCOLASTICO
¡Mariscos!
¡Ostras acaso! Vamos a cogerlas.
KETTY
Yo
no como ostras sin limón.
SOLEDAD
Pues
vaya usted a comprar uno a la plazuela. ¡Al demonio se le ocurre!
ESCOLASTICO
(Reparando
en el jefe maorí) ¡Caracoles!
MOCHILA
Qué,
¿hay caracoles?
ESCOLASTICO
¡No,
mire usted!
MOCHILA
Un
maorí. Está dormido.
ESCOLASTICO
Acaso
no esté solo. Van a pescarnos otra vez.
MOCHILA
A
la piragua. (Tropieza y cae sobre el Doctor)
DOCTOR
¡Ay!
MOCHILA
¡Cogedle
y al agua con él!
DOCTOR
¡No!
(Levantándose)
TODOS
¡El
Doctor!
MOCHILA
¡Vestido
de salvaje!
DOCTOR
¡Vestido
no, desnudo!
MOCHILA
¿Pero
cómo está usted así?
DOCTOR
A
esto le debo la vida. ¿Qué ha sido de ustedes?
MOCHILA
Nos
hemos escapado de la prisión.
DOCTOR
Pues
yo, cuando les vi en poder de los zelandeses, les juzgué muertos, y aunque sin
esperanza, huí. Presencié oculto la batalla perdida por los maoríes y la muerte
de su jefe superior. Llegó la noche, el campo estaba cubierto de cadáveres. Me
acerqué a uno, le despojé de su traje (Si esto es traje), y me lo puse. En un
bolsillo, ¡usan bolsillos! — empiezan a civilizarse — encontré varios frascos con
pintura y una plumita; me pinté el cuerpo, y dije: vaya, cátate maorí. De esta manera
me será fácil llegar sin peligro a cualquier parte en que haya europeos. Me puse
en marcha. De repente me encuentro con un verdadero ejército de salvajes. Me aterré
Pero cuál sería mi sorpresa, cuando les veo arrodillarle a mis plantas y
empezar a hablarme en un idioma que me era conocido.
MOCHILA
¿Cómo?
DOCTOR
¡Sí,
señores, ¡en chino!
MOCHILA
¡En
chino!
DOCTOR
Es
decir, en el idioma que yo aprendí creyendo que era el chino. Me equivoqué sin duda
de gramática y he aprendido el zelandés. Una distracción me ha salvado la vida.
MOCHILA
¡Gracias
a Dios que le han servido para algo!
DOCTOR
Los
salvajes, prosternados, me dicen: Ware-Atán, ha muerto Kara-teté y tú eres su
sucesor, jefe de la tribu. Ellos ignoraban seguramente que Ware-Atuá había
muerto también, y viéndome de su misma estatura, con su propio traje, sus
insignias y hablando el zelandés de corrido, me tomaron por el sucesor de
Kara-teté.
MOCHILA
¡Si
tendrá suerte este hombre!
DOCTOR
Cogiéronme
en triunfo, lleváronme al campamento, y desde allí trajéronme a esta gruta, donde
debo estar solo, meditando, según exige el ritual, hasta mañana, que vendrán para
conducirme al templo y consagrarme como jefe de la tribu, haciéndome en el acto
dueño y señor de vidas y haciendas.
MOCHILA
¡De
veras!
DOCTOR
Pero
yo renuncio a tanto honor y me voy con ustedes.
ESCOLASTICO
¿Adonde?
MOCHILA
Eso
digo yo, ¿a dónde?
DOCTOR
A
cualquier parte, lejos de aquí. Por mar ó por tierra, importa poco. El caso es
evitar que me conviertan en salvaje definitivo.
MOCHILA
¡Nosotros
hemos venido en esa piragua!
DOCTOR
Vámonos
en ella; cerca de aquí hay un islote deshabitado, nos refugiaremos en él. ¡Ah! se
me olvidaba decirles a ustedes que puedo ejercer el Taboú.
MOCHILA
¿Y
qué es eso?
DOCTOR
Hacer
sagradas las personas y las cosas sólo con esa palabra. Lo que yo toque
diciendo Taboú, será sagrado para los zelandeses. De manera que vuestras vidas
no corren ya peligro aunque nos vuelvan a hacer prisioneros. Taboú. (Tacando a
todos)
MOCHILA
Como
no haya usted equivocado la palabra y sirva esa para que nos degüellen...
DOCTOR
¡Hombre!...
Me hace usté dudar... se parecen mucho efectivamente. Una es Taboú y otra Taboí...
¡Señores, ya no estoy seguro!
SOLEDAD
No
diga usted ninguna, si llega el caso...
MOCHILA
Para
que no llegue, lo mejor es escapar.
ESCOLASTICO
Señoras,
no cuenten ustedes conmigo para que reme, no puedo más. Voy a morirme de
hambre.
MOCHILA
Todos
estamos lo mismo y no nos quejamos.
DOCTOR
¡Yo
tengo provisiones! Me han traído para que coma durante la meditación, y aun quedan
restos de un solomillo riquísimo.
ESCOLASTICO
¡Solomillo!
MOCHILA
¡Lo
que tenían para el nuevo jefe! (Deteniendo al Doctor, que trae una cesta)
¡Desgraciado! Se ha comido usté un alemán en salsa.
DOCTOR
¡Ah!
(Tira la cesta. Los otros se alejan. Entran todos en la piragua. Vanse)
MUTACION
CUADRO DECIMOSEPTIMO
EL CAPITAN GRANT
Exterior
de una cabaña. A un lado, sobre una estaca, un cartel con este letrero:
«Capitán Grant.»
ESCENA VII
Sale
de la Cabaña El Capitán Grant.
GRANT
¡Cangreja!
¡Dominguito! ¿Por dónde andarán esos tunantes? Sin duda buscando frutas para el
desayuno. ¡Y la verdad es que tengo hambre! ¡Quién me dijera hace dos años, cuando
yo mandaba el bergantín Veloz, que había de serme grata la soledad de una isla deshabitada
y no tener otra compañía que la de unos seres, muy inteligentes por cierto, pero
que no hablan! ¡Yo creo que a esto debo mi delicia! ¡Oh! ¡Un barco en estas aguas!
¡Es el primero que veo hace dos años! ¡Y es español! ¡Le haré señas! No, ¿para
qué? ¡Volver tan pobre como vine!... Jamás! ¡Si tuviera yo familia en
España!... ¡Compañeros! ¡Llevad a mi patria el último adiós del Capitán Grant!
Vaya, vaya, a almorzar. ¡Cangreja! ¡Dominguito! (Aparecen dos monos) A servirme
el almuerzo. (Entra en la cabaña, y los monos tras él)
ESCENA VIII
Sir
Clyron, Ketty, Soledad, Escolástico, Mochila y el Doctor.
MOCHILA
Esta
isla está habitada.
DOCTOR
Indudablemente.
¿Si será de maoríes?
ESCOLASTICO
¡Señores!
(Reparando en el cartel)
CLYRON
¿Qué?
ESCOLASTICO
¡Lean
ustedes!
TODOS
El
Capitán Grant. (Leyendo el cartel)
DOCTOR
¿Estamos
soñando?
MOCHILA
El
Capitán Grant, dice, no hay duda.
DOCTOR
¡Ya
ha parecido!
CLYRON
¡Donde
menos lo esperábamos saltar el conejo!
MOCHILA
¡Y
el tesoro estará también aquí! ¡Un abrazo! (Abrazando a Sir Clyron)
DOCTOR
¡Qué
felicidad tan inesperada! (Abrazando a Soledad) ¡Ah! usted dispense.
MOCHILA
¡Ya
pareció vuestro tío! ¡Alegraos!
SOLEDAD
Sí.
(Preocupada)
ESCOLASTICO
Sí,
ya nos alegramos. (Idem)
MOCHILA
Acaso
viva en esta choza. Entremos. ¡Capitán! ¡Capitán!
ESCENA IX
Dichos,
el Capitán Grant.
GRANT
¿Quién
llama?
CLYRON
¡Amigo
mío! (Abrazándole)
GRANT
¡Sir
Clyron! ¡Ketty! ¿Cómo es esto?
CLYRON
La
documenta que usté arrojar al mar encontrarla este caballero y venir todos a
buscarle.
GRANT
Gracias,
señores.
CLYRON
Esperarle
otra sorpresa. Aquí tener a sus sobrinos.
SOLEDAD
(¡La
gorda!)
GRANT
¿Los
sobrinos de quién?
CLYRON
¡Los
de usté!
GRANT
Si
yo no tengo sobrinos.
MOCHILA
¡Eh!
(Volviéndose a Soledad y Escolástico)
DOCTOR
¿Cómo?
CLYRON
¿Qué?
GRANT
A
no ser que hayan nacido después de estar yo aquí.
CLYRON
¿Ostedes
haber nacido después?
SOLEDAD
No
señor, nacimos antes.
ESCOLASTICO
Un
poco antes.
SOLEDAD
(Se
lleva a un lado al Capitán Grant) Caballero, por venir a buscar a usted hemos
dicho que éramos sus sobrinos; no nos desmienta usted, por Dios. Somos novios,
necesitamos la protección de Sir Clyron, y si supiera que le habíamos engañado,
tal vez se incomodaría.
GRANT
Por
mí no hay inconveniente.
SOLEDAD
¡Tío!
Ven, Escolástico.
ESCOLASTICO
¡Tío!
(Se abrazan)
GRANT
¡Sobrinos
de mi corazón! (Siguen abrazándose)
MOCHILA
Pero,
¿por qué negaría este hombre su parentesco?
CLYRON
En
cuestiones de familia mí no mezclarme nunca.
MOCHILA
(A
Sir Clyron) (¿Por qué no le pregunta usté por el tesoro?)
CLYRON
(Ser
poco delicado hablar ahora de intereses)
MOCHILA
(Bueno,
esperaremos un rato)
CLYRON
Nosotros
vivir en esta isla hasta encontrar ocasión de regresar a Europa. ¿Osté ya
desear mucho volver a España?
GRANT
¿Yo?
No pienso en semejante cosa.
MOCHILA
¿Cómo?
DOCTOR
¿Eh?
CLYRON
¿Qué
dice?
GRANT
Estoy
aquí perfectamente.
MOCHILA
Entonces,
¿por qué diablos echó usté al mar aquel papel pidiendo que vinieran a buscarle?
GRANT
Porque
al principio creí morirme aquí solo; pero luego me he acostumbrado de tal
manera, que la gente me es odiosa.
TODOS
Muchas
gracias.
GRANT
No
lo digo por ustedes, a quienes estoy muy agradecido. Pero reflexionen un
momento. Yo soy el dueño absoluto de esta isla; nadie me manda, nadie me
molesta, soy dichoso, ¿y en España, qué me espera?
MOCHILA
No
insistamos, señores, si es su gusto quedarse, que se quede. (Así tocaremos a
más del tesoro) Casi tiene usted razón, aquello está muy malo.
GRANT
Siempre
lo mismo, ¿eh?
MOCHILA
Lo
mismo ó peor.
GRANT
Decididamente
me quedo.
SOLEDAD
Lo
siento mucho, tío.
GRANT
Gracias,
Sobrina mía. (Haciéndola una caricia)
ESCOLASTICO
¡Tío!
GRANT
Tan
decidido estaba a no marchar de aquí, que poco antes de llegar ustedes vi un
barco español por aquella parte de la costa, y ni siquiera procuré hacerme
presente.
MOCHILA
¿Un
barco español?
GRANT
Una
goleta.
DOCTOR
¿Ha
desaparecido?
GRANT
Debe
haber anclado detrás de aquel promontorio.
MOCHILA
¡Hagámosle
señales! ¡Es nuestra salvación!
TODOS
¡Si!
GRANT
Pero
oigan ustedes; si no tenían donde embarcarse, ¿cómo me animaban a volver a
España?
DOCTOR
Tiene
razón.
MOCHILA
Porque
con dinero se consigue todo, y como contábamos con el tesoro de usted... (Me
parece que más oportunamente no he podido nombrárselo) (A Sir Clyron)
GRANT
¡El
tesoro! ¡me lo han robado!
TODOS
¿Eh?
GRANT
Pues
si tuviera el tesoro, ya lo creo que volvería a España. Con dinero se está bien
en todas partes.
MOCHILA
¡Esto
ha sido una farsa para que viniéramos a buscarle!
GRANT
Juro
a ustedes que hasta hace dos días fui dueño de un tesoro inmenso que me ha sido
robado no sé por quién, pues ninguna persona que yo haya visto ha pisado esta
isla.
DOCTOR
¡Los
maoríes! ¡Ellos han sido!
MOCHILA
¡Es
posible!
DOCTOR
Es
seguro. Por eso, al decirme que en la consagración me entregarían todas las
riquezas de la tribu, hablaron de una adquisición que habían hecho
recientemente.
MOCHILA
¿Y
qué hacemos?
DOCTOR
Volver
a la gruta de las meditaciones, dejar que me consagren, coger el tesoro y huir
en ese barco español, si conseguimos que vengan en nuestro auxilio.
GRANT
Entonces
me voy con ustedes.
TODOS
¡A
llamarle! ¡A llamarle! (Vanse todos agitando los pañuelos. Los dos monos que han
estado observando, los siguen haciendo lo mismo)
MUTACION
CUADRO DECIMO OCTAVO
EL TESORO
Un
gran templo maorí.
ESCENA ULTIMA
Mochila,
el Doctor y el Capitán. A poco de levantarse el telón van saliendo Sacerdotes y
Guerreros, que se colocan ocupando todo el templo. El' Doctor, vestido de jefe
maorí con rico traje de ceremonia. Consagración del jefe maorí. Baile. Golpe de
campana chinesca. Movimiento general. Entran varios marineros y cogen el
tesoro. Sir Clyron, Mochila, Escolástico y el Capitán Grant.
MOCHILA
¡A
la cárcel todo el mundo!
DOCTOR
Taboí.
(Todos los maoríes agitan sus armas contra Mochila) Taboú. (Todos se inclinan
de rodillas) ¡Me había equivocado! ¡Si no rectifico a tiempo les degüellan!
Capitán, ¿es este tesoro el de usté?
GRANT
El
mismo.
DOCTOR
Entonces
es nuestro; andando con él. (Cogen el cofre los marineros y «e lo llevan)
MOCHILA
Lo
ocultaré por si acaso. (Suena un cañonazo)
DOCTOR
¡La
señal! El buque nos espera, volvamos a España.
MOCHILA,
ESCOLASTICO y GRANT
¡A.
España!
(Música)
A
España ricos ya por fin
volvemos
hoy cruzando al mar;
(Al
público)
si
es que al partir aplaudes tú
no
habrá temor de naufragar.
FIN DE LA NOVELA
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https://archive.org/details/latempestadmelod00ramo
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