EL COCODRILO
Zarzuela en dos actos y diez cuadros.
Basada en la comedia del mismo título de
V. Sardou. Letra de Mariano Pina Domínguez.
Música de Ruperto Chapí.
Estrenada en el Teatro del Príncipe
Alfonso el 11 de Julio de 1889.
REPARTO
(Estreno)
Baronesa - Sra. Alba.
Nikita - Sra. Romero.
Miss Chipsick - Sra. Bavia.
Liliana - Sra. Pino.
Gabriela - Sra. Franco.
Susana - Sra. Salvini.
Olivia - Sra. Aceves.
Nono-Miki - Sra. Alonso.
Peterbeque - Sr. Julio Ruiz.
Richard - Sr. Valles.
Sullivan - Sr. L. Mesejo.
Arturo - Sr. E. Mesejo.
El Doctor - Sr. Lacasa.
Alberto - Sr. Montijano.
Caprioni - Sr. Castro.
Soubraka - Sr. Alba.
Absalón - Sr. Zafra.
Roubión - Sr. Cava.
Boultón - Sr. Morón.
El 2º del Cocodrilo - Sr. Arana.
El Comandante del Lotus - Sr. Dorado.
Contramaestre - Sr. Sierra.
D'Jali - Sr. Arana.
Periodista - Sr. Castro.
Edecán - Sr. Redondo.
Pirata 1º - Sr. Vivero.
Marinero - Sr. Sáenz.
Marineros, grumetes, piratas malayos,
ingleses, indios, chinos, etc.
ACTO PRIMERO
CUADRO PRIMERO
FUEGO A BORDO
La popa de El Cocodrilo, gran Steamer de
la Compañía holandesa que hace el servicio de Amsterdam a Hong-Kong. Al fondo
la toldilla y la escalera, por donde se desciende al entrepuente. A la derecha
la escalera de embarque. La acción empieza al oscurecer.
ESCENA PRIMERA
El Doctor, Peterbeque, Absalón, Arturo,
Alberto, Nono-Miki, Soubraka, Baronesa, Susana, Gabriela, Miss Chipsick, Liliana,
Olivia, Marineros, Grumetes y Camareros de a bordo. Los principales personajes
sentados unos, otros de pie, forman varios grupos convenientemente dispuestos.
Los marineros y grumetes en las vergas se ocupan en atar las velas y en
maniobras del barco» Cuadro pintoresco y animado.
(Música)
MARINOS y GRUMETES
¡Ah! ¡Ah!
¡Ah! ¡Ah!
Corre grumete
tu puesto a ocupar.
¡Ah! ¡Ah!
¡Ah! ¡Ah!
Baja la vela
que airado está el mar.
TODOS
La brisa es suave,
el cielo es azul,
y el sol en las aguas
esconde su luz.
La noche serena
nos brinda a soñar,
en tanto nos mecen
los olas del mar.
MARINOS y GRUMETES
La maniobra
se terminó,
todos abajo
Sin dilación. (Descienden con gran
rapidez)
LILIANA
¡Bravo, grumete!
TODOS
Muy bien está.
PETERBEQUE
¡Qué manera de subir
y qué modo de bajar!
TODOS
(Levantándose y bajando al proscenio)
Todos somos pasajeros
de este barco colosal,
y hace veinticuatro días
que salimos de Amsterdam.
Con buen viento navegamos
y no ocurre novedad.
Cada cual es de su tierra,
que lo diga cada cual.
DOCTOR
Yo soy suizo
ARTURO
Yo parisién.
PETERBEQUE
Yo soy de Bélgica.
ALBERTO
Yo soy maltés.
BARONESA, SUSANA y GABRIELA
Yo de Burdeos.
ABSALON
Yo de Leipsik.
CHIPSICK
Yo soy de Londres.
NONO y SOUBRAKA
Yo de Pekín.
TODOS
¡Vaya una mezcla!
qué risa da.
Aquí viaja toda
la humanidad.
PASAJEROS
Unos van a sus negocios,
otros van por su interés,
otros dan la vuelta al mundo,
otros viajan por placer.
Cada cual en un momento
con franqueza os lo dirá,
la razón de su viaje
que la diga cada cual.
DOCTOR
Yo por la ciencia.
ARTURO
Yo por placer.
PETERBEQUE
Yo por un pleito.
ALBERTO
Yo por correr.
BARONESA, SUSANA y GABRIELA
Yo por un tío.
ABSALON
Yo vivo allí.
CHIPSICK
Yo por negocios.
SOUBRAKA
Yo porque sí.
TODOS
Vaya una mezcla,
qué risa da.
Aquí viaja toda
la humanidad.
La brisa es suave,
el cielo es azul, etc. (Vase el coro)
(Hablado)
PETERBEQUE
Este viaje, señores, me recuerda el de
Ulises y Menelao, el de los Aeronautas, el de Jorges... el de...
DOCTOR
Empezaron los discursos.
ARTURO
Cómo se conoce que es usted abogado.
PETERBEQUE
Diré a usted: existen algunos que no
pueden pronunciar la menor arenga. Cicerón decía de ellos... Yo no sé lo que
decía, pero debió decir algo. El derecho en nuestros tiempos... (El Doctor se
aleja) (¡Qué grosero!) (A Arturo) El derecho en nuestros tiempos... (Se aleja) Decía,
señoras (A la Baronesa y Gabriela), que el derecho en nuestros tiempos... (Se
alejan. A miss Chipsick) ¿Habéis visto? Nadie me escucha.
CHIPSICK
Osté sacar mocho la lengua.
PETERBEQUE
Pero cuando se habla bien, aunque se
saque no importa.
CHIPSICK
Osté deber guardarla para cuando osté
defender mi pleito en Batavia.
PETERBEQUE
Ya lo sé. Para eso vamos.
BARONESA
Según creo, ventila usted en ese negocio
muchos millones.
CHIPSICK
¡Oh! ¡Yes!
PETERBEQUE
La cuestión es algo peliaguda. La
herencia, sin embargo, pertenece a esta señora. ¡Y yo he de decirlo muy alto!
¡Señores! ¿Dónde vamos a parar? Desde los tiempos más remotos... (Todos se
alejan)
ARTURO
(A Susana) ¡Quisiera que este viaje
durase toda la vida!
SUSANA
¡Dios mío! ¿Para qué?
ARTURO
¡Para no separarme de usted nunca!
ABSALON
(A Gabriela) Yo pensar la misma cosa con
voi.
ARTURO
Se dice con usted. (Este alemán suelta
mil disparates)
ABSALON
Yo pensar con usted la misma.
ARTURO
Conmigo, no; con ella.
PETERBEQUE
Tiene usted dos hijas seductoras. Pero
me extraña mucho que siendo usted tan joven... Deben tener muy poca edad.
BARONESA
Crea usted que se han desarrollado antes
de tiempo.
PETERBEQUE
Si parecen ustedes hermanas. Esto me
recuerda otro fenómeno curioso. Figúrense ustedes...
ESCENA II
Dichos y Sullivan.
SULLIVAN
¡Hola! ¡Cuánta gente por aquí!
BARONESA
¡Ah! Señor Sullivan. ¿Dónde se mete
usted?
SULLIVAN
En el camarote. Mi ministerio no me
permite alternar siempre con ustedes.
PETERBEQUE
Estos pastores protestantes son algo
exagerados. Si nos remontamos a su origen...
SULLIVAN
(Llamando) ¡Miss! ¿Dónde está Miss?
CHIPSICK
¿Llamar osté?
SULLIVAN
¡Ah! ¡Sí! Aquí tiene usted su frasquito.
CHIPSICK
¡Yes!
SULLIVAN
Es un agua de colonia transparente y
pura. No hay otra en el mundo. Y barata. Baratísima. No la hay más barata.
CHIPSICK
¡Liliana!
LILIANA
¿Miss?
CHIPSICK
Pagar ostá al señor.
LILIANA
En seguida.
SULLIVAN
(A Arturo, mostrándole otro frasco)
¡Mire usted qué color!
ARTURO
Ya le he comprado a usted tres frascos.
SULLIVAN
¡Es verdad! (A Absalón) Huela usted,
caballero. ¡Delicioso! ¿Se queda usted con él?
ABSALON
No gustar olerme yo.
SULLIVAN
Lo siento. (Guarda el frasco)
LILIANA
Señor Sullivan... (Pagando el frasco)
BARONESA
(Al Doctor) ¿No le parece a usted mucho
más distinguida la Criada que la Señora? (Señalando a Liliana y a la inglesa)
DOCTOR
¡Oh! ¡Qué duda cabe! Esa joven es
encantadora. La pobre quedó huérfana, obligándola las circunstancias a aceptar
el triste papel de doncella ó dama de compañía. Así es el mundo.
ARTURO
(A Nono-Niki que se halla sentado a la
izquierda, y al cual le hace aire Soubraka con un abanico) ¿Hace Calor, eh?
SOUBRAKA
¡Uf!
ARTURO
¿Por qué no se acerca a la borda donde
corre más aire?
SOUBRAKA
(Levantándose) Su alteza objeto de
veneración; el último hijo del luminoso soberano Maka-Mongú. El príncipe Nono-Miki
del cual yo Soubraka, soy servidor abyecto, no puede mezclarse más que con sus
iguales. (Todos se ríen)
PETERBEQUE
(Acercándose) En Oriente existen las
castas. El despotismo engendra la servidumbre. En Asia sobre todo. ¡Yo he visto
en Asia!...
ARTURO
¡Qué ha de ver usted! (Alejándose)
DOCTOR
(Viendo subir a Richard) Aquí tenemos al
héroe de anoche.
TODOS
¡Ah!
ESCENA III
Dichos y Richard.
DOCTOR
Venga usted, señor Richard. Estas
señoras desean cumplimentarle por su arrojo.
RICHARD
¿Mi arrojo?
DOCTOR
¡Pues no es nada! Tirarse al agua para
salvar a un grumete, y conseguir su objeto a fuerza de brazos y de audacia.
LILIANA
¡Acción noble y generosa!
PETERBEQUE
Que cualquiera, sin embargo, habría
podido hacer.
LILIANA
¿Y usted, por qué no lo hizo?
PETERBEQUE
Porque después de comer, un baño es
indigesto.
LILIANA
Richard no pensó en ello y también había
comido.
PETERBEQUE
Es cuestión de estómago.
LILIANA
O cuestión de valor.
RICHARD
Por Dios, señorita... (Se aleja)
DOCTOR
Y tanto es así, que el capitán, para
recompensarle. le ha permitido pasar a popa con los pasajeros de primera.
CHIPSICK
¡No gustarme a moi eso!
DOCTOR
¿Eh?
CHIPSICK
Moi no querer juntarme con gentesilla.
ARTURO
(Desde la borda) ¡Señores! Un buque!
TODOS
(Corriendo hacia la borda) ¡Un buque!
(Sale el coro)
ARTURO
Bandera holandesa.
DOCTOR
Cualquiera diría que se dirige hacia
nosotros.
PETERBEQUE
¡Mirad, mirad! Hace señales para
comunicar. ¿Dónde está el Capitán?
ESCENA IV
Dichos y el Segundo del Cocodrilo.
SEGUNDO
El Capitán en este momento se halla
ocupadísimo.
PETERBEQUE
Un buque se acerca y nos hace señas muy
significativas.
SEGUNDO
Ya lo he visto y he dado orden para
detenernos.
ARTURO
¡Todo el mundo se haya sobre cubierta!
(Todos saludan con los pañuelos)
DOCTOR
Dos marineros saltan a un bote y se
dirigen hacia nosotros.
ALBERTO
(¿Qué podrá ocurrir?)
RICHARD
(Suceda lo que suceda no he de perder mi
serenidad)
PETERBEQUE
¡Momentos de impaciencia! ¡El corazón
palpita ansioso! Mucho podría decir sobre los efectos psicológicos de...
DOCTOR
¡Ya están aquí!
PETERBEQUE
¡Lo diré otro día!
ESCENA V
Dichos, el Comandante del Lotus y dos Marineros.
Suben por la escalera de la derecha. Todos les rodean. Los Marineros y Grumetes
se forman en el fondo.
COMANDANTE
¿El Capitán del Cocodrilo?
SEGUNDO
(Saludando) Yo soy el Segundo del buque.
El Capitán no puede en este momento presentarse.
COMANDANTE
Dígale usted el motivo de mi visita.
Vengo a saber si entre vuestros pasajeros hay alguno llamado Jorge Morgan.
RICHARD
(¡Cielos!)
ALBERTO
(Reparando en Richard) (Se turba)
SEGUNDO
Señor Contramaestre, vea usted la lista
de pasajeros. (Vase el Contramaestre y vuelve a poco) ¿Se trata de algún criminal?
COMANDANTE
No lo sé a punto fijo. Al salir de
Batavia hemos recibido orden del gobernador general para hacer esta pregunta a
todos los buques que encontrásemos. Parece que hay gran interés en saber el
paradero de ese Morgan.
RICHARD
(¡No hay duda! Estoy perdido)
ALBERTO
(Mirando a Richard) (El cambiar de
nombre es cosa fácil)
COMANDANTE
Mi segundo, en la lista no hay ninguno
de ese nombre.
COMANDANTE
Confío en su palabra, caballero.
SEGUNDO
¿Van ustedes a Adén?
COMANDANTE
A Ceilán. Después a Adén.
SEGUNDO
Buen viaje, Comandante.
TODOS
Buen viaje.
COMANDANTE
Gracias, señores. (Vánse)
RICHARD
(¡Respiro!)
ALBERTO
(¿Sí. Será éste?) (Por Richard)
ESCENA VI
Dichos y un Marinero.
MARINERO
Mi Segundo. El Capitán, que venga usted
en seguida.
SEGUNDO
Vamos. (Vánse)
BARONESA
Hijas mías, ya es hora de retirarnos.
ARTURO
Creo que lo mejor es dormir. Si usted me
permite... (Ofreciéndole el brazo a Susana)
SUSANA
¡Con mucho gusto!
ABSALON
(Id. a Gabriela) Osté querer la pierna.
ARTURO
¡El brazo, hombre!
ABSALON
¡Ah, sí! Moi confundir extremidamientas.
(Vanse)
CHIPSICK
Liliana, a la cabina. Mi estar mocho
soñada. ¡Peterbeque!
PETERBEQUE
¡Miss!... (La ofrece el brazo)
LILIANA
Adiós, señor Richard.
RICHARD
Buenas noches, señorita Liliana.
CHIPSICK
¿Por qué saludar a ese hombre?
LILIANA
¡Es un valiente y tiene muy buen corazón!
CHIPSICK
¡Me non tiene dinaro! ¡El curazao! ¡No
sirve de nada el curazao! (Vánse)
SULLIVAN
(A los chinos) Yo no sé si les he
ofrecido a ustedes este nuevo prodigio. (Enseñándoles un frasco)
SOUBRAKA
¿Eh?
SULLIVAN
¡Agua de Colonia superior!
SOUBRAKA
El príncipe no necesita perfumarse. Lo
está por su nacimiento.
SULLIVAN
¿Nació perfumado? ¡Hombre, qué rareza!
¿Pero y usted?
SOUBRAKA
Yo no puedo oler como mi amado príncipe.
Soy un súbdito abyecto. (Vánse)
SULLIVAN
Bueno. Otra vez Será. (Guardándose el
frasco y marchándose)
ALBERTO
(Mirando a Richard) (Yo sabré quién es)
(Nadie queda en escena)
ESCENA VII
Richard.
RICHARD
Gracias a Dios que al fin puedo respirar
con desahogo. ¡La fortuna empieza a protegerme! Ya casi puedo creer que estoy
libre. ¡Cuántos afanes, cuántos temores me han asaltado desde que .. ¡Oh! ¡Pero
no me arrepiento! ¡Cumplí con mi deber! ¡Quizás me protejo por eso el cielo!
ESCENA VIII
Dichos y el Segundo.
SEGUNDO
¡Richard! (A media voz)
RICHARD
¿Eh?
SEGUNDO
¿Está usted solo?
RICHARD
Sí. ¿Qué ocurre?
SEGUNDO
Un desastre espantoso. ¡Fuego a bordo!
RICHARD
¿Fuego?
SEGUNDO
Desde hace siete horas. El Capitán creyó
poder dominarle, pero todo ha sido inútil. Hay que embarcarnos en los botes a
toda prisa. Ya hay preparados varios con víveres y cuanto hace falta. ¡Pronto!
Avise usted a todo el mundo. Los de proa se salvan bajo el mando del Capitán.
RICHARD
(Corriendo a la escotilla) ¡Liliana!
¡Señorita Liliana! ¡Sobre cubierta! ¡Hay fuego a bordo! (Suenan los pitos de a bordo,
y salen varios marineros y grumetes que a las órdenes del Segundo y del
Contramaestre, descuelgan los botes y se preparan a embarcar el pasaje. En
seguida óyense dentro las voces de ¡fuego! ¡Fuego a bordo! y empiezan a salir
todos los personajes: el coro de pasajeros y pasajeras y resto de tripulación
presos del mayor terror. Todos gritan, y los marineros, el Segundo y Richard,
imponen a voces orden y silencio. La mayor parte de los viajeros han subido a
cubierta a medio vestir y durante dos minutos los gritos, el espanto y la mayor
confusión reinan en el barco. Oyense los pitos, la campana quo toca sin cesar y
varios cañonazos que se supone dispara El Cocodrilo. En medio de esta
confusión, y en vista de que nadie puede imponerse, Richard dispara al aire un
pistoletazo. En el acto todos se callan sobrecogidos de espanto)
RICHARD
¡Sin orden ni serenidad no es posible
salvarse! Las mujeres primero. (Todas se lanzan a la escalera de embarque ayudadas
por los marineros)
ALBERTO
(Mezclado entre ellas quiere pasar)
RICHARD
(Deteniéndole) ¡Eh! ¡No se pasa!
ALBERTO
¿Quién me lo impedirá?
RICHARD
¡Yo! ¡Cobarde! (Le da un empellón)
ALBERTO
(Tú me las pagarás) (Vuelven la
confusión y los gritos. A Peterbeque le cogen entre dos marineros y se lo
llevan. La luz del incendio ilumina el buque y el humo sale por las escotillas invadiendo
toda la escena. Cae un telón de humo y la orquesta ataca la pieza musical.
Hay que ensayar muy bien esto cuadro. ¡A
ver si se lucen ustedes, señores directores!)
CUADRO SEGUNDO
EN ALTA MAR
El mar aparece rojo por el incendio del
buque. Al fondo dos botes que se alejan llenos de pasajeros. A la derecha el
buque con la proa bajo el agua y la popa sin sumergir, pero convertida en
hoguera. A poco el buque so sepulta en el mar, y esto recobra su color natura!
El telón baja despacio.
CUADRO TERCERO
LOS NAUFRAGOS
Telón corto de marina. Se ven pasar muy
a lo lejos les botes de El Cocodrilo.
(Pieza
musical por la orquesta)
CUADRO CUARTO
¡VIVA EL GOBERNADOR!
Bosque de palmeras. Al fondo el mar.
Decoración muy brillante.
ESCENA PRIMERA
Richard, el Doctor, Alberto, Nono-Miki,
Soubraka, Arturo, Absalón, Boulton, Caprioni, Roubión, Marineros, Olivia, Baronesa,
Susana, Gabriela, Liliana, Miss Chipsick y Grumetes.
A la izquierda Susana y Gabriela lavan y
planchan: aquella en el lavadero, ésta de pie cerca de una mesa compuesta del
tronco de un árbol. Una marmita en donde hay fuego, se halla sil pié.
Nono-Miki, sentado en el suelo, sopla con varias hojas do arboles. A la derecha
Sombraka limpia con una servilleta varios platos, que son conchas de diferente
tamaño. Otro los coge, y los entrega a la Baronesa quo se halla sentada en el
centro cogiendo frutas. Detrás Roubión afeita a un marinero, y cerca aguardan
su vez otros varios. El cliente se halla sentado en una silla rústica, y
sostiene en vez de vacía, medio coco. Arturo a la derecha subido en una
escalera do bambú, se ocupa en colgar una guirnalda de flores y follaje. A la
izquierda, Absalón hace lo mismo. Richard, Alberto y Liliana en segundo
término: aquél a la izquierda, éstos a la derecha. Los demás personajes
sentados a la puerta de las cabañas. El traje de los hombres, en extremo deteriorado.
Muchos con el cuello y brazos desnudos, y los pantalones a media pierna.
Algunos con sombreros de paja. Las mujeres llevan también la mayor parto el
cuello y los brazos desnudos. Sayas cortas de vivos colores. Collares de
conchas, pulseras y pendientes. Cada cual ha procurado arreglar su traje con
los productos de la naturaleza, existiendo en todos restos del pasado.
En Madrid se presentó esta decoración
sin ningún personaje. El efecto era mayor. Después salían todos ocupando sus
puestos. Pero no siendo magnífica la decoración, hay que presentar el cuadro
indicado.
(Música)
SUSANA
Lavemos la ropa. (Lavando)
GABRIELA
Planchemos con arte. (Planchando)
NONO
Soplemos con fuerza. (Soplando)
SOUBRAKA
(Limpiando los platos)
Limpiemos a escape.
MARINEROS
(A Roubión, que es negro y está
afeitando)
Me afeitarás luego.
En cuanto ese acabe.
ARTURO
(Sobre la escalera) Así la guirnalda
debe estar muy bien.
ABSALON
Mi ser florecido. (Perdiendo el
equilibrio)
ARTURO
Te vas a caer.
DOCTOR
(A Olivia) ¡Cuan bello es amar!
OLIVIA
¡Cuán bello es querer!
LOS DOS
El pecho palpita
con dulce placer.
Tu amor es mi vida,
tu ser mi ilusión.
¡Oh, dicha querida!
¡Oh, tierna pasión!
ARTURO
(Bajando de la escalera)
¡Magnífico! ¡magnífico!
No puede estar mejor.
Para estas cosas tengo
un gusto encantador.
TODOS
(Acercándose) ¡Magnífico! ¡Soberbio!
¡Sublime! ¡Celestial!
Como adorno improvisado
no se puede pedir más.
(Al público)
Tres meses hace que aquí vivimos
donde la suerte nos vino a echar;
gracias al cielo no perecimos
entre las ondas del ancho mar.
Que esta es una isla
lo sabemos bien;
pero no sabemos
que isla puede ser.
Nadie en ella habita,
nadie aquí se ve.
¡Dónde la fortuna
nos llegó a traer!
II.
Hay muchos lagos y muchas flores,
bosques espesos, que miedo dan,
aves pintadas de descolores
que en torno nuestro vienen y van.
Y también hay monos,
micos hay también,
Y hay cada mosquito
que parece tres.
Y unos hormigones
¡ay, Dios de Israel!
cuando alguno pica
sabe hacerlo bien. (Vase por el foro)
(Hablado)
ARTURO
¡Y sabe Dios cuándo saldremos de aquí.
DOCTOR
Nosotros fuimos menos afortunados que el
resto de nuestros compañeros.
ARTURO
¡Es verdad! Los primeros botes pudieron
alcanzar el buque holandés y sus tripulantes se salvaron.
BARONESA
En cambio a nosotros nos arrojó el
viento sobre esta isla desierta, donde hace tres meses vivimos lo mismo que
Robinsón.
ARTURO
En efecto: nuestros trajes no imperan
ya. Ved cómo estamos. En la última miseria.
LILIANA
Protesto; tenemos trajes nuevos.
BARONESA
Que no hemos estrenado.
SUSANA
Y que confeccionamos a nuestro capricho
con los productos de la isla.
RICHARD
Los estrenaremos hoy, día grande y
solemne para todos.
ARTURO
¡Día de matrimonio! ¡Hurra por el Doctor!
TODOS
¡Hurra!
DOCTOR
Mi futura y yo agradecemos vuestro entusiasmo.
(Señalando a Olivia)
BARONESA
¿Pero decididamente se casan ustedes?
DOCTOR
¿Y por qué no? Mi futura es
norteamericana, protestante. Es libre y me adora. Existe en nuestra colonia un
pastor de su religión que ningún inconveniente tiene en casarnos. La cosa es
sencilla y natural. ¿No es cierto, Olivia?
OLIVIA
¡Yes! En mi país lo hacemos así.
BARONESA
Pero en una isla y en nuestra situación,
me parece algo extraño.
ARTURO
Al contrario, señora. Aquí es donde se
comprende el matrimonio. Es preciso poblar la tierra: ¿no es verdad?
OLIVIA
¡Yes! ¡En mi país lo hacemos así!
ARTURO
Y en todas partes.
BARONESA
Bueno, bueno. Allá ustedes...
ESCENA II
Dichos y Sullivan con el traje hecho
girones. Saca en la mano una gran langosta.
SULLIVAN
Santos y felices días.
ARTURO
¡Hola, señor reverendo!
RICHARD
¿Qué trae usted ahí?
SULLIVAN
Mí pesca de hoy.
BARONESA
¿Un cangrejo?
SULLIVAN
Es langosta, señora. No la rebaje usted.
DOCTOR
Servirá para la comida de boda.
SULLIVAN
¿Decididamente es hoy la ceremonia?
DOCTOR
Si usted no se opone.
SULLIVAN
¿Oponerme? ¡Al contrario! ¿Qué mayor
placer para mí? Les uniré a ustedes según nuestro rito, y en paz. (Si éstos
supieran que jamás fui pastor, sino comisionista de perfumería. (Pero no
importa. Yo los caso)
ESCENA III
Dichos y Peterbeque con una bata muy
rota y completamente calvo.
PETERBEQUE
¡Nada! ¡Que no la encuentro!
ARTURO
¡Calla! ¡Mirad a Peterbeque!
TODOS
¡Já, já, já!
ARTURO
¡Ha desesterado!
PETERBEQUE
Sí, anoche. Me quedé dormido en el
bosque, y al despertar esta mañana ¡adiós peluca! ¿Quién pudo llevársela? Lo
ignoro.
TODOS
Já... já... já...
PETERBEQUE
(A miss Chipsick) ¿Cómo ha pasado usted
la noche, encantadora Miss?
CHIPSICK
(Reparando en la calva de Peterbeque)
¡Ah! ¡Atrás! ¡Marchar osté!
PETERBEQUE
¿Eh?
CHIPSICK
¡Osté estar indecente
PETERBEQUE ¡Ah! ¡Ya caigo! ¡Dispense
usted! (Se ata un pañuelo) He perdido el cabello en el bosque, y no lo
encuentro. De este modo ya estaré presentable.
ALBERTO
(Con un pedazo de periódico en la mano)
¡Señoras, Señores! Oigan ustedes.
TODOS
¿Eh? (Acercándose)
ALBERTO
Una noticia inserta en este pedazo de
papel donde había envuelto un objeto que acabo de hallar. Se refiere al individuo
que el capitán del buque holandés buscaba en El Cocodrilo.
RICHARD
(¿Qué dice?)
ALBERTO
«Se persigue activamente a Jorge Morgan.
Según noticias, se dirige a la Australia. El jefe de policía no descansa un
momento hasta dar con él.» ¡No hay duda! Este hombre es un criminal.
RICHARD
¡Así parece!
ALBERTO
¿Opina usted como yo?
RICHARD
Opino como todos. (Se aleja)
ALBERTO
Es preciso averiguar a toda costa si Morgan
es este miserable. (Empieza a salir el coro)
ARTURO
¡Bueno, bueno! Allá se las componga el
señor Morgan. Pensemos en nosotros. En la boda de hoy; en el gran banquete
conque debemos celebrarla.
DOCTOR
¿Banquete? Poco a poco. Ante todo es
preciso saber cómo estamos de víveres.
RICHARD
De eso precisamente pensaba hablaros.
Nuestros recursos cada día son menores. Hemos gastado sin orden ni concierto
cuanto salvamos del naufragio, y apenas quedan ya algunas barricas de conservas
y de aguardiente.
DOCTOR
A eso no se puede tocar.
BOULTON
¿Y por qué no? Acabemos con todo, y luego
allá veremos.
ROUBION
¡Dice bien! (Está con los marineros a la
derecha)
MARINEROS
¡Sí, sí!
RICHARD
Repito que desde ahora es preciso no
malgastar lo que constituye nuestra vida. (Está a la izquierda con las Mujeres y
Grumetes)
BOULTON
¿Y con qué derecho te eriges en dueño de
lo que a todos nos pertenece?
RICHARD
¿Eh?
BOULTON
Si quiero beber, beberé; ¿no es verdad,
muchachos?
MARINEROS
¡Sí, sí!
ROUBION
¡Aquí no hay privilegios!
CAPITAN
¡Aquí cada cual hace lo que quiere!
DOCTOR
¡Y yo os digo que eso no puede ser!
Precisamente para evitar toda clase de abusos, necesitamos una autoridad que
mantenga entre nosotros la disciplina. Una autoridad a quien respetemos todos.
TODOS
(Excepto los Marineros ¡Sí, sí! ¡Dice
bien!
ARTURO
Procedamos inmediatamente a su elección.
PETERBEQUE
(¿Elecciones? Palos tenemos)
TODOS
¡Sí! ¡Eso es! ¡Muy bien!
PETERBEQUE
Si se trata de elegir un jefe, yo
probaré de un modo parlamentario su urgente necesidad. Dejadme hablaros una
hora.
MUCHOS
¡No, no!
ARTURO
Basta. Estamos convencidos. Hace falta
un jefe.
PETERBEQUE
¿Lo creéis así? Entonces voy a probaros
lo contrario.
VOCES
¡No! ¡Silencio!
UNO
¡Fuera el hablador!
PETERBEQUE
¡Si se suprimen los debates!
ARTURO
¡Votemos por un jefe!
SOUBRAKA
¡Un momento! El voto es inútil. Se
impone un solo candidato.
TODOS
¿Quién?
SOUBRAKA
Su alteza Serenísima. (Presentando a Nono-Miki)
TODOS
¡Já, já, já!
PETERBEQUE
¡Pueblo mío! Lo que tú necesitas no es
un chino, ni una china. Una china, menos, porque se puede meter en un ojo. Lo
que tú necesitas, es un hombre.
TODOS
¡Bravo!
PETERBEQUE
Y aquí no hay más que un hombre. ¡Yo!
VOCES
¡Fuera, fuera!
DOCTOR
¡Silencio! Quedamos, señores, en que el
jefe tendrá plenos poderes.
TODOS
¡Sí, sí!
PETERBEQUE
¡La dictadura! ¡Horror! ¡Pueblo! ¡Corres
a tu ruina!
BOULTON
¡Pero hombre! ¿Y si lo eligen a usted?
PETERBEQUE
¡Es verdad! La dictadura. Voto por la
dictadura.
DOCTOR
Que levanten la mano sus partidarios.
(La gran mayoría levanta una mano. Peterbeqne las dos) Queda votada la dictadura.
(Aplausos) ¿Cómo llamaremos, señores, a este jefe?
ARTURO
General.
PETERBEQUE
¡Ya salió el sable! ¡Qué vicio, hombre,
qué vicio!
DOCTOR
Presidente.
LILIANA
Gobernador.
TODOS
Si. sí, gobernador. (Levantando las dos
manos todo el mundo)
DOCTOR
Gobernador... por unanimidad.
VOCES
¡A votar! ¡A votar!
ALBERTO
¿Con qué votamos?
DOCTOR
Con las conchas. El suelo está lleno. Se
escribe dentro el nombre del candidato.
ALBERTO
¿Y con qué se escribe?
ARTURO
Yo tengo un lápiz, y por el suelo hay
carbones.
SOUBRAKA
Aquí está la urna. (Coloca una marmita
sobre un tonel que tiene el rótulo de Frágil.
RICHARD
Mayoría relativa. ¿Cuántos somos?
HOMBRES
(Levantando las manos) Veinte.
MUJERES
Veintiséis.
ALBERTO
Las mujeres no votan.
LILIANA
¿Cómo que no?
ALBERTO
En ningún país se conoce eso.
BARONESA
Pido la palabra. Tenía yo ganas de
tratar esta cuestión. ¿Conque la mujer no vota? ¡Y en cambio los hombres votan
siempre cuanto la mujer quiere que voten.
MUJERES
¡Bravo, bravo!
LILIANA
Los hombres hacen nuestra voluntad y luego
nos niegan el derecho de proclamarla.
BARONESA
¡Si votáramos nosotras, no habría nunca
palos ni otros excesos!
LILIANA
Y sobre todo, nosotras podremos votar
tan estúpidamente como los hombres; pero más, nunca.
TODOS
¡Bravo! ¡Muy bien! (Grandes aplausos)
DOCTOR
Queda admitido el sufragio universal.
(Aplausos)
PETERBEQUE
¡Gracias a Dios! Yo creí que eso no se
votaba nunca.
RICHARD
¡A votar!
TODOS
¡A votar!
(Música)
LILIANA
(A las mujeres) Votaremos por Richard.
MUJERES
Ese es nuestro candidato.
PETERBEQUE
(A Alberto y Marineros)
Yo reparto el aguardiente
si me dais vuestro sufragio.
SULLIVAN
(A otros) Toda el agua de colonia
si me votan les doy yo.
CHIPSICK
¡Mi votarme la primera!
DOCTOR
Da principio la función.
(El Doctor, colocado detrás de la urna,
echa en ella las conchas que cada cual le entrega)
TODOS
Poco a poco,
despacito,
y votemos
de una vez;
no haya engaño
ni chanchullo,
como siempre
suele haber.
El que vote
que se aleje
y parado quede allí.
Que hay quién vota
treinta veces,
y eso no se admite aquí.
DOCTOR
¿Falta alguien por votar?
TODOS
¡No!
DOCTOR
Entonces, voto yo. (Echa en la urna su
concha)
Empieza el escrutinio.
PETERBEQUE
Las manos limpias, ¿eh?
DOCTOR
(Sacando los votes y leyendo)
¡Peterbeque! ¡Richard!
¡Richard! ¡Peterbeque!
(Sigue sacando los votos)
TODOS
Saldrá mi candidato,
no tengo duda alguna
y luego en breve rato
hará nuestra fortuna.
Si elige un buen gobierno,
yo en él habré de estar.
Si no, valiente infierno
le vamos a crear.
DOCTOR
¡Richard! ¡Peterbeque!
¡Peterbeque! ¡Richard!
TODOS
Si sale mi padrino,
estoy asegurado,
pues me dará un destino
y me tendrá a su lado.
Si sale el contrincante,
haré la oposición,
y ya verá el tunante
si tengo corazón.
DOCTOR
El escrutinio ha terminado.
PETERBEQUE
¡Sudando a mares estoy ya!
TODOS
¿Quién es al fin el agraciado?
DOCTOR
Cuenta precisa os voy a dar.
Nueve votos, Peterbeque.
PETERBEQUE
¡Nueve votos nada más!
DOCTOR
Cuatro en blanco y uno Chipsick.
CHIPSICK
A mí misma mi votar.
DOCTOR
Uno el Príncipe Miki.
SOUBRAKA
Yo lo he dado. Sombraka.
DOCTOR
Y los otros treinta y uno
pertenecen a Richard,
MUJERES
¡Bravo! Bravo!
¡Gran victoria!
DOCTOR
Elegido al fin quedó.
PETERBEQUE
Siempre han sido las mujeres
mi perdición.
TODOS
Que viva, que viva
el gobernador.
ROUBION, BOULTON, CAPRIONI y MARINEROS.
Iremos preparando
la revolución.
Mucho disimulo
y mala intención.
TODOS
¡Que viva, que viva
el gobernador!
¡Hurra!
(Vase el coro de Mujeres y Grumetes a
vestirse)
(Hablado)
LILIANA
(A Richard) ¡Que sea enhorabuena!
BARONESA
Que sea enhorabuena,
PETERBEQUE
Que sea (Enhoramala)
ARTURO
Salud a la primera y única autoridad de
nuestra isla.
RICHARD
¡Señores!
PETERBEQUE
(¡Aquí lo espero yo!) ¡En el discurso!
RICHARD
¡Señores!
PETERBEQUE
¡Dos veces señores!
RICHARD
Sólo he de aseguraros que agradezco en
el alma vuestra confianza, y que do debemos perder el tiempo con discursos
inútiles. Vamos a proceder a la elección de cargos.
PETERBEQUE
(Bonita elocuencia. Dice lo que debe
decir y nada más)
RICHARD
Vosotros (Dirigiéndose a Roubión y Marineros)
Os ocupareis en construir nuevas cabañas. Necesitamos poblar la isla. ¡Para
ellos los placeres! (A los otros)
CAPITAN
¡Y para nosotros Los trabajos!
ROUBION
Siempre es el pueblo quién la paga.
PETERBEQUE
Si me hubierais elegido a mí no os
pasaría eso.
RICHARD
Vos, Príncipe, os dedicareis a marmitón,
(A Nono-Miki)
SOUBRAKA
Protesto. Esas funciones son
incompatibles con el rango de su alteza.
RICHARD
Usted lavará !a vajilla.
SOUBRAKA
¡Nunca! Yo soy talapín, y no puedo
trabajar.
RICHARD
¡Pues el talapín que aquí no trabaja, no
come!
SOUBRAKA
¡Oh, Buda! ¡Oh, Buda! (Vase)
PETERBEQUE
¡Qué bula! ¡Aquí no hay bulas para
nadie!
RICHARD
Usted, Arturo, y su amigo Absalón,
velarán por la seguridad pública, y guardarán los víveres y las municiones. Sólo
tenemos dos fusiles, pólvora y balas.
DOCTOR
(Acercando los fusiles) Aquí están.
ARTURO
(Cogiendo un fusil) Puede usted dormir
tranquilo, señor gobernador.
ABSALON
(Id) Osté poder roncar tranquila.
ROUBION
Ya salió la policía. (A los otros)
CAPITAN
Fía su poder en las bayonetas.
PETERBEQUE
¡Horrible! ¡Horrible!
RICHARD
¡Oh! Había olvidado al señor Peterbeque.
¿Qué destino preferiría usted?
PETERBEQUE
Como abogado, todos. Por gusto, la alta
administración.
RICHARD
¡Hola!
PETERBEQUE
¡Ministro en cualquier ramo! Me es
igual.
RICHARD
Pues yo voy a ofrecerle a usted algo
mejor que eso.
PETERBEQUE
¿Mejor?
RICHARD
Voy a darle a usted una embajada.
PETERBEQUE
¿Una embajada? (Paseando cómicamente)
RICHARD
Existe, como sabéis, al Sur de la isla
un espeso bosque de palmeras y cocoteros.
ARTURO
¿Habitado por los monos?
RICHARD
Cabal. Usted traerá diariamente dátiles
y cocos.
PETERBEQUE
¿A pesar de los monos?
RICHARD
Yendo de embajador, ya le recibirán bien
en su reino.
PETERBEQUE
(Esto es una burla ridícula) (Vase.
Todos ríen)
ROUBION
(A los otros) ¡Cuando os dije que no
quería ningún amo!
ALBERTO
En nosotros consiste que dure ó que se
vaya.
CAPITAN
Hay que hablar luego.
ALBERTO
(Viendo a Absalón que se acerca con el
fusil al brazo) ¡Silencio! ¡El polizonte!
RICHARD
¡Y ahora, señores, a vestirse para la
boda del Doctor!
DOCTOR
Todo está preparado.
ARTURO
Hasta los instrumentos de nuestra
invención.
RICHARD
Vaya, vaya, no hay que perder el tiempo.
ARTURO
Un momento, Baronesa. Tenemos que
hablar. (Vánse todos menos los personajes que se dicen en la escena siguiente)
ESCENA VI
Baronesa, Susana, Gabriela, Arturo y Absalón.
BARONESA
¿Qué desea usted, Arturito?
ARTURO
Absalón, los guantes.
ABSALON
¡Oh! (Arabos so ponen los guantes muy estropeados)
BARONESA
¿Qué significa?
ARTURO
Señora, rae llamo Arturo Tancredo de
Chervillac. Los Tancredos remontan a las cruzadas.
BARONESA
Y yo también.
ARTURO
¿También usted?
BARONESA
¡Claro! Puesto que estoy en el mundo, he
debido tener allí parientes.
ARTURO
Poseo sesenta mil francos de renta: no
aquí, en Francia, señora. Cuento veinticinco años, tengo una bonita figura,
buen carácter y salud completa. Esto con respecto a mí. En cuanto a mi amigo
Absalón, seré su intérprete, porque si habla en nuestra lengua va a
decir mil barbaridades. Mayor de edad:
sano de cuerpo y de espíritu; cien mil marcos de fortuna. Más feo que yo, pero
con gracia. Tengo el honor, Baronesa, de pedir a usted para él la mano de la
señorita Gabriela y para mí la ídem de la señorita Susana. Ambas nos aman y
consienten.
BARONESA
Hombre, ¿qué me cuenta usted?
LAS DOS
Sí, mamá.
BARONESA
Usted, Arturo, es un buen muchacho. Y
usted también.
ALBERTO
¡Oh! Mí ser un buen machucho.
ARTURO
¡Chist! Cállese usted.
BARONESA
No tengo inconveniente en conceder lo
que solicitan.
LOS DOS
¡Oh!
BARONESA
Sólo que ustedes se casarán con ellas
cuando estemos en tierra firme.
LOS DOS
¿Eh?
BARONESA
Porque en ésta no existe quien pueda
casarlos seriamente.
ARTURO
¿Pues y Miss Olivia?
BARONESA
Miss Olivia se casa a la americana.
ARTURO
¿Y qué más da a la americana que a la
francesa?
BARONESA
Yo exijo un juez y un buen contrato,
ARTURO
Pero señora, sí aquí no hay jueces.
ALBERTO
Aquí no haber nueces, señora.
BARONESA
Por... por eso.
ARTURO
¿Y sí no salimos de la isla en dos años?
ALBERTO
O en cuatro.
SUSANA y GABRIELA
¡O en diez!
BARONESA
Permanecéis solteras hasta nueva orden.
ARTURO
¡Oh, madre cruel! ¡Salimos ahora con
eso!
LAS DOS
Pero mamá.
BARONESA
¡Basta! Marchad delante. ¡Pues no
faltaba más! (Vánse)
ARTURO
¡Absalón!
ABSALON
¡Arturo!
ARTURO
Quítate los guantes. (Vánse)
ESCENA VII
Alberto, Roubión, Boulton y Caprioni,
salen con gran misterio y de un modo cómico.
(Música)
ALBERTO
¡Chist!
TODOS
¡Chist!
ALBERTO
Mientras ellos se visten
y se componen...
LOS OTROS
Y se componen.
ALBERTO
Trataremos nosotros
de dar el golpe.
LOS OTROS
De dar el golpe.
TODOS
Mucho cuidado.
Ya que no hay policía
por este lado...
ALBERTO
El Gobernador.
es un criminal.
LOS TRES
Mucho, sí señor,
no hay tunante igual.
ALBERTO
El gobernador
triunfará cruel.
LOS TRES
¡Eso es un horror!
¿Qué hacemos con él?
ALBERTO
Para hollar el poder de ese hombre vil,
le debemos dejar sin un fusil.
LOS TRES
Por fortuna no tiene sino dos,
de lo cual hay que dar gracias a Dios.
ALBERTO
Con las armas en la mano
prenderemos al tirano
y elegimos un gobierno
mucho más republicano.
LOS TRES
¡Dios eterno!
ALBERTO
Y esos que hoy en los placeres
viven hombres y mujeres,
cederán armando el cisco
sus derechos y deberes.
LOS TRES
¡San Francisco!
ALBERTO
Y será un primor
y tendrá que ver.
LOS TRES
Que el gobernador
tenga que correr.
ALBERTO
Y mofarse así
de su autoridad.
TODOS
Y mandar aquí.
¡Qué felicidad!
(Hablado)
ALBERTO
Ya os he dicho que casi tengo la
seguridad de que ese hombre es Morgan, tal vez un ladrón, un asesino a quien
persigue la policía.
ROUBION
No hay duda.
BOULTON
De eso tiene cara.
CAPITAN
¿Y qué hacemos?
ALBERTO
Durante la boda que en breve va a
celebrarse, habrá baile y algazara. Supongo que la guardia que Richard ha
nombrado no danzará con el fusil al hombro. Volverán a depositar las armas en
el almacén. Allí tenemos además varios sables y hachas de abordaje. Allí están las
municiones y los víveres. Forzamos la puerta; nuestros amigos se amparan de
cuanto hallen a mano y huyen hacia las ruinas del bosque. Nosotros, en tanto, con
las armas nos presentamos aquí de improviso y cogiendo por el cuello a ese
señor gobernador, le conducimos a lugar seguro.
ROUBION
¡Magnífico!
BOULTON
Aprobado.
CAPITAN
Y en seguida nuevo gobierno.
ALBERTO
Naturalmente.
ROUBION
¡Mandaremos nosotros!
ALBERTO
Claro está.
BOULTON
¡Y sin jefes! ¡Aquí no hay jefes!
Mandamos los cuatro y en paz.
ALBERTO
O manda cada cual una semana.
CAPITAN
¡Eso es mejor!
ROUBION
(¡Cómo voy a ponerme el cuerpo en cuanto
llegue la mía!)
ALBERTO
¡Silencio! Creo que viene todo el mundo.
ROUBION
¡A nuestros puestos!
ALBERTO
¡Valor y serenidad!
LOS TRES
¡Chist! (Vánse por el foro)
ESCENA VIII
Colocados por el orden que marque el
director de escena, aparecen por la derecha los personajes que se indican. La
Baronesa, Gabriela, Susana, Liliana, Miss Chipsick, y Coro de Señoras, Arturo,
Absalón, Peterbeque, Sullivan, Soubraka, y parte del Coro de Hombres, Olivia y
el Doctor. Las señoras han cambiado de traje, poniéndose otros muy originales,
y llamativos, de plumas de loros y papagayos, de plantas marinas, flores,
conchas, etc. Los Hombres lucen también trajes extravagantes. Descuellan por su
originalidad los de Miss Chipsick y Peterbeque. Aquella con sombrilla, abanico
inmenso, etc. Antes de salir todos estos personajes se oye dentro una especie de
marcha muy dulce de flautines, tambor, y guzla. Esta música viene dirigida por
Arturo, cuyo trajo recuerda el de soirée ó etiqueta, cuello alto, chaleco
blanco, corbata blanca, pero confeccionado con los productos de la isla. Arturo
toca una especie de guitarra con dos cuerdas. Absalón toca la trompa en un
caracol. Nono-Miki las castañuelas con dos cenchas. Sombraka el tambor y otros
varios instrumentos originales... Todos desfilan frente al público mientras la
orquesta acompaña con una marcha de circunstancias.
(Música)
TODOS
(Concluido el desfile)
Salud a la novia.
Que viva el Doctor.
ARTURO
Que llega señores
el gobernador,
toquemos nosotros
la marcha triunfal,
y mucho cuidado
con desafinar.
ESCENA IX
Dichos y Richard, vestido con traje
originalísimo)
PETERBEQUE
¡Basta de marcha!
¡Basta, por Dios!
TODOS
¡Qué viva! ¡Qué viva,
el gobernador.
DOCTOR
(A Olivia) Todo, mi vida, preparado
para nosotros, aquí está,
te juro ser un buen casado
nadie en amor me igualará.
Olivia, Por ti mi pecho,
palpita ya.
TODOS
Qué bonita está la novia.
¡Y qué traje luzco yo!
Mire usted qué plumas tengo.
Mire usted, qué distinción.
Si pescara cualquier sastre
tan extraño figurín,
como yo sé vestirían
los de Londres y París.
Mire usted qué gracia,
mire usted qué chic.
Mire usted lo que tengo
por acá y por aquí.
SULLIVAN
La ceremonia empiece
firmando aquí el contrato.
(Extiende sobre un tonel un pergamino)
Primero los futuros,
después los allegados,
testigos presenciales
han de firmar también.
Yo todo lo autorizo
y nada hay que temer.
TODOS
Que firme el futuro.
DOCTOR
Voy pronto a firmar. (Firma)
TODOS
Que firme la novia.
OLIVIA
¡Qué felicidad! (Firma)
SULLIVAN
Ahora los testigos. (Firman varios)
ARTURO
(A la Baronesa)
¡Señora, por Dios!
yo quiero casarme.
BARONESA
Ya he dicho que no.
SULLIVAN
Las arras en seguida
debéis cambiar.
(El Doctor y Olivia cambian dos anillos)
Con esto ha terminado
la solemnidad.
TODOS
Ya están casados.
SULLIVAN
Mucho que sí.
TODOS
Pues cuesta más trabajo
casarse en mi país.
ARTURO
En baile al momento.
TODOS
¡Bien dicho! A bailar.
Y gocen cien años
de felicidad.
(Baile. Minué por los personajes
principales)
LILIANA
¡Silencio! (Ruido y voces dentro)
TODOS
¿Qué ocurre? (Suspendiendo el baile)
LILIANA
¡Silencio, por Dios!
ALBERTO, ROUBION y MARINEROS
(Dentro)
¡Abajo ese infame
gobernador!
PETERBEQUE
Un pronunciamiento
ya me lo temía.
Pero fue más pronto
de lo que creía.
ARTURO
Quién aquí se atreve
su puesto a usurpar.
ESCENA ULTIMA
Dichos, Alberto, Roubión, Boulton, Caprioni
y Coro de Marineros.
ALBERTO
¡Abajo el tirano! (Apuntando con un fusil,
Boulton con otro. Los demás armados con hachas y sables)
RICHARD
¡Miserables! (Se lo llevan)
MUJERES
¡Ah! (Gritando y corriendo al centro de
la escena)
ALBERTO
Hoy mando yo.
Desde hoy somos libres.
PETERBEQUE
¿Libres? ¡Qué placer!
(Movimiento general de alegría)
ALBERTO ROUBION y CAPITAN
¡Pero al que se mueva
le asamos la piel!
(Todos retroceden y caen de rodillas)
PETERBEQUE
¡Pues si esto es ser libres
que será después! (Cuadro)
FIN DEL ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
CUADRO QUINTO
¿DONDE ESTA PETERBEQUE?
Telón corto de peñascos.
ESCENA PRIMERA
Liliana y luego Miss Chipsick.
LILIANA
El Doctor no ha vuelto todavía. Mi
impaciencia es tan grande que siento deseos de arrostrarlo todo para averiguar
por mí misma la verdad.
CHIPSICK
No haber ni un kilo-metro de jabón para
lavarse. Ser indecente esto.
LILIANA
¡Ah, Miss! ¿Sabe usted algo de Richard?
CHIPSICK
¿El gobernador?
LILIANA
Desde ayer, que esos bandidos se lo
llevaron, ninguna noticia hemos tenido acerca de su suerte. El Doctor decidió
esta tarde ir sólo a conferenciar con ellos. Según dijo se hallan a corta
distancia, en las ruinas de un templo budista que no habíamos visitado aún.
¡Pobre Richard!
CHIPSICK
¿Tú querer a ese hombre?
LILIANA
¡Oh, sí! ¡Le quiero! ¿Para qué
ocultarlo? Le quiero con toda mi alma, porque es bueno y generoso, y porque es
desgraciado,
CHIPSICK
Haber gustos que merecen garrotes.
LILIANA
Usted, señora, sólo comprende el placer
del lujo y de las riquezas.
CHIPSICK
¡Moi estar positiva!
LILIANA
Demasiado.
CHIPSICK
Pero tener también mi alma en mi
escaparato, y saber amar moi con ternera... ¡Oh! ¡Yes! ¡Ser mocho tierna moi!...
(Ruido dentro)
LILIANA
¿Qué es eso?
CHIPSICK
¿Eh? Pasar algo, no hay duda.
ESCENA II
Dichos, la Baronesa, Susana, Gabriela, Olivia,
Soubraka, Nono-Miki, Sullivan, Arturo y
Absalón.
BARONESA
¿Le habéis visto?
SULLIVAN
¿No anda por aquí?
SUSANA
¿Saben ustedes dónde se halla?
LILIANA
¿Quién?
BARONESA
Peterbeque.
CHIPSICK
¿Peterbeque?
SULLIVAN
Desde ayer ha desaparecido.
BARONESA
En vano le buscamos por todas partes.
LILIANA
Lo habrán preso esos hombres como a Richard.
SULLIVAN
¡Quiá! Si cuando los amotinados
partieron, Peterbeque estaba aquí: es decir, le hallamos subido a un árbol.
SUSANA
Y después echó a correr precisamente por
el lado opuesto al de los amotinados.
CHIPSICK
¡Yes! Moi estar segura de su valor.
SULLIVAN
Entonces, se ha perdido.
CHIPSICK
¡Oh! ¡Pronto! Buscarle pronto. Yo
necesitarle para mi pleito. Ser el defensor de moi... Buscarle todos,
(Dirigiéndose a Soubraka)
SOUBRAKA
Yo, Soubraka, abyecto servidor de su
alteza, no puedo ocuparme más que de su persona.
CHIPSICK
Osté ser un mona sabio.
SULLIVAN
No se altere usted, señora. Y en todo
caso aquí está el remedio, (sacando «n frasco) El agua de colonia suaviza los
nervios y la piel.
CHIPSICK
Mí, no querer jaropos. Mí, querer
Peterbeque.
BARONESA
Bueno. Pues vamos a buscarle.
TODOS
¡Vamos! ¡Vamos!
CUADRO SEXTO
LA REINA NIKITA
Selva virgen. —Al fondo el mar.
ESCENA PRIMERA
A poco de levantarse el telón aparece a
lo lejos una piragua que va acercándose hasta llegar a la orilla. Dentro de
ella vienen varios piratas malayos. Desembarcan todos, y el último que la hace
es Peterbeque, al cual traen aquéllos prisionero, con una mordaza. Los malayos
le sujetan por ambos brazos, y todos desaparecen un momento por el primer
término de la izquierda: inmediatamente vuelven a salir los piratas y
dirigiéndose
al fondo llaman y hacen señas por uno y
otro lado. La orquesta, durante esta escena, toca una pieza musical, quo enlaza
con el coro siguiente.
ESCENA II
D'Jali, Nikita y Coro de Malayos.
(Música)
TODOS
Aquí está el europeo
que hemos cogido,
cuando estaba en el bosque
muy distraído.
A decirnos va al punto
quiera ó no quiera,
cuántos son los que viven
en la pradera.
Y en seguida con maña
vamos por ellos,
y aquí los arrastramos
de los cabellos.
(Bailando) Carabí-carabí,
chí-lí-lí-jilí,
toditos, toditos,
vendrán aquí,
carabí-carabí,
chí-ló-ló-joló,
frititos-frititos
los quiero yo.
Hay que armar una fiesta
con esa gente,
arrancarles un ojo,
después un diente.
Las narices pincharles,
¡ay, qué gustito!
y meterles por ellas
un puñalito.
Y después que se hallen
bien preparados,
en hilera, en hilera,
verles colgados;
carabí-carabí, etc.
(Hablado)
D'JALI
¿Dónde está el prisionero?
PIRATA 1º
Lo hemos atado a un poste de la tienda.
D'JALI
¿Entero ó sin orejas?
PIRATA 1°
Pensamos cortarle una para entregártela
como trofeo, pero convinimos luego en dejarle intacto hasta que tú le hablases.
NIKITA
Muy bien hecho. Ya sabéis que las orejas
me pertenecen. Eso no lo corta nadie más que yo.
D'JALI
Traerme a ese Salvaje. (Dos Piratas
entran por la izquierda y salen a poco conduciendo a Peterbeque)
ESCENA III
Dichos y Peterbeque. A su salida, los
Malayos denotan su admiración. Un Pirata le quita la mordaza.
D'JALI
¡Hermoso ejemplar!
NIKITA
¡Qué pelo tan fino!
PETERBEQUE
¡Uf! ¡Gracias a Dios! Si tardan en
quitarme la mordaza soy hombre muerto.
D'JALI
¿Quién eres? Responde.
PETERBEQUE
¿Qué quién soy? ¡Es verdad! Mi nombre no
ha debido llegar todavía a esta tribu... Me llamo Peterbeque, y soy uno de los
oradores más grandes y elocuentes de mi patria. Para probároslo hablaré cinco
minutos sobre cualquier tema.
D'JALI
¡Basta!
PETERBEQUE
Yo os aseguro que quedareis cautivados
si...
D'JALI
¡Que te calles!
PETERBEQUE
¡Nada! Ni los salvajes me dejan hablar
tampoco.
D'JALI
¿De dónde eres?
PETERBEQUE
De Bélgica. ¡Buen país! ¡Soberbio! Clima
dulce, aire...
D'JALI
¡Basta! contesta sin hacer comentarios.
NIKITA
Te advierto que aquí sobran los
comentarios.
D'JALI
¿Qué haces en tu país?
PETERBEQUE
Hablar. Lo que hago en todas partes; soy
abogado,
D'JALI
¿Y qué es eso?
PETERBEQUE
Un oficio que sirve para todo, y que
generalmente no sirve de nada.
D'JALI
Bueno. Pues dinos ahora cuántos habitáis
la isla vecina y desde cuándo estáis en ella.
PETERBEQUE
¡Dios mío! ¡Podría escribir un poema!
Permitidme que me remonte a nuestra salida de Europa.
D'JALI
¡No! Contesta sencillamente.
NIKITA
¡Pronto! ¡Pronto!
D'JALI
Como hables más de lo debido, te corto
la lengua.
NIKITA
¿Cómo habéis llegado a esta isla?
PETERBEQUE
A nado.
NIKITA
¿Algún naufragio?
PETERBEQUE
Gordo.
D'JALI
¿Tenéis armas?
PETERBEQUE
Armas y municiones.
D'JALI
¡Me alegro! ¡Habrá lucha! ¡Correrá la
sangre!
NIKITA
¡Cuántas orejas voy a cortar!
PETERBEQUE
(¡Caracoles! Pues vaya una afición)
D'JALI
Tú vendrás con nosotros. Si nos
resisten, de un hachazo te corto la cabeza.
PETERBEQUE
Poco a poco. ¡Caramba! Aquí lo cortan
todo.
NIKITA
Y si no nos resisten os abrimos en
canal.
PETERBEQUE
(¡Pero qué señora tan bruta!)
D'JALI
Aquí impera mi voluntad. Soy jefe de la
tribu y todos me obedecen.
PETERBEQUE
Sistema absoluto.
D'JALI
Si alguno chista...
PETERBEQUE
Le cortas algo. Ya lo sé.
D'JALI
Vivimos del robo y del saqueo.
NIKITA
La guerra es nuestro encanto, y al grito
de guerra hierve la sangre en nuestro pecho, y caemos como fieras sobre el
enemigo.
D'JALI
A los hombres no doy cuartel. Las
mujeres nos las repartimos.
PETERBEQUE
(¡Desgraciada Miss! Si ella supiera lo
que le aguarda!)
NIKITA
Y yo en medio de la refriega, cortar
orejas, cortar orejas!
PETERBEQUE
Tiene el delirium tremens del
desorejamiento.
D'JALI
¡Pronto! ¡A las armas!
TODOS
¡A las armas! (Todos corren y vuelven
armados do flechas, hachas, etc.)
D'JALI
Volemos a la isla y hundamos nuestras
flechas en el corazón de sus moradores.
PETERBEQUE
¡María Santísima! ¡Señores, en nombre de
la humanidad, de los derechos civiles, del derecho de gentes, de todos los
derechos!...
D'JALI
¿Quieres quedarte mudo?
PETERBEQUE
¡No! Todo antes que eso. Húndase el
mundo pero que pueda yo contarlo.
D'JALI
¡Nikita!
PETERBEQUE
¿Se llama Nikita esta señora? Nikita ni
pone, pero corta orejas.
D'JALI
Tu voz enardece nuestro denuedo, tu
canto nos protege. Entona la alegre canción de la victoria.
TODOS
Sí, sí.
NIKITA
(A Peterbeque) Canta tú también, porque
si entre nosotros hubiese alguno que callara perderíamos la batalla.
PETERBEQUE
(Entonces no canto)
NIKITA
¡Pero ese infame, en el acto sería
quemado vivo!
PETERBEQUE
Entonces canto, señá Nikita.
(Música)
NIKITA
Oíd, oíd.
La canción de la victoria
que ha de darnos mucha gloria
en esta lid.
TODOS
Oíd... oíd.
PETERBEQUE
En vez de oír,
yo me quisiera ir,
mas no puedo salir
y me van a partir.
NIKITA
La luz se oscurece
y el viento resuena
y cruza los ámbitos
horrible visión.
Y rompe el esclavo
su dura cadena
y vuela al combate
sin más dilación,
(El Coro acompaña les compases do
orquesta dando con las lanzas sobro los escudos)
su lanza es de hierro
su pecho de roca.
Mirad cómo avanza.
Mirad con qué ímpetu
destroza su lanza
que blande feroz.
Persiste, resiste
y a todos embiste
con tétrica voz.
NIKITA y TODOS
Ya el sol resplandece.
su luz es divina.
El viento depone
su ronco gemir.
Y el mísero esclavo
gozoso camina
pues ya la victoria
logró conseguir.
¡Victoria! ¡Victoria!
Las armas coged,
y al rudo combate
volemos después.
PETERBEQUE
Con ese entusiasmo
muy fácil será
que empiecen conmigo
la marcha triunfal.
TODOS
¡Volad! ¡Corred!
Y pinchemos y matemos
con terrible intrepidez.
¡Guerra! ¡Guerra!
¡Sangre! ¡Sangre!
Y a ninguno deis perdón,
la victoria nos protege:
a vencer sin dilación.
(Vánse lodos gritando y corriendo;
Peterbeque con Nikita)
CUADRO SEPTIMO
A LA ISLA
Telón corto de peñascos. La orquesta
sigue tocando hasta la mutación que será rapidísima.
CUADRO OCTAVO
LOS PIRATAS MALAYOS
Ruinas de un templo budista. Es de
noche. La luna ilumina la escena.
ESCENA PRIMERA
Alberto, Roubión, Boulton, Caprioni y Marineros,
sobre un poste hay colocada una gran barrica de aguardiente. Acaban de
apurarla, y iodos se hallan medio borrachos, excepto Alberto.
(Música)
ALBERTO
Bebed, muchachos.
TODOS
No queda más.
Esa barrica,
sin vida está.
ROUBION, BOULTON y CAPITAN
(Tambaleándose)
Queremos un gobierno
de mucha libertad,
de mucha igualdad
y de fraternidad,
en donde todos hagan
su libre voluntad.
Un gobierno robusto y valiente
que dé garrotazos y mucho aguardiente.
Y al rico palo.
¡Anda, morena!
¡Ay, qué regalo
de Nochebuena.
TODOS
Y al rico, palo, etc.
ROUBION, BOULTON y CAPITAN
Queremos un gobierno
que premie la virtud,
sin pizca de acritud
y con similitud.
En donde todos vivan
con sobra de salud.
Un gobierno muy docto y muy fino,
que a mí, por ejemplo,
me dé un buen destino,
y al rico palo.
¡Anda, morena!
¡Ay, qué regalo
de Nochebuena!
TODOS
Y al rico, palo, etc.
(Hablado)
ALBERTO
Ocupémonos ahora de lo más importante.
CAPITAN
¡Eso es! Consejo de ministros.
BOULTON
Orden del día.
CAPITAN
Pido la palabra.
ALBERTO
¡Un momento!
CAPITAN
¡No me da la gana!
ROUBION
Que hable.
BOULTON
¡Que no hable!
ALBERTO
Orden.
BOULTON
Como veis, nos entendemos perfectamente.
ALBERTO
¡Silencio! ¡Alguien llega por ese lado!
BOULTON
¡A las armas! ¡A las armas!
CAPITAN
¿Qué armas? Dos fusiles descargados.
BOULTON
No importa. Con un fusil siempre se mete
miedo.
ALBERTO
(Que salió a observar) Es el doctor.
TODOS
¿El doctor?
ESCENA II
Dichos y el Doctor.
DOCTOR
¡Presente, muchachos!
BOULTON
(Apuntándole) ¡Boca abajo en seguida!
DOCTOR
¡Poco a poco! Pues me gusta el modo de
recibir a un parlamentario.
BOULTON
Eso es otra cosa. Si vienes de
parlamento, bueno; pero si nos engañas te hago polvo.
DOCTOR
Vamos, vamos, basta de bravatas.
ALBERTO
Hable usted.
DOCTOR
¿En dónde está Richard?
BOULTON
En sitio seguro.
DOCTOR
¿Le tenéis preso?
BOULTON
Atado a un árbol.
DOCTOR
(¡Miserables!) ¿Qué queréis a cambio de
su libertad?
BOULTON
¡Ese hombre nos ha engañado! En el
almacén no estaban las municiones.
CAPITAN
Que empiece por decirnos dónde esconde
la pólvora.
DOCTOR
¿Y si os lo dice, le dejaréis en
libertad?
ALBERTO
Por supuesto. (A los otros) ¡Chist!
BOULTON
(Entendido)
DOCTOR
Yo le hablaré. ¿Dónde se halla?
CAPITAN
Despacito. Vale más traerle aquí.
ALBERTO
(A los marineros) Andando. (Vánse tres
marineros)
DOCTOR
En vez de tantas discusiones, valdría
más que todos fuésemos amigos.
CAPITAN
Ya lo seremos con el tiempo.
ESCENA III
Dichos, Richard y Marineros.
MARINERO 1º
¡Anda de frente!
MARINERO 2º
Y no pienses en escapar.
RICHARD
¡Doctor!
DOCTOR
¡Amigo mío!
RICHARD
¿Y Liliana? ¿Y todos nuestros
compañeros?
DOCTOR
Deseando estrechar a usted entre sus
brazos.
RICHARD
Yo también lo deseo.
DOCTOR
He venido a tratar con el nuevo gobierno
en clase de parlamentario.
RICHARD
Mal hecho. Eso es conferirle un honor
que no merece.
TODOS
(Con aire amenazador) ¿Eh?
BOULTON
Creo que nos ha tirado una indirecta
algo ofensiva.
ALBERTO
Acabemos. El Doctor nos pide tu libertad
y nosotros exigimos ante todo una precisa condición.
DOCTOR
Que les diga usted en dónde esconde la
pólvora que en vano trataron de buscar.
RICHARD
Temiendo lo ocurrido, tuve la precaución
de ocultarla en sitio que sólo yo conozco.
BOULTON
Y que ahora nos vas a declarar.
RICHARD
¡Nunca!
DOCTOR
¡Richard!
RICHARD
Aunque rae hicieran trizas no había de decirlo.
CAPITAN
Yo lo veis. Este hombre nos insulta y
nos engaña.
BOULTON
Es necesario castigar su audacia.
MARINEROS
Sí, sí. ¡Que muera!
RICHARD
¡Sois unos cobardes!
BOULTON
Otra indirecta. ¡Al árbol con él!
MARINEROS
¡Al árbol! (Se lanzan contra Richard, a
quien cogen y sujetan. En este momento suena dentro un tiro)
ALBERTO
¿Qué es eso? (Yendo hacia la derecha)
BOULTON
¿Un tiro? ¿Quién ha podido dispararlo?
ESCENA IV
Dichos y Liliana.
LILIANA
¡Pronto! ¡Huid! Estamos perdidos!
RICHARD
(Corriendo hacia ella) ¡Liliana!
LILIANA
Los piratas malayos acaban de
sorprendernos. Apenas he tenido tiempo para llegar aquí.
DOCTOR
¿No os lo decía yo? (Gritos dentro.
Música en la orquesta)
LILIANA
¡Ahí están!
RICHARD
Sígueme. (Se ocultan en el primer
término a la izquierda)
DOCTOR
¡Olivia! ¡Olivia! (Vase por el foro de
la derecha)
CAPITAN
¿Qué hacemos?
BOULTON
¿Por dónde vienen?
ALBERTO
Por allí. (Señala por el foro da la
derecha, y se marcha corriendo por el foro de la izquierda)
BOULTON
Pues entonces por allá. (Suenan dos
tiros; Boulton y los demás echan a correr por la izquierda. Seis malayos salen
por la derecha y corren detrás de aquéllos. Cuando han desaparecido suenan
varios disparos)
ESCENA V
Liliana y Richard, ocultos. Por la
derecha del foro salen atravesando a escape la escena y marchando e por la
izquierda. La Baronesa, Susana, Gabriela, Arturo y Absalón. Detrás, corren varios
malayos. Todos gritan. Cuando han desaparecido, salen siempre por el mismo
lado, Soubraka y Nono-Miki. A éste lo lleva en brazos un pirata. Soubraka corre
detrás, y detrás de Soubraka va otro malayo cogido a la trenza do pelo quo
aquél lleva. Cuando han desaparecido, salen el resto del coro de los náufragos
y detrás nuevos Piratas. En seguida Sullivan a escape tendido. Los últimos Nikita
y Peterbeque vestido de malayo.
NIKITA
Sígueme, sígueme.
PETERBEQUE
Me va a mí gustando esta seña Nikita (Vánse)
ESCENA VI
Miss Chipsick, luego Peterbeque.
CHIPSICK
(Saliendo por el primer término de la
derecha) Moi salvarme en un tablero.
PETERBEQUE
(Aparece perla izquierda) ¡Es ella!
¡Deteneos!
CHIPSICK
(Dando un grito) ¡Ay!
PETERBEQUE
¡Silencio! Soy yo.
CHIPSICK
¡Peterbeque!
PETERBEQUE
¡Venga usted por aquí!
CHIPSICK
Ya decía yo que osté ser un salvaje.
PETERBEQUE
Ya le contaré a usted. Tengo para hablar
siete días.
(Vánse por la derecha)
ESCENA VII
Richard y Liliana.
RICHARD
(Sale con precaución y después de
observar por todos lados baja al proscenio) Salga usted, Liliana Ya no hay peligro.
LILIANA
¿Han desaparecido?
RICHARD
Corren hacia la orilla en donde les
aguardan las piraguas de esos hombres. Por lo visto sólo quedamos en la isla
usted y yo. No tema usted, Liliana. La amo a usted, y sabré respetarla.
LILIANA
¡Oh! Tengo en usted absoluta confianza,
porque... ¿para qué ocultarlo en este momento? Porque también le amo y le
admiro.
RICHARD
¡Oh, Liliana! No soy digno de ese
cariño.
LILIANA
¡Richard!
RICHARD
Voy a confesárselo a usted todo. Nuestra
situación lo exige y desde ahora es necesario que sepa usted quién soy.
LILIANA
¿Cómo? ¿Qué dice usted?
RICHARD
Que este Richard a quien usted admira, y
a quien usted ama, no existe, señorita. Mi verdadero nombre es Jorge Morgan.
LILIANA
¿Morgan?
RICHARD
El que acecha la policía holandesa, el
que buscaba en El Cocodrilo el comandante de aquel buque momentos antes del
incendio.
LILIANA
¿Es usted? ¿Y por qué le persiguen? ¿Por
qué le buscan?
RICHARD
Por haber abusado de la confianza de mi
tío, riquísimo banquero establecido en Batavia. Yo era su representante en
Amsterdam, y arriesgué su dinero en empresas ruinosas. He sido un miserable.
LILIANA
¿Y su tío de usted, lo supo todo?
RICHARD
Yo mismo se lo escribí hace cuatro
meses, jurándole que a fuerza de trabajo y de sacrificios conquistaría su aprecio.
LILIANA
¿Y para eso iba usted a la Australia?
RICHARD
Sí. Pero mi tío debió denunciarme. Por
eso me persiguen. Dios no ha querido concederme su perdón.
LILIANA
¿Por qué no? Usted comprendió su falta, usted
se avergonzó de aquella acción, y estaba dispuesto a sacrificar su vida
entera... Así se redime el delito. La expiación borra para siempre la culpa.
RICHARD
Gracias, Liliana. Es usted un ángel.
ESCENA VIII
Dichos y Peterbeque. Sale por la derecha
y al ver a los otros se vuelvo a esconder asustado.
PETERBEQUE
¡Cristo!
RICHARD
¿Eh?
LILIANA
¡Un pirata!
RICHARD
¡Ah, traidor! (Entra por la derecha y
saca a Peterbeque de una oreja)
PETERBEQUE
No tire usted tanto, señor Richard.
LILIANA
¿Qué veo?
RICHARD
¡Peterbeque!
PETERBEQUE
El mismo.
LILIANA
¿Usted en ese traje?
PETERBEQUE
Si contase toda mi historia, no acababa
nunca.
RICHARD
¡No! No la cuente usted.
PETERBEQUE
Baste decir a ustedes que caí en poder
de unos hombres que sólo sabían cortar, rizar y pinchar como los peluqueros.
Que la reina desorejaba al más valiente, y que me han obligado a endosar este
traje y a confundirme con ellos.
RICHARD
¿De veras?
PETERBEQUE
¡Ya lo creo! ¡Y hasta hablar en su
idioma, tamarí, bibí, chi pirí, pí... lo cual significa tumbón! ¡Anda con ellos!
Es un idioma muy culto y pintoresco.
LILIANA
¿Por manera, que sólo nosotros hemos
podido escapar?
PETERBEQUE
Dispense usted. Existe otra persona que
tuvo la misma dicha.
RICHARD
¿Otra persona?
PETERBEQUE
Que voy a tener el honor de presentar a
ustedes. (Yendo a la derecha) Salga usted, señora. No eran tan salvajes como
pensábamos. Son amigos nuestros.
ESCENA IX
Dichos y Miss Chipsick.
CHIPSICK
Yo tener el cuerpo de gallina.
LILIANA
¡Miss!
RICHARD
¡La inglesa!
PETERBEQUE
Que he salvado, gracias a mi arrojo y a
mi valor.
CHIPSICK
¡Oh! ¡Yes! ¡Mí deberle mocho, mocho!
PETERBEQUE
¡No lo sabe usted bien; tenían aquéllos
salvajes propósitos horribles!
LILIANA
¿Qué será de nosotros cuando el hambre
nos acose?
PETERBEQUE
Pues nada. Echaremos suertes y nos
devoraremos.
CHIPSICK
¡Nao! Moi no ser antropófaga.
PETERBEQUE
Pero como inglesa, debe usted tener un
soberbio solomillo.
CHIPSICK
Moi no tener nada de eso. Osté estar
indecente. (Suena un cañonazo)
PETERBEQUE
(Asustado) ¡San Francisco bendito!
CHIPSICK
¡Un cañamazo!
RICHARD
(Yendo al foro) ¡Un buque!
TODOS
¡Un buque!
RICHARD
Que acaba de fondear a media milla.
PETERBEQUE
(Abrazando a Chipsick) ¡Nos hemos
salvado!
CHIPSICK
¡Pero no arrugarme osté! ¡No arrugarme!
RICHARD
(Bajando al proscenio) Varios
tripulantes se dirigen aquí en un bote.
PETERBEQUE
Vamos a llamarles.
TODOS
Sí, sí. (Van al foro y hacen señales)
PETERBEQUE
¡Eh! ¡Pronto! ¡A la derecha! ¡Por este
lado! (Baja muy contento) ¿A quién se debe todo esto sino a mí? Porque en fin,
si yo hubiese muerto, este buque no me encontraría, digo, yo no encontraría al
buque. Y ahora que caigo, ¡Señores, señores!
LOS TRES
¿Qué hay?
PETERBEQUE
¿Permiten ustedes que me despoje de esta
ropa?
RICHARD
Haga usted lo que guste.
PETERBEQUE
Debo advertir a ustedes que no tengo
otra.
CHIPSICK
¡Entonces nao! Quedar osté vestimienta.
PETERBEQUE
Pues testifiquen ustedes que no soy un salvaje,
porque en la duda podrían ahorcarme lindamente.
RICHARD
No tema usted. Eso se conoce a la legua.
PETERBEQUE
Muchas gracias.
LILIANA
¡Aquí están ya! (Los cuatro se colocan a
la izquierda primer término)
RICHARD
Por si acaso es una emboscada,
ocultémonos aquí. (Se ocultan)
ESCENA X
Dichos, el Comandante del Lotus y dos Marineros.
Salen armados de fusiles, y andan con precaución hasta bajar al proscenio.
MARINERO 1º
Me parece, Comandante, que por este
sitio no hay nadie.
COMANDANTE
Pues por aquí dieron voces. Marchemos
con precaución, no nos tiendan un lazo.
RICHARD
¡Cielos!
LILIANA
¿Qué?
RICHARD
Es el oficial que subió al Cocodrilo.
(Durante este tiempo el Comandante y los Marineros se han acercado a la
izquierda poco a poco. Un Marinero ve a Peterbeque, y grita apuntando)
MARINERO 1°
¡Comandante, un salvaje!
COMANDANTE
¡Fuego!
PETERBEQUE
(Saliendo) ¡No, caracoles! ¡No tirar!
Cuando yo lo dije.
COMANDANTE
¿Quién eres?
PETERBEQUE
¡Peterbeque! Un sabio modesto. Digo, un
modesto sabio: salgan ustedes; son marineros civilizados.
COMANDANTE
¡Calla!
RICHARD
¡Capitán!
CHIPSICK
Gut nai.
PETERBEQUE Somos náufragos de El
Cocodrilo. Llevamos tres meses de veraneo, y hace poco unos salvajes han
penetrado en la isla, llevándose a todos nuestros compañeros.
COMANDANTE
¿No os decía yo que la isla estaba
habitada? Celebro en el alma, señores, haber penetrado aquí. Vengan ustedes a
bordo.
RICHARD
Me parece Capitán que no es esta la
primera vez que tengo el gusto de verle.
COMANDANTE
Quizás me viese usted a bordo de El
Cocodrilo la tarde misma del incendio.
RICHARD
¡Es verdad! ¡Sí, sí! Ahora recuerdo.
Usted buscaba a cierta persona.
COMANDANTE
En efecto. Jorge Morgan... Todas mis
pesquisas han sido inútiles.
PETERBEQUE
¿Y ahora, dónde se dirigen ustedes?
COMANDANTE
¡A Batavia!
PETERBEQUE
¿A Batavia? ¡Miss! Dónde íbamos
nosotros. La fortuna nos favorece.
COMANDANTE
Ustedes iban...
PETERBEQUE
Sí, señor. Cuestión de un pleito. Esta
señora es la parte contraria. Yo soy su abogado. Peterbeque. En el mar se
hablará de mí mucho.
COMANDANTE
No conozco su nombre, caballero.
PETERBEQUE
¿No? Que bárbaro.
COMANDANTE
En marcha, señores. No puedo detenerme.
RICHARD
¡Pues bien! ¡Andando, Capitán! (Vase con
Liliana)
PETERBEQUE
Un momento. Adiós, isla bienhechora. Mi
nombre queda escrito en todos tus arboles. La posteridad lo pronunciará con
entusiasmo. ¡Miss! ¡A Batavia! Aquí acaba el explorador y empieza el abogado.
CHIPSICK
¿Yes? (Dándolo la mano)
PETERBEQUE
Gut nai.
CHIPSICK
Verigüel.
PETERBEQUE
Senquiu.
LOS DOS
Guau, guau.
CUADRO NOVENO
EN BATAVIA
Salón en un hotel de esta ciudad.
ESCENA PRIMERA
La Baronesa, Susana, Gabriela, Olivia, Arturo,
Doctor y Absalón.
Las señoras con elegantísimos trajes de soirée.
Los hombres de frac.
ARTURO
Confiesen ustedes que después de cuánto
hemos sufrido, el vernos en Batavia, aquí, en este confortable hotel, parece
cosa de sueño.
DOCTOR
Todavía se me figura estar entre aquellos
piratas, aprisionado en la piragua. Por fortuna cruzó los mares un buque
salvador que logró ampararnos dispersando la tribu. Sólo fueron víctimas de
aquellos salvajes Roubión, Boulton y demás conjurados. Sólo Alberto logró
también salvarse. ¡Pobres diablos! Bien cara pagaron su alevosa acción.
ARTURO
En cambio, no sabemos lo que habrá sido
de Richard.
BARONESA
Ni de la infeliz Liliana.
SUSANA
Ni de Miss Chipsick, ni de Peterbeque.
DOCTOR
Pronto tendremos noticias verídicas. El
cónsul dio las órdenes para que inmediatamente salga un buque con rumbo a
nuestra isla. Allí deban hallarse.
ESCENA II
Dichos y un Periodista.
PERIODISTA
Señores.
DOCTOR
¿Quién?
PERIODISTA
¿Son ustedes los náufragos de El
Cocodrilo?
ARTURO
Servidor de usted.
PERIODISTA
¡Oh, dicha! Soy el primero que los ve y
que los oye. Gracias, Dios mío, gracias.
ARTURO
¿Pero quién es usted?
PERIODISTA
Samuel Risdael repórter del periódico El
Huracán.
(Música)
Yo soy un Periodista,
que corro, danzo y bullí,
y sé seguir la pista,
y en eso tengo orgullo.
Yo sé cuanto sucede
en Rusia y en Pekín,
y nunca las noticias
conmigo tienen fin.
Busco, inquiero, pongo, quito,
entro, salgo, ceno, como,
pago, pego, almuerzo, invito
y jamás he sido romo.
Siempre un lápiz y un papel;
siempre duro, duro en él.
II.
Yo soy el que más vale,
yo soy el que más brilla
y todo cuanto sale,
lo pongo en mi cuartilla.
No vivo ni sosiego;
me bato con afán,
me pegan ó les pego,
y vuelvo al Huracán.
Busco, inquiero, etc.
(Hablado)
ARTURO
Parece un ferrocarril
PERIODISTA
¿Conque son ustedes los del incendio?
¿Los de la isla? ¿Los de los piratas? ¡Les veo, les toco y los traslado a mi
libro de memorias para lanzarlos después a la publicidad! Ya sé sus nombres, su
nacionalidad, lo que comen, lo que beben, lo que piensan, lo que dicen y hasta
lo que no dicen.
ARTURO
Pues sabe usted más que nosotros.
PERIODISTA
¡Cuánto siento, señores, no poder
anunciar algo verdaderamente original! Por ejemplo, que se hubieran ustedes
comido los unos a los otros.
DOCTOR
¡Qué atrocidad!
ARTURO
Pero puede usted decir en cambio, que en
nuestra isla se realizó una boda.
PERIODISTA
¡Es posible!
ARTURO
Aquí tiene usted a los esposos.
(Señalando al Doctor y a Olivia)
PERIODISTA
Eso sí que es nuevo.
BARONESA
Y a propósito. No hemos vuelto a ver al
reverendo Sullivan.
PERIODISTA
¿Sullivan? ¿El del agua de colonia?
BARONESA
¿Le conoce usted?
PERIODISTA
Ya lo creo. Cada tres años viene a
Batavia con su comercio. ¡Valiente pillastre!
TODOS
¿Eh?
DOCTOR
¿Cómo? ¿Un venerable pastor?
PERIODISTA
¿Pastor? Si es comisionista de
perfumería.
DOCTOR
¡Ah, grandísimo tunante!
OLIVIA
¿Mi no estar casada?
TODOS
¡Já! ¡já! ¡já!
DOCTOR
No te asustes. Nos volveremos a casar
seriamente. Y en cuanto a ese pillo, ya le daré yo agua de colonia.
BARONESA
¿Eh, qué tal? ¿Y si hubiera yo hecho
caso de ustedes?
ARTURO
Estaríamos en el mismo caso. ¡Pero aquí
hay jueces, señora!
ABSALON
Y escribanos.
BARONESA
De ese modo, consiento.
ARTURO
¡Oh, dicha!
DOCTOR
No olviden ustedes que el gobernador
general nos aguarda en la residencia, donde quiere obsequiarnos con una fiesta
india.
PERIODISTA
Yo les presentaré a ustedes. En marcha.
TODOS
En marcha.
ARTURO
Sí, sí. (Mirando por la derecha) ¡Ellos
son! ¡No me engaño! ¡Richard!
TODOS
¿Richard?
ARTURO
¡Y Liliana!
ESCENA III
Dichos, Richard, Liliana y Comandante.
COMANDANTE
¡Por aquí! pasen ustedes.
RICHARD
¡Amigos míos!
BARONESA
¡Qué fortuna!
ARTURO
¿Sanos y salvos?
RICHARD
Gracias a este bravo oficial.
ESCENA IV
Dichos y Peterbeque de frac con machas
cruces. En la cabeza una enorme peluca.
PETERBEQUE
Señores!
TODOS
¡Oh!
RICHARD
¡Calla! ¿Usted también por aquí?
PETERBEQUE
¿El gobernador? (Me carga este tío) (Al
periodista) Según me han dicho, caballero, usted es periodista.
PERIODISTA
Repórter de El Huracán.
PETERBEQUE
Periódico fresco. Anuncie usted a
Peterbeque.
PERIODISTA
¿Peterbeque? Un gran orador.
PETERBEQUE
El más grande del mundo. ¡Usted me
conoce! (Dándole la mano)
ARTURO
Señores, antes de salir de aquí propongo
un cariñoso saludo, un brindis entusiasta a la salud de nuestro antiguo
gobernador.
TODOS
Aceptado.
ESCENA V
Dichos, Alberto y un Edecán.
ALBERTO
¡Un instante!
TODOS
¿Eh?
ALBERTO
Ibais a beber a la salud de Richard y
este hombre no es Richard. Señor oficial: ese hombre es el que busca la policía
holandesa. Ese es Jorge Morgan.
TODOS
¿Morgan?
PETERBEQUE
¿Cómo? ¿Es usted Morgan? ¿Es usted el
que ha cometido la... Yo no sé lo que ha cometido. Pero debe ser un pillo.
RICHARD
¿Por lo visto, te has apresurado a
denunciarme? Pues bien: es cierto. Yo soy Jorge Morgan.
ARTURO
No puedo creer que este hombre sea un
criminal.
PETERBEQUE
Pues yo sí lo creo.
TODOS
¿Por qué?
PETERBEQUE
Porque tiene muy abierta la ventanilla
derecha de la nariz... Como abogado, me fijo mucho en las ventanillas.
EDECAN
Tengo orden del Gobernador para
conducirle a usted a la residencia.
ARTURO
Pero en fin, ¿qué crimen ha cometido?
EDECAN
¿Crimen? Ninguno. Hace dos meses murió
en Batavia el banquero Jacobo Islen, tío de este caballero, y en su testamento
mandó que se le buscase por todas partes.
RICHARD
¿Qué dice usted?
EDECAN
Puesto que le nombraba su heredero universal...
TODOS
¿Eh?
ALBERTO
¿Cómo? ¿Era para eso?
EDECAN
¿Le parece a usted poco tratándose de
una herencia valuada en cuarenta millones?
PETERBEQUE
¿Cuarenta millones? Siempre dije yo que
era usted una persona decente. (Abrazando a Richard)
RICHARD
Gracias, señor Peterbeque... (A Alberto)
Y a usted también se las doy por haberme proporcionado tan grata nueva.
ALBERTO
Yo...
RICHARD
¿Qué mayor castigo para usted que mi
felicidad?
PETERBEQUE
¡Vaya usted de ahí, tunante! (A Alberto,
que se marcha)
RICHARD
Señores, les presento a ustedes a mi
futura esposa! (Por Liliana)
PETERBEQUE
¡Bravo! ¡Así me gusta! ¡Que haya mucha
familia! (Abrazándole otra vez)
ESCENA VI
Dichos y Miss Chipsick, vestida con gran
elegancia.
CHIPSICK
¡Peterbeque! ¡Peterbeque! (Sale muy
agitada)
TODOS
¡La inglesa!
PETERBEQUE
¿Qué ocurre?
CHIPSICK
Acaban de desirme a moi que he perdido
el pleito.
PETERBEQUE
¿Cómo? ¿Es posible? ¡Y sin oír mi defensa!
¿Es decir que ando cuatro mil leguas para pronunciar un discurso y tampoco me
quieren oír?
CHIPSICK
¡Mi estar mocho mala! Moi atufarme. ¡Ah!
(Cae desmayada sobre Peterbeque)
PETERBEQUE
¡Vamos! ¡Animo! Si pierde usted tres
millones, le quedan a usted veinte lo menos... Nos vamos a Inglaterra y allí me
paga usted los honorarios.
CHIPSICK
Moi no pagar nada. (Sin moverse)
PETERBEQUE
¿Cómo que no?
CHIPSICK
Osté no haber hablado.
PETERBEQUE
¿Pues no dice que no he hablado?
CHIPSICK
Moi quedar sola y sin dinaro.
PETERBEQUE
¿Sola? (¡Oh, qué idea!...) ¡Miss! ¡Ay,
Miss! ¡Ay! ¡Ay! Miss! Miss, Chipsick.
CHIPSICK
¿Eh?
PETERBEQUE
Soy joven y valiente. ¡Ahí va mi mano!
CHIPSICK
Casarse osté conmigo? (incorporándose de
repente)
PETERBEQUE
¡Yes!
CHIPSICK
Verigüell. (Dándole la mano)
PETERBEQUE
Gut nai.
CHIPSICK
Senquiu.
LOS DOS
¡Guau, guau!
ARTURO
¡Magnífico! Ya son cinco las bodas.
PETERBEQUE
¿Cinco? Esto me recuerda otro
episodio...
TODOS
¡No, no!
PETERBEQUE
Se lo contaré a estos señores.
Perdí el pleito; es decir, yo
el pleito no le perdí;
quise hablar y no podí,
y no pude; se escapó!
¡Se escapó y estoy en vilo;
como tan de prisa andé,
anduve, me equivoqué!...
En fin, para El Cocodrilo,
pido un aplauso, y amén;
ya que fui tan desgraciado
que perdí el pleito pasado,
que no pierda este también.
Arturo, Y ahora, señores, a la
residencia.
TODOS
Vamos, vamos.
CUADRO DECIMO
LA FIESTA DE LOS JUGLARES
Salón en la residencia del Gobernador. Gran
terraza al fondo, quo deja ver el panorama de Batavia. Gran baile final de
juglares indios y chinos.
FIN DE LA ZARZUELA
Información
obtenida en:
https://archive.org/details/elcocodrilozarzu452chap
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