A Sevilla por Todo! (Libreto)



¡A SEVILLA POR TODO!



Zarzuela en dos actos divididos en seis cuadros, en verso y prosa.

Original de Javier de Burgos.

Música de Francisco Asenjo Barbieri.

Representada por primera vez en el Teatro de la Alhambra el 24 de Diciembre de 1880.


REPARTO (Estreno)

Rocío - Srta. Delgado.

Tula - Srta. Vivero.

Doña Marcelina - Sra. Bardán.

Señora 1ª - Sra. Cantos.

Señora 2ª - Sra. Bueno.

Señá Juana - Sra. García.

Buñolera - Sra. Ortiz.

Manolito - Sr. Manini.

Don Mateo - Sr. Escriu.

Don Juanito - Sr. Orejón.

Ramón / Un Señor muy gordo / Señó Sánchez - Sr. Rochel.

Don Paco - Sr. Polín.

Don José - Sr. Toscano.

Un Viajero - Sr. Jiménez.

Sacristán - Sr. / Caballero 3º - Sr. Cruz.

Caballero 1º - Sr. Barragán.

Caballero 2º - Sr. Martínez.

Un cochero, un empleado del ferrocarril, un inglés, Tío Zalea, un moro, señoras, caballeros, monaguillos, beatas, etc.. etc.


ACTO PRIMERO


CUADRO PRIMERO


CERCA DE LA VICARIA

Habitación modesta, antesala de la oficina del cura de una parroquia.

La puerta primera de la izquierda figura ser la del despacho del señor cura; la de la derecha la salida a la calle.


ESCENA PRIMERA

Al levantarse el telón aparece Joaquín, el Sacristán, rodeado de Monaguillos.

(Música)

MONAGUILLOS
Señor de Sacristán,
queremos ver
si alguna cosa nueva
nos manda usted.

SACRISTAN
Señores de monagos.
no hay qué decir
si no lo que otras veces
os repetí;
que en no cumpliendo todos
con su deber,
a la hora del reparto
no habrá de qué.

MONAGUILLOS
No habrá de qué?

JOAQUIN
No habrá de qué.

MONAGUILLOS
La ocasión la pintan calva,
y es preciso aprovechar
la que ofrece en este día
nuestra iglesia parroquial.
Y pues hay bautizo y bodas
y un soberbio funeral,
punto en boca y a hacer todo
lo que mande el Sacristán.

Que para nosotros
no hay más santo fin.
ni otras ilusiones
ni otro porvenir,
que tocar a gloria
por algún barbián
ó tocar a muerto
cuando no hay de acá.

Ya el oficio no promete
si la cosa sigue así,
pues se mueren y se casan
pocos ricos en Madrid.
Y un monago de mi clase
sólo puede ser feliz,
consumiendo mucha cera
y entre música y latín.
Que para nosotros
no hay más santo fin, etc.

(Vánse los Monaguillos a la terminación del coro)


ESCENA II

Joaquín.

(Hablado)

JOAQUIN
Pues, señor, llegó el gran día
y es preciso aprovecharlo,
porque muchos como este
no suele haber en el año.
Tenemos un casamiento, (Con alegría)
dos bautizos con boato
y el funeral del marqués...
Vamos, Joaquín, ya esto es algo.


ESCENA III

Joaquín, Ramón por la primera derecha.

RAMON
Muy buenos días.

JOAQUIN
Muy buenos.

RAMON
Diga usté, está en su despacho
el señor cura?

JOAQUIN
Ahí está:
pase usted.

RAMON
Vamos despacio.
¿Pudiera yo preguntarle
las cosas que hacen al caso
pa un bautizo?

JOAQUIN
Sí señor,
pero yo puedo enterarlo...

RAMON
Sí? Pues escuche usté, amigo.

JOAQUIN
Diga usted.

RAMON
Tengo un ahijao
que nació antier y yo quiero
esta tarde bautizarlo.

JOAQUIN
Es de esta parroquia?

RAMON
De esta.

JOAQUIN
Bien.

RAMON
Pero quiero que el auto
sea lucido. Usté me entiende?
Que haya luces, y el órgano,
y las campanas y todo;
en fin, de buten.

JOAQUIN
Ya estamos;
un bautizo de primera!

RAMON
Eso es; porque yo hace un aña
que del paire de ese niño
soy amigo, y... me he criado
con la madre, que es mi prima
segunda, está usté? y es claro,
aunque soy pobre quisiera
que se sonara en el barrio
que me he lucio, está usté?
Porque mayormente... vamos...
ciertas cosas hay que hacerlas...
y como yo quiero tanto
a la madre, que es mi prima...

JOAQUIN
Ya estoy.

RAMON
Se va usté enterando?

JOAQUIN
Sí señor.

RAMON
Dígame usté,
y eso me saldrá muy caro?

JOAQUIN
Un bautizo de primera
como usté lo quiere...

RAMON
Al grano.

JOAQUIN
Le costará a usté diez duros.

RAMON
Diez duros? Pues ya está hablao.
Yo quiero un cirimonial
bueno, sin regatearlo...
Como la madre del niño
ese y yo nos camelamos,
como ya le he dicho a usté,
porque nos hemos criado
juntos, y antes de casarse
ella y yo tuvimos algo...
y uno mayormente... Pues!...
quiero cumplir.

JOAQUIN
Bien pensado.

RAMON
Aquí vendré con el rorro
y el compadre y otros cuantos
vecinos de cuatro a cinco
de la tarde; haga el encargo
ahora mismo.

JOAQUIN
Usté descuide;
todo estará preparado.

RAMON
De cuatro a cinco.

JOAQUIN
Corriente.

RAMON
Salú! (Yo estoy obligao!) (Ap. yéndose)


ESCENA IV

Joaquín.

JOAQUIN
Otro bautizo! Soberbio!
día más aprovechado...
Voy a prevenir al cura. (Váse izquierda)


ESCENA V

Manolito, D. Paco, D. Juanito, D. José por la primera derecha.

MANOLITO
Señores, vamos entrando.
(Ya caí en la ratonera)

JOSE
Hemos venido temprano.

PACO
Ya lo creo, hemos podido
tomar con mucho descanso
otras tres copitas más.

JOSE
Riquísimo amontillado.

JUANITO
Paco, bueno está lo bueno:
no conviene beber tanto.

PACO
Pues bien empinabas tú!

JUANITO
Y ya se me ha presentado
el dolorcito de estómago.

PACO
Juan, ya me estaba extrañando
que no saliera el dolor.

MANOLITO
(Que está pensativo)
(Pues señor, llegó el mal trago
y es preciso ser valiente,
porque si no, no me caso)

JOSE
Qué caviloso está el hombre!

PACO
Manolito en qué pensamos?
va usté a ponerse ahora triste
y a ser un novio romántico?

JOSE
Já! já! chistoso seria.

MANOLITO
Señores, estoy contando
los minutos que me quedan
de soltero y me han entrado
unas ganas de correrla!...

JUANITO
De correrla?

JOSE
Já! Já!

PACO
Bravo!

MANOLITO
Caballeros, es mi genio
y no puedo remediarlo.
Ahora que voy a casarme,
es cuando estoy deseando
verme más libre que nunca:
¡quién se viera en un fandango
con dos muchachas de acá.

(En ademán de bailar)

y una que yo sé cantando,
y otra de acá, (Tocando la guitarra)
y yo de aquí... (Bebiendo)
y bulla y jarana y...

JOSE
Diablo!

MANOLITO
Hombre, pero si es verdad,
por qué no he de confesarlo?

JOSE
Si le oyera a usté Tulita!...

MANOLITO
Ya la iré yo acostumbrando
a oír esto.

JUANITO
(Pobre muchacha,
casada con este vándalo)

PACO
Y usté va por ella a casa?

MANOLITO
No; ya saben que yo aguardo
en la iglesia; ella vendrá
con su mamá y el tipazo
de don Mateo y algunos
amigos, y me he librado
de una hora de cumplimientos.

JUANITO
Pues yo en decir me complazco
que lleva usté una mujer
de mucho mérito.

MANOLITO
Y tanto...
pero yo no sé, señores,
si sirvo para casado.

PACO
Para eso sirve cualquiera
en el mundo.

MANOLITO
Se dan casos.
Yo me he engañado a mi mismo:
me creí que eslr.ba harto
de huelgas y de belenes
y de bromas y de escándalos,
y en este mes de sosiego
en que he estado preparando
la boda, ha vuelto mi sangre
a su natural estado,
y estoy para todo, menos
para el matrimonio; claro.

PACO
Buena ocurrencia.

JOSE
Já! já!

PACO
Pues ya es tarde.

MANOLITO
(De pronto) Sin embargo.

JUANITO
Eh?

MANOLITO
Nada.

JUANITO
(Pobre Tulita)

PACO
Y ahora que estoy recordando,
¿quién le hubiera dicho a usted!
cuando vino este verano
de Sevilla tan contento
a gastarse aquellos cuartos
a Madrid, que a los tres meses
iba usté a verse casado?
Pasan cosas en el mundo!...

MANOLITO
Tiene usté razón, don Paco.
Yo que a !a corte volvía
después de más de dos años
de ausencia, sin acordarme
de nada de lo pasado,
haber tenido la mala
sombra de topar de manos
á boca con mi futura
suegra que me echó los garfios;
y con ese don Mateo
usurero endemoniado,
castigo, plaga y azote
de quien le deba dos cuartos.
Este empezó por ponerme
ante un juez y un escribano,
aquella por recordarme
el juramento empeñado
de casarme con su niña;
y Tula siempre llorando
y pidiéndome su pelo.

JUANITO
Su pelo?

MANOLITO
Sí, un malhadado
mechón que me dio una noche,
y que siempre que tronamos
es su tema favorito:
«devuélveme el pelo, ingrato!»
Entre una madre pantera,
un prestamista leopardo
y una muchacha bonita
que llora por uno, vamos,
qué iba a hacer? Caer en la trampa,
pagarla y casarme.

PACO
Es claro,
pero para un chico listo
como usté, alegre de cascos,
ha sido un percance bueno.

MANOLITO
Yo lo estoy viendo y dudándolo.
Haber venido a Madrid
a gozar de sus encantos
y verme en la vicaría!

PACO
Todos los hombres al cabo...

MANOLITO
Al cabo; pero al principio...
yo ahora estaba principiando.

PACO
Já! já!

MANOLITO
Si no es por ustedes,
cuya protección me ha honrado
y a cuya buena amistad
debo en Madrid tanto y tanto...

PACO
Deje usté eso, Manolito.

JOSE
Ya sabe que le estimamos.

MANOLITO
Me honra usted siendo padrino
de mi boda.

PACO
Ese fue el pacto;
pero lo que yo no quiero
hoy, es verle cabizbajo.
No es usté el mismo de siempre.

JUANITO
Está como disgustado.

JOSE
Anímese usted, caramba.

MANOLITO
Señores, es que me caso
y esta no es cosa de juego.

JUANITO
Pero es un asunto grato,
y más llevando mujer
de mérito, de buen palmo.

MANOLITO
Sí, pero no es más que una
y a mí siempre me han gustado
todas las mujeres.

JUANITO
Todas?

MANOLITO
Sin excepción, lo declaro:
para raí desde los quince,
hasta los... cuarenta y tantos...
no hay mujer que no me guste.

PACO
Don Manolito!

MANOLITO
Soy franco.

(Música)

MANOLITO
Las morenas me seducen,
y las rubias me entusiasman,
y me pirro por las gordas,
y me muero por las flacas;
un pie corto me enloquece,
uno largo mucho más...
y pollitas y jamonas
me entusiasman por igual.
Y les digo yo a ustedes
de corazón
que a mí todas me gustan
sin excepción;
haciendo solamente
la salvedad...
que la última que encuentro
me gusta más.
No hay mujer que a mis ojos
parezca mal,
y es mi gusto por ellas
universal.

PACO, JUANITO y JOSE
No hay mujer que a este mozo
parezca mal,
y es su gusto por ellas
universal.

MANOLITO
Por las tímidas deliro,
las celosas me hacen gracia.
me convienen las alegres,
y las tristes me hacen falta.
Las vehementes y coquetas,
de esas ¡ay! no quiero hablar...
y unas y otras me deleitan
como todas las demás.
Si hallo damas de tono
tras ellas voy,
porque mucho me gusta
su buen olor,
y al perseguirlas puedo
reflexionar,
que cuando también huelen
mejor sabrán.
No hay mujer que a mis ojos, etc.

LOS TRES
No hay mujer que a este mozo, etc.

(Hablado)

JUANITO
Pues hoy hay que renunciar
para siempre...

MANOLITO
Me hago cargo

JOSE
Hombre que huele a cazuela...

MANOLITO
Ya lo sé, desprestigiado.
Por eso en estos instantes
se me pone el humor malo.

(De pronto variando de tono en voz baja y reuniendo a los tres)

Conocí yo hace tres meses
en una casa del barrio
de Triana, allá por Sevilla,
a una flamenca! Ay, don Paco!
qué cara aquella y qué cuerpo,
y qué sandunga, y qué garbo!

JUANITO
Hombre, excelente ocasión
está para recordarlo.

MANOLITO
Por verla ahora, me cortaba
un dedito de la mano.

PACO
Capaz era Manolito,
si cualquier coja apostáramos,
de irse ahora mismo a Sevilla.

JOSE
Já!... já!... já! ... Chistoso paso.

JUANITO
Oye usté esto, don Manuel?

MANOLITO
Sí señor, lo oigo y me callo.

PACO
No es mala la broma.

MANOLITO
Broma?
Pues como se está tratando
soy capaz si se me pone
entre ceja y ceja el caso,
de darle un camelo a Tula
y a su madre, y al avaro
de don Mateo, y a ustedes
y a todo el género humano!

JOSE
Já!... já!...

PACO
Jarabe de pico?

MANOLITO
De pico? (A que no me caso)
Yo me atrevo a todo!

JUANITO.
A todo?
usted tiene muchos pájaros
en la cabeza.

(Rapidez en el diálogo hasta terminar la escena)

PACO y JOSE
Já! já!

MANOLITO
Y ustedes están buscando!...

JUANITO
El recuerdo de esa moza
de Triana que vale tanto
le ha trastornado a usté, amigo.

PACO
Fortuna te dé San Marcos.

MANOLITO
Muchas gracias.

JUANITO
Conque gusto
en vez de tomar estado
tomarla usté esta tarde
el tren que sale a las cuatro
para Sevilla.

JOSE
Mañana
empieza la feria.

JUANITO
Bravo!
Oye usté esto, Manolito?
La feria en Sevilla!

MANOLITO
Vamos
a hablar de otra cosa.

PACO
(Echándole una bendición) En nombre
de San Pedro y de San Pablo!...

JUANITO
Si usté pudiera escurrirse!...

MANOLITO
(Como me sigan pinchando...)

PACO
Ya hay que olvidarse de todo;
desde hoy sistema contrario
de vida; formalidad,
la casita y el trabajo...

JOSE
Y la mujer y los niños
cuando los tenga.

MANOLITO
(Qué cuadro!)

JUANITO
Y la suegra!

MANOLITO
Hombre, don Juan!

PACO
Y el casero!

MANOLITO
Hombre, don Paco.

JOSE
 Y... otras cosas!

MANOLITO
Don José!

PACO, JOSE y JUAN
 Já! já!

MANOLITO
Callarse ó me largo
y luego...

PACO
In nomine patri...

JOSE
Filius!

JUANITO
Y Espíritu santo!

MANOLITO
Yo soy capaz... (Decidido)

LOS TRES
Já! já!...

MANOLITO
Vuelvo.

(De repente y echando a correr)


ESCENA VI

Paco, D. Juanito, D. José.

PACO
Eh!, Manolito.

JOSE
Va echando
chispas!

JUANITO
Se afufó de veras.

PACO
Mucho le hemos apurado
la paciencia.

JOSE
Tiene un genio
de pólvora ese muchacho.

PACO
Verás cómo vuelve pronto.

JOSE
Pues el tiempo va pasando
y la hora del casamiento
es de tres y media a cuatro.

PACO
La que ya tarda es la novia.

JOSE
Hombre, hoy durará el tocado
algo más.

JUANITO
Qué linda chica!

PACO
Juanito, vengo observando
que siempre que hablas de Tula
lo haces con mucho entusiasmo.

JUANITO
Es cierto; y ya no hay razón
para tenerlo callado.
Me vuelve loco esa niña.

PACO
Juan!

JOSE
Qué dices?

JUANITO
Lo declaro,
me gusta mucho, muchísimo.

PACO
Pues vas a pasar buen rato.

JOSE
Si Manolito se entera
te la cede sin trabajo.

JUANITO
Yo la hubiera hecho feliz.

JOSE
Juanito, propón el cambio.

PACO
Hombre, no se lo aconsejo,
pues, cuerdamente pensando
no es el matrimonio cosa
que lo dé buen resultado.

JUANITO
Por qué?

PACO
Por ese dolor
que te da de cuando en cuando

JOSE
Já! já! já!

JUANITO
Siga la broma.

PACO
Yo por tu bien. (En tono de mofa)

JOSE
Se oyen pasos
abajo en la sacristía.

PACO
Y suben.

JOSE
Si no me engaño,
es la novia y el cortejo
nupcial.

JUANITO
(Disimulo y animo)


ESCENA VII

Dichos, Doña Marcelina, Tula, D. Mateo, Señora 1ª y Caballero 1º. Tula al lado de Doña Marcelina muy compungida y ambas vestidas coa cierta afectación ridícula para el
acto a que concurren.

PACO
Señoras!...

MARCELINA
Muy buenos días;
hola, señor don Francisco!
Caballeros!...

TULA
Ay mamá!

MARCELINA
Por Dios, hija, aguanta el mirlo:
domínate!

PACO
Don Mateo!

MATEO
Felices, caballerito.

(Desde que ha salido D. Mateo, que debe ser corto de vista, no hace más que dirigirse a todos buscando a Manolito)

JUANITO
(Ay qué hermosísima viene!)
Señoras, les anticipo
mi enhorabuena, y mi...

MARCELINA
Gracias.

MATEO
No veo a don Manolito.

TULA
Qué nerviosa estoy, mamá.

MARCELINA
Hija, eso lo trae consigo
la boda; no te impresiones.

MATEO
(Acercándose a D. José)
Por dónde anda Manolito?

JOSE
(Ahora vendrá) (Bajo a D. Mateo)

MARCELINA
(Señalando al Caballero y la Señora)
Les presento
a ustedes a mis vecinos.

SEÑORA
Servidora.

CABALLERO
Servidor.

PACO
Igualmente.

MARCELINA
Los testigos (Por Paco, Juan y José)
del novio, (viendo a Tala que llora)
Vamos, Tulito,
no te aflijas sin motivo.

(Música)

TULA
Ay! mamá!
Pensando, mamaíta,
que dentro de un instante
de esposa fiel y amante
promesa otorgaré,
con mil palpitaciones
extrañas y angustiosas,
estoy sintiendo cosas
que yo explicar no sé.
Yo, mujer de Manolito,
ay! no sabe usté, mamá,
de pensarlo solamente
la vergüenza que me da.

TODOS
En los críticos momentos
en que la muchacha está,
bueno es que se desahogue,
que era es cosa natural.

TULA
No sé si al despedirme
de ti, mamá querida,
me costará la vida
mi excitación febril,
y horripilada pienso,
que en breve y sin reposo,
a solas con mi esposo
iré en ferro-carril.
Sola yo con Manolito,
ay! no sabe usté mamá!
de pensarlo solamente
la vergüenza que me da.

TODOS
En los críticos momentos
en que la muchacha está,
bueno es que se desahogue,
que esa es cosa natural.

(Hablado)

TULA
Ay! mamá

MARCELINA
Como es tan tímida
la pobre, y nunca ha salido
de mi refajo paterno...

JOSE
Pero hoy es de regocijo
la fiesta.

MARCELINA
Pues ya lo creo.

MATEO
A dónde fue Manolita? (A Paco)

PACO
Ahí cerca.

MARCELINA
Nada, hija mía:
aunque sé el mucho cariño
que me tienes, no es razón
que con llantos y suspiros
nos entristezcas a todos;
desde ayer tiene encogido
el corazón.

JUANITO
(Pobrecita)

MARCELINA
Otra en tu lugar, de fijo
estaba como yo sé.
como yo estuve, lo mismo
que están todas: tan contentas
aunque finjan un poquito.

TULA
Mamá!

MARCELINA
Para una muchacha,
encontrar un buen marido
es sacar el premio gordo.

TULA
Ay!

MARCELINA
Recuerdo al pobrecito
de tu padre en nuestra boda:
qué bien se portó conmigo
toda la vida, era un santo;
ojalá estuviera vivo!

SEÑORA 1ª
Dice bien mamá, Tulita,
su pena no me la explico;
que al fin, es el matrimonio
el único y exclusivo
guisado de las muchachas.

MARCELINA
Y qué guisado tan rico!

SEÑORA 1ª
Yo y éste hemos sido siempre
muy felices.

CABALLERO
Dichosísimos!
(Aparte) (Qué embustera es mi mujer)

MARCELINA
Además, yo garantizo
a tu novio: es buen muchacho,
y aunque tiene el genio vivo
y alegre, es de gran cabeza.

PACO
Y trabajador y listo...

JOSE
Simpático.

JUANITO
Algo tronera...

PACO
Y a su edad quién no lo ha sido?

MARCELINA
Eso digo yo: los hombres
para ser buenos maridos,
mientras más locos, mejor.

TULA
Mamá!

JUANITO
(Vaya un desatino)

MARCELINA
Y apropósito, y el novio?

MATEO
Sí, donde está Marcelino? (Sin poderse contener)

MARCELINA
No ha venido con ustedes?

PACO
Si, con nosotros tres vino,
y hace un rato que esperando
aquí estábamos reunidos
a ustedes, cuando algo urgente
se !e ocurrió por lo visto
y salió diciendo; vuelvo.

TULA
Vuelvo?

MATEO
Vuelvo?

MARCELINA
Algún olvido:
no tardará.

JUANITO
(Aparte) (Si saliera
cierto lo que me imagino)

TULA
Ay!

MARCELINA
No te impresione!

MATEO
(Reflexionando) Vuelvo?
Si no volverá ese pícaro?

PACO
Se oyen pasos.

JOSE
El será.

TULA
Ay! mamá, me ruborizo.


ESCENA VIII

Dichos, y varias Viejas Beatas.

(Música)

CORO
Buenas tardes,
buenas tardes,
buenas tardes
nos dé Dios.

TODOS
Cuenta vieja
santurrona,
dónde irá
la procesión.

CORO
Buscando venimos
al Padre Petavio,
de todas nosotras
consuelo y amparo.
Con él diariamente
aquí confesamos,
y limpias nos tiene
de todo pecado.
El padre Petavio
nos dice la misa,
el padre Petavio
nos echa un sermón,
y al padre Petavio
con fe seguiremos
y le deberemos
nuestra salvación.
El Señor nos libre
de una tentación.

TODOS
No hay miedo que caigan
en la tentación.

CORO
Con cuánto talento
habló nuestro padre,
en el sermoncito
de ayer por la tarde.
Habló de Alemania,
habló de Voltaire,
y dijo razones
que no sabe nadie.
Bendito mil veces
el padre Petavio,
Con un pico de oro
que vale un millón,
y aunque habla unas cosas
que nunca entendemos,
de sobra sabemos
que tiene razón.
Vamos corriendo
a oír el sermón.

TODOS
Vayan corriendo
a oír el sermón.

CORO
(Saludando) Buenas tardes
nos dé Dios.

(Vánse las Beatas)


ESCENA IX

Dichos, menos las Beatas, el Sacristán sale por la izquierda.

(Hablado)

JUANITO
Señores. (Saludando)

MARCELINA
El Sacristán:
buenos días.

JOAQUIN
Felicito
a ustedes.

MARCELINA
Gracias.

JOAQUIN
Me manda
el señor cura a deciros,
que cuando quieran ustedes
se dará al acto principio.

MARCELINA
Falta el novio, a quien sin duda
algo se le habrá ocurrido.
pero no debe tardar.

PACO
Estará aquí pronto,

MARCELINA
Opino
que le diga al señor cura
puesto que todo está listo.
que le aguardamos.

JOAQUIN
Muy bien;
pues en seguida salimos.

(Váse por la izquierda)

TULA
Ay! mamá!

MARCELINA
La hora se acerca;
ten animo y pon sentido
para responder al cura
y decirle alto y clarito
el sí otorgo y el sí quiero
y el sí tomo, sin remilgos.

TULA
Pero Manuel, dónde está?

MARCELINA
Hija mía, no has oído
que salió a... no sé qué cosa?

MATEO
En qué momento tan crítico.

TULA
Pero no les dijo a ustedes
adónde iba Manolito?

MATEO
Eso es lo que digo yo!

MARCELINA
Dale; no se habrá perdido
el novio: pierde cuidado.

MATEO
No, perderse no, de fijo.

JOSE
Alguien se acerca.

PACO
(Se dirigen a la derecha) El será.

MARCELINA
Vendrá a escape el pobrecito.

(Entran tres murguistas que tocan)

PACO
Basta, basta, caballeros.

MATEO
Si, basta ya de suplicio!

PACO
Tomen ustedes y abur. (Dándoles dinero)

MURGUISTAS
Que ustedes vivan un siglo. (Vánse)

TULA
Cómo me ha puesto esa música.

MATEO
Eso es peor que cuatro tiros.

MARCELINA
Pero señor, y Manuel?
¿nadie sabe dónde ha ido?

PACO
Estaba aquí con nosotros
hace un rato, tan tranquilo
escuchando nuestras bromas,
cuando de repente dijo,
vuelvo.

MATEO
Vuelvo? Las espaldas.

MARCELINA
Jesús! Qué es lo que usted ha dicho!

PACO
Don Mateo!

TULA
Ay! mamaíta!

MARCELINA
No hagas caso de este tío!

MATEO
Señora!

MARCELINA
Pues si es verdad:
ha querido usté decirnos
que pudiera suceder
que nos diera el novio un mico!

MATEO
Yo?...

MARCELINA
Usted como prestamista
por ser cosa del oficio,
es lo más desconfiado...

MATEO
Señores, como yo he visto
tanto en este mundo!...

MARCELINA
Tanto?
pues de poco le ha servido.
¡Jesús, qué barbaridad!

MATEO
Está bien; me contradigo,
tuve esa sospecha.

MARCELINA
Y vuelta!

MATEO
Pues yo sé lo que me digo
y basta.

MARCELINA
Otra vez? (Furiosa)

JUANITO
(Aparte) (Me lanzo)
Pues yo, si vale decirlo
con franqueza, la conducta
del novio no me la explico;
y por cosas que han pasado
hace un rato en este sitio.
voy creyendo...

MARCELINA
Acabe usted.

JUANITO
Que no vuelve Manolito.

TULA
Ay! mamá!

MARCELINA
No te impresiones!

PACO
Pero hombre, qué es lo que has dicho?

JUANITO
La verdad: todos ustedes
conocen a ese mocito
como yo: desde hoy temprano
era un pensamiento fijo
en él, buscar la manera
de romper el compromiso.

MARCELINA
Mentira; eso es un embrollo!

JUANITO
Señora!

TULA
Si ayer me dijo
que lo estaba deseando!

MARCELINA
Y además, él no ha venido
con ustedes a la iglesia?

JUANITO
Porque le faltaron bríos
para hacer lo que pensaba;
pero si estos son verídicos
como yo, declararán
que por las cosas que dijo...

MARCELINA
Qué dijo?

JUANITO
Que le gustaban
todas las mujeres!

MARCELINA
Pillo! (Grito agudo)

JUANITO
Que él no era para casado.

TULA
Digo, y anoche me hizo!...

MARCELINA
Qué te hizo?

TULA
Mil juramentos!
Esto yo no lo resisto.

MARCELINA
Domínate!

JUANITO
Y cuando supo
que mañana da principio
la feria en Sevilla...

MATEO
(Dando un grito) Ay!

TODOS
(Volviendo la cara) Qué es eso?

MATEO
Que se ha escurrido
de seguro!

MARCELINA
Don Mateo!

MATEO
Ahora lo pruebo y lo afirmo
y lo juro. Ah! bribonazo!

SEÑORA 1ª
Pero hay hombre más inicuo?
Oyes esto, Policarpo?

CABALLERO
(Quién hubiera hecho lo mismo!)

TULA
Qué vergüenza.

MARCELINA
No te aflijas
mientras pueda darte auxilio
tu madre; si esto es verdad
pobre de don Manolito.

JUANITO
Burlarse así de una joven
de tan bellos atractivos;
tan hermosa...

PACO
(A Juan) Ay qué tunante!

JUANITO
Cuenten ustedes conmigo
para todo.

MARCELINA
Muchas gracias.

TULA
Qué bueno es usté y qué fino.

JUANITO
Ay!

MARCELINA
Pero usted, don Mateo,
en qué funda lo que ha dicho?

MATEO
En pruebas irrecusables.
(Que no me hubiera partido
una pierna antes de ayer)

MARCELINA
Pero, hombre, hable usted. (Yo trino)

MATEO
Pues han de saber ustedes,
que yo tan cándido he sido,
que a pesar de la... castaña
primera de Manolito,
viendo que se iba a casar
tan formal y corregido,
esperando alcanzar pronto
por ustedes un destino,
le presté ayer mil reales!
He aquí el pagaré maldito!

PACO
Mil reales?

MATEO
Cincuenta pesos!

JOSE
Ah! Pues no vuelve de fijo!

MATEO
Ve usté lo que yo decía?
tengo yo el olfato uno.

MARCELINA
Hombre, y se atreve usté a hablar
de su olfato maldecido,
cuando por causa de usted
lleva lleno los bolsillos?
viejo chocho! (Con rabia)

MATEO
Eh, poco a poco!

MARCELINA
Si habla usté más le santiguo. (Amenazándole)

MATEO
Cómo se entiende.

TULA
Mamá!

MARCELINA
(Si lo cojo lo divido)

TULA
Mamá, que estamos perdiendo
aquí en tiempo preciosísimo,
y si aún no ha salido el tren!...

MATEO
Ese es el mejor camino,
al tren!

MARCELINA
Y al gobernador,
y al alcalde y al obispo! (Se disponen a salir)


ESCENA X

Dichos, Joaquín.

RAMON
Aquí viene el señor cura.

PACO
Hombre, pues llega muy bien.

MATEO
Doña Marcelina, al tren.

JOAQUIN
Qué?

MARCELINA
Ya esto no tiene cura.

JOAQUIN
Pero qué es lo que ha pasado?

MATEO
Ahora estamos de carrera.

JOAQUIN
Pero hay algo?

JOSE
Una friolera!
que el novio se ha evaporado.

MARCELINA
Vamos, que se va la hora.
Infame, tuno, pillete. (Echa a correr)

PACO
Sígueme, que e.sto promete. (Id)

JOAQUIN
Pero señora, señora! (Siguiéndoles)


MUTACION


CUADRO SEGUNDO


EN LA ESTACION

Salón de entrada en la estación del ferro-carril del Mediodía en Madrid. A la entrada de la sala de descanso, que conduce al andén, un empleado que reconoce y marca los billetes de los viajeros. Vendedores de periódicos y billetes de loterías; viajeros de diferentes sexos y categorías que atraviesan la escena, toman billete en los despachos de las distintas líneas y entran en la sala de descanso. Mozos y cargadores con equipajes. Guardia de orden público, etc., etc. Macha animación. A la derecha un viajero con un saco de noche en tierra a su lado y demostrando estar muy impaciente. Después Caballero 2º.


ESCENA XI

(Música)

CORO
Vamos entrando
que se hace tarde
y el tren, señores,
no aguarda a nadie;
vamos de prisa,
que el tren se va,
los equipajes
a facturar.

(Hablado)

VENDEDOR
La Correspondencia, El Globo, El Imparcial!

OTRO
El once, el ciento once, mañana se juega.

CABALLERO 2º
Hola, señor de Ardilla, qué se hace por aquí?

VIAJERO
Pudrirme la sangre!

CABALLERO
Hombre!

VIAJERO
Figúrese usted, que he salido de casa antes que la familia para facturar el equipaje... Doscientos cincuenta reales de exceso! Qué barbaridad! para facturar el equipaje y diciéndoles que vengan en seguida... (A un hombre) Hombre, no! deja ahí ese saco! si ese lo llevo a mano!... y diciéndoles que vinieran... (Al mismo) oye! oye! y las llaves? Ah! las tengo yo!... y diciéndoles que vinieran en seguida, y va a salir el tren y todavía no están ahí! Estas mujeres...

CABALLERO
Y adónde bueno?

VIAJERO
A Palma de Mallorca: oficial quinto de la clase sexta del negociado décimo octavo de la administración de propiedades. Estas mujeres!

CABALLERO
De modo que ha estado usted en Madrid?

VIAJERO
Tres meses y diez y seis días. Estos viajes me arruinan; figúrese usted que vine aquí de Zaragoza. Tres meses en Madrid. Ahora a Palma de Mallorca... esta familia se ha muerto!... Es una ruina. Ahora he tenido que hipotecar unas tierras que tengo en Vitigudino para costear el viaje. Pero qué hago si esa gente no viene?

CABALLERO
No se apure usted: todavía hay tiempo. ¡Qué diablos! usted debía dejar el empleo y vivir de sus rentas pocas ó muchas.

VIAJERO
Y no ser nada en el mundo!...

CABALLERO
Hombre, si! ser un ciudadano que vive de lo suyo.

VIAJERO
Y no ser nada? No ser ni siquiera empleado cuando manden los míos?

CABALLERO
Hola! usted es de los de ahora?

VIAJERO
Naturalmente! Yo soy de los de don Jacobo. Cuando don Jacobo es gobernador, ya no tengo que preguntar más: es que ya ha triunfado mi credo político y voy a recibir mi credencial. (Mira el reloj) Quince minutos! Pero que habrá pasado en mi casa?

CABALLERO
Bah! algún antojo de los chicos; no se apure usted.

VIAJERO
Hombre, y si pierdo el tren y los billetes que he tomado? Y el equipaje?

CABALLERO
Todo se arreglará: tranquilícese usted.

VIAJERO
Se conoce que usté está fresco: yo estoy para ahorcarme! Esta familia mía!...

CABALLERO
Ahí la tiene usted.


ESCENA XII

Dichos, una Viajera, tres Niños y una Criada con otro de pecho.

VIAJERO
Valiente calma! vivo! vivo al coche.

CABALLERO
Señora...

VIAJERO
Hola, don Nicomedes, cómo vamos? (Al Caballero)

VIAJERO
Déjate de cumplimientos ahora: al coche: coge ese saco, niño. Pero por qué llora esa criatura?

VIAJERA
Hijo, porque a última hora se le ha antojado... todo, y con la prisa...

VIAJERO
Pues mira que en el coche no ha de...

VIAJERA
No; si yo sé que me va a dar el viaje. Figúrese usted, don Nicomedes.

VIAJERO
Mira, vamos adentro. Don Nicomedes, ya sabe usted que en Palma de Mallorca por ahora... Ea, en marcha! Anda, hijo, anda. Que viaje! Tú, muchacha, estás sonámbula?

VIAJERO
Jesús, que hombre. (Vánse)

CABALLERO
Buen viaje. (Acompañándoles hasta la puerta)


ESCENA XIII

Dichos menos el Viajero y su familia, varios viajeros toman billete, Manolito, que entra muy de prisa.

MANOLITO
De estampía! a Sevilla! Ahí queda eso! No, lo que es por esta vez no me cogen! He despertado al borde del abismo! Casado! viviendo con dona Marcelina, con esa pantera de Java!... Horror! vamos a tomar el billete y mañana... en Sevilla! En el paraíso de mis sueños. Libre, independiente, soltero, viva la Pepa. (Se acerca al despacho)


ESCENA XIV

Dichos, un Señor muy gordo con gorra, saco de noche; sombrerera y paraguas; y un cochero que entran disputando.

COCHERO
Es que si usté ha venido sólo en el brek, es porque nadie ha querido venir con usté.

SEÑOR
Y qué tengo ya que ver con eso? Yo no he tomado más que un asiento.

COCHERO
Pero señor, si llenaba usté toda la disquierda del coche.

SEÑOR
Y por qué tiene usté un coche tan chico? Ese es un juguete para niños.

COCHERO
Hombre! Chico un coche que no cabe en la puerta del Sol.

SEÑOR
En fin, vayan otros dos reales como propina para que vea usté que soy generoso.

COCHERO
Deme usté una peseta.

SEÑOR
No hay peseta: déjeme usted en paz. (Se dirige al despacho de billetes y se acerca a la valla, que estará ocupada por viajeros)

COCHERO
Permita el cielo que siga usté engordando hasta que se lo lleven los demonios. (Váse)


ESCENA XV

Dichos, Marcelina, Tula, D. Mateo y D. Juanito.

MARCELINA
Maldito coche! hemos venido a escape!

MATEO
Vengo descuadernado.

MARCELINA
Anda, Tullía, vamos a buscar a ese bribón.

MATEO
Yo no le veo por aquí.

TULA
Ya estará en el andén. (Suena la campana)

JUANITO
La campana de aviso. Va a salir el tren, ya es la hora.

MARCELINA
Cómo la hora? Lo que es el tren no sale hoy de aquí sin que yo le eche las uñas a Manolito. Vamos adentro.

(Va a entrar y se lo impide un empleado)

EMPLEADO
El billete.

MARCELINA
Qué billete?

EMPLEADO
El billete para entrar,

MARCELINA
Quite usted, hombre; si nosotros no viajamos: vamos detener a un criminal que quiere escaparse.

TULA
A mi novio!

EMPLEADO
Aquí no entra nadie sin billete.

MATEO
Pero hombre!

EMPLEADO
Quítese usté de ahí! deje usté el paso a los viajeros.

TULA
Ay! (Suspirando)

JUANITO
No se apure usté, Tulita: vida mía.

TULA
Muchas gracias, Juanito.

MARCELINA
Maldito sea el ferro-carril. Don Mateo, tome usté un billete: pronto, que se va el tren.

MATEO
No tengo dinero.

MARCELINA
Hombre, que se va Manolito: yo se lo pagaré a usted.

MATEO
Cuándo y cómo?

MARCELINA
Jesús, qué tic!

MANOLITO
(Saliendo de la valla con el billete) a Sevilla! (Se dirige a uno de los salones que van al andén, y mientras le marcan el billete a la entrada, lo ve Tula)

TULA
Ay! (Grito)

MARCELINA
Domínate! No te impresiones.

TULA
Manolito! (Señalando)

MANOLITO
Mi suegra! (Entrando en el salón)

MARCELINA
(Viéndole) Jesús, ahí va ese pillo: oiga usté, oiga usté.

(Siguiéndole)

EMPLEADO
El billete!

MARCELINA
Maldita sea tu casta. Hombre, don Juanito, tome usté los billetes, por Dios!

JUANITO
Tómelos usté, don Mateo; yo pago.

MATEO
Eso es otra cosa. (Entra o. Mateo en la valla a tomar los billetes y tropieza con el Gordo, que ha entrado un momento antes, y se queda atascado a la mitad sin poder entrar ni salir y haciendo grandes esfuerzos)

MARCELINA
Don Mateo, esos billetes, que se va.

MATEO
Pero caballero, acaba usté de pasar?

SEÑOR
Eso quiero yo! Por qué pondrán estas vallas tan estrechas.

MARCELINA
Ande usté, don Mateo.

.JUANITO
(Por qué no saldrá ya el tren?)

MATEO
Hombre, que traigan un tirabuzón para quitar este estorbo. Quiere usté pasar?

MARCLINA
Empuje usted.

MATEO
Si esto es una pirámide egipcia! Pero hombre de Dios, salga usté y yo le tomaré el billete!

GORDO
Si no puedo.

MATEO
Ayúdenme ustedes. (Se ponen a empujar en fila, óyese el silbato de la locomotora)

JUANITO
Gracias a Dios! (Cierran el despacho de billetes, campana y silbato que anuncia la partida del tren que se oye marchar)

TODOS
Ah! (Rómpese la valla y cae el Gordo)

MARCELINA
Se escapa! (Música en la orquesta) Bribón! Infame, pícaro!

(Confusión. Doña Marcelina corre desesperada. D. Juanito sostiene a Tula que manotea ridículamente con una convulsión) Dos Agentes de orden público acuden a levantar al Señor Gordo que no puede moverse)


FIN DEL ACTO PRIMERO


ACTO SEGUNDO


CUADRO TERCERO


EN EL BARRIO DE SAN BERNARDO

Patio de una casa del barrio de San Bernardo en Sevilla. Puerta a la derecha por donde se ya a la calle, y otras laterales de tas habitaciones bajas.


ESCENA PRIMERA

Al levantarte el telón aparecen sentados a la izquierda, Señó Sánchez hablando con Miajita que lo escucha atento. Baile y coro formando corro.

(Música)

CORO
No hay barrio en este mundo
de más salero,
que el barrio sevillano
de los toreros.
Bendida sea
la niña de ese barrio
que me trastea.

II
Tienen las sevillanas
de San Bernardo,
la escuela de toreo
de Antonio el Tato.
Y al primer pase,
no hay hombre que las mire
que no se case.

(Al terminar el baile te retiran las parejas y parte del coro; quedando sólo en escena Señor Sánchez y Miajita a la izquierda, y tres muchachas y dos mozos a la derecha)

(Hablado)

MOZO 1º
Viva Sevilla, salero!
Baila usté como yo sé.

MOZA 1ª
Pues si es la primera vé,
hombre, no sea usté embustero.

MOZO 1º
Como me llamo Leonardo
esta es la verdá, Catana:
pa gracia, las sevillana
der barrio de San Bernardo.

SANCHEZ
En lo dicho pon sentío
y serás un buen torero,
que en er mundo es lo primero
jacerse cargo, hijo mío.
Hoy el arte va do tumbo
y eso te lo digo yo;
yo, que he sío un mataó
de inteligencia y de rumbo.
Yo, que aquí y en toitas parte,
como torero afamao,
he jecho, y tengo inventao
lo mejó que hay en el arte.

MIAJITA
E veras?

SANCHEZ
Tóo lo más fino;
yo jice er primer ensayo
der quiebro der guacamayo
der goyete filipino...

MIAJITA
Pero esas suertes son suya?

SANCHEZ
Le paese a usté? y la primera
der mundo y la más torera.

MIAJITA
Cuál?

SANCHEZ
El sarto de la gruya.

MIAJITA
De la gruya?

SANCHEZ
Cuasi náa;
yo que he sío el inventó
la he hecho dos vece y las do
me han llevado al hospitá.
Qué no sabré yo, chiquillo,
habiendo sío mi pare
picaor de Costillares,
de Guillen y Pepe-Hillo!
Entonces pa sé torero
practicando se aprendía,
y el más novato, tenía
diez años de mataero.
No se lidiaban torete
como hoy, por vía é los moro!
Entonce un toro era un toro
de seis años ú de siete.
Aquello era trabaja...
y trabajo fino y güeno;
hoy se sua mucho meno
y se gana mucho má.
Por eso me hacen reí
los pobres que sin sabe
nos jacen er paripé
de que van a recibí.
Miajita, eso se acabó?

MIAJITA
Si yo pudiera aprenderlo,
señó Sanche!...

SANCHEZ
Quiés saberlo?

MUJITA.
Sí.

SANCHEZ
Pus ar diqui, chavó.

(Indicándole quo le mire a él. Se levanta con trabajo)

MOZO 1º
Ya señó Sanche va a dá
una lición de toreo
a Miajita.

MOZO 2º
Ya lo veo.

MOZO 1º
Qué buena sombra; allá va.

MOZA 1ª
Es un viejo mu salao.

MOZO 1º
No pué ya con los cansones!

SANCHEZ
(En pie y marcando las suertes que explica)
Le das vuerta a los talones
y brindas mu reposao:
(Brindando) Por el señó presiente,
que es un moso de salero,
y por tóos los forastero
que están de cuerpo presente.
Te vas hacia er bicho así
y te acerca de pun illa
jasta que te hagan cosquilla
los cuernos en la narí.
Le suertas el trapo grana
y lo pasas por derecho,
al natural ó de pecho...
ó como te dé la gana.
Se vuerve esto a repetí
siempre encima de la geta;
so hace así con la muleta (Liando)
y se coloca uno así.
Se cita, se jaco... jé!...
parte er toro... me estás viendo?

MIAJITA
Sí.

SANCHEZ
Pus ya estoy recibiendo:
jasta la mano, lo ve?

MIAJITA
Sí.

SANCHEZ
Pus bien, se necesita
pa que esto sarga al reló,
la habiliá y er való
que acabas de ve, Miajita.
Si querías aprenderlo,
aprovéchate, chava.
que ya no te farta náa!

MIAJITA
No. (No farta más que hacerlo)

MOZA 1ª
Qué gracia tiene mi tío.

MOZO 1º
Vivan toitos esos primores,
señó Sanche...


ESCENA II

Dichos, Rocío, Señá Juana, después Manolito.

ROCIO
Hola, señores!
Muy buenas tardes!

TODOS
Rocío!

(Música)

ROCIO
Yo soy la cigarrera,
de más trapío
de este país de gracia
donde he necio.
Y hago con estas manos
lía que lía
cuatro mil cigarrillos
todos los días.
Viendo las chispas
que echan mis ojos
los fumadores vienen detrás,
pero si alguno me pide fuego
le hago ceniza
de una mira!

(Hablado)

ROCIO
Oiga usté, Compadre, si viene a pedirme la candela le hago ceniza de una mira.

II
De todos los que fuman
conozco el flaco,
porque sé que son todos
como el tabaco.
Y el que a mí me presume
de más sentío,
si se me pone cerca
también lo lío.
Pa los barbianes
que me camelan
soy de tabaco
de caliá
y pa los lilas
tabaco flojo
que no arde nunca
ni sabe a náa.

(Hablado)
Oiga usté, señor gomoso,
pa usté soy un tabaco flojo,
que no arde nunca
ni sabe a náa.

CORO
Viva Rocío la cigarrera,
viva su gracia, viva su sal!

(Hablado)

MANOLITO
Ya estoy yo aquí.

(Muestras de alearía en todos, que se acercan a saludarle menos Rocío y Señá Juana, que se quedan a un lado)

SANCHEZ
Don Manuel!
usté otra vez en Sevilla?

MANOLITO
Señor Sánchez, Carmencilla,
Lola...

MOZA 1ª
Pa servir a usté.

MANOLITO
Caballeros!

MOZO 1º
Bien venío!

MANOLITO
Gracias a Dios que me encuentro
hoy otra vez en mi centro
y al lado de mi Rocío.

(Acercándose a ésta que le rechaza)

Ole.

ROCIO
Echese usté pa allá.

MANOLITO
Mujer, te dura el enfado?

MOZA 1ª
Y aónde te lo has encontrado?

ROCIO
Elante é la cátedra.
Apriesa pa acá venía
con mi mare, cuando oí
de repente etrás de mí,
«vaya usté con Dios, mi vía!»
y era... el señó don Manué.

MANOLITO
Yo, que desde esta mañana
buscándote por Triana,
lo que he corrido no sé.

SANCHEZ
Ahora se arma aquí er jaleo.

MANOLITO
Ya me lo ha dicho Rocío.

SANCHEZ
La casa es de un primo mío
que ha venío é Montefideo
con luz, y hay unas vecinas
que valen un Potosí.

MANOLITO
Qué podrá fallar aquí
con Rocío y sus sobrinas?

LAS DOS
Gracias.

MANOLITO
Que dos niñas, eh?

ROCIO
Madre, se quié usté sentá?

JUANA
Cáa una está a onde debe está.

ROCIO
Pus bueno, quése usté en pie.

SANCHEZ
Y ahora, hombre, por su salú
nos quié usté contar sin grilla,
por qué se fue usté é Sevilla
sin decí siquiera abú?

MANOLITO
Que por qué me fui?... No es cosa.
Pues me escapé de rondón,
porque... (A Sánchez con misterio) por una razón
muy grande y muy poderosa.
Aquí yo era el jefe.

SANCHEZ
Ah!...

MANOLITO
Yo estaba representando
aquí... ¿se va usté enterando?
Lo supo el gobierno, y...

SANCHEZ
Ya!

MANOLITO
Mi situación era crítica.
Me vi a punto...

SANCHEZ
Comprendío.

MANOLITO
Y como todo era un lío...

SANCHEZ
Las cosas é la política.

MANOLITO
Eso es; tuve que escaparme;
llegué a Madrid disfrazado;
me escondí... lo que he pasado...
varaos, no quiero acordarme.
Por fin la suerte cambió,
y ya libre y rico soy,
y no hay en el mundo hoy
otro más feliz que yo.
Una herencia muy bonita
me han entregado hace un mes,
de mi pobre tío, el Marqués
de la Guita.

TODOS
De la Guita?

MANOLITO
Sí; ya se acabó la pena,
señores, donde yo esté.

SANCHEZ
(De la Guita) Don Manué,
se le da la enhorabuena.

MANOLITO
De ustedes no me he olvidado
desde el día que me fui
y verme otra vez aquí
era mi sueño dorado:
y en medio de mi desgracia,
siempre presente tenía
a Triana con su alegría
y a estas chiquillas de gracia.
Una cuestión grave y seria
es la que me ha hecho correr;
pero en cuanto supe ayer,
que hoy empezaba esta feria,
no sé qué pasó por mí,
y queriendo siempre veros,
en la corte, caballeros,
quién me sujetaba a mí?
Imposible! tomé un coche,
y de este modo que ven,
zas, a la estación, al tren,
y llegué a Sevilla anoche.
Me traje estos caramelos,

(Sacando monedas de cinco duros que hace sonar)

y si se aprueba mi plan,
señores, se gastarán
en manzanilla y buñuelos.
Todos al real de la feria,
y hasta que amanezca el día
canto, baile y alegría.

SANCHEZ
Por vía é santa Quiteria,
que no hay en el mundo entero
otro moso más gracioso
que don Manuel. Es un moso
de muchísimo salero.

MANOLITO
Gracias.

ROCIO
Dejándolo habla
hay que darle la razón.
Eh, madre?

JUANA
En esta ocasión
si ha dicho verdá... es verdá.

MANOLITO
Sí, hija mía.

ROCIO
No me fío.

MANOLITO
Pues deja al tiempo correr
y muy pronto vas a ver
lo que te quiero, Rocío.
Que aunque sólo estoy contento
en Madrid donde he nacido

MOZO 1º
En seguía.

MANOLITO
Vamos, muchacha, que se va la hora.

SANCHEZ
Anda, chiquillas, Don Manué, aquí tengo la peineta.

(Poniéndose el sombrero)

MANOLITO
Viva la oportunidad. Muchachas, al coche.

TODOS
Vamos.

SANCHEZ
Vamos allá. (Vánse todos. Música en la orquesta)


MUTACION


CUADRO CUARTO


AMOR Y GINEBRA

Gabinete modesto de una casa de huéspedes.


ESCENA III

Doña Marcelina, Tula. Juanito. Doña Marcelina sentada en una butaca, Tula en otra al lado opuesto; ambas dando frente al público. A algunos pasos de distancia de Tula, Juanito, sentado en una silla contemplando a Tula.

MARCELINA
Don Juanito, diga usted algo,

JUANITO
Yo, señora...

MARCELINA
(Me parece que éste, a quien quiere decir algo es a mi hija. Qué suerte sería!) Es que tiene usté sueño?

JUANITO
No, no tal.

TULA
Ay!

MARCELINA
Hija, por Dios, no suspires más, que ya me has puesto el corazón como una algarroba. Pues mire usted, don Juanito, desde que entré en Sevilla, no sé qué será.
y donde alegre he vivido,
siendo el único elemento
de placeres para mi,
nunca olvidé los primores
de esta reina de las flores
en donde te conocí.
Y sobre esta cruz, chiquilla,
el juramento te empeño,
que hace seis meses que sueño
con tu cara y con Sevilla.
Desde el día en que en Triana
escuché en aquel festín
con tu voz de querubín
tu soledad sevillana,
aquí, en ecos recogidos,
llevo el recuerdo sonoro
de tu voz, que es siempre un coro
de ángeles en mis oídos.

MOZA 1ª
Es un mozo que hasta allí.

ROCIO
Que sabe más que Briján.

MOZO 1º
Tiene gracia!

MOZO 2º
Es un barbián!

SANCHEZ
Señores, es de Madrí!

MANOLITO
Conque vamos a preparar la fiesta, que se va la tarde.

ROCIO
Yo no voy a ninguna parte.

MANOLITO
(No seas tonta, mujer; yo te contaré lo que ha pasado) Muchachas, a ponerse los pañuelos. Señor Sánchez, vaya usté por el sombrero.

MOZA 1ª
Pero adónde vamos?

MANOLITO
A la feria, hija mía. A cantar, a bailar, a comer buñuelos. Tú, Perico, sal corriendo y tráete un brek grande con cuatro caballos.

MOZO 1º
Don Manué, hoy están caros los breques. Aquí cerca tiene uno un compadre mío; pero pide ocho duros por alquilarlo

MANOLITO
Ocho duros? Pues sal y dile a tu compadre, que yo le doy diez y seis si viene pronto,   pero me estoy cayendo de sueño. Yo digo, si será el calor.

JUANITO
Puede ser.

MARCELINA
Dichoso viaje!

JUANITO
Sí señora. (Qué poema)

MARCELINA
Tengo un calor y un cansancio... Nada, por más que quiero despabilarme... es una cosa que... (Hace como que se queda dormida)

JUANITO
En qué piensa usté, Tulita?

TULA
En qué lie de pensar? en lo desgraciada que soy,

JUANITO
Y por qué se ha de llamar usted desgraciada? Joven, bella, simpática...

MARCELINA
(Ya pica)

JUANITO
Tiene usted delante de sí un porvenir de felicidad!

TULA
Felicidad! No parece sino que no sabe usté lo que me pasa.

JUANITO
Qué le pasa a usted? Que un tunante indigno del amor de usted, la abandona. Usted tiene mérito suficiente para encontrar un hombre honrado que la ame.

TULA
Ay!

MARCELINA
(Lo va a aburrir con los suspiros)

JUANITO
No lo cree usted?

TULA
Quién ha de fijarse en mí?

JUANITO
Quién? Todo el que sepa apreciar la belleza, la discreción, la virtud, la...

TULA
Usted sabe muy bien lo comprometida que estoy. Ese hombre tiene prendas de amor mías. Ese hombre tiene mi pelo.

MARCELINA
(Ya salió el pelo... maldito sea el pelo)

JUANITO
Es que no faltará quien sepa arrancarle el pelo de usted y el suyo si es preciso.

MARCELINA
(Ah valiente!)

JUANITO
Tula, no quiero desperdiciar este momento. La he seguido a usted a Sevilla esperando una ocasión de hablarla. Su madre de usté duerme...

MARCELINA
(De un ojo)

JUANITO
Tula, se acuerda usted del día en que la vi en el café Habanero?

TULA
Sí; iba usté con Manolito.

JUANITO
No pronuncie usté más ese nombre. Pues bien; verla a usted y amarla fue una cosa misma.

TULA
Juanito!

MARCELINA
(Aprieta, tonta!)

JUANITO
Usted es la mujer de mis sueños: usted realiza mi ideal. ¿Se acuerda usted de aquella copita de ginebra que se bebió?

MARCELINA
(Qué tendría aquella copita?)

TULA
No lo recuerdo...

JUANITO
Sí; bebió usted una copita de ginebra, y aquella copita fue para mí una revelación, por imitarla a usted, empecé desde entonces a beber ginebra y... Tula, el dolor de estómago que yo padecía ha ido desapareciendo. Comprende usted ahora? La ginebra es un nuevo vínculo que debe unirnos. Tula, yo la amo a usted.

MARCELINA
(Ya tengo yerno!)

TULA
Pero Juanito...

MARCELINA
(A que lo echa a perder)

JUANITO
No me hablen a mí de esas mujeres rebosando salud y energía que hacen temblar el suelo que pisan: yo quiero una mujer delicada y vaporosa como usted, Tula. Vivir el uno para el otro: amarnos, cuidarnos mutuamente el estómago. Velar amorosamente el uno por las digestiones del otro; beber de! mismo tarro de ginebra, del mismo tarro, Tula!

TULA
Ah! sí; del tarro!

MARCELINA
(Anímalo! esta chiquilla es tonta!)

JUANITO
Corresponda usté a mi amor! Quiere usté que se lo pida de rodillas? Míreme usted. (Se arrodilla delante de Tula)


ESCENA IV

Dichos, D. Mateo que se presenta de repente por la primera derecha.

MATEO
Bribón! Tunante!

TULA
Ay!

MARCELINA
Jesús, qué es esto? (Como si despertara de pronto mirando a Juanito) Don Juanito, se ha caído usted al suelo? Don Maleo, a quien le dice usted bribón?

MATEO
A quién se lo he de decir?

MARCELINA
Lo ha encontrado usted?

MATEO
Pues no le había da encontrar. Facilillo era que se me escapara.

JUANITO
(Lo ha encontrado) (Triste)

TULA
Ay!

MARCELINA
Y qué dice?

MATEO
Qué ha de decir? Empezó por mostrarse muy amable, y concluyó por echarme a puntapiés.

MARCELINA
Y qué dice de mi hija?

MATEO
De su hija de usted ni una palabra.

MARCELINA
Y usted no le dijo nada?

MATEO
Que si lo dije? Le pedí mi dinero.

MARCELINA
Pero está dispuesto a casarse?

MATEO
Casarse? Si es casado.

TULA
Jesús!

MARCELINA
Qué dice este hombre!

JUANITO
Soy feliz.

MATEO
Sí señora, casado; qué tiene eso de particular?

MARCELINA
Don Mateo, es usted un Caín. Pues no sabe usté que tiene dada palabra de casamiento a Tula?

MATEO
También él? Tulita, hija; usted es un depósito de palabras de casamiento! Yo ignoraba que usted conociera a don Rafael.

MARCELINA
Don Rafael? Tú conoces a un don Rafael?

TULA
Yo no, mamá!

MATEO
Pues entonces, cómo le dio él palabra de casamiento?

MARCELINA
Pero hombre, usted quiere volvernos locos a todos. Aquí hablamos de Manolito.

MATEO
Aguarda! Y yo hablaba de don Rafael.

MARCELINA
Pero quien es don Rafael y qué tenemos nosotros que ver con don Rafael?

MATEO
Don Rafael? Don Rafael es un caballero a quien yo conocí en Madrid el año sesenta y siete. Me pidió cuatro mil reales asegurándome que estaba metido en la gorda; que ocuparía un alto puesto; que me pagaría y... le presté la cantidad, y vino la gorda y no he vuelto a ver a don Rafael hasta hoy que me lo encuentro en Sevilla hecho un potentado.

MARCELINA
Y qué?

MATEO
Cómo y qué? Le pedí mi dinero y los intereses de doce años, tres meses y dos días.

MARCELINA
Hombre!

MATEO
Me fue escuchando con amabilidad hasta que llegamos a la puerta de su casa, y allí mandó bajar a un lacayo, ordenándole que me diera una paliza si no me quitaba de en medio. Calculen ustedes si yo me quitaría! Bribón, canalla! Tratarme así después de un sablazo tan terrible!

MARCELINA
También le dio a usted un sablazo?

MATEO
Señora, el sablazo fueron los cuatro mil reales.

MARCELINA
Ah, ya! Como hace usted la demostración...

MATEO
Pero qué? No sabe usted lo que es un sablazo en la época presente?

MARCELINA
Yo no!

MATEO
Pues hágame usted el favor de oírme y aprenda usted a ponerse en guardia por si acaso.

(Música)

MATEO
El amigo que en la calle
orgulloso y bien vestido
a pedir llega atrevido
un billete de a dos mil,
y cediendo poco a poco
por tener grandes apuros,
se contenta con dos duros
y se escurre muy feliz...
Ese con su mucha
flexibilidad
es quien da el sablazo
de vulgaridad.

TODOS
El Señor nos libre
de la habilidad
del que da sablazos
de vulgaridad.

II
MATEO
La enlutada misteriosa,
filantrópica y bonita
que nos hace una visita
por cumplir con un deber,
y para una desgraciada
que va entrar en un convento
pide con meloso acento
que el bolsillo le abra usted...
¡Ojo con las niñas
de esa condición,
que ese es el sablazo
de la tentación!

TODOS
Dios nos libre a todos
de la situación,
de llevar sablazos
de la tentación.

III
MATEO
La hoja de empadronamiento
en que con bastante tino,
se averigua del vecino
lo que paga de alquiler;
luego cédula y descuento;
los consumos, suscripciones,
y otras mil contribuciones
que se llevan el parné...
Eso hay que aguantarla
aunque siente mal,
porque es el sablazo
gubernamental.

TODOS
De ese sí que nunca
se libró un mortal,
que es el gran sablazo
gubernamental.

(Hablado)

MARCELINA
Pero en fin, don Mateo, y don Manolito?

MATEO
Es verdad! Ya se me iban olvidando esos cincuenta duros.

MARCELINA
Es preciso buscarle inmediatamente.

MATEO
Sí señora, y dar parte a la policía.

MARCELINA
Iremos a la feria. De seguro el tunante irá por allí y allí caerá en nuestras manos.

MATEO
Pero, señora, usté cree fácil que le encontremos en aquella inmensidad y entre aquel bullicio?

MARCELINA
Le buscaremos primero en las buñolerías.

MATEO
Eso cuesta el dinero.

MARCELINA
Siempre el mismo desprendimiento.

JUANITO
Sí, sí; en las buñolerías: es lo mejor.

MATEO
Eso es otra cosa; si a usted le parece lo mejor... (Es que él paga)

MARCELINA
Ea, pues no perdamos tiempo, niña, ven a ponerte el sombrero. (Se van izquierda las dos)

MATEO
Y he de perder yo los cuatro mil reales? Primero un ojo.

JUANITO
Voy a perderme. Necesito matar a ese hombre. (Váse)

MATEO
Nada, lo dicho; primero un ojo. (Váse derecha)


MUTACION


CUADRO QUINTO


LA CALLE DE SAN FERNANDO

Calle corta que representa la de San Fernando en Sevilla, con el tránsito de gente y animación que reina en ella en los días de feria.


ESCENA V

Aparecen por la izquierda varios Hombres y Mujeres del pueblo que atraviesan la escena. Por la derecha un Moro vendiendo babuchas y dátiles. Después un Señor y una Señora por la izquierda.

HOMBRE 1º
Vamos apriesa, que se va la hora.

OTRO
Andando.

MUJER
Y que yo quieo vé los fuegos artificiales.

OTRA
Y yo también.

HOMBRE 1º
Pues no tené carma y a la feria.

OTRO
A la feria!

TODOS
Vamos allá! (Vánse por la derecha)

MORO
(Pregonando)
Babuchas y dátiles!
Dátiles de Morería!

SEÑOR
Anda deprisa, hija mía;
cómo te pesan los pies.

SEÑORA
Pero si no te detienes
un minuto...

SEÑOR
Vive Cristo!

SEÑORA
Ya estoy cansada.

SEÑOR
Está visto!
No te saco más de Brenes!

SEÑORA
Una hora andando y andando...
reniego ya de la fiesta!
Y qué calle es esta?

SEÑOR
Esta?
La calle de San Fernando.
En dando cuatro pasitos
en la feria estamos ya.

SEÑORA
Mira, Pepe, ven acá;
cómprame unos datilitos.

SEÑOR
Ya extrañaba yo, Tadea,
que algo no se te antojara;
ven, hija. (Acercándose al Moro)
(¡Jesús qué cara
tiene este moro tan fea!)

MORO
Dátiles!

SEÑOR
A cómo están?

MORO
A cuatro riales, siñor.

SEÑOR
Pues ponme de lo mejor
media libra... ¡musulmán!

MORO
Bueno.

SEÑOR
Bien corrida... limpio!

(Mientras el Moro pesa los dátiles aparecen por la izquierda Tío Zalea y un Inglés)

INGLES
The time is money?

ZALEA
Que sí;
véngase usté por aquí
que ya está usté comprendió.

INGLES
(Señalando hacia la derecha)
Ferria!

ZALEA
A la feria, me entero.

INGLES
Tú me servir cicerone.

ZALEA
(Sin entenderle)
(Qué es lo que quié chicharrone?
Los comerá usté, salero. (Siguen hablando)

MORO
(Dando los dátiles al Señor)
Vaya, siñor.

SEÑOR
(A la Señora) Hija, toma.

(Pagándole al Moro)

(Pero qué cara, Dios mío,
de tunante), oye... judío!
a que no crees en Mahoma?

MORO
(Furioso) Bárbaro, váse de aquí.

SEÑOR
(Levantando el bastón. La Señora le detiene)
Cómo bárbaro?

SEÑORA
José!

SEÑOR
Mira cómo lo calé!

SEÑORA
Pero quién te mete a ti...

(Cogiéndole por el brazo y llevándoselo)

SEÑOR
Ese moro es un bribón!

SEÑORA
Vamos.

SEÑOR
Se ve claramente.

SEÑORA
Nunca te metas con gente
que no tiene religión. (Vánse)

ZALEA
Mosiú, verá usté qué tierra
esta y qué gracia hay aquí;
esto es mejó que Parí
de Lóndre y que Ingalaterra!

INGLES
Yes!

ZALEA
Y tan yes como yes!
y qué niñas de salero!

IINGLES
Ah!

ZALEA
(Le viá pedí dinero)
Tú traes monises, inglés?

(EI Inglés hace un gesto como si no entendiera)

Que aflojes las moneítas...

INGLES
Mí comprender y non dar.

ZALEA
Qué es lo que has dicho?

INGLES
Tu estar
otro tío Caniyitas.

ZALEA
(Josucristo, me partió!)

INGLES
Yo entender bien tu... mareo,
tú... tontina.

ZALEA
Ya lo veo.

(Este sabe más que yo!)

Tú quies fiesta sin parneses?

INGLES
Non; yo te dar lo que vales:
dos realitog.

ZALEA
(Muy admirado) ¡Dos reales!
(Se acabaron los ingleses!)

(Se van por la derecha)

MORO
Babuchas y dátiles!

(Yéndose por la izquierda. Aparecen un Caballero y una Señora cogidos del brazo)

CABALLERO
Nada, no hay que incomodarse,
mujer; debe contentarse
cada uno con lo que es...
y bien sabes que vería
yo con gusto singular
que pudieras estrenar
un vestido cada día.

SEÑORA
Mira el cursi conque vengo.

CABALLERO
Cuando seamos más felices...

SEÑORA
Todos los años me dices
lo mismo y nunca lo tengo.
Venir con este tropel
a la feria y a esta hora...

CABALLERO
Y más tarde me encocora
porque hacemos mal papel.
Nos conoce todo el mundo,
y así no querrás entrar
las tiendas a visitar.

SEÑORA
(Levantando la voz)
Sé lo que digo y me fundo.
En ti sabes gastar bien!

CABALLERO
(Resignado) Sí, yo gasto unos tesoros...

SEÑORA
(Con rabia) a que no pierdes los toros?

CABALLERO
(Incomodado) Maldita mi suerte, amén!

SEÑORA
(En alta voz) Y esto de la raya pasa!

CABALLERO
Mujer!...

SEÑORA
Vivo en la miseria!
y yo!...

CABALLERO
Se acabó la feria!

SEÑORA
Pero...

CABALLERO
A casa! (Llevándola a pesar suyo)

SEÑORA
Escucha!

CABALLERO
A casa! (Se van) (1)

(1) En las compañías cuyo personal no sea numeroso, puede suprimirse los personajes del Inglés, el Tío Zalea, el Caballero y la Señora.

(Aparecen Tula y D. Juanito. Después Doña Marcelina y D. Mateo)

TULA
Calle usted!

JUANITO
Tulita mía!...
Decídase usted por mí.
que en cuanto me diga si
vamos a la vicaría.

TULA
Yo por mí, JUANITO.. admito,
pero mamaíta...

JUANITO
Qué!...
si ya su mamá de usted
aborrece a Manolito.
Vamos, decídase ya.

TULA
Pues bien, Juanito... Ay de mí,
que estamos solos aquí!
Dónde se quedó mamá?

JUANITO
Ahí viene con don Mateo,
sino que hemos avanzado
sin querer. (Es un dechado
de virtudes)

TULA
Ya la veo,
Mamá...

MARCELINA
No le asustes más. (Saliendo)

TULA
Jesús.

MARCELINA
No te desazones;
sigue. (Yo sé en qué ocasiones
me debo quedar atrás)

MATEO
Pues ese es un gran partido

(Ap. a Doña Marcelina)

porque es todo un caballero
y creo que tiene dinero.

MARCELINA
Ya usté sabe!...

MATEO
Lo he olido.

JUANITO
Conque decididamente
no responde usté a mi arenga?

TULA
Y qué he de hacer mientras tenga
un compromiso pendiente?
Ya sabe usté lo que hay.

JUANITO
Bueno; seguiré penando.

MARCELINA
Niña!

TULA
Qué?

MARCELINA
Vamos andando... (Con intención)

JUANITO
Ay Tulita!

TULA
Ay Juan!

JUANITO
Ay!

TULA
Ay! (Mutis)

MARCELINA
Pero qué cosas se ven;
yo de su edad, ya sabía...
ay que niñas las del día!...
todas están en Belén!

MATEO
(Si pillan a este mocito
se acabaron sus apuros.
Pero, y los cincuenta duros
que me debe Manolito?
Yo debo seguir constante
oponiéndome a este plan?)
Pero... y Tulita, y don Juan?

MARCELINA
Descuide usted, van delante.

MATEO
Solos?

MARCELINA
Qué tiene de extraño?

MATEO
Que entre la bulla que veo...

MARCELINA
No se pierden, don Mateo:
conozco muy bien el paño.

MATEO
(Mirando hacia la izquierda)
Gente viene allí animada:

(Música en la orquesta)

MARCELINA
Sí, deme usté el brazo ahora.

MATEO
El brazo?... Pero, señora,
si no me gusta dar nada.

(D. Mateo da el brazo a Doña Marcelina y al disponerse a marchar son alcanzados por mozos y muchachas del pueblo que atraviesan la escena cantando el siguiente coro y atropellándoles.

(Música)

CORO
Vamos a la feria,
Tamos a gozar
de ese paraíso
de felicidad. (Pausa todos)


MUTACION


CUADRO SEXTO

La escena está ocupada por dos secciones de la misma buñolería en el real de la feria, formadas coa lienzos blancos y divididas por una estera. Los lienzos de ellas están levantados en forma de cortinas por la parte del fondo, dejando ver la mujer que fríe la masa, la caldera y demás utensilios que sirven para el caso. Al fondo se ve el campo iluminado con algunos farolillos de colores. Mesas y bancos. Candiles ó faroles colgados. Por el lado que figura dar a la feria se ven pasar grupos.


ESCENA VI

Un Señor y Una Señora, primeros personajes del cuadro anterior, sentados y tomando buñuelos y unas copitas en el cuarto de la derecha. La Buñolera al fondo hablando con la gente que pasa.

BUÑOLERA
Ande usté, buen mozo, convíe usté a la señorita. Que es chico esto? Si querrá usté la cátedra pá comé buñuelos.

SEÑOR
Bueno; los buñuelos ya sabemos lo que cuestan: hemos pedido dos reales y yo creo que dos reales de buñuelos no costarán más que dos reales. Pero y estas copitas, tú qué dices?

SEÑORA
Hombre, yo qué sé.

SEÑOR
Pues mira, te aseguro que estoy asustado. Desde que salimos de Brenes es un gastar sin tino! Aquí está todo muy caro. Verdad es que no escaseamos nada. Dátiles, buñuelos... Esta noche se nos va un dineral.

SEÑORA
Hijo, el viajar cuesta siempre.

SEÑOR
Ya, ya voy viendo. Cuánto me pondrán ahora por las copitas?

SEÑORA
Hombre, acaba de preguntarlo y lo sabrás.

SEÑOR
Eso, eso! Tú por nada te preocupas.

SEÑORA
Pero no hay al fin que pagarlas?

SEÑOR
Tienes razón, hija: salgamos pronto del susto. Eh! (Llamando) Qué se debe?

BUÑOLERA
Dos de los buñuelos y dos de las copas, cuatro reales.

SEÑOR
Nada más?

BUÑOLERA
Y lo que usté quiá darme.

SEÑOR
Eh? (Yo no quisiera darle nada)

SEÑORA
(Sí hombre, la propina)

SEÑOR
Y qué le doy?

SEÑORA
(Dos ó tres perros)

SEÑOR
(Rabiando) Tome usté, niña. Esto para usté.

BUÑOLERA
Muchas gracias. (Miste que regalo)

SEÑOR
Ea, hija; vamos a dar un paseíto por ahí.

SEÑORA
Ya estará todo iluminado. Vamos, Pepe.

SEÑOR
No se puedo salir de Brenes, está visto. (Vánse)

BUÑOLERA
Valiente propina! Que no se ajogaran en el Tagarete! Mucha levita y poca lacha.


ESCENA VII

Tula, Doña Marcelina, D. Mateo, Juanito entrando en la sección de la izquierda.

MARCELINA
Ajajá! Ya tenía ganas de sentarme. Y usté, don Mateo, no está cansado?

MATEO
Phst! (Me parece que he dado con la gran idea. Ese (Por Juanito) hombreo está muy enclenque)

BUÑOLERA
Ustedes dirán.

MARCELINA
Vaya, usted, Juanito.

JUANITO
Lo que usté diga.

MARCELINA
No hombre, usted.

MATEO
Déjense ustedes de cumplimiento... (El paga) Tráigase usted una peseta, que después se verá.

BUÑOLERA
Azúcar ó miel?

MATEO
Miel y azúcar (El paga) No digo bien?

JUANITO
Perfectamente.

MATEO
Oiga usted, oiga usted; y unas copitas: esta noche me encuentro con ganas de correrla.

MARCELINA
No, licor no.

MATEO
Cómo que no? Oye usté esto, don Juan? Traiga usted esas copitas.

BUÑOLERA
De qué?

MATEO
De lo mejor! de lo mejor. (El paga) Qué hay?

BUÑOLERA
Carabanchel.

MATEO
Para la señora.

MARCELINA
No, yo no.

MATEO
Sí, para la señora. Para mí, ron y rosa; para los jóvenes perfecto amor.

JUANITO
Hay ginebra?

BUÑOLERA
Sí señor.

JUANITO
Pues traiga usted ginebra para esta señorita y para mí.

MATEO
Hombre, ginebra! (Ah! ya caigo! el estómago! Cuando yo digo que es una gran idea! Este hombre no dura! Qué! ni ella tampoco! Pero él se muere antes; no hay más que verlo. Ella hereda los cuartos y se muere después y carga con todo la madre, la feroz doña Marcelina. Esa sí que no se muere nunca. Aquí de la astucia! Conquistar a doña Marcelina y administrarle el caudal: y que él debe de ser rico según lo que gasta. La cuestión es ver cómo...)

MARCELINA
Pero don Mateo, qué hace usted hablando solo?

MATEO
Ah! Cuentas, señora, cuentas.

MARCELINA
Déjese usted de cuentas ahora.

MATEO
(Con dulzura afecta) Es verdad, Marcelinita, es verdad: ahora es ocasión de disfrutar de esta agradable compañía y... vaya un buñolito.

MARCELINA
(Qué le ha pasado a este hombre? Marcelinita!)

MATEO
Pues miren ustedes, están muy ricos estos buñuelo: no es verdad, Tulita?

TULA
Me pesan luego en el estómago.

MATEO
Pues ginebra, ginebra. Y usté no bebe, Marcelinita?

MARCELINA
(Otra?) Quite usté allá! Se ha empeñado usté en que beba ese fuego?

MATEO
Tónico, hija mía; es preciso tomar fuerzas: míreme usted a mí. Hola! Otra copila para  mí; ó mejor, tráigase usté la botella del ron y déjela aquí, que creo que la voy a tomar cariño. Don Juan, hombre, parece que se ha caído usted en un pozo: diga usted algo; coma usted, beba usted: anímelo usted, Tulita.

MARCELINA
Deje usted a don Juanito, si no tiene ganas de hablar.

JUANITO
No quiere usted complacer a don Mateo? No quiere usted animarme? Anímeme usted.

TULA
Tengo ya poca gracia para eso.

MATEO
Nada; pues me parece muy bien pensado: la cuestión es avivar el asunto y que se casen pronto; porque mire usted, simpática Marcelinita...

MARCELINA
(Y vuelta)

MATEO
Nada: le aseguro a usted, que ese pobre joven...

MARCELINA
(Qué tiene ese joven? usté siempre desconfía de todos)

MATEO
No; si no desconfío de su amor, sino de su estómago. Me parece que está muy delicado; que no puede tirar mucho tiempo; y la cuestión es anticiparse a...) (Siguen hablando Tula con Juanito, que estarán colocados de espalda, a la estera que divide los dos departamentos, y doña Marcelina coa D. Mateo, que sigue bebiendo una copa de cuando en cuando)


ESCENA VIII

Dichos, Manolito, Rocío, Señó Sánchez, Señá Juana. Muchachas, Mozos que entran en el cuarto de la derecha por el fondo.

MANOLITO
Conque buñuelos, licores, azúcar, miel, gloria... No, gloria no; que la traigo yo aquí conmigo. Viva mi niña! volando.

JUANA
Las cosas con orden, están en orden.

SANCHEZ
Déjese usted ahora de sentencias, seña Juana, que aquí venimos a divertirnos.

JUANA
Bueno está lo bueno, pero con método.

MANOLITO
Verá usté el mío; si va a armar aquí un fandango que va a arder la feria! Niña, Rocío. (Dirigiéndose a Rocío que desde que entró se habrá puesto a mirar por la estera junto a la cual está Tula y Juanito)

ROCIO
Chis! Aquí junto hay unos novios de Filaderfia que se están enamorando. (Las otras muchachas se ponen a mirar)

JUANITO
(Pero por qué no ha de decidirse usted a corresponderme y decírmelo de una vez?

TULA
Porque no puedo mientras exista mi compromiso.

JUANITO
Pero Tula, ese compromiso no existe ya: él lo ha roto.

TULA
Para mí, mientras mi pelo no esté en mi poder... Ay!

ROCIO
Ay! (Remedándola)

TULA
Jesús! (Asustada)

JUANITO
Gente gansa que estará al lado.

MATEO
(Le repito a usted que es un gran proyecto, inestimable y... dulce, Marcelina.

MARCELINA
Eh? dulce? Jesús qué meloso está usted.

MATEO
La miel, hija mía, la miel.

MARCELINA
Yo creo que es el ron, don Mateo.

MANOLITO
Niñas, que ya está aquí el refresco. (Tocando las palmas y animando a los demás)

ROCIO
Tiene gracia: él le decía: «quiérame usté,» y ella, «mientras no me den mi pelo!» Já, já!

MANOLITO
(Asustado) (Mi pelo?) Qué estás diciendo del pelo, Rocío?

ROCIO
Es lo que decía una señorita mú remilgá que hay aquí ar lao.

MANOLITO
Mi pelo! (Qué sospecha! pero...cá! Sí, Tula está en Madrid! Bah! será que se ha puesto de moda lo del pelo) Ea! a beber! Vaya una, señor Sánchez! Por la memoria de Costillares.

SANCHEZ
Y por la de Pepe-Hiyo: para mí los dos iguales.

MANOLITO
Esta para la niña de más gracia y más aquel de Sevilla y sus arrabales. Vamos, Lola, Carmencilla. (Todos brindan)

MARCELINA
(Qué bulla hay en ese lado! Quién será ese que grita tanto?

MATEO
Gente alegre como yo, que me voy sintiendo una jaula de pájaros en el estómago. Viva la alegría!

MARCELINA
Don Mateo, no beba usted más. Ya me voy cargando de estar aquí)

MANOLITO
Vamos a ver, Rocío, venga una coplita por todo lo alto.

TODOS
Sí, sí.

SANCHEZ
Muchacho, Cernícalo! Quies tocá la guitarra? (A uno que tiene una guitarra. Todos acompañan a Rocío. Una muchacha baila poniéndose un sombrero calañés)

(Música)

ROCIO
Un buñolero en Sevilla
dice en un grande cartel,
que es la ambrosía del cielo
un buñolito con miel.
Si es verdad lo que dice
señor don José,
de los ricos buñuelos
atráquese usté.

Son como los buñolitos,
las doncellitas de acá,
que se deshacen corriendo
á la primera masca.
Si es verdad lo que digo,
señor don José,
de esos ricos buñuelos
atráquese usté.

Una caldera es mi pecho
y aceite hirviendo mi amor,
si quiere usté un buen buñuelo
écheme aquí el corazón.
Si es verdad lo que digo,
señor don José, etc. etc.

CORO
Si es verdad lo que dice,
señor don José, etc. etc.

(Hablado)

MATEO
(Poniéndose en pie y tambaleándose) Eso, eso es lo bueno. Vamos a bailar, Marcelinita.

MARCELINA
Hombre, está usté loco?

MATEO
Qué? Cree usted que yo no sé bailar? Pues si ese ha sido mi fuerte! Ahora verá usted circunstancias. (Se pone a bailar)

MOZA 1ª
(Acercándose a la estera divisoria) Ay qué Salero! Un viejo bailando! vengan ustedes. (Todos se acercan)

MANOLITO
Misericordia! Don Mateo! el pelo! Tula! Huyamos!

TODOS
Qué es eso?

MANOLITO
Nada, un calambre! Me parece que lo mejor es salir a dar una vuelta.

ROCIO
Le ha picao a usté arguna tarántula?

SANCHEZ
Dé usté unos saltos y eso se quita.

MANOLITO
No, si estoy convencido de que mientras no ande mucho... Les parece a ustedes que vayamos a... (Doña Marcelina, que se ha puesto a mirar por la estera y ve a Manolita, da un grito y sale corriendo)

MARCELINA
Ay! Ahí está Manolito! Pícaro! Tunante! (Tula, Marcelina, D. Mateo y Juanito, entran en el cuarto de la derecha. Gran confusión. Manolito quiere huir y da en manos de Doña
Marcelina que le acomete y le araña. Señor Sánchez y Rocío pretenden imponer silencio. En medio de la gritería sobresale la voz de Doña Marcelina amenazando a Manolito. Restablecido el orden quedan todos colocados en la situación que marca el diálogo)

SANCHEZ
A vé si tóos se callan! Qué pasa aquí?

MARCELINA
Irá usté a presidio! Es este el proceder de un caballero? Dejar plantada a una señorita para venir a divertirse con estas... pelanduscas! (Amenazando a todos)

ROCIO
Oiga usté, tía catatúa! (Confusión)

SANCHEZ
Estate quieta. Aquí no hay que fartar a naide, doña Sinforosa. Qué es lo que a usted se le ofrece?

MANOLITO
Yo lo diré: yo he sido novio de esa señorita.

ROCIO
Ya! Conque ese pájaro frito era Tulita?

MAECELINA
Cómo pájaro frito? (Vuelven a amenazarse)

SANCHEZ
Cállate tú.

MANOLITO
Es verdad que la dejé sin darla explicación alguna; pero esa era la conducta que me aconsejaba mi dignidad. Esta señorita me estaba engañando.

MATEO
(Se olió el pastel! Qué listo)

MARCELINA
Y se atreve usted a...

TULA
Eso es falso. Ay, qué bola, mamá!

MARCELINA
A mí qué me vas a decir, hija.

MANOLITO
No lo niegue usted: aquí mismo hace un momento, los que están conmigo han podido oír la conversación de Tula con ese caballero, y ellos dirán si son falsas mis sospechas.

TODOS
Sí, sí.

TULA y JUANITO
(Nos oyeron)

ROCIO
Pues ya lo creo: si estaban como dos tortolitos.

MARCELINA
Eso es una calumnia.

SANCHEZ
Eso es verdad! la niña y er señó están de conformiá; no había ya de por medio más que una custión de un rizo.

MARCELINA
Pero hija, habla tú. Qué dices a esto?

TULA
Yo digo lo que he dicho siempre: mi compromiso es con Manolito, y mientras él conserve mi pelo...

SANCHEZ
Lo ve usté, señora? (Hombre, devuérvaselo usté)

MANOLITO
(Si no lo tengo)

JUANA
(Llamando aparte a Señó Sánchez) (Oiga usté, Señó Sánchez)

MANOLITO
Pero Tulita debe convencerse de que nuestro enlace es ya imposible.


MARCELINA y TULA
Eh?

JUANITO
Qué alegría?

JUANA
(Quitándose con disimulo una gran trenza de pelo postizo y dándosela a Sánchez) (Dele usté ese mechón y que sarga del apuro)

MANOLITO
Si, es imposible, desde el momento en que yo no tengo fe en su amor y... (E1 señor Sánchez le da con disimulo el mechón de pelo) (Eli? Ah!) y para romperlo definitivamente, devuelvo la prenda que se me exige.

MARCELINA
Todo este pelo le diste?

MATEO
Qué despilfarro! Tulita, eso es tirar la casa por la ventana.

TULA
Y yo di todo eso?

MANOLITO
Pero el pelo no crece? Yo no lo he cortado desde que Tulita me lo dio.

MATEO
Y qué olor! huele a zaragatona, (D. Mateo da el pelo a Marcelina que se lo entrega a Tula, y ésta disimuladamente a Juanito, que se retira a un lado besándolo apasionadamente)

MANOLITO
Una preparación para que no se chamuscase: como lo llevaba sobre el corazón...

MATEO
Oiga usted, y mis cincuenta duros.

MANOLITO
(Esta es más negra) Ve usté esa joven? (Por Rocío) Pues con esa me caso. Ve usted aquel viejo? (Por Sánchez) Pues ese es su padre.

MATEO
Bien y qué?

MANOLITO
El labrador más rico de Sevilla. Tendrá usté los cincuenta duros y un buen regalo. Tenga usted paciencia unos días.

MATEO
No me voy de Sevilla hasta dejarlo casado.

MANOLITO
(Pues señor, decidido; pasado mañana me embarco para Cuba)

MARCELINA
Ea! Pues ya que todo se ha arreglado tranquilamente... (Oyese la explosión de un cohete) Ay! qué es eso?

SANCHEZ
Los cohetes! Los fuegos artificiales!

MANOLITO
Vamos a verlos: anda, Rocío!

TODOS
A los fuegos; a la feria! (Mucha animación)

(Música)

TODOS
Si hoy ¡A Sevilla por todo!
hemos venido a gozar,
haz que tu aplauso no falte
público en este lugar.
Si esta broma ligera
te dio algún placer,
dale cuatro palmadas
y vuélvela a ver.


(CAE EL TELON)



FIN DE LA ZARZUELA


Información obtenida en:
http://www.archive.org/stream/asevillaportodoz00barb

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