Don Lucas del Cigarral (Libreto)



DON LUCAS DEL CIGARRAL



Zarzuela en tres actos y en verso.

Refundición de la comedia de D. Francisco de Rojas «Entre bobos anda el juego»

Libro de Tomás Luceño y Carlos Fernández Shaw.

Música del maestro Don Amadeo Vives.

Estrenada en el Teatro de Parish el 18 de Febrero de 1899.


REPARTO (Estreno)

Doña Isabel, prometida de D. Lucas - Srta. Gurina.

Doña Alfonsa, hermana de D. Lucas - Sra. Galán.

Andrea, criada de Isabel - Srta. González.

Pepa Vaca, comedianta (Aurora, en el entremés del tercer acto) - Srta. Navarro.

La Escamilla id, (Blasa) - Srta. Bárcenas.

Moza 1ª - Sra. Pérez.

Moza 2ª - Srta. Barchino.

Moza 3ª - Sra. Fernández.

Don Lucas del Cigarral - Sr. V. González.

Don Pedro, su primo - Sr. Casañas.

Don Luis, adorador de Isabel - Sr. García Soler.

Cabellera, criado de D. Lucas - Sr. Gamero.

Don Antonio, padre de Isabel - Sr. Lara.

Carranza, criado de D. Luis - Sr. Navarro España.

Juan Rana, comediante (D. Inocencio) - Sr. Rubio.

Morales, id. (D. Diego) - Sr. Navarro España.

Antonio Prado, id. (D. Roque) - Sr. Lacostena.

Parra, id. (Aldeano) - Sr. Gaye.

Un Ventero - Sr. Marco.

Un Mesonero - Sr. Rubio.

Espolique, criado del Mesón - Sr. Vera.

Otro Criado - Sr. Góngora.

Mozo 1º - Sr. Asensio.

Mozo 2º - Sr. Rodríguez.

Un Invitado - Sr. Marco.

Un Aldeano - Sr. Soriano.

Mozos y mozas del campo, criados y criadas del mesón, damas, caballeros, coro general y banda de bandurrias y cuerpo de baile.

La acción del primer acto en una venta de Torrejoncillo; la del segundo en un mesón de Illescas, y la del tercero en un cigarral de Toledo, propiedad de D. Lucas. —Siglo XVII


ACTO PRIMERO

Zaguán muy espacioso de una venta, profundo y alto de techo. Puertas a un lado y otro. A la izquierda una grande, que figura comunicar con el interior de la venta. Al fondo otra, grande también, que da paso al exterior, y a su lado una gran ventana. Forillo de campo.


ESCENA PRIMERA

Juan Rana, Morales, Antonio Prado, Parra, Pepa Vaca la Escamilla, Ventero y Coro  General.

(Música)

(Entran grupos de coro por el fondo y la puerta grande de la izquierda)

CORO
Dejad la faena
por unos momentos.
¡Venid, venid,
que ya los cómicos
se van de aquí!

VENTERO
(Por la izquierda)
Pero, ¿qué pasa?
¿quién grita así?

CORO
¡Venid, venid,
que ya los cómicos
se van de aquí!
¡Ya están ahí!

(Salen les Cómicos por la derecha, en la forma y del modo que peco después describen)

COMICOS
¡Adiós, buenas gentes! (a)

(a) Cómicos. Coro general.

CORO
¡Adiós, adiós!

COMICOS
¡Nosotros ya nos vamos
por esos mundos
a donde quiera Dios!

VENTERO
Váyanse con sus trastos .
a donde quieran ir,
con tal que paguen siempre...
como han pagado aquí.

COMICOS
Hacemos siempre nuestros viajes (b)
de pueblo en pueblo,
de venta en venta.
Llevamos puestos los equipajes,
y en un hatillo
lo que nos sobra de vestimenta.
Ni pueblo tenemos,
ni casa, ni hogar;
pasamos la vida
de acá para allá,
durmiendo muy poco,
comiendo muy mal,
molidos los huesos
de tanto rodar
por esas veredas, por esos caminos,
por tantos mesones
de tanto lugar,
haciendo reír
ó haciendo llorar
por un miserable
pedazo de pan.
No tienen ni pueblo,
ni casa, ni hogar, etc. (c)

(b) Cómicos. Coro general. / Escamilla. Coro general.
(c) Coro general. Cómicos. Coro general.

COMICOS
Pero yo no me cambio por nadie
cuando el público fíjase en mí.
Cuando logro que llore conmigo,
ó cuando consigo
con mis gracias hacerle reír.
Hay que ver
a la gente satisfecha,
presenciando el entremés.
«¡Mira aquella cara!
¡Mira aquellas otras!»
El uno sonríe,
el otro se ríe
abriendo tres cuartas de boca.
¡Jesús, lo que chillan!
¡.Jesús, lo que gozan!
«¡Allá va el gracioso!
¡Le van a pegar!
¡Le pegan, le pegan!»
¡Já, já, já! ¡Já, já, já!

CORO
El uno sonríe... etc.

COMICOS
Y hay que vello
que gustan de los dramas
cuando tienen interés.
Cambiaron de cara
las mismas personas.
Con pena nos miran;
las unas suspiran
y tiemblan de miedo las otras.
¡Jesús, lo que gimen!
¡Jesús, lo que lloran!
«¡Ese es inocente!
¡Lo van a matar!
¡Lo matan! ¡Lo matan!»
¡Já, já, já! ¡Já, já, já!

CORO
Con pena los miran, etc.

COMICOS
Y así vivimos
los pobres cómicos
siempre por esos
mundos de Dios...

VENTERO y CORO
Vaya una vida
la de los cómicos,
siempre por esos
mundos de Dios.

TODOS
Haciendo reír
ó haciendo llorar
por un miserable
pedazo de pan.

COMICOS
Conque, adiós, buena gente.
Quedad con Dios.
Ya volveremos... cuando podamos.
Todos ¡Adiós! ¡Adiós! ¡Adiós!

(Vanse los cómicos por el fondo. Grupos del Coro los siguen, despidiéndolos muy animadamente. Medio hablado lo que sigue hasta el bullicio con que acaba el número)

VENTERO
Vayan con Dios los cómicos.

(A la Moza 1ª)

Mira qué alegres van.

MOZA 1ª
Pues, ¿á qué dicen eso que dicen?
A mí por poco me hacen llorar.

MOZA 2ª
(A la 3ª)
El más guapo me gusta.

MOZA 3ª
(A la 2ª)
Pues él te sonrió.

MOZO 1º
(Al 2°)
¿Cuál te gusta, compadre?

MOZO 2º
(Al 1º)
¿De las dos cómicas? ¡A mí las dos!

COMICOS
(Dentro)
Quedad con Dios.

VENTERO y CORO
¡Adiós!
¡Adiós!
¡Adiós!

(Bullicio general, que dura. unos momentos)

(Hablado)

VENTERO
¡Adiós!

CORO
¡Adiós!

MOZA 2ª
Y que vuelvan
pronto.

CORO
¡Pronto!

VENTERO
Bueno. Basta.

(Bajan todos al proscenio)

Muchachos... A lo que estáis.
A vuestro quehacer, muchachas.
Y aligerad la faena
que ya sabéis que os aguardan
para luego, en acabando,
buen vino y buenas tajadas,
y baile de seguidillas
al compás de las guitarras,
que es mi santo, y quiero echar
la puerta por la ventana.

MOZA 1ª
¡Y que vivas dos mil años!

MOZO 1º
¡Sin suegra!

MOZO 2º
¡Y sin alcabalas!

VENTERO
No está mal. Conque lo dicho.
Al trabajo. Y muchas gracias.
Y hasta después.

MOZA 1ª
Yo me muero
por las seguidillas.

VENTERO
(A la Moza 1ª) ¡Anda!

MOZO 1º
Yo por el vino de Yepes.

(Al 2°)

¿Y tú?

MOZO 2º
Yo por las tajadas.

(Retíranse en animados grupos, Unos por el fondo. Otros por la puerta grande de la izquierda. El Ventero sigue a los últimos. Mutis en la orquesta)


ESCENA II

Doña Isabel y Andrea. Salen por la izquierda primer término.

ISABEL
Ya se marcharon los cómicos (d)
y los demás ya se marchan,
cada cual a su faena.

(d) Isabel. Andrea.

ANDREA
¡Los cómicos! ¡Qué bien hablan!
¡Cuánto envidio su alegría!

ISABEL
¡Felices la vida pasan,
quizá ignorando las penas
que otros sienten en el alma!

ANDREA
Es el mundo, para ellos,
imagen fiel de las farsas
que en inseguro tablado
representan en las plazas.
Pero, volviendo a tu asunto,
Isabel, ¿cómo te hallas?
¿qué dices de este viaje
que los límites traspasa
de la razón para entrar
en la senda descarriada
de las acciones inicuas
que el buen sentido rechaza?

ISABEL
¡Qué he de decir, si tú sabes
lo principal de mis ansias
y de mi pecho la angustia,
que a contener ya no bastan
ni una voluntad de hierro,
ni el amor en que se abrasa
mi corazón por un hombre
que hurtó la paz a mi alma!...
Mi buen padre...

ANDREA
(Irónicamente) ¡Sí, buen padre!

ISABEL
La resignación cristiana
que mi madre desde el cielo
con su dulce amor me manda,
hace que le llame «bueno»,
sin merecer la palabra.
Tanto el interés le ciega,
que mi boda concertada
tiene ya con un don Lucas
del Cigarral, queden sus arcas
más escudos aprisiona
que arenas tienen las playas,
siendo, a la vez, tan avaro,
de tan ridícula facha,
tan viejo y tan presumido,
tan horroroso de cara,
que según los de Toledo,
si sale al campo de caza,
da muerte a los pajarillos
sin valerse de las armas,
y es porque haciéndoles gestos
los atolondra y los mata...
Este papel podrá darte (Entregándole una carta)
prueba de su extravagancia.
Escribiómelo a Madrid,
de Toledo, y es la causa
de que en esta venta estemos
esperando su llegada.

ANDREA
(Leyendo) «Isabel: Yo tengo seis mil y cuarenta y dos ducados de renta de mayorazgo, y me hereda mi primo si no tengo hijos: hanme dicho que vos y yo podemos tener los que quisiéramos: veníos esta noche a tratar del uno, que tiempo nos queda para los otros. Mi primo va por vos: poneos una mascarilla para que no os vea, y no lo habléis, que mientras yo viviere no habéis de de ser vista ni oída. En las ventas de Torrejoncillo os espero: veníos luego, que no están los tiempos para esperar en ventas. Dios os guarde y os dé más hijos que a mí. —Don Lucas del Cigarral.»

¡Hay tal bestia!... Y dime ahora:
al joven que te acompaña
y es su primo, ¿le conoces?

ISABEL
Sí, Andrea; por mi desgracia,
que le entregué mi albedrío
desde aquella tarde infausta
en que, atrevido, poniendo
su noble pecho por valla
entre mi vida y un toro
que se escapó del Jarama,
rápidamente libróme
de muerte segura y trágica.

ANDREA
¿Y hoy acaso en el camino
te conoció?

ISABEL
No; la máscara
que mi semblante cubría
su curiosidad burlaba.

ANDREA
(Por Cabellera, que aparece por el foro)
Pienso que a buscarte vienen.

CABELLERA
(Viendo que Isabel se cubre el rostro con el antifaz antes de que llegue a ella)
¡Por Dios, que tengo desgracia!...
Llego ansioso a ver el sol,
y el sol al verme se tapa.


ESCENA III (e)

(e) Isabel, Andrea, Cabellera.

Isabel, Andrea, Cabellera.

(Música)

CABELLERA
¿Sois por ventura
doña Isabel?

ISABEL
La misma.

CABELLERA
(Examinándola)
(¡Hermosa
debe de ser!
¡Cuán lindo el talle!
¡Cuán lindo el piel)
Vengo a buscaros.

ISABEL
Decid a qué.

CABELLERA
Con un encargo feliz y honroso.

ISABEL y ANDREA
Decidlo, pues.

CABELLERA
Soy la sombra de don Lucas.

ISABEL
No os entiendo.

CABELLERA
Su criado.
Soy sus ojos,
soy sus pies y soy sus manos.
Hacia aquí don Lucas viene,
y en su nombre me adelanto
a deciros que se acerca
el momento tan ansiado
en que logre la ventura
de teneros en sus brazos.

ISABEL
(Turbada)
¡Ay, Andrea!

CABELLERA
¿Qué sucede?

ISABEL
Que por poco me desmayo.
¡Ay, Andrea!

CABELLERA
(Si al anuncio se desmaya,
¿qué será cuando lo vea?)
Siendo esclavo de don Lucas
lo soy vuestro. (f)

(f) Isabel, Cabellera, Andrea.

ISABEL
¿Cómo os llaman?

CABELLERA
¡Cabellera!

ISABEL
¿Cabellera?

ANDREA
¿Cabellera?

CABELLERA
(A una y otra)
Sí, señora. Sí, señora.

ISABEL
¡Ay, qué nombre!

CABELLERA
No es tan feo.
Y es un nombre para un calvo,
porque es nombre y es remedio,
y lo lleva así dos veces,
que otras tantas se lo han puesto,
una por falta de mote
y otra por falta de pelo.

ISABEL
¿Y decís que está llegando?

CABELLERA
Llegando estará, en efeto.

ISABEL
(Como antes)
¡Ay, Andrea! (g)

(g) Cabellera, Isabel, Andrea.

CABELLERA
¿Qué sucede?

ISABEL
Que por poco n:e desmayo.
¡Ay, Andrea!

CABELLERA
(Si al anuncio se desmaya,
¿qué será cuando lo vea?)
No os horroricéis
cuando le veáis.

ISABEL
¡Ay!

CABELLERA
Ni os alegréis
si le disgustáis.

ISABEL
¡Ay!

ANDREA
¡Ay!

ISABEL
¡Ay!

CABELLERA
Para todo está aquí Cabellera
que es muy bueno,
más bueno que el pan,
y que sirve a don Lucas, por voto
de servir a un señor... inservible:
nada más

ISABEL y ANDREA
¿Nada más?

CABELLERA
¡Nada más!

Y Cabellera
será, para el cuidado de su señora,
la Providencia.
(A Isabel ) Podréis al punto
probarlo vos.
(A Andrea) Puedes, si gustas,
probarlo tú.
Para consejos
valgo por dos,
y para astucias
soy el non plus.

ISABEL y ANDREA
¡Esto es un hombre!
¡Gracias a Dios!

ANDREA
Ya lo estáis viendo.

ISABEL
Ya lo ves tú.

LAS DOS
Para consejos
vale por dos,
y para astucias
es el non plus.

CABELLERA
¿Galán se quiere? (h)
Pues soy galán.
¿Viejo prudente?
No le hay mejor.
¿Para los raptos?
Cosa especial.
¿Para estocadas?
Aquí estoy yo.

(h) Andrea, Cabellera. Isabel.

ISABEL y ANDREA
¿Galán se quiere?
¡Y él es galán!
¿Viejo prudente?
¡Viejo también!
¿Para los raptos?
¡Cosa especial!
¿Para estocadas?
¡Aquí está él!
Esto es un hombre,
¡gracias a Dios!

CABELLERA
(Eso quisierais (i)
vosotras dos)

(i) Andrea. Isabel. Cabellera.

(Hablado)

ANDREA
Conque, di claro a qué vienes
sin retóricas baratas.

CABELLERA
Repito, bella Isabel,
que está tu dicha colmada;
que aquél que va a ser tu esposo
y es mi señor, ya no tarda
un hora en venir aquí
para rendirte su alma,
que debiera ser del diablo
según es de endemoniada.

ANDREA
¿Dará tiempo a que nos digas
sus prendas buenas y malas?

CABALLERA
Para deciros las buenas
con un segundo me basta,
y eso ha de ser pronunciando
despacito las palabras.
En cambio, como me ponga
a referiros las malas,
habré de necesitar
no moverme de esta sala
en diez lustros, y eso yendo
muy de prisa al relatarlas.
La lista empiezo, Isabel,
y si una vez comenzada
se presentase don Lucas,
la seguiremos mañana.

Don Lucas del Cigarral,
cuyo apellido moderno
no es por su casa, que es
por un cigarral que ha hecho,
es un caballero flaco,
desvahído, macilento,
muy cortísimo de talle,
y larguísimo de cuerpo;
las manos de hombre ordinario,
los pies un poquillo luengos,
muy bajos de empeine y anchos,
con sus juanetes y pedros:
zambo un poco, calvo un poco,
dos pocos verdimoreno,
tres pocos desaliñado
y cuarenta muchos puerco.
Si canta por la mañana
cumple a medias el proverbio,
porque si espanta sus males
suele aumentar los ajenos;
pues no hay nadie que al oírle
no comience a hacer pucheros.
Al dormir, con sus ronquidos
da de ganar al vidriero,
porque resopla de un modo
que caen los vidrios al suelo.
Come igual que un estudiante

(Indicando bebida)

y atiza como un tudesco;
*si bebe un trago de más
*no hay quien le aguante por necio;
*pero está más insufrible
*cuando le bebe de menos;
pregunta más que cien jueces,
habla más que un pregonero,
y a cada palabra suya
aplica dos ó tres cuentos,
verdad es que son muy largos
mas sin gracia todos ellos.
*Si uno fue andando a Sevilla
*él no se asombra por eso,
*dice que fue a pie al Perú
*con estar el mar en medio.
Si hablan de espadas, él solo
es quien más entiende desto,
y a toda espada sin marca
le aplica al punto el maestro.
Tiene escritas diez comedias
y cerradas con su sello,
para si tuviese hija
dárselas en dote luego.
Aparte aquestos lunares
tiene don Lucas un mérito.

ANDREA
¿Un mérito?... Dinos cual.

CABELLERA
Que es tan mísero y estrecho,
que por no dar, cuando escribe
no da siquiera recuerdo,
y si los da es con el conque
de que se los vuelvan luego.
Estas, damas, son sus prendas,
contadas de verbo ad verbum:
quererle es carga del alma
como lo será del cuerpo.
En casaros haréis mal
y no olvidéis el consejo;
meteros monja es cordura,
apartaros del acierto.
Hermosa sois, ya lo admiro;
muy discreta, no lo niego;
y si os estimáis hermosa
como discreta, os prevengo
que es mejor tirarse al río
que cargar con ese necio.

ISABEL
Buen informe.

ANDREA
¡Razonable!

ISABEL
Pero dime, ¿cómo siendo
su criado, de él murmuras?...

ANDREA
Eso natural lo encuentro.
¿No ves que come su pan?

CABELLERA
¿Yo le como?... Ni aun le almuerzo.
Sirvo por mi devoción,
que hice un voto muy estrecho
de servir a un miserable
y estoile agora cumpliendo...

ISABEL
¿Y sin comer os pasáis?

CABELLERA
Si no fuera por don Pedro
su primo, fuera criado
de vigilia.

ISABEL
Y (Dinos esto),
don Pedro, ¿quién es?

CABELLERA
¿Quién es?
Es el mejor caballero,
más bizarro y más galán,
que alabar puede el exceso;
y a no ser pobre, pudiera
competir con los primeros.
Juega la espada y la daga
poco menos que Pacheco
Narváez, que tiene ajustada
la punta con el objeto.
Si torea, es Cantillana,
es un Lope, si hace versos,
es agradable, cortés,
es entendido, es atento,
es galán sin presunción,
valiente sin querer serlo,
queriendo serlo, bien quisto,
liberal, tan sin estruendo,
que da, y no dice que ha dado,
que hay muy pocos que hagan esto.
Y, según tengo entendido,
conciertan su casamiento
con la hermana de don Lucas,
doña Alfonsa de Toledo,
de talle gentil y airoso,
de ojos de color de cielo,
de semblante nacarado,
tipo entre árabe y griego,
con una mata profusa
de undoso y castaño pelo...

(Transición)

Es decir, aquestas prendas
que te estoy ahora diciendo,
las tuvo hace ochenta años;
hoy no tiene nada de eso;
si acaso, unos accidentes
que se le pasan mordiendo
una moneda de oro,
que, (Cuando está en lo más recio
del ataque) se la traga
y si te vi no me acuerdo.
Ayer la puse ocho reales
en cuartos y... al tragadero.


ESCENA IV (j)

Dichos y Don Antonio, que entra muy gozoso por el fondo, apresuradamente.

(j) Andrea, Isabel, Don Antonio, Cabellera.

ANTONIO
Hija Isabel, dame albricias
que ya don Lucas se acerca.
Ven al camino.

CABELLERA
Eso no;
que la mujer aunque muera
por casarse, debe hacer
como que no tiene priesa.

ANDREA
(Mirando por la ventana)
Viene también don Luis.

(A doña Isabel)

Aquel moscón que te asedia
y a todas partes te sigue
como fantasma de aldea.

(Bullicio dentro, y empieza a sonar la orquesta)

ISABEL
(Mirando también por la ventana)
¡Uy, cuánta gente!

ANDREA
(En la ventana) ¡Qué bulla!
(¡Ay, qué facha tan grotesca!)

CABELLERA
Unos se ríen de verlo.

ISABEL
Otros le hacen morisquetas.

ANTONIO
Pero don Lucas parece
que se amosca y se impacienta.


ESCENA V

Dichos, Don Lucas, Doña Alfonsa, Don Luis, Carranza, Coro.

(Música)

VOCES
(Dentro)
—¡Ha de la venta!
—¡Hala!
—Ha, seor ventero.
—¿Hay que comer?
—No faltará carnero.
¿Es casado vusted?
—Más há de treinta.
—Según eso, carnero hay en la venta.
—Huésped, así su nombre se celebre
véndame un gato que parezca liebre.

(Gran algazara dentro. Ruido de estacadas)

ANTONIO
¿Lo ves? ¡Lo estaba viendo!
Su cólera revienta
y la emprende a estocadas
con la gentuza necia.

(Aumenta el bullicio)

CABELLERA
Voy a ponerme a su lado,
mas tan pronto como pueda,
así, como distraído,
le doy en donde le duela.

CORO
(Dentro)
¡Duro, que sacude!
¡Duro con el viejo,
y a ver si a porrazos
le bajáis el genio!

(Cesan un momento las estocadas)

VOCES
(Dentro)
¿Dónde irá D. Quijote con Dulcinea?

LUCAS
(Dentro, con voz estentórea)
¡¡Voy al infierno!!

(Vuelven a sonar las estocadas)

¡Atrás, miserables,
ó viven los cielos
que a todo el que chille
lo parto por medio!

(Empiezan a entrar grupos de hombres y mujeres, poseídos de terror cómico)

¡Granujas!
¡Babiecas!

CORO
Aprisa,
que pega.

LUCAS
¡Follones!
¡Canallas!

(Las voces de don Lucas van acercándose cada vez más)

CORO
¡Qué fuerza!
¡Qué facha!

LUCAS
Vencidos
os llevo.

CORO
¡Demonio
de viejo!

LUCAS
(Que aparece luchando con don Luis, Carranza y dos ó tres hombros más, y seguido por Cabellera y doña Alfonsa esta despavorida)
¡Zís! ¡Zás!
¡Zís! ¡Zás!
¡Zís! ¡Zás!

(Quedándose dueños del campo mientras todos los demás forman grupos a un lado y otro, como dominados por terrible espanto)

Ya no hay quien luche conmigo.
¡Siempre le ha pasado igual
al hidalgo y valeroso
don Lucas del Cigarral!

CORO
Don Lucas...

LUCAS
¿Quién ha osado?

CORO
Don Lucas...

LUCAS
¿Quién se atreve?
¡Aquí nadie rechista!
¡Aquí nadie se mueve!

CORO
(Siempre burlonamente)
Don Lucas...

LUCAS
¡Qué don Lucas
he dicho, ni qué cuerno!

CORO
¡Cuerno...!
¡Cuerno...!

LUCAS
(A Cabellera)
¿Qué es aquesto?
¿Es mi acento (l)
que retumba?

(l) Coro General. Doña Alfonsa. Don Antonio, doña Isabel Carranza, don Luis, don Lucas, Cabellera. Andrea.

CABALLERA
¡En efeto!

CORO
¡Cuerno, cuerno!

CABELLERA
Es el eco.

LUCAS
¡Vaya un eco!

(Mirando, según se indica, a los grupos de un lado y luego a los del otro)

Pero, ¡demonio! ¿Estos se ríen?
¡Estos se asustan!
¡Estos se espantan!
¿Estos se burlan?

(Siguen las gentes riéndose cuando él no les mira procurando fingir que están aterradas cuando él no las ve)

¡Ay del osado que aquí se ría!

(A Cabellera)

¡Pues no se ríen!

CABELLERA
¡En vuestras barbas!

LUCAS
¡Ay, del osado que desafíe
la luz ardiente de estas miradas!

(A Cabellera)

¡Estarán buenas!

CABELLERA
¡Parecen llamas!

LUCAS
Que yo les juro que he de ensartarlos
uno tras otro,
caiga quien caiga,
que son castigos
mis amenazas
y como rayos
mis estocadas.

(Con aire de triunfo)

¡Ya todos callan! ¡Todos se humillan!

CABELLERA
(Burlonamente)
¡Ya lo estoy viendo!

LUCAS
¡Viéndolo estás!
¡No hay en el mundo quien se me atreva!
¡Este es don Lucas del Cigarral!

CORO
(Como antes, sin poder disimular por más tiempo)
¡Qué viejo!
¡Qué facha!

LUCAS
¿Qué es esto?
¿Quién habla?

CORO
¡Qué viejo, qué viejo, qué viejo!
;Don Lucas, don Lucas, don Lucas!
¡Qué facha, qué facha, qué facha!

LUCAS
¡Follones! ¡Canallas!
¡Otra vez, Cabellera!
¡Otra vez a estocadas!

CORO
¡Qué viejo!
¡Qué facha!

LUCAS
¡Follones!
¡Canallas!

(Cierra don Lucas contra un grupo que se des hace rápidamente, riéndose, todos. Acomete contra otro, en el que ocurre lo mismo, y contra otro luego, en el que se hallarán don Luis y Carranza, y Cabellera va aprovechando siempre las ocasiones para darle golpes en la espalda)

LUCAS
(Luchando) ¡Zís! Zás!

CABELLERA
(Golpeándole)'' jZís! Zás!

ANTONIO y ANDREA
(Animándole) ¡Zís! Zás!

ANDREA, LUIS, CABELLERA y CORO
¡Já, já!
¡Já, já!
¡Já, já!

(Vuelve a quedar don Lucas dueño del campo, como antes, apareciendo cono espantados los demás. Cuadro)


ESCENA VI

Dichos, Don Pedro y el Ventero.

(Hablado) (m)

(m) Coro, Cabellera, D. Luis, D. Alfonsa, D. Antonio, D. Lucas, D. Pedro, Isabel, Andrea.

PEDRO
(Que ha salido poco antes por la puerta grande de la derecha)
¿Qué ha ocurrido, señor, tan de repente,
que indignado venís con tanta gente?

VENTERO
(Que ha aparecido poco antes también por el fondo)
¿Cuál es la vil canalla
que de respeta y de temor no calla
ante señor tan bravo y tan apuesto?

LUCAS
¡Pronto me conociste!

VENTERO
Pues, ¿qué es esto?
Salid todos, aprisa,
con orden y callados como en misa.

(Va saliendo el Coro, y don Lucas lo ve marcharse con aire de triunfo)

ANTONIO
(A don Lucas)
¿Por qué vuestra persona, que es modelo,
desde los pies al pelo,
de juicio reflexivo y sosegado
la emprende con un mísero criado?

(Por Carranza)

Venid, don Lucas, a mayor templanza.

LUCAS
Yo pensé que reñía con Carranza
el maestro famoso... y ¡vive Cristo!
que quería mostrarle que soy listo,
que manejo la espada con destreza
y que lo mismo doy en la cabeza
un tajo, que del tronco la separo,
(Sin que del cielo válgale el amparo)
como acudiendo al breve molinillo
le llamo la atención hacia un tobillo,
y al corazón le tiro la estocada,
y una vez muerto, ya no pasa nada.

LUIS
Envainad, pues os logro tan templado.

LUCAS
Primero ha de envainar vuestro criado.

CARRANZA
La espada desempuño (Envainan)
y obedezco.

LUCAS
Yo envaino la de Ortuño.

ISABEL
Andrea, ¡qué mal hombre!

ANDREA
¡Qué osco y negro.

LUCAS
Por mi cuenta, señor, ¿vos sois mi suegro?

ANTONIO
Vuestro padre seré.

LUIS
(Mirando a Isabel) Muero abrasado.

ALFONSA
Don Pedro, ¿qué será que no me ha hablado?
Mas también puede ser que no me vea.

ISABEL
Doña Alfonsa es aquella, amiga Andrea.

LUIS
(A Carranza)
Esta es doña Isabel.

CARRANZA
Callar intenta.

ANDREA
Don Luisillo también está en la venta.
(A Isabel)

LUIS
No puedo resistirme.

ISABEL
¡Que hasta aquí haya venido a perseguirme!

LUCAS
¿Y hala visto mi primo?

ANTONIO
Ni la ha hablado.

LUCAS
¿Vino siempre cubierta?

ANTONIO
Así ha llegado.

LUIS
Vamos de aquí, Carranza,
hasta que vuelvan aires de bonanza,
que yo por ella muero
y desespero, y, por lo mismo, espero.

(Mutis por la puerta grande de la izquierda)


ESCENA VII

Isabel, Doña Alfonsa, Andrea, Don Lucas, Don Pedro, Don Antonio y Cabellera.

LUCAS
¿Y, en fin, me quiere bien?

ANTONIO
¡Por vos se muere!

LUCAS
¿Y la puedo decir lo que quisiere?

ANTONIO
Sí podéis.

LUCAS
¿Puedo?

PEDRO
Sí, obligarla intenta.

LUCAS
Pues así os guarde Dios, que tengáis cuenta. (n)
Un amor, que apenas osa
a hablar con vos, dice fiel
que una de dos, Isabel,
ó sois fea ó sois hermosa.
Si sois hermosa se acierta
en cubrir cara tan rara,
que no ha de andar vuestra cara
con la cara descubierta.
Si fea, el taparos sea
diligencia bien lograda,
puesto que estando tapada
nadie sabrá si sois fea.
Que todos se han de holgar, digo,
con vos si hoy hermosa os ven;
mas si os ven fea, también
todos se holgarán conmigo.
Pues estaos así por Dios,
aunque os parezca importuno,
que no se ha de holgar ninguno
ni conmigo ni con vos.

(n) Doña Alfonsa, D. Antonio, D. Pedro, D. Lucas, Isabel, Andrea, Cabellera.

ISABEL
¿Qué hombre es este, Andrea?

ANDREA
El peor
que he visto, señora mía.

ANTONIO
Qué necio! (Pasa a ¡a derecha)

PEDRO
¡Qué grosería! (Aparte)

LUCAS
No me habláis?

ISABEL
Digo, señor,
que debo agradecimiento
a ansias y pasiones tales,
pues en vos admiro iguales
el talle y entendimiento.
La fama que vos tenéis,
por ser quien sois, os aclama:
pero no dijo la fama
tanto como merecéis.
Y así la muerte resisto
tarde; pues quiero decir,
que en viéndoos, pensé morir,
y ya muero, habiéndoos visto.

LUCAS
¡Lindo ingenio!

ANTONIO
Así lo crea
vuestra pasión prevenida.

LUCAS
¿Qué decís?

PEDRO
Que es entendida,
y debe de ser muy fea.

ALFONSA
Haz que el rostro se descubra,
hermano, si verla intentas.

LUCAS
Dejádmela brujulear,
que pinta bien.

ALFONSA
¿A qué esperas?

LUCAS
Isabel, hacedme el gusto
de descubriros, y sea
la máscara el primer velo
que corráis a la modestia;
que están aquí debatiendo
si sois fea, ó no sois fea:
y si acaso sois hermosa,
no es justicia que yo tenga
mancilla en el corazón
porque no tengáis vergüenza.

ISABEL
Los que son en vos preceptos,
han de ser en mí obediencia.
Ya me descubro (Quítese la mascarilla)

LUCAS
¡Llenóme!
Don Antonio, a fe de veras, (ñ)
que hacéis excelentes caras.

(ñ) Cabellera, D. Antonio, D. Lucas, Doña Alfonsa, D. Pedro, Isabel, Andrea.

ANTONIO
Era su madre muy bella.

PEDRO
(Aparte)
Vive Dios, que es Isabel,
a quien en la rubia arena
de Manzanares, un día
libré de la muerte fiera.

LUCAS
¿Qué os parece la fachada,
primo mío? Hablad, (o)

(o) Cabellera, D. Antonio, Doña Alfonsa, D. Lucas, D. Pedro, Isabel, Andrea.

PEDRO
Que es buena.

ISABEL
(Aparte)
Ya me conoció don Pedro
porque son los ojos lenguas.

PEDRO
¿Y a ti qué te ha parecido,
doña Alfonsa?

ALFONSA
Que es muy fea.

PEDRO
Eres mujer, y no quieres
que alaben otra belleza.

LUCAS
Pensando estoy qué deciros, (p)
después que os vi descubierta,
que no sé lo que me diga.
Pedro.

(p) Cabellera, D. Antonio, Doña Alfonsa, D. Pedro, D. Lucas, Isabel, Andrea.

PEDRO
Señor.

LUCAS
Oyes, llega,
y di por la boca verbos,
ó lo que a ti te parezca.
Háblala del mismo modo,
como si yo mismo fuera;
dila aquello que tú sabes,
de luceros y de estrellas,
tierno como el mismo yo,
hasta dejarla muy tierna:
que cubiertas yo sé hablarlas
más blando que una manteca;
pero en mi vida he sabido
hablar tierno a descubiertas,

PEDRO
¿Yo he dé llegar?

LUCAS
Sí, primillo:
con mi propio poder llegas.

PEDRO
¿Con qué alma la he de decir
los requiebros y ternezas,
si es fuerza que haya de hablar
con la tuya?

LUCAS
Con la vuestra.
Señora, allá va Perico:
no le perdáis ni una letra,
y advertid, que los requiebros
que os dijere, los requiebra
con mi poder: respondedle.
como si a mí propio fuera.
Empezad.

PEDRO
(Aparte) Ya te obedezco, (q)

(q) Cabellera, D. Antonio, Doña Alfonsa, D. Lucas, D. Pedro, Isabel, Andrea.

ISABEL
(Aparte)
Deme mi dolor paciencia.

ALFONSA
¡Y que esto sufra! Mirad (A don Lucas)
que quizás don Pedro tenga
reparo.

ISABEL
Cierto.

PEDRO
No tal.

ALFONSA
Me ahogan los celos.

LUCAS
Empieza.

(Música)

ISABEL
(¡Estoy temblando
de la emoción!)

ALFONSA
(¡Los celos picaros
me van a ahogar!)

LUCAS
(A Isabel)
¡Tened en cuenta
que os hablo yo!

ANTONIO
(A don Lucas)
Como a vos mismo
le escuchará.

ANDREA
(A Isabel)
¡Mucha prudencia,
calma, por Dios!

PEDRO
(A Isabel)
¡Prestadme alientos
para empezar!
Señora, cuyo antifaz
vino a ser la nube densa
que roba a la luz sus rayos
para entristecer la tierra,
al descubrirte has llenado
de resplandor las esferas.

ISABEL
(¡Su voz sí que es luz que el alma
de alegre fulgor me llena!)

PEDRO
Porque sin luz nada vive:
la flor se muere de pena,
suspende el ave sus trinos
y el valle triste se queda,
porque la sombra es imagen
de la muerte que se acerca.

LUCAS
(Aparte a doña Alfonsa coa mucho júbilo)
(¡Hermana, me estoy luciendo
hablando de las tinieblas!)

PEDRO
(Cada vez con más pasión)
A oscuras lo mismo vale
la disimulada perla
fabricada por artífice,
que la legítima y bella
que en concha de puro nácar
en las rocas se alimenta!

CABELLERA
(Aparte a don Pedro)
(No te salgas de lo obscuro,
y así andaremos a tientas)

PEDRO
Por eso, Isabel hermosa,
al verte hay que hacer la cuenta
que halló la nave su puerto,
que halló el piloto su estrella,
el arroyuelo su rosa,
la enfurecida tormenta
el arco iris, que anuncia
la paz que al mundo recrea,
que esto y haberos hallado
es todo una cosa mesma.

LUCAS
(A don Pedro)
Aprieta la mano, Pedro,
que aun la dices poco. ¡Aprieta!

PEDRO
Desde el instante en que os vi,
os adoro, Isabel bella,
y como os adoro, es claro
que os pida correspondencia.

ISABEL
Vos la pedís, y os la otorgo;

(Aparte a don Pedro)

(Como si a vos mismo fuera)

PEDRO
¿Seréis fiel?

ISABEL
Hasta la muerte.

PEDRO
¿Y firme?

ISABEL
Como una peña.

LUCAS
(Para, que se me figura (A don Pedro)
que ya es mucho lo que aprietas)

ISABEL
(A don Pedro)
lista mi mano os dirá
si miento...

PEDRO
(Muy apasionadamente)
¡Bendita sea!

LUCAS
(r) ¡Alto, que esa mano es mía,
y ya me harté de comedias!

(r) Don Antonio, doña Alfonsa, don redro, don Lucas, Isabel, Andrea, Cabellera.

CABALLERA, ANTONIO, PEDRO, ISABEL y ANDREA
¡Don Lucas!

ALFONSA
Bien hecho.

ANTONIO
¡Don Lucas, por Dios!

LUCAS
Ibanlo tomando
en serio los dos.
Y aquí no hay más novio apuesto,
ni más dichoso galán
que el que lo dice y mantiene:
¡don Lucas del Cigarral!

LOS DEMAS
(Cada cual con su expresión)
¡Don Lucas!...
¿Qué es esto?
¡Don Lucas,
por Dios!

LUCAS
(A cada uno)
¡Y punto final!
¡Y punto final!
¡Y punto final!
¡Pues hombre! ¡Pues hombre!
¡No faltaba más!

(Hablado)

PEDRO
Si yo hablaba aquí por vos...

LUCAS
Sois un hablador, y ella
es también otra habladora.

ISABEL
Si vos me disteis licencia...

LUCAS
Sí, pero sois licenciosa.

PEDRO
Como tú dijiste que era
poco lo que la decía...

LUCAS
Poco era, ¿quién os lo niega?
mas ni tanto ni tan poco.

ALFONSA
(Aparte) ¡Que ella le hablase tan tierna
y que él la adore tan fino!

LUCAS
Doña Alfonsa.

ALFONSA
¿Qué me ordenas?

LUCAS
Lleváos con vos esta mano.

(Dala la mano de doña Isabel)

ALFONSA
Sí haré, y pido que me tengas
por tu amiga y servidora;

(Aparte)

(Y tu enemiga) (Pasa al lado de doña Isabel)

LUCAS
En Illescas
me he de casar esta noche.

ALFONSA
Hasta ir a Toledo, espera;
para que don Pedro y yo
nos casemos, y allí sean
tu boda y la mía juntas.

ISABEL
(Antes quiera amor que muera). (Aparte)

LUCAS
Señora mía, no estoy
para esperaros seis leguas.


ESCENA VIII

Dichos, Don Luis y Carranza, que han aparecido hace unos momentos junto a la puerta grande de la izquierda.

LUIS
Muerto estoy. A acompañaros (s)
iré con vuestra licencia,
y celebrar vuestra boda.
Yo soy D. Luis de Contreras,
vuestro servidor antiguo.

(s) Don Antonio, don Pedro, Cabellera, don Lucas, doña Alfonsa, Isabel, Andrea.

LUCAS
No os conozco, en mi conciencia.

LUIS
Y amigo de vuestro suegro.

LUCAS
Sed su amigo norabuena;
pero no habéis de ir conmigo.

CABELLERA
Llega el coche.

ANDREA
La litera.

LUIS
Yo he de ir con vos.

LUCAS
Voto a Dios
que me quede en esta venta.

LUIS
Ya me quedo.

LUCAS
¡Gran favor!

ISABEL
Muerta voy. (Aparte)

CABELLERA
Hermosa bestia! (Aparte)

ALFONSA
¡Muriendo de celos parto! (Aparte)

PEDRO
¡Que esto mi dolor consienta! (Aparte)

ANTONIO
¡Que esto mi prudencia sufra! (Aparte)

ISABEL
¡Que esto influyese mi estrella! (Aparte)

LUCAS
Alfonsa, ¿guardas la mano?

ALFONSA
Sí señor.

LUCAS
Pues, tened cuenta.
Entre bobos anda el juego.

LUIS
(¡Allí he de ir, aunque no quiera!)


ESCENA IX

Dichos, Ventero, Coro General.

LUCAS
Guárdeos Dios, señor don Luis.

(Alegre vocerío dentro)

Pero ¿qué voces son esas? (Todos se detienen)

ISABEL
¿Qué ocurre?

PEDRO
¿Qué es lo que pasa?

VENTERO
(Que entra por el fondo, seguido de alegres y animados grupos de mozos y mozas)
Señor, con vuestra licencia.
Hoy es día de mi santo,
y lo celebro con fiesta.
Os rogamos que la honréis,
todos, con vuestra presencia,
aunque demoréis la marcha,
unos minutos siquiera.

LUCAS
¿Yo?... ¿Yo?...

ALFONSA
Disimula, hermano.

LUCAS
Tienes razón. (Aparte)
¡Pues empieza! (Al ventero)
Y como las cosas hay
que tomarlas según vengan,
tú vas a cantar, Perico,
y tú también, Cabellera;
y aun es posible que yo
os regale alguna endecha

ANTONIO
Será, como vuestra, fina.

LUCAS
¡Muy fina!

ANTONIO
¡¡Buena!!

LUCAS
¡¡Muy buena!!

VENTERO
¡Vengan aquí las guitarras! (A los músicos)
¡Disponed allí las mesas! (A varios mozos)
Señor, que viváis mil años
gozando salud completa...

ISABEL
¡Ay! (Aparte)

VENTERO
Con dineros sobrados...

LUCAS
¡Gracias!

CABELLERA
(Y sin Cabellera)

(Indicando asientos)

¡Por aquí!

LUCAS
(A su gente) Tomen asiento.
¡Yo lo mando! (a Isabel)
¡Aquí!

(Al Ventero) ¡¡Despeja!!

(Toman asiento en. un grupo a la izquierda: don Lucas entre Isabel y don Pedro; al lado de éste doña Alfonsa, al lado de Isabel don Antonio, y algo más allá Andrea; Don Luis y Carranza aparte. Bandurrias y guitarras a la derecha. Coro General y baile ocupando todo el fondo)

(Música)

(Mozas y mozos, en animados grupos, ocupan casi toda la escena y, según lo va indicando ó permitiendo la marcha del número, ya. bailan, ya cantan, ya comentan lo que ocurre, bulliciosamente, ya se arriman a las tajadas y al mosto que habrá en varias mesas servido. A su debido tiempo van intercalándose en la música las canciones de don Pedro, de Cabellera y de don Lucas, que son como siguen:)

PEDRO
No hay tierra en este mundo
como mi tierra.
Lo mejor de la Mancha
son las manchegas.
¡Ay, dueño mío!
Para pruebas las pruebas
de mi cariño.

CABELLERA
Se lamentaba un lego
—¡anda, moza buena,
turun tun tun!
se lamentaba un lego
con triste voz
de dormir solo.
¡Vaya por Dios!
¡Quién pudiera, en su celda
—¡anda, que es tarde,
turun-tun tun!—
meterle un toro!
¡Vaya por Dios!
Es un lego bastote y estólido,
de cara pésima, de vientre opíparo,
miradas lúbricas y labios flácidos...
¡Ay, leguito, leguito, leguito!
¡Ya verás qué bien vas a dormir!
¡Ay, que sí! ¡Ya verás! ¡Ay, que sí!

LUCAS
Oye, mujer,
mi amante voz;
mensaje fiel
del tierno amor
que te juré.
¡Sueño ideal,
mágica flor,
iris de paz,
loca ilusión!
¡Sólo por ti
muero de amor!

(Gran animación, que va creciendo hasta el final del acto)

CORO
¡Caramba con don Lucas!
¡Qué bien se expresa el tuno,
hablando de mensajes,
de flores y de amor! (Bailan)

HOMBRES
¡Ay!
Baila, mancheguita
de mis entretelas,
con toda la gracia
que el cielo te dio!

MUJERES
¡Ay!
¡Alza, corre y vuela,
con las seguidillas,
que estarás, de fijo,
más hermosa así!

HOMBRES
¡Ay, mi vida!
¡Cuánto te quiero!
¡Muero por ti!

MUJERES
¡Ay, tunante!
¡Muérete! ¡Muérete
de amor por mí!

CORO
 ¡Ay, que cuando me miras
con toda el alma,
—¡ya lo ves alma mía!—
un afán me da vida
y otro me mata!

CORO
¡Ay, mi gloria!
¡Cuánto te quiero!
¡Muero por ti!
¡Ay, mi vida!
¡Quiéreme! ¡Quiéreme!
¡Como yo a ti!

(Extraordinario bullicio. Mezas y mozos bailan. Don Lucas y su acompañamiento atienden al baile con señales de viva satisfacción. Cabellera baila también. Cuadro muy brillante. —Telón rápido)


FIN DEL ACTO PRIMERO


ACTO SEGUNDO

Patio en un mesón de Illescas. A la derecha, puerta del aposento en que se halla. Isabel. A la izquierda, puerta y ventana alta correspondientes al de don Lucas y doña Alfonsa. Al fondo, puerta grande que da paso a otro patio. Escalera a la derecha que comunica con el piso de arriba, y que desemboca en un trozo de corredor practicable, que figura perderse hacia la derecha. Un pozo a la izquierda. Es de noche.

(Música. —Preludio)


ESCENA PRIMERA

El Mesonero y un Criado del mesón. Después Espolique.

(Hablado)

MESONERO
(Que aparece por la escalera con un farol, y siguiendo al criado, que lleva un saco a la espalda) Anda, hombre, anda. Que si te has de levantar con la del alba, no engordarás con lo que duermas esta noche.

CRIADO
Pienso yo que más me valiera no acostarme.

MESONERO
Haz lo que gustes. Hasta mañana.

CRIADO
(Haciendo mutis por la puerta del fondo) Hasta luego. (Quédase el mesonero pensativo en mitad del pórtico, y a poco entra Espolique por la puerta indicada)

MESONERO
Tú, Espolique. ¿Has vigilado bien?

ESPOLIQUE
(Con aire misterioso) Tres veces anduve ya de puerta en puerta.

MESONERO
¿Y qué?

ESPOLIQUE
Ni el menor ruido.

MESONERO
Pues te repito que se me figura que hay enredo.

ESPOLIQUE
Vaya, buenas noches.

MESONERO
Que duermas sólo de un ojo.

ESPOLIQUE
Descuida. (Vase por el patio. El mesonero va en la misma dirección; pone el olio atento, y con cara satisfecha vuelve a primer término. Dirígese a la puerta de uno de los cuartos y luego a la otra; escucha, dice a su tiempo: «¡Nada! ¡Nadal ¡Mejor!» y después, sigilosamente, sube la escalera y hace mutis por el corredor alto)


ESCENA II

Don Pedro y Cabellera. Aparecen por el fondo izquierda don Pedro, en jubón, sin sombrero y con espada. Cabellera con espada y sin capa.

CABELLERA
¿A dónde vas, señor, de esta manera, (a)
medio desnudo?

(a) D. Pedro, Cabellera.

PEDRO
Calla, Cabellera.

CABELLERA
A las dos de la noche, que ya han dado,
de mi medio columpio me has sacado,
y discurrir no puedo
dónde ahora me llevas.

PEDRO
Habla quedo.

CABELLERA
Si hemos de ir fuera, ya estará cerrada
la puerta principal de la posada.

PEDRO
No ha sido ese mi intento.

CABELLERA
¿Pues a dónde hemos.de ir?

PEDRO
A este aposento.

CABELLERA
Don Lucas aquí duerme recogido,
que se oye en todo Illescas el ronquido;
doña Alfonsa, su hermana,
duerme en otra alcobilla a él cercana.

PEDRO
¿Y el padre de Isabel?

CABELLERA
Duerme a aquel lado,
en aquel aposento. (Señalando hacia el otro patio)

PEDRO
¿Está cerrado?

CABELLERA
Cerrado está; di lo que quieres, ea.

PEDRO
¿Y dónde están doña Isabel y Andrea?

CABELLERA
En esa sala están.

PEDRO
Ven poco a poco,
que la tengo de hablar.

CABELLERA
Si no estás loco,
que has de perder el seso he imaginado;
¿qué es esto? ¿tú, señor, enamorado
de una mujer, que serlo presto espera
de don Lucas?

PEDRO
Sí, amigo Cabellera.

CABELLERA
Ten, señor, más templanza;
¿tú faltar de tu primo a la confianza?
cómo, ¿tú enamorado de repente?

PEDRO
Más anciano es el mal de mi accidente;
siglos há que padezco un mal eterno.

CABELLERA
Yo tuve tu accidente por moderno;
pero si tiene tanta edad, más sabio
quiero saber tu pena de tu labio;
dime tu amor, que ya quiero escucharle.

PEDRO
¿Qué intentas con oírle?

CABELLERA
Disculparle.

PEDRO
¿Me ayudarás después?

CABELLERA
Soy tu criado.

PEDRO
¿Oyenos alguien?

CABELLERA
Todo está cerrado.

PEDRO
¿Tendrás secreto?

CABELLERA
Ser leal intento.

PEDRO
Pues atiende a mi amor.

CABELLERA
Ya estoy atento.

(Música)

PEDRO
Era en Julio caluroso
claro día.
Fue del pobre Manzanares
en la orilla.
Yo mis sueños intranquilos
paseaba,
y ella, ninfa encantadora,
confiaba
los primores de su Cuerpo
a las trémulas caricias de las aguas.

(Hablado)

Una voz me encamina y más me llama.
Piso por las orillas, y tan quedo
que pensé que pisaba con el miedo.
Voy apartando la una y otra rama,
y en el tibio cristal de la ribera
su deidad contemplé de esta manera.
Todo el cuerpo en el agua hermoso y bello
fuera el rostro y en roscas el cabello.
Deshonesto el cristal que la gozaba,
de vanidad al soto la enseñaba.
Mas si de amante el soto la quería,
por gozársela él toda, la cubría.

(Música)

Deslumbrado por la fuerza
del hechizo poderoso,
me detuve de repente,
palpitante de emoción
Tuve celos de aquel agua
que sus formas encubría;
tuve celos de los rayos
que, sin duda, para verla,
como yo,
deslizaba, entre las hojas
de los arboles, el sol.

Recatado, no me vía;
no sabía
que mis ojos la miraban
con la astucia del ladrón.
Y luego, ya cansada
del baño y su frescura,
el agua al fin dejó.
Como estatua de nieve,
por lo pura y hermosa,
de las ondas surgió.
Con la mano de nácar
sujetando el cabello,
dando perla con perla,
tiritando salió.

Un toro, de improviso, salta a la orilla.
Dirígese a su encuentro con furia ciega.
Lanza Isabel un grito. Despavoridas,
huyen entre los arboles sus tres doncellas,
Iba la fiera astada, cual loco rayo,
a acabar con su vida, con su hermosura.
Pero yo con mi acero corté su pasó;
con mi afán amoroso vencí su furia.

Cayó la fiera,
con tanta suerte,
de tal manera,
que ni un bramido le costó la muerte.

Las gracias me dio,
perdón la pedí,
su coche llegó,
marchóse de allí.
;Mi vida con ella se fue!
Desde aquel mismo instante no sé
si yo vivo en ella,
pues sólo por ella quisiera vivir,
ó es ella quien vive,
diciéndome amores, muy dentro de mí.

En vano la buscaba.
Por fin la encuentro.
¡Nadie podrá robarme
su corazón!
Lucharé contra todos
si es necesario,
¡y vencerán a todos
mi fe y mi amor!

(Hablado)

CABELLERA
Tu relación he escuchado,
y por Dios que me lastimo
que se enamore quien tiene
tan lindos cinco sentidos.
¿Tú, señor, enamorado?

PEDRO
¡Es el sujeto divino!

CABELLERA
Y tú muy lindo sujeto;
pero puesto que has venido
a hablar con doña Isabel,
llega falso y habla fino;
pero río andarás muy falso
con don Lucas, que es tu primo,
pues tú la amabas primero,
y él hasta ayer no la ha visto.
Y en llegando a enamorarse
un hombre a todo albedrío,
no hay hermano para hermano,
ni hay amigo para amigo.
Pues si un hermano no vale,
¿cómo ha de valer un primo,
que es parentesco de negros?
Todos están recogidos
los huéspedes del mesón;
¿llamaré?

PEDRO
Llama quedito. (b)
Oye, ¿viste anoche entrar
a un don Luis, que se hizo amigo
de don Lucas?

(b) Cabellera, don Pedro.

CABELLERA
Embozado
tras la litera se vino,
y anoche tomó posada
en el mesón.

PEDRO
¿Y has sabido
a qué viene?

CABELLERA
Galantea
a Isabel, que así lo dijo
su criado a otro criado,
y aqueste criado mismo
a otro criado después
como criado fidedigno
se lo contó, y él a mí;
yo ahora a ti te lo aviso,
que no sirve quien no cuenta
lo que ha visto, y que no ha visto.

PEDRO
Pues con amor y con celos
a un tiempo me determino
a hablar a Isabel.

CABELLERA
Pues manos
al amor. Amo y amigo,
¿llego?

PEDRO
No llegues, espera,
que están abriendo el postigo
por de dentro.

CABELLERA
Dices bien.

PEDRO
¿Qué será?

CABELLERA
No lo he entendido.

(Se retiran hacia el fondo derecha)


ESCENA III

Dichos, Doña Isabel y Andrea, que salen de la habitación de la derecha. Andrea sigue a su señora, que aparece muy agitada. No ven a don Pedro y Cabellera hasta que lo indica el diálogo.

ISABEL
No me detengas, Andrea. (c)

(c) Andrea, doña Isabel.

ANDREA
¿Dónde vas?

ISABEL
A dar suspiros
a los cielos de mis quejas.

ANDREA
Témplate.

ISABEL
No espero alivio.

ANDREA
¿Qué intentas?

ISABEL
Buscar mi padre.

ANDREA
Está ahora recogido.

ISABEL
Ven a despertarle, Andrea,
que no ha de ser dueño mío
don Lucas.

ANDREA
Resuelta estás.

PEDRO
Arrímate.

CABELLERA
Ya me arrimo. (d)

(d) Cabellera, don Pedro.

ANSREA
¿Y si no quiere tu padre?

ISABEL
No es dueño de mi albedrío.

ANDREA
Pues, ¿quién ha de ser tu esposo?

ISABEL
Don Pedro ha de serlo mío,
ó ninguno lo ha de ser;
si no es que desconocido
a Alfonsa quiere.

PEDRO
(Aparte) ¡Pedidme
albricia?, alma y sentidos!

ANDREA
Vuélvete a dormir.

ISABEL
No puedo.

CABELLERA
(Aparte) Cenó poco, no me admiro.

ISABEL
¿En qué aposento hallaré
a mi padre?

ANDREA
No le he vista
recoger, yo no lo sé:
en habiendo amanecido
podrás hablarle.

ISABEL
No alargues
plazos a un dolor prolijo;
don Pedro ha de ser...

(Se encuentra con don Pedro)

PEDRO
Don Pedro, (e)
infelice dueño mío,
ha de ser el que te adore
tan amante y tan rendido,
que han de ser alma y potencias
lo menos que os sacrifico.

(A Cabellera indicándole que se retire)

Cabellera.

(e) Cabellera, Andrea, doña Isabel, don Pedro.

ISABEL y ANDREA
¡Qué aventura!

CABELLERA
Ya me escurro.

ANDREA
Yo le sigo.

(Vanse por el fondo, con cautela ó imponiéndose silencio con el gesto mutuamente)


ESCENA IV

Don Pedro, Isabel.

ISABEL
¿Quién es?

PEDRO
Quien no os ha ganado,
cuando ya os hubo perdido:
el que os ha granjeado a penas,
el que os mereció a suspiro?
el que os solicita a riesgos,
el que os procura a cariños.

(Música)

ISABEL
¡Por Dios, don Pedro,
bajad la voz,
pueden oírnos;
callad, por Dios!

PEDRO
¡Dejad que al menos
suene mi voz
como un eco lejano
del amante latido
de mi fiel corazón!

ISABEL
¡Callad, por Dios!

PEDRO
... Eco lejano
de tierno amor,
vago murmullo,
tenue rumor;
nota dulcísima
de mi pasión,
que brota, pura,
del corazón.

ISABEL y PEDRO
¡Callad, por Dios!
¡Callad por Dios!
...¡Tenue rumor!
...¡Canto de amor!
¿Cómo pretendes, mi dulce dueño,
que estando juntos pueda callar,
cuando me escuchas
con tierno afán:
cuando me miras,
y cuando ya
desvaneciéndose va mi sueño
y convirtiéndose en realidad?

ISABEL
¡Cuánto me quieres! Pero que nadie
nuestro secreto pueda robar.
¡Mírame, mírame,
con tierno afán!
¡También mi sueño
de amores va
desvaneciéndose como una niebla
y convirtiéndose en realidad!

PEDRO
Desde el instante en que salvé tu vida
amor, amor eterno, te juré.

ISABEL
Y yo te quiero, con el ansia toda
del corazón, desde el instante aquel.

PEDRO
¡Ay, mi Isabel! (Abrazados)

ISABEL
¡Calla, por Dios!

PEDRO
¡Juntos, mi bien!

ISABEL
¡Juntos los dos!

PEDRO
¡Oye mi voz!

ISABEL
¡Calla, por Dios!

PEDRO
...¡Tenue rumor!
...¡Himno de amor!

ISABEL
¡Calla!...

PEDRO
¡Mi encanto, mi bien, mi vida!

ISABEL
...Que por mis venas circula fuego!

PEDRO
¡Qué hermosa debes tener el alma!
¡Qué satisfecha si ve tu cuerpo!
Tu fresca boca,
tus ojos negros...
¡mi luz!

ISABEL
¡Te quiero!

PEDRO
Tu pie menudo,
tu talle esbelto...
¡mi bien!

ISABEL
¡¡Te quiero!!

PEDRO
Tu frente pura,
tu casto seno...
¡mi amor!

LOS DOS
¡¡Te quiero!!

ISABEL
¡Calla por Dios!

PEDRO
¡Oye mi voz!

LOS DOS
¡Mágica voz!
¡Tenue rumor!
¡Himno de amor!

ISABEL
...De amor!

PEDRO
...De amor!

LOS DOS
¡¡De inmenso amor!!

(Hablado)

ISABEL
¡Ay, don Pedro! Ved que estamos...

PEDRO
Templar la voz no resisto,
que ésta es la voz de mi amor,
y está mi amor encendido.

ISABEL
Señor don Pedro, si oísteis
la verdad del dolor mío,
si aun no os ha costado un ruego
la compasión de un cariño,
no os llaméis tan infeliz,
pues antes de haberos dicho
todo el amor que os profeso
lo tuvisteis por sabido.
Yo sí que soy desdichada,
pues os quiero, y lo repito,
y estando vivo el amor
tengo a los celos más vivos.
Ya habréis templado con verme
el mal de no haberme visto;
este sí es mal, pues que tiene,
viéndoos más, menos alivio.
Doña Alfonsa ha de ser vuestra;
con que viene a ser preciso
que no lo pueda yo ser
ni pueda llamaros mío.
Mirad, pues, cuál de los dos
el más infeliz ha sido,
pues vos lográis un amor
y yo unos celos concibo.

PEDRO
¿Yo, Isabel, no tengo celos,
yo, decís vos, que me libro
de una verdad, que la cubro
con la sombra de un indicio?
¿No es la flor Clicie, don Luis,
que constante a los peligros
está acechando los rayos
de vuestro Oriente vecino?
¿No viene a amaros, señora?
¿No viene tras vos? ¿No he visto
que os quiere?

ISABEL
¿Y quién es el sol?
No con falsos silogismos
me arguyáis, cuando estáis vos
respondiéndoos a vos mismo.
Si soy sol, como decís,
¿cuándo mis rayos no han sido
para desdeñarle ardientes,
y para abrasarle tibios?
*¿Que os daña a vos que él me quiera,
*pues veis que yo no le estimo?
*Mucho más florece el premio
*de la competencia al viso.
*A1 clavel quiere la rosa,
*y él está desvanecido
*de ver que le hayan premiado
*en competencias del lirio.
*Olmo que abrazó a la yedra,
*está más agradecido
*de ver que siendo él distante
*se olvidase del vecino.
*Así, ¿qué importa que amante,
*constante, atento y activo
*me quiera don Luis a mí,
*si con ver un amor mismo
*en los dos, con ser a un tiempo
*tan constantes como finos,
*sois el preferido vos,
*y es él el aborrecido?

PEDRO
Luego aunque me quiera a mí
doña Alfonsa, no hay indicio
para celos.

ISABEL
Sí le hay;
porque vos no me habéis dicho
que no la queréis; y yo,
que aborrezco a don Luis, digo.

PEDRO
Pues yo sólo os quiero a vos.

ISABEL
No me halaguéis, os suplico,
con la pasión, si después
me matáis con el olvido.


ESCENA V

Dichos, Andrea y Cabellera por el fondo. (f)

(f) Doña Isabel, Andrea, don Pedro, Cabellera.

ANDREA
(A media voz) ¡Eh! ¡Señores!

CABELLERA
¡Ojo alerta!

PEDRO
¿Qué es lo que dices?

ANDREA
(Señalando hacia el otro palio) Que miro
abrir aquel aposento.

PEDRO
¿Cuyo es?

ANDREA
El de don Luisillo.

PEDRO
¿Dónde irá?

ANDREA
Habrá madrugado
para tomar el camino
antes que amanezca. (Sube al fondo)

CABELLERA
Es cierto.

ISABEL
Pues, señor, yo me retiro,
no me vea.

PEDRO
Bien elijes.

CABELLERA
Acabad, cuerpo de Cristo,
que está don Luis en el patio.

ISABEL
(A Andrea)
Pues yo me voy, ven conmigo.

CABELLERA
Señor, entra tú también,
porque don Luis ha salido,
y puede verte al pasar
a tu aposento, y colijo
que no puede juzgar bien
de verte a esta hora vestido.

ISABEL
Mirad, don Pedro...

PEDRO
¿Qué importa
que esté un instante contigo
en tanto que este don Luis
sale fuera?

ANDREA
Bien ha dicho:
luz tienes, y eres honrada,
que él te quiere bien he oído,
y los que son más amantes
son los menos atrevidos.

ISABEL
Pues cierra.

ANDREA
La puerta cierro.

PEDRO
(A Cabellera)
Tu quédate aquí escondido,
pues no importa que te vea.

CABELLERA
Obedecerte es preciso.

ANDREA
Lo dicho, dicho, lacayo.

CABELLERA
Fregona, lo dicho, dicho.

(Entranse en el aposento de doña Isabel los tres, y queda Cabellera en el patio)


ESCENA VI

Don Luis, Carranza, y Cabellera. (Aquellos aparecen por el fondo izquierda. (g)

(g) Carranza, don Luis.

CARRANZA
A media noche, señor,
¿dónde vas?

LUIS
Nada te espante,
voy a intimar a mi amante
la justicia de mi amor.

CARRANZA
No alcanzo tu pensamiento.

LUIS
Huella quedo.

CARRANZA
¿No dirás
a dónde a estas horas vas?

LUIS
Solicito su aposento.

CARRANZA
Ten cordura, ten templanza;
¡que esto un hombre cuerdo intente!
¿Y si don Lucas te siente?

LUIS
No me aconsejes, Carranza.

CARRANZA
De verla no es ocasión.
Esta en que la vas a hablar,
sólo es hora de buscar
a la moza del mesón.

LUIS
No me aconsejes, Carranza, (h)
por última vez te digo.
¡Ve que mi amor va conmigo,
y que es mi sola esperanza!

(h) Don Luis, Carranza.

CARRANZA
Si ello ha de ser, vamos, pues.
Mitiga tu sentimiento.

LUIS
¿Sabes cuál es su aposento,
Carranza amigo?

CARRANZA
(Señalando el de don Lucas y doña Alfonsa)
Este es.
Anoche se recogió
en este aposento.

LUIS
Di.
¿Estás cierto, cierto?

CARRANZA
Sí.

LUIS
Pues llama.

(Carranza llama a la puerta del aposento indicado)

LUIS
¿Responden?

CARRANZA
No.

LUIS
Pues déjame; yo la llamo.

CARRANZA
¿Cómo?

LUIS
Con habilidad;
no hay amor, si es de verdad,
que no responda al reclamo.

CARRANZA
¿Con tu canción?

LUIS
¡Mi canción!
¡Pájaro de dulce trino
que ha de encontrar el camino
que lleva a su corazón!

(Música)

(Llégase don Luis debajo de la ventana indicada, y cauta, mientras Carranza atisba por el patio)

Oye con el alma mi voz,
que así sabrás
cómo te celebra mi amor;
¡todo ilusión!
¡todo pasión!
Y entre mis palabras oirás
como el palpitar
de mi corazón.

Mujer de mi ensueño, di:
«¡Sólo por ti
vivir querré!»
¡Sólo por mí!
Para contemplarte, mi bien,
me arrodillaré
delante de ti.

Sal a mi reclamo de amor,
de tierno amor,
astro más brillante que el sol,
de resplandor
deslumbrador.
Ven, que entre mis brazos serás
la reina ideal
de mi corazón.

Mujer de mi ensueño, sal.
¡Celeste hurí!
¡Soy tu galán!
¡Ven hacia mí!
¡Premia mi constante pasión!
¡Te llama mi afán!
¡Te espera mi amor!

(Hablado) (i)

(i) Don Luis, Carranza.

LUIS
Escucha. ¿Qué escuchas?

CARRANZA
Nada.

LUIS
¿Nada?

CARRANZA
La contestación
a vuestra dulce canción
no puede ser más callada. (Pausa)
Luis Otra vez puedes volver
a llamar por si despierta.

CARRANZA
Llamo. (Llama)

ALFONSA
(Dentro) ¿Quién anda en la puerta?

LUIS
¿No ha sido voz de mujer?
¿Quién será?

CABELLERA
Isabel sería.

LUIS
¡Si es Andrea!

CARRANZA
No, señor,
que yo conozco mejor
su voz que la propia mía.

LUIS
Dudoso en la voz estoy.

CARRANZA
No es Andrea, señor.

LUIS
Pues
si no es Andrea, ella es.


ESCENA VII

Dichos y Doña Alfonsa en la ventana. Don Luis háblala siempre a alguna distancia, y la conversación entre ellos mantiénese, durante la parte amorosa, misteriosamente, a media voz. Cabellera, oculto a la derecha. Carranza atisbando por el segundo patio.

ALFONSA
¿Quién llamaba aquí?

LUIS
Yo soy.

ALFONSA
¿Quién sois?

CARRANZA
A verle no acierta.

LUIS
Dueño hermoso de mi vida,
quien os procuró dormida
y os ha logrado despierta;
soy quien con fuego veloz...

ALFONSA
(Aparte)
Que es don Pedro he imaginado:
como habla disimulado
no le conozco en la voz.

LUIS
Trocar procura en caricias
halagos de un solo Dios,
soy el que viene tras vos.

ALFONSA
(Aparte)
¡Es don Pedro: amor, albricias!

LUIS
Soy quien os quiere tan fiel...

ALFONSA
¿Pues cómo, si eso es así,
no me hablasteis cuando os vi?

LUIS
(Aparte)
(Tiene razón Isabel)
No hagáis desatenta enojos
las que obré finezas sabio,
pues lo que dictaba el labio
representaban los ojos.

ALFONSA
Perdonad, que recelé,
(que es desconfiada quien ama),
que mirábais a otra dama.

LUIS
Es verdad que la miré;
pero puesto su arrebol
de esa luz en la presencia,
conocí la diferencia
que hay de la tiniebla al sol.

ALFONSA
Por lisonja tan dichosa
premios mi verdad ofrezca,
mas como yo os lo parezca
no quiero ser más hermosa;
creer quiero lo que decís,
y valerme del consuelo.

CABELLERA
(Aparte)
Doña Alfonsa, vive el cielo,
es la que habla con don Luis;
¡buena es la conversación!
Que es este don Luis ignora;
¡cosa que le diese ahora
algún mal de corazón!

LUIS
Sola una ocasión deseo
en que yo pueda mostrar...

ALFONSA
Don Lucas ha de estorbar
nuestro amor.

LUIS
Así lo creo;
pero podéis estar cierta
que no ha de lograr su intento,
pues cuando este casamiento ..

LUCAS
(Dentro)
¿Hola, quién anda en la puerta? (j)

(j) Cabellera (Oculto) Carranza —Don Luis.

LUIS
¿Quién es?

ALFONSA
Don Lucas, ¿qué haré?

CABELLERA
Sentido los ha por Dios.

LUIS
¿Don Lucas está con vos?

ALFONSA
¿Pues dónde queréis que esté?

LUIS
Daré quejas a los cielos;
¿así premiasteis mi amor?
¿Cómo...?

ALFONSA
¿Qué es esto, señor?
¿De don Lucas tenéis celos?

LUIS
Yo he de ver.

ALFONSA
Tened templanza...

CARRANZA
No es tiempo de hacer extremos.
Vente.

ALFONSA
Adiós; luego hablaremos.

(Vase cerrando la ventana)

LUIS
¿Qué es esto, amigo Carranza?

CARRANZA
En la ceniza hemos dado
con el amor.

LUIS
Ven tras mí.

CARRANZA
¿Sale ya don Lucas?

LUIS
Sí.

CARRANZA
Por Dios que se ha levantado.

LUIS
Perdí famosa ocasión.

(Vanse los dos por el patio)

CABELLERA
Pulgas lleva el don Luisillo,
pero no me maravillo,
que hay muchas en el mesón.
A dormir de buena gana
me fuera; señor, no hay gente,

(Llama a la puerta por donde entró don Pedro)

sal presto; pero detente.


ESCENA VIII

Cabellera y Don Lucas. Este sale por la puerta de la izquierda medio vestido ridículamente, con espada en una mano y luz en la otra.

LUCAS
El diablo está en Cantillana; ¿quién está aquí?

(Ve a Cabellera y él vuelve la cara)

CABELLERA
Ya me vio;
a mi fortuna maldigo.

LUCAS
Hombre ordinario, ¿qué digo?
¿Quién sois, hombrecillo?

CABELLERA
Yo

(Vuelve la cara Cabellera y quiere irse)

LUCAS
¿Qué es yo? con eso no salva
una cuchillada fiera;
diga, ¿quién es?

CABELLERA
Cabellera
al servicio de tu calva.

LUCAS
¿Qué haces aquí? (l)

(l) Cabellera, don Lucas.

CABELLERA
(Aparte) (¿Qué diré?)
Digo, estaba, porque yo...

LUCAS
¿Llamaste a mi puerta?

CABELLERA
No.

LUCAS
¿Pues quién llamó?

CABELLERA
No lo sé.

LUCAS
¿Viste abrir la puerta?

CABELLERA
Sí.

LUCAS
¿Y a quién era lo conociste?

CABELLERA
No, señor.

LUCAS
¿Y a qué saliste?

CABELLERA
Señor, a tu voz salí.

LUCAS
¿Era un hombre el que llamaba?

CABELLERA
Sí, señor.

LUCAS
¿Vístele?

CABELLERA
No.

LUCAS
¿A dónde entró?

CABELLERA
¡Qué sé yo!

LUCAS
¡Esto está peor que estaba!
Discurro; ¿no puede ser
que quien fue, con mal intento,
por llamar a mi aposento
llamase al de mi mujer?
¿Y que el que a llamar se atreve,
luego que abriesen la puerta,
dijera, en viéndola abierta:
acójome acá, que llueve?

CABELLERA
Me valdré de sus manías (Aparte)
como convenga a mi intento.

LUCAS
¡Visitaré su aposento
y haré alguna de las mías!

(Música)

(Don Lucas dirígese hacia la habitación de Isabel, donde se halla escondido don Pedro, y Cabellera le sale al paso)

LUCAS
¡Afuera,
Cabellera!

CABELLERA
Señor, ¿a dónde vas?

LUCAS
¡Afuera,
Cabellera!
¡Atrás!

CABELLERA
¡Señor!

LUCAS
¡Atrás!
¡En busca voy
de mi mujer!

CABELLERA
¡Eso, señor,
no puede ser!

LUCAS
¿Cómo que no?
¿Por qué?

CABELLERA
Por que...

(Sin saber qué decir)

Porque ya quiere amanecer,
y el nuevo sol pronto vendrá,
y en cuanto luzca el nuevo sol
tendremos todos que marchar.

LUCAS
¿Qué más me da,
si es mi mujer? (m)

(m) Don Lucas. Cabellera.

CABELLERA
¡Oye, Señor! (Insistiendo)

LUCAS
¡Vamos a ver! (Cediendo)

CABELLERA
¡Un gran favor
me vas a hacer!

(Llegando a don Lucas hacia la izquierda)

Yo tengo una espada que vale por dos.

LUCAS
En esos asuntos no hay nadie que sepa
las cosas que yo.
¿No es cierto?

CABELLERA
¡Muy cierto!

LUCAS
¡¡Muy cierto!!

CABELLERA
¡Pues oye, señor!

(Sacando la hoja de su espada y mostrándosela)

No hay en toda Sevilla quien sepa
quién hizo esta espada.

LUCAS
¿De veras?

CABELLERA
¡De veras!

(Don Lucas examina la hoja, gravemente)

¡No es mala!

LUCAS
¡No es mala!
¡Pero, si fuera mía
sería
todavía
muchísimo mejor!

CABELLERA
(Muy fino)
En eso, como en todo,
tenéis, señor don Lucas,
muchísima razón.

LUCAS
En cuanto a quien la hiciera
te lo diré mañana.
El diablo está de nuevo
metido en Cantillana
y he de encontrarle yo.

(Procura dirigirse nuevamente a la habitación de Isabel. Cabellera se da una palmada en la frente)

LUCAS
(Volviéndose)
¿Qué pasa?

CABELLERA
Ya me acuerdo
de lo que aquí me trajo.

LUCAS
Me ]o dirás mañana.

CABELLERA
Lo dejas para largo.
Y es tanto mi gusto
y es tanto mi afán,
que de aquí a mañana
no resistirán.
Alguna de tus comedias
quiero conocer, señor.

LUCAS
¿A media noche?

CABELLERA
¡Es verano!
¡Conque, mejor que mejor!
En aquel pozo. Serás allí
como el poeta samaritano.
¡Dime que sí!

(Don Lucas va escuchándole con orgullo y satisfacción)

Cuéntame aquella
maravillosa;
la que ha de hacerse
más de cien días.

LUCAS
¡Si tú supieras!
¡Es tan hermosa! (n)

(Sacando los papeles y leyendo)

«¡Paso de Herodes
con Herodías!»
Mucho lo habrás de aplaudir,
si lo entiendes por acaso.

(n) Cabellera, don Lucas.

CABELLERA
(Dando doble intención a la frase, y diciéndole en voz alta para que pueda entenderla don Pedro)
¡Ahora es tiempo de salir!

LUCAS
¿Quién ha de salir? (Receloso)

CABELLERA
¡El paso!

LUCAS
Sale Herodes...

CABELLERA
(Don Pedro no sale)

LUCAS
¿Qué decías?

CABELLERA
Estaba en Herodes.

LUCAS
Sale a escena con regia corona
y espuelas doradas y manto de corte.
Salen luego dos niños, tres niños,
quince, veinte, doscientos, trescientos...

CABELLERA
¿Cómo salen? ¿en grupos?

LUCAS
¡Qué en grupos!
¡En paños menores, y todos a un tiempo!
¡Herodes chilla!

CABELLERA
(Don Pedro calla)

LUCAS
¡Chillan los niños!

CABELLERA
(¡No hay quien nos valga!)

LUCAS
Sale Herodías...

CABELLERA
¿También?

LUCAS
¡Verás!

CABELLERA
(Y este don Pedro,
¿cuándo saldrá?)

LUCAS
¡Y es tan patética la situación!

CABELLERA
(¡Qué situación!)

LUCAS
Dícense cosas aquí tan bellas
de mar, estrellas,
flores y sol,
que ha de quedarse todo el senado
patidifuso y atortolado...

CABELLERA
Y boquiabierto.

LUCAS
¡Lo has acertado!
¡Como con todo lo que hice yo!

CABELLERA
Lope va a quedarse así, tamañito.
(¡Pero este don Pedro!...)

LUCAS
¿Verdad, Cabellera?
¡Mira que son cosas las que se me ocurren!
¡Qué grandes!

CABELLERA
¡Qué grandes!

LUCAS
¡Qué buenas!

CABELLERA
¡¡Qué buenas!!

LUCAS
¡Tú me comprendes!

CABELLERA
(¡Tú no me entiendes!)

LOS DOS
¡Yo no sabía
lo que valías!
¿Verdad que no?

LUCAS
¡Eres el fénix
de los criados!

CABELLERA
¡Eres el fénix
de los poetas!

LOS DOS
¡Vales por dos!

LUCAS
¡Tú me comprendes!

CABELLERA
¡No cabe más!

LUCAS
¡Eres el fénix de los criados!

CABELLERA
¡Eres el fénix de los poetas!

LUCAS
¡Dame esa mano!

CABELLERA
¡Tómala ya!

LOS DOS
¡Aprieta! ¡Aprieta!
¡No cabe más!
¡¡No cabe más!! (ñ)

(ñ) Don Lucas, Cabellera.


ESCENA IX

Dichos, Don Pedro y Andrea.

(Hablado)

(Don Pedro y Andrea aparecen cautelosamente, abriendo la puerta de la habitación de Isabel)

PEDRO
Ahora a salir me obligo,
aunque allí está.

ANDREA
¿Sales?

PEDRO
Sí.

CABELLERA
(Invitando a don Lucas a que continúe)
¡Sigue, señor!

LUCAS
Sigue así.

(Dispónese a continuar la lectura cuando oye el ruido de la puerta, y se vuelve hacia ella rápidamente)

¿Quién anda en aquel postigo?

(Al verse descubiertos Andrea y don Pedro cierran aprisa)

PEDRO
Ya me vio. Cierra la puerta.
¡Cierra!

LUCAS
¡Ah, cielos! ¡Desdichada!
¿Conmigo la hacen cerrada?
¡Pues yo la he de hacer abierta! (o)

(o) Cabellera, Don Lucas.

(Pasa Don Lucas a recoger la luz y la espada que dejó sobre el pozo)

CABELLERA
(¡Vive Dios que no salió!)

LUCAS
Cabellera.

CABELLERA
(¡Y ha de hallarle!)
¿Quieres entrar... a matarle?
¡Responde!

LUCAS
¡Si... digo, no!
Llama a la puerta.

(Cabellera llama)

ANDREA
(Dentro) ¿Quién llama?

LUCAS
¿Esta es la criada?

CABELLERA
Sí.

LUCAS
¡Hola, criada; abre aquí
al marido de tu ama!

ANDREA
(Abriendo)
¡Entrad!

LUCAS
(A Cabellera)
Entra tú primero;
morirá a fe de cristiano.

CABELLERA
Pon la daga en la otra mano
y dame ese candelero.
que yo he de morir contigo.

(Dale don Lucas la luz a Cabellera)

LUCAS
Esa luz puedes llevar.

CABELLERA
(Aparte)
Así lo he de remediar.
¿No me sigues?

LUCAS
Ya te sigo.

CABELLERA
Voy enojado.

LUCAS
Voy ciego.

CABELLERA
(¡Adelante industria mía!)

LUCAS
¡Adulterio el primer día!
¡Entre bobos anda el juego!
Alumbra, mozo.

CABELLERA
(Levantando la luz para que pueda entrar don Lucas)
Ya alumbro.

LUCAS
(Desde el umbral)
¿Quién está en este aposento?


ESCENA X

Don Lucas, Cabellera y Doña Isabel.

ISABEL
(Que aparece en la puerta de su habitación, haciendo retroceder a don Lucas)
¿Qué es esto, señor don Lucas?
¿Cómo vos tan descompuesto
alteráis de mi quietud
el recatado silencio?

LUCAS
¿Qué hacéis, Isabel, vestida
a estas horas?

ISABEL
En el lecho
desvelada, y no desnuda,
estaba esperando el tiempo
de partir; y vos airado
y ciego, ¿cómo resuelto
os entráis desta manera?

LUCAS
¿Y qué hombre estaba ahí dentro?

ISABEL
¿Estáis en vos?

LUCAS
Sí, señora.
Franquead vuestro aposento
y le he de ver de pe a pa;
alumbra, hermano; miremos
detrás de aquella cortina.

CABELLERA
Has dicho muy bien, yo llego.

(Cae en el suelo Cabellera fingiendo que tropezó y mata la luz)

¡Jesús!

LUCAS
¿Qué ha sido?

CABELLERA
Caer,
y matar la luz a un tiempo.

LUCAS
Trae otra.

CABELLERA
Tengo quebrado
un pie; sal, señor.

(Sale don Pedro valiéndose de la obscuridad, andando a tientas, y procurando ganar la puerta del fondo)


ESCENA XI

Dichos y Don Pedro.

PEDRO
Yo pruebo
a salir, puesto que ahora
no hay luces.

LUCAS
¡Ah, mesonero!
¡Venga pronto! ¡Traiga luces!
Cerrar la salida intento,
no sea que estando a obscuras
se salga el que está acá dentro...

(Va hacia la puerta del fondo y llega a ella al misino tiempo que don Pedro. Tropieza con este y le coge de un brazo fuertemente)

ISABEL
¡Válgame Dios! ¿Qué he de hacer?

LUCAS
¿Quién anda aquí?

PEDRO
(Aparte) ¡Vive el cielo,
que he topado con don Lucas!

LUCAS
Topé un hombre.

CABELLERA
(Aparte) Peor es esto,
porque al salir es, sin duda,
que ha topado con don Pedro;
quiero decir que soy yo,
y llegarme. (Llégase cara con cara con su amo)

LUCAS
Diga luego
quién es.

CABELLERA
Yo, que voy por luces.

LUCAS
Mentís, que es de mejor pelo
a quien yo. tengo.

CABELLERA
Señor,
yo soy.

LUCAS
Ahora lo veremos.
¡Luces! (Impacientándose)
¿Andan los demonios
en el mesón?

(Hace fuerza don Pedro para soltarse)

Estaos quieto.


ESCENA XII

Dichos, Don Luis y Doña Alfonza (p). Aparecen con luces, doña Alfonsa por la puerta de su habitación y don Luis por la del patio.

(p) Andrea, Doña Isabel, Cabellera, D. Pedro, D. Lucas, D. Luis, Doña Alfonsa.

ALFONSA
Luz hay aquí.

LUIS
Y aquí hay luz.

ISABEL
¿Qué miro? ¡Válgame el cielo!

LUCAS
Verbum caro factum est:
¿Qué buscáis aquí, don Pedro?

PEDRO
Señor, mirar por tu honor,
y mirar por lo que debo:
mirar que tú eres mi sangre.

LUCAS
Dejad esos miramientos,
y decid, ¿qué hacéis aquí?

LUIS
Vaya, responded, don Pedro.

LUCAS
¿Quién os mete en eso a vos?
¿sois mi sombra, caballero?

LUIS
Soy vuestra luz, pues la traigo.

LUCAS
Pues llevaos la luz, os ruego,
que yo no la he menester.
¿A dónde vais?

LUIS
A Toledo.

LUCAS
Pues yo me vuelvo a Madrid
solamente por no veros.

LUIS
Sois ingrato, ¡vive Dios!
(Vase despechado por donde vino)


ESCENA XIII

Dichos, menos Don Luis.

ALFONSA
Don Lucas, decid, ¿qué es esto?

LUCAS
Don Pedro estaba encerrado.

ALFONSA
¿Y vos le hallásteis?

LUCAS
Yo mesmo

ALFONSA
¿Pues a qué entró?

LUCAS
¿Qué se yo?

ALFONSA
¿Quiere a Isabel?

LUCAS
Lo sospecho,
pues yo le he hallado escondido
ahora.

ALFONSA
¡Válgame el cielo! (q)

(Hace como que la da el mal de corazón. Al ir a desvanecerse acuden en su auxilio don Lucas y don Pedro, y doña Alfonsa cae en brazos de éste)

(q) Andrea, Doña Isabel, Cabellera, D. Pedro, Doña Alfonsa, D. Lucas.

CABELLERA
Dióle el mal.

LUCAS
(A Cabellera) Tenia esa mano,
y tírala bien del dedo
del corazón. ¿No hay quien traiga
manteca?

ISABEL
Sí, yo la tengo.

LUCAS
Pues id por ella.

ISABEL
Yo voy.

(Aparte)

Llamaré de allí a don Pedro.

(Vase con Andrea puerta derecha)


ESCENA XIV

Dichos, menos Isabel, Andrea y poco después Don Lucas.

CABELLERA
¡Qué gran mal! ¡Pobre señora!

LUCAS
¿Veis, primo, lo que habéis hecho?

(A Cabellera)

Tómala esta mano así,
porque voy a mi aposento
por la uña de la gran bestia, (r)

(Vase, y Cabellera tómala la mano)

(r) Don Pedro, doña Alfonsa, Cabellera.

CABELLERA
Ponga su uña, que es lo mesmo.

PEDRO
¿Fuese?

CABELLERA
Sí.

PEDRO
¿Qué hemos de hacer?

CABELLERA
Luego trataremos deso;
requiebra a la desmayada
(si entra don Lucas) más tierno
porque crea que la quieres,
que esto importa.

PEDRO
Y eso intento.

CABELLERA
Pues ya viene.

PEDRO
Doña Alfonsa,
mi luz, mi divino cielo...
¡A vos os quiero, señora!


ESCENA XV

Don Pedro, Cabellera, Doña Alfonsa y Doña Isabel.

ISABEL
(Entrando)
¿Qué es lo que escucho?

PEDRO
(Sin verla, a doña Alfonsa)
Creed esto:
el alma sois por quien vivo
y la luz sois por quien veo.

ISABEL
Pues oye, traidor y falso...

CABELLERA
(Viéndola)
¡Santo Dios!

ISABEL
Yo te prometo
que he de pagarte en venganzas
cuanto cobro en escarmientos.
Don Luis ha de ser mi esposo,
porque, aunque yo le aborrezco,
por vengarme de ti a gusto
vengarme en mí misma apruebo.
¡Adiós!

PEDRO
Espera, ¡señora!

(Pasa a doña Alfonsa a brazos de Cabellera, y va tras Isabel, que se detiene)

¡Escúchame!

ISABEL
¡No te creo!

CABELLERA
¡Si aqueste desmayo fuera
fingido, estábamos buenos!

PEDRO
¡Si sólo te adoro a ti,
si a doña Alfonsa aborrezco!...

ALFONSA
(Desasiéndose rápidamente de los brazos de Cabellera, que se queda asombrado)
Pues vive el cielo, cruel,
falso, ingrato, lisonjero,
que has de decir de las dos
a cuál adoras, supuesto
que a ella le mientes finezas
y a mí me finges requiebros.

CABELLERA
No. Si yo ya lo decía:
¡todo el infierno anda suelto!

ALFONSA
¿Estas eran las finezas
conque ha poco en mi aposento
dijiste que me adorabas?

PEDRO
¿Yo en tu aposento?

ISABEL
¿Qué es esto?
Hoy has de probar mis iras.

ALFONSA
¡Hoy has de ver tu escarmiento!

PEDRO
Doña Alfonsa...

ALFONSA
No te escucho.

PEDRO
Doña Isabel...

ISABEL
Soy de fuego.

PEDRO
Mirad...


ESCENA XVI

Dichos y Don Lucas

LUCAS
¡Ya está aquí la uña!

CABELLERA
La bestia ha llegado a tiempo.

(Iníciase en este momento la música en la orquesta, y va creciendo convenientemente hasta que estalla en el final del acto, y destacando siempre las frases que en escena se pronuncian. Los personajes todos van de un lado para otro, cruzando la escena en todas direcciones y en agitación creciente, procurando que los versos que a cada uno corresponden vengan a decirlos en sitio oportuno para que se oigan con claridad)

LUCAS
¿Estás sosegada?

ALFONSA
No.

LUCAS
¿Pues qué sientes?

ALFONSA
Un desprecio.

LUCAS
¿Qué es esto, Isabel?

ISABEL
No sé.

LUCAS
Tú, di tu mal.

ALFONSA
Soy de hielo.

LUCAS
Tú, dime tu pena.

ISABEL
Es grande.

LUCAS
¿No hay remedio?

ISABEL
Es sin remedio.

LUCAS
Don Pedro, dime, ¿qué sientes?

PEDRO
No tiene voz mi tormento.

LUCAS
¿No lo he de saber?

ALFONSA
Sabráslo.

LUCAS
¿No me lo dirás?

ISABEL
No puedo.

LUCAS
Isabel, a la litera;
Alfonsa, el coche está puesto;
Pedro, el rucio está ensillado;
en Cabañas nos veremos.

ALFONSA
¡Quejas, que muero de amor!

ISABEL
¡Iras, que rabio de celos!

LUCAS
¡Honra, que andáis titubeando!

PEDRO
¡Dudas, que andáis discurriendo!


ESCENA XVII

Dichos, Mesonero, Espolique, Mozas y Mozos del mesón.

MESONERO
(Por la escalera)
¿Quiénes chillan de este modo?

LUCAS
¡Mesonero!

PEDRO
¡Mesonero!

CABELLERA
Este escándalo...

ISABEL
Esta burla...

ALFONSA
Esta confusión...

MESONERO
(Bajando) ¡Silencio!

LUCAS
¡Más calma, que me atortolan!

MESONERO
(Ya abajo)
¡Más luces, que no los veo!
¡Blasa! ¡Tecla! ¡Roque! ¡Todos!

(Aparecen por la escalera y por el patio, Espolique, Mozas y Mozos con luces)

MOZAS y MOZOS
¿Qué sucede?

ESPOLIQUE
¿Qué es aquesto?

PEDRO
¡Que yo estallo!

CABELLERA
¡Que yo río!

LUCAS
¡Que yo mato!

ALFONSA
(A Isabel) ¡Que yo muero!

LUCAS
Pero yo lo sabré todo,
¡que entre bobos anda el juego!

TODOS
¡¡En la venta está el diablo
y entre bobos anda el juego!!

(Siguen paseándose agitadamente. Animación extraordinaria. —Telón rápido)


FIN DEL ACTO SEGUNDO


ACTO TERCERO

En el cigarral de don Lucas. Jardín frondoso y elegante. A la derecha tina casita blanca con puerta, dos rejas laterales y balcón en el piso principal. Hacia la izquierda un escenario improvisado, de frente al público, cuya embocadura aparece tapada por un precioso tapiz a manera de telón. Detrás de este escenario se verá otra casita. Hacia el fondo desemboca en escena un ancho paseo que figura dar acceso al jardín desde el exterior de la finca. Toledo en último término. Es de día.


ESCENA PRIMERA

Damas y Caballeros, amigos de Don Lucas, Coro General.

(Música)

CORO
(Paseando en grupos)
Bien puede don Lucas
lucir con orgullo,
en lugar de su propio apellido
el apellido nuevo y flamante
del Cigarral.
Cigarral más hermoso que el suyo
no conocí jamás.

¡Qué vistas descubre
del monte y la vega!
¡Qué espléndidos arboles
dan su sombra aquí!
¡Qué lujo de fuentes.
qué lujo de flores
en las caprichosas
calles del jardín!
La finca es soberbia
sin galas ni adornos;
vestida de fiesta
parécelo más.
Hoy luce sus galas
en pro de su dueño
y aguarda el ansiado
cortejo nupcial.

HOMBRES
Hay quien dice, sin embargo, que la boda
se pudiera interrumpir.

MUJERES
¿Y por qué?

HOMBRES
Yo sé tan sólo lo que dicen
y aseguran por ahí.

ELLOS
Nadie ignora qué don Lucas...

ELLAS
Es un tronco carcomido...

ELLOS
Es un árbol ya sin hojas,
y no hay pájaro que quiera
fabricar en él su nido.

ELLAS
Nadie ignora
que Isabel es un rosal
siempre en flor,
que prodiga con encanto celestial
su perfume embriagador.
¡Y es de ley que casen mal
con las ramas carcomidas de los arboles ya viejos
los capullos y las flores del rosal!

ELLOS
¡Pobre Isabel!

EELLAS
¡Pobre Isabel!

TODOS
¡Válgame Dios!
¡Santo Cristo de la Vega!

ELLAS
¡De trance tal
libera nos!
Nadie ignora que don Pedro...

ELLOS
Es un árbol muy florido...

ELLAS
Muy hermoso, muy lozano,
y una tórtola quisiera
fabricar en él su nido.

ELLOS
Nadie ignora
que Isabel es un rosal,
siempre en flor,
que prodiga con encanto celestial
su perfume embriagador.
Y parece natural
que se cuelguen de las ramas de los arboles lozanos
los capullos y las flores del rosal.

ELLAS
¡Pobre don Lucas!

ELLOS
¡Pobre don Lucas!

TODOS
¡Válgame Dios!
¡Santo Cristo de la Vega!

ELLOS
¡De trance tal
libera nos!
¡Pobre don Lucas!

ELLAS
¡Pobre Isabel!

TODOS
¡Válgame Dios!
¡Santo Cristo de la Vega!
¡¡De trance tal
libera nos!!

(Oyese de lejos un alegre vocerío, que va acercándose, música de tamboril y gaita y ruido de campanillas y cascabeles)

CORO
¡Rumores se escuchan!
¡Ya deben venir!
¡Ya suenan alegres
¡gaita y tamboril!

(Mirando hacia el fondo)

¡Ya vienen! ¡Ya vienen!
¡Miradlos allá!
¡Ya llega el ansiado
cortejo nupcial!

VOCES
(Dentro)
¡Que viva la novia,
la flor más preciada de rico pensil!
¡Que viva don Lucas
mil años y mil!

(Crece el vocerío dentro)

CORO
(En escena)
¡Llegando están!
¡Ya están aquí!
¡Que viva la novia,
la flor más preciada de rico pensil.
¡Que viva don Lucas
mil años y mil!

(Gran algazara dentro y fuera. Vivas repetidos


ESCENA II

Doña Isabel, Doña Alfonsa, Andrea, Don Lucas, Cabellera, Don Luis, Don Pedro, Don Antonio, Damas y Caballeros, Aldeanos y Aldeanas, que siguen a la comitiva nupcial por el fondo izquierda. —Aparece Isabel en la litera, don Lucas a caballo, Cabecera lo mismo, llevando en las andas a Andrea. Detrás don Luis conduciendo de la mano a doña Alfonsa. Aldeanos y aldeanas dan muestras de su regocijo, tirando Aquellos los sombreros al aire y haciendo todos vivas muestras de júbilo y simpatía. Los convidados salen al encuentro de don Lucas y de su acompañamiento.

LUCAS
Gracias, mil gracias, nobles amigos,
os da don Lucas del Cigarral.
¡Salga la novia de su litera!

ISABEL
(Que sale seguida de doña Alfonsa)
¡Gracias, señores!

CORO
¡Cuán linda está!

(Don Pedro y don Antonio, que figuran haber llegado antes, salen de la casa al encuentro también de la comitiva)

LUCAS
Gracias...

CABELLERA
¡Mil gracias!

LUCAS
...nobles amigos.

CORO
¡Viva don Lucas del Cigarral!

(Pausa en la orquesta. Cuadro)

PEDRO y ANTONIO
¡Qué pálida está!

CORO
¡Qué preciosa es!

ANTONIO
(A don Lucas)
¡Si queréis bajar!...

(Le ofrece su mano y don Lucas desmonta)

PEDRO
(Aparte)
¡Valor, Isabel!

CABELLERA
(Ayudando a bajar a Andrea )
¡Venga uced pa acá,
tarrito de miel!

PEDRO
(A Isabel) (a)
¡Mi mano os brindo!

(a) Damas y Caballeros, Andrea, Cabellera, Don Pedro, Isabel, Doña Alfonsa, Don Luis, Don Lucas, Don Antonio.

LUIS
(A doña Alfonsa)
¡Tomad la mía!

PEDRO
Vamos adentro.

ALFONSA
(Voy consumida)

(Entran en la casa. Andrea les sigue. Los convidados hacen reverencias a las damas al pasar éstas entre ellos . Desaparece Cabellera, llevándose las caballerías. Don Antonio y don Lucas bajan a primer término, Tamboril y gaita siguen sonando estrepitosamente)

MUJERES
¡Es un encanto!

HOMBRES
¡Cuán linda es!

TODOS
(A don Lucas)
¡Cuán dulce esposa
vais a tener!

LUCAS
Gracias, mil gracias, nobles amigos.

ANTONIO
Mil gracias ella también os da.

CORO, LUCAS y ANTONIO
¡Viva la novia, que es un portento!
¡Viva don Lucas del Cigarral!
¡Gracias, mil gracias, nobles amigos,
os da don Lucas del Cigarral!
¡Con toda el alma, nobles amigos,
mil gracias ella también os da!

(Extraordinario bullicio. Nuevos y Repetidos vivas, Siguen tocando la gaita y tamboril hasta que lo indique el dialogo)


ESCENA III

Don Lucas, Don Antonio, Damas, Caballeros, Aldeanos, etc.

(Hablado)

ALDEANOS
¡Vivan don Lucas y su bella esposa!

OTROS
¡Vivan mil años!

LUCAS
¡Basta, amigos míos!
¡En mi alma los ecos de esos vivas
hospedaje tendrán agradecido!
Cállese el tamboril, cese la gaita,

(Cesan de tocar)

que aunque dicen placer y regocijo,
arman tal alboroto, que parece
riña de matrimonio levantisco,
que, chillando a la vez, no se distingue
si la razón es de ella ó del marido.

(Van desapareciendo tamborilero, gaitero y aldeanos. A los invitados, con mucha cortesía)

Y voacedes, señores, entretanto
que comienzan las fiestas que previno
el amor que a Isabel rindió mi alma,
recorred con holgura y sin cumplido
los jardines que fueron mis amores,
hoy por los de Isabel sustituidos.

INVITADO 1º
¡En perfeta salud gocéis mil años
de Isabel, vuestra esposa, los hechizos!

LUCAS
Gracias, gracias... Id breves, que yo tengo

(Señalando a don Antonio)

que decille unas cosas al oído.

(Vanse los invitados esparciéndose en grupos por los jardines)


ESCENA IV

Don Lucas y Don Antonio (b)

(b) Don Lucas, Don Antonio.

ANTONIO
Hablad presto, porque estoy
intranquilo y extrañado...
Os noto apesadumbrado.
¿Qué os pasa de ayer a hoy?

LUCAS
¡Calma, suegro!... Hablaré y mucho,
aunque en palabras concisas,
pues buscaré las precisas
para ser breve.

ANTONIO
Os escucho.

LUCAS
Yo soy, como visto habréis,
lo que se llama un hidalgo,
asperote por de fuera
mas por dentro soy un santo.
Que me alabe perdonad,
pero es natural que hablando
yo mesmo de mí me trate
con muchísimo agasajo.
Tiénenme por muy roñoso
y es verdad, porque declaro
que, a fe mía, no me gusta
lo que gané con trabajo,
tirarlo a tontas y a locas
como si fuese heredado.
Soy viejo, mal mozo y feo,
(en esto la palma gano);
carnes secas, paliducho,
de genio severo y agrio;
mas como tengo dineros
todos me encuentran muy guapo.
A caballo causo asombro,
pues soy jinete afamado,
y una vez puesto en la silla
con las riendas en la mano,
parecemos de una pieza
yo, la silla y mi caballo
*Cazador, certero siempre,
*a oscuras doy muerte a un gamo,
*pareciéndome a los médicos,
*pues vivo de lo que mato.
Por último, al buen callar
dicen que le llaman Sancho...

(Con tristeza)

Debieran llamarle Lucas,
que yo muchas cosas callo,
si bien interinamente,
porque, discreto, las guardo
para decillas en sitios
y ocasiones adecuados...

ANTONIO
(Impaciente)
¡Acabaréis!

LUCAS
¡Ya lo creo!
Y con esta frase acabo.
Viendo que con vuestra hija
me disteis por liebre gato,
no he de casarme con ella
aunque me hicieran pedazos.
Cuando los suegros son turbios
los yernos deben ser claros.

ANTONIO
Eso de turbios, don Lucas,
vive Dios, que lo rechazo.
Caballero y español,
que es ser dos veces honrado,
sabré, desnuda la espada,
pedir cuenta del agravio.

LUCAS
(Conteniéndole)
No desnudéis a doncellas,
que ni es moral ni cristiano,
y contestadme a preguntas
muy apropiadas al caso.
Primeramente. ¿Porqué,
don Luis, doquiera que vamos
sigue a Isabel, y no cesa
de dirigirla vocablos
de amor, que ella escucha siempre
sin enojo y sin enfado?
Segundamente. ¿Por qué
la primera vez que hablamos
en la venta, contestome
con amoroso descaro,
cuando el rubor es más propio
del amor, si ha de ser casto?
Terceramente. ¿Por qué
ese mozuelo fue osado
de quererla hablar anoche
dentro de su mesmo cuarto?

ANTONIO
(Con sobresalto)
Pero, ¿hablola al fin?

LUCAS
No tal;
que mi primillo, velando
por mi honor, pasó la noche
con Isabel encerrado,
por si entraba el majadero
castigar su desacato.
Aunque este lance también
he menester aclararlo,
porque los primos a veces
se interesan demasiado.

ANTONIO
Bien se ve que ese cerebro
es vespertino; más claro:
que está vuestra inteligencia
para hundirse en el ocaso.
Afirmáis que don Luis quiso
entrar, pero que no ha entrado...
Pues si no entró, vuestra honra
no ha padecido quebranto.
Y si por no entrar decís
que no os casáis, yo no alcanzo,
seor don Lucas, lo que haríais
si don Luis hubiera entrado.

LUCAS
Finalmente: yo me entiendo,
y aunque por no hacer escándalo
calla mi lengua a las gentes
lo que a vos he confiado,
si dentro de un hora aquí
no probáis de modo franco
la honestidad de Isabel,
quedará deshecho el trato,
y me abonaréis al punto
cuanto yo hubiere gastado
en muías, litera, coche
y en las fiestas que preparo.

ANTONIO
Por mi honor, que traeré pruebas
suficientes a calmaros.

LUCAS
(Haciendo mutis con don Antonio)
No ha de ser otro el del gusto
y yo he de ser el del gasto,
que entre bobos anda el juego,
y a ser bobo no me allano.

(Vanse fondo derecha)


ESCENA V

Doña Isabel y Don Pedro. Salen de la casa.

ISABEL
Déjame, no me persigas. (c)

(c) Don Pedro, Isabel.

PEDRO
¡Isabel, si por ti muero!

ISABEL
Conmigo fuiste grosero. (d)

(d) Isabel, Don Pedro.

PEDRO
¡Con qué crueldad me castigas!
Por mi honor cien veces juro
que anduviste ciega.

ISABEL
Sí.
Por estar ciega, no vi
que eras aleve y perjuro.
Pero Dios, que tanto amó,
me prestó sus resplandores,
y al darme vista, qué horrores
;á mis ojos presentó.
Me hablaste de tu pasión
en frases que agradecí,
y al apartarme de ti
me hiciste torpe traición,
que a doña Alfonsa juraste,
para calmar su disgusto,
que la prefiere tu gusto
y que en su amor te abrasaste.
¡Abrasado en rojo lecho
cerca de mí yo te viera,
para acrecentar la hoguera
con suspiros de mi pecho!

PEDRO
Es cierto, Isabel amada,
que yo de amores la hablé,
mas todo fingido fue,
para evitar que, enojada,
a don Lucas descubriera
el amor que por ti siento.

ISABEL
¡Y a su lado, en su aposento,
pasaste la noche entera!

PEDRO
¡A su lado!... Yo lo niego,
que contigo la pasé.

ISABEL
Fue breve rato, y no sé
dónde te marchaste luego.

PEDRO
No goces en mi tormento,
que es preciso aprovechar
el tiempo para lograr
impedir tu casamiento.
Sé que de ti soy amado.

ISABEL
¿Lo sabes?

PEDRO
Sí, con ardor;
porque soy buzo de amor
y en tu pecho he penetrado;
en él he visto recelos,
suspiros, ansias, temores...
y sólo el que siente amores
es capaz de tener celos.
Escúchame, dueño amado.
Don Lucas, resuelto al fio,
hoy celebra en el jardín
su matrimonio anhelado,
y ha querido disponer
comedia y juego de cañas,.
que yo con sutiles mañas
en lanzas he de volver,
porque pedí a Benavente,
el poeta celebrado,
un entremés adecuado
a la situación presente,
y de tal forma y manera
veráse pintado en él,
que comprenderá el papel
ridículo que le espera.
Y como él es vanidoso,
por la vergüenza corrido,
mostraráse arrepentido
y no querrá ser tu esposo.
Este es mi plan; si lo apruebas
a la realidad lo llevo.

ISABEL
¡Con toda el alma lo apruebo!

PEDRO
Y en pago de aquestas nuevas,
deja que un beso de amor
la sed calme en que me agito...

(Cogiéndola la mano con mucho cariño y yendo con Isabel hacia la izquierda)

ISABEL
Pero besa muy bajito,
sin que produzca rumor,
porque cuando Dios se entera
de que antes de ir al altar
se deja necia besar
mujer que aún está soltera,
la maldice de contado...

PEDRO
(En voz muy baja)
Ya verás cuán silencioso
va a ser mi beso amoroso...

(Besándola con delirio)

¿Lo ves?... ¡Ni Dios se ha enterado!

(Va a hacer mutis por el primer término izquierda y se detiene al ver a don Luis que sale por el fondo izquierda, dirigiéndose a La casa)


ESCENA VI

Doña Isabel, Don Pedro y Don Luis.

LUIS
Detén tu paso, Isabel.

PEDRO
¡Don Luis! ¡Veré lo que tratan!

(Se oculta detrás de unas ramas a la izquierda)

LUIS
No vengo como otras veces
a hablarte de amor, ingrata,
pero sí a pedirte cuentas
de tu conducta liviana.
Cuando anoche en tu aposento
mi pasión alimentabas...

ISABEL
(Con asombro)
¿Vos en mi aposento?

LUIS
Sí.

ISABEL
Ved que habláis con una dama...

LUIS
Que convirtió en realidades
mis risueñas esperanzas,
puesto que un sí de sus labios,
teñidos en pura grana,
vino a decir que admitía
ser mi esposa idolatrada.
Mas no te importe, que soy
nombre honrado, al que no agravian
las promesas no cumplidas
de mujer traidora y vana.
A Madrid me parto hoy mesmo...
De San Felipe en las Gradas
publicaré tus maldades;
que si las gentes te alaban
por hermosa, es necesario
que te aborrezcan por falsa.

ISABEL
Don Luis, mirad lo que hacéis,
que cuando el honor se mancha
sin justicia, es muy difícil
volverle a su antigua fama.
Con una lengua tan solo
la calumnia se levanta,
y al tratar de destruirla
miles de lenguas no bastan.

LUIS
¡Entró don Pedro en tu cuarto
y salió al romper el alba
que los rayos de la aurora
los malhechores espantan!
Adiós, y el cielo permita
que te veas desdeñada,
que en sed de amores te abrases
y nadie calme tus ansias.

(Intensa risa)

ISABEL
Oye, espera.

LUIS
Voy de prisa,
que han muerto mis esperanzas
y quiero buscar un sitio
donde poder enterrarlas.

(Vase don Luis fondo derecha)


ESCENA VII

Isabel y Don Pedro. Isabel tratando de contener a don Pedro, que sale furiosamente en busca de don Luis.

ISABEL
¿A dónde vas?

PEDRO
A matarle.

ISABEL
Ya la muerte va con él...
Perdónale, dueño mío;
le venciste en buena ley;
quien no sabe perdonar,
¿para qué quiere vencer?


ESCENA VIII

Dichos y Cabellera por la izquierda (e)

(e) Isabel. Don Pedro. Cabellera.

CABELLERA
Vengo a decirte, don Pedro,
que han llegado aquí Juan Rana»,
Antonio Prado v Morales»
la Escamilla y Pepa Vaca,
comediantes preparados
a representar la farsa.

ISABEL
Déjate, que mi presencia
va a infundir desconfianza
como la advierta don Lucas.

PEDRO
Ve con Dios: toda mi alma
te doy.

ISABEL
(Con pasión) Pues junto a la mía
la tendré depositada;
y para que nadie pueda
sin tu permiso quitármela,
yo te entregaré las llaves
en llanto de amor bañadas.

(Vuelve Isabel a la casa)


ESCENA IX

Pedro y Cabellera.

CABELLERA
¿Qué hago de esa gente?

PEDRO
¿Sabes
si se aprendió de memoria
el entremés?

CABELLERA
¡Ya lo creo!
Me le han recitado agora.

PEDRO
Cuanto se refiera al viejo
que lo declamen en forma
de que don Lucas comprenda
que se alude a su persona.

CABELLERA
De aquesto yo te respondo,
porque Juan Rana y su tropa
son el orgullo y la prez
de la comedia española.

(Vase don Pedro fondo derecha)


ESCENA X

Cabellera, la Escamilla, Pepa Vaca, Juan Rana, Morales, Antonio Prado y Parra. Llégase Cabellera hacia el fondo; hace señas a los cómicos y éstos van saliendo a escena uno tras otro por la izquierda, detrás del escenario.

(Música)

CABELLERA
Ha llegado el momento
de que pasen aquí.
Vengan, señores cómicos,
vengan detrás de mí.

PEPA y ESCAMILLA
Pasemos...

RANA y LOS OTROS
Pasemos...

TODOS
Sus pasos sigamos.

CABELLERA
¡Yo seré su guía!

RANA
¡Qué honor para mí!

CABELLERA
¡Para mí!

ELLAS
¡Para mí!

ELLOS
¡Para mí!

COMICOS
¡Magníficos árboles!
¡Precioso jardín!
¡Ay, quién pudiera
vivir aquí!

CABELLERA
¿Verdad que sí?

COMICOS
¿Verdad que sí?

TODOS
¡Ay, ay, ay! ¡Quién tuviera
un cigarral así!

CABELLERA
En aquel tablado
haréis la comedia.

RANA
¡No está mal dispuesto!

PEPA
¡Qué lindo tapiz!

CABELLERA
(A Pepa) ¿Verdad que sí?

PEPA
(A los otros)
¿Verdad que sí?

TODOS
¡Ay, ay, ay! ¡Quién tuviera
un cigarral así!

CABELLERA
Háganme el obsequio
de no alzar la voz,
y escúchenme todos
con gran atención;
porque he de indicaros
cosas de interés
para el desempeño
de vuestro entremés.

COMICOS
¡A ver!
¡A ver!

CABELLERA
Como he de indicarlo mal.
tenéis que escucharme bien.

COMICOS
¡Vamos a ver!

CABELLERA
¡Vamos a ver!

(Colócase Cabellera en medio de los Cómicos. A su derecha Pepa Vaca y dos de aquellos. A su izquierda, Ir Escamilla y los otros dos)

CABELLERA
Es preciso.

COMICOS
Necesario.

CABELLERA
Muy preciso
que deis vida a los papeles,
con tal arte...
con tal maña...

LOS COMICOS DE UN LADO
Con tal arte...

LOS DEL OTRO
Con tal maña...

CABELLERA
Con el juego
de la cara,
la expresión de las miradas
y el tonillo que les deis a las palabras...

COMICOS
(Unos a otros)
Con el juego
de la cara,
la expresión de las miradas
y el tonillo que les deis a las palabras...

CABELLERA
Que comprenda todo el mundo
que concurra a la función,
no la gracia solamente de la obrilla,
sino toda su intención.
¿Entendido?

COMICOS
(A Cabellera)
¡Comprendido!

(Unos a otros)

¿Entendido?
¡Comprendido!

CABELLERA
¡Mucha astucia!
¡Mucha maña!
¡Mucho juego
con la cara!

COMICOS
¡Mucha astucia!
¡Mucha maña!
¡Mucho juego
con la cara!

CABELLERA
¡Eso es!

COMICOS
¡Eso es!

CABELLERA
(Frotándose las manos de gusto)
¡Esto va a salir muy bien!

TODOS
¡Pero muy requetebién!
Y es preciso.
Necesario.
Muy preciso,
que don Lucas se tropiece
con su cuerpo,
con su cara.

LOS COMICOS DE UN LADO
Con su cuerpo.

LOS DEL OTRO
Con su cara

CABELLERA
En el viejo
de la farsa
que ha de ver representada
como copia de sus males, en las tablas.

COMICOS
Con los gestos
de su cara,
la expresión de sus miradas,
y hasta el tono conque ahueca las palabras..

CABELLERA
De tal modo, que comprenda,
presenciando la función,
que es la gracia de la obrilla para todos,
para él solo la intención.
¿Entendido?

COMICOS
(A Cabellera)
¡Comprendido!

(Unos a otros)

¿Entendido?
¡Comprendido!

CABELLERA
¡Mucha astucia!
¡Mucha maña!
¡Mucho juego
con la cara!

COMICOS
¡Mucha astucia!
¡Mucha maña!
¡Mucho juego
con la cara!

CABELLERA
¡Eso es!

COMICOS
¡Eso es!

CABELLERA
(Como antes)
¡Esto va a salir muy bien!

TODOS
¡Pero muy requetebién!
¡¡Pero muy requetebién!!

CABELLERA
Y ahora, síganme todos.

RANA
¡Vamos allá!

CABELLERA
Mira que la función debe
empezar en seguida.

RANA
No quedará por nosotros.
¡Vamos allá! ¡Vamos allá!

(Desaparecen por detrás del escenario, yendo Cabellera a la cabeza de los Cómicos. Mutis en la orquesta queda la escena desierta un momento, y mientras la orquesta continúa. Oyense en seguida alegres rumores dentro, y, como antes, las voces se van acentuando)

VOCES
(Dentro)
¡Viva don Lucas!
¡Viva mil años!
¡Viva la esposa
que Dios le ha dado!


ESCENA XI

Don Lucas, Don Pedro, Don Antonio y Don Luis, seguidos de bullicioso tropel de Damas, Caballeros, por la derecha y Gente del pueblo por la izquierda. Después Isabel, Doña Alfonsa y Andrea por la casa. Sigue la música.

CORO
¡Viva don Lucas!
¡Viva mil años!

LUCAS
Gracias, repito; gracias señores.

CORO
¡Viva don Lucas!

LUCAS
Pero, callaos,
que ya me duelen ambos oídos
de tal estrépito, de vivas tantos.

PEDRO, LUIS y CORO
¡Habrase visto novio más simple!
¡Habrase visto viejo más zafio!

LUCAS
(A don Antonio)
Y permitid que ahora
vaya por Isabel.

ANTONIO
(Viendo aparecer a su hija en la puerta de la casa con doña Alfonsa y Andrea)
Isabel a tu encuentro
acude siempre fiel,

(Va por ella y la trae de la mano al lado de don Lucas)

LUCAS
(Muéstrase satisfecho de verla aparecer, y estando a su lado la dice: (f)
Seréis, hermosa; lo que a Dios plugo.
Tal vez sirena; monstruo quizás.
Pero os confieso, que a pesar mío,
me vais gustando cada vez más.

(f) Aldeanos y Aldeanas. Caballeros y Damas, Andrea. Doña Alfonsa, don Pedro, Isabel, don Lucas, don Antonio.

ISABEL
(¡Virgen de Atocha! ¿qué es lo que dice?
¡qué voy gustándole cada vez más!)

PEDRO
(¡Luz de mis ojos; prenda adorada!
¡Isabel mía! ¡Mía serás!)

ANTONIO, LUIS, ALFONSA, ANDREA y CORO
¡Estos enredos y estos engaños,
ó acaban pronto ó acaban mal!

LUCAS
¡Os juro, hermosa, que a pesar mío,
me vais gustando cada vez más!

ISABEL
(¡Virgen de Atocha! ¿qué es lo que dice?
¡qué voy gustándole cada vez más!)

PEDRO
(¡Luz de mis ojos, prenda adorada!
¡Isabel mía! ¡Mía serás!)

ANTONIO, LUIS, ALFONSA, ANDREA y CORO
¡Estos enredos y estos engaños,
ó acaban pronto ó acaban mal!

CABELLERA
(Saliendo apresuradamente por detrás del escenario)
¡Damas y caballeros!
¡Ya están listos los cómicos!
¡La función va a empezar!

LUCAS
Acomódense todos!
¡Acomódense presto!
¡Acomódense ya!

CORO
¡No tiene poca prisa!
¡Qué modo de gritar!

LUCAS
¡Acomódense todos!
¡Acomódense presto!
¡Acomódense ya!

CABELLERA
¡Ya va!

LOS DEMAS PERSONAJES
¡Ya va!

CORO
¡Ya va!

(Gran bullicio, mientras la gente principal va colocándose en asientos varios que los criados de don Lucas se apresurar a traer. La gente del pueblo grita nuevamente: «¡Viva don Lucas! ¡Viva!», y forma grupos, de pie, en los sitios que marque el director de escena. La colocación general de este cuadro es la siguiente: delante del escenario fingido se sentarán, en tres filas y dando la espalda al público, varias Damas y Caballeros; éstos en la fila de atrás, ó sea la más próxima a la batería. A la derecha del escenario real se colocarán tras tres filas de asientos en sentido vertical desde el fondo al proscenio; en la primera, y contando desde la batería, se sientan don Lucas, doña Isabel,
don Antonio y otras dos Damas; en la segunda doña Alfonsa. Andrea, don Luis y dos Caballeros; en la tercera otras damas. Los demás Caballeros en pie detrás, y en primer término don Pedro y Cabellera. Los Aldeanos se colocan en un grupo, también de pie, detrás de las Damas y Caballeros, y algo más hacia el fondo)

ISABEL
(Estoy temblando ya)

LUCAS
¡Tú a mi lado, Isabel!

PEDRO
(No puedo verla más
de pareja con él)

ANTONIO
(¿Qué va a pasar aquí?)

ISABEL
(Me mata la emoción)

LUCAS
¡Silencio, y a empezar!
¡Que empiece la función!

(Siguen los murmullos de todo el concurso, que van cesando al oírse detrás del tapiz la sinfonía que inician unas guitarras, a las cuales acompaña en seguida la orquesta. Al terminar la sinfonía, escuchada con atención y muestras de complacencia, descórrese el tapiz y empieza fa representación del:


ENTREMES

(Hablado)

En el tablado. Sala de una casa, con el servicio, que se va marcando oportunamente.

Don Roque, Aurora; ésta muy agitada y cerno no queriendo oír a don Roque (g)

(g) Don Roque, Aurora (En el escenario fingido)

AURORA
Digo que aunque me mates le desprecio,
por avaro, ruin, caduco y necio.

ROQUE
No pido que le quieras, lo que pido
es que finjas amor muy bien fingido;
que le hagas carantoñas, que le hables
en concetos tiernísimos y amables;
que le beses su frente despejada...

AURORA
¿Despejada, señor?... ¡No dices nada!
El viejo que se case con doncella,
tendrá la frente como quiera ella.

(En escena. Risas y aplausos )

ANTONIO
(A don Lucas)
¡Donosa es la ocurrencia!

LUCAS
(Malhumorado) Ya lo creo.
Aunque no muy moral por lo que veo.

ALFONSA
La color se me sube a las mejillas.

CABELLERA
(A doña Alfonsa, pero de modo que lo oiga don Lucas)
Esto a los viejos les hará cosquillas.

(A partir de este momento, como no es posible que interrumpan nuevos diálogos semejantes al anterior la representación del «entremés», han de ser suplidos por los gestos, los ademanes y los movimientos de las figuras, para ir marcando el efecto que la obrilla aquella produce en los personajes de la obra principal. A medida que la intención del «entremés» va apareciendo clara, don Lucas va comprendiendo el engaño de que es víctima. Interésase primeramente é impaciéntase luego, hasta que estalla al fin. Los demás personajes le observan contrariados ó alegres, según su respectiva situación. En los momentos oportunos mírale también el Coro, conteniendo a duras penas la risa)


(Sigue el ENTREMES)

ROQUE
Si se ha de morir pronto, criatura:
¿no ves que la vejez no tiene cura?
Ahí viene: ponle cara placentera.

AURORA
Al verdugo mejor se la pusiera.

ROQUE
Voy a marcharme al punto de tu lado,
por si viene enfadado,
pues si darte de palos es su gusto,
estorbar su deseo fuera injusto.

(Se va por el fondo)

AURORA
Yo quedo a tu favor agradecida,
y pidiéndole a Dios que te dé vida.

(Sale don Inocencio (Juan Rana) imitando en la cara, en el traje y en les ademanes a don Lucas del Cigarral; detrás Blasa (la Escamilla) puerta izquierda)

INOCENCIO
Esta es la llave de la puerta, toma, (A Blasa)
A ver mis bueyes y mis vacas parto,
porque en ellos me miro, y porque el ojo
del amo engorda al buey como al caballo.
Que en la casa no entre alma ninguna;
que este tesoro (Haciendo caricias a Aurora)
que el Señor me ha dado,
puesto que de mi bolso le mantengo,
tan sólo yo merezco disfrutallo.

AURORA
¡Tenéis razón, señor: lo mesmo se hace
con la mula, la cabra y el caballo!

INOCENCIO
¡Abrazadme, mi Aurora, que me ausento!

AURORA
(Abrazándole con flojedad)
Volved pronto, señor.
(Aparte) ¡Pero entre cuatro!

INOCENCIO
Esa prueba de amor me da la vida.
Permitidme que os bese.

AURORA
(Aparte) [Cielo santo!
Cada vez que me besa me parece
que me dan de comer carnero rancio.

INOCENCIO
(A Blasa)
Cuidado con mi honor, que cuando vuelva
quiero hallarle total.

BLASA
Decid: si acaso
viniera vuestro primo...

INOCENCIO
¡Dios le libre!
Mas si viene, los dejas encerrados
y sales a buscarme, que mi honra
aquí me hará tornar en cuatro saltos.

(Vase don Inocencio por el foro; salen a despedirle Aurora y Blasa)

Aurora y Blasa.

AURORA
(Cerrando y atrancándola puerta)
Así te coja un toro,
y a mí catorce si tu muerte lloro.

(Volviendo al proscenio)

¡Si es que no puedo verle ni en pintura!

BLASA
Pero avente a razones, criatura...
¿No es tu marido ya?

AURORA
¡Es mi marido!

BLASA
¿No le distes el sí?

AURORA
¡Sí maldecido!
¡No vi palabra que tan corta fuera
y que tantas amarguras me trajera!

(Con embeleso)

¡El primo de mi esposo,
ese sí que es suave y amoroso!
¡Con qué respeto cógeme la mano
y entre las suyas la aprisiona ufano!
¡Con qué respeto me la besa luego
por sus labios echando puro fuego!
¡Con qué respeto abrázase a mi talle
sin pensar en soltalle
hasta que yo, medrosa y aturdida,
cuando va más de un hora trascurrida,
en voz baja le pido
(para no ser oída de su oído)
que me suelte, y él lleno de respeto,
como que no me oye se está quieto.
Y a veces me da un beso dulcemente
seis dedos más abajo de la frente.

BLASA
¿Y entonces tú ahita de ventura
con el beso te quedas?

AURORA
¡Qué locura!
¡A quedarme con él no me resuelvo!
y así, cuando se va, se le devuelvo!
Tú no sabes las noches que me paso...!
¡Igual que centinela puesto al raso!

(Imitando 1a voz de don Inocencio)

«Levántate, por Dios, esposa amada,
que me pongo muy malo de la hijada.
Dame la melecina
que la tos me asesina:
ponle velas al santo, y reza fuerte,
para que alargue el plazo de mi muerte!»
¡Y yo cejo el rosario,
y a la Virgen le pido lo contrario!
¿Es aquesto vivir? ¡Ay, primo hermoso,
tú sí que eres suave y amoroso!

(Aparece Diego (Morales) sobre la ventana: Blasa sube al foro)

DIEGO
¡Hermosa luz de mis ojos! (h)
La puerta halléme cerrada;
pero el alma enamorada,
se ríe de los cerrojos.

(Bajando de la ventana)

¿En dónde está tu marido?

(h) Aurora, Diego (En el escenario fingido)

AURORA
(Con sencillez)
Entre el ganado estará,
pero pronto volverá.

DIEGO
Entonces yo me despido;
porque si le llego a ver
soy capaz de darle muerte,
por hacer triste mi suerte
teniéndote por mujer.

AURORA
Bien mío, no hay que matarle,
porque mi padre asegura,
que presto la sepultura
codiciosa ha de llamarle;
y entonces dicha completa...

DIEGO
¿De veras? ¡Cuánto placer!
¿Y di, qué vamos a hacer
después de la pataleta? (Con mucho regocijo)

AURORA
Pues con sus barbas colgantes
a la fosa se le envía...

DIEGO
¿Se le entierra el mismo día?

AURORA
Si puede ser antes, antes.

DIEGO
Y entre sollozos fingidos...

AURORA
Pero muy bien imitados...

AURORA y DIEGO
¡Le cogemos los ducados
para vivir divertidos!

BLASA
(Muy sofocada)
Tu esposo llega todo acongojado
seguido de un enjambre de mozuelos
con sartenes, peroles y cacillos,
y algunos le apedrean. (A Diego) Huid presto.

DIEGO
La cencerrada es que yo dispuse:
aquesta noche ya no cata el sueño.

INOCENCIO
(Llamando muy agitado a la puerta)
Abridme, Blasa, abridme, doña Aurora,
y sacadme la espada, que deseo
darle fin a esta gente miserable.

BLASA
(Fingiendo que quiere abrir)
La llave está dañada, y no podemos.
Al herrero buscad; mas entretanto
ahí va por el postigo vuestro acero.

(Le da una espada vieja que se halla en un rincón de la casa. Durante este diálogo Aurora y Diego no han cesado de acariciarse)

DIEGO
Divina Aurora, adiós, dadme un abrazo.

BLASA
(Metiendo prisa a Diego en vista de que don Inocencio golpea fuertemente en la puerta)
¡Que ha de tirar la puerta de un porrazo!

(Vase Diego por la ventana)

INOCENCIO
(Dentro y cada vez mas furioso)
¡Que en la mollera me han abierto un siete,
y el alma se me va por el boquete!

(Blasa abre por fin y entran cinco Aldeanos conduciendo a don Inocencio que viene herido; a la puerta se agolpa mucha gente curiosa)

AURORA
¡Entre cinco le traen!... ¡Dios loado,
cuatro pedíte, y cinco me habéis dado!
¡En su sillón dejalle!

ALDEANO 1º
(Dejando, ayudado por los demás, a don Inocencio en un sillón) ¡Y suene agora
la cencerrada, que llegó la hora! (Vase)

(Mientras, Aurora y Blasa acuden a socorrer a don Inocencio dándole a beber un vaso de agua, se oye una cencerrada estrepitosa)

(En escena)

(Don Lucas que se ha puesto en pie al empezar la cencerrada, y al cual han estado sujetando Isabel, don Antonio y algunos de los invitados, no puede contenerse al fin, y se abre paso entre el público, espada en la mano, dirigiéndose al tablado donde representan el entremés. Asombro y espanto en los cómicos)

LUCAS
¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!
¡Voy por ti bribón!

(Don Lucas arrastra, cogido de una oreja, a Juan Rana y lo trae al proscenio; los demás cómicos les siguen, y los invitados, con el resto de los personajes, rodean a don Lucas y a los cómicos; confusión, alboroto, etc. Cesa la cencerrada) (i)

(i) Aldeanos y Aldeanas. Damas y Caballeros, Cabellera, Andrea, Pedro, Isabel, Alfonsa, Lucas, Antonio., Luis.

LUCAS
¡Te he de matar, bellaco y mal nacido!
Rana Señor, que yo la culpa no he tenido!

LUCAS
¿Quién metióte en hacer de mí una copia
y en tu cara pintar la mía propia,
al punto de que dudo en este instante
si eres don Lucas tú y yo el copiante?

ALFONSA
Déjale, hermano, no busques
la culpa donde no está;
busca el menguado delito
en quien te fue desleal
desde el comienzo.

LUCAS
(Que ha soltado ya a Juan Rana, el cual, con su gente, desaparece en cuanto se ve libre)
¡Ay, hermana,
gracias a Dios quiero dar
porque te he visto una vez
discurrir con claridad.

(Encarándose con don Luis)

Don Luis, sacad vuestra espada.
Luis ¡Don Lucas, sacada está! (j)

(j) Aldeanos y Aldeanas, Damas y Caballeros, Cabellera, Andrea, Isabel, Pedro, Alfonsa, Lucas, Antonio, Luis.

(Prepáranse a acometerse; se interponen los demás; nueva confusión)

ALFONSA
¡Hermano!

PEDRO
¡Primo!

ISABEL
¡Señor!

CABELLERA
Ved que vais a emborronar
la boda.

ANTONIO
Y a convertir
en tumba el lecho nupcial.

LUIS
Pero, decidme la causa.

LUCAS
(Siempre amenazante)
Porque me volviese atrás
de mi boda, habeisme herido
con la comedia.

LUIS
(Invitando a la paz) ¡Alto allá!

(En voz baja a don Lucas, yendo a su lado)

No necesitara yo
de farsas para estorbar
el casamiento; bastaba
con decir que en el zaguán
de Isabel estuve anoche...

LUCAS
(Tapándole la boca)
¡Desgraciado, no sigáis!

(Aparte)

¡Hola! Ya está mi sospecha
convertida en realidad.

(Envainando la espada y dirigiéndose en alta voz a todos)

Amigos míos, renuncio
con toda solemnidad
en pro de don Luis Contreras.

(Movimiento de sorpresa)

ANTONIO
¿Qué hacéis?

ISABEL
(Aterrorizada) ¡Ay, Dios!

(Se coloca entre don Pedro y doña Alfonsa)

PEDRO
(Infundiendo animo a Isabel)
¡No será!

TODOS
¡Vivan los nuevos esposos!

ALFONSA
Hermano, decidles ya
que don Pedro es mi coyunda.

LUCAS
(Sin hacer caso a doña Alfonsa)
Ea, don Luis, abrazad
vuestra esposa, y sed felices.

(Don Luis va a abrazar a doña Isabel y se interpone don Antonio)

ANTONIO
(A don Lucas)
En vuestro juicio no estáis.
Palabra de esposo dada
no se puede retirar,
si no se aducen razones
diáfanas como el cristal.

PEDRO
(Abriéndose paso y colocándose entre doña Alfonsa y don Lucas)
Primo don Lucas, señores:
Hora y momento son ya
de que mi pecho declare
lo que no puede ocultar.
Tengo de Isabel palabra
y mano!...

LUCAS
(Asombrado) ¡Tú!

ISABEL
(Con rubor) La verdad...
Salvó mi vida en el río,
y desde entonces acá...

(Viniendo al lado de don Pedro)

LUCAS
(A don Pedro)
A ella del río la sacas
y a mí el chapuzón me das.
Bien, primillo, noble acción.

ANTONIO
Don Lucas, les perdonad,
su culpa fue mocedad
no delito de traición.

LUCAS
Dura lición me habéis dado,
pero quiérome vengar...
¿Cómo? Dejándoos casar,
y así quedo bien vengado.

(A don Antonio y a todos los demás)

Doña Isabel es divina,
don Pedro no tiene un real,
y amor sin dinero es mal
que no encuentra melecina.

(A don Antonio)

*Ya veréis, suegro... en boceto,
*qué vida van a pasar:
*un «te adoro» de almorzar
*y de comer un soneto.
*De cenar, señas de amor;
*de vestir, variados trajes...
*de celos, riñas y ultrajes,
*que es tela muy inferior.
El amor se irá pasando,
la escasez irá creciendo,
se irán luego aborreciendo
y así yo me iré vengando.

(Creciendo por instantes su cólera)

Y cuando vuelvan a mí
en demanda de perdón...

(Más enfadado que antes, y colocándose entre los dos)

Juro por mi salvación...

(Transición llena de ternura, y abrazándolos)

¡Que he de deciros que sí!
Porque al pretender tu mano
lo hice amándote con fe,
y ya que grande empecé
quiero acabar soberano.

PEDRO
Tan generosa hidalguía
el cielo ha de bendecir.

ISABEL
Y vos habréis de vivir
siempre en nuestra compañía.

LUCAS
Eso, no, linda Isabel,
que os adoré con ternura,
y ver de otro esa hermosura
habrá de serme cruel.

(Figurando que hace un esfuerzo por contener la emoción)

¡Y ahora demos cada cual
un viva al flamante esposo!

ISABEL
¡Y otro al noble y generoso
Don Lucas del Cigarral!

(Nuevos y repetidos vivas. Satisfacción general. «Amén» en la orquesta)



TELON


Información obtenida en:
https://archive.org/details/donlucasdelcigar493vive

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