LA SEÑA
FRASQUITA
Zarzuela cómica en un acto y cinco
cuadros.
Original y en prosa de Guillermo Perrín
y Miguel de Palacios.
Música del maestro Ruperto Chapí.
Estrenada con éxito en el Teatro de
Apolo, la noche del 2 de Diciembre de 1899.
REPARTO
(Estreno)
Frasquita - Srta. Brú.
Dolores - Srta. Pino.
Regina - Srta. Navarro.
Tadeo - Sr. Carreras.
Salvador - Sr. Rodríguez.
El Señor Manolo - Sr. Ontiveros.
El Niño - Sr. Fernández.
El Cutri - Sr. Otero.
Antonio - Sr. Soriano.
El Mayoral - Sr. Sánchez.
Pepillo (Chico) - Niño Cotte.
Coro general, chicos y banda.
La acción en un pueblo de Andalucía.
ACTO UNICO
CUADRO PRIMERO
Plaza en un pueblo de Andalucía. A la
izquierda, primera caja, ocupada por fachada de una casa con su gran portalón
practicable. Unida esta faenada en ángulo recto con la de fondo, frente al
público y en segunda caja, donde habrá una reja grande que parte del suelo, y
saliente, para poder colocar tiestos y ocultar una persona a su tiempo. En la
reja habrá una jaula con un pájaro. A través de esta reja se ha de ver la
habitación amueblada, etc. Esta reja tendrá por su parte interior, puertas de
cuarterones para cerrarlas á su debido tiempo. Dobla esta esquina, en ángulo
también recto hasta el fondo del escenario, desde menos de la tercera parte de
éste, donde llega la esquina. En el fondo derecha, y frente al público, iglesia
del pueblo con escalinata grande, practicable, y puerta de la iglesia,
practicable también, y por ella se ha de ver el interior, alumbrada
convenientemente. En la fachada de la iglesia, hornacina con una virgen de
piedra, y rodeada de faroles de colores, encendidos. En la primera caja derecha,
casa con una confitería y escaparate alumbrado, y puerta de la misma
practicable. Encima dice «Confitería de Tadeo». En el centro de la escena, y como
perdiéndose en las cajas segunda y tercera derecha, jardín de pueblo, algunos
arbolitos, macizos, etc. Es de noche Luz de la luna, que variará a su tiempo y
cuando se indique. Contraste de luz con la roja, que iluminará la habitación
que se ve a través de la reja. Detalles y efectos a cargo del pintor, etc.
ESCENA PRIMERA
Al levantarse el telón, aparece El Señor
Manolo, sentado y fumando, en la reja practicable, y Los Mozos del Pueblo (Coro
de hombres), al fondo y frente a la iglesia, en grupos, y como esperando la
salida de las mujeres.
(Música)
(Se oye dentro, y al fondo, el órgano de
la iglesia en combinación con el canto de los mozos)
MOZOS
(En escena)
Me parece que esta noche
no se acaba la novena;
el sermón también fue largo,
y el que espera, desespera.
Ya me cansa estar parado
a la puerta de la iglesia,
y la fiesta no se acaba,
y no sale mi morena.
MANOLO
(Como canturreando en la reja)
El toro en los pitones
tiene el dinero;
pa ganarlo es preciso
ser muy torero.
ESCENA II
Dichos y Tadeo, saliendo de la
confitería con su mandil blanco y con un perol en la mano, y batiendo con una
cuchara de palo.
TADEO
Para hacer las natillas,
pues, ya se sabe,
hay que estar, sin dejarlo,
dale que dale.
Dale que dale,
dale que das.
¡Ay, qué sabrosas
que van a estar!
MANOLO
¡Hola, Tadeo!
TADEO
¡Señor Manolo!
MANOLO
Muy buenas noches.
TADEO
¿Está usté solo?
MANOLO
A la novena
Frasquita fue.
TADEO
Pues mi Dolores
se fue también.
MANOLO
Y tú siempre trabajando
para tú confitería.
TADEO
Sí, señor; estoy haciendo
un platito de natillas.
Esta tarde su señora
al pasar las encargó.
MANOLO
Pues que tengan mucho azúcar,
porque soy goloso yo. (Hablan bajo)
MOZOS
Pero la novena,
¿cuándo acabará?
Ya estoy yo cansado
de tanto esperar.
MUJERES
(Dentro. Con el órgano)
¡Santo Dios!
¡Santo fuerte!
¡Santo inmortal!
MOZOS
Ya me cansa estar parado
a la puerta de la iglesia,
y la fiesta no se acaba,
y no sale mi morena.
(Empiezan las campanas de la iglesia a
repicar)
TADEO
Dale que dale,
dale que das.
¡Ay, qué sabrosas
que van a estar!
MOZOS
Ya repican las campanas
y se acaba la novena,
ya repican las campanas
y ya sale mi morena.
(Se forman en ala a la puerta de la
iglesia, y empiezan a salir poco a poco las mozas, al uso del país, con
mantillas de tira, faldas de percal, flores en la cabeza, etc.)
ESCENA III
Dichos y Mozas.
MOZAS
El sermón del padre Lucas
me ha llegado al corazón.
Nos ha dicho que escapemos
siempre de la tentación. (A los Mozos)
¿Me esperabas?
MOZOS
Ya hace rato.
MOZAS
Pues aquí me tienes ya.
MOZOS
A la feria, y te convido.
MOZAS
A la feria, y vamos ya.
(Sale el señor Manolo por el portalón)
TADEO
Sale usté a ver las mujeres.
MANOLO
A eso salgo, sí, señor.
TADEO
¡Ay, maestro, qué bonitas!
MANOLO
Ya lo creo que lo son.
(Avanzan las Mozas al proscenio)
(Pasacalle)
MOZAS
Con el agua bendita
que aun en la frente
fresquita está;
en el pelo de seda
llevando flores
que envidia dan;
a lucir a la feria
va mi persona
su gracia y sal,
con las negras mantillas
y con las faldas
almidonas
MOZOS
Y a tu vera mi persona.
MOZAS
Y a mi vera mi moreno.
TODOS
Y la gente dice: «¡Ole,
allí viene too lo bueno!»
En el mundo no hay más tierra
que la hermosa tierra mía.
El que quiera ver el cielo
que se venga a Andalucía.
¡Sá!
Que eso es verdá.
¡Sá!
No hay más allá.
Para gracia y salero
MOZOS
los andaluces de caliá.
MOZAS
las andaluzas de caliá.
¡Sá!
TADEO
Señor Manolo,
dicen verdá.
MANOLO
Como esta tierra
no hay más allá.
TODOS
En el mundo no hay más tierra
que la hermosa tierra mía, etc. (Vanse)
ESCENA IV
Dichos, menos el Coro General.
(Hablado)
TADEO
¡Olé las mujeres de gracia! ¿Pero ha
visto usté, maestro, qué mujerío? ¡Qué bendición de Dios! ¡Bendita sea la hora
en que nos sacaron la costilla para hacer esas preciosidades, hombre!
MANOLO
Pero, Tadeo... ¡Hombre, despacio! Un
hombre ya casao y lleno de obligaciones...
TADEO
No lo pueo remediar. Me vuelvo loco,
señor Manolo, por una falda de percal que tenga algo dentro.
MANOLO
Ya se lo diré yo a Dolores, tu mujer.
TADEO
No gaste usté esas bromas, que tiene mal
genio. (Transición) Pero, oiga usté, señor Manolo, ¿va usté esta noche al
encierro?
MANOLO
No, señor. Yo no me meto donde no me llaman.
TADEO
Está usted ofendido, y con razón.
MANOLO
Que me sobra, hombre, que me sobra.
TADEO
Ya lo creo. El que debía torear mañana
en la plaza que se inaugura era usted.
MANOLO
Claro.
TADEO
Y no contratar al Niño y su cuadrilla, ¿Quién
es el Niño al lado de usté?
MANOLO
Una criatura.
TADEO
Que está en pañales, y que no sabe ni lo
que son los toros.
MANOLO
¡Que a Manolo Ramírez el Pinturero lo
desprecien así!...
TADEO
Usté tiene la culpa. Usté no debía
haberse cortao la coleta, maestro.
MANOLO
Qué quieres, Frasquita, mi mujer, se
empeñó, y yo dije: «Trae las tijeras y corta.» Y cortó, y allí está la coleta
en la sala, puesta en un cuadro con su marco dorao y too.
TADEO
Usté se la cortó; pero a mí con ese
corte me cortó usté la carrera.
MANOLO
Mira, Tadeo, si tú sigues toreando a
estas fechas estás ya enterrao.
TADEO
O lo otro. ¡Quién sabe si a estas fechas
sería yo un Guerrita! ¿No tengo condiciones, no tengo vista, no tengo corazón,
no tengo pinta torera, no tengo piernas?...
MANOLO
Pa correr... Eso sí.
TADEO
Vamos, maestro, no tenga usté guasa. ¡Y
con qué gusto, si usté hubiera toreao mañana, hubiera yo salto a la plaza con
usté, con mi terno de luces, a poner un par de banderillas al quiebro! A mí me
tiran los toros desde pequeñito, ya usté lo sabe.
MANOLO
Es verdá. Algunos revolcones te han dao.
TADEO
Mire usté... Yo iba a la escuela, y ya
era novillero. Mi padre, que era barbero en Madrid, me enseñó el oficio, y yo
afeitaba y cortaba el pelo, y como tenía esa afición al toreo, al parroquiano
que se distraía le quitaba el bigote y le peinaba a la sevillana. Me acuerdo
que un día entró en la tienda un curita joven a cortarse el pelo, y le peiné con
persianas, y le dejé una coleta que era una mona... Y mi padre me pegó un
puntapié en los blandos que me volvió loco. Dejé el oficio, y mi padre me
dedicó a la curia. ¿Y sabe usté lo que hacía con los pliegos de papel de
oficio?... Banderillas. Después me sortearon pa servir al Rey y saqué el nueve,
que es sombra... y en el cuartel me torearon mí. Luego tomé el canuto, y como
no servíala ná, me dediqué de lleno a mi afición, y fui mono sabio, y entonces
le conocí a usté, y me tomó de mozo de estoques, y después entré en su
cuadrilla de peón, y los toros me hacían bailar de coronilla .. Es verdad... Pero
acuérdese usté, maestro, que las largas mías no podían ser más largas. Y cuando
ya estaba yo en camino de hacerme un hombre y de llegar a banderillero, porque era
el niño mimao de toos los públicos, acuérdese usté que too el mundo me tiraba naranjas...
entonces se cortó usté la coleta, y yo me dije: ¿sigo ó no sigo?... Pues no
sigo, porque no teniéndole a usté a mi vera se me figuraba a mí que iba yo a
tener un disgusto el mejor día, y nos vinimos los dos a este pueblo, y yo me
casé con Dolores, que era confitera, y me hice confitero. Y pa que vea usté lo
que es la afición... No sale de mi establecimiento ni un ramillete, ni una
tarta, que no tenga por remate un toro de almidón y azúcar, con los cuernos de
guirlache y el rabo de huevos hilaos.
MANOLO
¡Qué Tadeo este! ¿Pero cuándo saldrá de
la iglesia Frasquita, mi mujer?
TADEO
Como está con Regina, la sobrina del
sacristán, que es tan santurrona...
MANOLO
Ya, ya. Pues hasta luego, Tadeo. (Vase
portalón)
TADEO
Vaya usté con Dios, maestro.
ESCENA V
Tadeo.
TADEO
(Después de una pausa) Si yo pudiera ver
a Frasquita... Y está en la iglesia... Esa mujer me tiene dislocao. ¡Qué cara!
¡Qué cutis! ¡Qué andares! ¡Y qué too!... Me da pena jugarle esta charraná al
maestro... Pero esa mujer me domina. Yo voy a acercarme a ver... Pero mi mujer
debe estar dentro también. ¡Por vida de!... Pero, ¿y si Dolores ha salido ya?...
Vaya, que me atrevo. (Se dirige a la iglesia)
ESCENA VI
Dicho y Dolores por la iglesia.
DOLORES
¿A dónde vas, Tadeo?
TADEO
(Aparte) ¡Mi mujer!... Pues... a
buscarte, alma mía...
DOLORES
Qué cariñoso estás y qué dulce por parte
de noche.
TADEO
Como siempre... ¿Cuándo no he sido yo
para ti un merengue?
DOLORES
Sí... sí... Buen pillo estás.
TADEO
¿Has resao mucho?
DOLORES
Too lo preciso pa que Dios te haga un
santo.
TADEO
Pues mira, Dolores, por mucho que reces me
paece a mí...
DOLORES
Sí. Ya lo sé.
TADEO
Y tú te debes haber quedao en la iglesia
de las últimas...
DOLORES
No. Todavía queda la persona a quien tú ibas
a buscar.
TADEO
¿Yo?...
DOLORES
Sí, hombre, sí ¿Tú te has creído que yo
soy tonta? Si tú no ibas en mi busca, sino en busca de Frasquita, la mujer del
maestro...
TADEO
¡Calla!... ¿Que yo?... ¡Dolores!... Te
juro por estas... Vamos, mujer... Ni en broma...
DOLORES
Mira, no seas pamplinoso. Sé que te
gusta esa mujer, y como yo me entere de que...
TADEO
¡Dolores .. Dolores!... Mujer, no me
conoces. ¡Yo, teniéndote a ti pensar en otra!...
DOLORES
¡Quita!... Si lio hay mujer en el pueblo
a quien tú no requiebres. Si lo sé todo. Si no dejas a la Frasquita ni a sol ni
a sombra. Pero con esa te llevas chasco, y no por virtud... Cá... ¡Pobre señor
Manolo!
TADEO
¡Calla!... Mala lengua... No le faltes
al maestro.
DOLORES
Más quieres tú faltarle.
TADEO
Calla, mujer.
DOLORES
Pero si tú lo sabes tan bien como yo y
como todo el pueblo. ¿A qué entra todas las noches un hombre en esa Casa
(Señalando a la de Frasquita) cuando el señor Manolo está en el Casino, sino a
ver a Frasquita? No te hagas de nuevas. ¿O eres tú de los que crees que ese
hombre viene por Regina, la sobrina del señor Salvador, el sacristán?
TADEO
Cá... Si Regina es una santa. Si va a
meterse monja. ¡Yo, qué he de creer en eso!
DOLORES
Pues entonces... ¡Claro! Lo que tú
quieres es... A río revuelto... ¡Ingrato! ¡Teniendo una mujer como yo! .¿Qué te
falta conmigo?... Dilo. (Llorando)
TADEO
¡Lola!... No llores... mujer... Que ya
sabes que cuando lloras se me aflojan toos los tornillos, y vamos... No lo niego...
Tienes razón... Soy muy enamorao... Pero too se me va por la boca y na más. No
te falto.
DOLORES
¿Qué no?... Pues no te he perdonao
muchas... Pero lo que es esta vez te juro que como te vuelva a ver hablando con
Frasquita, te saco los ojos y a ella la arrastro y se lo digo too al señor
Manolo, y se arma en el pueblo una jarana y me separo de ti y haré como tú, lo
que me dé la gana. ¡Ea!
TADEO
Oye, oye, Dolores... Como me vuelvas a hablar
de esa manera, te pego así una bofetá que...
DOLORES
¡Eso! Pégame, hombre, pégame, anda; es
lo único que me faltaba. ¡Ojalá le hubiera yo hecho caso a mi madre y me
hubiera caseto con el otro!
TADEO
¿Con quién? ¿Con el Niño? ¿Con ese mal
torero que era tu novio cuando yo te conocí en Madrid? Dolores... Vétela
casa... Mira que me ciego, y como me ciegue... te tropiezo.
DOLORES
Bueno. Está bien.
TADEO
Pon las natillas que hay en el perol en
una fuente y mándalas en casa del maestro.
DOLORES
(Aparte) Como no las mande otra... (Vase
confitería)
TADEO
Y la pobrecilla tiene razón... ¡Pero
recordarme a mí al Niño!... Vamos, hombre.
ESCENA VII
Dicho y El Niño y El Cutri por el fondo.
NIÑO
(Al Cutri) Cutri, una de estas debe ser
la casa.
CUTRI
Debe. Pregúntelo usté, maestro.
NIÑO
(A Tadeo) Buen amigo.
TADEO
(Aparte) ¡El Niño!
NIÑO
¡Hola! ¿Es usté, Tadeo?... Chóquela
usté, hombre.
TADEO
Muy buenas. (Aparte) La choco porque no diga.
NIÑO
(Al Cutri) Este caballero es aquel de
que te he hablao varias veces. EL que me quitó la novia.
CUTRI
¿Este?
TADEO
Sí, señor. Este.
NIÑO
Miá que es casualidá llegar esta tarde
en el tren y encontrármelo aquí.
CUTRI
¡Cosas!
TADEO
¡Já, já!
NIÑO
¿Y Dolores?... Porque no quita lo cortés
a lo demás... ¿Está buena?
TADEO
Sí, Señor, buena. (El Cutri se dirige
hacia la confitería y mira el escaparate)
NIÑO
¿Y cuántos hay? (Haciendo señal de niños)
TADEO
Ninguno.
NIÑO
Vaya una manera de perder el tiempo,
gachó.
TADEO
Y a usté qué le importa.
NIÑO
No. A mí ná. Pero hablando de otra cosa:
¿usté sabrá en qué casa de estas vive el Pinturero, su maestro?
TADEO
En aquella. (Señalando la casa)
NIÑO
Muchas gracias y estimando. Y no ponga usté
esa cara que parece que al verme ha visto usté al demonio. Lo pasao, pasao y
chóquela usté, hombre.
TADEO
Bueno. (Aparte) La vuelvo a chocar
porque no diga.
NIÑO
Cutri.
CUTRI
(Volviendo) ¡Maestro!
NIÑO
¿Qué hacías, hombre?...
CUTRI
Mirando el escaparate de esa confitería
y mirando a la confitera, que es una jembra superior, maestro.
NIÑO
(Aproximándose) ¿A ver?
TADEO
(Aparte) ¡Caramba!
NIÑO
¡Dolores!... Pero hombre qué poco fino
es usté. (Mirando la muestra de la confitería) ¡Confitería de Tadeo! No
ofrecerme ni la casa y teniéndola tan cerquita.
TADEO
¡Ahí verá usté!
NIÑO
Vaya. Bueno. Cutri, a ver al señor
Manolo. Buenas noches.
CUTRI
Buenas noches. (Aparte al Niño) ¡Se ha
escamao! Niño déjalo. A esa mujer le hablo yo esta noche.
(Vanse portalón)
ESCENA VIII
Tadeo.
TADEO
¡Vaya, vaya!... Me parece a mí que a
este Niño le voy a tener que dar azotes. Pues lo que es a mi mujer no le habla.
Ahora mismo la mando a un recao lejos, muy lejos. A casa de su tía. Porque ese
gacho\ lo estoy viendo, en cuanto salga, entra en casa a comer dulces, y yo no
lo puede evitar, porque soy un marido de puerta abierta. . ¡Tadeo... mucho ojo!
(Vase confitería)
ESCENA IX
Frasquita y Regina, por la iglesia.
(Música)
FRASQUITA
Cuando salgo de la iglesia
de escuchar la voz del cura
y de ver la Virgen pura
a quien rezos ofrecí:
Me parecen más alegres,
más hermosos y mejores,
cielo, campo, luz y flores
y hasta el pueblo en que nací.
REGINA
Cuando salgo de la iglesia
donde encuentra el alma mía
el consuelo y la alegría
en la mística oración:
Me parece el mundo entero
un desierto solo y triste:
para mí otro bien no existe
que la santa religión.
FRASQUITA
Jesús, hija mía,
qué mística estás.
REGINA
Pensé que mi tío
venía detrás.
FRASQUITA
¡Ah! ¡Ya!...
REGINA
¿Yo?... ¡Cá!
LAS DOS
(Riéndose)
¡Já, já, já!
FRASQUITA
Yo pensé al oírte
que ya no seguías
aquellas lecciones
que todos los días
te suelo yo dar.
REGINA
Siempre sus consejos
el alma prefiere,
yo no he de ser monja,
pues con quien me quiere
me quiero casar.
FRASQUITA
Bien dicho, chiquilla,
aprende de mí.
REGINA
Casarse es muy bueno,
¿venia usté que sí?
FRASQUITA
El casarse es una viña
y las uvas el marío,
la mujer es quien vendimia
y el lagar nuestro cariño.
Y las uvas que pisamos
hay que saberlas pisar,
y en sacarles bien el jugo
está la dificulta.
REGINA
¡Ay, qué señá Frasquita!
¡Qué desatino!
Comparar a las uvas
con los maridos.
FRASQUITA
El hacer un buen vinillo
su trabajo y ciencia tiene,
y el hacer un buen marío
cuesta mucho a las mujeres.
Y es difícil, sobre tocio,
el saberlo embotellar,
pero estando embotellao
te lo bebes y ná más.
REGINA
¡Ay, que señá Frasquita!
¡Qué desatino!
Comparar a los hombres
¡ay! con el vino.
FRASQUITA
Pues es verdadera
la comparación;
verás si te casas
que tengo razón,
si pisas las uvas
lo mismo que yo.
LAS DOS
El casarse es una viña
y las uvas el marío,
la mujer es quien vendimia
y el lagar nuestro cariño.
Son las uvas y los hombres
en el mundo cosa igual,
y en sacarles bien el jugo
está la dificulté.
(Hablado)
REGINA
Pero cuidao que es usté mala y de buen
humor. ¡Comparar a los maridos con las uvas!
FRASQUITA
Pues, hija, ya me conoces. Yo soy así.
Pero anda, chiquilla, basta de palique y vamos pa casa que mi marío va a creer
que nos hemos quedao en la iglesia pa siempre.
REGINA
Vamos, señá Frasquita.
FRASQUITA
(Volviendo) ¡Ah; pero oye! Ya se me
olvidaba; te advierto que esta noche es la última que entra Antoñito en mi casa
a hablar contigo.
FRASQUITA
¡Ay!... ¿Por qué?
FRASQUITA
Porque en el pueblo se murmura de mí.
REGINA
¿Y por qué? ¿No es Antoñito su sobrino, aunque
sea mi novio?...
FRASQUITA
Sí. Pero como viene de ocultis, porque
ya sabes que su tío no quiere ni verlo, y menos en casa, y la gente ve entrar
un hombre todas las noches cuando mi marido está en el casino...
REGINA
¿Y eso qué importa?
FRASQUITA
¡Caramba! Hija, a ti no te importará...
Pero a mí... Yo accedí por darte gusto, exponiéndome a que mi marido se
enterara, pero ya que no lo sabe, te repito que esta noche es la última.
REGINA
¿Y qué vamos a hacer?
FRASQUITA
Hija, arreglarse... Pensar... Inventar
algo para dársela a tu tío el sacristán, y además para veros y hablaros sin
comprometerme.
REGINA
Pero...
FRASQUITA
Ná, que te digo que no. Vámonos. (Se
dirigen hacia el portalón)
ESCENA X
Dichas y el Señor Manolo. El Niño y el Cutri
por el portalón.
MANOLO
(A Frasquita) Hola, mujer. Me alegro que
vengas tan a punto.
NIÑO
(Saludando) Buenas noches.
CUTRI
(Id) Buenas.
MANOLO
Señores... Mi mujer.
NIÑO
Por muchos años.
FRASQUITA
Muchas gracias.
MANOLO
Aquí tienes al Niño... Un buen torero
que mata mañana en nuestra plaza.
NIÑO
Servidor.
MANOLO
Han venido a visitarme y yo se lo
agradezco.
FRASQUITA
Pero vuelvan ustedes a entrar en casa...
Lo que siento no haber estao...
NIÑO
No, gracias, maestra. Ya nos retiramos.
MANOLO
Pues han venido a verme...
NIÑO
Primero, pa saludarle como una gloria
que es del arte torero.
CUTRI
Eso.
MANOLO
Estimando. Y después pa pedirme que mate
un toro mañana Yo les he dicho que bueno... Pero tú dirás.
FRASQUITA
¿Yo?... ?ero en casa, ¿quién manda más
que tú? ¿Quieres tú matar un toro, hijo mío? ¿Es tu gusto?... Pues anda,
mátalo. Lúcete. Facultades te sobran, porque le sobran entoavía. Ya lo creo.
¿Iba yo a oponerme? De ningún modo, hombre ¡Ay, qué gracia! Pues no faltaba
más. Ahora mismo te saco el traje de luces el mismito con que te despediste del
toreo en la plaza de Sevilla. Y mañana a la plaza. Lúcete. ¿Es tu gusto?... ¿Quieres
tú matar un toro, hijo mío?... Pues anda, mátalo.
NIÑO
¡Olé por las mujeres toreras!
CUTRI
¡Olé!
REGINA
¿Pero va usted a matar un toro, señor
Manolo?
MANOLO
Sí, hija mía. (A los toreros) Es la
sobrina del sacristán... No te asustes tú, chiquilla... Ya me verás mañana.
REGINA
¿Yo? Cá. Yo no voy a esas cosas.
MANOLO
Pues ná. Ya lo saben ustedes. Ya que mi mujer
no se opone, la palabra es palabra.
FRASQUITA
Pero pasen ustedes y tomarán unas
cañitas de amontillao.
MANOLO
No. A eso vamos ahora al casino.
NIÑO
Se agradece.
MANOLO
(A Frasquita) Oye, y no me esperes,
porqué desde allí nos iremos al encierro.
FRASQUITA
Bueno.
MANOLO
¡Ah! Oye. Cuando venga el sacristán a
buscarme, dile dónde estamos y se vendrá con nosotros.
NIÑO
Pero maestro, ¿va venir gente de iglesia
al encierro?
MANOLO
¿Oyes, Frasquita? Tiene gracia. Pero si
ese sacristán no es sacristán; digo, sí lo es; pero es el hombre más barbián y
más torero que ayuda a misa. Ya lo verán ustedes. Conque, hasta luego.
NIÑO
Con Dios, maestra y la compañía.
CUTRI
Lo mismo digo.
FRASQUITA
Tanto gusto... Vayan ustedes con Dios.
MANOLO
Andando.
NIÑO
(Al pasar por la confitería. Aparte) Ya
no está Dolores. Yo volveré (Vanse)
REGINA
¿Pero va usté a dejar que el señor
Manolo?...
FRASQUITA
Pues claro, sí, mujer, ¿por qué no? Si
sirve todavía, ya lo creo. Mañana van a ver en el pueblo un torero. (Vanse
portalón)
ESCENA XI
Tadeo y Dolores, y después por dentro de
la reja Frasquita.
TADEO
(A Dolores. Salen de la confitería)
Anda, Dolorcitas... Dile eso a tu tía Concha... Anda, mujer.
DOLORES
(Aparte) Pero qué empeño tiene éste en
que yo me vaya. —Ya voy, hombre, ya voy. (Vase fondo)
TADEO
Ya respiro. Ahora que salga cuando
quiera ese mal torero.
FRASQUITA
(Asomándose a la reja y quitando la
jaula con el pájaro) ¡Pobrecito!
TADEO
(Aparte) La señá Frasquita.
FRASQUITA
(Al pájaro) ¡Rico! ¡Bonito! ¡Precioso!
TADEO
¿Eso es a mí, maestra?
FRASQUITA
¡Ay, Tadeo! No, no señor. No es a usté.
Es a mi pajarito.
TADEO
¡Ay, señá Frasquita! ¡Quién fuera pájaro
y estuviera entre hierros pa que usté me pusiera el alpiste y la escarola.
FRASQUITA
¡Jesús! ¡Qué dulzura! Cómo se conoce que
es usté confitero.
TADEO
Pues esto no es ná.
FRASQUITA
¿Cómo?
TADEO
Ná. ¿Está usté sólita?
FRASQUITA
(Aparte) ¡Voy a ver por dónde sale éste!
—Sí señor.
TADEO
Me alegro porque tenía yo que decirle a
usté una porción de cosas.
FRASQUITA
(Aparte) Te veo. —Pues diga usté hombre,
diga usté.
TADEO
(Acercándose a la reja) ¿Le gustan a
Usted los merengues?
FRASQUITA
Muchísimo.
TADEO
¿Y las yemas acarameladas?
FRASQUITA
La mar. Ya sabe usté que soy muy golosa.
TADEO
Pues aquí, debajo del chaleco y en este
lao, tengo yo un bizcocho borracho por corazón, que es pa usté.
FRASQUITA
¡Ay, Jesús, hijo mío!... Los bizcochos
borrachos me empalagan.
TADEO
¿De veras?... ¡Ay, señá Frasquita!...
FRASQUITA
Pero hombre, ¿vuelve usté a las andadas?
TADEO
No he de volver... Si estoy por usté lo
mismito que el almíbar... En su punto.
FRASQUITA
(Aparte) ¡Ay!... A este hombre le voy a
dar yo un disgusto.
TADEO
En su punto, señá Frasquita.
FRASQUITA
Vaya, hombre, no sea usté así.
Desapártese usté un poco de la reja, que nos puede ver alguien y no conviene.
TADEO
(Aparte) ¡Ay! Que dice que no conviene.
FRASQUITA
(Aparte) A este le voy a volver yo loco.
TADEO
Tiene usté razón.
FRASQUITA
Baje usté la voz, hombre; más bajito.
TADEO
(Aparte) ¡Ay, que dice que más
bajito!... Esto es hecho. Si yo pudiera entrar en su casa con un pretexto
cualquiera...
FRASQUITA
(Aparte) ¿Qué castigo le daría yo a este
hombre?
TADEO
¡Ah! Ya lo tengo.
FRASQUITA
¿Qué es eso?
TADEO
Las natillas... digo... Que ya están las
natillas.
FRASQUITA
¡Ah, sí!
TADEO
Comare, ¿se las traigo a usté?
FRASQUITA
Bueno.
TADEO
Pues ahora mismo. No tardo ni dos
minutos. Le voy a poner en el centro un corazón dibujao con canela, y encima un
Cupidito de azúcar cande. (Vase confitería)
FRASQUITA
(Aparte) Yo te voy a poner a ti verde. (Se
retira de la reja)
ESCENA XII
Salvador por el fondo; Frasquita y Regina
a poco por la reja. El primero vestirá traje de paisano.
SALVADOR
(Baja al proscenio tarareando «la
Giralda») ¡Al pelo! Ya estoy listo. Cualquiera dice que soy el mismo que hace
media hora despabilaba velas y les pasaba el cepillo a los fieles, andando a saltos
pa no pisar beatas, diciendo bajito: «Para el culto de este santo oratorio.» Pero,
¡qué diantre! No quita lo uno a lo otro. Se pué ser buen sacristán y buen
aficionao a los toros. ¡Olé! Por supuesto, que esta afición me da ca disgusto
con el clero de mi parroquia... El pae cura no hace más que decirme: «¡Salvaor,
Salvaor, así no te salvas.» Claro, si me coge un toro... Y el teniente dice que
se lo va a contar al obispo y que me van a quitar la plaza... No quitándome a
mí la Plaza de Toros, lo demás... Vaya, voy a ver si el señor Manolo se anima y
nos vamos al encierro. ¡Poquito que me gustan a mí estas cosas! (Llamando)
¡Frasquita! ¡Regina! ¡Aquí está Salvaor! (Salen Frasquita y Regina a la reja)
REGINA
¡Hola, tío!
SALVADOR
¡Hola, señor Salvador!
FRASQUITA
Dile a Manolo que salga, que nos vamos
al encierro.
FRASQUITA
Pero si está en el Casino, esperándole a
usté para lo mismo.
REGINA
Y mañana mata un toro, tío.
FRASQUITA
Sí, señor. Ha venido el Niño a ofrecerle
el primer toro.
SALVADOR
¡Superior! Me alegro mucho. Mañana van a
ver a un torero. ¡Así que no se perfilará el hombre! (Hace lo que indica) Y
hará monerías, y toreará «a la limón», y le dará así al toro en el hocico, en
fin, ¡la mar! Menudo regalo le echo yo a la plaza mañana, Frasquita.
TADEO
(Saliendo de la confitería con el plato
de natillas) ¡Ay, el sacristán! (Vase)
FRASQUITA
Muchas gracias.
SALVADOR
Vaya, adiós, (A Regina) Oye, niña, que
te acompañen luego a casa, que yo volveré tarde.
FRASQUITA
No tenga usté cuidao. (Vanse)
SALVADOR
Con Dios. Mire usté lo que son las
cosas, Si no fuera por lo que soy, pedía permiso mañana para poner un par. Y lo
pongo. Y a toro parao. Y adornándome y llegando a la cabeza como un hombre,
y... Ya lo creo. ¡Por vía de...! ¡Si no fuera por el obispo!... (Vase)
ESCENA XIII
Tadeo y a poco Antoñito. Traje de campo
y una manta al hombro, con la que se cubre el rostro.
TADEO
(Saliendo con el plato de natillas otra
vez. Mirando) Ya se fue. ¡Tadeo, a lo tuyo! (Atraviesa la escena y vase por el
portalón)
ANTOÑITO
(Por el fondo) ¿Habrá salido ya mi tío
Manuel?
ESCENA XIV
Dicho y Regina, a la reja.
REGINA
¡Cuánto tarda esta noche Antoñito!
ANTOÑITO
Haré la seña. (Silba)
REGINA
Ahí está... El pañuelo. (Le hace desde
la reja seña con el pañuelo)
ANTOÑITO
¿El pañuelo?... No está el tío.
(Atraviesa la escena, y sin pararse en la reja, dice:) Buenas noches. (Vase
portalón)
REGINA
(Al pasar) ¡Hola! (Se retira de la reja)
ESCENA XV
Tadeo, Frasquita y Regina dentro de la
habitación.
TADEO
Aquí me tiene usté, Frasquita.
REGINA
(Viendo a Tadeo, al salirse de la reja)
¡Ay!
TADEO
(Viendo a Regina) No está sola.
REGINA
(A Frasquita) ¡Ahí está ese!
FRASQUITA
¿Ese? ¡Dios mío!
TADEO
¿Ese?...
FRASQUITA
¡Por Dios, Tadeo... ¡Ese!. . Métase usté
aquí. Aquí. (Señalando a la reja)
TADEO
Pero...
FRASQUITA
Adentro. (De un empellón lo mete en la
reja, y antes de cerrar por dentro las maderas, dice:) ¿No quería usté
yerro?... Pues ya tiene usté jaula pa toa la noche, so tonto. (Cierra)
ESCENA XVI
Tadeo. La luna ilumina la reja donde se
halla encerrado.
TADEO
¿Qué?... ¿So tonto?... ¿Y me encierra?
¡María Santísima! ¿Y quién será ese?... ¡Ah! Ese... es el otro. El que viene a
verla toas las noches. ¡Qué situación! Y aquí me van a guipar toos los que
pasen por la calle. ¡Horror! Y si viene el señor Manolo, ¿qué le digo yo? ¿Que
soy un loro?...
ESCENA XVII
Dicho y Dolores y el Niño por el fondo.
(Música)
NIÑO
(Desde el fondo de la escena)
Pero Dolorcitas...
DOLORES
(Desde el fondo de la escena)
¡Déjeme usté en paz!
NIÑO
Sólo dos palabras
me tiés que escuchar.
De mis compañeros
yo me he separao
en cuántico he visto
tu cuerpo salao.
Y quiero decirte
lo que yo te quiero,
y si no me escuchas
de pena me muero.
DOLORES
Si mi marido
saliese ahora...
No sea usté tonto,
váyase usté.
NIÑO
Yo no me achico
y aquí me quedo,
pues tu marido,
¿qué me va a hacer?
DOLORES
(Avanza hacia la confitería y mira)
No está mi Tadeo.
¡Ay, gracias a Dios!
TADEO
(Viendo a Dolores)
¡Cuerno! Mi costilla.
¡Qué complicación!
(Se vuelve de espaldas)
DOLORES
(Al Niño)
Váyase usté, hombre,
no me comprometa.
(Mirando a la reja. —Aparte)
¡Mas qué estoy mirando,
Un hombre en la reja!
En la reja de Frasquita
encerrado un hombre está...
Por saber si le conozco
tengo la curiosidad.
(Se acerca sigilosamente a la puerta)
¿Quién será?
¿Quién será?
¡Pero Virgen mía
de la Soleá!
(Retrocediendo)
Esos son los pantalones de Tadeo
es el mismo, no puedo yo dudar;
ya comprendo, por lana entró el maldito,
vino el otro y se tuvo que ocultar.
NIÑO
(Viendo la duda de Dolores baja al
proscenio)
Pero comare del alma mía,
¿voy a marcharme sin la alegría
de haberle dicho too mi querer?
DOLORES
(Aparte) De mi venganza llegó la hora.
(Al Niño)
No sea usté... Niño... Tan a deshora
que hablemos juntos no está muy bien.
(Hablan bajo)
TADEO
¡Jesús! ¡El Niño
con mi mujer!
¡Jesús! ¡Tadeo,
qué vas a ver!
DOLORES
(En voz alta)
A casarme me obligaron
y por eso te dejé...
(Aparte y mirando a la reja)
Anda, rabia y traga quina
que también yo la tragué.
NIÑO
Pero tú a mí me querías,
dilo pronto, ¿no es verdad?
TADEO
¡Ay, Dios mío de mi alma!
Ella, ¿qué contestará?
DOLORES
No preguntes esas cosas
que no puedo contestar,
pero mira tú estos ojos
y ellos te contestarán.
NIÑO
¡Ay! Dolores, di siquiera
que ellos dicen la verdad.
TADEO
¡Ay! Dios mío de mi alma,
con los ojos, ¿qué dirá?
DOLORES
¡Vete ya! ¡Vete ya!
NIÑO
Sin saber si nos veremos
no me marcho yo de aquí.
DOLORES
A la plaza iré mañana
solamente a verte a ti.
NIÑO
En la plaza nos veremos,
DOLORES
A la plaza iré por ti.
TADEO
En la Plaza de los Toros.
¡Ay, qué sitio para mí!
NIÑO
Pues con Dios, serrana mía.
DOLORES
Pues con Dios, y hasta más ver.
(Aparte) Anda, rabia y traga quina,
que también yo la tragué
NIÑO
Que me cumplas lo que has dicho.
DOLORES
Lo que dije cumpliré;
(Como dirigiéndose a Tadeo)
de la reja por tunante
no te saca tu mujer. (Vase confitería)
NIÑO
(Aparte) Esa moza está por mangue
como dos y una son tres. (Vase fondo)
TADEO
¡Ay, Dios mío de mi alma,
qué bonito es mi papel!
(Mutación)
CUADRO SEGUNDO
Telón corto. Trastienda. Interior de la
confitería de Tadeo. En el telón detalles, etc. Dos puertas laterales, derecha
é izquierda. Es de noche.
ESCENA PRIMERA
Dolores por la derecha.
(Hablado)
DOLORES
(Entrando) ¡Que rabie! ¡Que sufra! ¡Que
pase las de Caín; al fresco toda la noche lo mismo que una alcarraza. ¡Ay, qué
hombres!... ¡Tunante, pillo! Por eso, por eso me mandó a casa de mi tía... Para
entrar en la otra... Y como si lo viera, entró y eso es... Llegaría el otro y
aquí, pronto, métase usté aquí, y lo encerraron en la reja. Pues como esperes a
que yo vaya a sacarte... Y yo debía sacarle... Y a Frasquita sacarla los ojos...
Pero no. Todo se andará. No lo saco. Que lo vea todo el mundo. Mi marido,
después de todo, no pierde ná. La que pierde es ella. Que haya escándalo, que a
él ya se lo daré yo, y gordo, y a ella... Lo que es ella, se acuerda de mí. Por
estas. (Vase izquierda)
ESCENA II
Tadeo por la derecha. Entra silenciero,
mordiéndose los labios de coraje y se dirige al proscenio.
TADEO
¡Caramba! Tras de lo uno lo otro. ¡Qué
manera de echarle a uno!... Pero yo voy a matar a mi mujer. (Va a llamar)
Dolo... No. Si no la pueo decir ná. Porque si la digo algo, me va a decir: ¿y
dónde estabas tú que te has enterao?... Porque verme, no me ha visto. Porque si
me hubiera visto. . Claro... No hubiese... Eso creo yo. Pero, ¿y el Niño? ¿Y mi
honor? Y lo que es Frasquita, bien me ha tomao el pelo, ¡Picaras mujeres!
(Reflexionando) Pero cá. No Pa mí es que se vio comprometida. Que llegó el otro
y... claro... Pero si no llega el otro... Vemos, la mar... que nos comemos las
natillas juntos.
ESCENA III
Dicho y Dolores, izquierda.
DOLORES
¡Hola, hijo mío! (Aparte) Calma. ¿Has
pareció ya?
TADEO
¡Dolo!... (Aparte) No. Si no la pueo
decir ná... Sí, aquí estoy.
DOLORES
(Con mimo) ¿Dónde has estao?
TADEO
Dando un paseo... largo.
DOLORES
Yo, cuando vi que tardabas, como eres
así tan aficionao... me dije: ¿Tadeo?... Tadeo
está en el encierro.
TADEO
Sí... Precisamente. . Has acertao. En el
encierro.
DOLORES
Vamos, ¿y qué tal? ¿Te ha gustao el
ganao? ¿Son de libras?...
TADEO
Sí. De muchas libras.
DOLORES
De modo que mañana, la gran corrida.
Oye, Tadeo... Niño mío. Me llevarás, ¿eh?
TADEO
¿Yo?... ¿A la plaza? ¡Dolores!...
DOLORES
¿Qué te pasa, hombre? ¿Qué tiene de
particular?... ¡Qué cara pone! ¡Ay! A ti te ha pasao algo en el encierro. No me
lo niegues. Te lo conozco.
TADEO
Sí... Digo no.
DOLORES
¿En qué queamos?
TADEO
Que sí. He tenido un pequeño disgusto
con... un toro.
DOLORES
Uno que te se arrancaría de pronto,
¿verdad?
TADEO
Sí. De pronto.
DOLORES
(Con marcada ironía) Cuando digo que esa
afición que tú tienes, te va a costar muchos disgustos...
TADEO
¿Y usted? ... Digo tú .. ¿Dónde has
estao?
DOLORES
¿Yo?... En casa de mi tía. Y después,
paso tras paso a casa.
TADEO
¿Y no te encontraste a nadie en el
camino?
DOLORES
A nadie. Digo sí, al Niño...
TADEO
¿Al Niño?
DOLORES
Sí, hombre, sí, al niño de la Jesusa que
venía por caramelos.
TADEO
(Aparte) Embustera. Y no poderle decir
yo...
DOLORES
(Aparte) Está que se lo llevan los
demonios y yo estoy pa reventar... Pero calma.
(Transición)
¿Y cómo fue lo del toro?... (Aparte) Voy
a ver por dónde sale.
TADEO
Pues chica, la cesa más tonta del mundo.
Verás: los mansos venían delante talán, talán y los toros detrás. Yo me acerqué
a un tora y me vio el toro... y se encampanó el toro y ná que se me arrancó el
toro y me tuve que meter en un... digo en una...
DOLORES
En una reja.
TADEO
¿Qué?... Eso.. Sí... Que me subí a una
reja, precisamente.
DOLORES
No. No es eso. Que te encerraron en una reja.
TADEO
¿Cómo?
DOLORES
¡Embustero! ¡Pillo! ¡Tunante! Crees tú
que no te he visto en la reja de la señá Frasquita.
TADEO
¿A mí? Mentira.
DOLORES
No lo niegues, si te he visto.
TADEO
¿Qué me has visto?
DOLORES
¡Sí!
TADEO
¡Ah! Luego entonces todo lo que le has
dicho al Niño es mentira. Ha sío por darme celos, porque ninguna mujer, al
menos delante de su marío hace esas cosas ¡Ay, Frasquita, qué peso se me ha
quitao de encima!
(Va a abrazarla)
DOLORES
Quita de ahí, granuja, (Aparte ) Lo que
hice por darle celos, yo misma lo he desbaratao. ¡Pero qué largo es!...
TADEO
¡Ay Frasquita!... Yo te prometo...
DOLORES
¡Arre! ¡Quita! Soy mejor que tú, tengo
más honradez que tú.
TADEO
Pero mujer. (Aparte) A ver si puedo
darle el timo... Pero mujer... Si el estar yo en la reja de la señá Frasquita
es la cosa más tonta del mundo.
DOLORES
Como la del toro, vamos.
TADEO
Verás. Yo entré en su casa a llevarle el
plato de natillas y como estaban calientes todavía, me dijo: Tadeo póngalas
usté ahí en la reja al fresco y cuando yo estaba poniendo así... (Lo indica) el
plato en el suelo, catapúm, siento que me encierran. ¡Una broma! ¡Já, já, ja!
DOLORES
Eres un sinvergüenza, una mala persona. Mañana
me voy a casa de mi tía. Y me separo de ti y no me vuelves a ver más el pelo.
¡Falso! ¡Mal marido!
TADEO
¡Dolores!
DOLORES
Y a esa, a esa señá Frasquita, ya le ha
caído la lotería.
TADEO
¡Dolores!
DOLORES
Quita. Fuera. ¡A dormir a la calle! (Vase
izquierda y cierra con cerrojo)
ESCENA IV
Tadeo.
TADEO
¡Caracoles! ¡Qué explosión! Y esta noche
no me abre ¡Cá! ¡La conozco! ¿Y dónde la voy a pasar yo? Y además estando así
algo resentío del físico, porque la manera que ha tenido de echarme, cuando me
sacaron de la reja... Yo no vi a nadie Solo sentí las patas ¡Ay! ¡Y, si el
señor Manolo se entera! Soy un mal amigo! Pero, cá, Frasquita no se lo dice (Se
oye dentro vivas al señor Manolo y se oye dentro música de banda) ¿Qué es eso?
¿Música? (Se asoma a la derecha) ¿Serenata al señor Manolo? ¿Al maestro? ¡Caramba!
¿Si toreará por fin mañana! (Vase)
(Mutación)
CUADRO TERCERO
Habitación baja en casa del señor
Manolo, ocupando las dos terceras partes izquierda del escenario (Entiéndase
del actor). Reja grande, la del primer cuadro, al fondo Toda la habitación con
azulejos y a la andaluza, adornada convenientemente con sillas, cuadros, objetos
taurinos, etc. Todo lo que dé carácter. Dos puertas laterales izquierda, que se
supone dan acceso a las habitaciones interiores. Divide esta habitación un
tabique con puerta que da al zaguán ó vestíbulo que ocupa la derecha del
escenario. Adornado con tiestos, etcétera, etc. Al fondo, gran portalón, desde
donde se ve parte de la plaza del primer cuadro. Fuera del portalón, colocada
una jardinera practicable, de la que no se ven los caballos. Es de día.
ESCENA PRIMERA
Al levantarse el telón de cuadro,
aparece el siguiente: En la habitación, y ayudando a vestir al Señor Manolo,
que tendrá puesta ya la taleguilla de torero y se está poniendo la chaquetilla,
Frasquita, Regina, Salvador, El Niño y El Cutri, vestidos de toreros. En el
zaguán ó vestíbulo, grupo de chicos y algunas mujeres y hombres del pueblo, y a
través de la reja de la habitación se ven también hombres y mujeres del pueblo.
En el quicio del portalón, El Mayoral de la jardinera, vestido a la andaluza y
con el látigo en la mano, etc.
(Música)
(Canción
popular torera)
CHICOS
Esta tarde en la Plaza nueva
se va a ver lo que es un torero,
porque mata el señor Manolo
Ramírez el Pinturero.
CORO
(Dentro)
A la Plaza va todo el mundo,
a la Plaza pa ver los toros,
porque ha nacío un torero
con vergüenza y con arrojo.
CHICOS y CORO
Esta tarde en la Plaza nueva
se va a ver lo que es un torero,
porque mata el señor Manolo
Ramírez el Pinturero.
Pinturero banderilleando,
Pinturero pasando y matando.
Pinturero es un torero,
un torero de verdá,
pues los mata de Palas, del Duque,
Saltillo y Aleas
y de Colmenar.
FRASQUITA
La alegría me rebosa
en todito el corazón
al oír que todo el pueblo
hoy recuerda esta canción.
MANOLO
La que me cantaban
cuando yo empecé.
¡Qué tiempos aquellos
de gloria y parné!
NIÑO y CUTRO
Pues entoavía
es usté un barbián,
y si no esta tarde
eso se verá.
SALVADOR
¡Qué tiempos aquellos!
Tiene usté razón.
Entonces había
cutis y afición.
FRASQUITA
Y toas las mujeres
de mi Andalucía
llenaban la plaza
de luz y alegría.
Con las flores en el pelo
y en los hombros el pañuelo,
el pañuelo de crespón,
al torero lo animaban
con los ojos, que mataban,
que mataban de pasión.
PARTES y CORO y CHICOS
Con las flores en el pelo
y en los hombros el pañuelo, etc.
FRASQUITA
Y los hombres en la plaza
aclamaban al torero,
y le echaban la chaqueta
y la faja y el sombrero.
Y si el chico en la faena
se portó valiente y bien,
hasta en hombros lo sacaban
al salir del redondel.
TODOS
Y si el chico en la faena
se portó valiente y bien, etc.
FRASQUITA
(Piano)
Y allá luego, en la noche tranquila,
al torero que le entusiasmó,
le inventaba canciones el pueblo
de las dulces guitarras al son.
(Copla de la Canción popular)
«Esta tarde en la Plaza nueva
se va a ver lo que es un torero,
porque mata el señor Manolo
Ramírez el Pinturero.
TODOS
(Fuerte)
Pinturero banderilleando,
Pinturero pasando y matando.
Pinturero es un torero,
un torero de verdá,
pues los mata de Palas del Duque,
Saltillos y Aleas
y de Colmenar.
(Hablado)
MAYORAL
¡A la calle, a la calle too el mundo!
CHICO 1º
Queremos ver al maestro.
MAYORAL
Pues a verlo a la Plaza. (Con la tralla
echa a los Chicos del zaguán, etc.)
MANOLO
¡Frasquita, echa la cortina, que esto es
estarse vistiendo en medio del arroyo! (Frasquita
echa la cortina)
SALVADOR
(Viendo ya al señor Manolo vestido) ¡Olé
por los toreros! ¡Está usté pero que superior!
REGINA
Señor Manolo, ahí va la montera.
MANOLO
Pero, ¿nos vamos ya?
NIÑO
¡Cá, no, señor! Si falta entoavía más de
una hora.
CUTRI
Hemos venío trempano pa ayudarle a usté
a vestir.
MANOLO
Se agradece.
SALVADOR
¡Señá Frasquita, eso es un hombre
todavía!
FRASQUITA
¡Digo! Pues no que no. ¿Y me lo dice
usté a mí? ¿Usté qué se había creído?
REGINA
Está muy guapo el señor Manolo.
MANOLO
Gracias, prenda. Pero vamos al comedor a
tomarnos unas cañas, que eso siempre da coraje.
FRASQUITA
Todo está preparao.
NIÑO
Pues vamos allá.
MANOLO
¿Pero no ha venío el confitero?
REGINA
No, señor.
MANOLO
¿Pero no le habéis mandao recao de mi parte?
FRASQUITA
Sí, hombre, se le mandó.
MANOLO
Me extraña. (Al Niño y Cutri) Pasen
ustedes.
(Vase lateral izquierda)
REGINA
(A Frasquita) Tadeo no viene.
FRASQUITA
Como si lo viera. Se acuerda de lo de
anoche. Salvador, vamos, una cañita. (Vanse Regina y Frasquita)
SALVADOR
Voy, voy en seguida. Tomaré un par.
ESCENA II
Salvador, el Mayoral y Pepillo.
SALVADOR
Ese demonio de platero no me manda la petaca
que me dijo esta mañana que encargaría, y me va a poner en un compromiso. Porque,
¿qué regalo le echo yo a la plaza al señor Manolo, y en un pueblo que no hay ná
que comprar? ¿Pa qué habrá comprao Dolores, la mujer del confitero, esta mañana
la única petaca de plata que quedaba en la tienda?... Me ha fastidiao. (Al
Mayoral, saliendo al zaguán) Oye, tú, llama a un chiquillo de de esos.
MAYORAL
Pepillo, ven.
PEPILLO
¿Qué se ofrece?
SALVADOR
Llégate a la calle Mayor, a casa de
Dimas el platero, y dile de parte del señor cura que cuándo me manda eso. Que
ya sabe lo que es. Que aquí espero, en casa del señor Manolo.
PEPILLO
Voy corriendo. (Vase)
SALVADOR
Como me deje colgao... ¡Tendría gracia, hombre,
tendría gracia!
ESCENA III
Dichos y Tadeo, por el portalón.
TADEO
¿Pa qué me llamará el señor Manolo?
Estoy escamao.
SALVADOR
En fin, voy a tomar esas cañas.
(Entrando en la habitación)
TADEO
¡Señor Salvador!
SALVADOR
¡Hola, Tadeo! Anda, ven, que te espera
el señor Manolo. Ahí está, dentro, con el Cutri y el Niño.
TADEO
¿Con el Niño?
SALVADOR
Anda, hombre.
TADEO
(Aparte) Yo no entro... Me conozco.
SALVADOR
Pero, ¿qué te pasa, hombre, qué te pasa?
Hace días que estás desconocido. Ni vas por el Casino ni te vi anoche en el
encierro. ¡Vaya unos toros, Tadeo! Hay uno negro, corniapretao, que cuando se
encampana tiene la misma cara que el juez municipal. Hay otro ensabanao, con
una lámina que es una bendición del Señor. Y uno retinto en colorao chorreao,
con unas agujas que ni las de la catedral de Burgos.
TADEO
Sí, ¿eh?
SALVADOR
Sí, Tadeo, lo que te digo... Va a ser
una corría de primera. Si no fuera por lo que es, le mandaba al monaguillo que
echara las campanas a vuelo a la salía del primer toro.
TADEO
¡Pero hombre!
SALVADOR
Y al organista que tocara en el órgano
la Marcha Real.
TADEO
Señor Salvador, no hay otro aficionado como
usted.
SALVADOR
Y que lo digas. ¿A que no sabes cuál es
el santo que cuido yo más en la parroquia?
TADEO
San Lucas.
SALVADOR
Sí, señor; por el toro que tiene a la
vera. (Entran en la habitación)
ESCENA IV
Dichos y Manolo.
MANOLO
Pero, Salvador, ¿viene usté ó no?
SALVADOR
Allá voy, hombre, allá voy. Ahí tiene
usté al confitero. (Vase)
ESCENA V
El Señor Manolo y Tadeo.
TADEO
¡Hola, señor Manolo! (Aparte) Paece que
está serio. Paece que tiene mala cara.
MANOLO
Pues, chiquillo, ya me ves, metido otra
vez en faena.
TADEO
Sí, ya veo. (Aparte) Pues no sabe ná.
MANOLO
Y te he llamao pa una cosa muy seria.
TADEO
(¡Caramba! Pues lo sabe)
MANOLO
Y aquí es donde quiero yo verlos hombres
TADEO
(Aparte) Lo sabe too.
MANOLO
Y si tú eres hombre, ahora se va a ver.
TADEO
¿Cómo?...
MANOLO
(Levantando la mano y pegando a Tadeo)
¡Tunante!
TADEO
¡María Santísima!
MANOLO
¡Tunante! Anda a vestirte. Anda a
ponerte el traje de luces, que quiero que estés en la plaza a mi vera como
otras veces.
TADEO
¿Qué? ¿Que yo? (Aparte) No sabe ná. No sabe
ná.
MANOLO
¿Pero qué dices?
TADEO
Ná.
MANOLO
¿No me dijiste ayer que querías torear?
Pues anda, que aquí es donde quiero yo ver a los hombres atrevidos.
TADEO
(Aparte) Atrevido lo ha dicho con
segunda. Este hombre quiere verme en la plaza y echarme al toro Es su venganza.
Lo sabe too.
MANOLO
¿Pero Tadeo, qué te pasa?
TADEO
(Aparte) ¡Ea! Que no salgo.
MANOLO
¿Qué te pasa?
TADEO
Señor Manolo... El hombre es débil. Lo
siento mucho. Muchas gracias. Pero... Dolores, mi mujer, no quiere que toree.
MANOLO
¡Ah! Bueno; eso es otra cosa, hijo. No
hay nada de lo dicho. La mujer es antes que too. Te veo por buen camino.
Déjalo. Otra vez será.
TADEO
(Aparte) ¿Y no insiste? ¿Y no le importa
ná? Este hombre es un bendito. No sabe ná.
MANOLO
Lo que siento es que ya se lo he dicho
al Niño y a su cuadrilla y te van a tomar por un cobardón y un blanco.
TADEO
¿Se lo ha dicho usté al Niño?
MANOLO
Claro, hombre.
TADEO
Voy a vestirme, señor Manolo. Salgo a la
plaza con usté. Yo cobardón... Yo blanco...
MANOLO
¿Pero y Dolores?
TADEO
En mi casa mando yo. Voy a vestirme.
MANOLO
Pues anda. Te esperamos. Voy a dar la
noticia. (Vase izquierda)
ESCENA VI
Tadeo.
TADEO
Nada. ¡Qué toreo! Que pongo pares. Que
va a ver el Niño quien soy yo. Que me paga lo de anoche. Que le echo un toro
encima y se acabó. Tadeo, a la plaza. (Sale al zaguán)
ESCENA VII
Tadeo y Dolores.
DOLORES
¡Tadeo!
TADEO
¡Dolores!
DOLORES
¿A qué has vuelto tú a esta casa,
sinvergüenza?
TADEO
¿Y tú a qué vienes?
DOLORES
¡Yo en tu busca, hijo mío!
TADEO
A lo que vienes tú es a armar un
escándalo.
DOLORES
¿Yo? ¡Dios me libre! Ya hemos hablao
bastante de la cuestión de anoche y te he perdonao como siempre, porque soy
así. Pero tú me has jurao no poner más los pies en esta casa, y sin embargo...
TADEO
Pero mujer, si yo he venido porque el
señor Manolo me ha llamao, porque quiere que toree con él esta tarde.
DOLORES
¿Y vas a torear?
TADEO
Claro.
DOLORES
¿Y quién me acompaña a mí a la plaza? Yo
que pensaba ir con mi maridito pa que too el mundo nos viera juntos, y sobre
too por el Niño, por ese hombre, por si acaso se había figurao... ¡Infeliz!
TADEO
Mira, no hablemos de ero. Ya sé yo que
tú eres incapaz... y sobre too al Niño, déjamelo a mí.
DOLORES
Bueno. ¿Pero con quién voy a la plaza
yo?
TADEO
Pues vete con tu tía.
DOLORES
Es verdad.
TADEO
Porque quiero yo que vayas. Pa que veas
tú lo que va a hacer este hombre esta tarde. Tú no conoces a tu marido todavía.
Y tú no tengas miedo. Porque a mí el toro no me coge.
DOLORES
Me lo supongo.
TADEO
Ya verás... Cuando yo me abra así de
brazos y me vaya al toro alegrándolo...
ESCENA VIII
Dichos y Salvador.
SALVADOR
(Saliendo) Tengo una impaciencia que me consume.
¿Habrá venido ya ese chiquillo? (Saliendo al zaguán)
TADEO
¡Tras... tras... tras!...
SALVADOR
¡Caramba! ¿Qué es esto?
TADEO
Dispense usté.
SALVADOR
Hola, Dolorcitas... (A Tadeo) ¿Pero
estás todavía aquí sin vestirte?
TADEO
Es verdad. Voy, voy en seguida. Anda,
Dolores. Ven a ayudarme.
DOLORES
Vamos.
SALVADOR
(Aparte) ¡Caracoles! Buena ocurrencia. —Dolores,
oiga usté una palabra.
TADEO
¿Vienes?
SALVADOR
Vete. Que ahora mismo va.
TADEO
Bueno. Voy a estar con el traje de luces
pa que me chillen. (Vase)
ESCENA IX
Dolores y Salvador.
SALVADOR
Oiga usté, Dolorcitas.
DOLORES
¿Qué quié usté?
SALVADOR
He sabido que esta mañana ha comprado usté
una petaca de plata en casa de Dimas.
DOLORES
(Turbada) ¿Cómo? Sí, sí... señor.
Efectivamente.
SALVADOR
¿Y pa quién es esa petaca, se puede
saber?
DOLORES
(Aparte) ¿Qué? ¿Qué es esto? Pues sí,
señor. Se puede saber... Yo se lo diré a usté. Para regalársela a mi... marido,
pasado mañana... que es su cumpleaños.
SALVADOR
Entonces estoy de enhorabuena. Usted va
a salvarme, Dolorcitas.
DOLORES
No le entiendo a usté.
SALVADOR
Claro. Pues verá usté. Yo necesitaba
esta tarde una petaca para echársela en los toros al señor Manolo. Usté se
llevó la única que había en la tienda; el platero ha encargado otra igual a la
ciudad, como está tan cerca, pero me temo que no llegue a tiempo. Usted no
necesita el regalo hasta pasado mañana, ¿quiere usted hacerme el favor de darme
la suya y yo mañana le doy a usted la mía y salgo del compromiso?
DOLORES
(Después de un momento de pausa) Sí,
Señor.. Bueno. No tengo inconveniente. (Aparte) Mejor que mejor.
SALVADOR
Pues vaya usted a su casa por ella y
aquí la espero. Pero que no se entere nadie, porque es una sorpresa.
DOLORES
Sí, sí... Ya. Pero no hace falta que
vaya... Porque la tengo aquí. Iba a enseñársela a mi tía y...
SALVADOR
Mejor.. Venga... venga.
DOLORES
(Saca del bolsillo un estuche pequeño
envuelto en papel de seda y atado con cintas)
¡Aquí la tiene usté. (La desenvuelve,
etc., etc.)
SALVADOR
(Abriendo el estuche) ¡Preciosa!
¡Preciosísima!
DOLORES
Muy mona. Pero traiga usté, traiga usté,
que yo se la envolveré como estaba. (La envuelve y etc., etc. —Aparte) Si la
abre, me pierdo. Pero cá, ya la ha visto. Así va a la plaza. (A Salvador) Hay
que atarla fuerte porque luego al tirarla...
SALVADOR
Sí, tiene usté razón. Muchas gracias,
Dolorcitas.
DOLORES
¡Bah! No merece la pena.
SALVADOR
Pero venga. Que salen, que salen. (Se la
guarda)
DOLORES
Yo me voy a ayudar a Tadeo.
SALVADOR
Adiós y gracias. (Entra en la habitación)
DOLORES
Conseguí mi venganza sin compromiso.
Esta tarde me las paga la señá Frasquita. (Vase)
ESCENA X
Salvador, El Señor Manolo, El Niño, El
Cutri, Frasquita y Regina. —Los toreros cogen las capas y las monteras, etcétera,
etc. Los chicos, a su tiempo, aparecen en el portalón, etc., etc.
MANOLO
Vaya, llegó la hora. Frasquita, dame el
capote.
FRASQUITA
Aquí está.
REGINA
La montera, señor Manolo.
MANOLO
¡Gracias, hija mía!
SALVADOR
A la plaza la gente buena.
NIÑO
Hasta luego maestro, si Dios quiere.
SALVADOR
No ha de querer, hombre, no ha de
querer.
CUTRI
¡Maestro! ¡Señores! (Saludando)
NIÑO
Cutri. Vamos pa afuera que siempre las
despedidas...
CUTRI
Vamos. (Salen al zaguán)
CHICOS
¡Los toreros! ¡Los toreros!
MANOLO
(Tendiendo los brazos a Frasquita) Adiós,
mujer. Hasta luego.
FRASQUITA
Adiós, Manolo de mi alma. Hasta luego. (Se
abrazan)
MANOLO
No llores, mujer, que esto no es ná.
FRASQUITA
Ya no lloro, anda.
MANOLO
Adiós.
REGINA
¡Mire usté que torear otra vez!
SALVADOR
Cállate tú, tontina.
MANOLO
Adiós, Frasquita.
FRASQUITA
La Virgen vaya contigo.
MANOLO
(A salvador) Quédese usté una mijita,
Salvador.
SALVADOR
Sí, hombre, sí.
MAYORAL
Cuando ustedes quieran.
MANOLO
Pues andando. (Se despiden con la mano,
etc.)
CHICOS
¡Ya salen! ¡Ya salen!
(Cuadro. —Montan los toreros en la
jardinera. Arranca la jardinera; ruido de cascabelea y tralla. Vuelven a escena
Salvador, Regina y Frasquita. Los chicos, gritando, desaparecen detrás de la
jardinera, etc., etc.)
ESCENA XI
Frasquita, Regina y Salvador.
FRASQUITA
Me da vergüenza llorar, pero... ya había
perdido la costumbre y...
SALVADOR
La cosa es muy natural... Pero ya verá
usté qué ovación, y qué aplausos, y qué regalos. Si los toros no hacen ná
después de too. Frasquita, se va a traer su marido de usté cincuenta cajas de
puros y la mar de obsequios. Vaya... Yo no quería decirle a usté ná... Pero,
¡allá va eso! Eso... que le voy a echar yo a la plaza. (Da el paquete)
FRASQUITA
(Cogiéndolo) ¡Pero señor Salvador!
REGINA
¿Pero se lo han traído ya a usté, tío?
SALVADOR
No, mujer, no. Se la he pedido yo a la
Dolores, que la había comprao pa su marido.
FRASQUITA
(Lo desenvuelve y abre el estuche) ¡Ay!
¡Muy bonita!... De mucho gusto.
REGINA
Una petaca preciosa.
FRASQUITA
¿Pero por qué hace usté estas cosas?
Muchas gracias. Manolo lo va a agradecer mucho.
SALVADOR
No merece la pena. Vaya... Y me voy a la
Plaza. Pero, con su permiso, antes me voy a tomar unas caña. (Vase)
REGINA
(Cogiéndola) A ver .. A ver... (La abre)
Y tiene dentro un papel.
FRASQUITA
Será la dedicatoria, mujer.
REGINA
¡Jesús! ¿Qué dice aquí? (Leyendo el
papel)
FRASQUITA
¿Cómo? Trae. (Leyéndolo) «Manolo, tu
mujer te engaña. En tu casa entra un hombre todas las noches.» (Pausa)
REGINA
¿Qué es esto?
FRASQUITA
¡Eso es una infamia. Una infamia de
Dolores. Esta petaca no era para su marido, se la iba a echar al mío a la
plaza.
REGINA
¡Ah! Sí... Para vengarse, sin duda, de
lo de anoche. ¡Qué infame! ¡Y quería que se la echara mi tío!
FRASQUITA
Justamente. Pero ahora me toca a mí.
¡Esa mujer se acuerda de la señá Frasquita! Regina, anda, escribe lo que yo te
dicte. (Regina se sienta, coge un papel y escribe lo que en voz baja le dicta
Frasquita)
REGINA
Pero...
FRASQUITA
Escribe.
REGINA
Sí... Ya comprendo.
FRASQUITA
¡Calla! Trae el papel. (Hace lo que dice)
Así... En la caja... Bien atada... ¡Ajajá!
SALVADOR
(Saliendo) Esto conforta... ¡Vaya una
manzanilla, comare!
FRASQUITA
Señor Salvador, ahí va la petaca y
muchas gracias.
SALVADOR
Venga, y hasta luego... Y no pase usted
penas que al señor Manolo no hay bicho que lo empitone. (Vase tarareando: Vamos
a los toros...)
FRASQUITA
Regina, la mantilla.
REGINA
Pero Frasquita...
FRASQUITA
A la plaza, pronto.
REGINA
¡Frasquita!... ¿A la plaza?
FRASQUITA
Sí. ¡A la plaza! (Vanse)
(Mutación)
CUADRO CUARTO
Telón corto. Cartel alegórico de una
corrida de toros con cromos, etcétera, etc. Composición a gusto del pintor.
(Preludio
a orquesta sola)
Nota. Este preludio, compuesto de aires
nacionales andaluces, y entre los cuales se simulará el ruido de cascabeles y
látigos de los coches, animación de la gente que va a los toros, voces, etc.,
etc. a gusto del maestro compositor.
(Mutación)
CUADRO QUINTO
Plaza de toros en un pueblo de
Andalucía. Secciones de tendido, barrera, redondel, etc. Composición a gusto
del pintor. Callejón de salida ó puerta de arrastre en primera y segunda caja,
que es donde se desarrolla la acción de este último cuadro. Es de día.
ESCENA FINAL
(Al levantarse el telón cuadro plástico.
La música toca en la Plaza la canción del Señor Manolo del cuadro tercero. Se
sorprende el momento en que ha terminado la corrida y en que el Señor Manolo ha
dado muerte a su toro y viene recorriendo la Plaza, recibiendo la ovación)
(Después de este cuadro plástico aparece
por el callejón de arrastre Tadeo corriendo y descompuesto, y un grupo detrás
silbándole y tirándole naranjas. Dolores sale por la primera derecha)
DOLORES
¡Tadeo!... ¿Qué te ha pasao?...
¡Cobarde!
TADEO
Hija, no sé. . Que se me ha oxidao el
juego de las rodillas.
DOLORES
Nos vamos a tener que ir del pueblo.
(Aparece otro grupo trayendo en hombros
a Manolo y el Niño. Gran ovación)
(La señá Frasquita y Regina por la
primera izquierda)
FRASQUITA
(Abrazando a su marido) ¡ Así se portan
los hombres!
MANOLO
¡Frasquita de mi alma!
SALVADOR
(Al señor Manolo) ¡Bien, hombre! ¡Bien,
señor Manolo!... Ahí va eso... (Le entrega la petaca)
DOLORES
¡Que se vea!
TODOS
¡Que se vea!
MANOLO
(Sacando el papel) (Leyendo) «Manolo,
Tadeo le hace el amor a tu mujer.» ¿Qué es esto, Tadeo?
DOLORES
¿Qué?
TADEO
Señor Manolo, eso es mentira.
FRASQUITA
Eso es verdad.
DOLORES
Bueno, porque este es un pillo. Pero
también es verdad que en su casa de usted entra un hombre todas las noches.
FRASQUITA
No lo niego.
MANOLO
El que entra es tu sobrino.
ANTOÑITO
Sí, tío, soy yo, para ver a Regina, que
es mi novia.
SALVADOR
¡Hombre! ¿Qué lío es este?
MANOLO
¿Pero qué infundios son estos?
REGINA
Tío... Yo le contaré a usted...
SALVADOR
¿Conque esas tenemos?
ANTOÑITO
¡Tío!
FRASQUITA
Vaya, basta. Yo los apadrino. Y tú,
Manolo, pégale a Tadeo.
MANOLO
Hoy no, mujer, déjale, que bastante le
ha pegao el toro. (A Tadeo) Tadeo, mañana nos veremos.
TADEO
Mañana ya no estoy yo en el pueblo.
DOLORES
¿Pero cómo ha sido esto?
FRASQUITA
Hija, que cambié yo el papel? y que le
ha salido a usté mal la combinación.
SALVADOR
Y ahora a celebrar el triunfo;
señores, todos a casa.
FRASQUITA
Y aquí acaba la zarzuela,
perdonad sus muchas faltas.
TELON
Información obtenida en:
https://archive.org/details/lasenafrasquitaz446chap
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