La Red de Flores (Libreto)



LA RED DE FLORES



Zarzuela en un acto.

Original de Fernando Martínez Pedrosa.

Música de Manuel Fernández Caballero.

Representada, por primera vez, en el Teatro de la Zarzuela, el día 3 de Abril de 1861.


REPARTO (Estreno)

La Condesa del Surco, —Carácter frívolo, excéntrico, vivo, — Buen tono - Josefa Mora.

Gervasia. Disfrazada de paje, —Carácter resuelto, mucha intrepidez - Ana Rodríguez.

Laura, —Vivaracha, curiosa - Dolores Fernández.

El Barón, — Franco, expresivo. Maneras distinguidas. Galanteador - Tirso Obregón.

Quincozes, —Desenvuelto, malicioso, grotesco - Vicente Caltañazor.

Coros de Caballeros y Aldeanos.

Ultimos años del reinado de Felipe V.


ACTO UNICO

Sala de una quinta, adornada con riqueza. Espejo, cornucopias, un velador con libros, cartas y papeles. Puerta espaciosa en el centro. Dos a la derecha. Un balcón ó mirador a la izquierda, en cuyo fondo se descubre el bosque. Al levantarse el telón empieza el coro interior de los aldeanos, labradores y labradoras, que van a sus faenas.


ESCENA PRIMERA

Laura, —Después la Condesa.

CORO
Ya el campo nos muestra
su alegre verdor,
y doran las mieses
los rayos del sol.
Las gasas flotantes
de nubes errantes
rasgándose van,
y el limpio horizonte
nos brinda la paz.
Andad.
Andad.
Ya el plácido otero,
sus galas vistió,
y encantan al valle
el ave y la flor.
El campo florece
y próvido ofrece
trabajo y solaz;
las auras de otoño
extiéndense ya.
Andad.
Andad.

LAURA
(Saliendo de la derecha, y dirigiéndose al mirador)
Hermoso día! Desde este mirador se descubre un Paraíso... Ya descienden al valle los labriegos: van a trabajar... eso es... las mujeres delante! qué flojos son los hombres! Pero mi señora la Condesa estará ya peinada; voy a darla conversación. Con ella gasto muchas palabras y mucho buen humor. (Va a dirigirse a la puerta de la derecha y aparece la Condesa)

CONDESA
He aquí una mujer que hace dos horas que se ha levantado y lleva cincuenta y cinco minutos de aburrimiento.

LAURA
Señora, aburrirse es propio de los tontos, y vos no lo sois.

CONDESA
Eso creía yo antes; pero ahora me voy convenciendo de que no tengo ni chispa de talento.

LAURA
Sois muy cruel con vos misma.

CONDESA
Vamos, no seas impertinente! ¿Me vas a querer persuadir de que yo no soy un ente vulgar? pues no te creeré; y si no, vamos a ver: ¿qué he hecho yo en mi vida que no sea monótono y rutinario? Tuve novios; primera tontería. Me casé con el último; segunda tontería. Los moros de Oran me dejaron viuda; tercera tontería...

LAURA
Pero esa tontería no fue vuestra, sino de los moros.

CONDESA
Convengo. Pero ¿y la de permanecer todavía viuda, es de los moros ó mía?

LAURA
Bien mirado, ese estado no es muy apetitoso; pero vos tenéis la culpa de continuar en él. Tuvisteis la manía de retiraros a la vida del campo. Viuda de un general, con un título honroso que vos antes habíais heredado, rica, joven, hermosa, todo os causaba hastío, hasta la cosa más dulce que se conoce, que son las miradas tiernas de los hombres. Así, pues, ¿de qué os quejáis? Si yo tuviera derecho para reñiros, os diría...

CONDESA
Hoy me hallo de buen humor y te permito que me riñas por una sola vez...

LAURA
Pues bien; os diría, no os incomodéis, que vuestros caprichos nos han sepultado en este escondrijo de la tierra, donde no se ven más que nubes, arboles y fieras... esto es vivir...

CONDESA
A lo salvaje. ¿No es verdad?

LAURA
Yo no me quejo por mí, sino por vos. Desengañaos: nunca viene mal ver sombreros con plumas, casacas con bordadura de seda y espadines dorados; sobre todo, si los que con tales prendas se adornan tienen unos ojos y una figura como aquel Barón, mancebo de los más bizarros que yo he conocido...

CONDESA
(Aparentando indiferencia)
Barón; no recuerdo...

LAURA
Yo ayudaré vuestra memoria... Aquel Barón que estuvo a vuestro lado el día del Corpus, en Madrid, junto a el Salvador, en tanto que pasaba la procesión...

CONDESA
Sí, me parece que ya... (Ah! el recuerdo de aquellos amores no se aparta de mí un instante; es el único hombre por quien yo me hubiera sacrificado gustosa!)

LAURA
(Irónicamente)
Ya debéis haber caído. No es así? Desde entonces no habéis vuelto á ver al Barón, después de tantas promesas... y eso pudiera seros muy poco grato.

CONDESA
(Amargamente)
Te equivocas.

LAURA
Oh!... Sí! Ved, señora, las consecuencias de encerrarnos en este rincón de la provincia de Toledo. (Aún le hace sensación su memoria)

CONDESA
Laura, deja simplezas a mi lado y hablemos de otra cosa, ó mejor dicho, pensemos en la manera de inventar algo para que yo no me muera de fastidio.

LAURA
(Dando un suspiro)
Inventar! inventar! Si pudiéramos inventar un marido para cada una!

CONDESA
Soy feliz. Acabo de tener una ocurrencia... original!...

LAURA
Veamos.

CONDESA
Llama a mi mayordomo.

LAURA
Pero, esa ocurrencia?...

CONDESA
La sabrás; mas antes quiero que se me presente el señor Quincozes. Dirígele a mi presencia.

LAURA
(Alguna nueva extravagancia) Obedezco. (Váse por la izquierda)


ESCENA II

La Condesa, después Quincozes.

CONDESA
(Se pasea impaciente y después se mira al espejo)
Quisiera que el tiempo, en figura de dragón, se presentara ante mi vista, para despedazarle! Dicen que soy joven... ¿y de qué me sirve, si tengo aprensión de que parezco vieja? Y el que parece una cosa.... lo es. No, no; eso es una sutileza! Yo por lo menos me conservo Nada, voy a hacer testamento. Esto me servirá de distracción. Pero ese mayordomo! (Viéndole entrar) Ah, vamos!

QUINCOZES
El cielo guarde a mi señora.

CONDESA
Salud al ilustre Quincozes.

QUINCOZES
(Con gravedad)
Salud... buena falta me hace, señora Condesa, porque estoy constipado.

CONDESA
(Riendo)
Y de eso os quejáis? Yo quisiera estar constipada, por salir del estado normal que tanto cansa y fatiga.

QUINCOZES
Mi señora; la mejor manera, según Aristóteles, de salir del estado normal, es tomar estado a secas.

CONDESA
Siempre estáis de buen humor. Acepto vuestro consejo y empiezo... por hacer testamento.

QUINCOZES
Bien pensado! Queréis sustituir con esa operación la de las moniciones. Me parece oportuno. (Con tono sentencioso) «Antes que te cases, mira lo que haces,» lo cual quiere decir: antes que te cases, haz testamento!

CONDESA
Cumpliré vuestro refrán.

QUINCOZES
(Fingiendo ternura y contoneándose)
Feliz mortal, señora, el que llegue a alcanzar de esos labios de rosicler, una palabra... dulzurante! (Transición) Vos buscareis un hombre apañadito... humilde...

CONDESA
Os enternecéis, Quincozes, yeso sienta mal en un mayordomo. Conque os parece bien lo del testamento?

QUINCOZES
Si os empeñáis...

CONDESA
Hoy ha de quedar consignada mi última voluntad...

QUINCOZES
(Suplicante)
No os olvidéis, mi señora, de que yo...

CONDESA
Os guardo una sorprendente recompensa.

QUINCOZES
(Sorprendido)
(Qué quiere decir?)

CONDESA
Sois digno de muy alto premio!

QUINCOZES
(Cáspita! Si esta señora, en un momento de distracción, hubiera prendado de mí! Como es tan rara!) Os estoy muy reconocido.

CONDESA
Quincozes, qué edad tenéis?

QUINCOZES
(Esto pica en historia!) Señora... debo andarme por los años de Cristo... (Ahí me planté!)

CONDESA
No sois viejo.

QUINCOZES
Una edad regular, En cuanto que puedo casarme...

CONDESA
Id a mandar avisar al notario. Que se le lleve mi mejor litera para que no se retarde.

QUINCOZES
De todos modos... está lejos, tres leguas, hasta dentro de algunas horas...

CONDESA
Bien. Voy a cuidar mis flores.

QUINCOZES
Un instante, mi buena señora. (Si yo me atreviera!) Querríais serviros decirme el objeto de las preguntas que me habéis hecho?

CONDESA
(En tono afectado y saliendo)
(Me divierte!) ¡Ah Quincozes, qué me pedís!..


ESCENA III

Quincozes.

QUINCOZES
Pues señor, donde menos se piensa! Si en vez de huir yo de mi pueblo, porque me amenazaban, como adicto a la causa del Archiduque, hubiera seguido siendo barbero... qué habría adelantado? Haber afeitado ya a todo el género humano, lo cual siempre es una ventaja. En cambio hoy soy mayordomo de una Condesa y acaso, acaso, mañana!... Esas preguntas a boca de jarro... Quincozes! (Suspirando) Tú estás encaprichado de tu ama!... Mas una cosa me atormenta, la memoria de Gervasia; de aquella joven que me entregó su amor al aplicarla media docena de sanguijuelas! Qué apasionada estaba de mí! Siento pasos. Ya no me acordaba del testamento. Vamos a disponer que llamen al notario.


ESCENA IV

Laura, —La Condesa.

LAURA
Mi ama necesita casarse, vio desea, aunque aparente lo contrario. Está visto que es el único medio de que salgamos de este destierro. Volveré a la carga. (Viéndola salir) Aquí está.

CONDESA
(De mal humor)
Laura, mi aburrimiento raya en desesperación.

LAURA
Lo creo, señora,

CONDESA
He pensado hacer testamento... por pasar el rato.

LAURA
Jesús!...

CONDESA
Lo que oyes.

LAURA
Eso es daros por vencida. Vos pensáis casaros.

CONDESA
No, pienso morirme de aburrimiento. Yo no me arriesgaría a dar mi mano sino con la garantía de obtener un corazón, y eso es difícil.

LAURA
Lo que es aquí, como no sea el de algún lobo! (La condesa dominada por el fastidio coge maquinalmente un libro y lee. Laura se acerca al mirador) Se oyen pisadas de caballos a la puerta. (Asomándose) (Son dos viajeros)

CONDESA
(Leyendo alto)
El amor es una calentura que... (Continúa leyendo bajo)

LAURA
(Al mirador con alegría)
(Dios mío! Es él! el Barón. No quiero decirla nada. Qué sorpresa!) Señora, un caballero con su criado, que parece que vienen de caza, solicitan descansar. Es un apuesto joven... (Suena a lo lejos una trompa de caza. Laura se asoma de nuevo al mirador) Calle! Un tropel de Cazadores se dirige a la quinta; los primeros ya han entrado...

CONDESA
(Levantándose apresurada para asomarse)
Anda, ve y da orden a mis criados, de que reciban a esos señores con la afabilidad que tengo recomendada para estos casos.

LAURA
(Contenta)
Voy, voy...

CONDESA
Escucha. Mi posición es difícil y arriesgada. Sola en esta casa, sin un brazo que me escude... y luego temo... me has dicho que un joven que ha entrado!...

LAURA
Es arrogante... (Con malicia) Y tiene unos ojos!...

CONDESA
¡Ay, Laura, qué compromiso!

LAURA
Pues!... Como no tenéis un mal marido para estos aprietos!

CONDESA
(Repentinamente y después de reflexionar un instante)
Ve, ve, y di a Quincozes que necesito hablarle al instante; que vuele a mi presencia como un rayo. En tanto, entretén a esos caballeros, y que pasen a las habitaciones bajas, (Sale Laura)


ESCENA V

La Condesa, —Luego Quincozes.

CONDESA
(Al mirador, regocijada)
Esta es una invasión. Ya hacía tiempo que no veía tantos galanes juntos! Es gente de buen humor y gallarda! Voy a detenerlos por esta mañana en mi casa, y con mi estratagema podré divertirme a mi sabor. Tendamos una red al primer incauto!...

QUINCOZES
(Saliendo precipitado)
Señora, asaltan la quinta; mandadme.

CONDESA
Señor Quincozes, sois discreto? Y prudente? Y reservado?

QUINCOZES
Reúno las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza!

CONDESA
Y?... en fin, me servís.

QUINCOZES
(Inclinándose)
Ya hace años.

CONDESA
Digo que me sois útil. Seréis mi marido.

QUINCOZES
Señora! Yo! Vos!

CONDESA
Basta de interjecciones! Fingiremos que sois mi esposo el Conde del Surco...

QUINCOZES
(Tristemente)
Ya! Fingiremos!... Un marido de pega! (No importa. De burlas se va a veras)

CONDESA
Acaban de llegar esos caballeros. Quiero que se me respete, y busco la salvaguardia de un hombre honrado, que sois vos. Quedáis constituido en las dignidades de Conde, General y mi esposo... pero nada más que hasta la tarde... lo entendéis?

QUINCOZES
(Con amargura)
Es decir que a la noche ya estaré viudo!...

CONDESA
A la noche... ya me habrá Dios perdonado!

QUINCOZES
Cómo ha de ser! Algo es algo! Un aforismo de Hipócrates dice: vita brevis. Esto querrá decir que duran poco las brevas!

CONDESA
Para ser un marido de mi gusto, hablareis solo lo preciso, afirmando siempre cuanto yo diga; un sí ó un no oportuno, y nada más.

QUINCOZES
Perfectamente.

CONDESA
Otra advertencia. Si por casualidad yo me distrajese demasiado... entended bien lo que os quiero decir... si yo rae muestro más amable de lo regular con alguno de esos caballeros, avisadme disimuladamente; servid de dique a mis impresiones.

QUINCOZES
Perded cuidado, señora, yo os contendré.

CONDESA
Ahora, id a poneros vuestro mejor vestido y pasad a mi retrete al instante. Yo voy a arreglarme también; no es cosa de recibir a esos caballeros de cualquier modo. (Salen)


ESCENA VI

Laura, —El Barón, —Gervasia, disfrazada de hombre.

LAURA
Podéis esperar, señor Barón: voy a avisar a mi señora la Condesa; aunque ignoro si estará visible.

BARON
(Quién la habrá dicho a esta muchacha que soy Barón?)

GERVASIA
Está bien. Id, que aquí aguardamos mi amo y yo.

LAURA
(A Gervasia)
Vuestro nombre?

GERVASIA
Garcés, a secas: page, ayuda de cámara y escudero de S. E.

LAURA
(Me gusta el señor Garcés, por lo listo y lo barbilampiño)

BARON
(Mirando atentamente a Laura)
(No hay duda, a esta camarera la he visto yo antes de ahora)

GERVASIA
(A Laura)
¡Viva el salero y las niñas retrecheras!...

BARON
(A Gervasia)
Hem!...

GERVASIA
No era nada, señor. Es que esta joven y yo nos parecemos... en el genio y vamos a ser amigotes.

LAURA
Corro a anunciaros a la señora. (Entra en las habitaciones de la derecha)


ESCENA VII

El Barón, —Gervasia.

BARON
Eso es; entras a saco: observas con demasiada exactitud mis lecciones!

GERVASIA
Duro en ellas, señor, duro en ellas! Las mujeres son el diablo, se la pegan al más listo!... (Como yo a ti!)

BARON
Pues a mí, solo tú, a ser mujer, podrías engañarme...

GERVASIA
No diré que no!

BARON
Siento no haberte conocido hasta hace poco, porque hubieras corrido conmigo medio mundo!

GERVASIA
Justo, señor; eso es lo que yo apetezco. Andar mucha tierra, mucha!... hasta encontrar un alcornoque que voy buscando... (Se me escapó!)

BARON
Un alcornoque... pronto se encuentra. Vamos, tú buscas una muchacha arregladita con quien casarte, no es esto? pobre incauta la que se fie de ti!

GERVASIA
Lo que es eso, es verdad; se llevaría un chasco!

BARON
Pero la Condesa va a salir. Escucha: tendrás muy presentes mis advertencias de costumbre. Soy Barón, pero nadie ha de saber de qué... Diablo! si llegara a noticia de mi padre, era hombre perdido! Caballero de Santiago, esta cruz lo dice; pero... célibe recalcitrante!... já!... já!... já!...

GERVASIA
Y yo, como vos me tenéis dicho, hermano lego de la orden; pero no renuncio por nada en e! mundo a rasarme; no quiero parecerme a vos..

BARON
Yo tampoco niego las ventajas del matrimonio; pero le temo. Esa camarera me parece que no me es desconocida, y esa Condesa!.. Silencio! mis amigos se acercan.


ESCENA VIII

El Barón, Gervasia, coro de cazadores. Después la Condesa, Quincozes, Laura.

CORO
En descansando
vamos al coto,
que el verde soto
brindando está,
y de la corza
al alarido
suene perdido
el eco... Ahí va!..
Ahí va!

BARON
(Con entusiasmo)
Ahí va!
Toda mi sangre
arde en deseo,
y en el ojeo
me creo ya;
y tras la corza
que se extravía,
ya mi jauría
volando va!
Ahí va!

CORO
Ahí va!

BARON
Caballeros, pensemos antes en cumplir con la Condesa, la cual va a salir. Cuidado con prendarse de ella. Dicen que es muy hermosa!

LAURA
(Saliendo y señalando a la Condesa y a Quincozes)
Mi señora la Condesa,
y su esposo el General.

CONDESA
(Fijándose en el Barón)
(¡El Barón! estoy turbada!
Quién había de pensar!)

BARON
(Id. en la Condesa)
(¡Era ella! y con marido!
¡Oh semilla pertinaz!)

CONDESA
(¡Traidor! perjuro!
no haya piedad!
hoy en mi lazo
se enredará!)

BARON
(Casada, oh cielos!
cierto es mi mal!
mis invenciones
de sobra están!)

QUINCOZES
(Mirando enojado al Barón)
(Ya lo comprendo!
este es un truhán,
que me la quiere
catequizar!)

GERVASIA
(Fija en Quincozes)
(¡El es! no hay duda:
¡qué atrocidad!
ayer barbero
y hoy General!)

LAURA
(Mirando al Barón sonriendo irónicamente)
(Pobre Quincozes,
qué orondo estás,
mas ya de misas
te lo dirán!)

CORO
(¡Barón!... Barón!...
a dónde vas?
ve que el marido
alerta está!)

GERVASIA
(Con rabia)
(Ese Conde... es un embuste,
no me engaño!... es Sebastián!)

BARON
(A la Condesa)
Soy Barón... cruz de Santiago...

GERVASIA
(Interrumpiéndole)
Y no se puede casar,
pues con la cruz que hay en casa
no necesitamos más.

BARON
Soy caballero profeso...

CONDESA
(Amargamente)
(¡No hay peligro en enviudar!)
Podéis, Barón, si os place,
con franca libertad,
vos y estos caballeros
tranquilos reposar.

QUINCOZES
(Al Barón)
Dice bien la Condesa:
la caza está demás,
cuando se encuentra un plato,
cual se os ofrece acá,
donde tranquilamente,
podréis, Barón, cazar.

BARON
Espléndida Condesa,
estimo por demás
que a mí y a mis amigos
nos dé hospitalidad.

(Al Coro)
Ofrenda tan solícita
debemos aceptar...

BARON y CORO
Gracias, noble Condesa,
por la hospitalidad.

QUINCOZES
(Mirando de reojo a Gervasia asustado)
(Por más que pienso y pienso
me turbo más y más...
la cara de este page
no es suya, voto a san!)

BARON
Prepara el niño ciego
agudas flechas,
cuidado no os las clave
que son certeras:
tened cuidado
no seáis, cazadores,
aquí cazados!

CONDESA y LAURA
Sabed si vais al monte
desprevenidos,
que suele haber abrojos
entre el tomillo.
Mucho cuidado,
no seáis, cazadores,
aquí cazados!

QUINCOZES
Aquí se crían fieras
de tal calaña,
que a los barones, todos,
los despedazan.
Será un milagro
si salís de estos bosques
sanos y salvos!

GERVASIA
(Feliz si yo pellizco
a Su Excelencia;
quién se fía en barberos!
malditos sean!
Será un milagro
que no pase de Conde
a condenado!)

CORO
Alerta, compañeros,
vivid alerta,
que tiene el monte abrojos
y el bosque fieras.
Nuestros cuidados
disipen los temores
de ser cazados!

CONDESA
(A Laura)
Supongo que habrás mandado disponer un refrigerio para estos señores? Si gustáis, señor Barón, podéis pasar con vuestros amigos...

QUINCOZES
Eso es; vuestros amigos... y vos... si gustáis... Señor Barón pueden...

BARON
Aceptamos vuestros obsequios. Id, compañeros, y en breve me reuniré con vosotros, (A la condesa y a Quincozes) Antes os haré un momento compañía, si no os molesto.

CONDESA
Con mil amores.

QUINCOZES
Sí, con mil... (con mil demonios que te lleven! (Mirando a Gervasia) Cáspita, y qué fosco me mira el criado del Barón!... Esa cara... vamos, es imposible!)

(Salen Laura y los Cazadores; Gervasia los sigue quedándose un momento mirando de hito en hito a Quincozes, que la va a volver a mirar y al advertir que ella le observa, vuelve la vista)

GERVASIA
(Conque Conde, eh? Y General? Aquí hay trampa! Traidor, no te perderé de vista!)


ESCENA IX

El Barón, —La Condesa, —Quincozes.

BARON
Confieso, señora Condesa, que no me habían exagerado nada al encarecerme vuestra amabilidad. (Este marido me inspira confianza, parece bonachón)

CONDESA
Confieso yo a mi vez, que poco acostumbrada a ver honrada mi quinta, como lo está hoy, no ha dejado de sorprenderme vuestra visita.

BARON
Yo también me hallo sorprendido en esta morada, cuya magnificencia me demuestra que aun en la soledad del campo, se encuentran palacios en vez de chozas; (Mirando a Quincozes y recalcando las palabras) y muebles, como algunos de los que ahora miro, cuyo uso parece innecesario, y que sin embargo tienen aquí un preferente lugar.

CONDESA
Donoso estáis, Barón!

BARON
(Pérfida! la voy a comprometer!) Condesa, me parece que yo he tenido el honor de veros antes de ahora...

CONDESA
Yo también recuerdo vuestra fisonomía...

BARON
Un día del Corpus...

CONDESA
Si, yendo yo con mi esposo... Vos no recordareis, General?...

QUINCOZES
Oh! no, no!

CONDESA
Me parece que cruzamos algunas palabras, por yo no sé qué incidente...

BARON
No recordáis, General?

CONDESA
El General padece algo de la memoria.

QUINCOZES
(Llevándose el dedo pulgar de la mano derecha a los labios)
Ni esto!

CONDESA
(Voy a hacer a sus ojos un mal papel)

BARON
Tengo presente que aquel día estabais muy hermosa!

QUINCOZES
(Esto se va poniendo feo!)

BARON
Os lo dije, y vos me dirigisteis una dulce sonrisa...

CONDESA
(Con coquetería)
Es verdad!

BARON
Y me parece que yo añadí: Mi Condesa, sois un ángel!...

CONDESA
Tenéis una memoria, Barón, felicísima!...

QUINCOZES
(Impaciente y tirando suavemente del vestido a la Condesa)
(Señora, que os escurrís!)

CONDESA
(De mal humor)
(Dejadme!) Decíais, Barón...

BARON (Animándose)
Decía que hay momentos en la vida, que hay impresiones, señora, que no basta a borrar la inmensidad del tiempo, pues con ellas nos remontamos al cielo de la dicha!

CONDESA
(Satisfecha)
Seguid... Seguid!...

QUINCOZES
(Anda! cómo se elevan! (Dando otro tirón a la Condesa) Señora, que os estrelláis!)

BARON
Feliz el mortal que encuentra unos labios que mantengan su esperanza!

CONDESA
Buscándolos... los hallaríais.

BARON
Tal vez no. Desde hoy desconfió de mi suerte!

CONDESA
No desconfiéis...

QUINCOZES
(Violento)
(Ya escampa!)

CONDESA
(Las apariencias engañan!)

BARON
(Con creciente animación)
(Después de haberme ofendido!)

CONDESA
(Os engañáis, vive Dios!)

BARON
(Tenéis valor de negarme?...)

CONDESA
(Vaya si tengo valor!)

QUINCOZES
(Cómo charlan por lo bajo!...
Quincozes, esto es atroz!
Yo pondré el grito en las nubes..)

(Vuelve a tirar del vestido a la Condesa)

BARON
(¡Qué perfidia!)

CONDESA
(Sin atender a Quincozes)
(¡Qué dolor!
Ocultarle lo que siento,
es tener mal corazón!)

BARON
(Dadme, señora, una prueba
de que consecuente sois)

CONDESA
(Una prueba?... la tendréis)

QUINCOZES
(Resuelto)
(Voy a darla otro tirón!...)

(Lo hace)

Señora, tanta blandura
compromete vuestro honor;
ese mozo es muy taimado,
y os está dando jabón!)

CONDESA
(Irritada)
(Qué imprudente mayordomo!
Uf!... qué arrepentida estoy!...

(A Quincozes)

Callad con doscientos diablos!)
Proseguid... Señor Barón.

BARON
(Con sentimiento)
Rendido al niño ciego,
mi sosiego
huir contemplo ya:
de amor a la privanza
mi esperanza
es humo que se va!
(Triste de mí!
¿por qué te amé?
si pierdo aquí
cuanto soñé!)

CONDESA
Entre riscos y flores,
mis dolores,
yo quise mitigar;
paz busqué en mi retiro
y hoy suspiro,
pues no la pude hallar!
(Fuera mejor
no conocer,
el dulce amor
que he de perder!)

(La Condesa y el Barón se miran apasionadamente, y hablan por lo bajo con calor)

QUINCOZES
(La danza va en aumento:
yo presiento,
que el víctima he de ser.
Está hecha una jalea
y él babea!...
voy a echar a correr!...

(Reflexionando)

Mas con marchar
la hago traición.

(Con energía risible)

Debo empuñar
aquí, el timón!)

BARON
(Con fuego)
La luz que se dilata
por esa vega...
la tortolilla grata
que a el alma llega!...

QUINCOZES
(A la Condesa)
(Todo eso es patarata;
porque os la pega!)

BARON
El Tajo, do se mira
la opaca luna,
el viento que suspira
en la laguna!...

QUINCOZES
(Idem)
(Jesús, cuánta mentira!
cuánta tontuna!)

BARON
(Ante tu vista son
encantos que la mente no soñó!
con tu ausencia serán,
noche de duelo, sombra de pesar! )

CONDESA
La estrella que reluce
entre las hojas,
el sol que reproduce
sus tintas rojas!...

QUINCOZES
(Ay, ella le seduce;
siento congojas!)

CONDESA
Las perlas del rocío
de la alborada,
del ruiseñor el pió
en la enramada!

QUINCOZES
(Volviendo a tirar del vestido a la Condesa y en aptitud suplicante)
(Advertid, dueño mío,
que sois casada!)

CONDESA
(Sin hacer caso de Quincozes)
(Con tu presencia son
encantos que la mente adivinó;
con tu ausencia serán
noche de duelo, sombra de pesar!)

QUINCOZES
(Señor, señor, señor!
igualo yo en paciencia al mismo Job!
pero esto, ¡voto va!
es un anzuelo duro de tragar!)

BARON
(Esa ternura,
esa pasión,
han conmovido
mi corazón!
Tanta falacia
no puede haber!
Yo no sé qué pensar,
ni acierto a comprender!)

CONDESA
(Tanta ternura,
tanta pasión,
solo han nacido
del corazón;
porque falacia
no puede haber,
en quien logra alcanzar
sentir y conmover!)

QUINCOZES
(Me se figura,
que a este Barón,
le he prevenido
la colocación!
Pues cayó en gracia,
llego a creer,
que yo vine a guisar
lo que él ha de comer!)

BARON
(Me ahoga la duda; ese marido va a echar aquí raíces!)

QUINCOZES
(La cosa va para largo; sentémonos) (Lo hace)

CONDESA
(Qué grosería! este mayordomo es un cafre!)

BARON
(No lo dije!) (A la Condesa) Advierto que el nobilísimo Conde no toma parte en nuestra plática.

CONDESA
Yo os diré: el Conde padece de distracciones.

QUINCOZES
(Mucho voy padeciendo!) Eso es; nunca se sabe a punto fijo en lo que pienso.

BARON
(Si pudiera hablar a solas con ella? Probemos)

QUINCOZES
(Cuándo se irá?)

BARON
(Asomándose al mirador)
Magnífico espectáculo ofrece este mirador. Esta mansión es deliciosa!

QUINCOZES
Pues si vierais las afueras! Esta quinta mirada de lejos!...
(Ahí va esa!)

CONDESA
Oh! mi parque os encantaría! Si queréis recorrerle, yo me ofrezco a acompañaros.

BARON
(Magnífico!) Señora, tanto honor!...

QUINCOZES
Permitid, esposa; un paseo a estas horas con el calorcillo que se descuelga!

CONDESA
(Hace señas a Quincozes para que calle y se quede, — Al Barón)
Vamos?

BARON
(A Quincozes)
Con permiso vuestro ofrezco mi brazo a la Condesa...

QUINCOZES
Con mucho gusto!

CONDESA
(A Quincozes)
(Estáis muy impertinente) Con vuestro permiso voy a enseñarle al Barón...

QUINCOZES
Sí, a ensenarle!... (Amostazado) Con mucho gusto! (Que yo sufra esto!) Con mucho gusto!

(Salen haciendo saludos a Quincozes, a los cuales él contesta con gestos de disgusto)


ESCENA X

Quincozes, —Laura, —Luego Gervasia.

QUINCOZES
Yo bramo!... Se va con él a dar un paseíto!... permita Dios que les dé un tabardillo!!...
Quién es?

LAURA
(Irónicamente)
Servidora de Vuecelencia!

QUINCOZES
(Erguido)
Qué se ofrece?

LAURA
Perdonad, señor, yo... vamos, me he cortado, porque como no estoy acostumbrada a tratar con estos Condes, ó estos calabazas!...

QUINCOZES
Niña, niña!

LAURA
Estáis inflado como un pavo; tenéis la gravedad de ciertos cuadrúpedos!... pues sabed que no se ha hecho la miel para la boca del....

QUINCOZES
(Con gravedad cómica)
Basta de historia natural!

LAURA
Sí, vamos al asunto; sabed, señor General, que los cazadores todavía no han probado bocado, por lo cual venía a pediros... las llaves de la despensa...

QUINCOZES
Pues, para que me dejen sin cabellos de ángel!... no señor!

(Entra Gervasia sin ser vista, ocultándose en una de las puertas de la derecha)

LAURA
Dadme las llaves, ó venid vos mismo a...

GERVASIA
(Qué escucho!)

QUINCOZES
Yo descender a la despensa! ni por pienso!

LAURA
(Maliciosamente)
Por pienso... ya iríais, porque la cebada bien os ha engordado!...

QUINCOZES
Esa es una calumnia! Ahí están mis cuentas; todo el mundo sabe que la paja anda por las nubes... yo no me he comido nada!...

LAURA
Señor General, venid, venid, que se va a dar una batalla... (Burlándose) en la despensa!


ESCENA XI

Quincozes y Gervasia.

QUINCOZES
Será preciso que mis dignidades desciendan a la despensa. Qué remedio tiene! En cuestiones de estómago, a todas las dignidades les sucede lo mismo! (Va a salir y le detiene Gervasia)

GERVASIA
Con vuestro permiso.

QUINCOZES
(Con tono hinchado)
(Qué querrá este mocito?) Decid, porque estoy gravemente ocupado.

GERVASIA
(Enfáticamente)
Ah! Señor Quin... Conde, qué variado estáis!...

QUINCOZES
(Mirándola de reojo)
(Cáspita, sabe mi apellido! Pero, Señor, dónde habrá buscado este joven prestarla esa cara?)

GERVASIA
Quién había de decir qué...?

QUINCOZES
Acabemos: qué me queréis?

GERVASIA
Quiero hablar con V. S. de cosas... atrasadas; pero no me miréis con esos ojos.

QUINCOZES
Pues con cuáles os lie de mirar? (Esa voz!) Tengo otros acaso?...

GERVASIA
No sería extraño que tuviera oíros ojos quien tiene dos caras!

QUINCOZES
(Es Gervasia, Dios mío!) Sois un atrevido!...

GERVASIA
Gracias, señor don Sebastián!

QUINCOZES
(Ella es! me ha dicho don Sebastián!) Explicaos: quién os ha dicho que yo me llamo don Sebastián?...

GERVASIA
Sí, sí, sois don Sebastián, y sin duda os habéis olvidado de que cuando yo os conocí andabais en cueros vivos, como vuestro santo.

QUINCOZES
(La reconozco! por el aire, por el gesto y sobre todo... por esos datos de verano!) (Reponiéndose ) Señor page, qué disparates estáis diciendo?... os desprecio!... y me escurro!...

GERVASIA
(Alzando la voz)
Idos; pero yo diré a todo el mundo que no sois General sino un simple particular; que engañasteis, años hace, a una joven; que...

QUINCOZES
(Volviendo asustado)
No grites perlas once mil Vírgenes!.. Mas tú!., una voz secreta me lo revela, sí, eres Gervasia!...

GERVASIA
No; soy su primo!

QUINCOZES
(Mejor era que me hubiera salido un divieso que no un primo!)
Bien, primito, qué deseas? La quiso, pero he mudado de posición, me atrapó la Condesa
y...

GERVASIA
Quiero que te cases con ella.

QUINCOZES
Pero, adorado primo, si ya te he dicho que estoy enganchado!..

GERVASIA
(Con rabia y dando voces)
Te niegas? Bueno. Divulgaré que eres traidor al rey Felipe!... Te delataré y te echarán a galeras!... Adiós!

QUINCOZES
Tente! no irás,
primo cruel,
oye a razones,
por vida de!...

GERVASIA
Del Archiduque
juraste ser;
mas hoy descubro
todo el pastel!

QUINCOZES
Soy inocente!

GERVASIA
Mientes!

QUINCOZES
Sí a fe!
«Da, pero escucha!... »
que dijo aquel!

(Con afectación cómica)

Rasura que te rasura
mis verdes años pasé,
y a un tiempo que a mi parroquia
yo me afeitaba también.
Las barbas del populacho
no daban para comer,
así es que me diga un día,
de aquellos en que ayuné;
tu navaja, Sebastián,
digna es de afeitar a un rey,
se presenta un Archiduque!...
arma en mano y duro en él!
por amor al soberano!..

(Con misterio)

me comprendes!...

GERVASIA
Ya se ve!
Quisiste hacerle la barba!
era un plan de Lucifer!
Suspira que fe suspira,
por ti suspiraba fiel,
la pobre infeliz que aun siente
el rigor de tu desdén.
Pelabas al vecindario
con auxilio de una nuez,
y al sacar tú la navaja,
ya lloraba de placer.
Pero dejaste a tu novia
haciendo muy mal papel,
y ha llegado ya el instante
de pagarlas de una vez!

QUINCOZES
(Balbuciente)
Ten piedad, que yo la quiero,
yo tu primo quiero ser,
su recuerdo me emborracha,
y su amor me sabe a miel!

GERVASIA
(Con júbilo)
Será verdad!
Cielos, que oí!

(Abriéndole los brazos)

Yo soy Gervasia!

QUINCOZES
(De mal gesto)
Topo de mí!

GERVASIA
Si no me ofreces
matrimoniar,
todo, al momento,
lo he de contar!...

QUINCOZES
Máxima culpa!...
(La engañaré!)
Calla y soy tuyo!...

(Arrodillándose)

GERVASIA
(Solemnemente)
Levántate!

QUINCOZES
Viva, viva el amor!
siempre!
sí, sí, sí!
Vaya si te conservas!
ven hacia mí!

(Viniendo hacia Gervasia)

No sucumba el amor!
nunca!
no, no, no!
Mira cómo retoza
mi corazón!

GERVASIA
Viva, viva el amor!
siempre!
sí, sí, sí!
Vaya si estás buen mozo!
voy hacia ti!

(Yendo hacia Quincozes)

No sucumba el amor!
nunca!
no, no, no!
Ay! como se desboca
mi corazón!

GERVASIA
Con qué?...

QUINCOZES
Que si te quiero? hasta la tumbal (Malo va esto!) siento pasos... (Serán ellos!) salgamos!

GERVASIA
Pero...

QUINCOZES
(Huyendo)
Vamos!

GERVASIA
(Siguiéndole apresurada)
La soga tras el caldero.


ESCENA XIV

La Condesa, —El Barón.

(Entran del brazo y conversando animadamente, por el lado opuesto al que salen Quincozes y Gervasia)

CONDESA
Amigo mío, hay paseos que sofocan!

BARON
(Esto marcha!)

CONDESA
Pero donde estará mi esposo?

BARON
Seguirá distraído!...

CONDESA
Barón, habladme de algo nuevo, pero que sea espiritual!...

BARON
Lo que os quiero decir, seria criminal, si yo no hubiera formado el irrevocable proyecto de abandonar vuestra casa dentro de breves instantes.

CONDESA
(Impaciente)
(A que le dejo escapar?) Os escucho impresionada!...

BARON
(Con interés)
Será verdad? acaso, vos, señora?... pero no, soy un insensato, un niño que se recrea en fingirse montañas de espuma, para verlas deshechas en el aire!

CONDESA
Hablad! Cuando os incito a que me hagáis depositaria de vuestros pensamientos, ¿no concebís que pueda haber una razón que disculpe mi conducta?

BARON


CONDESA
(Con entusiasmo)
Cómo! me amáis?

BARON
Sí, sí, con pasión frenética, delirante!...

CONDESA
Será cierto? Barón, yo también...

BARON
Qué escucho? No es un sueño? Ah! señora, mi dicha está pendiente de vuestros labios!

CONDESA
(Turbada)
Yo no puedo decir más... que me conmovéis!

BARON
Condesa! la ventura no puede pintarse, cuando se alcanza tan inesperadamente!

CONDESA
(Con zozobra)
(Esto no tiene nada de particular, y sin embargo, yo estoy azorada!) (Variando de tono) Barón, Barón, tomáis las cosas muy a pecho!

BARON
(Asiéndola la mano que ella finge querer retirar)
No, no, vos no podéis ser ingrata! Yo os amo!

CONDESA
Dios mío! qué os ha dado? soltad.

BARON
(Apasionadamente)
Es inútil! yo os adoro! (Le besa 1a mano)

CONDESA
(Huyamos! firmeza hasta el fin!) (Se desase del Barón y sale precipitadamente)


ESCENA XV

El Barón, —Gervasia.

BARON
Huye! se confiesa vencida! Mujer encantadora, yo estoy loco por ti; yo voy a casarme contigo!... Pero señor, qué estoy diciendo? Olvidas, desventurado, que todavía hay maridos en el mundo? Reniego una y mil veces de ese matrimonio! y del Conde y de mí mismo! Esta mujer me hubiera hecho feliz! No puedo respirar, yo necesito aire! aire!... (Se dirige al mirador, y entra Gervasia precipitadamente, sin verle)

GERVASIA
Esto no puede seguir así! Sí, señor, quiero que sepa todo el mundo la verdad! Yo deseo ver a mi amo!... soy muy desdichada!

BARON
Qué dice ese muchacho? si se habrá vuelto loco?

GERVASIA
(Viendo al Barón)
Ah! Señor, esto va mal, muy mal!

BARON
Bien, y qué es eso?

GERVASIA
Es... lo que no es!

BARON
Enterado.

GERVASIA
(Sentimental)
Ved si tengo razón para quejarme: después de andar algunos años, como quien dice a salto de mata, para que ese barberillo cumpliera como es debido, casándose conmigo...

BARON
(Dando un salto de sorpresa)
Muchacho, tú no estás en tu juicio!

GERVASIA
Qué muchacho, ni qué berenjenas, si yo no soy él!...

BARON
No eres él? Pues quién eres?

GERVASIA
(Tímidamente)
Soy ella

BARON
(Confuso y riéndose)
Dice que es ella!... ella!...

GERVASIA
Soy mujer, señor, no lo dudéis, si no que ya se ve: yo le quería y le di pruebas de afecto; él me dijo que nos casaríamos más adelante; yo esperé, él tomó las de Villadiego; yo me fingí hombre para buscarle con más desahogo... me dijeron que estaba aquí... y aquí se halla; pero con muchos humos, señor!

BARON
El diablo que te entienda! Quién es él? Quién eres tú? Quién sois los dos?

GERVASIA
No os enojéis!., yo, soy Gervasia; él Quincozes, mi novio; mayordomo de la Condesa y que ella ha hecho que se finja su marido para... qué se yo para qué!

BARON
Cielos! Será cierto? Garcés, digo, Gervasia, digo... Es decir que me has engañado como a un chino? Y que la Condesa?... qué felicidad!

GERVASIA
La Condesa, señor, os ha hecho ver lo blanco negro! A vos y a mí nos la han pegado! Esto pide venganza!

BARON
(Pensativo)
Sí, venganza! Si yo hallara modo de...

GERVASIA
Lo malo es que yo le conté a la camarera nuestra farsa, y tal vez ya lo sabrá la Condesa!

BARON
(Con repentina alegría)
Tú!... me has perdido! Mas no, no me has perdido; qué rayo de luz!... dame un abrazo; otro. (Se los da) Nos hemos salvado!

GERVASIA
Yo me salvaré en arañando a Quincozes!

BARON
Antes vamos a hacer creer a la Condesa que tú eres mi mujer.

GERVASIA
(Con júbilo)
Qué decís?

BARON
Soy dado a la caza; mi esposa también, y me acompaña vestida de hombre, por cualquier razón, porque a los dos nos da la gana... Tú has notado que la Condesa está demasiado tierna conmigo! eh? Como eres mi mujer, tienes celos, la das cuatro gritos!

GERVASIA
Qué risa! Quincozes rabiará; tendrá envidia; magnífico! Ay! si fuera esto verdad!

BARON
Nada; ya sabes lo que has de hacer...

GERVASIA
(Irguiéndose y en actitud grave)
Incomodarme mucho, y darme mucha importancia!...

BARON
Eso, eso! Ay, Gervasia, qué dote te vas a ganar! Por el pronto venga otro abrazo y apretado!

GERVASIA
Vaya, coa Garcés no estabais tan fino! Basta, que vienen!

(Aparece la Condesa)

BARON
(Ella! Me ha visto abrazar a esa muchacha! Que rabie!)


ESCENA XVI

Gervasia, —La Condesa.

CONDESA
(Se aleja de mi presencia; me teme ó mejor dicho, se teme a sí mismo!) Algún buen servicio debes haber prestado a tu amo, porque le he visto abrazarte satisfecho!

GERVASIA
(Con énfasis)
Caprichos, señora!

CONDESA
(Desenvuelto es el page!) Sabes que no ignoro que el barón y tú me habéis engañado?

GERVASIA
Lo presumía.

CONDESA
No comprendo la razón.

GERVASIA
Pronto la sabréis.

COISDESA
Es decir, que esos votos, a que se fingía ligado tu amo, eran una farsa? No lo niegues!

GERVASIA
Al contrario; os aseguro que estáis bien informada: el Barón ha podido casarse, tanto que!...

CONDESA
Acaba!...

GERVASIA
Se ha casado.

CONDESA
(Irritada)
Eso es falso!

GERVASIA
Se ha casado, señora! y yo no os he dado derecho para que me desmintáis así, como si yo no fuera quien soy!...

CONDESA
(Qué dice? Casado el Barón! si esto no fuera una trama indigna)

GERVASIA
(Irónicamente)
Veo que os ha hecho cosquillas la noticia; no me extraña!... pero lo que me sorprende es que (Alzando la voz con altanería) vos hayáis dado oídos a las palabras de un hombre... de propiedad particular, ¡eso es inmoral! absurdo y... (No hallo una cosa fuerte) y... espasmódico!

CONDESA
Já! já! tú deliras! Eres un criadillo patrañero y!...

GERVASIA
No tal. Soy... ella! He adoptado este disfraz porque.,, porque nos da la gana! en fin: ¿cómo queríais que el Barón me abrazara si yo no fuera su...

CONDESA
Dios mío! Es verdad; tiene trazas de mujer ahora que reparo!...

GERVASIA
Tengo trazas, y hechos!

CONDESA
Cómo, vos?...

GERVASIA
Soy la esposa del Barón, y os quiero pedir cuentas de vuestro proceder!...

CONDESA
Os chanceáis! (Sí, sí, es mujer! Esto me faltaba!) Perdonadme, (Con aire burlón) Baronesa... varonil!

GERVASIA
Hacer la rueda a un casado, teniendo en casa un marido joven, y buen mozo!...

CONDESA
Basta! vuestro esposo es un villano! Me ha engañado! Lleváosle; yo os le regalo!

GERVASIA
Muchas gracias. Qué espléndida es esta señora! Da lo que no tiene!

CONDESA
(Hombre inicuo!) Decíais!...

GERVASIA
No digo nada; pero debo deciros que estoy celosa!

CONDESA
(Con desprecio)
Buen provecho os haga! (Qué trazas de Baronesa; y él hacia burla de Quincozes!) Si os habéis picado, me parece prudente que os retiréis de mi casa!.

GERVASIA
Eso es despedirme!

CONDESA
Pues; despejar la incógnita! (Voy a interrogar a Laura y a Quincozes: si no, va a haber aquí otra de San Quintín!) (A Gervasia) Lo dicho, dicho!


ESCENA XVII

Gervasia, —El Barón.

GERVASIA
Esto se llama dar al maestro cuchillada! Mi amo es un sabio.

BARON
Gracias.

GERVASIA
Ay señor! qué irritada se ha puesto la Condesa, parecía que iba a rabiar.

BARON
Lo he oído todo... sentiría que esta chanza tuviera consecuencias desagradables!

GERVASIA
Cá! no lo creáis; estoy segura de que la Condesa se pirra ahora por vos; sin embargo, advertid que si os encuentra, os pellizca; ese es un síntoma del amor!...

BARON
He sido profeso; ahora soy casado, con que no me extrañaría verme hecho un cardenal!... Anda, anda, quiero hablarla, puede salir y me estorbas.

GERVASIA
(Ahora para no comprometerme enteraré a Laura) (Sale por el fondo)


ESCENA XVIII

El Barón, —La Condesa.

BARON
Y por qué he de ser pacato? Firmeza! Ella es.

CONDESA
(Con sorpresa de disgusto, y en ademán de irse)
Ah!

BARON
Huís de mi?

CONDESA
Yo no debo dirigiros la palabra; me habéis ofendido cruelmente; habéis faltado a los respetos que se deben a una dama!...

BARON
(Irónicamente)
No os comprendo!

CONDESA
Cómo! Ignoráis que aquí, hace un instante, he descubierto vuestra perfidia?

BARON
Me habrán calumniado, Condesa... yo os amo!

CONDESA
Basta! seria un crimen escucharos; idos, yo os perdono!

BARON
Decidme antes el delito que he cometido.

CONDESA
(Inquieta y queriendo salir)
Sois un infame! vuestra esposa os dirá lo demás...

BARON
(Con falsa extrañeza)
Ah, sabíais!... Pero Condesa, vamos a ver, (Alegremente) qué tiene eso de extraordinario?

CONDESA
(Con mezcla de cólera y sentimiento)
Con que no es una cosa extraordinaria casarse? (Malvado!)

BARON
No parece si no que vos no sois casada!

CONDESA
Yo estoy casada, así... sin malicia!

BARON
Y yo también, señora... yo... inocentemente!

CONDESA
(Me desespera!) No tengo paciencia para oíros, salid!

BARON
(Con aplomo)
Condesa, no me marcho. Para justificar mi conducta acaso tendré razones especiales, y reservadas como vos; dadme la mano y quedemos amigos.

CONDESA
Nunca!

BARON
Ved que vuelta indiferencia me costaría la vida? (Queriéndola asir la mano)

CONDESA
(Furiosa)
Qué me importa que os muráis? Apartaos o doy voces!

BARON
(Insistiendo en tomarla la mano)
No, no, yo lie nacido para padecer por vos!

CONDESA
Qué escándalo! Hola! a mí; Laura, Conde!... (Aquí me descubro y le anonado!)


ESCENA XIX

La Condesa, —El Barón, —Quincozes.

QUINCOZES
(Saliendo presuroso)
Qué es esto? Qué sucede? (Tiró el diablo de la manta!)

CONDESA
Este caballero me ha faltado al respeto!

QUINCOZES
Qué oigo!... Nos faltáis... pues nos sobráis!

BARON
(Indicándole que salga)
No hay que escandalizar; vos tenéis espada; yo también; excuso deciros más!

QUINCOZES
Caballero, eso es harina de otro costal! yo he querido decir que os vayáis solo, sólito... y para oso no hay necesidad de espadas!

CONDESA
El Barón, señor Conde, nos engaña: es casado y trae a su señora disfrazada de paje.

QUINCOZES
(Trémulo y balbuciente)
Qué escucho? Será tal vez un paje... femenino que se llama Gervasia?

BARON
Pues, la Baronesa, mi señor!

CONDESA
(Con profunda ironía)
Muy señora mía y dueña!

QUINCOZES
(Sollozando)
Ay santos cielos! Qué desgracia! Quién lo había de pensar! yo me pongo malo!

CONDESA
Qué es lo que dice este hombre? otro enredo!

QUINCOZES
Que ella! que yo!... yo fallezco!

BARON
Vuestro esposo chochea, delira, ó es tonto!

CONDESA
No más ridículo! Este hombre es mi mayordomo, a quien en mal hora hice que se fingiera mi marido!

QUINCOZES
(Me lucí! Ahora me quedo sin la chica y sin la grande!)

BARON
Lo sabía, señora, pero he querido respetar vuestras intenciones...

CONDESA
Estabais enterado? (Que quiere decir esto?) La mía era una mentira leve, pero vuestro lazo!...

BARON
(Acabará en nudo, según creo!) Mi lazo!...


ESCENA XX

La Condesa, —El Barón, —Quincozes, —Laura.

LAURA
Señora, los cazadores se acercan a despedirse de vos.

CONDESA
Tan pronto!

LAURA
Gervasia... la aventurera, dice que quiero tener el honor de hablaros...

CONDESA
Trata con más respeto a la esposa del señor Barón!

LAURA
No lo creáis, no es casado, que lo diga S. E.

CONDESA
(¡Dios mío!)

BARON
Condesa, tropecé... y caí!

CONDESA
(Satisfecha)
Caísteis en la red!

BARON
Sí, pero es de flores!

QUINCOZES
(Bonito papel!)

LAURA
También ha llegado el notario.

BARON
Que aguarde.

CONDESA
(A Laura)
Conduce aquí a esos caballeros. Que venga Gervasia: que todos participen de mi júbilo!

(Laura se dirige a la puerta y aparece el Coro y Gervasia)


ESCENA ULTIMA

Dichos, —Gervasia, —Coro.

BARON
(A Gervasia)
Te contentas con dos mil duros de dote, y con ponerte a la sombra de aquel árbol de que me hablaste?

GERVASIA
Señor!...

BARON (Señalando a Quincozes)
Pues ahí le tienes.

GERVASIA
(A Quincozes)
Ya cayó la venda;
le atrapé, alcornoque!

QUINCOZES
Vaya, no comiences,
a ponerme motes!

(Al público)

El matrimonio
es un telar,
que hace el demonio
por enredar.
Mas yo la emprendo
con Belcebú,
si es que aplaudiendo
me animas tú!

TODOS
(Idem)
Hunde las tramas
de Lucifer,
y haz que se salve
hoy esta red!



FIN


Información obtenida en:
https://archive.org/details/lareddefloreszar3419caba

No hay comentarios:

Publicar un comentario