Doña Mariquita (Libreto)



DOÑA MARIQUITA



Zarzuela en un acto y verso.

Libreto de Carlos Frontaura.

Música de Cristóbal Oudrid.

Representada por primera vez en Madrid, en el teatro de la Zarzuela, en Noviembre de 1860.


REPARTO (Estreno)

Doña Mariquita - Sra. Bardán.

Esperanza - Sr. Rivas.

Rosa - Srta. Fernández.

Don Juan Pérez - Sr. Caltañazor.

Don Diego - Sr. Cubero.

La acción se supone en Madrid, de 1840 a 1850.


ACTO UNICO

Sala decentemente amueblada. Puertas laterales, puerta al fondo. Mesa con papeles. Chimenea. Una butaca. Un retrato al óleo de un hombre extremadamente delgado. —Este retrato debo. ser bastante grande, y estar colocado de modo que el público lo vea perfectamente.


ESCENA PRIMERA

D. Diego, Rosa, entrando por el fondo.

ROSA
Pero diga usted quién es...

DIEGO
Ya lo ves, un caballero...
Deja que me siente, chica,
que mas que molido vengo.
Desde la estación aquí
hay media legua lo menos.

ROSA
¡Ah, ya! Viene usted ahora
del feroz carril de hierro...

DIEGO
Al pasar vi en los balcones
papeles...

ROSA
¡Ah, ya comprendo!...
¿Quiere usted habitación?...

DIEGO
Dos habitaciones quiero;
para un tío que ha venido
de fuera, que tiene empeño
en que yo viva con él...
Yo complacerle deseo
porque él pagará por mí,
y vivir en estos tiempos
de balde... ya ves que es ganga...
y no es cosa...

ROSA
Ya lo creo.

DIEGO
El es rico... Con que avisa
a la patrona, que tengo
prisa...

ROSA
Sí; pero es el caso
que no está en esto momento
la señora ...

DIEGO
Pues entonces...

ROSA
Ha ido al Monte.

DIEGO
¿Cómo es eso?
¿Tiene afición a la caza?
Pues chica, con este fresco...

ROSA
Es al Monte de Piedad.

DIEGO
¡Ah, ya!

ROSA
Hoy es día de empeño...
Mis señoras ya lo tienen
todo empeñado...

DIEGO
Pues vengo
a una casa...

ROSA
Hace seis meses
que huéspedes no tenemos...
¡Velay!... y además algunos,
de los que hubo antes, se fueron
dejando a deber al ama...
y ya ve usted, sin dinero
no se hacen milagro:... ¡Pues!
Aquí tuvimos un médico
que se marchó y dejó el cofre
en pago de mes y medio,
y luego fuimos a abrirlo
y estaba lleno de huesos...
Y todos a este tenor...
Así es que hace algún tiempo
que no tienen las señoras
un cuarto para un remedio...
y el día mejor del año
las dejarán con lo puesto...
Los muebles son alquilados...
se los llevará su dueño...
Y tienen ya mas ingleses...
las pobres... El carbonero,
la modista, la tahona...
Si parece un jubileo
esta casa todo el día...
Si no fuera que yo tengo
paciencia... y ley a mis amas...
Hoy ha venido el casero,
y se ha puesto hecho una furia...
¡Si le deben año y medio!...

DIEGO
Pues chica, por esas señas...

ROSA
Aquí al fin habrá algún trueno...

DIEGO
Si, con semejante atmósfera...

ROSA
No sé cómo no tenemos
huéspedes, porque a la postre,
lo que es el sitio...

DIEGO
Si, es bueno.

ROSA
Y la casa es un palacio.

DIEGO
Si será, pero voy viendo
que es el palacio de las
Necesidades...

ROSA
Y creo
que lo que es en el servicio...
Solo faltan los cubiertos,
las sábanas, los manteles,
que ya han ido al Monte...

DIEGO
Vuelvo.
Pues de estar aquí de huésped
a estar en el Saladero...
Si aquí viniera mi tío,
el primer día de empeño
lo llevaba tu ama al Monte...
Dime, ¿quién es este escuerzo?...

(Señalando al retrato)

ROSA
El marido de mi ama...

DIEGO
Murió el pobre...

ROSA
No por cierto;
pero yo no sé qué hubo
entre ella y él...

DIEGO
Ya comprendo.
Entre ella y él hubo otro.

ROSA
Yo no sé, pero sospecho...

DIEGO
Por fuerza... No hay entre dos
nada, si no hay otro en medio...

ROSA
¿Sabe usted por qué se van
los huéspedes?...

DIEGO
No, salero;
pero si tú me lo cuentas...

ROSA
Guárdeme usted el secreto...

La hija de mi señora
es muy guapa... tiene un cuerpo
como hecho a torno...

DIEGO
¿De veras?

ROSA
Y tiene mucho talento...
Hace versos...

DIEGO
¡Hombre!...

ROSA
Y canta.
Y ¡vaya! tiene un empeño
en que la ajusten...

DIEGO
¿Las cuentas?...

ROSA
Y quiere ser... no me acuerdo
cómo dice... ¡Ah! si... ser prima.

DIEGO
Peligroso parentesco...

ROSA
Prima y doña...

DIEGO
Prima donna
querrás decir...

ROSA
Justo... eso.
Pues, como digo, los huéspedes,
en cuanto la ven...

DIEGO
Ya entiendo;
se insinúan...

ROSA
Pues. Y ella
a todos les da unos feos...
Y si alguno se le atreve...
La niña es corta de genio,
pero de aquí ya han salido
descalabrados tres de ellos.

(Levántase D. Diego)

DIEGO
¡Vaya! buscaré otra casa...

ROSA
¡Qué!... ¿Se va usted?

DIEGO
No, no quiero
que haya por mí desazones...

ROSA
Pero, oiga usted...

DIEGO
(Cogiendo uno de los papeles que hay sobre una mesa)
¡Hola! ¡versos!

ROSA
Serán de mi señorita...
Lea usted... y nos reiremos.

DIEGO
Estas son octavas reales...

ROSA
¿Por qué son reales?...

DIEGO
Yo creo
qué será que cada octava
valga ocho cuartos y medio.
¿Y la muchacha no tiene
algún novio?...

ROSA
Sí, hay un viejo
a quien debe la señora
yo no sé cuánto dinero...
pero ella ¡quiá! no le quiere...
A quien quiere es a un mancebo...
¿Cómo dice que se llama?...
Es un nombre... si lo tengo
en la punta de la lengua...
Un nombre... Si, ya recuerdo...
Apolo... ¿Usted le conoce?

DIEGO
Sí, en el Prado está muy serio.

ROSA
¿Y por qué no vendrá a verla?...

DIEGO
Porque es muy corto de genio,
y porque el traje que gasta
no es presentable... ¡Bah! vuelvo
después... Me espera mi tío...

ROSA
¡Que vuelva usted!...

DIEGO
Si por cierto.
Conocer quiero a tus amas...
Queda con Dios... (Váse)

ROSA
Hasta luego.


ESCENA II

Rosa sola.

ROSA
Dios quiera que vuelva, y que
se queden los dos en casa...
Así podrán las señoras
darse una vuelta... ¡Caramba!
y yo cobrar ocho meses
que me deben de soldada...
y marcharme a Torrejón
y casarme... Allí me aguarda
mi novio, un novio que tengo...
con mas aquel... y más gracia,
Su padre tiene dos mulas,
y solo con la cebada
que coge cada año, hay
para dar y tomar... ¡Vaya!

(Música) (1)

Es mi novio un muchacho
como un castillo,
que solo de un cachete
tumba un novillo.
Y siendo así,
mas manso que un borrego
es para mí.
Cuando con el ganado
baja a la feria,
las muchachas de calle
tras él se lleva.
Pero él allí,
solo en sus animales
piensa y en mí.

(Campanillazo)

(1) Esta canción se ha suprimido en la representación.

(Hablado)

¡Ay! Han llamado... ¡Allá voy!...
Estas deben ser mis amas.
¡Ay! a ver si traen dinero...
Si; llevaron las cucharas,
un vestido, un camafeo
y las mantas de la cama...

(Sale por el fondo. Breve pausa. Preludio del dúo)


ESCENA III

Doña Mariquita, Esperanza.

(Música)

(Entran por el fondo, con mantillas, etc., y se sientan cada una en un extremo)

MARIQUITA
¡Qué sofocada que vengo!

ESPERANZA
¡Ay, mamá, no puedo más!
Allí todo el santo día...

MARIQUITA
Es que hay furor de empeñar...
Está a la cuarta pregunta
la mitad del mundo...

ESPERANZA
¡Ay!
¿Y cuánto te han dado?...

MARIQUITA
¿Cuánto?
Veinte duros nada mas,
que muy pronto los ingleses
a llevárselos vendrán.

ESPERANZA
¡Ay, mamita mía!...
Yo me agosto en flor...

MARIQUITA
Y yo me agosto en rama,
que es mucho peor.

ESPERANZA
Yo necesito,
mamita mía,
que me conozca
la sociedad.
Yo quiero ir maja
como Sofía,
la coronela
del principal.
Yo quiero, mamita mía,
ver el mundo, y que me vea...
que una joven que no es fea,
siempre en casa no ha de estar.
Yo quiero ser prima donna...
que yo no canto tan mal...
Yo quiero que me oiga Salas,
yo quiero cantar, mamá.
Yo soy joven,
no soy fea,
sé hacer versos
y cantar;
y ya es tiempo
de que pueda
otros aires
respirar...
¡Ay! ¡yo necesito un traje!
y aunque tú digas que no,
son muchas, muchas las cosas
que ya necesito yo.
Yo necesito,
mamita mía,
lo que te digo
y mucho mas.
Mas solo pido,
porque no digas,
lo de primera
necesidad.

MARIQUITA
Yo necesito,
tú necesitas,
y todo es, hija,
necesitar.
Pero de todo
solo nos queda
la dolorosa
necesidad.

(Repiten juntas)

(Hablado)

ESPERANZA
Pues, mamá, vivir así...

MARIQUITA
Dímelo a mí... (Mirando al retrato)
Y estará
ese bribón tan tranquilo,
tan ufano, sin pensar
que su mujer y su hija
política están...

ESPERANZA
¡Ya! ¡ya!...
mi padrastro debe ser...

MARIQUITA
Lo que es, es un animal...
¡Ay! Dios me perdone, pero...
Veinte años ya sin mandar
a su mujer un ochavo...

ESPERANZA
¡Qué falta de caridad!...

MARIQUITA
¡Ay! Como soy Mariquita,
que en cuanto le llegue a echar
la vista encima, me tiro
a él, si antes al canal
no me tiro en un momento
desesperado...

ESPERANZA
Quizá
usted no le amaba... y él...

MARIQUITA
¿Amarle?... ¡Ay! a mi pesar
le quise... (Estaba tan guapo...
Era de la Guardia Real...
Con una gorra de pelo...)
Mejor era tu papá...
¡Ay! Dios le tenga en la gloria...
Si pudiera levantar
la cabeza... y verme así...
casada con un Adán.
Si viera a su Mariquita
en el Monte de Piedad
por la mañana... y de noche
viendo si le. puede dar
tres golpes a una peseta
en otro monte...

ESPERANZA
Mamá,
es preciso que no vuelvas,
que no vuelvas a jugar...

MARIQUITA
¿Tú, qué sabes, tonta?...

ESPERANZA
Yo
no jugarla jamás...

MARIQUITA
Aquel caballo de anoche
me perdió... Luego el azar...

ESPERANZA
A mí me repugna el juego...

MARIQUITA
Luego iba a poner al as
y vino en puerta... y no pude...
En cambio doña Pilar
la intendenta, con dos vacas
que le dio aquel oficial...
Dio siete golpes a un duro...

ESPERANZA
Yo no te acompaño mas...
Si supieras cuánto siento,
y qué vergüenza me da
verte jugando...

MARIQUITA
Pues hija
otro remedio no hay...
Y ya todo el mundo juega...

ESPERANZA
Pues todo el mundo hace mal.
Más vale morirse de hambre,
mamá, que comer el pan
que se compra con dinero
ganado a una carta...

MARIQUITA
¡Bah!...

ESPERANZA
Si me dejaras hacer
lo que deseo... cantar
en el teatro... verías...

MARIQUITA
¿Tú cómica?... ¡No, jamás!...

(Al retrato)

¡Ay! ese tiene la culpa...
¿No le ves, qué serio está?...
Pues lo mismo que el retrato
estaba el original...
¡Ay! era un hombre insufrible.
Como tengo un genio tan...
Y él, aunque yo alborotara,
no hacía más que callar,
no había medio en lo humano
de poder vivir en paz.
Yo buscándole la lengua...
siempre dale que le das...
le llamaba bruto, zángano,
tonto, mandria y animal,
y él con el pico cerrado...
¡ay, qué hombre! sin chistar.

ESPERANZA
¿Y de un hombre tan prudente,
te quejas aun, mamá?...

MARIQUITA
¿Tú qué sabes?... Calla, calla.
¿Cómo se puede aguantar
 un hombre que no se irrita,
a un hombre que no le da
a su mujer un cachete,
a un hombre con quien no hay
ocasión de hacer las paces?...
¡Ay! para mí que soy tan...
Un día tanto le dije.
que al fin le obligué a saltar...
pero de la silla... y fue
y con mucha gravedad
cogió el sombrero, salió
y, ya ves, no ha vuelto a entrar.
A los tres meses cabales
vino el cartero... ¡tras, tras!
«Para doña Mariquita.»
Me escribía el animal...
Conmigo llevo la carta... (Sacándola)
¡Verás qué carta!... verás.

(Leyendo)

«Querida esposa,
«celebraré
que sigas buena.
«Yo sigo bien.
»Por mí no tengas
«miedo, mujer.
»De despedirme
»no me acordé.
»Vivo en la Habana
«hoy hace un mes.
»Más no le canso.
«Hasta mas ver.
«Dios te conserve,
»y a mí también.»


ESCENA IV

Las Mismas, Rosa.

ROSA
(Entrando)
Señora...

MARIQUITA
¿Qué quieres tú?

(Esperanza se entra por la puerta de la izquierda)

ROSA
Dinero para la sopa.

MARIQUITA
¡Siempre dinero!

ROSA
Pues claro.
¿Con qué se compran las cosas?

MARIQUITA
(Dándole dinero)
Toma y calla, condenada.

ROSA
Tampoco hay aceite.

MARIQUITA
¿Otra?...

ROSA
Traje ayer una panilla...
Yo bien lo estiro, señora,
pero por más que lo estiro...
en fin, que no tengo gota...
¡Velay!

MARIQUITA
(Dándole dinero)
Toma, y no me acabes
la paciencia.

ROSA
Hay otra cosa;
que ya sabe usted que debo
dos duros en la tahona...
Y yo... ¡vamos!... ya ve usted...
yo nunca he sido tramposa...

MARIQUITA
¿Cómo?...

ROSA
A mí es a quien lo piden.
Y se deben dos arrobas
de carbón... y el carbonero
es un gallego muy cócora...
Pongo mi cara en vergüenza,
y luego usted se incomoda
cuando es usted...

MARIQUITA
Tú sí que eres
una solemne chismosa.

ROSA
Es que yo...

MARIQUITA
¡Calla!

ROSA
Pues yo...

MARIQUITA
Que se calle usted la boca...

ROSA
Pues puede que...

MARIQUITA
Rosa, calla.

ROSA
Pues no callo, no, señora;
porque yo a nadie le debo...
¿estamos?... y no me importa
ser probé, porque ser probé
¡pues! no es ninguna deshonra...
Y puedo andar por la calle
con mi cara a cualquier hora...
Y no como usté y su hija,
que se asustan de su sombra...
Solo por no ver las caras
que me ponen las personas
que vienen a preguntar
por ustedes... «¿Está doña
Mariquita?» —No, ha salido
—¡Tilín! —«¿Están las señoras?»
—No, señor. —«¿A qué hora vuelven?»
—Yo no sé; no tienen hora.
—«¿Volvió doña Mariquita?»
—No, señor. —«Mientes, bribona.
La he visto entrar.» —No, señor.
—«¡Si estaba al balcón ahora!...»
Y así todo el santo día.
Ni aunque una fuera...

MARIQUITA
¡Habladora!
Quítate de mi presencia.
Vete antes de que te rompa...

ROSA
¡A mí!... ¡quiá!... ¿Pues soy yo manca?...
Usted me busca la boca...

MARIQUITA
(Sofocada)
¡Jesús! (Llamando) ¡Esperanza!... ¡ven!

ROSA
Déjela usted que haga coplas.
¡Yaya unas señoras cursis!...

MARIQUITA ¡Jesús!... La ira me ahoga...
Hoy mismo te vas de casa.

ROSA
¡Ay! ahora mismo, señora...
Ya sabe usted que me debe
ocho meses... ¡una onza!...

(Campanillazo)

¡Llaman!... ¡Será algún inglés!...
Allá voy, que no soy sorda.

(Sale por el fondo)


ESCENA V

Doña Mariquita, dirigiéndose al retrato muy irritada.

MARIQUITA
¡Marido, marido mío!...
¿Infame!... ¡animal!... ¡bribón!...
Si yo te cogiera ahora...
¡Bárbaro!... Permita Dios
que vuelvas aquí algún día...
¡Ay! si entre mis uñas yo
te llego a coger... ¡Indino!
¡Grandísimo!...


ESCENA VI

Doña Mariquita, D. Diego, entrando.

DIEGO
Servidor.

MARIQUITA
Caballero...

DIEGO
(Esta es la madre.
Cuando la Constitución
del año doce, seria
una chica como un sol)

MARIQUITA
Puedo saber a quién tengo...

DIEGO
Don Diego Pérez Pastor,
de profesión empleado,
a fuer de buen español...

MARIQUITA
Muy señor y dueño mío...

DIEGO
Perdone usted, dueño no...
No pretendo...

MARIQUITA
Es un decir...

DIEGO
(Me gusta poco el jamón)
Pues le diré en dos palabras
lo que de usted quiero yo,
doña...

MARIQUITA
Doña Mariquita...

DIEGO
¡Ah!...

MARIQUITA
Para servir a Dios
y a usted...

DIEGO
A mí no, señora,
no me sirve usted.

MARIQUITA
¡Eh!

DIEGO
No,
no lo digo por... Pues quiero,
señora, una habitación.

MARIQUITA
¿Para usted?...

DIEGO
Y para un tío
.que hace dos horas llegó...
Con que si nos arreglamos...

MARIQUITA
¿La quiere usted con balcón
a la calle?

DIEGO
Si, señora.
Yo siento mucho el calor.

MARIQUITA
Pues en este gabinete. (Derecha)

DIEGO
Sí, es bonito...

MARIQUITA
Y tiene un sol...
Y esto es un coche parado...
Hay siempre una animación...
Por aquí pasa la guardia
de palacio... y el Señor...
En frente está la parroquia...
Y si sale procesión,
ya ve usted... y cuando hay reo,
pasa también...

DIEGO
¿Sí? ¡qué horror!

MARIQUITA
Y el día que menos, pasan
doce muertos...

DIEGO
¡Santo Dios!

MARIQUITA
Como es camino...

DIEGO
Pues es
una buena diversión...
Y por mi tío y por mí,
¿cuánto?...

MARIQUITA
¿Son ustedes dos?

DIEGO
No señora, somos cuatro...
Yo, mi tío, mi tío y yo.

MARIQUITA
Poco dinero... Dos duros,
porque el trato que yo doy,
no se da en ninguna parte...

DIEGO
¿Usté es viuda?...

MARIQUITA
Sí, señor;
es decir, viuda del todo,
vamos al decir, no soy,
porque yo tengo marido,
digo, no le tengo yo;
pero vive, si no ha muerto,
que muy segura no estoy,
porque hace ya veinte años
que de Madrid se marchó...
y él anda por donde quiere
y yo ando por donde Dios
me da a entender... y por eso...
en fin, que andamos los dos
un poco torcidos... ¡Cosas
del mundo!... El es un bribón!...
Ahí tiene usted su retrato...
Pues por eso tuve yo,
pues!... que agarrarme a los huéspedes,
porque por mi clase soy...
Mi abuelo fue veinticuatro...

DIEGO
Buen número!...

MARIQUITA
Sí, señor...
Y mi padre...

DIEGO
¿Veinticinco?

MARIQUITA
No, señor... guardia de Corps.
Y tuve un tío canónigo,
¡pues! y otro tío barón,
y una tía...

DIEGO
¿Hembra?

MARIQUITA
No, monja
capuchinita...

DIEGO
¡Ya!

MARIQUITA
Sor
María de las Mercedes
de la Transfiguración.
Pero ya ve usted, las cosas
varían y...

DIEGO
Si por Dios.

MARIQUITA
Como dijo el otro, iguales
todos los tiempos no son,
y después de un tiempo malo...

DIEGO
Venir suele otro peor.

MARIQUITA
Y como tengo una niña...
no debo decirlo yo,
pero mi niña... (Llamando) ¡Esperanza!
Ven!... Es un ángel de Dios!...

DIEGO
¿Se llama Esperanza?...

MARIQUITA
Sí.

DIEGO
Nunca he sido suscriptor...

MARIQUITA
¿Qué dice usted?...

DIEGO
Nada: hablaba
de otra Esperanza...

MARIQUITA
Pues voy!...
¡Ah! ya viene!; Sal aquí,
que quiere verte el señor.


ESCENA VII

Los Mismos, Esperanza.

ESPERANZA
(Sorprendiéndose al ver a don Diego)
¡Ay! es mi desconocido.

DIEGO
Señorita... (Sorprendido) ¡Ay! esta es!
la que me tomaba varas
el año pasado...

MARIQUITA
Ven.
Este caballero viene
de huésped a casa...

DIEGO
Pues.

ESPERANZA
Celebro mucho...

DIEGO
Señora...
yo lo celebro también...

MARIQUITA
Si quiere usted, a su tío
avisar puede... y hacer...

DIEGO
No es necesario... Las señas
de la casa le dejé...
El vendrá... Quedó esperando
el equipaje... Si usted
tiene que hacer... Yo me instalo
aquí desde luego...

MARIQUITA
Bien.
Entonces con su permiso
voy a salir.

DIEGO
Salga usted.
El día está delicioso...

MARIQUITA
(A Esperanza)
Voy a ver si doña Inés
me presta un par de cubiertos...
que luego querrán comer...
y sería una vergüenza...
(A D. Diego) Al momento volveré...
¡Ah!... la paga, por supuesto
que adelantada ha de ser...

DIEGO
Por supuesto... Eso, mi tío...
Entiéndase usted con él.

MARIQUITA
(Poniéndose la mantilla)
(¡Cómo mira a mi Esperanza!
Parece un hombre de bien...
Bueno fuera...) ¡Vaya, voy!...

DIEGO
Si, señora... vaya usted)
(Sale Doña Mariquita)


ESCENA VIII

Esperanza, D. Diego.

DIEGO
¡Señorita!... (Esta muchacha
es mi tipo, no hay remedio.
¡Pues ella me ha conocido!...
¡Señorita!...

ESPERANZA
¡Caballero!...

(Música)

DIEGO
Una mañana,
¿se acuerda usted?
vi a usted en misa
en San José.
Viendo ese talle, esa boca,
esos ojos, y ese pie,
tras usted fueren mis ojos,
y mis pies detrás de usted.
Usted me miró al descuido,
luego me miró otra vez,
usted volvió la cabeza,
no, no me lo niegue usted.
¡Ay! desde aquel día
la calma perdí,
y a usted he buscado
por todo Madrid,
para decirla, morena mía,
yo te quiero con buen fin,
pégame un tiro, ó dime,
ó dime que sí.

ESPERANZA
¿Ay, qué lenguaje!
no siga usted.
No es usté el hombre
que yo soñé.
Al ver sus tiernas miradas,
lo confieso, yo pensé,
pensé que usted era un hombre...

DIEGO
(¡Si creerá que soy mujer!)

ESPERANZA
Usted será como todos...

DIEGO
Poco mas ó menos... ¡pues!

ESPERANZA
Usted pertenece al vulgo...
Con que no se canse usted...
¡Ay! mi suerte impía
aleja de mí
al hombre que tengo,
que tengo, aquí.

(Señalando a la frente)

Y un desengaño más cada día,
tal vez me quiere decir:
¡ay, Esperanza!... esperanza
no habrá para ti.

DIEGO
Yo soy, señora,
hombre de bien:
tengo mil reales
de sueldo al mes.
Usted me gusta,
me gusta usted,
y hasta a casarme
me arriesgaré.
Y si me muero,
qué fácil es
que con sus ojos
me mate usted,
para consuelo
de su viudez
le quedan veinte
duros al mes.

ESPERANZA
Yo, caballero,
no soy mujer
como esas otras
que ha visto usted...
Mi independencia
no he de perder
por el primero
que llegue a ver.
Usted parece
hombre de bien,
mas yo no puedo
su esposa ser...
Como usted quiera
tómelo usted...
Quiero ser libre.
¡Cómo ha de ser!

(Hablado)

DIEGO
¿Con que no me quiere usted?...

ESPERANZA
Usted es, según voy viendo,
un hombre como otros muchos,
que vive en la tierra...

DIEGO
Cierto...
Mas la tierra, si usted quiere,
para los dos será un cielo.

ESPERANZA
Usted quizá a otras regiones
no eleva su pensamiento.
Usted quizá no comprende
que en este mundo los genios...

DIEGO
¿Los genios?... Pues acabáramos...
Si lo deja usted por eso...
¡Pues si casarse conmigo
es poco mas, poco menos,
lo mismo, lo mismo que
casarse con un borrego!...

ESPERANZA
¡Ay, qué lenguaje!...
Diego, Señora,
castellano bien correcto...
Perdone usted, olvidaba
que tiene usté el vicio feo
de hacer versos...

ESPERANZA
¿Quién ha dicho?

DIEGO
Perdone usted si la ofendo
con mi franqueza... La niña
que se empeña en hacer versos,
lo mismo haciéndolos malos
que haciéndolos como Homero,
pierde el tiempo, y además
pierde el seso y pierde el sexo.
La mujer no debe ser
mas que mujer, y yo creo...
que sabe lo suficiente
la mujer que sabe serlo...
Pero dejando eso a un lado...
Como soy franco en extremo,
permita usted que le diga
brevemente lo que siento...
y usted, Esperanza, un sayo
hará de su capa luego.
Mire usted, usted me gusta,
me gusta usted, no hay remedio...
Tene usté las manos blancas,
tiene usted los ojos negros,
y tiene usted unos dientes...
¡Ay!... ríase usted, ¡salero!
Tiene usted un pie... Pero hija,
no lo esconda usted por eso...
tiene usted un cuerpo, en fin,
un cuerpo plusquam perfecto,
que va derramando tanta
tanta sal, que si el gobierno
lo llega a ver algún día
se lo estanca a usted muy serio...
Yo tengo veintiséis años,
no soy ni guapo ni feo...
en verano estoy mejor,
me prueba mal el invierno...
Yo tengo algo... y mi tío
me dará también... y tengo
un destino que me han dado
no sé por qué... ¡buen empleo!...
No tengo nada que hacer
mas que ir a cobrar el sueldo...
Pues bien, hermosa Esperanza,
mi persona, mi dinero,
mi empleo, mientras me dure,
hasta que cambie el gobierno,
todo es de usted... Si usted quiere
nos casamos, y laus Deo...
Las cosas... así, de pronto...
¿Qué dice usted?...

ESPERANZA
Caballero,
¿qué quiere usted que le diga!...

DIEGO
¿Pero se va usted?...

ESPERANZA
Sospecho
que para conversación...

DIEGO
que la quiero con buen fin,
pour le bon motif, que en estos
tiempos no es cosa común...

ESPERANZA
(Es un pobre diablo) (Entra en su habitación)

DIEGO
(Viendo que no está)
Pero...


ESCENA IX

Don Diego solo.

DIEGO
Esa muchacha es divina...
tiene una sonrisa tan...
y no es tonta, no... Su madre
es una calamidad.
Pero el bueno de mi tío,
¿dónde diablos estará?
Voy a ver. (Coge el sombrero) Pues yo le dije
que viniera aquí... Quizás
habrá olvidado las señas...

(Cuando va a salir entra Rosa)


ESCENA X

D. Diego y Rosa.

ROSA
Vamos, ¿la ha visto usted ya?

DIEGO
Si, la he visto, y me conviene.

ROSA
Es muy guapa, ¿no es verdad?

DIEGO
(Dándole dinero)
Toma, para ti. (No es malo
que me ponga en buen lugar
con esta ilustre fregona...) (Sale)

ROSA
Muchas gracias... ¿Dónde va?
¡Dos duros! ¡ Ah! ya respiro,
que ya me empiezan a dar...

(Pone lumbre en la chimenea)

El huésped es muy amable...
y tan campechano y tan...
Encenderemos la leña
que nos queda... que vendrá
después el tío... y hoy hace
Un frío... (Campanillazo)
¡Vuelta a llamar!
Será mi ama... ¡Que se espere!
Pues no Cesa... ¡Voy allá!... (Sale. Breve pausa)


ESCENA XI

D. Juan Pérez, extremadamente grueso, de viaje, Rosa.

(Música)

ROSA
¡Adelante, caballero!...

JUAN
También es fatalidad,
que por dó quiera que voy
mujeres he de encontrar.

ROSA
¡Pues el huésped es un tomo!...

JUAN
¿Por qué has nacido mujer?

ROSA
¡Qué pregunta!...

JUAN
¿Tú no sabes
que yo no las puedo ver?...
Por una el Paraíso
Adán perdió,
¡y por una perdido
me he visto yo!...
Les vale ser mujeres,
porque si no
jamás hubiera ido
tras ellas yo.
¡Ay! ¡qué desgracia
es que las hembras sean
tan necesarias!
Ellas al sabio
le hacen ser tonto,
y al más zoquete
le abren el ojo.
Ellas al cuerdo
le vuelven loco,
y flaco ponen
a cualquier gordo.
¡Ay! las mujeres
son en verdad
indispensable
calamidad.

¡Ah! Yo que he sido
todo un buen mozo,
pasé con ellas
el purgatorio;
sacando en limpio,
después de todo,
que si hice algo
fue solo el oso.
¡Ay! por fortuna,
gracias a Dios,
libre de todas
me veo yo.
Porque con este abdomen
que Dios me dio,
seguro ya de incendios
por dicha estoy.
¡Ah! mujeres, mujeres,
quedad con Dios,
sí, porque este buen mozo
ya caducó.

(Hablado)

JUAN
¡Ah, qué cansado que vengo!...

(Acercándose a la chimenea)

Aquí hay fuego... Me conviene...
Me tiendo en esta butaca...
Ni un terremoto me mueve...
Cuatro noches sin dormir...

ROSA
¿Quiere usted algo?...

JUAN
No; vete.
Quiero descansar un poco..,

ROSA
(¡Jesús!... ¡Este hombre parece
un elefante!... ¡Qué horror!...
Tiene como un bombo el vientre)

JUAN
¡Ah! ¡escucha!... Quiero que nunca
me hable nadie... Solamente
cuando yo pregunte algo
quiero que se me conteste.

ROSA
¿Va usted a acostarse?

JUAN
No
te importa... Chica, no empieces.

ROSA
Si me necesita usted...

JUAN
No, hija, no te molestes...
Con que déjame dormir...

ROSA
Dígame usted, y si vienen
a preguntar...

JUAN
Les contestas.

ROSA
No sé qué nombre...

JUAN
Juan Pérez.

ROSA
¡Vaya! pues que usted descanse.

JUAN
Sin que tú me lo aconsejes
lo haré.

ROSA
Si quiere usted algo...
con toda franqueza puede...

JUAN
Claro que puedo!... en pagando...
¡Cuánto se habla inútilmente!

ROSA
Me llamo Rosa.

JUAN
¿Quién te
pregunta la edad que tienes?
¡Ay! qué sueño!...

ROSA
(Qué animal!...)
(¡Pues se ha dormido!... ¡Qué ente!)

(Sale por el foro)


ESCENA XII

Esperanza, Juan Pérez en la butaca.

ESPERANZA
(Sale de su habitación)
Ahora que estoy sola, quiero repasar
aquella escena,
el dúo con el tenor,
cuando él la persigue a ella,
y ella se separa de él...
y él luego se desespera,
y ella se ablanda, y al cabo
él se va y ella se queda
Mi madre no quiere que
yo salga a cantar zarzuela?,
pero yo... al fin y a la postre
¿qué otro recurso nos resta?...
¡Ay! si yo pudiera hacer
que en Jovellanos me oyeran!...
Yo no canto mal, y creo
que... ¡vamos!... no soy tan fea.

(Buscando entre los papeles)

¿En dónde estará ese dúo...
¡Ah! mi canción predilecta...
Vamos a darle un repaso...
¡Ay! si Salas me la oyera,

(Canción)

(Don Juan Pérez se ha despertado, y está mirando muy grave a Esperanza que no repara en él)

Es el amor un niño
voluntarioso,
que por lograr sus gustos,
se atreve a todo.
¡Ay! es lo malo
que siempre encuentra cómplices
de sus pecados.
Y es un dolor
que haya tantos condenados
por pecados
del amor.
El amor es fuego
muy peligroso...
que con él pierden muchos
y ganan pocos.
¡Ay! los que ganan
no compensan las pérdidas
con las ganancias!
Y es un dolor
que haya tantos condenados
por pecados
del amor.

(Hablado)

JUAN
¡Muy bien!

ESPERANZA
(Viéndole) ¡Un hombre! (¡Qué feo!)

JUAN
¡Oh! no se asuste usted, prenda.

ESPERANZA
Perdone usted... ¡Yo pensaba!...

JUAN
Canta usted de una manera...

ESPERANZA
(¡Este sin duda es el tío!...)
¿Ha venido usted de fuera?

JUAN
No, habré venido de dentro
(¡Qué preguntas!... ¡Y no es fea!...)
Usted es acaso la...
pero la pregunta es necia,
porque a mí nada me importa
quién es usted... La cabeza
me duele... Si quiere usted
irse a cantar allá fuera...

ESPERANZA
¡Qué grosero!...

JUAN
Yo soy franco.

ESPERANZA
Pues me gusta la franqueza,
Yo estoy en mi casa...

JUAN
Y yo...
Yo la he de pagar... y mientras
la pague... estoy en mi casa
como usted...

ESPERANZA
(¡Jesús, qué bestia!...)

JUAN
(Viendo el retrato)
¡Ah!... ¡Yo conozco a este hombre!
¡Esa cara... esa cabeza!...
¿Quién es este caballero?...
porque yo tengo una idea...

ESPERANZA
Es el segundo marido
de mi mamá...

JUAN
¿Cuántos lleva?...
¡Pues yo conozco a este hombre!...
Casi, casi se pudiera
decir que soy yo...

(Se mira al espejo y luego al retrato)

¡Bah!¡Bah!...
Diga usted, ¿dónde se encuentra
ese hombre?...

ESPERANZA
Para mi madre
murió ya...

JUAN
¿Murió? ¡Requiescat!
No soy yo entonces... Es claro...
Pero sin embargo, esa...
¡Pues yo conozco a ese hombre!...

ESPERANZA
¡Pues ha dado en buena tema!...

JUAN
Si no soy yo, es un pariente
muy cercano... Si, por fuerza...
Yo soy más grueso, ¿no es cierto?

ESPERANZA
Como tres veces...

JUAN
¿De veras?
Pues yo conozco a ese hombre,
y es preciso que le vea...
¿En qué campo santo está?...


ESCENA XIII

Dichos, Doña Mariquita.

ESPERANZA
(Viéndola entrar)
¡Ay, mamá!

MARIQUITA
Ya estoy de vuelta.

ESPERANZA
Ese es el otro...

MARIQUITA
¡Ay, Jesús!
¡Es un fenómeno!...

JUAN
¡Ea!...
¡Que yo conozco a este hombre!.
y no hay que darle más vueltas!

MARIQUITA
Déjame con él, que quiero
ver cómo se espontanea
y me adelanta tres meses...
para ir tirando... (Sale Esperanza)

JUAN
(Observando el retrato) Las cejas,
la nariz, la boca, todo...
la camisa con chorrera...
Si, ¡yo conozco a este hombre!...
y de aquí nadie me apea...


ESCENA XIV

D. Juan Pérez, Doña Mariquita.

JUAN
(Viendo a doña Mariquita)
¡Otra mujer!...

MARIQUITA
(Saludando) Caballero...

JUAN
(Pues con esta ya son tres.
Por las señas, esta casa
será un infierno...)

MARIQUITA
¿Es usted
el caballero que viene
de huésped a casa?...

JUAN
¡Pues!
Ya me ha dicho mi sobrino...
(Dándole dinero)
Tome usted; le pagaré
un mes no mas, por si acaso
aquí no me encuentro bien...
Son ustedes tres mujeres
y esto será una Babel...
Yo quiero vivir tranquilo,
muy tranquilo, ¿entiende usted?
Sin oír hablar a nadie,
y si puede ser, sin ver
otra cara que la mía
al espejo alguna vez.

MARIQUITA
Pues esta casa es la única...
porque yo tengo tan buen
genio, que se hace de mí
todo lo...

JUAN
Descuide usted;
que yo de usted no haré nada.

MARIQUITA
Yo tengo una pasta que...
Así engordo...

JUAN
Yo lo mismo.

MARIQUITA
Y antes era yo mujer
de pocas carnes...

JUAN
Yo he sido
una espátula también,
mas desde que fui a la Habana...

MARIQUITA
(Suspirando)
¡Ay! ¡a la Habana!...

JUAN
Empecé
a ponerme gordo... Es claro,
la calma, el reposo y el...
Sobre todo, desde el día
en que quedé libre de
la mujer que Dios me dio,
y que me dio más que hacer...

MARIQUITA
¿Usted ha sido casado?...

JUAN
Si; aquí donde usted me ve,
he sido casado y mártir...

MARIQUITA
¡Ay! ¡como yo!

JUAN
¿Usted también?
Su esposo de usté...

MARIQUITA
Era un hombre
sin temor de Dios ni ley.

JUAN
¡Oh! mi mujer sí tenia
ley... Me la quiso poner...
pero no, no me la puso...
¡Ay! como aquella no es
posible que salga otra,
aunque la manden nacer...

MARIQUITA
¿Pues cómo?

JUAN
Sucintamente,
para no cansar a usted,
voy a dar a usted, señora,
las señas de mi mujer...
No tener ropa en enero,
no haber agua y tener sed,
romperse el alma en las calles
por si manda J ó B,
poner a un rey el dinero
y no venir luego el rey,
entenderse con un moro,
pedir prestado a un inglés...
todo es mejor que casarse,
señora, con mi mujer.
Mi mujer era más terca
que el mas terco aragonés.
Si yo decía: «¡las cinco!»
ella decía: «¡las diez!»
Cuando yo le hacía fiestas
me arrimaba un puntapié,
y si no la acariciaba,
¡ya me caía que hacer!...
Si me veía muy triste
me bailaba el minuet,
y si yo estaba contento,
ella dada a Lucifer...
Cada día por lo menos,
se desmayaba una vez,
y ni uno solo dejábamos
de reñir —créalo usted—
a la hora de almorzar,
y a la hora de comer.
Yo solo comí los postres
el día que me casé,
porque después no llegábamos
nunca a los postres con bien.
Siempre estábamos en guerra.
En fin, era mi mujer,
un Garibaldi con faldas,
y me quedo corto... ¡Pues!

MARIQUITA
Qué desgracia es dar con una
persona así...

JUAN
¡Calle usted!
si aquello no era persona.

MARIQUITA
¿Y murió?

JUAN
¡Quiá!

MARIQUITA
Creí que...

JUAN
Nos separamos al cabo...

MARIQUITA
¿Y dónde la tiene usted?

JUAN
Ella será quien se tenga.
Si yo no la he vuelto a ver...


ESCENA XV

Los Mismos, Rosa por el fondo.

ROSA
Señora, el casero ha vuelto...
Dice que no se va...

MARIQUITA
(Turbada) Bien.
Voy...

JUAN
¡Me alegro! Yo a la cama,
que ya me parece que...

(Se dirige a su habitación)

ROSA
(A D. Juan) ¡Ah! para usted han traído
esta carta...

JUAN
(Tomándola y leyendo el sobre)
Si; eso es.
Don Juan Pérez.

MARIQUITA
(Volviéndose de pronto) ¡Don Juan!... ¿Cómo?

JUAN
Si señora, coma usted.

MARIQUITA
¡Usté es don Juan! ... ¿Tú eres Juan?
Jesús, María y José.
Tú eres... ¡Agua!... ¡Yo me ahogo!

(Se desmaya)

ROSA
¡Ay! este hombre, ¿quién es?

JUAN
(Al retrato) Pues ese hombre soy yo,
sí, porque esta es mi mujer...
Pero si era tan delgada...
Verdad es que yo también...


ESCENA XVI

Los Mismos, Esperanza.

ESPERANZA
(Saliendo de su cuarto)

JUAN
¡Ay! ¡mamá!
(¡Mi hija política!)

MARIQUITA
(A Esperanza, señalando a D. Juan)
Ahí le tienes. ¿No le ves?...

ESPERANZA
Pero...

MARIQUITA
Deja que le saque
los ojos... ¡Ingrato! ¡infiel!

JUAN
Haré lo mismo que hacía...
¡Callar!

MARIQUITA
¡Veinte años y un mes
sin acordarle de mí!...

JUAN
¡Oh, vaya si me acordé!...

MARIQUITA
¡Mira qué gordo se ha puesto!

JUAN
¡Pues puedes tú hablar, mujer!
No tenias más que huesos
el otro día...

MARIQUITA
¡Cruel!
La Providencia te trajo.

JUAN
Ella me llevó también.

ESPERANZA
¡Calle! ¿Usted es mi padrastro?...

MARIQUITA
(Enseñándole la carta que leyó en la escena cuarta)
Mira tu carta... ¿La ves?
¡Sin mandar acá un ochavo!

JUAN
¡Dinero a ti!... ¿Para qué?
Tú eras rica... Yo era el pobre.

MARIQUITA
Pues ahora es al revés.


ESCENA ULTIMA

Los Mismos, D. Diego.

DIEGO
(Por el fondo)
¡Hola, tío!... He preguntado
lo que me ha encargado usted,
y me han dicho que no saben
dónde vive su mujer,
que la han visto muy tronada,
y que en la calle del Pez
tuvo una casa de huéspedes,
pero se mudó después...
También me han dicho que suele
concurrir alguna vez,
a cierta casa de cucas
de la calle del Clavel,
donde se levantan muertos,
donde se echa el pego y se...

MARIQUITA
¡Es mentira!

ESPERANZA
(¡Qué vergüenza!)

JUAN
(A Mariquita)
No pensé encontrar a usted
en ese estado...

DIEGO
¿Qué es esto?..
.
JUAN
Poca cosa, Diego... Es
que esta señora es la mía.
¡Mira qué suerte!... (A Mariquita)
Ya ves
que lo primero que hice
fue... ¡pues! procurar saber
si estabas en este mundo...
Y ahora que ya lo sé
me vuelvo por donde vine.

ESPERANZA
(Deteniéndole)
¡Oh! no, no se vaya usted.
La obligación de un esposo
es vivir con su mujer...

JUAN
Cuando su mujer es buena.

ESPERANZA
Es que mi mamá lo es.

JUAN
¡Pobre niña!... ¿Quién te hubiera
conocido?

ESPERANZA
Mire usted.
¡Si viera usted qué trabajos
hemos pasado!... Tal vez
si usted lo hubiera sabido
no hubiera dejado que...

JUAN
(Conmovido)
Eso es verdad...

ESPERANZA
Mi mamá,
¡oh! me debe usted creer,
no hacía más que llorar;
y viéndola, yo también
lloraba...

JUAN
¿Lloraba? ¡Pobre!
(Todos empiezan a afligirse)

ROSA
¿Cuánto va que llora él?

ESPERANZA
«La alegría de esta casa
huyó para no volver,»
solía decir mamá...
¡Oh! yo tenía más fe,
y decía: «El mejor día
él nos la vendrá a traer,
y a mí, que perdí a mi padre,
que Dios haya, en mi niñez,
de padre me servirá
como tú le quieras bien...

JUAN
(Casi llorando)
¡Es verdad!

MARIQUITA
(Abrazando a Esperanza)
¡Hija del alma!

DIEGO
Me parece que no es
cosa de que hagamos todos
pucheros... Usted y usted
(Su tío y Doña Mariquita)
Vivirán en paz y juntos
por siempre jamás amen...

MARIQUITA
Por mi parte...

JUAN
Por la mía...
(¡Y eso que ya mi mujer!...)

ROSA
(Los ingleses de mi ama
hoy el cielo abierto ven)

DIEGO
(Mirando a Esperanza)
Y yo estoy demás aquí...

JUAN
No por cierto... Quiero que
vivas con nosotros...

DIEGO
Eso
no sé cómo puede ser...

JUAN
¡Ah! ya entiendo... Niña, ven...
Con seis mil duros de dote
y un marido como... (Señalando a Diego)
¿Eh?

ESPERANZA
Veremos...

JUAN
(A Diego) Ten esperanza.

DIEGO
¡Oh, sí, la quiero tener!

JUAN
(A Doña Mariquita)
Oyeme, Mariquita, y ten presente
lo que a decirte va mi voz amiga.
Yo no estoy para fiestas, francamente,
Mucha edad tengo ya, mucha barriga,
y puedo reventar muy fácilmente.
Si tú has de seguir siendo mi enemiga,
dímelo con franqueza, sé sincera,
y vaya cada cual por donde quiero
(Doña Mariquita llora)
Ese llanto que. viertes, Mariquita,
te redime a mis ojos. —Seca el llanto
y abraza a tu marido, pobrecita...
Si eres buena mujer, yo seré un santo...

MARIQUITA
(Volviendo a su carácter)
¡Un santo!... ¡Por supuesto!... ¡Quita, quita!
después de que me has hecho sufrir tanto!

JUAN
(¡Pues señor, es la misma!... ¡Tendré calima!...
¡Si no fueras mujer, le rompía el alma!...
Dios me ayude... a correr, esposa mía,
huyendo de tu amor, y tu fiereza...

(A Diego)

¡Qué fenómenos, Diego, a veces cría
la próvida y feliz naturaleza!...
Si vuelvo a verme flaco, el mejor día
yo sabré sacar fuerzas de flaqueza! ...
¡Oh! ... bien pronto estaré, con su mal trato
más cariacontecido que el retrato!...

(Cae el telón)



FIN DE LA ZARZUELA
                                              

Información obtenida en:
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