Galanteos en Venecia (Libreto)



GALANTEOS EN VENECIA



Zarzuela en tres actos.

Texto de Luis de Olona.

Música de Francisco Asenjo Barbieri.

Representada por primera vez en Teatro del Circo en Diciembre de 1853.


REPARTO (Estreno)

D. Juan, capitán español - Sr. Salas.

Pablo, lazarillo - Sr. Caltañazor.

El Conde Grimani, general veneciano - Sr. Font.

Marco (ciego), antiguo marino - Sr. Calvet.

Andrés, soldado de la escuadra de Venecia - Sr. Cubero.

Genaro, criado del Conde - Sr. Marrón.

La Condesa Grimani - Sta. Latorre.

Laura, hija de Marco - Sta. Ramírez.

Un Teniente de la escuadra - Sr. Carceller.

Caballeros 1º y 2º - Sres. Díaz y Creac.

Un Pescador - Sr. Creac.

Un Criado - Sr. Cáceres.

Un Alférez - Sr. Díaz.

Caballeros, damas, oficiales, gondoleros, gente del pueblo, esclavos griegos, pajes, marineros, grumetes, soldados.

La acción en Venecia siglo XVI.

Nota. En esta zarzuela hay algunas escenas tomadas de la ópera cómica francesa titulada La Croix de Marte.


ACTO PRIMERO

Canales de Venecia. En primer término la orilla. A la derecha del público una casita de pescadores. A la izquierda una hostería. Hay gran fiesta en la ciudad. La escena representa un cuadro sumamente animado. Un grupo de habitantes de Venecia, y entre los cuales se ven trajes de diferentes países, como griegos, esclavos africanos, etc., circula por la explanada. Algunos caballeros están reunidos: en otro lado varios soldados beben a la puerta de la hostería. Laura está a la puerta de su casa rodeada de pescadores, que se entretienen en arreglar las redes. Al levantar el telón da principio el baile. —La escena empieza a la caída de la tarde.


ESCENA PRIMERA

Laura, Gondoleros, Pescadores, habitantes de ambos sexos, Caballeros, Esbirros, Soldados.


INTRODUCCION

Coro de pescadores y Gondoleros.


MUSICA. — BAILE

CORO
A la playa presto vuela,
pescador, y deja el mar,
que la alegre tarantela
ya principia a resonar.
Torna, torna
al son festivo,
que poblando
el aire está.
Corre,
vuela,
danza,
canta
y repite sin cesar:
viva! viva
mi Venecia,
rica y bella sin igual.

II
Niña hermosa, que del Lido
vienes hoy a la ciudad,
trueca en glorias el olvido
que allí sufre tu beldad.
Luce airosa
el lindo talle,
tu pie breve
muestra ya.
Gira,
corre,
danza,
canta,
no des treguas al gozar,
viva! viva
la graciosa
veneciana sin igual.

(Cesa la música y el baile)

UN PESCADOR
Aquí todo el mundo para ordenar la marcha hacia el gran canal. (Los bailarines y pescadores se reúnen en un solo grupo)

UN SOLDADO
Camaradas, por el triunfo (Brindando con otros en una mesa de la hostería) que esta noche celebra Venecia! «Por la derrota de los turcos!

UN CABALLERO
No olvidéis que el festín (A otros) empieza a las once, y que no debemos hacer esperar a nuestras hermosas! «Cuenta con que alguno falte.»

LOS CABALLEROS
«Ninguno.

UN ESBIRRO
Qué hay de nuevo, Rugiero? (A otro)

ESBIRRO 2º
Ya lo ves. Los pescadores bailan! Los soldados beben, los caballeros se disponen para celebrar sus orgías.

ESBIRRO 1º
Y los agentes del tribunal de los Diez...

ESBIRRO 2º
Los espiamos a todos. Venecia es siempre la misma. (Rumor en los pescadores)

ESBIRRO 1º
No oyes rumor? (Se dirigen al grupo de pescadores)

PESCADORES
Marco! Marco! (Laura se levanta y acude al fondo con las demás)

LAURA
Mi padre! Venid, amigas mías!

PESCADORES
Viva nuestro antiguo compañero!

TODOS
Viva!

PABLO
Y viva su lazarillo!

TODOS
Sí, sí, también! (Riendo. Marco, ciego y guiado por Pablo, sale en medio de estas aclamaciones. Laura corre a su lado y le abraza)

MARCO
Así, hijos míos, así. A gozar, vive Dios! Hoy es día de júbilo para Venecia! La escuadra turca, dispersa y derrotada, no vendrá ya a profanar las aguas del Adriático! Nuestros bajeles han vuelto vencedores! Oh! Yo también en otro tiempo volvía en esas naves después de combatir con gloria. Qué días aquellos!... Turco que caía en mis manos... zás! (Da sin querer un porrazo a Pablo)

PABLO
Ay! (Todos ríen)

MARCO
Qué es eso?

PABLO
Lo de siempre! En poniéndoos a contar vuestras batallas, me toca a mí el papel de turco.

MARCO
Bien, bien. Nunca saldrás peor librado que yo... a quien el fuego enemigo dejó ciego... Ea, muchachos, alegría, vive Dios! Vamos a ver. Quiénes son los que se disponen a disputar el premio en las regatas de esta tarde?

VARIOS
Yo! yo! yo! (A un tiempo)

MARCO
Bravo.

PESCADORES
Ya os dirán lo que corre mi góndola, señor Marco.

MARCO
Cuenta cómo os portáis. Tened presente que hay en Venecia muchos marineros griegos que saben manejar el remo a las mil maravillas. Oís? La primera señal (Voces y vítores a lo lejos, sonido de clarines) para las regatas. Animo, muchachos! Destreza!

PESCADORES
Al gran canal, amigos!

TODOS
Al gran canal. (Se van. La orquesta repite el motivo de la tarantela)


ESCENA II

Marco, Pablo, Laura.

MARCO
Qué! No vas tú con ellos, hija mía?

PABLO
Si yo pudiera escurrirme...

LAURA
No. Prefiero quedarme a vuestro lado, a menos que vos no queráis ir también...

MARCO
Yo! Para qué? Qué ha de hacer allí un pobre ciego? No, no. Aquí estoy más contento. Sí, sentado a nuestra puerta y respirando la fresca brisa de la tarde.

LAURA
Entonces... prepararé vuestra cena para luego, y volveré a haceros compañía. Ya sabéis que tenemos que hablar, que me prometisteis adquirir noticias...

MARCO
Y las traigo en efecto.

LAURA
De veras? Ah! Qué bueno sois!

MARCO
Ve, ve! Aquí te espero. (Laura entra muy contenta en la casita)

PABLO
(Después de pasar todo el día al remo, no poder ir... Estoy que me llevan los demonios!)

MARCO
Qué? decías algo?

PABLO
Sí, señor, decía que... que si vos quisierais dejarme ir á las regatas! Esta tarde ofrecen en ella una buena cantidad de cequíes de oro... y si yo pudiera ganar el premio...

MARCO
Tú! tú ganar el premio! Tú que no sabes masque dormir horas enteras en la góndola ó tendido al sol en la playa!

PABLO
Pero si ahora no duermo! También es fuerte cosa...

MARCO
Qué murmuras?

PABLO
Nada...

MARCO
Has puesto mala cara quizá?...

PABLO
No, señor. (Haciendo ap. gestos de cólera) Al contrario. (Hum!) La pongo muy risueña. (Hum!) Muy alegre. (Hum! Hum!)

MARCO
Quién gruñe por ahí?

PABLO
Eh? No sé. Algún gondolero que ronca.

MARCO
A propósito de gondolero. Quién es uno con quien te oí hablar ayer en este sitio?

PABLO
Un pobre pescador del Lido.

MARCO
Pobre? Pues bien te invitaba a que bebieses con él en esa hostería.

PABLO
(Hum! No hay un ciego que no sea curioso!)

MARCO
Por señas que su voz y su manera de expresarse no me parecieron las de un hombre del pueblo.

PABLO
Qué aprensión! Si lo he visto yo remar como un desesperado en este canal...

MARCO
Cuenta, Pablo, con quién andas. No olvides que hace pocos días se descubrió una conjuración contra el Dux, y que hay muchos perseguidos, que andan errantes y disfrazados...

PABLO
No temáis, señor Marco. Yo sé bien... Con que me dejáis ir a las regatas?

MARCO
Sí.

PABLO
Sí?

MARCO
El año que viene. Guando te hayas vuelto menos perezoso.

PABLO
Por vida de mi abuela...

MARCO
Ven, guíame a uno de esos asientos. (Se dirige hacia Pablo. Este coge maquinalmente el extremo del palo que sirve de apoyo a Marco, y empieza a dar vueltas por la escena con rabia y murmurando. Marco se deja llevar)

PABLO
Sí, vamos. Una vez que mi suerte es trabajar, y más trabajar, y más trabajar...

MARCO
Adonde diablos me llevas?

PABLO
Y siempre lo mismo, y siempre (Id) lo mismo, y siempre lo mismo! (Marco le da un pescozón) Ay!

MARCO
Qué haces, majadero?

PABLO
No lo sé. Sabéis lo que digo? (De pronto) Que bien podíais no ser ciego: estamos?

MARCO
Es verdad. Yo me alegraría mucho.

PABLO
Y luego le llaman a uno torpe. Por aquí. (Llevándole ó un asiento de piedra que hay a la puerta de la casita)

LAURA
(Saliendo) Pablo, hazme el favor de llevar estas redes adentro.

PABLO
Con mucho gusto. Decidme: hay algo que... (Señas de comer)

LAURA
Ya lo tienes sobre la mesa de tu cuarto.

PABLO
De veras? (Se va y vuelve) Ah! Y algo de... (Seña de beber)

LAURA
También.

PABLO
Viva! (A la puerta, mirando a Laura y aparte) Ay! Cómo me convendría a mí esta muchacha, dicho sea entre paréntesis. (Entra en la casa)


ESCENA III

Laura, Marco.

LAURA
Y bien, padre mío. (Sentándose al lado de su padre) Esas noticias que me habéis prometido... Perdonad mi impaciencia!

MARCO
Por qué? No era por ventura igual la mía? Al ver volver triunfantes nuestras galeras... no corrí contigo al puerto, preguntando a todo el mundo por Andrés, por tu compañero de infancia, por el que tú amas y que partió de simple soldado, para volver un día a ofrecerte con su cariño la gloria que iba a conquistar?...

LAURA
Y nadie nos daba noticias suyas!

MARCO
Pues bien! sabe en fin que Andrés debe llegar muy pronto a Venecia! Hoy mismo quizá!

LAURA
Hoy! Es posible? Estáis bien seguro?

MARCO
Oh! Sí, muy seguro. Me lo ha dicho su mismo jefe: un bravo oficial español que manda un bajel de nuestra escuadra, y... con quien en otro tiempo he compartido los peligros de la guerra! Sí, hija mía: Andrés vuelve hoy, habiéndose portado como un valiente, y...

LAURA
Dios mío! Qué feliz soy! Ver a Andrés después de dos años de ausencia! Oh! El me amará como siempre. No es cierto, padre mío? Y cuando sepa que no le he olvidado un solo instante, que he conservado al cuello noche y día esta cruz que él me dio al partir, bañada con sus lágrimas!

MARCO
Sí, Laura, sí. Cómo no ha de amarte? El, tan noble, tan generoso... Ah! Cuánta diferencia entre Andrés y esa juventud insensata, que llena de ambición ha conspirado hace pocos días contra el Dux, y ha puesto en peligro la seguridad del Estado.

LAURA
(Cielos! Ya me olvidaba)

MARCO
Pero a Dios gracias se descubrieron sus designios, y en vano se ocultan muchos de los culpables.

LAURA
(Si yo me atreviera a confiarle)

MARCO
Pronto los esbirros darán con ellos y espiarán con la muerte su delito.

LAURA
Con la muerte! Sabéis que eso es terrible, padre mío? Y... si uno de esos desgraciados viniese a pedirnos que le librásemos de sus perseguidores, que le diéramos un asilo...

MARCO
Yo nunca daré asilo a los enemigos de mi patria!

LAURA
(Dios mío! Y yo que iba a decirle que)

MARCO
Y ciego y todo, si me encontrara frente a frente con alguno de ellos... (Se levantan)

CONDE
Es mi bella veneciana.

LAURA (Ah!) (Escuchando)

CONDE
Como el sol de la mañana,
cual la rosa del abril.
Y es un cielo su sonrisa,
y es su acento cual la brisa
que murmura en el jardín.

LAURA
(Es la señal que me anuncia en su carta!)

CONDE
Volad, tiernos suspiros,
a do mi bien está.
«Decidle cuánto el alma
la adora sin cesar.»

LAURA
(Cómo decirle que no puedo salvarle!)

MARCO
Vive Dios que el gondolero canta como un trovador de Florencia ó de Ferrara!

LAURA
Padre mío... Si queréis, vuestra cena está dispuesta hace rato, y...

MARCO
No tengo prisa. Aun es temprano.

LAURA
Sí, mas necesitáis descansar. Venid. (Marco se levanta. El Conde sale en una góndola en traje de gondolero y con Genaro que rema)

MARCO
Espera.

(Canto)

CONDE
Canta, canta, gondolero, (Cruzando el canal)
a la prenda que yo quiero,
a la reina de mi amor.
Canta, pues, a la que adoro,
que en Venecia no hay tesoro
más hermoso ni mejor.
Volad, suspiros tiernos,
a do mi bien está.
Volad! volad! (La góndola desaparece)

LAURA
Venid, padre mío (Llevándose a Marco, que entra en la casita): venid.


ESCENA IV

La Condesa, cubierta con un velo, sale y desaparece al ver a Genaro, que viene con precaución por detrás de la casita y mira por la cerradura de la puerta. Entretanto El Conde, envuelto en una capa y disfrazado de gondolero, aparece por el mismo lado y se queda como esperando.

CONDESA
Oh!

GENARO
Han cerrado!

CONDE
Ya lo ves! Es imposible conseguir hablarla!

GENARO
Sin embargo, esa joven ignora aun que la amáis...

CONDESA
(Qué oigo!)

GENARO
Y cuando sepa que el noble Conde Grimani, el general cuyas victorias...

CONDE
Silencio, imprudente!

GENARO
No temáis. Vuestro disfraz os pone a cubierto de ser conocido, y Laura solo ve en vos al proscripto que errante por estos canales viene a pedirle que le proporcione un asilo. Estoy seguro que la carta que le habéis enviado por consejo mío, facilitará la entrevista que tanto deseáis, y que Laura, movida a compasión, vendrá...

CONDE
Engañarla así! Oh! mi carácter se resiste...

GENARO
Vaciláis? Entonces, señor, volveos a poner el elegante traje que en la góndola habéis dejado, y alejémonos de aquí.

CONDE
Genaro... Yo mismo no acierto a explicarme lo que pasa en mi corazón. Amo a Laura, y cuando mis ojos contemplan extasiados sus encantos... aquella frente pura, aquella mirada angelical... solo me inspiran una respetuosa adoración.

GENARO
Qué decís?

CONDE
Y es que unido hace dos años a una mujer que apenas me conocía, que aceptó mi mano por una alianza de familia, esa boda marchitó mis ilusiones de amor, y solo creí desde entonces en la gloria con que la guerra me brindaba. Pero Laura ha despertado en mi alma un sentimiento desconocido para mí: una ilusión imposible... y me ha hecho desgraciado!

GENARO
Mucho lo temo, señor Conde; y si después de lodo, vuestra esposa llegase a averiguar...

CONDE
Mi esposa está en Padua y apenas en Venecia se sabe mi casamiento.

GENARO
Pero... la señora Condesa tiene un carácter emprendedor; y en un acceso de celos...

CONDE
Celos!... Oh! No lo creas. Si la Condesa se queja de mi ausencia, será tan solo por orgullo y no por amor hacia mí.

CONDESA
(Mil gracias, señor Conde!)

GENARO
Perdonad. (Vuelve a mirar por la cerradura)

CONDE
Hablan? (Prestando el oído)

GENARO
Sí. Es ese imbécil de Lazarillo cuya amistad nos hemos proporcionado. Creo que va a salir.

CONDE
Vete. Quiero preguntarle...

GENARO
No olvidéis que para él sois Rafael el pescador.

CONDE
Lo sé. Espérame en la góndola.


ESCENA V

El Conde, Pablo, después La Condesa.

PABLO
Como hablando con los de adentro) Ya veréis! Ya veréis cómo me traen en triunfo! Qué dicha! Me dejan ir a las regatas!

CONDE
Me alegro (Fingiendo maneras vulgares), amigo Pablo.

PABLO
Calle! Eres tú (Dándole la mano), perillán? Toca esos cinco. Ahora, adiós.

CONDE
Un momento. Cómo es que vas solo al gran canal?

PABLO
Porque mi amo y su hija no quieren salir de casa.

CONDE
(No van a salir!) Adiós, Pablo.

PABLO
Oye! Si cuando las regatas hayan terminado me convidases a cenar...

CONDE
Qué?

PABLO
Nada: que yo no diría que no. Jé! jé! Entiendes la indirecta?

CONDE
Bien, bien.

PABLO
Estarás como anoche en tu góndola en el canal de al lado?

CONDE
Sí; adiós. (Váse)

PABLO
Pues allá iré: estamos? Qué guapo chico! Y el señor Marcos me aconseja aun que no fie de él! Gomo si pudiera ser malo un hombre que me convida! Corramos ahora...


ESCENA VI

La Condesa, que cubierta con un velo ha estado escuchando la escena anterior, se adelanta a Pablo.

CONDESA
Chist! Buen hombre!

PABLO
Eh? Quién es?

CONDESA
Acercaos.

PABLO
Yo?

CONDESA
Sí.

PABLO
Qué queréis? (Pablo se acerca)

CONDESA
Tomad. (Le da dinero)

PABLO
Calle! Un ducado? Para qué?

CONDESA
Para vos.

PABLO
Pues muchas gracias! (Guardándole) Hasta la vista.

(Marchándose)

CONDESA
Esperad.

PABLO
No me es posible.

CONDESA
Esperad os digo!

PABLO
(Esto es que me va (Bajando a dar otro!) (Alarga la mano)

CONDESA
Sí, sí: tomad!

PABLO
Cáspita! (Alargando la otra mano) Esto sí que es grande! No tengo más que alargar la mano y... paff! el dinero en seguida!

CONDESA
Decidme. En esta casa vive una joven. No es esto?

PABLO
Sí señora.

CONDESA
Y es hermosa?

PABLO
Más que... (Mirándola y sonriendo) Como vos! lo mismito... (Qué buen pellejo tiene!)

CONDESA
Y decidme... El gondolero que hace poco estaba aquí con vos... (Suenan clarines dentro)

PABLO
Uf! La segunda señal! Van a empezar las regatas!

CONDESA
Escuchadme!

PABLO
No puedo. Si tenéis algo más que darme, ahí vivo y estoy visible casi siempre que me traen algo. (Vase corriendo)

CONDESA
Se marcha! Cuando yo esperaba averiguar... Ah, señor Conde! Señor Conde! He aquí explicada vuestra tardanza en volver a mi lado. Pero os engañáis si habéis creído que sufriré con resignación vuestros desvíos. No. Yo os probaré que no en balde me decidí a venir  Venecia! Y aunque extranjera y sin amigos en esta ciudad que no conozco, ay de vos si encuentro un medio de confundiros cual merecéis. Ah, Dios mío! (Risas dentro,) Los hombres que me seguían hace poco. Entremos en mi posada. No abren!... (Llama y  al ver salir a los caballeros se oculta detrás de un pilar)


ESCENA VII

La Condesa, Don Juan, Caballeros.

JUAN
Digo que está aquí! Acabo de verla! (Salen en tropel)

CABALLEROS
Y bien?

JUAN
Nadie!

CABALLEROS
Já, já, já!

JUAN
Desapareció como antes! Voto a Santiago! Una mujer con un garbo tan seductor! Con un pié... Yo me voy a buscarla!

CABALLEROS
A buscarla!

CABALLERO 1º
Está visto, señores, Don Juan, como buen español, pierde el juicio con las aventuras amorosas!

JUAN
Sí, eh? No parece sino que en este punto, los venecianos y yo tenemos algo que echarnos en cara. Qué! No se sigue aquí a las bellas, cuando se pretende su amor? Ni qué hay en Venecia que no sea un recuerdo de mi patria? Venecia, con este cielo que es el cielo de Andalucía! Con estas mujeres de tez morena, de negros ojos, y de mirar ardiente como bellas españolas! Con este sol casi africano, como el sol de Córdoba y Sevilla!... Esto es estar en España, amigos míos! Viva Venecia!

(Canto)

JUAN
Venecia, suene el eco
de tu mandola,
que así los ecos suenan
de mi aleare guitarra
pura española.
Y así, así.
Como tu gondolero,
se arrulla el marinero
a la orilla del manso
Guadalquivir.

CABALLEROS
Así, así,
se arrulla el marinero
a la orilla del manso
Guadalquivir.

JUAN
De amor guarden tus góndolas
dichosas quejas,
que así también las guardan
de la noble Sevilla
las fieles rejas.
Y así, así,
como tus venecianas
las niñas sevillanas
de amorosos misterios
gozan sin fin,

CABALLEROS
Así, así,
de amor gozan las niñas
del Guadalquivir.

JUAN
Sí, señores, sí: y por eso Venecia es mi segunda patria!

CABALLERO 1º
Sobre todo, desde que servís bajo sus banderas.

JUAN
Cierto. La guerra con los moros terminó en España, y dejando a la Inquisición la poco envidiable tarea de tostar a los que quedaban vivos, ofrecí mis servicios a la República de Venecia. No tardé en apoderarme de una nave enemiga, cuyo mando conquisté, y en ella he combatido bajo las órdenes de nuestro amigo el Conde Grimani, noble como yo, galanteador como yo, y valiente... como el que más.

CONDESA
(Son amigos del Conde!)

JUAN
Ahora, señores, olvidemos esa campaña y pensemos en los placeres y el amor. Sí, voto a bríos! El Conde nos abre esta noche los salones de su vetusto palacio, nos invita a beber sus mejores vinos de Chipre y de Jerez, y nos permite llevar al festín a nuestras hermosas.

CONDESA
(Oh!)

JUAN
Nadie falte a la cita! La noche será alegre, bulliciosa, desordenada. Noche de marinos en tierra!

CONDESA
(Tendrá que ver! Oh! Quién me hubiera dicho?)

JUAN
Eh? (Volviéndose)

CONDESA
Oh! (Ocultándose)

CABALLEROS
Qué es eso?

JUAN
Nada, señores. Dejadme solo. (Bajo y mirando hacia donde está oculta la Condesa)

CABALLEROS
Cómo?

JUAN
(Chist! Luego lo sabréis) Con que... sigamos nuestro paseo... (Marchaos, vive Dios!) Y... (Más deprisa!) Y allá veremos lo que da la noche de sí. (Se va llevando los Caballeros al fondo hasta que se van)

CONDESA
Oh! gracias al cielo (Sale de detrás del pilar, y al ver a D. Juan se oculta de nuevo. D. Juan baja: la Condesa va dando vueltas al pilar, a medida que D. Juan hace lo mismo para encontrarse con ella) que... Dios mío!

JUAN
Chist! Ejem! Chist!

CONDESA
(Me ha visto!)

JUAN
Bella dama... Chist!

CONDESA
Ah! (Se pasa al extremo del teatro)

JUAN
Por piedad! (Creyendo que está detrás del pilar) No huyáis de mí, señora! No me ocultéis ese lindo talle! Dejadme veros! Dejadme estrecharos contra... (Abraza el pilar y retrocede)

CONDESA
Já, já, já!

JUAN
Caramba! (Abrazado al poste y volviendo la cara. La Condesa está en el extremo derecho del proscenio, sin saber qué hacer. D. Juan junto al pilar examinándola de lejos)


DUO

CONDESA
(Temblando estoy de miedo,
y a pesar mío,
al verle chasqueado
de veras rio)

JUAN
(Mujer que así va sola
de esquina a esquina,
no me da, que digamos,
muy buena espina)

CONDESA
(No sé qué hacer)

JUAN
(Quién es aquesta ninfa
pronto sabré)

(Se dirige a ella con mucha cortesía)

O muy temprano
sale la aurora,
ó el sol se pone
muy a deshora.
Cómo es de noche
si está aquí el sol?

CONDESA
Porque da sombras (Con irania y burlándose)
un nubarrón.

JUAN
(Por Cristo que la niña
(Retrocede algo corrido. La Condesa da dos pasos para irse y él sale a su encuentro)
la lengua no se muerde.
Espera!

CONDESA
No es posible!

(Acercándose más para irse)

JUAN
Gran Dios! Qué hermosa! (Viéndola de cerca)

CONDESA
Oh! (Queriendo cubrirse con el velo)

JUAN
Tente! (Deteniéndola el brazo)
No ocultes esos negros
divinos ojos
por caridad,
y esa de nieve y rosa
mejilla pura
deja brillar.
Deja que tus hechizos
pueda admirar:
déjame en ese cielo
feliz gozar.

CONDESA
Repare que la noche
finge con mucha
facilidad
encantos que disipa
del nuevo día
la realidad.
Galante caballero,
con Dios quedad,
que pierde el tiempo en vano
y es tarde ya.

JUAN
Que quieras que no quieras
tu huella he de seguir.

CONDESA
Pensad que ya os aguardan,
Don Juan, en el festín.

JUAN
Mi nombre sabe!

CONDESA
Todo lo supe oculta allí.

(Señala al pilar sonriendo)

JUAN
Pues bien. A ese banquete (Con decisión)
conmigo has de venir.

CONDESA
Jesús! (Escandalizada)

JUAN
De nuestras bellas
serás la reina allí,
y el Conde y sus amigos
de envidia han de morir.

CONDESA
El Conde? (Acometida de una idea)

JUAN
Pues!

CONDESA
(Qué idea!)

JUAN
Querrás?

CONDESA
(Ese festín
desbaratar yo puedo
con mi presencia. Sí;
y ante la faz del mundo
al Conde confundir!)

JUAN
Qué dices?

CONDESA
No me atrevo. (Finge vacilar)

JUAN
(Ya es mía!) Y bien?

CONDESA
Oíd:
Yo habito esa humilde, cercana hostería:
volved a las doce, y al pie del balcón,
de vuestra llegada me anuncia una seña...
y al punto al banquete partimos los dos.

JUAN
Lo prometéis?

CONDESA
No he de faltar.
Mas mi decoro
vos respetad.

JUAN
De eso, señora,
no hay que dudar.
Yo con las damas
soy muy formal.
(Vive Dios
que su amor es ya mío!
Su fiero desvío
logré conquistar.
Oh! Qué pronto
rendí a mi bandera
aquesta hechicera
celeste beldad!)

CONDESA
Del festín
en las redes cogido,
mi ingrato marido
por mí se verá:
y humillada
su frente orgullosa,
mis fueros de esposa
sabré recobrar.

(Cesa la música)

(La Condesa se dirige a la hostería)

JUAN
Me dejáis?

CONDESA
Claro está.

JUAN
Pero a las doce...

CONDESA
Esperaré vuestra seña. (Llamando a la puerta)

JUAN
Y cuál?

CONDESA
La que queráis. Adiós. (Abriendo la puerta)

JUAN
Esperad.

CONDESA
Adiós, y no me deis celos...

JUAN
Con quién?

CONDESA
Con ese poste! (Riendo entra y cierra)

JUAN
Demonio! Se burla de mí? No sé qué pensar de esta mujer! Hum! muy pronto ha accedido a venir conmigo a la cena. En fin: allá veremos! Eh? Sin duda (Aplausos y vítores) las regatas han terminado: corramos a ver... Así haré tiempo para acudir a la cita. (Se va)

(Música, vítores y aplausos)


ESCENA VIII

Laura, Marco.

LAURA
Sí, padre mío (Saliendo con su padre), son gritos de victoria! Quizás se distinga desde aquí... (Se dirige al fondo y mira hacia la izquierda, Marco se sienta a puerta de la casa) No, no se ve nada. (Vuelve la cara) Qué es eso? Os ponéis triste?

MARCO
No tal.

LAURA
Oh! Por más que queráis ocultarlo, os aflige la idea de no poder como en otro tiempo tomar parte en esas fiestas.

MARCO
Pero en cambio tu cariño me acompaña en mi soledad, y me siento feliz al tenerte a mi lado; al escuchar sentado aquí, contigo, tu voz melodiosa, que con dulces cantares adormece mis fatigas del día y acaricia mis horas de reposo.

LAURA
Pues bien, padre mío, desechad vuestras penas, y... como todas las noches, voy a cantaros en tanto descansáis.

MARCO
Laura!

LAURA
Sí, sí, empiezo, pues.

(Canto)

LAURA
Intrépido marino
que alegre en tu galera
surcando vas las olas
del anchuroso mar:
si entre el gemido
de blanda brisa
hiere tu oído
eco fugaz...
Es el ay que el amor mío
en la ausencia al viento da.

(Marco escucha primero con atención, después se va rindiendo al sueño. El Conde aparece por el fondo)

CONDE
No me engañaba! Era su voz!

(Canto)

LAURA
Marino que navegas
de Oriente hacia las playas,
el lauro de la guerra
ansiando conquistar,
si entre el reñido
fiero combate,
blando gemido
oyes sonar...
Es el ay de la que ausente
por ti fiel rogando está.


ESCENA IX

Marco, dormido, Laura, El Conde, y después Pablo.

LAURA
Duerme!... Qué haré? Su enojo contra los enemigos del Dux me quita la esperanza de que se preste a dar asilo a ese proscripto. Y sin embargo, cómo negar a un desgraciado los medios de salvar su vida? Cielos! Es él! Retiraos!

CONDE
Una palabra.

LAURA
Aun no me he atrevido a decir a mi padre... partid! Acaso luego...

MARCO
Laura?

LAURA
Dios mío! (El Conde se aleja)

MARCO
Con quién hablabas, hija mía?

LAURA
Yo? Preguntaba a un gondolero si las regatas habían terminado. (Rumor, música)

MARCO
Esas aclamaciones! Sí! Las regatas han concluido! Guíame! Guíame y sabremos... (Laura se acerca a Marco para conducirle hacia el fondo izquierda. La música y aclamaciones se oyen más cerca, y Pablo sale corriendo y dando saltos de alegría)


ESCENA X

Laura, Marco, Pablo.

PABLO
Viva el vencedor!

DENTRO
Viva!

MARCO y LAURA
Pablo!

PABLO
Acudid, acudid pronto! No sabéis?... Todos se dirigen hacia este sitio! Por aquí, por aquí! (Alto)

MARCO
Pero explícate...

LAURA
Qué sucede?

PABLO
Sucede... Ahí es una friolera! sucede que la... Viva el vencedor!

MARCO
Acaba, majadero...

PABLO
Y lo traen en triunfo! En una góndola ricamente adornada!

LAURA y MARCO
A quién?

MARCO
Pues no os lo he dicho ya? A nuestro amigo Andrés!

MARCO y LAURA
A Andrés!

PABLO
Sí, Andrés, que llega a Venecia en los momentos de las regatas, y que se lanzó a disputar el premio en mi góndola! Y echándome de ella a pescozones! Viva Andrés!

MARCO
Y ha obtenido el triunfo!

PABLO
Cabal.

LAURA
Dios mío! será posible!

PABLO
Ahí viene! Viva Andrés! y viva mi góndola, y viva la... Calle! se me ha perdido el gorro!

MARCO
Llévame, llévame a abrazarle!! (A Laura)


ESCENA XI

Acuden por todos lados gentes que agitan los pañuelos en señal de alegría. Los canales se llenan de góndolas iluminadas, y Andrés viene en una adornada ricamente. Los marineros, los demás habitantes de Venecia, etc., entre los que viene D. Juan, salen por diversos lados. En tanto las gentes de las góndolas cantan el siguiente coro. Andrés salta de su góndola y abraza cariñosamente a Marco y a Laura.

(Coro en las góndolas)

Gloria a Venecia!
Gloria y honor
de las regatas
al vencedor!
De fama y lauro
merecedor,
mil ecos suenen
en su loor.
Gloria a Venecia!
y al vencedor!

ANDRES
Marco! Laura mía!

LAURA
Tú aquí, Andrés! Tú a mi lado!

MARCO
Bien, hijo mío. Bien. Este momento vale por todas las inquietudes que tu larga ausencia nos ha hecho pasar.

ANDRES
Sí? Me alegro entonces de haber retardado una hora el placer de veros. Yo me dije... Si además de la gloria que he adquirido en la guerra me presentase a ellos con el premio de las regatas... Mirad. Cincuenta cequíes de oro. Ya hay para festejar bien nuestra boda: no es cierto, Laura mía?

JUAN
Y aquí tenéis el padrino si os hace falta.

ANDRES
Mi capitán!

JUAN
Llamadme ahora vuestro amigo. Yo lo soy de todos los valientes.

MARCO
Esa voz...

JUAN
Sí, sí la conocéis! (Dándole la mano)

MARCO
D. Juan!

JUAN
Ya veis cómo eran exactas las noticias que os di.

PABLO
Y... no hay nada para el lazarillo?...

JUAN
Por qué no! (Apretándole la mano)

PABLO
Ay! ay! Que me deja sin mano. (Le suelta) No. Aun la tengo aquí. (Mirándola)

JUAN
Buenas gentes, los vencedores necesitan descansar, y nosotros también. Conque... dejemos el campo libre! (A ver si los alejo!)

ANDRES
Sí, amigos míos. Mañana celebraremos mi triunfo con el vaso en la mano.

PABLO
Me convido!

JUAN
En marcha! (Música en la orquesta: la multitud se va retirando) Y vosotros contad conmigo también para brindar mañana por vuestra felicidad! Adiós, adiós! (Marco y Pablo acompañan a D. Juan hasta el fondo. Laura lleva de la mano hasta el proscenio a Andrés, y poniéndose frente de él, dice)

LAURA
Andrés... Me amas como siempre?

ANDRES
Más que nunca!

LAURA
Mira. (Mostrándole la cruz que lleva al cuello)

ANDRES
Mi cruz!

LAURA
No se ha separado de mí un solo instante.

ANDRES
Como tu imagen de mi corazón.

LAURA
La reconoces? no hay otra igual a ella.

ANDRES
Ni que valga tanto, Laura. Esa cruz era de mi pobre madre! Era mi joya más preciada. Por eso te la di!

LAURA
Andrés, ella nos protegerá a los dos. Oh! Padre mío! Acercaos, soy tan dichosa.

MARCO
Cuánto tendrás que contarnos, no es verdad?

PABLO
(Con eso yo echaré buenos sueños!)

ANDRES
Sí. Pero en este momento y a pesar de que me siento fatigado, tengo que dejaros por algunas horas... quizá hasta mañana.

LAURA y MARCOS
Cómo!

ANDRES
Soy portador de ciertas órdenes del almirante, las cuales debo entregar hoy mismo al Conde Grimani, nuestro general. Desde que llegué hace tres horas, he ido á su palacio dos veces, y no habiéndole encontrado en ninguna de ellas, me es preciso volver...

MARCO
Pero en eso no podrás emplear...

ANDRES
Es que... además quisiera hablarle acerca de mí. En la última acción le fui recomendado para el grado de alférez...

LAURA Y MARCO
Sí?

ANDRES
Y si consiguiera interesarle en mi favor...

MARCO
Ah! Qué idea! Voy a acompañarte.

ANDRES
Vos?

MARCO
Yo. Y a interponer mi influjo.

PABLO
Su influjo! (Aparte con extrañeza)

LAURA
Qué decís?

MARCO
Lo que oyes.

ANDRES
Os conoce el Conde, por ventura?

MARCO
No. Mas medía cierto importante servicio, que quiero recordarle, y que le liará decidirse en el asunto como tudescas. Ya lo sabrás a su tiempo. Tú, Pablo, quédate con Laura.

PABLO
(Voto va... Y Rafael el gondolero que me citó para echar un trago después de las regatas)

LAURA
Pero empleareis mucho tiempo...

ANDRES
Hasta que nos sea posible ver al Conde...

MARCO
Vamos, vamos. (Se van)

LAURA
Me quedo sola!... Quizá por lo que resta de noche! No sé qué vago temor... Y ese hombre, ese proscripto... si le prendiesen porque yo me negara a proporcionarle un asilo!... Guando puedo tan fácilmente! Oh! (Pablo procura irse sin ser visto) Pablo!

PABLO
Me atisbo.

LAURA
Ven, entremos en casa. (Entra)

PABLO
Sí. Voy, voy... escapemos. (Echando a correr por el fondo)


ESCENA XII

La Condesa, saliendo de la hostería, después Pablo.

CONDESA
La hora se acerca en que Don Juan debe venir; y mientras más lo reflexiono, mas se me figura una imprudencia el ir al palacio de mi esposo en compañía de un hombre, que sin duda me cree conquistada por su amor. No, no: más vale evitar... Sí. Pero cómo ir a ese palacio sin una persona que me guie, que me sirva de pretexto para entrar en él confundida con los demás convidados?...

PABLO
Jesús! Yo estoy (Pablo sale azorado con un lio de ropa en la mano) viendo visiones!

CONDESA
Eh?

PABLO
Calle! Vos aquí todavía?

CONDESA
Qué os pasa? Qué tenéis?

PABLO
No lo sé: la sorpresa... la... Mi amo hacia bien en sospechar de ese hombre!

CONDESA
De quién?

PABLO
De un tal Rafael; un gondolero que nadie sabe qué viento le ha traído por estos sitios. Ahora mismo le he ido a buscar para que cenásemos juntos; no estaba en su góndola: entro en ella a fin de esperarle más cómodamente, y me encuentro... mirad!

CONDESA
Ese traje?

PABLO
Sí. Me lo he traído para que sepamos de una vez la verdad, y confundir a ese perillán cuando luego se lo devuelva. Vedle. Qué plumas! Qué pelendengues! En un: el traje de un caballero.

CONDESA
Y ese traje... os estaría bien a vos?

PABLO
A mí? Qué estáis diciendo?

CONDESA
Queréis ganaros un bolsillo de oro?

PABLO
Y también dos.

CONDESA
Chist! Alguien viene!

PABLO
Son los esbirros que hacen su ronda de costumbre.

CONDESA
Seguidme.

PABLO
Y esto?

CONDESA
Quedaos con ello.

PABLO
Sí; opino lo mismo. (Entran en la hostería)


ESCENA XIV

(Es de noche. La escena está a oscuras y queda sola breves instantes. Los esbirros pasan embozados por el fondo)

(Canto Ronda)

El rumor
de la fiesta cesó,
y el canal
solitario está ya.
Chito, chito,
Venecia descansa.
Ay de aquel
que su sueño pretenda turbar.

(Así que la ronda ha pasado se ve salir a D. Juan por el lado izquierdo, envuelto en su capa y andando con cautela, sin desviarse de la pared. Al mismo tiempo sale El Conde por el lado derecho, también embozado y andando lo mismo que D. Juan. No se ven. Suenan las doce en un reloj. D. Juan mirando al balcón de la hostería)

JUAN
Los esbirros se alejan. Mejor. No la veo.

CONDE
No está. (Mirando al balcón de la casita) Acaso el sonido de mí laúd.... Veamos.

JUAN
Aquí de mi tierra! Demos la señal. (A un mismo tiempo D. Juan saca de debajo de la capa una guitarra y El Conde un laúd)

JUAN y CONDE
(Todo el...
El cielo... (Cantando a un tiempo)

JUAN y CONDE
Calle! (Hablando a un tiempo y volviendo la cabeza sorprendidos)
Eh!

JUAN
(Si no me engaño, allí hay también otro jilguero!)

CONDE
(Reniego del importuno!)

JUAN
(Bah! Que se las arregle como pueda)

CONDE
(Oh! No hay tiempo que perder!)

JUAN
(Uf! Qué algarabía! Esa dama va a creer que es una cencerrada!)

CONDE
(Vive Dios! Si no temiera provocar una alarma!)

JUAN
(Y el caso es que a no dar un escándalo... Pues señor, adelante.

(Cantando a Dúo)

JUAN
Todo el cielo esta noche
tiene más luz.
(Se interrumpe y canta mirando al
Conde)
Si no calla ese mozo
le rompo el laúd.
Todo el cielo esta noche
tiene mas... Uf!!
No es posible entonarse
con ese rum, rum.
So pena de ahogarle
dejémosle en paz:
a fuerza y pulmones
no me ha de ganar.

Todo el cielo esta noche
tiene más luz, su
porque sabe sin duda
que sales tú.
La flor temprana
su olor te envía,
cual si tú fueras
el claro día.
Y hasta la brisa
del manso canal,
murmurando tu nombre
llamándote está.
Sal, sal,
que llama la brisa
ven, ven,
que espera mi afán.

CONDE
El cielo esconde
su clara luz.
Su. clara luz.
Para que guíes
mis pasos tú.
Mis pasos tú.
Ven, que tu amparo
vengo a implorar;
ven, que mi vida
puedes salvar.

El cielo esconde
clara luz
para que guíes
mis pasos tú.
Ven, que pronto
el nuevo día
mi peligro
aumentará.
Oye el eco
que te envía
desolado
mi pesar.
Ven, ven.
a mis suspiros.
Ay, ten
de mí piedad
Ah! Ah!

(Cesa la música)

JUAN
(Cosa más singular! Jurarla haber oído cantar a ese pájaro en alguna otra jaula!)

CONDE
(La canción de ese hombre no me es desconocida!)

JUAN
(Y él está despacio!)

CONDE
(No se va!)

JUAN
(Si pudiera verle el rostro!)

CONDE
(Sepamos)

(Se van acercando como quien pasea. Al mismo tiempo la Condesa sale de la hostería con Pablo, que lleva puesto el traje que se encontró en la góndola. Ambos procuran no ser vistos y se van con gran precaución. El Conde y Don Juan pasan uno al lado del otro.

CONDE
(Don Juan!) (Volviendo a otro lado la cara)

JUAN
(El Conde! Ya decía yo! La que a mí se me escape!.... (La Condesa y Pablo desaparecen) Y se hace el desentendido! Respetemos su incógnito!... Pero si no me engaño... Sí. Rondaba la casa de esa joven. Oh! Sin embargo; no es creíble que ella)

CONDE
(Lo mejor será alejarme y volver cuando se haya marchado)

JUAN
(Más vale dejar el campo un breve instante y dar tiempo a que el Conde se vaya. (Se cruzan en silencio y desaparecen)

(Canta dentro)

PABLO
Rema, gondolero,
y al que paga bien,
vaya donde quiera
lleva en tu bajel.

(Al principio de este canto sale Laura de su casa con manto y mira en derredor suyo)


ESCENA IV

Laura y después Don Juan: después Genaro y luego Esbirros.

LAURA
No está! Solo se escucha
de alegre gondolero
el canto que se apaga
lejano en el canal.
Y el viento a mis oídos
repite misterioso
de la nocturna ronda
el vago murmurar.


ESCENA IV
Laura y después Don Juan; después Genaro y luego Esbirros.

LAURA
No está! Solo se escucha
de alegre gondolero
el canto que se apaga
lejano en el canal.
Y el viento á mis oídos
repite misterioso
de la nocturna ronda
el vago murmurar.

PABLO
(Dentro)
Voga!

RONDA
(Dentro)
El rumor
de la fiesta cesó.

PABLO
(Dentro)
Voga!

RONDA
(Dentro)
Y el canal
solitario está ya!

LAURA
Qué voy a hacer?
Por qué no puedo
negarme a la piedad?
Mas cuando en mí
su vida fía,
le debo abandonar?
Ah! no. Pues solo implora
amparo y compasión,
salvar a un desgraciado
me dicta el corazón.
A una cabaña
podré guiarlo.

JUAN
Según parece (Sale y se detiene en el fondo)
libre está el campo.

LAURA
Siento pisadas! (Se cubre con el velo)

JUAN
(Qué miro! Bravo!
Ya mi conquista
me está esperando.
Esto es cariño!
Tengo yo un tacto!)

LAURA
Que es él presumo.

JUAN
Chist! (Llamándola)

LAURA
No me engaño!

JUAN
Soy yo! (Acercándose y muy bajito)

LAURA
Silencio!
Seguid mis pasos!

JUAN
Viva. (Alto)

LAURA
Ah! (Soltándole asustada)

JUAN
Qué tienes?

LAURA
No es él! Dios santo! (Vacila)

JUAN
Ven!

LAURA
Ah! (Se desmaya)

JUAN
Qué es esto?
Finge un desmayo!
Quiere embarcarse
sin ir al barco!)
no es malo el método,
pero es pesado. (Sosteniéndola)

(En esto ha salido Genaro en su góndola. Salta en tierra y dice aparte)

GENARO
Es mi señor!

JUAN
Eh! Buen hombre! Diez cequíes si conducís a esta dama en vuestra góndola!

GENARO
Don Juan!

JUAN
Genaro! Vienes como llovido del cielo!

GENARO
Pero qué es esto?

JUAN
Ayúdame. (Genaro toma a Laura en sus brazos) Es una aventura de amor: una conquista! Calla! Ese rumor... (Va al fondo a mirar: Genaro aparta el velo de Laura y la reconoce)

GENARO
(Laura! Cielos! La ama y se la lleva, mientras mi amo)

JUAN
Voto va! Es la ronda! Pronto : marchemos!

GENARO
Pero adonde?

JUAN
Al palacio Grimani.

GENARO
(Oh! Qué idea!) Pero y si la ronda quisiera detenernos? Por qué vos mientras no os quedáis para impedir...

JUAN
Es verdad.

GENARO
Yo os esperaré en el canal de Rialto. (Lleva en sus brazos a Laura)

JUAN
Sí. Apresúrate: en tanto yo procuraré distraer la atención de los esbirros.

GENARO
(Qué sorpresa para mi señor!)

JUAN
Ya se acercan.

GENARO
(Oh! no la volverás a ver! (Rema y se aleja por el fondo. llevándose a Laura desmayada. La ronda vuelve a atravesar)

RONDA
El rumor de la fiesta cesó
y el canal solitario está ya.

(Don Juan coge su guitarra, y cayendo sentado al pié de la madona canta)

JUAN
Todo el cielo esta noche, etc.

GENARO
Voga! Voga! Voga! (Alejándose y remando)

(Don Juan canta, indicando con sus gestos que está burlando la vigilancia de los esbirros. Estos continúan al mismo tiempo su ronda en tanto que Genaro se lleva a Laura)


FIN DEL ACTO PRIMERO


ACTO SEGUNDO

El teatro representa una sala ricamente amueblada. Al fondo tres puertas cerradas. Puertas laterales. Dos mesas con candelabros en medio de la sala. Divanes y muebles de lujo.


ESCENA PRIMERA

La Condesa y Pablo.

La orquesta toca un brevísimo rato, durante el cual aparecen la Condesa y Pablo, que la sigue con inquietud.

PABLO
Pero qué hemos venido a hacer aquí?

CONDESA
Eso no os importa.

PABLO
Es que mi amo debe estar en este palacio, y si me encuentra...

CONDESA
Entonces partid. Ya no os necesito.

PABLO
Ah! Con que solo os he servido, según veo, para hacer el papel de convidado, y que por mí os dejaran entrar sin ser descubierta?

CONDESA
Justamente! Adiós!

PABLO
Pero escuchad! Que no me acuerdo por dónde se sale. Se ha ido! Y qué hago yo ahora? Qué gresca anda por aquí dentro! y cenan: ahí está mi negocio!

(Las puertas del fondo se abren. Cuadro de suma animación y brillantez. Se ven magníficos salones iluminados. Mesas ricamente servidas. Grupos diferentes de caballeros y damas que cenan, beben y juegan. Pajes y esclavos que sirven a los convidados. Don Juan en pie, junto a la puerta de en medio, con una copa de oro en la mano y en actitud de brindar)


CORO

CORO
Cantad las glorias del amor.
Cantad
al alegre festín!
Llenad las copas del licor.
Brindad!
y gocemos sin fin.
Cantad, cantad
al amor y al festín.
Brindad
y gocemos sin fin!

JUAN
Brillad, locos placeres,
y el alma arrebatad.

CORO
(Dentro)
Cantad!

JUAN
De ardientes ilusiones
en mágico raudal.

CORO
(Dentro)
Brindad! Brindad!

JUAN
Y al son de los cantares
y al choque del cristal
de amor el ay querido
responda sin cesar.
Cantad al festín,
amigos, brindad.
De Chipre y Jerez
las copas llenad!..

(A un tiempo, Coro. Juan y Caballeros)

CORO
(Dentro)
Cantad al festín,
amigos, brindad.

JUAN
Cantad.

CABALLEROS
Cantad.

CORO
(Dentro)
De Chipre y Jerez
las copas llenad!

JUAN
(Solo) No mas, vive Dios! (Soltando la copa y levantándose) Los vapores del Jerez empiezan a trastornar mi cerebro, y cuando hay de por medio una aventura de amor es preciso que la imaginación esté despejada. Pero... me habré visto burlado en mis deseos? Genaro partió con mi bella desconocida! Sí! Cómo es que no me aguardó, según convinimos, en el extremo del canal? Sobre todo, cómo es que no ha venido aun, y que le busco en vano por todas partes? Seria gracioso que después de tanto galanteo y de tanto cantar a la guitarra... Eh?...


ESCENA II

Dichos, El Conde y Criados.

CONDE
Es imposible que no haya venido a estas horas.

JUAN
Qué es eso? Ya dejáis la mesa, amigo Conde?

CONDE
Si el festín está desanimado, insoportable! Pero ninguno de vosotros ha vuelto a ver a Genaro?

CRIADO
No, señor.

CONDE
Y decís que salió en mi busca?

CRIADO
Después de preguntarnos con gran interés por vos, y al oír que no habíais venido aun, volvió a salir precipitadamente.

CONDE
(No comprendo cuál pueda ser la causa!)

JUAN
(Según eso ya ha estado aquí!)

CONDE
Cerrad esas puertas y que nadie venga a molestarme. Lo oís? Quiero estar solo! Don Juan; esta orden no habla con vos. (A Don Juan, que se dispone a retirarse)

JUAN
Mil gracias, Conde; pero yo también aguardo impaciente a Genaro, y voy a ver...

CONDE
Vos?

JUAN
Cierta comisión que esta noche le confié...

CONDE
Cómo?

JUAN
Sí, allá! Junto al canal grande! Ya lo sabréis después.

CONDE
Entonces quizás ese motivo fue el que le impidió esperarme en la góndola para volvernos aquí!

JUAN
Es muy posible! Perdonad si por mi causa... Y bien, Conde, ya visteis cuán discreto fui al encontraros... Ni siquiera os di las buenas noches. Vamos, qué tal os fue en vuestra excursión?

CONDE
No hablemos de eso, amigo mío.

JUAN
Sabéis que no cantáis del todo mal, señor conde? Algo fuera de compás...

CONDE
No es extraño. Vos me lo hacíais perder con vuestra desafinación...

JUAN
Ah! Con que yo desafino? Ved lo que es el amor propio! Yo creía cantar como un ruiseñor. Pero vamos a otra cosa. ¿Podríais decirme a quién dirigíais en aquel sitio vuestros ayes de amor?

CONDE
No, don Juan. Ese es mi secreto.

JUAN
Es que... vos rondabais junto a la casa de una joven y linda pescadora...

CONDE
Oh! No: do creáis... Yo ñola conozco.

JUAN
Me alegro, porque...

CONDE
Eh? Por qué os alegráis? (Imprudente!)

JUAN
(Sería cosa que el Conde hubiese ido a galantear a la misma a quien yo?) Decidme...

CONDE
Don Juan, ya basta.

JUAN
No, no: es que yo exijo...

CONDE
Señor Capitán!...

JUAN
Bien, mi general, bien. (Diantre! la disciplina sin embargo no manda que los jefes nos birlen... Pues hombre, no faltaba más!)

CONDE
Qué es eso? Qué ocurre?


ESCENA III

Dichos: Caballero 1º.

CABALLEROS
Perdonad, señor Conde. No sabéis? Tenemos una aparición en palacio!

JUAN y CONDE
Una aparición?

CABALLEROS
Sí. Una hermosa dama que nadie conoce, y que ha cruzado ya varias veces por esos salones con aire misterioso é investigador.

JUAN
(Será la mía?)

CONDE
Y no habéis podido averiguar?

CABALLEROS
Vuestros criados dicen que la han visto entrar hace dos horas con un caballero, a quien creyendo convidado como nosotros, dejaron penetrar libremente en el festín.

JUAN
(No, pues no debe ser ella)

CONDE
Y ese caballero quién es?

CABALLEROS
El ente más ridículo que podéis figuraros. Ahora ha vuelto solo al salón. Todos le cercan; le hacen beber; le asedian a preguntas!... pero la dama no le acompaña, y sin embargo nadie la ha visto salir del palacio.

JUAN
Hay mas entonces que buscarla?

CONDE
Sí, sí.

JUAN
Venid, sepamos...

CONDE
Quedaos vos, por si (Al Caballero) entretanto la vieseis pasar. Vamos! (A Don Juan) (El Conde y D. Juan se van por la puerta derecha. Rumor y risas al fondo)

CABALLEROS
Calle! Ahí viene su estrafalaria pareja, y seguido de oficiales de la escuadra! Entre buena gente ha caído.


ESCENA IV

Caballeros 1º y 2º, Pablo, oficiales, caballeros, damas. Pablo viene delante, solo, alegre por el licor y tambaleándose un poco. Los demás le siguen a corta distancia, observando todos sus movimientos, riendo y señalándole con el dedo.

(Canto)

CORO
Vedle, vedle cuál vacila;
ya en el suelo va a caer.

PABLO
Jé! (Sosteniéndose a si propio)

CORO
Ya se para, ya se tiene;
ya anda erguido. Bravo! bien!

PABLO
Bien! (Id)

De gusto las piernas
bailándome están.
Yo quiero beber! (A los que le rodean)
Yo quiero cantar!
Venga una copa!

CORO
Sí, sí. Tomad. (Presentándole varias)

PABLO
Suene la música.

CORO
Ya va a sonar. (Se hacen señas)
Tan, tararán, tan, tan!

(Imitando sonidos de instrumentos. Pablo canta después de beber)

PABLO
Ay, vinillo jerezano,
quién por ti no pierde pié?
Quién te mira y no te bebe?
Quién te bebe sin caer?
Tú al hombre más serio
la risa le das,
tú al tímido vuelves
valiente y audaz.
Y a mí como prueba
de mas amistad
me has dado una chispa
que posa un quintal.

CORO
Tan, tararán, tan, tan.

PABLO
Por lo bien que aquellas uvas
le supieron a Noé,
yo presumo que su viña
debió estar junto a Jerez.
Por ti, dulce néctar,
no sé qué me da,
que echando adelante
me voy hacia atrás.
Por ti yo me siento
cual buque en el mar,
y más alumbrado
que un cirio pascual.

CORO
En vano intentamos
el caso apurar;
tan solo le ocupa
beber y cantar.

PABLO y CORO
Tan, tararán, tan, tan, etc.

(Hablado)

TODOS
Bravo! Bien!

PABLO
Qué se han hecho las damas que estaban allí conmigo? Sobre todo la rubia! Yo quiero la rubia!

TODOS
Sí, sí!

PABLO
Aquí esta noche se va a correr en grande! Adonde está el que lleva las provisiones?

TENIENTE
Presente. (Con dos botellas en la mano)

PABLO
Este hombre ha simpatizado conmigo!

TENIENTE
Elegid! (Presentándoselas)

PABLO
Chist! Entendámonos! Esta es espada ó pisto... Digo, no! Este es Jerez ó Salerno?

TENIENTE
Esto es vino.

PABLO
Pues no es dudosa la elección. (Coge las dos)

TENIENTE
Jé! Yo no consiento...

CABALLERO 1°
Dejadme interrogarle. (Al Teniente) Caballero...

PABLO
Hum! Hum! (Con la botella en la boca saluda grotescamente)

CABALLERO 2º
Caballero.

PABLO
(Otro? (Segundo saludo) Qué apostamos a que con toda esta caballería me dan un pie de paliza si averiguan quién soy?) Podréis decirme a dónde está la puerta?

CABALLERO 2º
Todo lo que queráis.

CABALLERO 1º
Sabremos al fin a quién tenemos el honor...

PABLO
El honor es vuestro.

CABALLERO 1º
Sí. Mas... vos os llamáis...

PABLO
Yo? Adonde está la rubia? Yo me quiero arrojar a sus pies!

CABALLERO 1º
Bien, bien. Pero decidnos antes quién es la dama con quien habéis venido!

PABLO
La dama? Con que la... (Va a beber)

TENIENTE
Poco a poco! (Sujetándole el brazo)

PABLO
Sí? Pues que me presenten a la rubia!

CABALLERO 1º
Pero responded! Sin duda habéis dejado sola a esa bella incógnita, para poder galantear a vuestro albedrio?

PABLO
Eso, eso. Para galantear a mi albedrio. Rubia! (Se vuelve y ve a las damas) Jesús! Pues si hay aquí diez ó doce! Ay! Qué feliz es el gran Turco!

TENIENTE
Ya no puedo sufrir! A este hombre se le antoja todo . Pronto, declarad quién sois ó tomad la puerta.

PABLO
Chist! No hay que enfadarse, que yo pagaré el gasto. (Metiéndose las manos en los bolsillos) Yo soy un caballero... eso el traje lo dice... aunque no sea mío.

TODOS
Cómo?

PABLO
Y si no tengo bastante oro... la dama que me ha traído consigo... por ahí andará. Lo mismo sale y entra que si estuviera en su casa.

CABALLERO 1º
Pero quién es?

PABLO
Qué sé yo! Ella paga bien, y solo manda que uno calle; con que chist!

CABALLERO 1º
Continúa!

PABLO
Chist! (Cayendo en un sillón)

CABALLERO 1º
Todo es inútil! Este hombre no dice una palabra, y lo que es más, creo que ni él mismo sabe nada. Esperad, veo al Conde en ese salón. Quizás él haya logrado descubrir... Corramos a su encuentro. (Se van)

PABLO
(Cantando medio dormido)
Ay, vinillo jerezano,
quién por ti no pierde pie!...


ESCENA V

Pablo, Marco, guiado por Andrés, salen por el fondo. Andrés mira con asombro en torno suyo: vienen lentamente.

ANDRES
Qué algazara! Qué confusión! Venid, Marco.

MARCO
En dónde estamos, hijo mío?

ANDRES
En uno de los salones interiores! (Siempre mirando en torno suyo)

MARCO
Cómo te has atrevido a penetrar en ellos sin pedir antes licencia?

ANDRES
Y qué! Ya hace dos horas largas que nos tienen en la antesala esperando en vano poder hablar al Conde. Yo traigo despachos del almirante, y tengo derecho a ser recibido.

MARCO
Ya nos han dicho que en estos momentos no podían pasarle recado. No escuchas? (Risas dentro) Desde que entramos resuenan por todas partes la música y la fiesta.

ANDRES
Sí, señor Marco. La fiesta de una orgía.

MARCO
De una... imposible!

ANDRES
No habéis oído esos cantos de amor y de locura! El choque de los vasos! El bullicio desordenado de la embriaguez!

MARCO
Vámonos, Andrés, vámonos. Mi Laura nos estará esperando.

ANDRES
No me iré, voto a mil diablos! Hace dos horas que aguardo para cumplir con mi deber, y justo es que mi general deje un momento la mesa para cumplir con el suyo.

PABLO
Por lo bien que aquellas uvas... (Canta medio dormido)

MARCO
Eh?

ANDRES
Chíst! Ahí en un sillón...

MARCO
Es el Conde quizás?

ANDRES
No sé.

PABLO
Aaaah! San Francisco. (Bostezando: al ver a Andrés vuelve la cabeza)

ANDRES
Oh! Qué semejanza!

MARCO
Qué dices?

ANDRES
Esperad.

PABLO
Acércate, puerta. (Se levanta y procura irse vuelto de espaldas)


ESCENA VI

Dichos. Un Criado.

CRIADO
Calle! Cómo os encuentro aquí? Ya os he dicho que el señor Conde no puede recibir a nadie!

MARCO
Sí, sí. Nos retiramos. Andrés! Andrés! (Este quiere reconocer a Pablo)

ANDRES
(Si me tomaran juramento)

CRIADO
No me habéis oído?

ANDRES
Un instante. Quisiera hablar a ese caballero. (Por Pablo)

PABLO
(Sí, ya estás fresco!)

CRIADO
Y bien, señor... Qué decís? (A Pablo)

PABLO
Que se vayan! (Bruscamente fingiendo la voz)

ANDRES
Perdonad, pero...

PABLO
Estoy ocupado.

ANDRES
Una palabra...

PABLO
No puedo hablar. Me duelen las muelas.

CRIADO
Ya lo oís; despejad.

MARCO
Ven.

ANDRES
(Oh! Mientras más le miro) Seguidme, señor Marco. En este banquete debe estar mi capitán, y por su medio tal vez consiga ver al Conde. (Mirando a Pablo) (Oh! No puede ser él! Cómo se explicaría aquí su presencia?)

(Se va con Marco)

CRIADO
Perdonad, caballero, si esos importunos...

PABLO
Bien, bien. Se han ido?

CRIADO
Sí, señor.

PABLO
Dime, por qué sitio se va uno más pronto ó su casa?

CRIADO
Imposible en estos momentos. El señor Conde ha mandado alejar todas las góndolas que había a la puerta del palacio, sin duda para que no pueda evadirse esa dama misteriosa, a quien buscan por todos los salones!

PABLO
(Adiós! Caí en la ratonera!)

CRIADO
Tenéis que mandarme...

PABLO
A los infiernos. Vete. (Váse el Criado) Y qué hago yo ahora? Bien temía que iba a encontrarme aquí con el señor Marco! La maldita afición a engullir ha sido la causa! Y es el caso, que con el sueño y el miedo se me va quitando la chispa! Ni aun ese consuelo me queda!


ESCENA VII

Dicho: La Condesa.

PABLO
Sois vos! Buena la habéis hecho! Los convidados andan buscándoos por todas partes.

CONDESA
Lo sé. Aquí me encontrarán, y me alegro, porque ya es fuerza que de una vez nos conozcamos unos a otros.

PABLO
Pues eso precisamente es lo que yo no quiero . Si me conocen soy perdido. Siento pasos! Uf! Dónde me meto?

CONDESA
Ay, Dios mío! Pues no contaba yo con este encuentro!


ESCENA VIII

La Condesa, D. Juan.

JUAN
Por aquí no hemos registrado!... Qué veo! Una dama! Y por las señas debe ser la que buscan! Mi conquista!

CONDESA
(Estamos bien!)

JUAN
Hermosa de mi vida!

CONDESA
(Ya empezamos!) (Lo saluda)

JUAN
Cómo ese bribón de Genaro no ha venido a decirme antes... Estáis mejor?

CONDESA
Eh? Mejor?

JUAN
Sí. Mas aliviada.

CONDESA
Mas... (Qué dice este hombre?)

JUAN
O solo quisisteis darme un susto?

CONDESA
Yo?

JUAN Sí, sí! Ahora veo que aquel desmayo fue cierto.

CONDESA
Aquel desmayo?

JUAN
Bien decía yo al echaros de menos. Por fuerza ha de estar aquí, después de haber acudido tan bondadosamente a mi cita!

CONDESA
Ya! Con que yo acudí... (Pues ahora lo entiendo menos!)

JUAN
Qué? No os acordáis? Es natural: el aturdimiento...

CONDESA
Sí! El aturdimiento...

JUAN
Después que me esperasteis a vuestra puerta, y que al llegar yo caísteis en mis brazos...

CONDESA
Que yo caí...

JUAN
Redondita!

CONDESA
(Oh! Esto ya se va poniendo serio! Habrán tomado a otra por mí?)

JUAN
Pero tranquilizaos: se os condujo a la góndola con todo el respeto debido a una dama, y ni aun siquiera aparté el velo que os cubría.

CONDESA
(Lo dicho! Era otra!) Don Juan, después de la manera singular con que nos hemos conocido y de lo que acabáis de contarme, es preciso que os declare francamente...

CONDE
(Dentro) Está bien: buscadla norabuena!

JUAN
El Conde!

CONDESA
Mi marido! (Se echa el velo)

JUAN
No temáis. Es un amigo intimo. (La Condesa se retira a un lado)


ESCENA IX

Dichos: El Conde, sale cabizbajo y triste.

JUAN
Y bien, encontrasteis al fin a (Lentamente yendo ó su encuentro) la misteriosa incógnita?

CONDE
No! Ni me importa. Los convidados siguen registrando todo el palacio. Yo renuncio a buscarla.

JUAN
Por qué? (Estoy en grande!) (Bajo al Conde: este le mira sin comprenderle y baja al proscenio. Don Juan dice a la Condesa en voz baja) Es el Conde Grimani. Un general...
Muy guapo sujeto!

CONDESA
Sí, ya tengo noticias... (Es preciso salir de una vez de esta situación!)

JUAN
Me parece, Conde, que estáis pensativo, triste!

CONDE
El tedio me mata, Don Juan!

JUAN
El tedio? (Estoy en grande!) (Bajo al Conde)

CONDE
Qué?

JUAN
Nada: proseguid. Con que el tedio... Vamos! Sin duda algún tierno recuerdo... Pero qué diantre ! Tanto amáis a la belleza que os lo inspira?

CONDE
Que si la amo!...

JUAN
Sí; explicadme...


TERCETO

CONDE
Sin ella los placeres
me causan negro hastío;
la ausencia de sus ojos
destroza el pecho mío;
me alienta su hermosura,
me mata su desdén.

JUAN
Pues eso exactamente
me pasa a mí también!

(Mirando con malicia a la Condesa)

CONDESA
Negarme ya no puede
su pérfida doblez.

JUAN
Me duele veros (Al Conde)
con tanta pena
cuando yo estoy
de enhorabuena.

CONDE
Vos? No os entiendo.

JUAN
Volved la vista. (Bajo)

CONDE
Aquí una dama?

JUAN
Es mi conquista!

(Lleva a un lado al Conde. La Condesa se acerca a escuchar)

Su nombre no sé,
ignoro quién es;
tan solo en mi vida
la he visto una vez.
De amores platónicos
pasar no logré;
mas pronto en mis redes
habrá de caer.
Voy a traérosla,
mas por favor
quede el secreto
entre los dos.

CONDE
(Sonriendo) Mala reserva
guarda el amor.

CONDESA
Venganza pide
mi corazón.

JUAN
El Conde veros quiere! (A la Condesa)

CONDESA
También yo lo deseo.
(Con tal de confundirlo
a todo yo me arriesgo)

JUAN
Venid, venid! (Cogiéndola la mano)
(Ay Dios! Tiene la mano
mas blanca que el marfil!)
Aquí os presento, Conde,
la flor de la hermosura;
el sol de la ventura,
la reina del amor.
Y vos, gentil señora,
alzad el negro velo;
la luz del claro cielo
derrame su esplendor.

CONDESA
Muy triste al Conde miro, (Con malicia)
y fuera indiscreción
hacer que mi presencia
aumente su dolor.

JUAN
No tal. En cuanto os vea
se va a poner mejor.

CONDE
Si sois, como presumo, (Con galantería)
tan bella, tendré en vos
recuerdos de la hermosa
que tanto adoro yo.

CONDESA
Pues que un recuerdo anhela
el dárselo es razón. (Se descubre)

CONDE
Oh! (Retrocede al verla. La Condesa le mira altanera. D. Juan se queda sorprendido)

JUAN
(Qué diablos le ha dado?)

CONDE
(Mi esposa!)

CONDESA
(Callad!
Honor os lo manda!)

JUAN
No sé qué pensar!

CONDESA
De Padua mis celos (Aparte al Conde)
aquí me han traído:
a vuestros engaños
disculpa no hay ya.
De esposa reclamo
los santos derechos.
No mas abandono,
mi puesto aquí está.

CONDE
(Confusa mi mente,
mi pecho oprimido,
el labio no puede
mi enojo expresar.
Silencio, prudencia
me impone el decoro;
vencido me tiene
su astucia infernal)

JUAN
Los dos se han quedado
mirándose atónitos.
Mi bella algo menos
el otro algo más.
Y yo, voto a cribas
que nada comprendo,
no sé si me debo
reír ó enfadar) (Riendo forzadamente)
Por lo visto, señor Conde,
conocéis a esta señora.

CONDE
Sí, don Juan.

JUAN
Sea enhorabuena.
Yo me alegro... (Hasta rabiar!)

CONDE
Y respeto a su persona
mi deber aquí os advierte!

JUAN
(Ahora sí que sale fuerte!)

CONDE
Nos podemos retirar. (A la Condesa)

JUAN
Poco a poco. (Yo la traigo,
y él tan fresco se la lleva!
Es posible que se atreva
a seguirle ella también?)

(Le presenta el brazo a la Condesa; esta se apoya en el del Conde)

Cómo, ingrata! (Furioso)

CONDE
Selle el labio,
y perdón a esta señora
pida al punto, sin demora.

JUAN
Yo perdón?

CONDE
Sí tal.

JUAN
Muy bien.
(Aparte) (Ah, mujer traidora!
yo sabré aclarar
de esta inicua farsa
toda la verdad.
Yo sabré quién eres,
y ay pobre de ti,
si de tu perfidia
me desquito al fin)

CONDESA
Este misterio (A Don Juan)
sabréis después.
Ahora os suplico...

JUAN
No, no hay de qué!
Ah, mujer traidora, etc.

(El Conde y la Condesa se van. D. Juan se dirige a la puerta y se detiene)

(Hablado)

JUAN
Se van! Oh! Qué voy a hacer? Dar un escándalo! Sacar tal vez la espada contra mi jefe!... En su propio palacio! Y esa mujer... Mas ahora caigo... La música que anoche daba el Conde era también a ella!... Y yo, necio de mí, se la lie traído! Ah! no. No quedaré en ridículo; y pues ella me ha dicho que después lo sabré todo... yo quiero que sea al punto, ahora! Eh? Los convidados buscan a la dama incógnita! A esa pérfida que... corramos a encontrarla.


ESCENA XI

Caballeros, Oficiales.

(Todos salen con luces y mirando a iodos lados con curiosidad)

(Coro)

TODOS
Si en esta sala
no la encontramos,
en vano, amigos,
ya la buscamos.
Rincón no queda
donde ella pueda
de nuestro alcance
segura estar.

UNOS
Mirad por allí.

OTROS
Venid por acá.

OTROS
Volad por aquí.

OTROS
Tornad por allá.
Ah! (Levantando los brazos)

TODOS
Ay, bella ingrata!
No así traidora
la faz ocultes
encantadora.
Al ruego amante
sal al instante,
ven nuestras almas
a cautivar.

UNOS
No está por aquí.

OTROS
Ni está por acá.

OTROS
Buscarla es inútil.

TODOS
Inútil. No está.

(Dan todos a un tiempo un soplo a su luz y se alejan por el fondo)


ESCENA XII

Genaro, después El Conde.

GENARO
Ya se alejan. Casi llegué a temer que penetrasen en la habitación donde he dejado a Laura! Impidamos el que puedan venir de nuevo! (Ciérrala puerta del fondo) Necio de mí! Buscando a mi señor por esos canales, y en tanto él se volvía tranquilamente a su palacio! Cuán ajeno estará de que Laura se halla aquí! Corramos a prevenirle... Calle! (El Conde sale sin ver a Genaro) Qué aire tan pensativo!...

CONDE
Eres tú, Genaro?

GENARO
Sí, señor Conde. Yo que os traigo nuevas de Laura... Eh? No me escucha!...

CONDE
Venir ocultamente a Venecia! Abusar de la credulidad de D. Juan... y todo para espiar mis acciones! Ah! Condesa! La franca explicación que acabáis de hacerme, pone bien en claro la tiranía que queréis ejercer sobre mi!

GENARO
Señor, permitidme (Acercándose) que me atreva a insistir...

CONDE
Qué quieres?

GENARO
Daros una nueva que os va a sorprender..

CONDE
Cómo?

GENARO
Conocéis esta cruz!

CONDE
(La coge y la examina) No.

GENARO
Esa cruz se ha desprendido del cuello de Laura al venir desmayada en mi góndola.

CONDE
Cielos! En tu góndola! Qué quieres decir? Acaba!

GENARO
Que he traído a Laura a vuestro palacio.

CONDE
Cielos! Laura aquí!

GENARO
En una de esas habitaciones!

CONDE
Oh! Miserable! Me has creído capaz de una infamia.

GENARO
Señor, perdonadme si creyendo...

CONDE
Calla! Abren aquella puerta! (La puerta de la izquierda del público se abre y sale Laura)

GENARO
Laura!

LAURA
Mi nombre! cielos! Esas facciones!...

CONDE
Sí, yo soy el hombre que creísteis un proscripto. Os he engañado, Laura... y vos me lo perdonareis en este momento, cuando mi honor de caballero y de soldado va a ser la salvaguardia del vuestro. Corre, dispón tu góndola para conducirá Laura a su cabaña. (Genaro se va)

LAURA
Pero Dios mío! Explicadme!...

CONDE
Silencio. Si os oyesen... Tranquilizaos. Un fatal error ha sido la causa de que os conduzcan aquí. Pero os lo repito, Laura, vuestra inocencia y mi honor os protegen. Nada temáis. Afortunadamente nadie os ha visto aun... y... (Golpes en la puerta del fondo)

JUAN
(Dentro) Conde! Conde!

CONDE
(Después de indicar por señas a Laura que calle, y acercándose á la puerta del fondo) Qué queréis?

JUAN
(Dentro) Quiero que vos y mi bella me deis una explicación categórica de las calabazas que he recibido.

CONDE
Estoy solo, Don Juan.

JUAN
Dispensadme: pero aunque vos me creéis mal músico tengo muy fino el oído, y sé que mi desdeñosa está ahí.

CONDE
Y yo os mando que os retiréis. (Pausa) Ya se va. (Viniendo al lado de Laura, que muestra gran agitación. Tranquilizaos, repito, Laura. Genaro os sacará de aquí sin que nadie...

LAURA
Sí, sí, salvadme! (Llaman)

CONDE
Vive el cielo!

JUAN
(Dentro) Mi general!

CONDE
Cómo os atrevéis?

JUAN
Ahora se trata del servicio de la república, y aunque os enoje, tengo que volver a importunaros.

CONDE
(Este hombre es de hierro!) Y bien?

JUAN
Que hay aquí un soldado de vuestra escuadra que trae para vos pliegos urgentes.

CONDE
Voto al infierno! (Golpes)

LAURA
Oh! van a entrar!

CONDE
Venid...

LAURA
Pero...

CONDE
Venid, yo os prometo después... apresuraos. (Laura entra en la puerta primera izquierda)

(El Conde abre con enojo la puerta y se viene al proscenio. D. Juan entra y mira las habitaciones laterales)


ESCENA XIII

El Conde, D. Juan, Andrés.

JUAN
Perdonad... (Aquella puerta es la única cerrada, ahí está mi pérfida)

CONDE
Y bien. Ese mensajero...

JUAN
Esperando hace tres horas el poder hablaros. Y si no me reconoce y me suplica el que yo le conduzca hasta vos...

CONDE
Basta. Haced que pase.

JUAN
Bien, general. (Ese cuarto tiene una ventana al jardín... Ya sé lo que he de hacer)

CONDE
Ah! tú me pagarás este mal rato.

JUAN
Adelante, bravo joven, adelante! (En la puerta y Andrés, que se acerca a ella lentamente. El Conde hace una seña a D. Juan, que se retira haciendo un gesto como quien proyecta alguna cosa. Andrés lo saluda muy respetuosamente)


ESCENA XIV

El Conde, Andrés.

CONDE
Acaban de decirme que traéis pliegos urgentes para mí.

ANDRES
Sí, mi general. (Dándoselos) Departe del señor almirante.

CONDE
Cuándo habéis llegado a Venecia?

ANDRES
Hoy mismo. Pero hasta ahora no me ha sido posible el conseguir veros.

CONDE
La orden de darnos a la vela (Leyendo con disgusto) mañana mismo. Cuando yo creía por el contrario... Bien. Este pliego (A Andrés) no tiene contestación: podéis retiraros (Andrés saluda y va a irse; pero demuestra querer decir algo al Conde y se detiene)

ANDRES
Perdonad, mi general. Si os dignaseis al menos darme un simple recibo... La exactitud en mi deber...

CONDE
Enhorabuena. (Se dirige a la mesa, y al coger la pluma deja naturalmente al lado la cruz que quitó a Laura, y que ha conservado guardada en la mano)

ANDRES
No quisiera molestar la atención de mi general... Pero... si me permitiera pedirle una gracia?

CONDE
Cuál?

ANDRES
 La de ser recomendado de viva voz a vuestra bondad por una persona...

CONDE
Quién?

ANDRES
Cierto amigo que en otra cualquier circunstancia necesitaría protección para sí mismo; pero que al oírme nombraros, quiso absolutamente acompañarme, dándome por seguro fue su recomendación...

CONDE
Y de qué se trata?

ANDRES
Solo de que os dignéis recordar que os he sido propuesto dos veces para el grado de alférez.

CONDE
Ah! Bien. (Levantándose y dándole el recibo) En estos momentos no puedo recibir... Mañana, antes de darnos a la vela...

ANDRES
Es singular! (Viendo la cruz que está sobre la mesa)

CONDE
Qué?

ANDRES
Esa cruz...

CONDE
(La de Laura!) (Hace un movimiento hacia la mesa)

ANDRES
Es la misma... (Mirándola fríamente) Pero cómo la encuentro aquí!)

CONDE
Qué os detiene? Ya habéis cumplido vuestra comisión. Retiraos.

ANDRES
Mi general... es que... (Mirándola)

CONDE
Basta! (Va a cogerla)

ANDRES
No. Esta cruz no es (Cogiéndola antes con violencia) vuestra! Por qué está aquí?

CONDE
Miserable!

ANDRES
Oh! Perdonad, mi general, no es posible... Yo me he engañado... yo estoy loco... Laura perjura!...

CONDE
Laura! (Involuntariamente)

ANDRES
Eh? Vos habéis repetido ese nombre! Dios mío... Esta cruz... Y hace poco... aquel hombre que vi en esta sala. Que se me figuró ser... que era Pablo!

CONDE
Pablo!

ANDRES
Ah! No me engaño, señor Conde! .. Aclarad este terrible misterio!

CONDE
Salid.

ANDRES
No. Laura! Laura!

CONDE
Silencio, desdichado... (Ruido, puerta primera izquierda)

LAURA
(Dentro) Tened!

ANDRES
Ese grito...

LAURA
Dios mío! (Saliendo perseguida por D. Juan)

ANDRES
Es ella!

CONDE
Ah!

LAURA
Andrés!

JUAN
Laura! (Pausa) Estoy absorto! (Laura corriendo a los brazos de Andrés, que se queda inmóvil, la cabeza inclinada sobre el pecho y abrumado por un profundo dolor)


FINAL

(Canto)

LAURA
El cielo, Andrés, te envía!

JUAN
Por qué fatal error (Sin volver de su asombro)
buscando, Laura, a otra
me encuentro aquí con vos?

LAURA
Andrés. (Viendo que no le contesta)

JUAN
Qué es esto. Conde? (Pasa a su lado)
conmigo tal traición?

LAURA
Andrés, Andrés, escúchame!
Partamos, Tente.

ANDRES
No. (Con dignidad y calma)

LAURA
No? (Sorprendida)

(A un tiempo)

JUAN
(Bajo al Conde)
A Laura, oh Conde,
pensadlo bien,
vos me dijisteis
no conocer.

LAURA
(A Andrés)
Por qué te niegas, di?
Partamos ya, mi bien.
Aléjame de aquí.
salvarme es tu deber.
Eterna brilla en mí
de puro amor la fe!
repara que sin ti
mi amor perdido es...
Ven, ven.
Partamos ya, mi bien.

CONDE
Debí decirlo.

JUAN
Nunca a la fe
de una palabra,
faltar es ley.

CONDE
Cuenta no os debo...

JUAN
Yo la obtendré.

(El Conde lo mira con aire altanero y D. Juan se dirige a Andrés)

JUAN
Partid. Yo de este arcano
Sabré la verdad toda.
Tranquilo en su inocencia
debéis, Andrés, estar.

ANDRES
No ya de mis amores
deploro el bien perdido,
ni para mí reclamo
consuelo ni piedad.
Por ella solamente
mi voz, señor, levanto.
De aquí sin honra Laura,
lo juro, no saldrá.

LAURA
Qué dices?

ANDRES
Con vos hablo. (Al Conde)
Por vos perdió su fama,
y a vos honrarla os toca
del mundo ante la faz.
Cual noble y caballero
un medio os queda solo.

CONDE
Quién juez de mis acciones (Con altivez)
os pudo hacer jamás?

ANDRES
Si yo no puedo serlo
su padre lo será.

CONDE
Su padre! (Conmovido)

ANDRES
Fuera aguarda!

LAURA
Escucha!

ANDRES
Marco! (Llamando)

LAURA
Ah! (Aterrada)

JUAN
Teneos! (Queriendo contenerle)

ANDRES
Marco! (Insistiendo)

CONDE
(Ardiendo (Aparte y con furor)
mi pecho en ira está!)


ESCENA XV

Dichos y Caballeros oficiales que acuden por todos lados con curiosidad.

CABALLEROS
Qué es esto, Conde amigo?
Qué pasa aquí, Don Juan?

JUAN
Señores, retiraos. (Queriendo alejarlos)

(Marco aparece y se detiene en la puerta del fondo)

ANDRES
Miradle!

CONDE
Marco!

LAURA
Ah! (Aparte yéndose a un extremo de la escena)

CABALLEROS
Quién es? (Mirando a la puerta)

JUAN
Yo os lo suplico. (Bajo a todos los caballeros)
Silencio!

CABALLEROS
Bien está. (Id)

(D. Juan coge velozmente a Andrés, y adelantándose al proscenio, le dice aparte)

JUAN
Ved que a matarle
va su pesar,
si este secreto
le reveláis:
del pobre viejo
Tened piedad.

(Andrés se estremece a estas palabras y queda pensativo. D. Juan se va al lado de Laura, haciéndole señas para que calle. El Conde se queda sombrío en el otro extremo. Los caballeros hablan entre sí, sumamente bajo, mirando y señalando a Marco que ajeno a cuanto pasa va adelantándose muy lentamente desde el fondo con su gorro en la mano y en actitud humilde)

(Todos muy bajo)

CABALLEROS
Quién es? Quién es
para guardar
con él aquí
silencio tal?

JUAN
Por Dios, silencio. (Aparte a Laura)
Reflexionad
que puede oíros,
que cerca está!

LAURA
Todo conspira (Aparte)
para mi mal.
Tened, oh cielos!
de mí piedad!

ANDRES
Por qué le llamo (Aparte)
si infamia tal
al pobre viejo
puede matar?

MARCO
Si el noble Conde (Alto)
presente está,
salud le envía
mi lealtad.

(Reina un instante de silencio. Andrés se acerca al Conde, y le dice muy bajo, señalando a Marco)

ANDRES
(Ya su padre está presente.
Cuenta dadle de su honor)
Marco! (Alto dirigiéndose a él)

MARCO
Y bien?

ANDRES
El señor Conde (Vacila, y haciendo un esfuerzo sobre si, dice con intención)
al saber mi pretensión,
para darme su respuesta
que os llamara me mandó.

MARCO
Si a la gracia que Andrés pide
faltan títulos, señor,

(Adelantándose con aire humilde)

un servicio me debéis,
yo lo invoco en su favor.

CONDE
Qué decís? (Sorprendido)

MARCO
Licencia dadme...

CONDE
Hablad, pues, sin dilación.

(Atención y curiosidad en todos)

MARCO
Cierta noble y hermosa doncella
por el puerto de Génova un día
con su esclava en un débil esquife
salió a pasear.
Mal segura el timón gobernaba.
contra el viento su rumbo seguía,
y el bajel por las ondas envuelto
fue presa del mar.
La esclava el peligro serena conjura.
La joven no puede, su muerte es segura;
mas pronto un marino con ánimo audaz
luchando en las ondas, la logra salvar.
Yo soy ese marino.
La dama hermosa,
La Condesa Grimani,
hoy vuestra esposa.

TODOS
Su esposa! (Mirando al Conde sorprendidos)

ANDRES
Su esposa! (Para si)
Qué esperanza (A Laura aparte)
le queda a tu honor ya?

LAURA
Andrés, soy inocente! (Bajo)
Escucha!

ANDRES
No, jamás.

(Se separa de ella, y al encontrarse al volver con el Conde , le mira y exclama fuera de sí con sarcasmo)

Y vos, Conde Grimani,
mi noble general!
vos sois un miserable!

TODOS y CONDE
Oh Dios! (El Conde va a lanzarse sobre él: los Caballeros le detienen)
Traidor!

JUAN
Perdido está. (Aparte)

MARCO
Qué es esto, Andrés? Qué dices? (Con asombro)

CONDE
Prendedle.

ANDRES
Ya callar (Con resolución)
no puede el labio mío!
Sabed.

JUAN
Oh! no!

(Corriendo a su lado y en voz baja)

LAURA
Piedad!

(Cayendo a sus pies por el otro lado. Andrés se contiene de pronto alzando los ojos al cielo)

MARCO
Y bien...

JUAN
Solo así (Aparte)
le puedo salvar)
Yo, conde, soy
su capitán.
A mí, pues, vuestras órdenes
me toca ejecutar.

MARCO
(Qué enigma aquí se encierra?)

(El Conde hace señas de que consiente en ello. D. Juan habla bajo con uno de los oficiales, en seguida se acerca a Andrés y le dice bajo)

JUAN
(Andrés, en mí liad.
Prudencia, pues: de Laura
responde mi lealtad)
Salid al punto entrambos, (Alto a un oficial)
de aquí llevadle ya.

ANDRES
Venid, mi suerte adversa,
cumplida, Marco, está!

(Marco y Andrés se van escoltados por tres o cuatro oficiales. Laura acude suplicante a D. Juan que procura tranquilizarla. Los Caballeros y oficiales exclaman viendo partir a Marco y Andrés)

CABALLEROS y OFICIALES
Tanta osadía,
injuria tal,
duro castigo
presto tendrá.


ESCENA XVI

D. Juan, Ladra, El Conde, Caballeros y Oficiales.

(D. Juan coge de la mano a Laura y se dirige con ella a la puerta del fondo: el Conde se les interpone)

JUAN
Seguidme y no temáis,
que os guarda mi amistad.

CONDE
Tened.

JUAN
Señor Conde... (Insistiendo)

CONDE
Tened! (Con altivez)

JUAN
Permitid...

CONDE
A Laura ya nadie
aleja de aquí. (Poniéndose delante)

JUAN
Pensad que es expuesto

(Procurando refrenar su impaciencia)

quererlo impedir.

CONDE
Cual jefe os lo mando, (Con mas altivez)

JUAN
Y yo, voto al Cid,
no acato a ninguno
que intente ruin
infames traiciones
hacerme cumplir. (Dando suelta a su enojo)

(Todos se empiezan a agitar a estas palabras. El Conde pone la mano en el puño de la espada)

CONDE
Don Juan!

JUAN
Abran paso! (Tira de la espada)

TODOS
De aquí no salís! (Id)

LAURA
Mirad que os perdéis. (Conteniendo a Don Juan)

JUAN
Conmigo venid. (Mirando abierta la puerta primera derecha gana con Laura la puerta. El Conde y los otros dan algunos pasos con aire amenazador)

CONDE
No. Mis iras, vive el cielo!
impedíroslo sabrán,
y antes muerto quedareis
de esa puerta en el umbral.

CABALLEROS y OFICIALES
Sí, tendido quedareis
de esa puerta en el umbral.

JUAN
Con mi espada aquí os aguardo!

(Cubriendo a Laura)

Dos a dos a mí llegad!
y si aun pocos os parecen.
vengan todos a la par!! (Tirándoles el guante)
Todos a un tiempo.

CONDE y CABALLEROS
Nuestras iras, vive el cielo,
escarmiento os han de dar!
y tendido quedareis
de esa puerta en el umbral,

JUAN
Con mi espada aquí os aguardo!
Dos a dos a mí llegad,
y si aun pocos os parecen
vengan todos a la par!!

LAURA
Oh! su saña vengativa
a inmolaros aquí va!
Resistir podréis en vano!
invoquemos su piedad.

TODOS
Muera! (Adelantándose)

JUAN
El cielo nos ampare! (La Condesa aparece por la puerta segunda derecha, casi sin ser vista de D. Juan é impone al Conde y a los otros)

CONDESA
Deteneos! (Todos retroceden sorprendidos. D. Juan aprovechando este momento y huyendo con Laura por la puerta primera, dice)

JUAN
Libre es ya!!

(Cuadro. El Conde con la espada en la mano y turbado. Los otros mirando con sorpresa a la Condesa Esta con el brazo extendido y el ademan imponente. Cae el telón)


FIN DEL SEGUNDO ACTO


ACTO TERCERO

El teatro representa la cubierta de la nave que manda don Juan. El proscenio figura la popa, el fondo la proa. En los costados y el último término del fondo, se ve el mar: hacia el costado derecho se indica el muelle de Venecia, no cerca. Las velas están recogidas. Sobre el puente ó castillo de proa un centinela. Otro abajo junto a la popa. Está empezando a amanecer: Música al levantarse el telón.


ESCENA PRIMERA

(La tripulación durmiendo en distintos lados sobre cubierta. En el castillo de proa tocan la diana, a cuyos sonidos empieza a removerse la tripulación)

VOCES
En pie todo el mundo!

OTRAS
Arriba la chusma!

(Las voces se mezclan con el toque de diana. La tripulación empieza a discurrir por la cubierta. El Teniente sale por la escotilla de en medio y se pone a mirar con un gran anteojo, hacia el lado en que se supone está Venecia, La diana cesa, y el Teniente dice mirando con el anteojo)

TENIENTE
Demonio de anteojo! Nunca veo con él más que estrellitas verdes y encarnadas! Guiñaré bien el ojo derecho. Cá! Ahora las veo azules! Pero no: ya di con la tecla. Vive Dios! Si! sí! No me engaño! (Los marineros a las exclamaciones del Teniente se han ido acercando, y él dice a un Grumete dándole el anteojo) Tú, pilotín! Toma! dinos qué ves en el muelle de Venecia!

PILOTIN
Las naves (Encaramándose en un banco y mirando con el anteojo) de la escuadra están aparejando.

TENIENTE
Cabal! Lo mismo que yo he visto!

ALFEREZ
Y bien! qué significa...

TENIENTE
Significa, señor Alférez, que al notar el movimiento que hemos hecho esta noche, colocándonos mar afuera, se han olido que vamos a tomar las de Villadiego, como dicen en nuestro país, y quieren impedirlo.

ALFEREZ
Con que según eso, tratamos en efecto de salir de Venecia contra la voluntad del general Grimani?

TENIENTE
Contra la voluntad de todo el mundo, si nuestro capitán lo manda.

ALFEREZ
Pero qué ocurre? Explicaos! Esos dos hombres que habéis traído presos a bordo, entre las sombras de la noche!..

TENIENTE
Esos dos hombres y la joven que vino después con el capitán, son precisamente... dos hombres y una joven. Estáis? Lo demás no os importa.

ALFEREZ
Sí, mas... al ver la vigilancia que de pronto se nos ha mandado observar con toda embarcación que se aproxime a la nuestra...

TENIENTE
Vigilancia que no ha sido inútil por fortuna! Dígalo esa barca que hace una hora rondaba misteriosamente en torno del buque, y que hemos apresado con la dama y el desconocido que en ella venían.

PABLO
(Dentro) Por piedad! Sacadme de este agujero!

TENIENTE
Hola, parece que el truhán desea tomar el aire! (A los marineros) Conducidle aquí! (Algunos soldados van por Pablo) Le veremos un poco la cara. La dama siga en mi camarote. Y vos, señor Alférez, no olvidéis que aquí se oye, se ve y se calla!


ESCENA II

Dichos: Pablo conducido por algunos soldados.

PABLO
Señores, tened caridad! Yo soy un hombre de bien!

SOLDADOS
Vamos.

TENIENTE
Traedle hacia acá. (Reconociéndole) Lléveme el diablo! Si es nuestro incógnito del banquete!

PABLO
Calle! (Reconociendo al Teniente y más tranquilo) (Este es aquel Dios Baco de esta noche pasada) No sabéis cuánto me ale...

TENIENTE
Punto en boca!

PABLO
Ya le eché el punto. (Cogiéndose el labio con dos dedos)

TENIENTE
Quién os ha mandado teñir a espiarnos con esa dama?

PABLO
A espiaros!

TENIENTE
Si; vuestra barca rondaba en torno de esta nave cuando habéis sido presos.

PABLO
Señor, yo os juro... Oídme un solo instante; voy a deciros la verdad. Al salir del palacio Grimani, después de haber andado errante dos horas por aquellos corredores buscando la puerta...

TENIENTE
Eso no es del caso.

PABLO
Sí tal. Porque me encontré de manos a boca con esa dama, y seducido de nuevo por sus dádivas, la conduje alrededor de las naves que hay en el puerto: las estuvo observando como si buscara alguna particularmente, y por último me hizo venir hasta esta, que a pesar de hallarse a corta distancia de las demás...

TENIENTE
No intentéis aturdirme con esa larga relación.

PABLO
Señor, repito que yo soy un hombre de bien. Preguntad en Venecia...

TENIENTE
Nosotros no tenemos y« nada que ver con Venecia. Al contrario.

PABLO
Al contrario? (Santo Dios! Será este un buque de piratas?)

TENIENTE
Ya sois nuestra presa. Y si vuestros amigos intentasen venir a salvaros...

PABLO
A salvarme? (Ay! Ojalá!)

TENIENTE
Por toda contestación les arrojaríamos vuestra cabeza!

PABLO
Mi cabeza! Por Dios si alguien viene preguntando por mí, decid que no estoy! (Animas benditas, quién es este fariseo?)

PILOTIN
(El teniente Matamoros) (A Pablo)

PABLO
Pues que no me mate a mí, que soy cristiano! Señor, dejad que me vuelva a mi cabaña! Pensad que mi amo me estará echando de menos!

TENIENTE
Tu amo? Luego ese traje no pertenece a tu condición? Ya la cosa varia de aspecto!

PABLO
Sí? Varia? (Contento)

TENIENTE
Aquí te quedas de grumete.

PABLO
Uf! Qué aspecto tan horrible! Pero señor...

TENIENTE
Nada, de grumete! Esa es tu sentencia!

GRUMETE
Compañero! (Alegres)

PABLO
Largo de aquí, granuja! Estoy perdido! qué va a ser de mi!


(Coro)

CORO
No temas, cobarde,
la vida del mar,
que al par del peligro
la gloria nos da.

(Señalando al horizonte)

Ya se oscurece el horizonte;
ya ruge fiera la tempestad.
Iza las velas! iza! iza!

(Como tirando de las Cuerdas)

Brame en buen hora el huracán!
El huracán!

PABLO
Ay!.... (A un tiempo)

CORO
(Sonriendo) No temas, no,
que a la tormenta
dichosa calma
sucederá.
(Con entusiasmo) Viva, aunque estalle
la tempestad,
viva la alegre
vida del mar!
Prefiero la tierra.
Viva la alegre
vida del mar!!

CORO
(Aplicando el oído) Ya del combate suena el grito!
Ya el bajel turco cerca está!

(Señalando a lo lejos)

Hurra! Valor y al abordaje!
Animo, pues! No haya piedad!
No haya piedad!

(Alzando las hachas de abordaje con aire amenazador)

PABLO
Ay!.... (Aun tiempo)

CORO
(Sonriendo) No temas, no,
que la victoria
botín inmenso
nos dejará.
Viva, aunque estalle
lucha tenaz,
viva la alegre
vida del mar!

PABLO
Qué vida de perros!

CORO
Viva la alegre
vida del mar!!


ESCENA III

Dichos: D. Juan, que sale trayendo a Laura triste y abatida. En toda la tripulación reina un profundo silencio. Los soldados y marineros se llevan respetuosamente la mano derecha a los cascos y gorros. D. Juan se adelanta pausadamente con Laura, hace a su tiempo una seña imperiosa y todos se retiran con silencio al fondo.

ALFEREZ
El capitán!

JUAN
Animo, Laura. (En voz baja) Andrés no llevará a cabo tan funesta idea!

LAURA
Sí, Don Juan Esta curia que ha hecho llegar hace poco á mis manos; esta carta en la que acusa mi inocencia, en la que me da su último adiós... Ah! No lo dudéis! Andrés va a partir en busca de una muerte segura!

JUAN
Pero creéis que yo pueda consentirlo? Vamos, tranquilizaos. Y... pues ya estáis mas repuesta del letargo en que caísteis al salir del palacio del Conde, contádmelo todo. Aclárese de una vez tanto misterio y... Qué es eso? (Al Teniente que se ha ido acercando) Qué queréis?

TENIENTE
Mi capitán!...

JUAN
Quién os manda acercaros sin mi permiso?

TENIENTE
Perdonadme: mas... hace ya rato que estamos notando movimiento en las naves de la escuadra... y... creía un deber el daros parte.

JUAN
Estáis seguro de lo que decís? Laura, bajad a mi cámara por algunos momentos. Ciertas órdenes indispensables... Confiad en mí. Yo hablaré a Andrés y pronto iré a daros mejores nuevas. Venid. (La acompaña hasta la entrada de la cámara: Laura baja por ella.
D. Juan en seguida se dirige al costado del buque y mira hacia Venecia. Los soldados y los marineros bajan un poco mirándole con interés)

JUAN
Tenéis razón, señores.

TENIENTE
Y... cuáles son vuestras órdenes, mi capitán?

JUAN
Las de darnos inmediatamente a la vela!

TENIENTE
Bravo!

JUAN
La serenísima república olvida que yo gané esta nave sin el auxilio de sus soldados, y que al entrar a su servicio con mis bravos aventureros de Cataluña y Aragón, conservamos la libertad de volvernos a España en cuanto la guerra se hubiese terminado. (Los marineros manifiestan aprobar lo que D. Juan dice, bajando entre ellos)Pero no es la república, amigos míos, la que intenta impedirnos salir de las aguas de Venecia! sino el rencor de un poderoso, a quien no he dejado cometer una infamia. Tanto peor para él. Ya sabemos nosotros cómo se abren paso las naves por medio del fuego y la metralla.

TODOS
Sí! sí!

JUAN
Veo que nos hemos entendido. Señor Teniente, ya me olvidaba. Antes de partir quiero interrogar a esa desconocida que habéis sorprendido en el acto de espiar nuestra nave. Conducidla a mi presencia. (El Teniente saluda y se va. D. Juan se vuelve a un marino que le presenta una pipa encendida y se sienta a fumar) Vosotros retiraos a proa. Mucha vigilancia y que todo esté listo para partir a mi primera señal. (Todos le saludan y se retiran. Andrés que ha salido momentos antes y oye las últimas palabras de D. Juan, se queda enfrente de él. D. Juan se levanta al verle)

ANDRES
Vais a partir, mi capitán?

JUAN
A vos es a quien yo debiera dirigir esa pregunta. Hablad, Andrés! Qué intentáis? Alejaros de Laura, dejarla sumida en su dolor en estos momentos!... Cuando quizá una sola palabra suya, baste a justificar su virtud.

ANDRES
Toda la noche vos y yo hemos esperado en vano esa palabra.

JUAN
No olvidéis que la infeliz, sumergida en un doloroso letargo, no ha podido explicarnos...

ANDRES
Ni lo podrá nunca! Creedlo, mi capitán. En mi situación solo me resta suplicaros que no abandonéis en su desdicha a Laura y a su pobre padre...

JUAN
Abandonarlos!

ANDRES
Y que me dejéis partir!

JUAN
A dónde?

ANDRES
A Venecia! A presentarme a mi general. A sufrir la suerte que en su enojo me tenga señalada!

JUAN
Eso es una locura... y yo no lo consentiré.

ANDRES
Pero cuando he perdido mi porvenir, mi felicidad, mis esperanzas, vos no podéis obligarme a permanecer junto a Laura, cuya vista destroza mi ¡corazón! Junto a su padre, que en una cruel incertidumbre no ha querido separarse de mí; que ignora aun la verdad, y a quien al fin me vería obligado a revelarle... Oh! Dejadme partir! Yo soy dueño de mi vida y...

JUAN
Y yo soy vuestro capitán, y os mando quedaros y seguirme adonde yo vaya. Por mi nombre!

ANDRES
Mi capitán!...

JUAN
Chist! Basta. (El Teniente aparece con la desconocida, que viene cubierta con un velo) Hola! Nuestra prisionera! Andrés, id a esperar mis órdenes. Pronto sabréis lo que creo más conveniente para todos. (Andrés saluda y se va. D. Juan hace una seña al Teniente que se va también. La Condesa, al verse sola con D. Juan, se descubre)


ESCENA IV

D. Juan: La Condesa.

JUAN
Cielos! Qué estoy mirando? Vos aquí!

CONDESA
Yo, Don Juan. Yo, que aguardaba impaciente el momento de veros!

JUAN
De verme? No os comprendo, por vida mía! Es verdad, señora, que cuanto me pasa con vos tiene mucho de original y de maravilloso! y... sin ir más lejos, aun no he podido explicarme cómo vuestra presencia bastó para librarme esta noche pasada del peligro que corrí en el palacio del Conde?

CONDESA
Más tarde lo sabréis. Ahora solo me trae aquí... el interés de...

JUAN
Ya! El interés que yo os inspiro!

CONDESA
Quizá!

JUAN
Quizá? Esto es bueno! Después de haberme chasqueado dando al Conde la preferencia...

CONDESA
Nada más natural.

JUAN
Muchas gracias, señora.

CONDESA
Escuchadme. Ved que el tiempo se pasa... y...

JUAN
Cómo? Hablad en fin. Con qué objeto rondabais esta nave cuando os sorprendieron mis soldados?

CONDESA
Con el objeto de veros. Sí, Don Juan. Yo sé que tenéis á orgullo el ser galante y noble con las damas...

JUAN
Siempre!... Como que soy español y sevillano!

CONDESA
Pues al español y al caballero he venido a buscar.

JUAN
Entonces... aquí le tenéis. Hablad, señora.

CONDESA
Pues bien, sabedlo todo. El Conde va a venir a exigiros en un duelo la reparación de sus ofensas y yo...

JUAN
Dios sea loado!

CONDESA
Y yo, Don Juan, os vengo a pedir que ese duelo no se lleve a cabo.

JUAN
Señora, vos buscáis aquí a un español y a un caballero, y no podéis encontraros con un miserable ni un cobarde.

CONDESA
Sí! Don Juan! Es cierto. Vos sois noble y leal; pero , sabedlo, en el Conde...

JUAN
Sí! El Conde es vuestro amante!

CONDESA
Es mi marido!

JUAN
San Telmo! Vuestro... (Estupefacto) Vues... (De pronto cayendo a sus pies) Señora, tened la bondad de aborrecerme por toda vuestra vida!

CONDESA
Qué hacéis?

JUAN
Declararme el mayor torpe, el mayor descortés... el...

(Rumor y voces hacia la proa)

CONDESA
Cielos!

JUAN
Eh? (Levantándose y mirando)


ESCENA V

Toda la tripulación sale en tumulto y alarma. Los soldados con los arcabuces en la mano, suben corriendo al castillo de proa. Los marineros con hachas y puñales llenan el costado derecho del buque, mirando hacia el mar con actitud amenazadora. Soldados y Marineros. Alto! Alto! (Saliendo)

JUAN
Qué es eso! (La Condesa ha ido a asomarse)

TENIENTE
Mi capitán! Una barca con gente armada! (Se sube en el puente de proa)

JUAN
Cómo?

CONDESA
Dios mío! Sin duda es el Conde! (Vuelve al lado de Don Juan)

JUAN
El Conde? Pues a buen tiempo llega! Y bien, señora: cuál es vuestra intención?

CONDESA
Don Juan! Respetad la vida de mi esposo! Acordaos que yo anoche salvé la vuestra!

JUAN
Voto a bríos!

CONDESA
Quitémonos de aquí! Busquemos un medio... una idea que deje a salvo vuestro honor y el suyo! Os lo pido de rodillas!

JUAN
Levantad! señora, levantad!

TENIENTE
Dicen que un enviado del general Grimani viene con una misión para vos.

CONDESA
(Oh! Es el mismo Conde!) (Bajo a D. Juan)

TENIENTE
Qué debo responder? (D. Juan mira a la Condesa, que vuelve a suplicarle por señas)

JUAN
Que pase a bordo. Señora Condesa, quiero haceros el sacrificio de algunos instantes. Pero... no lo dudéis. Entre el Conde y yo, no cabe tregua ni reconciliación alguna. Señor Teniente, recibid vos solo a ese mensajero, y decidle que espere mi aviso para informe de su comisión. Venid, señora. (Da la mano a la Condesa y se va con ella)

TENIENTE
Ya le recibiría yo a metrallazos! Qué hacéis ahí vosotros? Largo, pues! Ahí oíd! Ojo a la barca! (Todos le rodean) Sí los que quedan en ella se rebullen y os ocurre alguna duda, empezad por no dejar ni uno solo vivo; y cuando hayáis acabado con el último, venid a consultarme lo que debéis hacer. Retiraos. (Se van)


ESCENA VI

El Teniente, Pablo, El Conde, Genaro.

TENIENTE
Pongamos ahora a ese enviado todo el mal gesto de que es susceptible mi fisonomía. En cuanto me vea...

PABLO
Pasó ya el chubasco? (Asomando por una escotilla)

TENIENTE
Qué? (Se vuelve. Pablo se esconde) Creí haber oído... (Ve llegar al Conde que viene embozado y que sale con Genaro, que a una seña suya se queda en el fondo) Sí, con efecto. He aquí a nuestro hombre. Adelantaos sin recelo. Tengo el sentimiento de manifestaros que no corréis el menor peligro.

CONDE
Cómo no hallo aquí a vuestro capitán, cuando es a él a quien vengo buscando?

TENIENTE
(Ese acento)

CONDE
Responded! (El Teniente quiere verle la cara, Pablo se le acerca)

PABLO
Yo conozco esta voz!

TENIENTE
El capitán va a venir en seguida. (Juraría que es el Conde en persona) (El Teniente mira por un lado al Conde y Pablo por el otro)

PABLO
(Apostaría que era Rafael el gondolero)

CONDE
(Pablo!) (Se acerca mucho. El Conde se separa paseando impaciente. El Teniente y Pablo se tropiezan)

TENIENTE
Animal!

PABLO
No hay de qué darlas! Pase usted adelante!

CONDE
Avisad de mi llegada. Me es imposible esperar mucho tiempo.

TENIENTE
(El tono! El aire! Sí, él es! Corro a prevenir al capitán)

PABLO
Rafael de mi alma! (Corriendo a él) Tú también por aquí?

CONDE
Chito!

PABLO
Dime, vienes a hacer sombras chinescas como esta noche en el canal?

CONDE
Ese traje...

PABLO
Es el tuyo: no hagas caso.

CONDE
Responde pronto. Laura y su padre están aquí contigo?

PABLO
Qué diablos dices? Conmigo? Conmigo no hay aquí nadie más que yo. Yo, que he sido preso por estos caribes! Por estos... Me alegraría que los ahorcaran, hombre.

CONDE
Tú preso? Por qué?

PABLO
Por haber venido conduciendo en mi góndola a una dama que desde anoche me trae como un zarandillo, y con quien salí antes del amanecer y con todo sigilo del palacio Grimani.

CONDE
Eh? Del palacio Grimani?

PABLO
Sí, donde a todo el mundo que iba le daban de comer y de beber gratis? Chico, qué jerez!

CONDE
Y esa dama... (Cielos!... Qué sospecha!) Lo conoces tú? Sabes a qué ha venido?

PABLO
No. Solo sé que tenia gran prisa de llegar, y que de cuando en cuando exclamaba!... Sí, el Conde cumple su amenaza! Sí, el Conde viene a provocar un duelo! Sí, el Conde quiere vengarse... yo lo impediré por honor suyo: y si el Conde... Quién será ese Conde tan condenado?

CONDE
(Oh! Todo lo comprendo!)

PABLO
Rafael, mira si hallas un medio de salvarme...

CONDE
(Mi esposa cediendo a un sentimiento generoso...)

PABLO
De librarme de ese Teniente matamoros!

CONDE
Pronto. En dónde está? Responde?

PABLO
El teniente matamoros?

CONDE
Esa dama.

PABLO
No sé. Al llegar aquí nos separaron... (La Condesa se presenta) Calle! Mírala ahí!

CONDE
Condesa!

PABLO
Una Condesa?

CONDESA
Señor Conde...

PABLO
Un Conde! Y yo con su vestido! (Echa a correr)


ESCENA VII

El Conde, La Condesa.

CONDESA
(Pausa) Anoche, Conde, os impidió mi presencia cometer una acción que hubiera mancillado vuestra nobleza. Ahora me hallo aquí... no con igual motivo; pero sí para apelar a vuestra razón y a vuestra generosidad.

CONDE
Señora... permitidme que extrañe oíros hablar así en este sitio, cuando hubierais podido hacerlo en nuestro palacio, sin darme la poco agradable sorpresa de encontraros donde vengo a buscar un enemigo.

CONDESA
Para provocar un duelo injusto?

CONDE
Quizás no, Condesa.

CONDESA
Qué decís?

CONDE
Que si anoche al verme calumniado pudo cegarme mi despecho, después instruido de todo por Genaro, comprendí que mi presencia aquí era necesaria para llenar un deber más noble y más digno que una loca venganza.

CONDESA
Ah! Si eso fuera cierto, creed que todo mi cari... Que toda mi gratitud no bastaría a pagaros...

CONDE
(Observándola conmovido, dice lentamente) Sí: voy creyendo en efecto que debo alguna mas justicia a vuestra lealtad. (Pausa. Se acerca a la Condesa) Decidme.

CONDESA
Anoche pasasteis largo rato sola en vuestro cuarto y llorando. (Movimiento de la Condesa, que intenta negar) Me lo han dicho...

CONDESA
Oh! Creed...

CONDE
Genaro os vio!

CONDESA
Pues bien, señor Conde. Genaro os ha dicho la verdad. No hay baldón en confesar un sentimiento puro y verdadero. Hasta ahora habéis creído que mis celos eran orgullo y tiranía! No, Conde. Vos que sois tan experimentado en el amor, no sabéis cuánto se suele querer a los ingratos?

CONDE
Y... si ante ese cariño que yo no comprendía desapareciese la ingratitud?

CONDESA
Conde, cuando la inocente que llora recobre su dicha y su opinión, y cuando estrechéis la noble mano del que la defiende y la protege... yo os daré una respuesta. Esperad! (Música. Ven subir a Laura por la escalera de la cámara)

CONDE
Laura!

CONDESA
Y bien? Tenéis medios de justificar a esa infeliz?

CONDE
Condesa... Temo no conseguirlo a pesar mío. Mas venid: busquemos a Don Juan: yo os lo diré todo , y vos me ayudareis a aclarar de una vez este misterio.

(Se van, procurando no ser vistos de Laura)


ESCENA VIII

Laura, que sale lentamente.

LAURA
Nadie! Don Juan me prometió darme nuevas mejores, y... vana esperanza! Esta carta, de la que no se apartan mis ojos! Ay! Esta carta era su último adiós!

(Canto)

La muerte anhelas,
dulce bien mío,
cuando inocente
lloro por ti.
Ay! no abandones
a esta infeliz.
Y si ya lejos
huyes de mí,
entre las corrientes
ondas de la mar,
mis amantes lágrimas
en tu busca irán.
Mansas, leves ondas,
decid: dónde está?

Tú que la aurora
de nuestra vida
conmigo viste
brillar feliz;
ay! en la noche
de mis pesares
por qué me dejas
penando así?
Dónde a mis amores
tan esquivo estás?
Dónde mis suspiros
te podrán hallar?
Bien del alma mía,
dime, dónde estás?

(Laura, abatida por el dolor, cae sentada en un banco en segundo término del lado derecho del público. Andrés ha asomado por el fondo momentos antes y se ha quedado contemplándola, sin ser visto de ella y con señales de profunda tristeza. Pablo sale corriendo y asustado por la segunda escotilla)


ESCENA IX

Laura, Pablo, Andrés, Marco.

ANDRES
Oh! (Viendo a Pablo)

PABLO
Válganme todos los santos del Calendario! Mi amo el señor Marco está ahí! Me ha visto! Digo, no: me ha olfateado!

MARCO
(Dentro) Pablo!

LAURA
Esa voz... (Conmovida. Sin ver a Pablo)

PABLO
Uf! Viene persiguiéndome! Y él que rae creía en la cabaña con Laura!

MARCO
(Dentro) Te escondes, perillán?

PABLO
Sí. (Alto y como respondiendo) (Ah, torpe! Qué es lo que he dicho! Huyamos! (Al irse ve a Laura) Cielos! Ahora encuentro ahí a Laura! Santo cielo, qué lio!

LAURA
Oyeme.

PABLO
Misericordia! (Va al fondo y ve a Andrés) Andrés! Voy a tirarme al mar.

(Baja al proscenio: en este momento Marco, que ha salido a cubierta y le oye cerca de si, da un fuerte golpe en el piso con su palo)

MARCO
Alto ahí!

PABLO
(Me pescó!)

LAURA
Padre! Padre mío! (Corriendo a sus brazos)

MARCO
Laura! Qué significa esto? Explicaos. (Sorprendido)

PABLO
(Sí. Facilillo es!)

MARCO
Entrambos aquí! A qué habéis venido?

LAURA
Cielos!

MARCO
Habla tú, Pablo!

PABLO
Yo?

MARCO
Dime pronto!...

PABLO
Sí. Yo... yo os explicaré la... A veces dice uno... Hombre, qué buen tiempo hace! No vendría mal dar un paseo! Y... pues! Se va uno a pasear!

MARCO
A pasear? Y entrambos habéis venido...

PABLO
Aja! Eso: paseando... por el agua, en la góndola (Bajo a Laura) (Por Dios, no me desmintáis! Yo os contaré luego)

MARCO
Eh? (Volviéndose)

PABLO
(Demonio! Qué oído tiene!)

MARCO
Laura, hija mía: acércate. Ya sé que tú eres incapaz de engañarme. Dime la verdad!

PABLO
(La verdad me va a costar un garrotazo!)

MARCO
Vamos, habla. Estás temblando! Te han dicho sin duda lo ocurrido anoche con Andrés y su general, y vienes...

PABLO
Eh?

LAURA
Oh! Padre mío! Padre mío! Vos al menos no me acusareis!

MARCO
Acusarte? Por qué? Laura, qué estás diciendo?

LAURA
Andrés va a morir, y yo soy la causa!

MARCO
Tú! Qué misterio es este? Habla. Qué papel estrechas en tu mano. (Quitándoselo)

LAURA
La carta de Andrés!

ANDRES
(Mi carta!)

MARCO
Eh? De Andrés? Léela! Pero no. Tal vez quieras ocultarme la verdad. Pablo!

PABLO
Señor.

MARCO
Léela tú.

PABLO
No sé.

MARCO
Oh! Y no poder por mí mismo...

PABLO
Pero Andrés está (Reparando en Andrés) aquí. El dirá...

MARCO y LAURA
Andrés!

ANDRES
(Presentándose) Pues bien, Marco. Ya es fuerza que os declare todo. En esa carta me despido de vuestra hija, porque he perdido su amor; porque he perdido mis esperanzas; porque un noble... un poderoso, en fin, ha burlado su credulidad y su inocencia!

MARCO
Ah! desdichada! (Con enojo)

LAURA
Padre mío! (Abrazándole)

MARCO
No, Andrés. (Cambiando de tono) Tú mientes! Mi hija no puede ser culpable!


ESCENA ULTIMA

Dichos: El Conde, D. Juan, Genaro, La Condesa y Coro.

CONDE
Dices bien, Marco. Laura es inocente... y yo os lo juro sobre la cruz de mi espada y por mi fe de caballero!

MARCO
Vos!

ANDRES
Entonces, señor Conde, cómo encontré anoche a Laura en vuestro palacio?

MARCO
Cielos!

GENARO
(Al Conde) Señor, permitidme declarar la verdad.

(Dirigiéndose a Marco y a Andrés) Yo fui quien sin saberlo el señor Conde llevé a Laura al palacio y me apoderé de la cruz que se desprendió de su cuello cuando iba desmayada en mi góndola.

JUAN
Tú!

MARCO y ANDRES
Vos!

GENARO
Yo mismo, y por ello incurrí en el enojo de mi señor.

MARCO
Y dices que la llevaste en tu góndola?

GENARO
Cumpliendo las órdenes de Don Juan, en cuyos brazos hallé a Laura desmayada a la puerta de su cabaña.

ANDRES
(Qué oigo!)

JUAN
Sí. Sabed en fin lo que yo mismo he ignorado hasta hace un momento: yo, Laura, creyendo que erais la que debió acudir a mi cita, os hice conducir al palacio del Conde... Andrés, creed en su virtud. Mi fatal error ha sido la causa de todo.

ANDRES
Laura!

MARCO
Hija mía!

JUAN
Pero si aun esto no bastase a justificar su inocencia... Mi nombre... mi fortuna...

ANDRES
Ah, capitán!

PABLO
Ya no les hace falta.

JUAN
No?

PABLO
Pero a mí sí.

(Presentando su mano como para recibir algo)

JUAN
Eh! Déjame en paz! Amigos míos! (A Marco, Andrés y Laura) Qué es eso? Quién viene a turbar nuestra alegría?

CONDE
Don Juan, es que esperan vuestras órdenes, porque ya podéis salir libremente de Venecia!

JUAN
Ah! Conde! Sí, partamos. (Salen por el fondo todos los marineros y soldados) En mí tendréis un protector! un hermano! Y... si algún día sucumbo en los combates... Muchachos! (A la tripulación) Este será vuestro capitán. (Por Andrés)

PABLO
Y yo el timonero.

CONDE
Don Juan! Adiós!

JUAN
Señora... Señor Conde... (Sigue despidiéndolos)

PABLO
Se van! Pero y este vestido? Ah! Me lo regalan.


Don Juan vuelve al proscenio.

(Música)

Pronto a la mar, amigos,
partamos sin tardar!
Arriba, pues, muchachos!
A la vela!

CORO
A la vela!... al mar! (Se lanzan a sus puestos)

JUAN
Leva el ancla, marinero,
cruza ya las bravas olas,
y tus playas españolas
torna alegre a saludar.
Desplegad las anchas velas!
Mi bandera al viento dad!

CORO
Tira! tira! leva el ancla!

(Maniobrando y tirando a compás de los cables)
y a cruzar las bravas olas,
que a las playas españolas
rumbo damos sin tardar!
Suelta el trapo! Tira! jala!
Compañeros! pronto al mar!

(Suena un redoble y un disparo de cañón. A esta señal marineros y grumetes trepan por las cuerdas y palos del buque, que se empavesa al mismo tiempo. Cuadro de suma animación)

TODOS
Adiós, adiós!
Venecia querida,
mansión feliz
de placeres y amor!

(Todos mirando a Venecia y saludándola cari los gorros)

Adiós, adiós!
risueños canales!
dichosas memorias!
Adiós, adiós!



FIN DE LA ZARZUELA


Información obtenida en:
https://archive.org/details/galanteosenvenec4001barb

No hay comentarios:

Publicar un comentario